La ley SB 1070 aprobada recientemente en Arizona, Estados Unidos, por la mayoría de legisladores republicanos y por la gobernadora Jan Brewer, ha sido ampliamente rechazada por diversos sectores de la sociedad estadounidense y latinoamericana. Si no es vetada, dicha ley entrará en vigor el mes de agosto, fecha en la que todo migrante indocumentado en Arizona será calificado de “criminal” y castigado con seis meses de prisión, 2 mil 500 dólares de multa y a la deportación a su país natal. El miedo, la desesperación y la rabia de miles de migrantes se han combinado con movilizaciones y organización que cada vez son más fuertes y retan a quienes tratan de consumar este ataque histórico a la clase trabajadora.

El 23 de abril se promulgó la ley SB 1070, conocida también como la Ley Arizona misma que impide a los indocumentados solicitar trabajo, califica como criminales a todos aquellos que den empleo, refugio o apoyo de cualquier tipo a indocumentados; obliga a todos los empleados públicos a verificar la situación migratoria de cualquier persona que “parezca” inmigrante ilegal, permite a la policía detener sin orden de arresto y sin averiguación previa a personas  sospechosas de ser indocumentadas y castiga a quien “promueva” el ingreso de indocumentados a dicho estado. Los funcionarios del gobierno  que no cumplan con estas tareas también serán sancionados. Los indocumentados inmediatamente serán apresados para cumplir un encarcelamiento de seis mese y deberán pagar una multa de 2 mil 500 dólares para posteriormente ser deportados a sus países de origen.

La ley es tan reaccionaria que incluso los extranjeros legales pueden ser encarcelados por el simple hecho de no portar sus acreditaciones al momento de ser requeridas. Los policías y funcionarios que por error no encarcelen o denuncien a un posible indocumentado, pueden ser acusados de complicidad y por tanto sancionados. Esta situación ha llevado a que cuerpos policiacos en Arizona se manifiesten en contra de dicha ley, incluso algunos funcionarios públicos estadounidense están promoviendo recursos legales personales contra la SB 1070.   

¿Por qué en Arizona?

Muchos analistas plantean que la SB 1070 se promulgó con el objetivo de reposicionar electoralmente a los republicanos y en particular a sus principales promotores: el senador John McCain y la gobernadora Jan Brewer. Por supuesto que hay grupos fascistas que ven aquí reflejada su ideología y por ello darán su voto a los republicanos en las próximas elecciones, sin embargo las raíces de la SB 1070 son más profundas y las encontramos en la crisis económica que ha golpeado severamente a todo Estados Unidos y en particular al estado de Arizona.

Del año 1998 al 2006 la economía de Arizona creció 5.6% en promedio anual. Gracias a ello el empleo se desarrolló y atrajo a miles de migrante indocumentados, en ese mismo periodo la tasa de indocumentados creció en 70%. Pero esos buenos tiempos quedaron atrás y no volverán en el corto plazo, en el año 2007 la economía del estado creció un 1% y para el 2008 registró una caída de 0.6%, al año siguiente la caída debió ser porque toda la economía estadounidense cayó 2.4% en conjunto. El estallido de la burbuja especulativa en el sector inmobiliario sumió a Arizona en una situación sumamente complicada, hoy día este estado junto con California y Florida concentran el 46% de los juicios hipotecarios de todo Estados Unidos. La industria por su parte registra un incremento del 77%  en la tasa de empresas en quiebra. Y por si fuera poco, para el año 2011 se calcula que enfrentará un déficit público de 3 mil 200 millones de dólares. Las finanzas públicas y privadas en Arizona están pendiendo de un hilo, cualquier recaída de la crisis económica nacional puede hacer saltar las cosas en mil pedazos.

La crisis sobre la espalda de los migrantes

Toda la clase trabajadora estadounidense está pagando los costos de la crisis económica, pero los migrantes están sacando la peor parte. En el 2006 la cifra de desempleados en Arizona era de 3.9%, para el 2008 subió a 7.6% y ahora en el mes de marzo de 2010 la cifra estatal de desempleados llega a 9.6%, sin embargo en algunos condados como Yuma llegan hasta el 28%. En los dos años pasados el salario de los trabajadores agrícolas ha caído hasta un 50% a nivel nacional, en Arizona este dato es importante porque el 80% de los trabajadores del campo son migrantes indocumentados.

