Nacional

El Comité Promotor de la Huelga General Contra el Fraude  se ha reunido de manera regular desde el lunes 2 de julio. A esta instancia de organización han asistido dirigentes y militantes de base de Morena, Morenaje, Movimiento #YoSoy132, militantes de sindicatos y de la izquierda en general, con el objetivo de hacer una evaluación política de la lucha contra el fraude así como de realizar agitación al interior de las anteriores organizaciones para que, desde la base hasta la dirección, se adopte la táctica de la huelga general como el método de lucha más eficaz contra la imposición de Peña Nieto.

Las tareas que emanaron de nuestra última reuniones fueron las siguientes:

1. Difundir y recabar firmas de adhesión al llamado a AMLO y los dirigentes sindicales por la huelga general de 24 horas contra el fraude (archivos adjuntos).

2. Difundir el periódico Militante, el cuál dedica buena parte de su contenido a explicar la importancia de la huelga general. En dónde sea posible, organizar discusiones políticas sobre la importancia de la huelga general, como método de lucha contra el fraude.

3. Participar en las asambleas informativas del día domingo 29 de julio, recabando firmas del llamado a AMLO y distribuyendo volantes del Comité Promotor de la Hga. Gral.

4. Invitar a conocidos e interesados en integrarse a las reuniones de los lunes a las 6pm en la sección IX de la CNTE, tercer piso.

5. Acudir de manera organizada a las próximas manifestaciones para difundir la consigna de la Hga. Gral. Por medio de volantes, periódico Militante, sonido y pancartas.

Compañeros, los invitamos a sumarse a las reuniones y a las tareas que de ella emanen. Nuestro objetivo es construir una corriente política dentro de las organizaciones de masas de la izquierda que explique, defienda y promueva una táctica de lucha consecuente contra la imposición de Peña Nieto.

Para mayor información ponerse en contacto al celular:

04455-91-05-63-16

Te invitamos a que clickees en el siguiente link y descargues el Llamado urgente a Andrés Manuel López Obrador y los dirigentes sindicales para que los distribuyas y reúnas firmas de adhesión de los simpatizantes de la lucha contra el fraude electoral.

Clickea aquí: Llamado urgente a Andrés Manuel López Obrador y los dirigentes sindicales

A casi un mes del fraude electoral del pasado 1° de julio la burguesía ya ha dado muestras de su sobrada intención de imponer a Enrique Peña Nieto (EPN) en el poder; así lo demuestran las declaraciones de Pedro Penagos, magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), hechas el pasado 23 de julio en el sentido de que "no influirán las marchas ni las manifestaciones" en las determinaciones que tome dicha instancia legal en los juicios de inconformidad contra la elección presidencial. Ya antes, el día 17, el IFE señalaría que el juicio de inconformidad promovido por López Obrador (AMLO) no reunía ni acreditaba los elementos necesarios para la invalidez de la elección, ello a pesar de que todas las irregularidades y artimañas empleadas por el PRI han sido ampliamente documentadas y demostradas por el Movimiento Progresista. En la tarea de legitimar a toda costa el fraudulento triunfo de EPN el imperialismo yanqui también está jugando su papel, de ello habla la llamada telefónica que inmediatamente le hizo Obama al candidato del PRI para felicitarlo por los resultados de las elecciones tras los primeros recuentos preliminares. En esa llamada el presidente de los EEUU calificaría a las elecciones  como “libres, justas y transparentes”. Lo mismo haría hace un par de días, el 25 de julio, Hillary Clinton, Secretaria de Estado de EEUU, felicitando telefónicamente a EPN por un triunfo que además de impugnado, aún no ha sido calificado por las instancias correspondientes.

La historia del capitalismo mexicano es en excelencia la historia de la explotación de la fuerza de trabajo, pero también es la historia de los fraudes electorales. A lo largo de toda esa época en nuestro país ha habido todo tipo de fraudes electorales, siendo algunos de ellos históricos por diferentes motivos. Ente ellos, tan solo por referirnos al México emanado de la Revolución, podríamos mencionar el de 1910 del dictador Díaz contra Madero o el de 1928 contra José Vasconcelos; también la lista entre los fraudes más trascendentes en nuestra historia la engrosan el de 1940 contra Juan Almazán, el de 1952 contra Jorge Henríquez Guzmán, el de 1988 contra Cárdenas y el de 2006 contra AMLO. Por diferentes razones todos esos fraudes han tenido una especial relevancia para nuestro país, sin embargo el fraude desarrollado el pasado 1° de julio es histórico por su forma y contenido.

Es histórico porque fue un fraude para el cual adjetivos como el de “descarado” o el de “cínico” son insuficientes. Se trató, en lo que a la forma corresponde, de un fraude alevoso, premeditado y a plena luz del día. Pero también es histórico por su contenido, pues la desfachatez con que actuaron al servicio del fraude el Estado y demás instrumentos de la burguesía (IFE, los tribunales electorales, las televisoras, la radio y la prensa, Monex, Soriana, el PRI, Calderón y el PAN, etcétera) demuestran que el capitalismo ha llegado a un punto en el que, bajo el marco de la actual crisis económica mundial, es incapaz de ceder un solo milímetro en su estrategia de defensa de sus beneficios.

El Estado burgués, es decir el gobierno al servicio de los empresarios y banqueros, es el garante político y de fuerza de la opresión del capital sobre el trabajo. Este es un principio que norma la vida del capitalismo de principio a fin, sin embargo en el marco de una etapa declinante del capitalismo, y más aún en el contexto de una aguda crisis económica como la que se padece hoy en día, esa realidad es doblemente relevante para la burguesía.

Para los empresarios mexicanos el Estado ha significado la garantía para seguir imponiendo su voluntad a la clase trabajadora para la extracción de la plusvalía, pero también para, a través de los impuestos y el gasto público, transferir millonarias sumas de los bolsillos de los trabajadores hacia las arcas de los empresarios. Por ejemplo, mientras el salario ha perdido el 75% de su valor gracias a la política de choque impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), la fortuna de Carlos Slim pasó de los 7,900 millones que poseía en el año 2000 a los 69,000 millones de pesos en 2011. Ello por citar tan solo un ejemplo de entre los 30 barones del dinero y las 150 familias que controlan la economía nacional, todos ellos beneficiados por la concentración capitalista.

Esa misma capa de parásitos son los que se han beneficiado del rescate bancario por medio de las finanzas del Estado, el cual ha tenido un costo de 889 mil 403 millones de pesos en los últimos 15 años o también de los privilegios fiscales que significarán para ellos este año 769 mil 448 millones de pesos en evasión legal o devolución de impuestos; ello al mismo tiempo que los trabajadores tienen que pagar el 16% de IVA o asumir los costos del “gasolinazo”.

Dado lo anterior la burguesía no podía tomarse ninguna clase de riesgo el pasado 1° de julio y tenía que asegurar que las elecciones fueran ganadas por un partido y un elemento, el PRI y EPN, totalmente incondicional y a su servicio, ello sin importar qué tan descarado tuviera que ser el fraude y qué tan cínicamente tuvieran que actuar el IFE y la justicia electoral para legitimarlo.

Por consecuencia no se trata de un problema moral, es decir de la desfachatez con la que se implementó el fraude, sino de un problema material en el que la burguesía no tiene otro remedio más que el de actuar de esa forma, aferrándose a la imposición de EPN para asegurar que sus privilegios no se vean afectados en un milímetro de cara a una posible nueva recaída económica similar o peor aún a la de 2009, cuando el descalabro fue más grande que el de la crisis de 1995.

Es por ello que en estos momentos hay mucho de por medio en el fraude electoral en ambos bandos, en el que pretende imponer a EPN en el poder y en el que necesita evitar que el fraude se conculque.

Es por ello que la vía legal es insuficiente para revertir el fraude electoral pues el IFE, los tribunales electorales y las cámaras de diputados y senadores, instancias todas ellas que tienen como tarea calificar las elecciones, así como el PRI, el PAN, Calderón y los empresarios, son juez y parte. Depender únicamente de esas instancias para defender el voto es como pedirle a un tigre que deje de comer carne y en adelante sólo consuma lechuga.

Si la vía legal, misma por la que AMLO ha optado como principal recurso de lucha contra el fraude, no es acompañada de iniciativas que movilicen a las masas y que hagan sentir verdaderamente el enorme peso de estas en los destinos de la sociedad, el resultado será el de que finalmente el 1° de diciembre EPN sea nombrado presidente de la República.

La respuesta de AMLO hacia el fraude no sólo ha sido tardía sino insuficiente, pues tuvieron que pasar tres semanas tras las elecciones antes de que éste convocara a alguna clase de movilización. El Plan Nacional de Defensa de la Democracia y de la Dignidad de México anunciado por AMLO el viernes 21 de julio no sólo no plantea ninguna iniciativa de peso para frenar el fraude, sino que además llama a una serie de iniciativas que lo único que lograrán será dispersar el movimiento, evitando que éste haga sentir su fuerza y la concentre en el blanco de ataque de aquellos puntos donde se pueda golpear al corazón político y económico del capitalismo. En lugar de ello AMLO ha convocado a asambleas informativas en 142 plazas públicas el 29 de julio y en otras 32 en las diferentes capitales de los diferentes Estados de la República el 5 de agosto.

Sin embargo lo que necesita la lucha contra el fraude es hacer sentir todo su peso en la sede política de las instituciones al servicio del fraude, es decir en la residencia del IFE, del Tribunal Electoral, de las Cámaras, de la Presidencia de la República, de las organizaciones empresariales, etcétera; y esa sede política se encuentra en el DF. También es necesario que los trabajadores se hagan sentir con contundencia ahí donde radica su mayor y verdadero peso social, es decir, en el terreno de la producción. De ahí la necesidad de que un plan de fondo para revertir el fraude electoral contemple también el llamado a la huelga general.

