El jueves 22 de octubre, el Tribunal Constitucional polaco, administrado por jueces vinculados al Ejecutivo ultrarreaccionario de Jarosław Kaczyński, tomó la decisión de considerar inconstitucional la interrupción del embarazo en caso de malformación o enfermedad irreversible del feto. En un país donde estas fueron las circunstancias para el 98% de los abortos realizados legalmente en 2019 (1.074 de 1.100), esta decisión representa un bloqueo casi total del acceso al aborto legal para las mujeres polacas. Este ataque a sus derechos reproductivos es la culminación de años de agresiones de los sucesivos Gobiernos conservadores de derecha.