La Delegada del Gobierno de Madrid, María Paz García Vera, ha multado con 2.000 euros a Libres y Combativas del Estado Español por participar en la manifestación del pasado 8 de marzo con un vehículo con megafonía para cantar consignas y organizar nuestro propio cortejo, algo habitual y que hacemos desde hace años en estas manifestaciones.
El pasado noviembre diferentes personajes públicas como diputadas, profesoras universitarias, periodistas y pensadoras como Silvia Federici o Justa Montero, lanzaban un manifiesto exigiendo la retirada de la denuncia contra el autodenominado “sindicato” OTRAS en el Estado Español. Utilizando la supuesta defensa de los derechos de las mujeres víctimas de la prostitución, este sector del feminismo daba sustento a la campaña por tratar de presentar la esclavitud sexual como una actividad laboral tan respetable como otra cualquiera.
Hace cien años, el francés Charles Fourier, uno de los primeros grandes propagandistas de las ideas socialistas, escribió estas memorables palabras: En toda sociedad, el grado de emancipación de la mujer es la medida natural de la emancipación general.1
El movimiento feminista se ha mantenido con una fuerza cada vez más brutal y constante en las calles, reclamando derechos como la educación sexual integral desde la infancia, anticonceptivos accesibles para no abortar, aborto seguro, legal y gratuito para no morir. Las mujeres trabajadoras hemos estado en resistencia en las calles contra los planes de recortes que nos afectan particularmente, somos a quienes menos se paga por el mismo trabajo que un hombre, las más vulneradas, violentadas y las relegadas al cuidado y la crianza en los hogares más pobres.
Parecía difícil superar la jornada del 8 de marzo del año pasado. ¡Pero lo hemos vuelto a hacer! Millones de mujeres trabajadoras hemos dado otro paso firme al frente, apoyadas por cientos de miles de nuestros compañeros, y hemos protagonizando una jornada de huelga que sin duda pasará a la historia de las luchas sociales y políticas del Estado español con letras mayúsculas.
En México anualmente mueren 190 mil mujeres a causa del aborto inseguro
La violencia de género se ha visualizado en la Ciudad de México (CDMX) por las múltiples denuncias en Facebook por intentos de secuestro en diferentes estaciones del metro, esto convocó a una de las manifestaciones más grandes en la ciudad contra la violencia de género. Relatos de miedo que movieron la empatía de muchas mujeres considerándose como víctimas potenciales por el hecho de ser mujeres, es así como ese miedo se colectivizó no para un ambiente de histeria, sino para avanzar en el movimiento feminista.
¿Quién fue Rosa Luxemburgo?
Nace el 5 de marzo de 1871 en Zamosc, una pequeña ciudad polaca dominada en aquel entonces por el zarismo ruso, tiempo después su familia se trasladó a Varsovia, donde se inició en política. A los 15 años comenzó a militar en “Proletariado”, una organización revolucionaria fundada en 1882 que realizaba una crítica clasista del capitalismo y defendía el internacionalismo.
Las escuelas son espejos micros de nuestra sociedad. Normalizar la violencia que vivimos, dentro de la escuela, en el trabajo, en la familia, con la pareja, entre mujeres, es una estrategia sistemática para paralizar a la sociedad en el miedo, la enajenación y la apatía. Pero la violencia ha llegado a un punto sangrante en donde no podemos esperar un momento más para cambiar nuestra sociedad.
Este 8 de marzo millones de mujeres en todo el mundo saldremos a las calles a exigir el cese de violencia en contra de nosotras; de diferentes formas el capitalismo nos oprime sólo por ser mujeres, sin embargo, somos las mujeres trabajadoras e hijas de trabajadoras, las que padecemos más de esta opresión.