La política de seguridad del GDF debe seguir un camino distinto a la de Calderón Una de las expresiones de la desintegración social del capitalismo es la violencia y la criminalidad, estos dos elementos son el medio por el que se expresa la falta de alternativas para millones de seres humanos que privados de educación, empleo, salud, vivienda, etcétera, se pudren en las garras de la drogadicción, el alcoholismo y la delincuencia. La clase trabajadora es la que más padece de todos estos males, en un segundo término la pequeña burguesía y ocasionalmente sectores de la burguesía son presa de su mismo sistema, como por ejemplo el caso Martí. La expresión más clara de la decadencia del capitalismo es que su propio instrumento de dominación, el Estado, se consume diariamente en una lucha inter-burguesa por controlar la fuente de ganancias que es el narcotráfico, sin embargo en esta lucha los únicos que ganan son uno u otro sector de la burguesía y los que siempre perdemos somos los trabajadores. En este escenario de podredumbre es que se ha realizado recientemente la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, que ha sido aprovechado por el gobierno de Calderón como un elemento mediático para desviar la atención de la población, alardeando sobre la necesidad de medidas más enérgicas contra la delincuencia al mismo tiempo que se alimentan sus causas. Algunos de los acuerdos a los que se llegaron son los siguientes: construcción de nuevas cárceles federales de alta seguridad así como la creación de un observatorio “ciudadano” para denunciar la corrupción de las autoridades, cambios en la legislación que amplíen las facultades de “inteligencia” policial (mejor dicho negligencia) así como el desarrollo de una estrategia anti-secuestro. Uno de los asistentes a este encuentro fue Marcelo Ebrard, cuestionado por la contradicción entre su reconocimiento al gobierno legítimo de Andrés Manuel y por otro lado su colaboración con el gobierno espurio de Calderón en materia de seguridad. Como hemos señalado en las páginas de Militante, el reconocimiento del Gobierno Legitimo encabezado por Andrés Manuel no implica que las necesidades más apremiantes de las masas hayan sido resueltas, el problema de fondo sigue siendo que la burguesía tiene el control del Estado y la economía por lo que es necesario responder a las necesidades materiales de las masas trabajadoras. Ebrard no puede limitarse a desconocer a Calderón, él tiene que responder a las necesidades de los trabajadores que lo colocaron al frente del GDF. La verdadera contradicción de Ebrard no reside tanto en su asistencia a esta reunión sino en que su política en materia de seguridad no es muy diferente a la del gobierno de la burguesía. Días antes del encuentro presentó 10 puntos contra la delincuencia que en esencia no van más allá de paliativos e incluso fueron aceptados por el gobierno de Calderón, algunas de ellas fueron los siguientes: creación de penales federales de máxima seguridad, reglamentación que permita la localización e intervención de llamadas telefónicas, instalación de cámaras de seguridad en carreteras federales, creación de un sistema de avaluación de las instancias relacionadas con la seguridad, entre otras. La única medida presentada por Ebrad con carácter social fue la creación de empleos en los lugares de mayor incidencia delictiva, y aunque esta medida es totalmente correcta la pregunta es ¿cómo puede llevarse a cabo? Mientras las fuerzas productivas y el capital estén en manos de los empresarios, banqueros y especuladores, la riqueza que generamos los trabajadores nunca estarán al servicio de las necesidades sociales, los empresarios invierten sólo en aquellos sectores que les arrojan ganancias millonarias, nunca se ha visto que un empresario emplee a trabajadores para “evitar la delincuencia”. Por ello los marxistas hemos señalado una y otra vez que la única salida para evitar la descomposición social es transformar esta sociedad movida por el lucro capitalista y sustituirla por una donde la riqueza que crea la clase trabajadora esté al servicio de los mismos trabajadores, para ello es necesario expropiar a los burgueses poniendo las fuerzas productivas bajo el control democrático de la clase obrera. Los gobiernos del PRD, incluido el de Ebrard, deben de demostrar desde sus posiciones que esto es posible, orientando el presupuesto a la creación de universidades, espacios recreativos, vivienda y empleos productivos, aumentando considerablemente los impuestos a los empresarios, organizando comités democráticos de trabajadores para estos fines. Es necesario poner a disposición de la lucha contra Calderón los recursos del GDF. Lo que no debemos permitir es que los gobiernos que han llegado por la fuerza de los trabajadores apliquen las mismas políticas de los gobiernos de la burguesía, la criminalización no es la respuesta y no debemos permitirla. Andrés Manuel en uno de sus mítines en Chihuahua ha reiterado esta posición “los índices de violencia e inseguridad no disminuirán mientras no se atienda el origen de ambos flagelos, que es el desempleo, la pobreza y falta de oportunidades a jóvenes; por ello, manifestó la solución no es aumentar el número de elementos policíacos o militares ni con leyes más severas o penas más largas.” (La Jornada 21 de agosto). Estos argumentos ratifican que Andrés Manuel debe de organizar no solo “una resistencia pacífica” ya que si algo hemos hecho los trabajadores durante décadas ha sido precisamente eso, resistir pacíficamente ante los ataques de la burguesía, de lo que se trata es de vincular las luchas como la de en defensa del petróleo con la de los profesores, mineros, jóvenes sin educación, desempleados, etcétera, con el derrocamiento del gobierno espurio. De no ser así seguiremos sumidos en este infierno que representa el capitalismo. La verdadera paz social sólo la conseguiremos cuando los trabajadores hayamos reorganizado la sociedad en líneas socialistas. ¡Ni un crimen más de la burguesía contra los trabajadores; Derroquemos al gobierno espurio de Calderón! ¡Los gobiernos del PRD deben adoptar medidas socialistas para abatir la delincuencia, la criminalización no es la respuesta! ¡Andrés Manuel debe de organiza el derrocamiento del Espurio para vitar la violencia!

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