La burguesía habla en serio y no está dispuesta a retroceder en el fraude, pero por su parte los trabajadores y la juventud han demostrado que tampoco están dispuestos a aceptar una nueva imposición y esto último ha quedado demostrado con creces en un significativo número de movilizaciones y muestras de repudio contra el PRI y EPN desarrolladas en muchos puntos de país desde el el mismo 1° de julio por la noche hasta el día de hoy. El principal aval de la lucha anti EPN dado a AMLO fue en el cierre de campaña de éste del 27 de junio al que asistieron un  millón 400 mil personas.

AMLO debe basarse en ese ambiente y tiene que llamar a la unidad de todo el movimiento (Morena, Morenaje, el Movimiento #YoSoy132, los partidos de izquierda, los sindicatos y demás organizaciones en lucha) para marchar unidos para derrotar el intento de imposición de EPN. Debe convocar a la huelga general además de retomar iniciativas como la acordada por la Convención Nacional desarrollada en San Salvador Atenco el 14 y 15 de julio y en la que participó el Movimiento #YoSoy132 consistente en impulsar un paro nacional de universidades el 2 de octubre próximo.

Sólo con medidas de esta naturaleza, concentrando la fuerza de la clase trabajadora en el punto de ataque adecuado, será posible hacer temblar a la burguesía y a sus agencias electorales para obligarlas a renunciar en sus planes de imponer a EPN y al PRI en el poder. Urge actuar de forma decidida, pues entre más tiempo pase y las acciones de fondo contra el fraude no lleguen, la posibilidad de que EPN termine en la silla presidencial se incrementarán. Es ahora o nunca, y AMLO debe ser consecuente con las aspiraciones de justicia y democracia de los millones de trabajadores y jóvenes que han depositado su confianza en él durante los últimos seis años. Las masas oprimidas han demostrado que es posible derrotar al fraude electoral, pero ahora se necesita que los dirigentes del movimiento, en especial AMLO, jueguen su papel haciendo llamados a la acción y a la altura de los retos que impone el momento actual de la lucha de clases en México.

Tras el espectacular capítulo de la lucha clases que se desarrolló en México en el marco de las movilizaciones contra el fraude electoral del 2006, el más importante desde la expropiación petrolera en 1938, los dirigentes de izquierda más influyentes, en particular Andrés Manuel López Obrador (AMLO) orientaron al movimiento de masas hacia el frente electoral.

Dicha táctica fue favorecida por el vacío de los dirigentes sindicales quienes en su mayoría no llamaron a acciones decididas en la lucha gremial. A pesar de ello durante los últimos años vimos luchas sindicales importantes como la de los trabajadores del Estado contra los ataques a jubilaciones y pensiones, la del magisterio contra los ataques a las condiciones laborales en 2008, la respuesta inicial de los trabajadores electricistas despedidos en octubre de 2009 y las huelgas mineras en distintas regiones del país. El 1 de julio de 2012 fue trasformada por los dirigentes sindicales y por AMLO en la fecha central por medio de la cual los pobres y desheredados encontrarían la solución a todos sus problemas.

Finalmente, los resultados de las ansiadas presidenciales facilitados por el Instituto Federal Electoral (IFE) otorgan al Partido Acción Nacional (PAN) el 25,40% de los votos, al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el 38,15% y a la coalición encabezada por AMLO el 31,64%. Declarándose al candidato de derechas, Enrique Peña Nieto (PRI), como futuro presidente de México.

Un nuevo fraude

En México la derecha, PRI y PAN, siempre ha recurrido al fraude electoral. Esta vez no iba a ser menos. Dada la crisis internacional del capitalismo, los grandes empresarios deben fortalecer su política de ataque a los trabajadores por ello no podía permitir que un gobierno de izquierdas, aupado por una fuerte movilización de la izquierda, ganara. Para ello una vez más realizaron un fraude electoral que durante toda la campaña, incluso meses antes, quedó al descubierto con la compra de votos, la represión y asesinato de dirigentes de izquierdas. En plena jornada electoral también, como hace seis años, se encontraron descaradamente datos tergiversados en las actas electorales, intimidación a pie de urna, expulsión de los observadores de izquierda. El mismo IFE desarrolló medidas “legales” que le permitían manejar los resultados a su antojo.

Por supuesto que, una vez más, hubo fraude pero el problema ya no es el fraude en sí mismo sino la nula respuesta desde la dirección del PRD, PT y el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA).

La campaña de la izquierda

A pesar del ambiente favorable para la izquierda y del gran apoyo de masas la campaña, que ha coincidido con la irrupción del movimiento “yo soy 132” que estalló a mediados de mayo y que ha movilizado a centenares de miles de jóvenes por todo el país, estuvo marcada por errores de todo tipo organizativo y políticos.

Poco antes de las elecciones se supo de muchos compañeros de izquierda que fueron golpeados por gente del PRI. Ataques realizados a plena luz del día, en lugares públicos, en presencia o con intervención directa de la policía y en muchos casos grabados o fotografiados, sin embargo la dirección de la coalición encabezada por AMLO guardó silencio total.

Por otra parte, el programa político de Obrador redujo a una mínima expresión las demandas económicas y políticas del pueblo trabajador, en su lugar se puso la consigna de la “República del amor” y la conciliación con los enemigos de la clase trabajadora. Planteó el “perdón” para los medios de comunicación, que están directamente vinculados a la derecha, e incluso para el mismo Calderón. La conformación del eventual gabinete presidencial también reflejó una política incorrecta. Conforme la elección se iba acercando, López Obrador fortaleció sus vínculos con círculos de empresarios nacionales. Uno de los casos más emblemáticos es el de Fernando Turner, que fue nombrado como futuro secretario de economía. Este empresario fue militante del PAN durante 30 años y en su momento apoyó la candidatura de los panistas Vicente Fox y de Calderón. Otro caso es el de Juan Ramón de la Fuente, hombre clave en la represión de la huelga estudiantil más importante de los últimos años. Incluso a menos de una semana de las elecciones, integró a su eventual equipo de gobierno a Manuel y Tatiana Clouthier, hijos de uno de los históricos dirigentes del panismo. Los priístas también fueron bienvenidos, Manuel Bartlett y Arturo Núñez Jiménez, candidato a senador y gobernador de Tabasco respectivamente, recibieron su apoyo. A pesar de que la campaña estuvo marcada por actos fraudulentos a favor del PRI, AMLO firmó distintos acuerdos comprometiéndose a aceptar los resultados “ganara quien ganara”.

Las masas esperan un llamado a la lucha

Nadie puede culpar a las masas explotadas en México, ellas siempre han estado dispuestas a movilizarse en las calles para evitar el regreso del odiado PRI. Todos los mítines de López Obrador tuvieron una asistencia masiva, incluso en estados donde la izquierda y los sindicatos han sido severamente golpeados. Ahora, las masas están esperando un llamado claro a la lucha. Se sabe que de no actuar contra la imposición de Peña Nieto se abrirá un periodo de ataques muy fuertes de la derecha.

Toda la base de MORENA, Morenaje PRD y PT han estado movilizándose dentro del masivo movimiento “yo soy 132”. Sin embargo, las masas necesitan del llamado claro para unificar las banderas del movimiento juvenil y de la lucha contra Peña Nieto, aunque es muy posible que AMLO no llame a la movilización sino a la lucha legal por recontar los votos en algunos lugares. Dicha medida está condenada a la derrota.

Escribimos este artículo a un día de las elecciones, el escenario está abierto pero creemos que las acciones de la derecha y los errores de los dirigentes de la izquierda permitirán que Peña Nieto tome formalmente el cargo de presidente el próximo diciembre. Esto puede significar una desmoralización para una capa importante de las masas explotadas, pues han hecho todo lo que ha estado en sus manos y, sin embargo, la pesadilla del PRI regresa. Pero en el marco de los ataques que Peña Nieto debe realizar contra los trabajadores, esta desmoralización será momentánea y pronto veremos cómo los trabajadores obtienen nuevas fuerzas y nuevos motivos para salir a las calles protagonizando jornadas de lucha aún más fuertes que en el pasado.

Durante décadas México ha estado sumergido en una miseria política, económica y social que ha derivado en una situación de barbarie. Miles de personas son sometidas diariamente a escenas extremadamente violentas y además han sido sometidas a la peor explotación.

Lo anterior ha sido producto del capitalismo y de las políticas que durante décadas los gobiernos de ultraderecha han impulsado y que lo único que buscan son beneficios para su clase social a costa del sudor de millones de trabajadores asalariados que no tienen otra cosa qué vender más que su fuerza de trabajo.

No es necesario describir aquí las cifras que de todos son conocidas. Millones de desempleados, jóvenes sin escuela ni empleo decente, nulas opciones de vivienda, seguridad social o salarios dignos, etcétera. Lo que sí es necesario decir es que la solución ante esta situación está en las manos de esos millones de personas que trabajan por sueldos miserables, los que no tienen empleo, los que no tienen educación ni tampoco oportunidades; nos referimos a las millones de personas que viven cada día sometidos por un sistema que no tiene nada más que ofrecer: el capitalismo.

Elecciones 2012

De ninguna manera las elecciones que viviremos próximamente implicarán un acontecimiento más. No se trata de un “ejercicio democrático”, como los paladines de la burguesía lo llaman, sino de la confrontación de proyectos que definirán el rumbo económico y político de nuestro país durante los próximos seis años.

Se trata, por un lado, de un proyecto de derechas encaminado a aprobar las reformas estructurales que durante años no se han podido aprobar: una contrarreforma laboral que atenta contra los derechos de los trabajadores, que pretende desmantelar el sindicalismo combativo, que busca dejar en el desempleo a millones de personas y que intenta rebajar aún más los salarios; una reforma hacendaria cuyo objetivos es enriquecer más a los más poderosos de nuestro país, que trata de incrementar los impuestos en alimentos y medicinas, además de aplicar ajustes al gasto social que significan la reducción a los presupuestos educativos, de salud, de empleo y de vivienda; una reforma política que pretende criminalizar cualquier intento de movilización social y violentar los derechos humanos de millones de personas para dotar de mayor poder al Estado burgués. En pocas palabras se trata de una ofensiva salvaje por parte de la burguesía y de los capitalistas en contra de la clase trabajadora y sus familias.

