Esta semana arrancará en Madrid la Cumbre Mundial del Clima COP25. A pesar de que ya no se organiza en Chile, la presidencia de la misma seguirá correspondiendo al Gobierno asesino de Piñera, algo que no parece incomodar ni a Pedro Sánchez, ni a las Naciones Unidas, ni a ninguna de las democráticas naciones europeas. Una cumbre, además, que está siendo una plataforma publicitaria descarada para las grandes empresas capitalistas que son la causa de la actual degradación medioambiental.