El 19 de septiembre pasados se cumplieron 25 años del sismo de 1985 en el que aproximadamente murieron 10,000 personas en la Ciudad de México. El cinismo de la burguesía y su gobierno no puede ser mayor cuando hace tan sólo unos día, el pasado 17 de septiembre, parte de una estructura con daños que datan del 85 se colapso en la colonia San Rafael.
Antecedentes
Para los marxistas la historia no es producto de eventos casuales, sino un proceso en el que se acumulan y se expresan las contradicciones. El temblor del 19 de septiembre de 1985 fue sólo el accidente que proyectaría las contradicciones sociales del capitalismo en México. Es importante señalar que entonces México se encontraba padeciendo las secuelas de la crisis económica de 1982 y sus efectos en la capacidad adquisitiva producto de la inflación en los precios. Es a su vez entre 1970 y 1990 cuando la concentración demográfica da un salto importante en el DF para pasar de 6.9 a 8.2 puntos.
Generalmente los intelectuales a sueldo de la burguesía han presentado el sismo del 85 y sus consecuencias, como un accidente del cual nadie tiene la culpa. Pero esto es totalmente falos. Anterior a los sismo de septiembre del 85 diversas organizaciones de vecinos se habían movilizado para exigir a las empresas inmobiliarias y al gobierno federa solución a los problemas de vivienda. Un ejemplo importante de ello fue el de los vecinos de la Unidad Habitacional Tlatelolco, quienes pedían la reconstrucción de algunos de los edificios y el adecuado mantenimiento de los estos. Dichas demandas databan desde 1975 ¡diez años antes del sismo! pues la Administración Inmobiliaria S.A. (AISA) había incrementado los gastos de administración sin el adecuado cuidado en el mantenimiento de los edificios.
¿Quién paga los platos rotos?
Mientras hoy vemos el descaro de la burguesía que llora las lagrimas de cocodrilo por los acontecimientos de hace 25 años, poco se dice sobre los verdaderos derroteros de estos acontecimientos. Bajo el capitalismo somos, y seremos, los trabajadores quienes paguemos los platos rotos de un banquete al cual ni siquiera hemos sido invitados. Igual que ahora que la burguesía pretende que seamos los trabajadores quienes paguemos la crisis económica, en 1985 las familias trabajadoras fueron obligadas a pagar de manera trágica la indiferencia y la incapacidad del capitalismo para dotar de vivienda digan y en condiciones estructurales optimas a miles y miles de mexicanos.
En el censo de 1980 se registraron en el DF un millón 747. 107 viviendas de las cuales el 10% quedaron registradas con más de 9 habitantes por cada uno. Sin duda estas viviendas eran habitadas por las clases con menos ingresos económicos de la ciudad. Si tomamos en cuenta que, como señala Guillermo Boils del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, que las viviendas más afectadas fueron las de los sectores medios y bajos , fue dentro de la clase trabajadora donde se dio el mayor número de pérdidas humanas, que sin duda fueron responsabilidad del gobierno federal al ignorar las demandas de mejora de vivienda que muchos de los colonos ya habían señalado anticipadamente.
Se estima que entre 20 mil y 50 mil fueron las viviendas caídas o que sufrieron un daño en su estructura tal que tenían que se derribadas. De estas por lo menos 117 siguen en pie . Entonces la solución del gobierno federal encabezado por Miguel de la Madrid fue la de otorgamiento de créditos para solventar el déficit de vivienda que aumentó con el sismo, pues ya para 1984 el déficit era de 800 mil . Pero el otorgamiento de los créditos de vivienda no fue para favorecer a los sectores más desprotegidos, que aun hoy a 25 años del temblor no encuentran un lugar adecuado para vivir.
Como bien señala Boils “Sismo o no, todo indica que la política económica del actual régimen no habrá de variar, con lo que, en términos reales, la disponibilidad de recursos para atender los requerimientos de la población mayoritaria del país se verá más reducida”. En otras palabras, el sismo del 85 fue un elemento casual para el gobierno de la burguesía que encabezaba De la Madrid, y que en nada modificó su actitud frente a las contradicciones sociales.