Hoy muchos defensores de la SB 1070 califican a los migrantes como una carga “injusta” para las finanzas locales, sin embargo lo que callan es que todos esos migrantes han tenido que soportar salarios muy bajos: en el 2003 el salario promedio estatal era de aproximadamente 29 mil dólares al año, pero un trabajador indocumentado ganaba en ese mismo año 13 mil dólares anuales. El calvario es todavía mayor, en el año pasado y en todo EEUU 400 mil familias hispanas perdieron su hogar por embargo bancario y se calcula que a finales de este año 1.3 millones de éstas acabaran en la calle por la misma razón. Los migrantes indocumentado radicados en Arizona y que están en riesgo de embargo no podrán hacer uso de recursos legales para renegociar su deuda o para beneficiarse de los programas de apoyo, la ley SB 1070 lo prohíbe. 

Los migrantes también luchan

La vida de un trabajador que ha migrado “ilegalmente” a Estados Unidos es particularmente dolorosa. Duele en lo más profundo del pecho tener que migrar para obtener el derecho más básico que debemos tener los trabajadores: empleo, sólo eso, empleo. Las movilizaciones que se han desatado durante los últimos meses han sido históricas y no reclaman únicamente una reforma migratoria favorable; no, lo que además reclamamos los migrantes es esa parte de nuestra vida que nos ha sido arrebatada por el desempleo, el hambre y la marginación.

En el mes de abril medio millón de trabajadores se manifestaron Washington, luego en Arizona ha habido una y otra vez marchas y campañas en contra de la SB 1070: estudiantes, amas de casa, trabajadores de la construcción, un mar de gente ha levantado sus voces. El 1º de Mayo, 70 ciudades estadounidenses tuvieron grandiosas concentraciones, en todas ellas se escucharon consignas a veces contra el mismo Obama, a veces contra los republicanos, a veces con un claro contenido de clase y a veces muy confusas. Sin embargo ha quedado claro que los migrantes son millones  con una gran fuerza y con grandes simpatías entre los trabajadores estadounidenses, esta lucha puede tomar dimensiones nacionales contagiando a todos los trabajadores que han venido soportando sobre su espalda la crisis económica.

La reforma que exigimos

Durante su campaña presidencial, Obama planteó que impulsaría una reforma migratoria integral, ese discurso fue clave para ganar la simpatía de miles de trabajadores latinoamericanos que votaron por él. Una y otra vez el actual presidente ha refrendado aquella promesa, incluso recientemente planteó que antes de terminar el presente año la reforma estaría lista. Lo cierto es que a la fecha  no ha dado ni un sólo paso real en esa dirección. Hasta ahora todo han sido palabras. Y peor aún es que Obama sólo ha rechazado de palabra a la ley “antimigrantes”.

Los indocumentados no somos delincuentes sino trabajadores y exigimos que se nos otorgue la residencia estadounidense, el derecho a transitar libremente por todo el territorio estadounidense, el pleno acceso al trabajo y a los servicios públicos de salud, vivienda, educación y cultura. Exigimos que se eliminen las “redadas”.

La táctica para triunfar

Desde por lo menos el año 2005 las movilizaciones de los migrantes han venido en ascenso, ahora han entrado en una nueva etapa y claramente se nota el fortalecimiento del movimiento. Una tarea fundamental de esta lucha es evitar toda división, la lucha actual debe unir a todos los migrantes sean de la nacionalidad que sean, pero además es fundamental unificar a los trabajadores estadounidenses, ellos también están sufriendo en carne propia la crisis económica y las próximas medidas serán contra las conquistas que ellos aun tienen. El nivel de lucha se debe incrementar y debemos pasar de las movilizaciones a la convocatoria de una acción contundente en todo el territorio estadounidense, es decir necesitamos convocar a una huelga de 24 horas. Los marxistas agrupados en el periódico Militante proponemos que además esta Huelga General sea convocada en toda Latinoamérica. Si trabajamos rápido, audaz y firmemente la respuesta de toda la clase trabajadora será contundente, la SB 1070 será derrotada y una reforma migratoria será realidad.

En última instancia el fenómeno de la  mano de obra inmigrante es una expresión de la bancarrota del capitalismo el cual ha condenado al atraso a regiones enteras del planeta las cuales, ante la falta de alternativas, expulsan a millones de seres humanos hacia otras naciones en búsqueda de una vida mejor. Ya en los países receptores los inmigrantes son sometidos a las peores condiciones laborales, además de ser perseguidos para lograr por este medio abaratar aun más sus salarios, ejemplo de ello es la ley SB 1070 de Arizona, generando ello magnificas ganancias para los empresarios. Es por ello que la solución de fondo a toda esta problemática es la de luchar por la expropiación de los capitalistas y la instauración del Socialismo. Sólo de esta manera se podrá evitar que millones de seres humanos se trasladen a otros países a ganarse la vida y que sean tratados con dignidad todos aquellos que decidan inmigrar a una nación ajena a la suya.


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