Como todos nos habremos ya enterado, el día de ayer el gobierno de EPN detuvo a Elba Esther Gordillo (EEG) con cargos de desvíos de fondos por alrededor de 2300 millones de pesos. Inmediatamente, el análisis más superficial se relaciona el hecho con la incapacidad del sector oficialista del SNTE de controlar el gran descontento que ha provocado la Reforma educativa. De ello hablan las manifestaciones de Tabasco, Veracruz o Sinaloa, donde las manifestaciones de los maestros no han sido convocadas por la CNTE sino por el propio SNTE. Pero por el otro lado se halla también las acciones de las secciones consolidadas por la CNTE, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, que son, por decirlo breve, un polvorín pronto a estallar.

Las movilizaciones de Oaxaca, han alcanzado su punto más alto desde 2006. Ahora, en las recientes movilizaciones el cierre de las escuelas es lo de menos, toma de casetas, cierre de carreteras, cerco a edificios públicos y cierre de centros de comercio industrial. A esto se suman las acciones de Chiapas dónde se tomaron las casetas de la frontera internacional. En Michoacán hubo una marcha de 40 000 personas, con presencia nacional. Y, finalmente, Guerrero sumó todas las contradicciones posibles, pues aquí no solo está la lucha magisterial democrática; está la situación de las normales, el narcotráfico y los núcleos de autodefensa, que ahora se han extendido cerca de 10 Estados, que con armas en la mano y proclamando abiertamente que el Gobierno no puede, pone de manifiesto quién tiene el control en la sociedad.

Sin embargo, la detención de EEG, no solo tiene que ver con la Reforma Educativa. Es muestra de las gigantescas divisiones que están bullendo entre la derecha. Hemos visto, últimamente, enfrentamientos entre PAN y PRI, pero también dentro del propio PRI. Así, la detención de EEG cumple, entre otros, tres objetivos, a saber, primeramente es mandar un mensaje, decir a toda la derecha, a sus facciones, que es necesario alinearse y a quién no lo haga esto le va a pasar; es un intento de un gobierno sumamente débil por provocar unidad frente a la gran polarización social que ya se está reflejando en los desencuentros entre la derecha. Por otro lado, y por esta misma debilidad, el EPN busca legitimidad, lo medios hablarán del hecho y vomitaran largo sobre el tema, buscando crear imagen para EPN. Sin embargo más allá de la reacción que puedan tener algunos sectores de burgueses y pequeño-burgueses furibundos el movimiento obrero verá y es viendo el hecho con cautela extrema.

Y es que, por tercer objetivo, se adivina que el logró mayor será poner a la patronal y al gobierno en una posición de ventaja para atacar con mayor fuerza al movimiento obrero. Ante la situación ocurrida, muchos portavoces de la derecha ya dicen que es tiempo de que los maestros apoyen la reforma laboral y que es oportunidad para dividir el SNTE en un montón de sindicatos estatales, etc. Tratan de quitarse de en medio una fuerza política muy poderosa y a uno de los sectores de oposición más activos y con mayor posibilidad. Pero la apuesta es demasiado riesgosa. EPN no tenía motivos para quitar tan formidable tapón del movimiento, la acción en si misma constituye una sobreestimación de sus fuerzas. Ante la inconformidad, protesta y combatividad que aumenta a cada momento las ondas de choque provocadas por el golpe pueden tener consecuencias imprevisibles e incontrolables para el régimen.

Evidentemente no creemos que la acción haya sido en busca de democracia sindical o mejorar la situación educativa, buscan una posición y parapetarse para atacar a la CNTE y todo el sindicalismo democrático. La CNTE debe aprovechar el gran debate que esto originará, la inestabilidad del aparato charro y el gran descontento existente para entrar con fuerza, sin un gramo de confianza en la derecha ni el gobierno y sus buenas intenciones. La torpeza de EPN debe ser aprovechada por el ala combativa del magisterio para lanzar una lucha a fondo por la democratización del SNTE enfilando todas sus baterías contra un aparato burocrático y charril que ha quedado evidenciado en su debilidad al no poder convocar a ninguna acción de fuerza para defender a su presidenta vitalicia y forzar su excarcelación. Lo natural habría sido que tras la detención de EEG, Juan Díaz de la Torre, secretario general  del SNTE, llamara al más de un millón de profesores agrupados en dicho gremio a movilizarse y a, incluso, paralizar todo el sistema de enseñanza básica nacional, pero no lo ha hecho y sólo se ha limitado, junto con el resto del Comité Ejecutivo Nacional del gremio magisterial, a ratificar su "lealtad, cariño y solidaridad" para EEG, tal como lo hicieron hoy a través de un comunicado público. Y no llama a ninguna de esa clase acción de fuerza porque dicho dirigente, del mismo modo que el resto de los charros del SNTE, teme que el largo brazo de la ley también lo alcance pues, al igual que la Gordillo, él y los demás charros están involucrados en toda clase de corruptelas; pero más aún, y por encima de ello, no convocan a la acción porque temen que la mayor parte de la base sindical esté escéptica o de plano no tenga ni la más mínima voluntad de responder a los llamados para movilizarse en defensa de EEG.

Es la hora para el movimiento de aprovechar las divisiones de la derecha para meter una cuña y utilizarla como palanca para hacer saltar por los aires todos los planes de la burguesía e imponer la voluntad obrera, avanzar la democracia sindical y la lucha por la transformación social.


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