Por otro lado se trata de un proyecto de izquierda que pretende dar marcha atrás al enorme rezago social producido por el atrasado capitalismo mexicano bajo su careta llamada neoliberalismo. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha defendido un proyecto que recupera conquistas sociales como el derecho al empleo, a la salud y a la educación, por mencionar algunas cosas. El impulso de programas sociales durante su gestión como Jefe de Gobierno capitalino significó un vaso de agua en medio del desierto para millones de personas. Becas, apoyos a adultos mayores, apoyo a madres solteras y seguros de desempleo son algunos de los programas que se impulsaron en el Distrito Federal y que, de llegar a la presidencia, impulsará a nivel nacional. No obstante lo anterior debemos señalar que para que el proyecta de AMLO pueda alcanzar sus objetivos e impedir ser presa del sabotaje de la banca y los grandes empresarios, es decir de la mafia del poder, es necesario expropiar a la clase dominante; sólo bajo esa condición se podrán alcanzar la cobertura al 100% de la demanda universitaria y los 7 millones de empleos que AMLO propone construir a lo largo de su sexenio, por ejemplo. Si AMLO no rompe con los capitalistas para apoyarse en la movilización de la clase trabajadora para poner bajo su control democrático las palancas fundamentales de la economía, corre el peligro de que la mafia en el poder, es decir ese 0.18% de la población del país que concentra en sus manos el 45% de la riqueza nacional, termine imponiendo su voluntad para seguir desangrando al país y a los trabajadores, empujándonos a una situación de mayor barbarie a la actual.

Para llevar adelante un proyecto como el que propone AMLO es necesario además involucrar a la clase trabajadora, dotarle de un papel dirigente y llamar a las masas a luchar por un programa revolucionario y por una sociedad socialista. La clase trabajadora, la juventud y la clase media orillada a la miseria debe de saber que de votar por el PRI, el PAN o Nueva Alianza su situación no se modificará en lo absoluto y además se verá más atacada aún. Ninguno de estos partidos representa una alternativa ante los problemas que nos aquejan, sus mismas políticas nos lo han demostrado.

Enrique Peña Nieto es responsable, junto con su partido, de que el Estado de México sea el Estado con mayor número de feminicidios. Durante su gestión los derechos humanos de cientos de campesinos de la comunidad de Atenco fueron brutalmente aplastados y además el costo de vida es altísimo. Transporte y educación, por mencionar algunos aspectos, son de los más caros en el país.

Josefina Vázquez Mota ha dejado en claro que de llegar a la presidencia desaprobará el derecho al aborto, privatizará Petróleos Mexicanos y además hará lo imposible por aprobar, al igual que Peña Nieto, las reformas estructurales. También ha dejado en claro su intención de fortalecer los cuerpos represivos del Estado y por si fuera poco seguirá con la política que el espurio Calderón de ataques sin precedentes a la clase trabajadora.

Gabriel Quadri de la Torre es sólo un títere de la asesina Elba Esther Gordillo. Para él y su partido se trata de privatizar todo, se trata de crear una policía nacional, al estilo de la chilena o la española, ambas heredadas de regímenes dictatoriales y causantes de genocidios en contra de la población; y se trata también de llevar adelante las reformas estructurales.

En resumen, los tres candidatos de derecha defienden una forma de gobierno que de mantenerse en el poder empeorará aún más la situación en el país. Más desempleo, menos educación, viviendas “huevo”, salarios de miseria, privatización de los recursos energéticos y mantenimiento de la “guerra” en contra del narcotráfico que ha cobrado la vida de más de 60 mil personas en sólo seis años.

La reciente detención de altos mandos del ejército por sus nexos con el narcotráfico demuestra que en las esferas del gobierno de derecha todos están coludidos. Mientras por un lado derraman lágrimas de cocodrilo por las miles de muertes producto de la “guerra” en contra del narcotráfico, por otro lado son ellos mismos quienes están en contubernio con los principales cárteles de la droga debido a las millonarias sumas que cada año derivan de la producción y venta de estupefacientes; no hay ninguna novedad en ello.

Ni un voto al PRI ni un voto al PAN, organizarse y luchar

Un paso al frente para revertir que la miserable situación en la que vivimos es frenar a la derecha, es decir al PRIAN, votando por la izquierda en estas próximas elecciones. Para lograrlo es necesario que AMLO se vuelque hacia la clase trabajadora y hacia la juventud por medio de una política revolucionaria, integrando en una sola lucha a todos los frentes de combate abiertos en el movimiento obrero y del resto de sectores oprimidos por el capitalismo y su gobierno.

Debemos crear comités de lucha de Morena en cada fábrica, en cada centro de trabajo, en cada ejido y en cada escuela y debemos de discutir ahí nuestro programa de lucha, nuestras demandas y la forma en que impulsaremos la lucha.

Tenemos que seguir el ejemplo de los millones de trabajadores y jóvenes europeos y de otras regiones del mundo que están en lucha por la defensa de sus intereses. La burguesía tiene sus grandes edificios y palacios, los desposeídos tenemos las calles, las fábricas en las que trabajamos, nuestros centros laborales, nuestras tierras, nuestras colonias y nuestras escuelas.

Este es el momento de la clase trabajadora y de sus familias. Nunca antes una región fue tan brutalmente golpeada como lo está siendo ahora México, y corresponde a quienes hacemos que la sociedad funcione con nuestras propias manos cambiar la situación de tajo.

Únete a Militante

Desde hace 22 años los marxistas de Militante hemos luchado codo a codo con la clase trabajadora. Nunca nos hemos mantenido en silencio ante las injusticias y ruindades que el capitalismo ha aplicado en contra de las clases explotadas y es por ello que somos tan insistentes en que es necesario organizarnos y luchar. Ni el fraude electoral, ni el voto nulo, ni la desorganización pueden ganar a la izquierda en estos momentos bajo la condición de que esta asuma una política revolucionaria y es deber de todos aquellos que nos asumimos como de izquierda dar la batalla para que así sea.

Luchar por más y mejores empleos es luchar por una sociedad socialista.

Luchar por mejores salarios, por un salario de emergencia y por una escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación es luchar por una sociedad socialista.

Luchar por educación pública, gratuita, científica y de calidad así como por el aumento del presupuesto educativo es luchar por una sociedad socialista.

Luchar por un sindicalismo democrático y combativo que combata el charrismo sindical es luchar por una sociedad socialista.

Luchar por alimentación de calidad y por la bajada de los precios de la canasta básica es luchar por el socialismo.

Luchar por el rescate del campo mexicano así como por su industrialización es luchar por el socialismo.

Luchar por seguridad social gratuita para los trabajadores y sus familias es luchar por el socialismo.

Luchar por viviendas de calidad al alcance de los trabajadores y sus familias es luchar por el socialismo.

En pocas palabras luchar por una sociedad mejor es luchar por una sociedad socialista.

Compañero trabajador, desde nuestras páginas te invitamos a luchar junto con nosotros y a defender estas ideas a lo interno del movimiento. Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o ponte en contacto con nosotros a través de nuestra web: www.militante.org

Otro mundo es posible, sólo con el socialismo

La posición del sindicato minero es destacable: ahora abiertamente y sin cortapisas llama a votar a favor de AMLO y frenar a la derecha representada por el PRI y el PAN. Con casi un cuarto de millón de afiliados en todo el país, el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana es uno de los gremios proletarios que con mayor energía se ha enfrentado  a los empresarios, tanto nacionales como trasnacionales, y su gobierno en defensa de sus derechos. La trayectoria del sindicato minero en los últimos 12 años ha sido la de desarrollar un impresionante número de huelgas y paros laborales, mucho de ellos resultando exitosos. Esa holeada de huelgas y de repetidas victorias sobre la patronal transformó a este sindicato, al lado del SME, en uno de los más odiados por el foxismo y el calderonismo, sometiéndolo  junto con sus dirigentes a una brutal persecución con la intención de desaparecerlo de la escena de la lucha de clases.

A más de una década de la salvaje ofensiva de los gobiernos panistas, el sindicato minero no sólo se mantiene en pie sino que además continua luchando y alcanzando importantes logros para los intereses de sus agremiados. Una de las más recientes luchas exitosas de los mineros fue el paro laboral de seis días que desarrollaron en la segunda semana de junio pasado las secciones 269 y 270 contra las empresas Goldcorp y Minera Tesalia, respectivamente, en Mezcala, Guerrero. El paro se levantó hasta que ambas empresas aceptaron entregar a cada trabajador 170 mil pesos por reparto de utilidades, además de pagar el 100% de los salarios caídos.

Los mineros representan a un importante sector de los batallones pesados de la clase obrera y se han basado en ello para defender a su sindicato y para arrancarle importantes conquistas a la clase dominante. Y ahora, tras el acuerdo tomado por este gremio el pasado miércoles 27 de junio, los mineros están poniendo toda su fuerza organizada al servicio del conjunto del proletariado y demás sectores oprimidos por el capitalismo en su lucha para frenar a la derecha en las elecciones de este 1 de junio.

