Vivimos una etapa de la historia humana en donde la crisis capitalista está haciéndose cada vez más grave y evidente. Las condiciones de vida de los oprimidos de todo el mundo son peores a cada minuto que pasa y las contradicciones que siempre han arropado a este sistema ya no son tan fáciles de disimular.
El Estado burgués, ligado íntimamente al sistema capitalista, además de también tener una crisis política y económica, está trabajando a todo vapor para tratar de mantener a raya a los trabajadores que se movilizan cada vez en mayor cantidad y calidad a nivel mundial. El Estado, bajo el esquema capitalista, siempre ha funcionado como un intermediario para aplicar políticas y leyes dictadas por la misma burguesía, para defender los intereses de éstos últimos sin importarles nada, ni considerar a nadie más que a sí mismos. Además se encarga de la represión para quienes cuestionan esas leyes y la gran propiedad privada que éstas defienden. Es por eso que el Estado ha sido por excelencia, la herramienta de opresión de los capitalistas.
El Estado mexicano no difiere de las funciones antes descritas, y eso se pudo comprobar el pasado 1° de mayo, cuando los compañeros de Militante y de la Fundación Federico Engels (FFE), fuimos presa de las leyes fiscales absurdas que emplea el gobierno de Moreno Valle y Eduardo Rivera, para obtener dinero, así como del aparato represor que emplean para hacer valer sus leyes, todo ello con el objetivo deliberado de tratar de impedir la difusión de las ideas del socialismo entre los miles de trabajadores que se movilizaron ese día.
Durante la mañana del 1° de mayo, que es un día donde tradicionalmente los trabajadores en general conmemoramos la lucha que dieron los mártires de Chicago, además de protestar por reivindicaciones salariales, mejores condiciones de trabajo, liberación de presos políticos, entre otras demandas, nos instalamos en el zócalo de la ciudad de Puebla con una carpa y mesas, en donde proveemos al movimiento de material impresos con la teoría necesaria para su emancipación; cuando fuimos abordados por policías y agentes de vía pública, quienes nos incautaron todo el material impreso así como la carpa y las mesas, acusándonos de “comercio informal”, de “no tener el permiso necesario para ejercerlo” y obligándonos a pagar una multa para recuperar las cosas. Este acto por parte del gobierno panista debe interpretarse como un ataque no sólo a los compañeros agrupado en torno al periódico Militante, también es un ataque a la lucha de los trabajadores en su conjunto; pues el objetivo además de recaudar dinero con la multa, fue tratar de intimidarnos mostrando la fuerza que puede tener el Estado para las organizaciones y movimientos que se salgan del marco jurídico impuesto por la burguesía a través del parlamento, sin embargo sucedió todo lo contrario: como perros acorralados, demostraron el miedo que tienen a los trabajadores conscientes y organizados.
Inmediatamente los compañeros de Militante nos pusimos en acción, recabando firmas de apoyo repudiado la agresión contra la FFE, no sin antes explicar a cada trabajador que nos apoyó, las implicaciones que este ataque tiene para todo el movimiento obrero.
La respuesta de los compañeros fue excelente pues obtuvimos más de doscientas firmas de trabajadores de diversas organizaciones y un compañero maestro hizo una donación económica, demostrando el alto grado de compromiso y solidaridad de la clase trabajadora. Incluso hubo compañeros que aunque no participan en Militante, hicieron suya la causa y ellos mismo tomaron hojas para recolectar firmas. No sólo los trabajadores que asistieron a la marcha nos apoyaron, también asistimos a organizaciones como el SUNTUAP o la Casa del Movimiento, en donde los compañeros nos recibieron con gusto y con disposición para ayudar.
La campaña que se inició en torno a este ataque, para informar y pedir ayuda finalizó dos semanas después del incidente, en la marcha del 15 de mayo. Ahí, al término de la marcha en la que participaron varios miles de maestros, estudiantes, padres de familia y trabajadores de otros rubros; se nos permitió tomar la palabra en el mitin realizado afuera de la junta de conciliación y arbitraje, para agradecer a todos los trabajadores y a las organizaciones que nos apoyaron, informar que gracias a ellos, el material se pudo recuperar y también reafirmar el apoyo para con los maestros poblanos que fueron cesados por no aplicar la prueba ENLACE en sus escuelas.
De este suceso se pueden rescatar varias lecciones para todo el movimiento, y la principal es que los trabajadores debemos aglutinarnos en un frente único de lucha, pues sólo de esa forma se le puede hacer frente a los golpes que los capitalistas asestan a los trabajadores en el mundo. Solamente adoptando esa táctica lograremos el objetivo de la toma del poder, para acabar con la barbarie que el capitalismo provee diariamente.
Agradecemos de nuevo a todos los trabajadores que nos apoyaron y recordemos que ¡UNIDOS Y ORGANIZADOS, VENCEREMOS!