El regreso del PRI a los pinos, así como la aprobación en las cámaras de algunas de las llamadas reformas estructurales (laboral, educativa, telecomunicaciones, etc.), apoyándose en una fuerte campaña mediática en los medios de comunicación, no han sido sólo resultado de un fortalecimiento del PRI o del mismo régimen. En gran medida, este aparente avance de las políticas de Peña Nieto, se ha debido a la ausencia de una verdadera oposición de los partidos políticos de izquierda, principalmente el PRD, e incluso, también a la desmovilización en la que se encuentra el movimiento de regeneración nacional.
Una premisa fundamental del método científico del materialismo dialectico se basa en que “la naturaleza no conoce el vacío”, es decir que la nada no existe, siempre un espacio abandonado por alguna fuerza será llenado por otra. En la sociedad capitalista bajo la cual vivimos en la actualidad, la sociedad está compuesta por varias fuerzas, expresadas en clases sociales, y estas clases representan intereses distintos dentro de la sociedad, es decir fuerzas distintas dentro de la misma sociedad. Y en última instancia la lucha entre estas fuerzas o clases es lo que hace que la sociedad cambie.
Las conquistas que los trabajadores mexicanos han logrado en el pasado (jornada de 8 horas, derechos sindicales, a huelga, aumentos salariales, etc.) son resultado de estas luchas; así como los ataques que la derecha y la burguesía han dado a las condiciones laborales de los trabajadores (tercerización laboral, subcontrataciones, privatización de la educación, etc.). Hacia donde gire el péndulo depende por un lado de cómo se encuentre la correlación de fuerzas en un determinado momento, pero también de la capacidad de las organizaciones de la clase trabajadora y de sus dirigentes por aprovechar las situaciones favorables. Y esto último es la parte más importante de la cuestión, y la situación actual es la mejor prueba de ello.
Haciendo una revisión del 2005 al día de hoy podríamos decir que en este periodo la correlación de fuerzas ha sido favorable a la clase trabajadora y los explotados de este país, teniendo grandes oportunidades de derrotar a la derecha, sin embargo esto no ha sido así. Esto ha sido consecuencia de la falta de una dirección y un programa revolucionario y anticapitalista dentro de las organizaciones de masas de los trabajadores y la juventud. Una de estas organizaciones ha sido el PRD
No podemos negar que ésta ha sido uno de los partidos de izquierda más importante en el último periodo, teniendo en su militancia a miles de trabajadores y campesinos dispuestos a luchar contra el actual régimen. Lo que vemos ahora es que el partido está dividido en líneas de clase, con una cúpula burocrática traidora, que ha entrado en el juego de los acuerdos con la derecha. La mayor expresión de esto fue la firma del Pacto por México por parte de Jesús Zambrano, ante la queja de muchos perredistas, ya que se hizo sin consultar al Consejo Político Nacional y mucho menos a las bases. El Partido está dividido entre dos principales corrientes: Izquierda Democrática Nacional, encabezada por Rene Bejarano y Nueva Izquierda, liderada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano en torno a la firma del Pacto.
Sin embargo ninguna de estas corrientes está ofreciendo una alternativa real a los trabajadores. La posición del PRD frente a las reformas del PRI y los empresarios ha sido bastante inconsistente y poco clara, basándose solamente en pugnas y declaraciones entre las corrientes a lo interno del partido, pero que estas reflejan las presiones resultado de la composición de clase de las bases perredistas.
Algunos sectores del partido estaban planteando discutir la viabilidad del Pacto por México en el Consejo Nacional del viernes pasado (19/04/2013), sin embargo los resultados en este terreno fueron prácticamente nulos. En dicho consejo no se discutió la participación del partido en el dichoso Pacto, ni la cuestión de las alianzas con el PAN para las elecciones estatales de julio próximo. Tampoco se tocó lo referente a las movilizaciones magisteriales. “El tema se concentró en un resolutivo del cuarto pleno extraordinario, dado a conocer al final del encuentro. Se aprobó refrendar el compromiso del partido con la educación pública, gratuita, democrática y de calidad, así como con el respeto a los derechos laborales y constitucionales de los trabajadores de la enseñanza y la no estandarización de los criterios para aplicar sistemas de evaluación de los maestros”. (La jornada 21/04/2013)
En torno al punto sobre el Pacto, Nueva Izquierda se limitó a distribuir un comunicado explicando las ventajas de dicho Pacto y que eso pone al PRD como un partido de izquierda útil para el país. Solamente el consejero José Antonio Rueda cuestiono la falta de debate sobre el tema y sobre otros más de importancia mayor y hablando fuerte manifestó: “no sé qué piensan nuestros dirigentes si (creen que) están frente a un consejo estúpido y aún nos hagamos estúpidos. Cómo es posible que habiendo tanta necesidad de discutir se trate de un consejo extraordinario acotado… Es evidente que somos un partido ciego, sin visión, sin articulación” (la jornada 21/04/2013)
En el caso de Guerrero ha sido más clara esta situación, donde los legisladores locales del PRD se han comprometido con los maestros a impulsar una reforma que incluya sus demandas, mientras por otro lado el gobernador del estado también de filiación perredista, se pone de acuerdo con el régimen para reprimir el movimiento. Y en general en todos los caso la situación ha estado marcada por la división. En la votación de la Reforma Educativa, hubo un voto dividido de la bancada perredista.
Lo mismo pasa con la reforma laboral ya la de telecomunicaciones, donde vemos a afanados perredistas de izquierda como la diputada Purificación Carpinteyro, alabando muy sorprendida la reforma en telecomunicaciones de Peña Nieto. Estos perredistas o son ingenuos o representan intereses contrarios a los trabajadores. El papel de Miguel Ángel Mancera en la ciudad, también ha sido el de alinearse a la política de la derecha, recortando programas sociales y traicionando los principios del partido al que representa.
Dentro del PRD siempre han existido tendencias de derecha, sin embargo la posición que había dominado hasta hace poco había sido fundamentalmente la izquierda. Ahora la situación se ha invertido de manera radical, los dirigentes de derecha han podido levantar la cabeza y dirigir en sus aspectos más fundamentales al partido, ello explica las posiciones de colaboración o de silencio que desde el PRD se han tenido respecto a los ataques de Peña Nieto. Sin embargo al mismo tiempo siguen existiendo miles de trabajadores y jóvenes que, muy a pesar de lo anterior, solo tienen al PRD como alternativa para luchar.
Para rescatar al PRD es necesaria una lucha muy fuerte por sacar a todos esos arribistas y agentes de la burguesía dentro del partido, sin embargo después de tantas traiciones por parte de la dirección actual, es muy posible que los trabajadores prefieran realizar otras tareas más urgentes. Lo importante en todo caso es no confundir la posición de la dirección con la posición de quienes militaron ahí, o de quienes no tienen otra alternativa que mantenerse esperando tiempos mejores.
fecha:22-abril-13