Cada día que pasa es un nuevo desafío al bolsillo de los trabajadores; a mediados del año pasado nos sorprendieron con el inicio de los incrementos en el precio de los alimentos por la mal llamada “crisis alimentaria”, al igual que por el alza de los hidrocarburos generándonos una inflación insoportable para el grueso del proletariado.

Las perspectivas que dábamos al inicio del año hoy día las podemos confirmar, de nada sirvió que Calderón detuviera la entrada en vigor del incremento al precio de la gasolina y al gas LP durante 2007-según él-, con objeto de proteger la economía de los más pobres, ahora nos encontramos en un peor momento. La inflación se ha ido incrementando, la tasa anual se elevo a 5.3%, la más alta desde 1992; de la cual el 75.6% de este incremento fue provocado por la carestía del petróleo, los alimentos y la luz.

No cabe duda, que por el mal manejo de nuestros recursos y sobre todo en la administración de ellos el gobierno espurio a hecho un buen trabajo, ya que esto aunado al encarecimiento del crudo y su traslado al coste de los carburantes ha sido determinante y explica que en un año los precios del transporte se hayan disparado en un 10.6%.

Esto ya es una realidad, en el DF el incremento al transporte público fue de 50 centavos y en el Estado de México de $1 peso. En el Distrito Federal el proceso para incrementar la tarifa no fue tan complicada ya que esté recibe subsidios por parte del gobierno, pero en el caso del Estado de México fue todo lo contrario a pesar de que el precio no había sufrido alzas desde hace ya cuatro años el costo del transporte es muy alto en promedio una persona gastaba en el Estado de México diariamente entre 25 y 40 pesos, (esto se explica porque la mayoría de la población se traslada recorridos de más de 1 hora  rumbo a sus centros de trabajos  y de estudio) y por que el transporte no tiene casi ningún tipo de subsidio por parte del estado.

Un estudio elaborado por el Instituto Politécnico Nacional señala que con base en los costos de los insumos, la población de la entidad y el índice inflacionario registrado en años recientes, debería cobrarse una tarifa de nueve pesos; por lo tanto se estaría hablando de un incremento de más del 100%  que seria imposible para el proletariado poder sostener.

Los trabajadores transportistas y nosotros los usuarios debemos unirnos en una misma lucha por mejores salarios, prestaciones y por bajar el precio del transporte. Solo así, uniendo las fuerzas del proletariado es como podemos eliminar estos abusos constantes a nuestros derechos.

¡¡Unidos y organizados venceremos!! 

Berenice López
 


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