Todos los días escuchamos apelaciones de quedarnos en casa y aunque muchos queremos hacerlo, la realidad que nos imponen los patrones y conseguir el pan es una tarea de todos los días. En los hechos millones de trabajadores no hemos podido hacer la cuarentena, forzados por la patronal a presentarnos a trabajar aunque el sector no sea clave para atender la emergencia sanitaria y en el caso del sector servicios o trabajo informal las alternativas no llegan y si tenemos que comer, pagar pasajes, servicios, deudas ¿Qué hacer ante ello?
Organizarnos para parar
Monstruos industriales de la minería, automotriz, textil o toda la industria maquiladora no esencial para atender la emergencia sanitaria tienen que parar ya. A través de la lucha común y organizada obliguemos a la patronal y a los charros traidores a cumplir los decretos del 26 y 31 de marzo donde se estipula que se nos tiene que mandar a casa sin despido, “ni descanso voluntario” y con el pago del salario del 100%. De no hacerlo, no firmaremos ningún convenio y organizamos la ausencia colectiva ¡antes nuestras vidas que sus negocios! Reclamamos al gobierno de AMLO sancionar efectivamente, no sólo regaños a las empresas que no cumplan. Los trabajadores tenemos que pasar a la acción directa, desde abajo. Sólo la clase trabajadora tiene la capacidad de enfrentar estas circunstancias con éxito. Debemos exigir a nuestros sindicatos que paralicen toda la actividad no esencial, y sólo podremos conseguirlo impulsando acciones en los centros de trabajo, organizar asambleas y votar democráticamente el control obrero de la producción, la reorganización de las líneas y, sobre todo, organizar la paralización de la producción asegurando el 100% de salarios.
En el caso de la industria alimenticia, farmacéutica, transporte, electricidad, telecomunicaciones y combustibles, así como todo el personal del sector salud, donde incluso existen grandes sindicatos como el Petrolero, el SNTSS, Telefonistas, SUTERM exigimos que sea aplicado el decreto del 26 de marzo —la población vulnerable tiene que irse a casa, trabajadores mayores de 60 años, mujeres en periodo de lactancia o embarazo, así como personas con enfermedades crónico degenerativas—, pero no sólo eso, exigimos que se apliquen todas las medidas de seguridad de manera inaplazable y puntual, sin excusas de falta de recursos económicos o de infraestructura. Estos sindicatos tienen que dejar la hipocresía y los golpes de pecho y ponerse a trabajar consecuentemente en la defensa de la clase trabajadora, de lo contrario podemos ver su futuro en la bancarrota que está viviendo ahora mismo la CTM en la frontera norte, donde miles de trabajadores se desafilian para conformar sus nuevas organizaciones rescatando las mejores señas de identidad como es la movilización, la combatividad y el sindicalismo de clase.
No moriremos a costa de sus beneficios
A través de la movilización obliguemos a la patronal a abrir las bodegas, los inventarios y los libros contables, para saber cuánto hay, que producir y cómo mantener el abastecimiento. Reorganicemos el trabajo, a través de asambleas de trabajadores en los centros de trabajo de tal manera que reduzcamos el menor número de compañeros en las líneas de producción y evitar las aglomeraciones, exigimos paga extra y seguro de vida por riesgo de trabajo, así como la afiliación de todo trabajador a la seguridad social. Sacar el excedente para poner a disposición de todos los alimentos almacenados, así como los materiales clínicos y medicamentos y surtir a los hospitales y clínicas para proteger a todo el personal médico, de enfermería y administrativo.
Exigimos transporte de personal digno, con unidades suficientes para evitar la aglomeración, pagado por la empresa y higienizado constantemente para el traslado del personal de la empresa a nuestros hogares. También la implementación de comedores subsidiados y dignos con un menú suficiente y reparador para cada trabajador. Estas son las condiciones que exigimos para los trabajadores que debemos de seguir laborando, no menos, los patrones tienen los recursos para hacer esto realidad y exigimos a los sindicatos democráticos que se pongan al frente de estas exigencias, de lo contrario pararemos y denunciaremos las condiciones en las cuales nos están haciendo laboral y poniendo en riesgo.
Esto no es un sacrificio como lo pintan los empresarios y su absurda moral, claro eso lo dicen porque ellos no están en la línea de producción, porque ellos si tienen con quien dejar a los hijos, porque ellos si tienen salud de calidad, ellos si tiene comida suficiente y casas enormes con todos los servicios donde pasar la cuarenta, supervisar la fábrica o empresa desde la comunidad del sillón de su mansión o como lo hace Salinas Pliego desde su crucero en un lugar paradisiaco, no señores, ustedes no sacrifican nada, bajo el sistema capitalista los muertos lo seguimos poniendo los pobres, nos están mandando al matadero, pero podemos revertirlo arrojándonos a la lucha organizada por nuestros derechos y nuestras vidas.