La decisión tomada por los mineros no sólo alienta al resto de los trabajadores sino que además crea una situación que en verdad resulta bastante favorable para lanzar una lucha tenas y hasta las últimas consecuencias en defensa del voto y contra el fraude electoral que los empresarios, el PRI y el PAN, al lado del Elba Esther Gordillo y el IFE, entre otros, ya tienen preparado para imponer a Peña Nieto en el poder tal como lo hicieron hace seis años con Calderón. Además del acuerdo del sindicato mineros, antes el SME ya había tomado ese decisión, el millón 400 mil asistentes al cierre de campaña de AMLO del pasado día 27 y paralelo a ello el fenomenal movimiento de masas a nivel nacional de la juventud organizada en torno al #YoSoy132 y las más de 600 organizaciones religiosas, de migrantes, campesinas, sindicales, ecologistas y de defensa de los derechos humanos que suscriben el manifiesto de la Asamblea por la Paz y la Legalidad Electoral acordado el pasado sábado 23 y en el que exponen su determinación para salir a las calles para evitar la imposición del PRI, todo ello nos permite asegurar que las condiciones son optimas para revertir el fraude electoral evidenciado ahora con medidas tan burdas como la del IFE sustituyendo los lápices de cera por los de grafito para borrar el voto en cuanta boleta electoral necesiten para asegurar el triunfo de la derecha.

Es por ello que ante las marcadas evidencias sobre las maniobras de la burguesía para arrebatarle el triunfo a los trabajadores y a la izquierda, al igual que lo hizo en 1988 y 2006, es necesario que desde este momento tomemos las medidas necesaria para organizar y aprovechar mejor nuestras fuerzas, las cuales además cuentan de su lado con los más de cuatro millones de afiliados de Morena y la masiva base de apoyo del PRD y del PT, y desarrollar las iniciativas pertinentes para derrotar el fraude electoral.

Los trabajadores de la ciudad y del campo tenemos que dar una autentica demostración de fuerza movilizándonos por millones en todas las principales ciudades de México y lanzando acciones para paralizar al país tomando carreteras, cerrando los aeropuertos y las fronteras, además de parar la producción impulsando un huelga general hasta que la burguesía y sus partidos retrocedan y acepten el triunfo de AMLO.

Seis años atrás quedó demostrado que en este tipo de batallas, dado que los empresarios se juegan mucho, se necesitan acciones más determinantes para obligar a la derecha a respetar nuestra voluntad. La imposición de Calderón ha tenido un costo enorme para nosotros los trabajadores pues la política del gobierno espurio al servicio del gran capital no sólo nos empobreció aún más, sino que además por medio de su estúpida “Guerra contra el narco” nos sometió a un sexenio de sangre y de terror que con sus más de 60 mil víctimas por mucho supera los sangrientos resultados de la guerra del imperialismo yanqui contra el pueblo de Irak de marzo del 2003 a diciembre del 2011.

El triunfo de un nuevo fraude electoral y la imposición de Peña Nieto arrojarán como saldo el recrudecimiento de la ya de por sí dramática pesadilla que padecemos el pueblo trabajador. Tenemos que impedirlo y por ello debemos frenar al PRIAN. El 1 de julio por la noche ni después de esa fecha AMLO no debe reconocer ningún resultado que favorezca a la derecha y por el contrario tiene que llamar a la unidad de acción de todos los partidos y organizaciones de izquierda con los sindicatos y agrupaciones campesinas e indígenas, para impulsar una jornada nacional de lucha que tenga como objetivo paralizar al país por medio de diferentes acciones, principalmente a través de la huelga general.

Los empresarios y su cúpula dirigente, es decir la mafia en el poder, desistirán de imponer a Peña Nieto en el poder bajo la condición de que se den cuenta que la respuesta de los trabajadores es tan poderosa que pone en peligro sus intereses como clase dominante. Y uno de los mejores para ello es tocar al capitalismo en aquel punto que le es más doloroso, es decir, a la producción. Y para lograr ese objetivo la huelga general es el mejor medio.

¡Ni un paso atrás en la defensa del voto!

¡Huelga general contra el fraude electoral!

¡Por la unidad de acción de toda la clase trabajadora y sus organizaciones!

¡Si hay imposición, habrá revolución!

Repudiamos enérgicamente toda clase de ataques contra la libertada de expresión y denunciamos la represiva campaña de los ayuntamientos priistas del Edomex y del gobernador de dicha entidad, Eruviel Ávila, contra los activistas de izquierda y los integrantes de Morena, del PRD del PT y del partido Movimiento Ciudadano.  Esta funesta campaña se ha focalizado en especial contra los integrantes del Movimiento #YoSoy132 y todos los compañeros que se han entregado con garra y determinación a la tarea de impulsar el voto a favor de AMLO con el objetivo de frenar al PRIAN e impedir el regreso del PRI al poder.

Un nuevo capítulo de esta campaña represiva fue el desarrollado el pasado sábado 23 en el municipio de Coacalco, sitio en el que la policía municipal detuvo de forma más que arbitraria e ilegal a siete activistas de Morena quienes de forma pacífica distribuían volantes apoyando el voto a favor del candidato de izquierda. Los compañeros detenidos fueron Edith Ramírez Hernández, Cristina Orozco Sánchez, Ernesto Aguilar Sosa, Benjamín Montufar Pérez, Misael Pérez de la Cruz, Leonel Zaragoza Serrano y Benjamín Tovar Guerrero.

Ese artero acto contra los derechos democráticos de los trabajadores y la criminal forma en que fueron agredidos nuestros compañeros de Morena son una demostración categórica de las razones de fondo que tiene el pueblo trabajador para impedir el triunfo electoral del PRI y del represor profesional Enrique Peña Nieto.

Expresamos nuestra solidaridad con los compañeros agredidos y manifestamos nuestro apoyo para luchar contra cualquier tipo de acoso y persecución en su contra de parte de gobierno municipal de Coacalco y del Edomex, así como de cualquier otro agente de la reacción que pretenda inhibir sus ánimos de lucha.

Así mismo exigimos el respeto incondicional de los derechos democráticos de la clase trabajadora y el cese inmediato de la prosecución contra los seguidores de AMLO y todo aquel que manifieste públicamente su repudio contra los partidos de derecha, el PRIAN, y sus candidatos.

Contra la represión, la organización y la movilización. Súmate al rechazo y repudio contra los partidos de la patronal impulsando una alternativa que asegure el ejercicio pleno de los derechos democráticos de la clase trabajadora y que termine de una vez por todas con la explotación capitalista.

 

Policías de Coacalco en Edomex detienen a 7 militantes de Morena

http://aristeguinoticias.com/policias-de-coacalco-en-edomex-detienen-a-7-militantes-de-morena/?utm_source=twitter.com&utm_medium=tweet&utm_campaign=elecciones2012

 

En los últimos días hemos sido testigos de la expresión viva del hartazgo de la juventud ante el cinismo de la burguesía y sus representantes que pretenden hacernos creer que el triunfo electoral de Enrique Peña Nieto (EPN) es inevitable y, peor aún, que el PRI se ha convertido en un partido democrático.

Lo que surgiera en primer lugar como una manifestación contra la visita de EPN a la Universidad Iberoamericana, se ha convertido ya en una importante manifestación juvenil a nivel nacional. Ello no sólo como resultado de la desfachatez del PRI de tratar de mostrar fortaleza y control ante los acontecimientos, sino especialmente por el respaldo de los grandes medios de comunicación (TV Azteca y Televisa) que en el fondo defienden sus intereses de clase. Este incidente se ha convertido ya en una importante manifestación de la juventud, que se ha denominado #YoSoy132 y que ha comenzado a aglutinar a diversos sectores de la juventud mexicana y particularmente a los universitarios, tanto de escuelas públicas como privadas.

En ese contexto, y animados por la magnifica marcha del miércoles 23 de mayo, diversos estudiantes de la UNAM convocaron el pasado sábado a la primer asamblea general de dicha casa de estudios para impulsar el movimiento dentro de ella. Dicha asamblea se realizado el pasado sábado 26 de mayo, a la cual asistieron aproximadamente trecientas personas de diversas facultades e incluso personas dispuestas a organizarse y apoyar las manifestaciones. Ello es sin duda sintomático pues refleja el animo de lucha que existe dentro de la Universidad para evitar que Peña Nieto llegue a la presidencia, pero incluso muestra como sectores ajenos a la misma universidad están dispuestos a dar una lucha para evitar un gobierno más de la derecha.

Desde el CEDEP y Militante creemos que este tipo de actividades son completamente correctas pues no solo reflejan sino que organizan el descontento contra un objetivo claro: evitar que el PRI regrese a los Pinos. Pero creemos que no basta decir “no a Peña Nieto” sino que es necesario responder a la pregunta “¿entonces quien?” y con ello plantear una estrategia que nos permita lograrlo.

La lucha es contra la derecha, la lucha es por la izquierda

Sin duda una de las consignas más claras que se han planteado en el movimiento es la lucha contra el PRI y EPN, pues ellos representan un regreso al periodo más negro de la historia política del país. Creemos que dicha consigna es completamente valida, pues el PRI es en gran medida el responsable de la situación actual en la que se encuentra la juventud mexicana.

Pero junto con ello se ha enarbolado el principio apartidista con la intención de evitar ser vinculados a algún otro candidato que pretenda capitalizar las manifestaciones de la juventud en su favor. Lo anterior en primer momento parece positivo, pero ahora ha demostrado su poca efectividad ante los intentos de gente como Luisa María Calderón La Cocoa, hermana de FeCal, de presentarse como la 133. Sin duda alguna ello debe ser motivo de reflexión para movimiento en su conjunto pues en gran medida el que este tipo de oportunistas pretenda capitalizar al movimiento se fundan en la ambigüedad del mismo. E incluso cabria preguntar si ¿el PAN representa algo distinto al PRI? La respuesta a ello es un rotundo no, lo que representa para el movimiento una salida clara ante la ambigüedad de sus consignas.

