Intento de otorgamiento de plaza a dedazo al actual Secretario Académico, Alejandro Barceló Rodríguez
En pleno receso escolar y a pocos días de vacaciones administrativas, los integrantes del Honorable Consejo Técnico de la Facultad de Música de la UNAM y de la Comisión Dictaminadora de dicha casa de estudios, padecen la presión de las autoridades para ceder en el otorgamiento de una plaza de Tiempo Completo Titular B, por artículo 51 del Estatuto del Personal Académico de la UNAM, a favor del actual Secretario Académico, el Sr. Alejandro Barceló Rodríguez.
Tal artículo estipula que:
En la contratación de personal académico, se deberá seguir el procedimiento que se señala en este Estatuto para el concurso de oposición o concurso abierto para ingreso, salvo en casos excepcionales o para la realización de una obra determinada. En estos dos últimos casos los términos de la contratación deberán ser previamente aprobados por el consejo técnico, interno o asesor, oyendo la opinión de la comisión dictaminadora respectiva. El personal así contratado sólo podrá adquirir la definitividad a través de un concurso de oposición para ingreso (Artículo 51, capítulo V, sección C, EPA, Gaceta UNAM, 14/04/1988).
En el caso del pretendido nombramiento de Alejandro Barceló Rodríguez, como profesor de tiempo completo, la dirección coacciona a los integrantes del Consejo Técnico y de la Comisión Dictaminadora mediante llamadas telefónicas previas a las sesiones en el intento de persuadir y obtener los votos necesarios para el logro de su contratación.
Desde un discurso falaz, se argumenta la viabilidad del otorgamiento de la plaza a un funcionario que, en su rol docente, habitualmente incumple con las funciones básicas de asistencia a clases, de impartición de contenidos mínimos del programa de asignatura, y de calificación en tiempo y forma. Podemos agregar que, a nivel de investigacióny producción académica, casi no registra publicaciones, y que su proyecto de postulación al doctorado en el Programa de Maestría y Doctorado en Música de la UNAM,en su oportunidad, fue rechazado. Asimismo, es de destacar que, tiempo atrás, perdió en su postulación a un Concurso Abierto de Oposición por una plaza de Tiempo Completo, en la misma Facultad de Música en la que la Dirección, hoy, tanto insiste con el otorgamiento a su favor de una plaza por Art. 51.
Asimismo, en su condición de Secretario Académico, Alejandro Barceló Rodríguez manifiesta un notorio desconocimiento de las personas integrantes de la comunidad educativa, así como de sus principales problemáticas y del funcionamiento de la institución en general. Un secretario ausente, sin capacidad de gestión, montado en la eficiencia de desempeño y eficacia de sus subordinados; un funcionario que obstaculiza procesos administrativos y proyectos académicos; un personaje políticamente siniestro, la encarnación de la decadencia de la Facultad de Música de la UNAM.
Todo esto se envuelve en un aire de sospechosismo al presentarse a pocas semanas de que se elija terna a dirección para la FaM. Se sabe que estas prácticas no son ajenas al desenvolvimiento general de los directivos de la UNAM, pero es necesario poner un alto a estas dinámicas que pueden perpetuar grupos de poder, afectan directamente el acceso a una educación digna para los estudiantes, y obstaculizan el acceso a profesores realmente preparados para conseguir mejoras en sus condiciones laborales.
Consejeras y consejeros del Honorable Consejo Técnico de la FaM e integrantes de la Comisión Dictaminadora, en su condición de cuerpo colegiado, tienen el compromiso de defender la educación y los intereses de la comunidad, y no el interés privado de funcionarios corruptos. Comprendemos que están siendo presionados, pero, por el bien de la comunidad, de la Facultad y de la integridad y dignidad de sus personas, NO LO PERMITAN.
Ciudad de México, 20 de junio de 2024.
