La debilidad del gobierno de JOH
Después de que el descontento popular provocado por el fraude electoral incendiara todo Honduras durante diciembre del año pasado, el empuje de las masas ha cedido pero por supuesto que las llamas no han sido apagadas. Las dificultades de JOH para legitimar su gobierno son grandes hacia adentro y afuera de Honduras. Y aunque la COHEP y otros sectores empresariales han dado su respaldo tendrán un largo y difícil camino, el gobierno de JOH aún no está completamente asegurado y una acción audaz por parte del pueblo y los trabajadores estarían en posibilidades de profundizar la crisis y hacerlo caer.
La rebelión popular asestó duros golpes al gobierno de Juan Orlando Hernández, la falta de legitimidad es evidente y está teniendo serias dificultades para afianzarse en el poder. No es solamente la impopularidad y el rechazo abierto que sufre entre la población. La misma burguesía hondureña y el imperialismo tienen sus dudas a la hora de comprometer el respaldo público a JOH. Si en diciembre la ONU, la OEA y la UE llamaban al diálogo y a abrir el proceso de recuento de urnas ahora llaman la atención, incluso sobre la posibilidad de repetir el proceso electoral. Claro que en última instancia no dirán nada si el gobierno de JOH decide hacer caso omiso y avanzar sobre su propia ruta.
Esta relación tensa entre JOH y los representantes del imperialismo es la que Nasralla, Zelaya y los dirigentes de la Alianza están tratando de aprovechar para lograr concesiones del gobierno, de la Asamblea Nacional o del TSE. Sin embargo es un error confiar la táctica de lucha en querer convencer a la OEA o la ONU, éstos, al final del día, apoyarán a JOH frente a cualquier posibilidad de perder el timón en Honduras. No sobra aquí recordar las palabras del presidente de Estados Unidos sobre la dictadura de Somoza en Nicaragua: "Tal vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta". Frente al movimiento del pueblo el imperialismo siempre optará por proteger sus intereses.
Sin embargo, ésta debilidad también ha provocado que la represión sea feroz. La poca confianza que tiene el gobierno a que se presente una nueva ruptura en la policía ha aumentado la presencia de fuerzas armadas y de la policía militar en las calles. Las agresiones a los manifestantes están a la orden de día, también contra los medios de comunicación. Lamentablemente la represión ya ha cobrado una víctima más, asesinando a un hombre de bala y haciendo llegar ya a 20 la cuenta de caídos en la lucha contra la dictadura. Por supuesto, los grandes medios de comunicación internacionales no tienen una palabra sobre esto, de la misma manera que Honduras no tiene espacio en sus transmisiones.
Para avanzar hace falta una alternativa revolucionaria de masas
Como ya hemos mencionado, los dirigentes de la Alianza quieren utilizar la presión internacional para conseguir sus objetivos. A eso le apuestan cuando ponen como condición la presencia de un intermediario internacional en el diálogo que JOH les a propuesto, intentando aprovecharse de la debilidad que representa la negativa reiterada a romper radicalmente con el sistema político hondureño.
Sin embargo el pueblo ha respondido una y otra vez a los llamados a la acción, las razones de la lucha de diciembre siguen presentes, no han cambiado ni un milímetro las espantosas condiciones de vida que se sufren. Sin importar la represión, la gente se ha lanzado nuevamente a la calle pero esto no puede estar sucediendo indefinidamente. Por ahora, la Alianza aún puede dirigir el movimiento y lo usa como ariete frente a JOH pero tiene que haber un avance claro para poder mantener el ánimo de lucha.
Para hacer caer al gobierno y echar atrás toda la agenda de ataques impulsados por la derecha y los empresarios es necesario construir una alternativa revolucionaria de masas. En estos meses se han dado la condiciones para agrupar nuevamente a las organizaciones y colectivos en lucha en un frente independiente contra el fraude y contra la derecha. Que avance sin la Alianza y a pesar de ella. Levantando un programa que empiece por romper con cualquier ilusión en el sistema y dé a los trabajadores una alternativa real, poniendo todas las demandas por la lucha cotidiana, contra la carestía de la vida, por mejores condiciones laborales, para echar atrás las zonas económicas especiales y contra el narcotráfico y la corrupción.
Los paros pueden abrir nuevamente pasos a una insurrección, es necesario construir la organización para sostener las movilizaciones hasta la caída de JOH y desarrollar una alternativa económica y política socialista para el pueblo hondureño.