Si en gran medida el movimiento no se ha pronunciado abiertamente por el voto por la izquierda, creemos se debe también a la política desmovilizadora que AMLO ha venido llevando acabo en los últimos meses. Creemos que dicha crítica, no expuesta abiertamente pero implícita a las movilizaciones y consignas adoptadas, es completamente valida pues en el fondo expresa el descontento existente en la juventud ante la falta de orientación clara por el candidato de la izquierda. Pero a su vez representa un serio freno para la movilización de la juventud y la clase trabajadora en su conjunto. Es necesario que el movimiento se pronuncie abiertamente por el voto por la izquierda, pero no solo eso que haga un llamado claro a AMLO y a Morena para convocar una movilización nacional pues solo ello podrá garantizar seriamente el freno del fraude que ya orquesta la derecha. Incluso solo ello podría realmente desarrollar las demandas que ahora se enarbolan dentro del movimiento como la democratización de los medios de comunicación[1]. Pero junto a ello también se vuelve necesario que AMLO se pronuncie en favor del movimiento pues en él se están movilizando miles de jóvenes que apoyaran a la izquierda en las urnas. Además miles de personarías verían con buenos ojos que la izquierda apoye a la juventud que hoy se moviliza contra EPN.

Solo con organización podremos vencer

Lo ocurrido en la asamblea general pasada es sin duda muestra de la necesidad de que la juventud se organice para dar una lucha contra la derecha y la burguesía. Esto se vuelve cada día más indispensable ante la premura de las elecciones y la infinidad de tareas que surgen al calor de los acontecimientos. La tarea consiste entonces en organizar asambleas donde se discuta el contenido político del movimiento así como sus demandas, junto a un plan de acción unificado que permita la acción conjunta no solo de los unamitas sino del grueso de universitarios que  han comenzado a movilizarse.

La formación de una coordinación central así como de comisiones (difusión, propaganda, vinculación, etc.) se convierte indispensable si es que se pretende lograr que más jóvenes se integren a las movilizaciones. Solo ello podría lograr una mayor difusión del descontento que existe en la juventud universitaria y contagiar a más sectores de la juventud y de la clase trabajadora a la lucha.

La discusión del programa y del plan de acción, son pues las tareas primordiales de movimiento para poder aglutinar a mas sectores. Pero ello solo será resultado del abandono de la espontaneidad, y de su sustitución por una mayor organización del movimiento pues solo ello podrá generar tareas claras para quienes quieran integrarse a la lucha.

 



[1] Ver AMLO rumbo a las elecciones del 2012:Por un programa socialista en http://www.militante.org/amlo-rumbo-elecciones-2012

 

El 11 de mayo, conocido ahora como el viernes negro, Enrique Peña Nieto (EPN) sería estruendosamente abucheado y prácticamente expulsado de las instalaciones de Universidad Iberoamericana por cientos de jóvenes enardecidos pertenecientes a dicha casa de estudios; bajos los gritos de ¡Asesino…asesino…! y “!Atenco no se olvida…!” el candidato del PRI a la presidencia de la República tuvo que salir huyendo de la Ibero. El anterior hecho no sólo significó un severo revés para las aspiraciones electorales de EPN, ni tampoco sólo un cambio trascendente en el marco de la contienda electoral –ambos factores por sí mismo ya bastantes meritorios- sino que también ha significado un nuevo salto cualitativo en la lucha de clase en México.

El filosofo alemán Hegel explicaba que en ocasiones la necesidad se expresa a través del accidente; EPN, cargado de toda la arrogancia que lo caracteriza, pensó que en la Ibero, misma en la cual días antes la comunidad estudiantil volcó su apoyo abrumadoramente en favor de AMLO durante la vista éste a dicho campus, encontraría un estudiantado dócil, acrítico y a modo para su campaña. Sin embargo los cálculos del priismo fueron incorrectos y el repudio hacia EPN y lo que representa fue tanto que durante bastantes días el viernes negro fue el principal tema de atención para la sociedad mexicana en su conjunto. Ahora el viernes negro es un estigma que pesa y mucho, sobre la espalada de EPN.

El viernes negro a la postre se transformó en el catalizador que sacó sobre superficie toda la tensión acumulada y el odio hacia el Régimen y sus partidos tradicionales, el PRI y el PAN, por años entre un importante sector de la juventud, especialmente el estudiantado, incluidos los pertenecientes a las capas medias y todas sus tonalidades en el país.  Ya antes un primer aviso importante sobre ese proceso, mismo que ya anuncia lo que está sucediendo ahora meses después, sería la reunión de AMLO del 9 de enero en la ciudad de Pachuca con más de 4 mil jóvenes que respondieron al llamado del Morenaje en su primer acto público de dicha organización juvenil. El Foro Nacional Jóvenes y Estudiantes con AMLO de enero pasado se traduciría en un fuerte estímulo para el desarrollo de cientos de comités del Morenaje en todo el país y en una participación más directa de un amplio sector de jóvenes organizados en torno a la izquierda con miras a la contienda electoral del 1 de julio.

Tras el viernes negro se han desarrollado actos de masas de la juventud como la del 19 de mayo (misma que pretendió ser capitalizada por los panistas sin éxito) anti EPN y la del día 21 en la Plaza de las Tres Culturas, en la que AMLO se reuniría miles de estudiante; también los actos de repudio contra la manipulación informativa del duopolio televisivo ha sido de gran relevancia. En todos esos actos EPN ha sido repudiado enérgicamente por varios miles de estudiantes de universidades privadas y públicas, mismos de entre los cuales una importante mayoría no ha dejado pasar todas esas oportunidades para demostrar su enfado contra el PAN y su candidata Josefina Vázquez Mota.

La hora llamada Primavera Mexicana en esencia es obra del severo impacto que ha significado la crisis capitalista y la política de ataques y recortes de casi tres décadas de gobiernos priístas y panista para millones de jóvenes mexicanos, tanto de entre las filas del proletariado como de entre las de las capas medias de la sociedad.

Para las capas medias de la sociedad todos esos años ha significado un marcado deterioro de los niveles de vida; a ese respecto los años recientes representan un ejemplo gráfico, pues tan sólo de 2007 a 2008 el número de mexicanos integrantes de ese sector social se redujo de los 33 millones a los 25 millones 725 mil. Estamos hablando de miles de familias que ha sido arruinadas por la crisis (se calcula que en los años recientes de cada 200 mil Pymes que se abren, el 60% quiebra antes de los dos años) y expropiadas por los banqueros ante la imposibilidad de seguir pagando leoninas deudas.

Por su parte, en cuanto a la juventud hija de trabajadores, el presente es aterrador y el futuro lo es más, las cifras hablan de ello: el 50% del desempleo en nuestro país recae entre jóvenes de 14 a 29 años de edad; además de entre los 480 mil migrantes anuales a los EEUU, 33 mil 600 tienen estudios de preparatoria o de universidad.

Amplias capas de la juventud obrera y de estudiantes junto con sus familias, tanto de la clase trabajadora como de las capas medias, han sido y están siendo sacrificadas en beneficio del capitalismo. Es por ello que el movimiento juvenil que en estos momentos está llamando enormemente la atención en México tendría que plantearse como su objetivo más importante luchar al lado de los trabajadores para expropiar a los capitalistas.

La lucha de estuantes de un número significativo de universidades públicas y privadas a lo largo de todo México organizada a raíz del surgimiento de Somos Más de 131, se ha fijado como principales objetivos impedir la llegada del PRI y de EPN al poder tras las elecciones del 1 de julio, así como evitar que la política informativa del duopolio Televisa-TV Azteca siga siendo una inagotable fuente de manipulación de masas en beneficio de los poderosos. Pero también se ha definido como apartidista pero no apolítica. Las tareas que se plantean el movimiento juvenil son muy relevantes pues de lograrse representarían un importantísimo paso al frente para la lucha de los explotados y oprimidos de este país, sin embargo por su carácter, para marchar con mayor firmeza en esa dirección se necesitan una serie de medidas prácticas que impidan que la fortaleza del movimiento termine diluyéndose ante la ausencia de un rumbo claro sobre el camino a seguir para logar las tareas. Una de esas medidas es la de señalar abiertamente que PAN y el PRI representan la misma política y que en vez de ser EPN el vencedor de las elecciones, resultar triunfadora la candidata panista, no habría ningún cambio respecto a la política que aplicaría el PRI y que por tanto, entre otras cosas, la política de Televisa-TV Azteca seguiría siendo la misma. Que por tanto el movimiento tendría que tener una postura abierta a favor al voto por AMLO, cuestión que además ya ha quedado más que de manifiesto con el apoyo en la Ibero, en el Tec de Monterrey, en la marcha APN, por no mencionar el acto de miles de estudiantes de todo el país en la Plaza de las Tres Culturas. Además, cuestión que será determinante para el futuro del movimiento juvenil y estudiantil, éste último tiene que apelar al movimiento obrero para marchar juntos. La mejor garantía de que el Movimiento juvenil y estudiantil triunfe es adoptando un programa de lucha que lo hermane con la clase trabajadora.

Han pasado casi cinco años desde que estalló la crisis de las hipotecas subprime en la principal potencia económica capitalista, los Estados Unidos (EEUU). Ésa fue la antesala de la crisis financiera  del 2008 y del  colapso económico durante 2009, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) mundial decreció 0.7%. Ese mismo año los EEUU experimentaron una contracción del 2.6% en su PIB, seguidos por los descalabros de la Unión Europea (-3.9%) y de Japón (-5.3%). El desplome del PIB en México, en el mismo periodo, fue del -6.5%.

En su evolución, la crisis económica ha arrojado saldos como los de 2010 y 2011, años en los que la economía mundial ha crecido 3.9 y 4.3% respectivamente. En el mismo periodo, los principales países y bloques capitalistas consiguieron un desarrollo menor. El PIB norteamericano creció  3.0% y 1.7%, la Unión Europea pasó del 1.0% al 1.6% y  Japón del 1.7 al 2.2%. En México, el crecimiento del PIB se ubicó en 5.5% y 3.9%.

