Desde hace años la Prepa 6 es un nido de alumnos y profesores agresores sexuales que gozan de total impunidad, pero fue hasta el 2019 que este problema se hizo más visible, cuando las colectivas feministas del plantel realizaron un paro que duraría meses y finalizaría no por la atención a todas sus demandas sino por la llegada de la pandemia de COVID-19.
Tras el retorno a clases presenciales la colectiva Furias exigió a las autoridades del plantel la rescisión del contrato laboral de profesores muy específicos, de los que, como es sabido por toda la comunidad, incluyendo a los mismos profesores, se tienen denuncias informales y también formales aunque no procedieron por negligencia y desinterés de las autoridades universitarias. Sin embargo, las autoridades amparándose en el CCT, y la legislación universitaria dijeron que esto era imposible.
En el ciclo escolar, 2023-2024, los colectivos del plantel Cubículo Estudiantil P6 y Furias redactaron un pliego petitorio cuyas principales demandas eran en torno a la atención a las víctimas de los acosadores y abusadores sexuales, incluyendo la atención al caso de violación del 20 de octubre que suecedió en un parque de las inmediaciones del plantel y en el que tanto víctima como agresor eran alumnos del plantel; además se pedía la atención inmediata a la problemática de abuso de poder de parte del profesorado, la transparencia del ejercicio del presupuesto asignado al plantel, así como que se garanrtizara nuestro derecho a una alimentación sana, equilibrada y completa, haciendo una cafetería subsidiada y que por lo tanto pudiera ofrecer alimentos accesibles a la mayoría del alumnado.
Dicho pliego fue entregado primero en Rectoría el 17 de noviembre del 2023, junto con pliegos de CCH Azcapotzalco y de Prepa 5 mismos que nunca tuvieron una respuesta de parte de las autoridades universitarias; y luego el 13 de diciembre en la Dirección del plantel, con un plazo de más de un mes para responder con soluciones reales a cada uno de los puntos. Sin embargo, la respuesta de la Dirección encabezada por Isauro Figueroa Rodríguez fue, en la mayoría de las demandas, que las problemáticas mencionadas no existían ya que su administración realizaba su trabajo correctamente, y de otros puntos dijeron que no era posible la aplicación de las medidas que pedíamos porque estas iban en contra de la legislación universitaria. La Dirección recurrió a los mismos argumentos que usan las autoridades de otros planteles con tal de no atender realmente las problemáticas estudiantiles. En resumen, la respuesta que recibimos fue insatisfactoria.
Para cuando Dirección dió respuesta al pliego petitorio, los colectivos ya habíamos organizado asambleas en las cuales se votaron uno a uno los puntos del pliego, obteniendo una opinión muy favorable de parte de la comunidad estudiantil, la cual estuvo de acuerdo con que de no cumplirse con las demandas el plantel entraría en paro completo de actividades, solo faltaba votarse la duración de este.
El viernes 26 de enero alrededor de las 8pm se difundió la respuesta al pliego, desde ese momento la comunidad ya esperaba que se realizara el paro a la semana siguiente. De acuerdo con el pliego, si se recibía una respuesta de parte de Dirección, habría una mesa de diálogo con las autoridades para aclarar dudas sobre sus respuestas, pero la respuesta que recibimos era muy clara, no iban a hacer mayor esfuerzo para atender las problemáticas, iban a hacer lo mínimo indispensable, únicamente, para no quedar mal ante los ojos de la comunidad.
EL DÍA DE LOS HECHOS
El lunes 29 de enero a las 12:15 aproximadamente dió inicio la mesa de diálogo con Dirección y jefes de grupo, en la cual los colectivos les dijeron a los directivos que no tenían dudas, entendían su mensaje, y por ello, tal como lo marcaba el pliego se procedería a la toma de las instalaciones, que ya se había iniciado desde el inicio de la mesa de diálogo por parte de miembros de colectivos. Sin embargo, el Director dijo no estar de acuerdo con el paro, porque además le estaban llegando reportes de que había violencia en la toma, lo que era totalmente falso. Parte importante de los jefes de grupo apoyaron al Director asegurando que afuera del aula donde estábamos reunidos estaban sucediendo actos terribles de violencia, cosa que nunca fue comprobada.
En ese punto de la reunión se exacerbó la violencia en contra de los colectivos, escuchándose gritos como: ¡Sí, necesitamos un paro, pero para sacar a Furias y a Cubo! muchos de ellos realizados por estudiantes que pertenecen a un grupo muy cercano a Dirección llamado “Club de Debate”. El Director no detuvo la violencia en contra de los colectivos, sino que condenó los supuestos actos violentos que estaban cometiendo estos en contra de sus alumnos, por lo que levantó la mesa de diálogo.
Los colectivos, inconformes con la situación, procedieron a realizar una toma forzada de las instalaciones, y la comunidad en general no se opuso a ello, a excepción de algunos jefes de grupo, miembros del Club de Debate y otros estudiantes, que no sumaban más de 50 personas, quienes en la entrada del plantel empezaron a insultar, arrinconar e inclusive a intentar golpear y aventar pizarrones (mamparas) a los estudiantes organizados, y luego de "controlarse" se dedicaron a increpar a los activistasque se encontraban en la entrada de la prepa.
