La inflación en México en los meses de enero y febrero se ha reportado como la más alta desde marzo del 2010, llegando a 4.4% en enero de 2014, y cayendo desde entonces hasta los 3.7% que se reportan para marzo, mes en el que el precio del limón se disparó. Lo anterior hace suponer, que si bien la dinámica inflacionaria ha sido inestable -y por encima de muchas regiones del mundo como Estados Unidos y la Unión Europea con 1.1% y 0.7% respectivamente-, el alza del precio del limón tiene su explicación en acontecimientos de tipo político y económico, más allá de las plagas y otros problemas agrícolas.

Michoacán es uno de los estados de mayor producción de limón y en el 2012 se posicionó como el más productivo; junto con Veracruz aportó el 50% de la producción nacional. En ese año Michoacán aumentó su producción en un 32.5% respecto a 2011, contribuyendo a una marca histórica que en tonelaje equivalió al peso de la torre Dubái, la más alta del mundo. Los municipios productores más importantes fueron Buenavista, Apatzingan y Aguillilla, con el 73% de la producción estatal, resultado que se tradujo en rendimientos promedio de 20 toneladas por hectárea para los agricultores de dichas regiones, con un costo estimado de producción de 2 mil pesos por tonelada, y un precio promedio de venta cercano a 2 mil 700 pesos por tonelada, lo que significa una utilidad superior a la de otros cultivos.

Como es de esperarse la mano del narcotráfico no ha dejado intervenir en un negocio tan prospero, ya sea como dueños; como usureros o como capataces al servicio de los empresarios, amedrentando a los trabajadores del campo inconformes con la explotación recibida por parte de los patrones. “Empresarios y empresas canadienses han estado contratando desde hace varios años a sicarios para contener las protestas en contra de las condiciones precarias bajo las que trabajan (los cortadores de limón)” escribe Ilán Semo.

Según Ilán Semo, basándose en información de Bloomberg, desde 2011, con el cambio en los poderes de Michoacán y la entrada de Fausto Vallejo del PRI para sustituir a Leonel Godoy del PRD en el cargo de gobernador, se potenció la intervención de grupos de narcotráfico -en especial de los Caballeros Templarios-, en el control de los cultivos de la región de Tierra Caliente, caracterizada por su destacado papel en la producción de limón. La intervención del narcotráfico se vio reflejada rápidamente en los precios al consumidor. El limón llegó a costar entre cuatro o cinco veces más de su valor habitual durante dos años.

En febrero de 2013 los pobladores de la región comenzaron a organizarse para formar grupos de autodefensa frente a la extorción y otros ataques del narcotráfico y a finales de mayo de ese año el gobierno por fin intervino dando una solución temporal y parcial, pactando con los templarios y el precio del limón bajo.

En aquel entonces el gobierno intervino principalmente por una preocupación económica: el peligro de mayor inflación, ya que sumados los precios acumulados de alimentos de la canasta básica, propiciados por las extorsiones en todo el país, podían aportar hasta en 1% o 1.5 % a la inflación (que se calculaba entre 4.5% y 5% en total). Semo asegura que fueron las presiones hacia Hacienda y el Banco de México, las que llevaron a intervenir de inmediato. Sin embargo, no puede pasarse por alto que los alcances y la dirección de tal intervención sobrepasa cualquier contención de la inflación.

En marzo de este 2014, nuevamente los precios se dispararon, la situación insostenible de extorción había llevado a las comunidades a mantenerse organizadas y a sacar conclusiones políticas, organizando manifestaciones en contra del control del narcotráfico, y se parando la producción agrícola. Desde 2013 hubo una caída en la producción después de la marca histórica de 2012. El 27 de marzo se reunió el consejo limonero de Colima para valorar paros escalonados del corte, entre Michoacán y Colima, para obtener el pago de 20 pesos por kilo y la estabilización del precio en los almacenes. Finalmente y debido probablemente a las presiones hacia este sector, 3 de abril se acuerda el precio del limón en 12 pesos el kilo y se normaliza la producción y distribución. Todo ello en medio de la ofensiva más grande contra las autodefensas y policías comunitarias para desarmarlas y desintegrarlas.

En última instancia los precios del limón han sido el resultado de la situación política que se vive en el país, especialmente en Michoacán, a causa del crimen organizado y por otro lado de las leyes irracionales del mercado, que por medio de la especulación llevó a precios estratosféricos al kilo del limón, encontrándose en ciertos momentos ¡hasta en 80 pesos!

Este acontecimiento no deja duda en que el narcotráfico, de la mano del gobierno por una u otra vía, es un problema social aunado a las ya innatas “bondades” del capitalismo, como la especulación, la anarquía en la producción y la explotación, agudizando aun más los problemas sociales y las precariedad de la vida cotidiana.

La alternativa contra la especulación del narco y contra el coyotaje es la expropiación de las tierras de todos aquellos que lucran con el hambre y de la eliminación de la intermediación en la comercialización de productos agrícolas por medio del monopolio del Estado en el mercado de alimentos, todo ello bajo el control democrático de los trabajadores y del campesinado pobre.


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