Los datos del colapso del 2009 y los de la raquítica recuperación de 2010 y 2011 contrastan con los saldos de la década de los sesenta del siglo pasado,  los “años dorados del capitalismo”, en los que, por ejemplo, los EEUU crecían a un promedio anual del 8%, mientras que  Japón y el conjunto de Europa Occidental lo hacían al 10.5 y el 5.2% respectivamente. En la actualidad, el propio imperialismo yanqui sólo creció en un 1.9% anual durante la primera década; manteniendo la misma previsión  la década actual. De igual manera, ahora mismo los EEUU albergan a 46.6 millones de pobres, cantidad significativamente mayor a los 32.9 millones de pobres que registró en el 2001.

México y la crisis mundial

Contrario a las expectativas de Calderón e independientemente de las medidas del gobierno y del Banco de México, nuestro país no es inmune a las crisis recurrentes del capitalismo. Prueba de ello ha sido el colapso padecido en 2009, el más severo en siete décadas, provocado por el crack de la economía mundial.

Tras el 2010, año en el que el PIB mexicano recuperó vitalidad creciendo un 5.5%, Calderón declaró oficialmente concluida la crisis económica, aduciendo que nuestro país poseía “fundamentos sólidos” para resistir con éxito las adversidades externas. El gusto le duró poco, pues un año después  la economía mexicana (arrastrada por la economía yanqui, que tuvo un crecimiento tan sólo del 1.7% en 2011) nuevamente manifestó rasgos de debilidad al desarrollarse un 3.9%, prácticamente punto y medio menos que un año antes. Además, un balance que ratifica esa tendencia, es el de la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cual pronostica que en 2012 y 2013 el PIB nacional crecerá en un 3.3% y un 3.6% respectivamente. Por su parte, la Reserva Federal de Estados Unidos, espera que el PIB norteamericano oscile entre 2,2% y  2,7% en 2012 y de 2,8% a 3,2% en 2013.

El Papel del imperialismo yanqui

La economía yanqui produce efectos muy notorios sobre la economía mexicana, reflejando con ello el atraso y dependencia de nuestra economía. Dicho fenómeno responde a toda una lógica que ubica a los EEUU como el principal inversor en nuestro país [tan sólo entre 1999 y el primer trimestre del 2008, en Inversión Extrajera Directa, es decir sin tener en cuenta las inversiones en la bolsa de valores, dicha nación aportó el 45.4%, seguido de España (15.1%), Holanda (10.8%), Canadá (2.8%) y Reino Unido (2.4%)]. Otro facto que determina en mucho las relaciones económicas entre ambos países es el hecho de que el territorio yanqui es el destino final del 80% de las exportaciones nacionales. En esencia ambos factores son los que sustenta los argumentos de todos aquellos que señalan que, en materia económica, cuando a los EEUU les da un resfriado a México le pega pulmonía.

Para bien o para mal - dependiendo de las circunstancias- el papel de los EEUU consumiendo mercancías fabricadas en México es determinante, pues las exportaciones generan el 30% del PIB nacional.

Durante años la vecindad de México con los EEUU en el marco de un prolongado proceso de expansión económica de esta última nación, puso en una posición privilegiada a la burguesía nacional, haciendo del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica un estupendo negocio: por ejemplo, entre 1993 y 2002 las exportaciones mexicanas se triplicaron,  pasando de los 52 mil millones de dólares a los 161 mil millones. Sin embargo, la bonanza ha terminado y ahora la vecindad con los EEUU se ha transformado en su contrario, pues el gigante del norte presa de sus propias contradicciones está sumamente agotado y ya no puede consumir mercancías elaboradas por sus socios de otras naciones con la misma voracidad con que lo hizo durante aproximadamente década y media.

Durante todo ese tiempo los EEUU lograron extender artificialmente su mercado interno basándose en créditos al consumo con intereses extraordinariamente bajos. Aunque hoy en día éstos se encuentran en una tasa del 0.25%. Bajo esa dinámica los EEUU lograron consumir bienes elaborados en 150 países con un valor de 1.4 billones de dólares anuales. Esa medida llevó al sobreendeudamiento creando un círculo vicioso en el cual las deudas se volvieron impagables para millones de familias norteamericanas, haciendo que el sistema financiero saltara en mil pedazos,  provocando que la sobrecapacidad de producción de la poderosa industria yanqui brotara sobre la superficie.

En ese contexto el marcado interno de los EEUU quedó severamente golpeado y en condiciones muy malas como para continuar jugando el papel anterior: devorando mercancías producidas por su propia industria y las elaboradas por sus socios comerciales, incluido México. La caída de la demanda de su propia producción condujo gradualmente a los EEUU a un menor ritmo de desarrollo económico: del 2.2% del PIB de 2007, paso al 0.4% logrado en 2008, hasta que finalmente colapsó en 2009. Ello tuvo un severo efecto negativo sobre las exportaciones mexicanas, las cuales pasaron durante esos tres años, a tener un crecimiento de 8.6% y 7.3%, para finalmente desplomarse en 2009 un -21.2%.

Por su parte la Inversión Extranjera Directa (IED) cayó de los 23 mil 123 millones de dólares logrados en 2007 a los 11 mil 417 millones en 2009.

Como ya explicamos más arriba, el contexto anterior para el caso de México se tradujo en el peor descalabro económico en siete décadas: en 2009, de acuerdo a la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios (Alampyme), se destruyeron millón y medio de empleos dada la quiebra de medio millón de pequeñas empresas.

No obstante el crecimiento de estos dos últimos años, el panorama no es halagador, pues EEUU no da muestras de una recuperación sólida. De ello hablan su PIB de 2011 (1.7%) y los cálculos de crecimiento de la propia Reserva Federal para 2012 (entre 2.2 y 2.7%) y 2013 (entre 2.8 y 3.2%). Esos datos son menores, o dependiendo el caso, apenas ligeramente superiores al PIB del 2006.

Los factores fundamentales que alimentan la crisis económica del capitalismo mundial y del yanqui no han sido resueltos; es decir, hablamos de una enorme sobre capacidad de producción por parte de la industria, acompañada de un mercado aún bastante limitado para responder favorablemente a la enorme oferta.

El pasado boom económico fue extendido más allá de sus límites naturales gracias al crédito, sin embargo, pese a que se mantienen tasas de interés cercanas al cero por ciento, el camino del crédito y del endeudamiento se muestra como especialmente débil para desempeñar el mismo papel que en el pasado, principalmente por la enorme deuda que pesa sobre las familias norteamericanas. Los cálculos señalan que de los 52.3 trillones de dólares que sumaba la deuda total de los EEUU en el primer trimestre del 2011, el 27% corresponde al sector financiero y el 25% a las familias (La Jornada20072011); además, un estudio reciente de la Universidad de Michigan revela que el porcentaje de familias norteamericanas que no poseen ningún ahorro paso del 18.5% en el 2009 a 23.4% en el 2011. Otra lacra que lacera las expectativas de recuperación son los altos índices de desempleo: si bien la tasa de desempleo se ubicó en 8.2% en marzo pasado, porcentaje inferior al de 2010 (9.4%) y al de 2011 (8.5%), esta sigue siendo demasiado alta y muy lejana aún al promedio logrado en el año 2000 (4%, el más bajo del presente siglo) o al del 2007 (4.4%). 

Por su parte, la sobre capacidad de la poderosa industria yanqui sigue siendo un factor demoledor, pues el índice de uso de la capacidad instalada en diciembre pasado fue del 78.6%,  en promedio inferior al de noviembre del 2009, año en que la economía de los EEUU experimentó una contracción: dicho índice se colocó en 79.2%. Otro dato revelador de esta problemática se encuentra en el informe del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, según el cual en mayo de este año el índice de actividad empresarial cayó hasta alcanzar el -5.8%, desde un índice positivo de 8.5%. De acuerdo a los criterios de la Reserva Federal, toda medición de dicha variable por debajo de cero indica una contracción del sector manufacturero.

Perspectivas para la crisis

Contrario a las expectativas de Calderón y la burguesía mexicana, las condiciones de los EEUU; marcadas por un mercado interno aún fuertemente inhibido; en paralelo con una enorme sobre capacidad de producción; más una gigantesca deuda y déficit público, representan una bomba de tiempo para el capitalismo mundial y para el mexicano. 

Además, el papel que desempeñó EEUU en el pasado boom económico le heredó un titánico déficit comercial, mismo que en 2008 acumuló 695 mil 900 millones de dólares; y si bien el colapso económico de 2009 naturalmente replegó la demanda de mercancías extranjeras obteniéndose un déficit de 380 mil 700 millones, ya para 2010 y 2011 las cosas empezaron a marchar en dirección opuesta con cantidades que fijaron a ese indicador en los 497 mil 824 millones de dólares y los 558 mil millones respectivamente.

Un abultado déficit comercial quiere decir que la exigencia por mercancías norteamericanas es menor en el mercado mundial a la demanda por mercancías extranjeras en su propio territorio, creando una situación sumamente desfavorable para la industria yanqui. Obama necesita a toda costa reducir, el gigantesco déficit comercial que pesa sobre la economía de la máxima potencia imperialista. Con dicho objetico fue que en enero del 2010 Obama optó por exportar el desempleo, impulsando un plan que tiene como estrategia duplicar las exportaciones de los EEUU de 1.57 a 3.14 billones de dólares a lo largo de los próximos cinco años. Se tara de la Iniciativa Nacional de Exportación, en la que además se señala que “Canadá y México juegan un rol especial como los mercados más grandes de exportación de Estados Unidos”. Sin embargo, los resultados del déficit comercial, el cual se ha ido incrementado significativamente de nueva cuenta entre 2010 y 2011, demuestran que la medida comercial de Obama aún está muy lejos de jugar el papel esperado.