Alrededor de las 15:00 horas el plantel se encontraba prácticamente vacío, solo faltaba desalojar al grupo de estudiantes que se encontraba en la entrada, que ya para ese momento eran entre 30 y 40 alumnos, y a alrededor de 15 personas que estaba en las canchas y se negaba a desalojar, además de a los aproximadamente 10 directivos que se negaban a desalojar las instalaciones. Pero a las 16:30 horas la violencia en la zona de la entrada empezó a escalar, lo cual orilló a los compañeros activistas a encerrarse en una caseta. Todo esto lo observaron los directivos mientras estaban sentados en una jardinera que está a metros de la caseta en la que estaba sucediendo esto. Paralelamente, el licenciado Héctor Hugo Lecuona Gutiérrez, vocal de la SPASU en la DGENP, y también profesor de la asignatura de Derecho en el plantel, se acercó a los activistas y los amenazó diciéndoles que si no desistían de la toma forzada de las instalaciones habría represalias, e hizo alusión a las medidas represivas tomadas meses atrás en contra de estudiantes de CCH, de los planteles Vallejo y Azcapotzalco.
Alrededor de las 16:55 horas, los alumnos que estaban agrediendo a los activistas en la entrada lograron abrir la entrada del plantel, a lo que ellos y Dirección llamaron "recuperación de las instalaciones" mientras gritaban la porra del plantel. En ese momento los compañeros que se encontraban en la caseta logran salir corriendo de ahí y se van al cubículo estudiantil "Cubo". No había pasado ni un minuto cuando ellos llegaron al espacio cuando escuchamos que varias personas querían abrir el espacio a la fuerza, e inclusive intentaron ingresar por la ventana del cubo. Les gritamos que no podían entrar a lo que ellos nos respondieron que no podíamos impedirles el acceso puesto que eran alumnos del plantel.
El Lic. Héctor Hugo Lecuona nos dijo que desalojaramos el plantel en ese momento porque nuestro movimiento era "ilegítimo" después de la "falta de respeto" que habíamos cometido en contra de nuestros compañeros. Nosotros respondímos que no íbamos a abrir el espacio porque las personas que estaba fuera nos habían violentado y habían golpeado a algunos estudiantes, y que tampoco desalojaríamos el cubículo, mucho menos estando rodeados de aquellas personas que nos agredieron. La respuesta de Lecuona fue que podían hacer una cadena humana, propuesta que rechazamos, y pedimos que esas personas se retiraran, pero ellos no querían irse, decían no confiar en que si ellos se iban la Dirección nos fuera a sacar del plantel.
La siguiente propuesta de Lecuona fue la de subirnos a una camioneta que tenían en el estacionamiento de la prepa. Rechazamos la propuesta, al tratarse de algo que atenta totalmente contra nuestros derechos humanos y de los menores de edad.
Después de negociar durante varios minutos, logramos que la mayor parte de los estudiantes que nos habían agredido y estaban encapsulando se fueran. Tres compañeras pedimos que nos permitieran ir al otro cubículo del plantel, La Salona, el cubículo separatista, ya que ahí se encontraban nuestras mochilas. Una maestra nos escoltó hasta el espacio y cuando entramos a La Salona y revisamos nuestras mochilas, estas se encontraban abiertas, con nuestras credenciales fuera de su lugar, revueltas en el fondo, y ya no encontramos nuestras carteras. Cabe mencionar que ese día, a las 9 am una compañera nos informó que la chapa estaba safada de la puerta, y por lo tanto el lugar no podía cerrarse con llave.
Al regresar a Cubo con nuestras mochilas, salimos todos los encapuchados del espacio, y recibimos la carta de no represalias hecha a mano, en hoja de cuaderno, sin sello, y sin copia realizada por el Lic. Lecuona. Éramos alrededor de 15 alumnos, la mayoría menores de edad, escoltados por más de 7 directivos hasta la salida del plantel. Una vez afuera, nosotros tuvimos que buscar espacios para desencapucharnos para podernos retirar a nuestras casas.
Quiero denunciar la violencia que ejercieron las autoridades presentes, tanto del plantel como de la DGENP, sobre lxs estudiantes activistas de Furias y Cubo ese día, ya que:
1. Desde semanas antes desinformaron a la comunidad, particularmente a los profesores, difundiendo la idea de que había una "amenaza de paro" y que les dijeran a sus alumnos que antes de que apoyaran el paro pensaran en que este podía alargarse como pasó con el paro feminista del 2019, cosa que muchos profesores sí hicieron.
2. Propiciaron la violencia dentro de la reunión pues no solo no detuvieron sino fomentaron los insultos, gritos y discursos de odio en nuestra contra, pues ellos empezaron a difundir entre los jefes de grupo que la toma de las instalaciones se estaba llevando a cabo de manera violenta.
3. No detuvieron los actos de violencia física suscitados cerca de la entrada del plantel que ejerció el mismo grupo de personas que nos agredió desde la reunión.
4. Nos amenazaron de expulsión por el simple hecho de ejercer nuestro derecho a la libre manifestación.
5. Felicitaron al grupo de personas que nos agredió desde las 12 de la mañana hasta las 5 de la tarde por haber recuperado las instalaciones, a sabiendas que esto se hizo en contra de la decisión de la comunidad reflejada en las votaciones que realizaron los colectivos, y a través de actos sumamente violentos tanto verbal como físicamente.
6. Nos violentaron al fomentar nuestro encapsulamiento, alentar a quienes nos agredieron a tomar el cubículo, sabiendo que estos ya nos habían violentado físicamente horas antes, ofrecernos subirnos a una camioneta para desalojar el plantel y sacarnos de las instalaciones dejándonos totalmente vulnerables y siendo menores de edad.
Las autoridades no se han disculpado por nada de lo ocurrido ese día, sino más bien nos han dejado cada vez más en claro que no nos respetan y aspiran a dinamitarnos, seguir criminalizándonos e inclusive a sancionarnos injustificadamente.