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"... He aquí lo que somos hoy, eternos jóvenes rebeldes luchando en medio del fuego y del humo de la vida, luchando con las ideas en lo más alto del pensamiento humano para la liberación de la humanidad".
Julio Antonio Mella

Este joven nació en la Ciudad de la Habana, el 25 de marzo de 1903. En 1921 ingresó en las facultades Filosofía y Letras y de Derecho de la Universidad de la Habana. Desde los primeros momentos comprendió la necesidad de rescatar las raíces de esa tradición histórica, fundamentalmente el ideario democrático, revolucionario, antiimperialista y nacional liberador, de José Martí. Posteriormente se produciría, al influjo de la Revolución de Octubre, su encuentro con los ideales y la teoría de Marx, Engels y Lenin necesarios para ejercer el liderazgo y conducir a las masas a la acción revolucionaria.

Hacia finales de 1923, Mella había alcanzado madurez política. Aquel primer aprendizaje del pensamiento martiano y de lo mejor de las tradiciones patrióticas, que había influido en su formación antiimperialista, lo preparó para la comprensión y asunción de la ideología del proletariado.
Mella fundó en diciembre de 1922 la Federación Estudiantil Universitaria, protagonista antes y ahora de la historia de Cuba, y en octubre de 1923 preparó el primer Congreso Nacional de Estudiantes.

Planteó en ese encuentro como primer deber del estudiante “divulgar sus conocimientos entre la sociedad (...) para fomentar una nueva, libre de parásitos y tiranos, donde nadie viva sino en virtud del propio esfuerzo”.

Ese principio llevó a Mella a crear más tarde, en las aulas de la Facultad de Derecho, la Universidad Popular José Martí, institución paralela a la universidad formal, la que tuvo el papel de propagar la cultura libre, "no la hipócrita y oficial" y ser un espacio en el cual se vincularan alumnos, trabajadores e intelectuales animados por el afán de enseñar y aprender.

A partir de ese momento las puertas del máximo centro docente de Cuba se abrieron en horario nocturno para sectores imposibilitados de acudir a la Universidad por requisitos meramente económicos, como es el caso de los obreros, los humildes, quienes se veían imposibilitados de recibir enseñanza superior por la faena diaria.

El vínculo con los trabajadores convirtió a Mella en líder de la clase obrera, y las masas siguieron sus pensamientos pues defendían la causa de los oprimidos y enfrentaban al tirano Machado, gobernante sometido a los intereses del imperio norteamericano.

En 1925 creó junto a otros revolucionarios “La Liga Antiimperialista de la América” convirtiéndose en guía de los estudiantes para reformar la enseñanza superior en la Isla, por lo cual el consejo de disciplina de la Universidad ordenó su expulsión temporal del centro. Mella envió a las autoridades su enérgica protesta. Estas represalias no lograron acallar su voz, por lo que se ganó el odio del dictador, quien lo mandó detener el 27 de noviembre de ese mismo año y poner tras las rejas bajo la falsa acusación de cometer actos terroristas; su verdadero delito: haber encabezado una huelga estudiantil en la Habana.

Y allí, desde la prisión, continuó su oposición con una huelga de hambre como expresión de rebeldía y desacato al gobierno, acto que elevó sus dotes de líder indiscutible motivando a sus seguidores a impulsar una huelga general por su liberación, en los días posteriores la presión nacional e internacional se hace sentir, y el dictador Machado cede por lo que es liberado el 23 de diciembre de 1925. En enero de 1926 es expulsado del país por lo que parte en exilio hacia México.
En 1928 se matricula en la facultad de Derecho en la Universidad Nacional de México, y funda la Asociación de Estudiantes Proletarios. Colabora con el diario ¨El Machete¨ y otras publicaciones. Rápidamente se convirtió en una figura prominente entre los comunistas mexicanos.

Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de México, luchó por la reforma agraria, por la nacionalización del petróleo y en las huelgas de los mineros. Durante su militancia dentro del PCM mantuvo una actitud crítica hacia el proceso de degeneración burocrática que sufrían todos los partidos comunistas del mundo.
El 10 de enero de 1929, a la edad de 25 años, Julio Antonio Mella cayó herido mortalmente en la esquina de Abraham González con Morelos en la Ciudad de México, víctima de la persecución de los agentes del dictador Machado, falleciendo al día siguiente.

Mella expresó en sus hechos - ideas y acciones- que el socialismo es la continuidad histórica del desarrollo del movimiento nacional liberador cubano en la época contemporánea. Fiel a los preceptos martianos entregó la vida por la defensa de sus ideales y por el de la República justa y democrática a la que aspiraba, movido por el concepto de que todo tiempo futuro debe ser mejor.

Mella entendió cual era el camino a seguir en las nuevas condiciones. Por ello no se limitó solamente al recinto universitario, sino que comenzó a involucrarse en las luchas de la clase obrera.

Su ideal de extender la educación universitaria a sectores más amplios de la población le llevó a crear la Universidad Popular José Martí, expresión del alto compromiso del estudiantado universitario de su época de contribuir a elevar el nivel cultural de los obreros, demostrando el necesario vínculo que debía existir entre los movimientos obrero y estudiantil.

Por todo ello, el ideario de este luchador revolucionario mantiene vigencia y continúa ofreciendo alternativas para la interpretación de la realidad cubana y de toda América Latina

En memoria de un gran revolucionario:
¡Trabajadores y estudiantes, unidos y adelante!
¡Unidos y organizados, Venceremos!

Enero de 2009.

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