No obstante lo anterior, para México el panorama a consecuencia de dicha política saltó a la vista: durante los primeros 10 meses del 2010 nuestro país fue transformado en el  segundo destino de las exportaciones de los EEUU, sólo por detrás de Canadá y por delante de China.

Una agravante más, que representa otro obstáculo para la exportaciones mexicana, es el acuerdo de agosto del 2011 firmado por Obama con los republicanos con tal de que estos últimos le autorizaran un nivel de deuda de hasta 2.4 billones de dólares (bdd); a cambio de dicha autorización el presidente de los EEUU se comprometió a recortar el gasto social del gobierno en 2.5 bdd a lo largo de los próximos 10 años. Al igual que el desempleo y la gigantesca deuda de las familias norteamericanas, los recortes al gasto del Estado continuarán estimulando la contracción del mercado de los EEUU.

En síntesis, las condiciones para que las exportaciones mexicanas encuentren un contexto favorable en los EEUU siguen siendo desfavorables y dado el ritmo de ralentización de la economía estadounidense, (fenómeno cuya expresión más nítida en estos momentos es la contracción del sector manufacturero) las perspectivas a mediano plazo son sumamente sombrías.

El impacto de esa problemática sobre las exportaciones mexicanas se ha dejado sentir de nueva cuenta: si bien es un hecho que en 2010 la colocación de mercancías de nuestro país en el mercado externo se incrementó en un 43.3% respecto a 2009, al mismo tiempo hay que señalar que dicho porcentaje sólo refleja de forma parcial la realidad de las cosas; en otros términos, traduciendo el crecimiento porcentual en dinero, durante 2010 México exportó mercancías por un valor de 298 mil 361 millones de dólares, cantidad efectivamente por mucho mayor a la lograda en 2009 (230 mil millones) pero raquíticamente inferior a los 291 mil 875 millones alcanzado del 2008. Haciendo esa comparación, en los hechos el éxito económico del que presumió Calderón en 2010, es prácticamente estancamiento. Más aún, la tendencia apunta hacia una situación negativa más marcada, pues del 43.3% logrado ese año en exportaciones, un año después, en 2011, este índice sólo creció un 17.2%. De acuerdo al Consejo Mexicano de Comercio Exterior se espera que al concluir el 2012 las exportaciones se desarrollen en apenas un 10%, es decir 7.2 puntos porcentuales menos que un año antes.

Toda esa situación la está resintiendo negativamente la industria nacional, la cual, de acuerdo a un informe de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) de febrero del 2012, están operando a 70 por ciento de su capacidad instalada; 10 puntos por debajo de los niveles registrados antes de la crisis económica.

Esa dinámica alerta a la burguesía mexicana, que está tomando medidas para proteger sus fortunas movilizando cuantiosos capitales hacia destinos que consideran más fiables.  De acuerdo al Banco de México, entre la fecha de arranque del gobierno de Calderón y mayo del 2011, empresarios y particulares mexicanos habían hecho una transferencia neta de recursos por 55 mil 316 millones de dólares para ser depositados en cuentas bancarias fuera del país. Por su parte, el capital especulativo ha hecho movimientos en las últimas semanas que han significado la salida de la Bolsa de Mexicana Valores (BMV) de unos 2 mil 690 millones de dólares; ya en noviembre y diciembre pasado la BMV había sufrido descalabros por 894 y 796 millones. Y un mes antes, en octubre, la tenencia de bonos del gobierno en manos de inversores extranjeros disminuyó en 3 mil millones de dólares.

Las contradicciones que provoca una recuperación lenta y tortuosa, ha generado otras dificultades, entre ellas la de transformar en  serio boquete para el financiamiento de la economía nacional a la fuga de capitales, alimentado con ello la perspectiva de un nuevo colapso a mediano plazo.

La alternativa de la clase capitalista

Caderón, desesperado, ha optado por crear un canal artificial de financiamiento para la economía por medio de estimular un mayor flujo de capital especulativo al país, a través de rentables intereses que compitan con los que ofrecen los países desarrollados. De esa manera, para finales del 2011 la tenencia de bonos de deuda de los residentes en el extranjero (alrededor de 70,000 millones de dólares) equivalía a casi un tercio del gasto público aprobado por la Cámara de Diputados para el 2012. A lo largo del año pasado la compra de ese tipo de bonos en propiedad de extranjeros registró un crecimiento del 63.7% respecto a 2010 de acuerdo al Banco de México.

Con esa política Calderón está alimentando una burbuja especulativa que al momento de estallar podría desestabilizar severamente al sistema financiero mexicano, postergando por más tiempo aún una eventual salida a la crisis. Ya los ataques especulativos contra el peso a finales del 2008 han sido una importante advertencia a este respecto y más recientemente lo ha sido septiembre pasado, mes en el que inversionistas extranjeros retiraron alrededor de 4 mil 650 millones de dólares que estaban invertidos en bonos gubernamentales. De acuerdo al Banco de México, ese retiro fue el más importante en los dos últimos años; producto de ello el peso se devaluó en un 12.5%.

La burguesía es consciente de las limitaciones del capital especulativo y de los peligros que este encierra, es por ello que su apuesta está sobre la extracción de más plusvalía de los trabajadores. Los resultados del  2010, año en que la economía mexicana experimentó un crecimiento del 5.5%, son reveladores: el costo unitario de la mano de obra de la industria manufacturera se redujo en un 9%, al mismo tiempo que la productividad de los obreros se incrementó en un 5.8%. Solo produciendo más con una inversión más baja en capital variable, es decir con una cada vez menor masa salarial, la burguesía es capaz de producir mercancías más baratas y por consecuencia más competitivas en el mercado mundial, en particular en el de los EEUU.

Un informe reciente de la UNAM publicado por La Jornada el pasado 7 de mayo señala que un obrero con salario mínimo en México, sólo requiere 9 minutos de labor para recuperar el precio que el capitalista paga por hacer uso de su fuerza de trabajo (salario); las restantes 7 horas con 51 minutos (Trabajo Excedente, según la definición de Marx) se laboran de forma gratuita en pos de las ganancias del patrón. De este último segmento es de donde la burguesía extrae la plusvalía, es decir la base material para la reproducción del sistema capitalista en su conjunto.

El informe de la UNAM demuestra que el grado de explotación de la fuerza de trabajo en nuestro país es extremo, sin embargo el capitalismo mexicano necesita estrujar aún  con mayor intensidad al proletariado, como la condición más importante para defender los benéficos empresariales y para enfrentar el viacrucis de la crisis económica del capitalismo yanqui y del mundial. Además los empresarios necesitan ahorrar todos los gastos que erogan para los trabajadores, paralelos al salario directo.

En esa problemática es en la que se enmarca la insistencia de la contrarreforma laboral por parte de la patronal y de su énfasis en la necesidad, de acuerdo a esta, de dar marcha atrás en derechos como la seguridad social.

La alternativa de la clase trabajadora

Dada la debilidad del PAN y de los gobiernos de Fox y Calderón, este tipo de tareas de especial relevancia para la burguesía continúan pendientes; sin embargo la prolongación de la crisis mundial está marcando los ritmos de los ataques. Dar el paso en dirección a los intereses de la reproducción capitalista cada día se presenta como una tarea más impostergable. Llegado el momento la burguesía se verá forzada a imponer su voluntad, incluso usando la violencia sobre la clase trabajadora de ser  necesario; es por ello que dada la crisis del PAN y su enorme impopularidad, la clase dominante está apostando por el PRI y Peña Nieto para regresarlo a la residencia de Los Pinos tras las elecciones del 1 de julio próximo.

Por su parte, Peña Nieto y el PRI se han encargado de mandar serios mensajes a la burguesía de que sólo ellos pueden poner “orden” entre la clase trabajadora para imponer su programa; ello lo hicieron por medio de la sangrienta represión contra los pobladores de Atenco en 2006 y su incansable persecución hasta casi aplastar al movimiento. Recordemos que incluso algunos de los principales dirigentes de Atenco fueron sujetos de condenas que excedían el siglo de cárcel.

Peña Nieto es el hombre que necesita la burguesía para intentar dar el golpe definitivo sobre el movimiento obrero para imponer toda una serie de contrarreformas que han estado pendientes desde el gobierno de Zedillo (1994-2000) a la fecha.

En esa medida se presenta como una prioridad movilizarnos para impedir el triunfo del PRI en las próximas elecciones, cuestión para la cual se necesita también que de manera urgente AMLO gire marcadamente hacia la izquierda, rompiendo toda clase de ilusión con el empresariado para depositar toda su confianza en la clase trabajadora. Sólo rompiendo con los empresarios AMLO podría perfilar un programa de lucha que efectivamente conecte con la clase trabajadora y que defina una táctica de lucha que atraiga a los sindicatos a su movimiento. No hay otro camino, la concertación sólo provoca la confusión y el desanimo, estos fenómenos a su vez estimulan la indiferencia entre amplias capas de la clase obrera hacia las elecciones, viéndose favorecido de esta forma la derecha, en particular Peña Nieto.

Mientras los dirigentes de la izquierda y en particular AMLO no se decidan a movilizar contundentemente a la clase trabajadora para ganar las elecciones, los trabajadores debemos prepararnos para toda clase de circunstancias, entre ellas la de una eventual derrota de la izquierda y el regreso del PRI al poder. Tras el 1 de julio, la dinámica de la crisis económica no dejará de amenazar con profundizarse. Los burgueses, con Peña Nieto en el poder, tratarán de superar la decadencia capitalista a costa de menguar los intereses del proletariado.

