Como cada año miles de estudiantes, trabajadores, organizaciones y colectivos salimos a las calles bajo las consignas de “Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos” en busca de justicia para los estudiantes que fueron asesinados por militares y paramilitares en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. También salimos cada 26 de septiembre, acompañando a las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de manera forzada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, exigiendo su presentación con vida. Año tras año, hemos demostrado que seguimos inconformes y continuamos reivindicando la recuperación de la memoria histórica de estas luchas ejemplares contra el Régimen priista.
A 52 y 6 años, respectivamente, no han podido intimidarnos, encerrarnos o empujarnos al olvido, por eso, por las problemáticas actuales y demandas pendientes con la juventud es que debemos continuar con la lucha en las calles. En esta jornada de lucha nuestras demandas centrales deben ser justicia para Ayotzinapa, juicio y castigo a los expresidentes, que paren las represiones a quienes luchamos por una sociedad diferente, libertad a l@s pres@s polític@s y rehusarnos al recorte del presupuesto educativo, así como rechazar las clases en línea y modelos híbridos que en los hechos expulsan a miles de hijas e hijos de la clase trabajadora de la educación pública.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! ¡Juicio y castigo a EPN, gobernadores y policías!
El "Caso Iguala" fue un ataque armado perpetrado contra los compañeros normalistas de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos" de Ayotzinapa, Guerrero. En éste no sólo la policía municipal de Iguala participó, sino también el crimen organizado y el ejército, culminando con siete personas asesinadas, entre ellos tres compañeros normalistas, al menos 40 personas lesionadas y la desaparición forzada de 43 compañeros.
Los compañeros no habían cometido ningún delito, luchaban por el derecho y defensa de la educación pública, ya que, en el contexto de privaciones y pobreza de sus propias familias, las normales rurales son sin duda espacios educativos necesarios para sus comunidades, es por eso que han sido objeto de acoso y represión estatal y federal durante décadas; recortándoles presupuesto, disminuyendo la matrícula, cerrando planteles y reprimiendo brutalmente la lucha por su defensa.
La investigación del caso, la llamada y refutada verdad histórica, etc., están realizadas de la peor manera posible; el proceso jurídico está hecho para encubrir a los responsables, dejar que anden libres o se fuguen, imposibilitar el descubrimiento de la verdad y los nexos de todos implicados, incluidos el Ejercito, la Policía Federal y los tres niveles de gobierno del sexenio peñanietista.
La lucha por la presentación con vida de nuestros compañeros, obtener la verdad y dar justicia, fue masiva y muy combativa, integrando no sólo a la juventud sino a los trabajadores y diversos sectores. Desenmascaramos la ineficiencia y complicidad de la Procuraduría General de la República (PGR) y del gobierno que dejaron impunes a los agresores colaborando con ellos. Esto sin duda, se trataba de un crimen de Estado.
52 años. Ni perdón, ni olvido ¡Juicio y castigo a Luis Echeverría!
El movimiento del 68 en nuestro país, ha significado para la juventud un legado de lucha muy valioso, en particular, el 2 de octubre se convirtió en una fecha en la cual los jóvenes salimos a las calles a revelar que las condiciones objetivas de la juventud han cambiado en todo y en nada a la vez. A 52 años de este movimiento histórico, la juventud nos movilizaremos no sólo para refrescar la memoria histórica y declarar que estos acontecimientos jamás se borrarán de la mente de la juventud y la clase obrera, sino también levantando la bandera de las reivindicaciones pasadas, así como las actuales.
Las generaciones pasadas no se consideraban héroes o heroínas, sólo estaban sumamente convencidos de que otra sociedad era y es posible; pero para ello se tenía que dar una lucha constante, disciplinada y militante. Organizados por comités de lucha permanentes en cada escuela, por ello, la única forma de rendir un homenaje a los caídos y hacer justicia por los crímenes del priismo es seguir defendiendo los derechos conseguidos en luchas pasadas y concluir lo que ellos iniciaron, erradicando este sistema de opresión y miseria mediante la lucha de los obreros y la juventud proletaria bajo un programa socialista.
¡Este día no es de fiesta, es de lucha y de protesta!
¡Ni perdón ni olvido!
¡Fue el Estado!