Este año se llevará cabo el Congreso Nacional de Morena, donde se elegirá la nueva dirigencia nacional. Esta batalla por dirigir el partido, fundado hace cinco años, está sacando a flote una serie de prácticas y métodos políticos semejantes a los del PRI, PAN o PRD - luchas entre tribus internas, fraudes, marrullería, cabildeo político, etc. - Esta forma de actuar de los presentes dirigentes contrasta radicalmente con las aspiraciones de los militantes de base que hemos trabajado por construir una herramienta que verdaderamente luche por las necesidades de los sectores más pobres y no por intereses de grupo.
Los aspirantes
Bertha Lujan, Yeidkol Polevnsky, Mario Delgado y Alejandro Rojas son los aspirantes que hasta el momento han mostrado interés por participar en la contienda iniciada en agosto. Esta elección es importante, ya que marcara la dirección política y práctica de cara a las elecciones intermedias de 2021, en las que están en juego algunas gubernaturas, así como la necesidad de mantener la mayoría en la cámara de Diputados. Pero, además, se perfila la sucesión presidencial de 2024.
Estos elementos son los que explican la intensa lucha interna por dirigir al partido. Yeidkol Polevnsky, sin duda representa a los sectores empresariales, de derecha y más conservadores, este personaje ha dado sobradas muestras de traición ante los intereses del pueblo. Mario Delgado, representa al grupo de Marcelo Ebrard, aunque muy cercano al presidente, tiene intereses personales muy claros de ser el continuador de la política actual.
Alejandro Rojas, pertenece al grupo de Ricardo Monreal, es uno de los personajes más oscuros, ha dado sobradas muestras de tener ambiciones personales que pone por encima de las aspiraciones del pueblo pobre. Los manejos que ha hecho para controlar el senado son una muestra clara de ello, y no se trata de decir si Batrés es mejor o peor, sino de enfatizar el método tan burocrático que existe al interior del partido. Desde las bases exigimos que Monreal como muchos otros traidores deben ser expulsados.
Finalmente, Bertha Lujan, es la que representa la corriente más cercana a AMLO y tiene un mayor respaldo de las bases, es la candidata que se perfila con mayor fuerza para obtener la dirigencia. Cabe mencionar que este proceso de elección interna ya está manchado por una serie de maniobras por parte de la actual dirección, en la que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) desconoció los acuerdos del Consejo Nacional del pasado 7 de julio en el que se crearía una comisión de militantes que coadyuve a la convocatoria y realización del Congreso, así como del proceso de elección.
Las bases debemos de tomar el Partido
Estas prácticas reflejan que Morena se está convirtiendo de manera acelerada en un partido más del sistema - algunos comentan: “nos estamos perredizando más rápido que el PRD”-, en el que no existe democracia, debate y un programa claro que defienda de manera real los intereses de las y los trabajadores del campo y la ciudad, así como también represente las aspiraciones genuinas de la juventud y mujeres trabajadoras y jóvenes que se movilizan contra la violencia machista y por la defensa de sus derechos más básicos.
Morena surgió como expresión de una rebelión de millones que no ceso de movilizarse. Las bases en realidad lo que queremos es un partido que luche por acabar con el capitalismo y todas sus lacras. Pero por la vía de los hechos, Morena ha sido un partido que, desde su formación, su objetivo político y organizativo se limitó a las cuestiones electorales, utilizando a los miles de militantes sólo en tareas de promoción y obtención del voto. Hemos sido excluidos de los procesos más importantes, como la designación de las candidaturas, cediendo el paso a personajes que defienden políticas totalmente de derecha, como es el caso de Yeidkol.
Un verdadero partido de izquierda, con una real democracia interna se debe apoyar en las bases, partiendo de los comités, discutiendo y desarrollando un programa político de clase y anticapitalista, que sea defendido con la movilización por todos los militantes y los dirigentes. Debemos de fortalecer la formación de cuadros políticos en base a la defensa de ese programa de lucha discutido y desarrollado desde abajo y no desde las cúpulas.
Morena debe apoyarse, impulsar y respaldar la lucha de las y los oprimidos que damos la batalla por mejores salarios y condiciones de vida, pero esto sólo lo hará, expulsando del partido a todos los arribistas, oportunistas y traidores, basándose en la fuerza de sus bases y dándoles la dirección, que, en última instancia, fuimos quienes pusimos a López Obrador en el gobierno.
¡Por un Morena de los y para los oprimidos!