Después de la victoria que la derecha de Morena obtuvo en la elección de la dirección nacional y con las elecciones a la vuelta de la esquina, una tropa de trepadores, arribistas, traidores y demás escoria ha arribado a Morena. Poco y nada les importa la transformación social alguna, les interesa su carrera política, sus privilegios y, de paso, aprovechar para enlodar al partido frente a las masas y contribuir a la ofensiva abierta de la derecha.
Desde el año 2018 pero con más fuerza ahora, personajes y fuerzas de procedencia y reconocidos vínculos con los partidos del Pacto por México (PRI, PAN y su quinta pata, el PRD), con el charrismo sindical, caciques, el narco, la corrupción y otras clases de desechos sociales se han montado en el nombramiento de candidaturas de Morena para este año. Sin embargo, no se trata sólo de nombres, sino, ante todo de una política para destruir las aspiraciones de cambio que millones expresaron en su voto a Morena.
Fuera candidatos violadores y machistas
Uno de los casos más sonados y más graves es el de Félix Salgado Macedonio. Esta inmundicia impresentable y cínica enfrenta acusaciones de violación sexual, además de una larguísima cola que arrastra de corrupción, nepotismo, relaciones con el narcotráfico, etc. Pero no es, ni de lejos, el único. Hay también gente ligada a Elba Ester Gordillo, 13 de los 14 candidatos y candidatas a gubernaturas estatales son expriistas y experredistas.
Y sigue creciendo toda una lista de agresores sexuales, expanistas, expriistas, experredistas, charros sindicales y neocharros, chapulines, arribistas y ratas que abandonan los naufragios de los partidos de la derecha y desplazan a las bases que han luchado por más de una década a pesar de su dirección y la política que están llevando adelante en las cámaras legislativas y en las Secretarías de Estado.
Es claro pues, que por parte de la derecha tanto de fuera como de dentro del partido se está siguiendo una política definida: asegurar los intereses personales, embarrar todo lo que se pueda y crear una quinta columna dentro de Morena que destruya desde dentro los esfuerzos de millones que han votado pero, sobre todo, acabar con los miles que contra viento y marea, contra la represión de los gobiernos federal y estatales y los caciques locales y contra la derecha que ha copado el Gobierno y el partido, han llevado adelante el esfuerzo por la transformación del país.
¿Quién los ha dejado pasar?
Si sabemos claramente qué quiere esa gentuza aquí la pregunta entonces es ¿quién los ha dejado pasar? Evidentemente tienen a sus infiltrados expertos, a Delgado, Monreal, Ebrard, Muñoz Ledo, Romo y Barragán pero ¿y la izquierda? Citlali Hernández, recién Secretaria General declaró en una entrevista: “Me parece que por un acto de congruencia y hasta no saber más detalles, lo mejor es que tomemos una decisión y que Félix Salgado no sea candidato” Pues sí ¿no? No debería y alguien tendría que hacer algo ¿no?...
Y es que no se trata de que ella misma lo corra, que además sería un acto de verdadera congruencia. Se trata de qué hay reclamos genuinos de la militancia, del movimiento feminista y de otros sectores en lucha. Pero la llamada izquierda de Morena no ha puesto un sólo dedo en movimiento para hacer frente a esta situación y su inmovilidad mantiene atados y amordazados a los sectores honestos y combativos de la base que está tratando de hacer algo.
Como dijimos en nuestras páginas hace tiempo, mientras hubo la elección interna, foros y entrevistas, llamados a la organización y la lucha y luego… justificaciones en los procedimientos internos del partido y mucho “trabajo legislativo”. Y las cosas no mejoran cuando AMLO declara que las acusaciones contra Salgado Macedonio son “productos de tiempos electorales”. Unos encubren, otros niegan, otros más pasan la bolita y el cambio seguirá en deuda.
La alternativa revolucionaria
La forma de acabar con todo esto es la movilización de las bases, que rompan con el ambiente de burocratismo y “funcionarios responsables” que inunda todo Morena. Sabemos que nos es fácil, pero la única alternativa para los sectores honestos es volver hacia el trabajo militante y constante, a la solidaridad activa con los movimientos, con Matamoros y sus huelgas, con los que denuncian los megaproyectos de muerte, etc. Quebrar de abajo a arriba toda la política de gestión y reforma del capitalismo que les tiene atenazados.
Y pugnar en las reuniones y en los círculos por un programa de democracia directa, asamblearia y participativa para la toma de decisiones, para elegir candidatos, para elegir el programa de gobierno y para impulsar la lucha contra la derecha de dentro y de fuera. Llamar a unirse a los círculos que están desperdigados en una corriente nacional de lucha de izquierda revolucionaria y anticapitalista para realmente transformar el país, contra quienes intentan destruir este esfuerzo, contra quien les abren las puertas y también quienes no son consecuentes. Necesitamos una revolución y no pararemos hasta conseguirla.