La demanda de bajar los desproporcionados y ofensivos salarios que tienen los altos funcionarios, y que además dichos salarios salen de los bolsillos de los trabajadores, se levanta desde hace muchos años, debido a que resultaba verdaderamente indígnate ver a un diputado, senador, gobernador, presidente, vivir como verdaderos reyes, mientras el pueblo padece hambre y vivimos con salarios de miseria. Esta situación fue una de las consignas más sonadas durante la campaña de muchos candidatos de Morena, incluida Claudia Sheinbaum para la CDMX.
Llegaron los gobiernos de Morena y con ellos se lanzaron iniciativas de ley para que efectivamente se bajaran los salarios la élite política, esto bajo la consigna de la “austeridad republicana”. Sin embargo, resulto una medida a medias, ya que los salarios siguen siendo muy altos, y lo que es peor, dicha austeridad afectó a cientos de trabajadores de base que no tiene grandes privilegios, y que viven con salarios bajos y malas condiciones laborales.
En la CDMX se aprobó la austeridad, con la cual, los servidores de los tres poderes no podrán gozar de servicios de gastos médicos privados ni de vida con cargo al erario, por lo que ahora deben atenderse en institutos de seguridad pública. Tampoco podrán realizarse erogaciones para el pago de seguro de separación. Del mismo modo, los nuevos ordenamientos prohíben a los funcionarios pagar boletos de viaje de primera clase, entre otras cosas.
Definitivamente estas medidas progresistas se ven con muy buenos ojos, sin embargo, esto no se ha llevado de la manera más correcta, ya que al haber recortes a ciertas instituciones, argumentando los altos salarios de los directivos y la corrupción que existía en cuanto al manejo de dichos recursos, se han despedido a muchos trabajadores sin brindarles alguna otra alternativa laboral, e incluso a muchos de ellos sin liquidarlos conforme a la ley y tachándoles de aviadores, cuando el grueso de ellos no lo son.
Uno de los casos más sonados ha sido el de los despidos del DIF, en el que, desde diciembre de 2018 a junio de 2019, han sido despedidos más de 200 trabajadorxs de estructura y más de 750 que estaban contratados por honorarios, trabajando en la precariedad total. Esto con el argumento de que se redujo el presupuesto, y por lo mismo, según los trabajadores, se les está liquidando solo con el 40% de lo que les correspondería. Así mismo estos despidos están generando que el personal que se quede laborando tiene una mayor carga de trabajo, aumentando la explotación y afectando las labores sociales importantes que realizan.
Los despidos, y el aumento de la explotación laboral son algunas de las peores lacras del neoliberalismo, por lo que un gobierno que se dice representar un cambio en favor de los más pobres no debiera generar este tipo de situaciones. El DIF es sólo un ejemplo, pero esta problemática se ha desarrollado en otras instituciones e incluso Alcaldías, como la de Iztapalapa, en la que los trabajadores hasta han tenido que realizar plantones para luchar por sus puestos laborales.
Es una realidad que, en muchas instituciones públicas, el mismo sistema ha generado una serie de vicios en los que existen ciertos puestos que podrían ser innecesarios, sin embargo, esto no se resuelve simplemente con recortes y despidos, generando que de un día para otro una persona se queda sin ingresos y en la calle. Esto refleja, que bajo la economía capitalista es imposible de solucionar los problemas de la clase trabajadora, pero al mismo tiempo refleja que Morena no tiene una política clara que realmente resuelva las necesidades de la clase trabajadora.
Debemos luchar por una austeridad pero sólo de los grandes millonarios y no para los trabajadores, porque los diputados senadores y demás funcionarios públicos tengan un salario no superior al de un obrera calificado, por la reducción de la jornada laboral para distribuir el trabajo entre todas las manos existentes, por aumentar salarios de manera real, y en general por una economía y sociedad planificada en la que lo principal no sean las ganancias sino realmente cubrir las necesidades de todos los sectores explotados.
¡Ni un despedido más!
¡Austeridad al gobierno, no a la clase trabajadora!