La clase obrera pone el ejemplo
El temblor del 19 de septiembre se desarrollo alrededor de las 7:20 am. Su duración de aproximadamente dos minutos fue suficiente para que los servicios públicos de la ciudad colapsaran. Con el colapso de los servicios y en medio de la tragedia se evidencio a su vez la incapacidad del gobierno federal y local, entonces del Departamento del Distrito Federal, para reaccionar contra el siniestro. Los intelectuales a sueldo de la burguesía han intentado taparle el ojo al macho, diciendo que los sismos del 85 mostraron a la sociedad civil organizada. Lo que pretenden ocultar realmente es la capacidad de organización de la clase obrera que es capaz, incluso en casos de siniestro, de sobreponerse a la situación y de sobrepasar a la burguesía y sus gobiernos. La burguesía le teme a la organización de la clase obrera, de ahí sus intentos por minar el desarrollo de la organización clasista de los trabajadores y minimizar la capacidad organizativa de la clase trabajadora misma que en 1985 demostró con creces su superioridad sobre el Estado burgués para afrontar catástrofes tan demoledoras como lo fueron los sismos de hace 25 años. Sin esta clase de participación de la clase trabajadora la tragedia del 19 de septiembre de 1985 habría sido por mucho mayor.
Uno de los ejemplos más significativos de la capacidad de organización lo dieron las compañeras costureras. Este es sin duda uno de los ejemplos de la tenacidad y lucha de la clase trabajadora para sobreponerse a las condiciones. Hay que señalar que las condiciones laborales en las que se encontraban eran de por sí bastante deplorables, lo cual se agudiza con el sismo pues algunas de estas compañeras, ante esta situación y los intentos de la patronal por reducir pérdidas materiales a costa incluso de la propia vida de algunas obreras atrapadas entre las ruinas de los talleres de costura, se organiza en el Sindicato de Costureras “19 de septiembre”.
Son los sindicatos quienes salen a las calles a dar la cara en los días posteriores al sismo para solidarizarse con sus hermanos de clase. Entre ellos el STUNAM, la CNTE, y el FNCR. Actualmente en el ambiente anti laborista que ha creado el espurio de Calderón y de linchamiento contra los sindicatos, los trabajadores tenemos que rescatar este tipo de ejemplos y sacar lecciones de las batallas que las generaciones pasadas han dado entre ellas la de salvamento contra la incapacidad de la burguesía por ofrecer nada incluso en la desgracia.
A 25 años la única alternativa es el socialismo
Hoy se celebran 25 años de un sismo que cimbro las bases de la sociedad mexicana. Desde hace mucho tiempo que el capitalismo ha dejado de ser una alternativa para la humanidad. Eventos naturales como sismos, huracanes, etcétera demuestran que la sociedad capitalista se ha vuelto un cuerpo obsoleto que los trabajadores cargamos sin ninguna necesidad. Lo anterior quedó demostrado tras los sismos de septiembre de 1985, pero también ha quedado de manifiesto por la tragedia provocada por el huracán Katrina, el cual devastó a la ciudad de Nuevo Orleans, EEUU, en agosto del 2005 o como está sucediente en estos mismo momentos en buena parte del estado de Veracruz a consecuencia del impacto del huracán Karl, el cual dejó a su paso mas de una decena de muertos y a cientos de miles de familias que perdieron todo.
La mejor forma de rendir tributo a nuestros hermanos muertos entre escombros en el 85 es la lucha por la transformación de la sociedad. Por una economía planificada que permita el desarrollo de nuevas tecnologías contra las catástrofes naturales, por viviendas adecuadas y dignas para todos, una economía planificada que no se guíe bajo la acumulación de riqueza sino por la satisfacción de las necesidades sociales. Una economía socialista.
Compañero trabajador, desde Militante te invitamos a que te organices en torno a nuestra alternativa para que nuevos 85 no se vuelvan a repetir.
¡A 25 años de los sismos, la lucha socialista es la única salida!
¡La crisis del sistema no tiene solución, la única salida es la revolución!