Trabajo precario
Algunos empresarios nos dicen que de parar afectamos la economía del país, pero eso es una cobertura para no decir que sus beneficios se verán trastocados. Pero lo que no dicen es que sus fondos están repletos de capital gracias a que nos pagan una miseria de salario y se ahorran obscenas cantidades de dinero al no darnos prestaciones y contratos colectivos de trabajo. La precariedad laboral les es sumamente beneficiosa a las empresas como Alsea que, al tenernos en indefensión, sin sindicalización y una serie de derechos, nos “invitan” a firmar convenios de descansos voluntarios o la renuncia, para estos parásitos hay más millones de jóvenes, ancianos o madres solteras que reclutar, esta es la lógica de estas empresas. En el caso de Alsea se reportaron ganancias netas en 2019 por 1081 millones de pesos y ya no digamos las ganancias de marcas como Palacio de Hierro donde el dueño es Alberto Bailléres, el rey de la plata, o Sanborns donde su dueño es el hombre más rico de este país.
Exigimos la inmediata suspensión de labores de todos los servicios secundarios de las multinacionales, cubrir el salario 100% de los trabajadores durante toda la emergencia sanitaria y no dar ni un solo despido. No queremos exhortos por parte del presidente a estas empresas a ser humanos y a comportarse como sensibilidad y humanismo, queremos sanciones concretas a estas empresas y que se hagan públicas, abrir canales efectivos para que los empleados que se vean en esta situación puedan hacer la denuncia correspondiente en la Secretaria de Trabajo, exigimos que estas empresas doten de contrato colectivo a sus trabajadores donde se les brinde seguridad social completa, fondo de ahorro, vacaciones, prima vacacional, derecho a sindicalización u organización ¡Ni un solo despido! ¡salario completo a todas y todos sin condicionantes!
Ante la ofensiva de las empresas llamamos a la organización colectiva, a salir a la calle a visibilizar los abusos y hacer las denuncias públicas, Izquierda Revolucionaria es una organización de combate y producimos una prensa de y para los trabajadores, ponemos a disposición nuestra página web, como nuestro periódico impreso y redes sociales para tal fin, no debe haber un ataque a nuestros derechos sin respuesta.
En el caso de los supermercados donde emplean adultos mayores como empaquetadores, no más. El Estado debe brindar una pensión mensual con valor igual al costo de la canasta básica y acceso a la seguridad social universal y digna. no cada dos meses y por un monto de $2620, con esto nadie sobrevive. De lo contrario estas empresas seguirán dando la fachada de altruistas cuando realmente son unas chupasangre de la clase trabajadora.
Trabajo informal
Nos piden paciencia y tranquilidad, pero con eso no se come y sobrevive, sin salario y sin trabajo cómo podremos hacer frente a esta crisis sanitaria. En México 46.4 millones laboran en lo que se denomina el comercio informal y en la precariedad, o sea, no cuentan con seguridad social, aguinaldo, incapacidades, seguro de vida, vacaciones, ahorro, derecho a contrato colectivo, sindicalización y mucho menos a pensión.
Para la economía informal el gobierno ha planteado apoyos económicos, pero es día que no llegan. Miles de comerciantes y pequeños negocios han llamado o visitado la página para solicitar los recursos y proceder a la cuarentena, pero es día en que no pueden realizar el trámite porque no hay información precisa y expedita para obtener los recursos que les permitan cerrar por el mes estipulado, así que no tienen más remedio que seguir abriendo sus negocios o colocando sus puestos en los sitios habituales.
La economía informal ha proliferado por la falta de empleos dignos y alternativas para la juventud y la clase trabajadora, reclamamos que el gobierno facilite a cada comerciante el subsidio de desempleo, condone los pagos de servicios como luz, agua, predial y gas durante la cuarentena. En el caso de la telefonía y redes, no queremos dádivas de Carlos Slim, exigimos que sea gratuito el servicio de telefonía e internet para cada familia trabajadora y sin recursos. El gobierno debe obligar a todas las empresas privadas arrendadoras, de bienes raíces e hipotecarias que suspendan los pagos de renta a todas las familias trabajadoras, así como pequeños negocios.
En el caso de la pequeña empresa como cafés, restaurantes, bares, pequeños talleres, etc. que tengan acceso a apoyos del Estado, no queremos que éste se otorgue para salvar el pellejo del pequeño patrón sino para garantizar el sueldo de cada empleado que labore en estos centros.
El único camino, la lucha organizada
Hay que movilizar todos los recursos financieros y productivos para atender esta emergencia para ello no hay otro camino que la nacionalización inmediata de todos los sectores privatizados por la derecha en las décadas pasadas y ponerlos bajo el control de asambleas de trabajadores y comités votados y constituidos para tal fin, en coordinación con los profesionales de la salud que se encuentran en los hospitales y clínicas ¡La clase obrera sabe muy bien lo que se necesita, cómo producirlo y cómo asignar estos recursos con eficiencia!
Sólo la socialización de los medios de producción puede resolver el colapso económico y la barbarie que se dibuja ante nuestros ojos. Las fuerzas productivas mundiales necesitan un nuevo sistema social que las organice y planifique armoniosamente y democráticamente. Pero el socialismo no caerá como fruta madura, sino como resultado de la intervención consciente de la clase obrera y la juventud en la acción. Los trabajadores y jóvenes que formamos parte de Izquierda Revolucionaria, que participamos de manera militante en el sindicalismo de clase y en los movimientos sociales defendiendo un programa anticapitalista y socialista, creemos que no debemos conformarnos con quedarnos en nuestras casas, si queremos salvarnos de la crisis sanitaria y la catástrofe económica necesitamos la movilización masiva de la población y transformar esta lucha en organización consciente en los centros de estudio, en las empresas, talleres, fábricas y en nuestros barrios.