Por ello es necesario que elevemos nuestro grado de organización pugnando por un Frente Único de los sindicatos con Morena, el PRD y demás partidos de izquierda para frenar a Peña Nieto y al mismo tiempo eliminar de raíz la barbarie a la que nos somete el capitalismo y su crisis. En esa medida, al batalla de la izquierda en contra de los partidos de la derecha y del conjunto de la burguesía, no puede limitarse a la lucha electoral, si bien ésta es importante, la lucha de los trabajadores tiene que ser más amplia, proponiéndose la tarea de expropiar a los capitalistas, para poner toda la riqueza social bajo el control democrático de los trabajadores. La clave para ganar las elecciones está en extender la lucha de los trabajadores más allá del terreno electoral, adoptando tácticas de lucha cómo la huelga general, para paralizar el fraude electoral y hacer efectiva la fuerza de la clase obrera sobre la burguesía.

La crisis del capitalismo ha evidenciado una vez más la inviabilidad de este modo de producción, realidad frente a la cual la única alternativa es la economía planificada socialista. Camarada trabajador, únete a Militante y lucha por un programa socialista para el movimiento obrero.

Acartonado, falso, rígido,  insuficiente, han sido algunos de los epítetos con que se ha descrito el primer debate entre los aspirante a la presidencia. Coinciden en este balance militantes declarados de la izquierda y la derecha ¿A qué se debe esta coincidencia?

Durante el debate los partidos de la burguesía fueron incapaces de disimular las grandes contradicciones y conflictos que existen entre ellos. Los rabiosos ataques entre Josefina Vásquez Mota, candidata del PAN, y Peña Nieto, candidato priista, fueron contundentes, y cuando no, dejaron entrever una crítica mordaz. Ambos se increparon la responsabilidad sobre el narcotráfico, la crisis económica y la falta de aprobación de las llamadas reformas estructurales. Josefina puso el dedo en la llaga con el caso Paulette y los feminicidos en el estado de México.

El PAN y el PRI no pudieron hacer otra cosa más que desnudarse a sí mismos, confirmando que ambos partidos representan los mismos intereses de clase. La burguesía consciente de que no podía ofrecer un espectáculo diferente, intentó desviar la atención antes, durante y después del debate. Primero, Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca, encabezo una polémica estridente al negarse a televisar el debate por su canal de máxima audiencia en provecho de un partido de futbol. Ya iniciado el debate jugaron su papel de distractores dos elementos; Julia Orayen contratada por el IFE y Quadri por parte de Elba Ester Gordillo. Ambos tenían la misión de consumir tiempo y espacio en las noticias posteriores al debate, tiempo que de otra manera lo hubieran ocupado más ataques entre el PRI y el PAN o por otro lado López Obrador.

La derecha y en particular el PRI, sabíanse débiles en el debate, por lo tanto adoptaron la táctica de hundirlo en el fango. El elemento fundamental no fueron los factores de carácter logístico o técnico; que si era muy poco el tiempo para hablar, que si las cámaras no estaban bien encuadradas, etcétera. El elemento de fondo es que el PRI y el PAN no podían y no pueden dejar de atacarse públicamente y son incapaces de obtener las simpatías de la mayoría de la población. No están satisfechos con los resultados del debate. Al término del mismo, Peña Nieto se dijo incapaz de definir qué candidato fue el ganador.

El balance para la izquierda

Entre amplios sectores de la izquierda, causó regocijo que Obrador evidenciara gráficamente la relación entre Peña Nieto y Salinas de Gortari, así como el papel de Televisa en la campaña del priista. Sin embargo, también existe la sensación de que se podía y se debía hacer más. Pero este sentimiento no sólo tiene que ver con el debate, es un reclamo que de diferentes maneras han expresado las bases de la izquierda a lo largo de la campaña.

La actitud expectante y no militante de los millones que en 2006 se movilizaron en apoyo a Obrador, es una manifestación de esta crítica hacia sus posturas y reiterados llamados a la conciliación con los empresarios y el régimen, incluido el propio Caderón. El cobijo que ha brindado a elementos cómo Bartlett o Juan Ramón de la Fuente no puede sonar sino cómo un abandono de sus posiciones políticas más avanzadas, sobre todo para los militantes de base más consecuentes.

Desde el punto de vista de la izquierda el debate pudo haber sido todavía más útil. Si bien AMLO criticó con certeza los vínculos de Peña Nieto  con los empresarios más ricos del país, también tenía que haber extendido la crítica hacia Calderón. Además de insistir en la necesidad de combatir la corrupción, AMLO tenía que plantear con todas las letras la necesidad de expropiar a los capitalistas para de esta manera hacer los cambios que los trabajadores necesitan. Andrés Manuel debió de haber denunciado las acciones fraudulentas que desde el IFE, el Estado y los partidos de la derecha se están llevando a cabo para cerrarle el camino a la izquierda. Es responsabilidad de los dirigentes consecuentes de la izquierda desenmascarar la farsa que representa la democracia burguesa y no generar ningún tipo de ilusiones en ella. Se pudo haber hecho un llamado claro a los trabajadores, campesinos, sindicalistas, estudiantes, hijos de trabajadores para movilizarse en contra del fraude. 

Para la izquierda el balance del debate fue positivo, pero pudo haber sido mejor. La candidatura de la izquierda tiene ante sí un escenario inmejorable para fortalecerse, sin embargo no lo está aprovechando y en ello radica la insatisfacción con el debate. La juventud y los trabajadores son  consientes de que  pudo haber tenido repercusiones más profundas.

El hecho de que días después del debate la juventud diera muestras masivas y contundentes de rechazo al PRI, primero en un concierto masivo en el Zócalo y posteriormente en una universidad privada, son síntomas de que la juventud y la clase trabajadora están dispuestos a impedir que el PRI llegue a la presidencia. La izquierda, AMLO en particular, tiene la responsabilidad de encausar éste ánimo y espíritu de lucha permitiendo que los jóvenes  se integren a la campaña cómo protagonistas del debate, de la definición del programa, de las acciones y movilizaciones que se tiene que encabezar para derrotar al PRI y al PAN. El verdadero reto para la izquierda está en derrotar a los partidos de la burguesía en las calles y no sólo en los debates, es ahí donde realmente se definirá el destino del país.

¡La clave del triunfo electoral está en la movilización del proletariado bajo un programa revolucionario!

El pasado 30 de marzo iniciaron oficialmente las campañas electorales rumbo a la presidencia de la república. Con distintos actos los candidatos a la presidencia de México iniciaron un recorrido que finalizará hasta junio y que tendrá como principal objetivo convencer a la población para que esta otorgue su voto a alguno de ellos.

Para el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y para las bases de los principales partidos de izquierda este arranque es el banderazo de salida para fortalecer la campaña de la izquierda. Durante más de seis años millones de personas han luchado por mantener al candidato de la izquierda dentro de la contienda y dicha tarea debe fortalecerse en estos momentos.

Al igual que la burguesía, los grandes empresarios y los magnates de los medios de comunicación lo hicieron en 2006, este año la campaña de desprestigio contra AMLO y el Morena se fortalecerá conforme avancemos en el proceso electoral.

Por nuestra parte, el Morena y las bases de los diversos partidos de izquierda (PRD, PT y Movimiento Ciudadano), debemos saber que la derecha intentará dejar a AMLO fuera de la presidencia por medio de una campaña verdaderamente sucia.

Un primer reflejo de esta campaña ya se está reflejando en las tendenciosas encuestas operadas por las grandes casas encuestadoras y que muestran una inverosímil y falsa disminución en las preferencias de la población hacia AMLO y un aumento considerable para los candidatos de los derechistas Acción Nacional y Revolucionario Institucional. A la pregunta de ¿Por quién votaría si en este momento fueran las elecciones?, según la encuestadora GEA-ISA, los resultados son 53.6% para Peña Nieto, 23.5% para Josefina Vázquez Mota y sólo un 21.3% para AMLO.

No se trata más que de un manejo de datos manipulado que busca justificar un fraude de magnitudes extraordinarias en contra del candidato de la izquierda y que pretende aumentar la “popularidad” de los  pésimos candidatos de la derecha.

El contexto de las elecciones

La carrera presidencial arranca en un México con una situación en extremo complicada. La violencia del narcotráfico afecta a prácticamente toda la población del norte y sur de la república. Más de 60 mil muertos han resultado de esta absurda guerra “en contra” de los principales cárteles de la droga, exacerbada tras la llegada de Calderón.

El desempleo está en sus peores niveles desde hace décadas. Siete millones de jóvenes no tienen acceso a la educación ni a un empleo. La energía eléctrica, la seguridad social y la vivienda, entre otros aspectos, han sido severamente atacados en la última década. Además nos encontramos sumergidos en una de las peores crisis económicas que los trabajadores y sus familias ahora tienen que pagar.

Los salarios mínimos son miserables y no alcanzan para comprar ni el 60% de la canasta básica, cuyos productos han sufrido en algunos casos un aumento de hasta el ¡500%! El huevo, la leche y las tortillas cada vez son menos accesibles para una buena parte de la población, que utiliza casi el 60% de su salario mínimo en pagos de servicios, educación (cuando es posible) y alimentación. La recreación y el descanso prácticamente se han eliminado del vocabulario de millones de personas que trabajan jornadas laborales groseras para conseguir un salario miserable.

Todo lo anterior no ha sido causa de la gracia divina ni de algún personaje funesto, se trata de la política del capitalismo impulsada por más de siete décadas de gobiernos priístas y una más de gobiernos panistas. Empresarios, banqueros y gobernantes son los responsables de la situación tan alarmante en la que se encuentra México.

Pero no todo es negro, también nos enfrentamos a un país lleno de contradicciones en donde los trabajadores han jugado un papel fundamental. La clase trabajadora ha impulsado enormes luchas en defensa de sus conquistas sociales históricas. Movilizaciones masivas y luchas memorables también han marcado los últimos años.

A nivel internacional la clase trabajadora está saliendo a las calles para manifestar su repudio a las políticas económicas que los gobiernos de derecha están impulsando. El caso del Estado español refleja claramente que el regreso del derechista Partido Popular no ha hecho más que acrecentar las tensiones y los ataques hacia la clase trabajadora, la cual ha respondido majestuosamente el pasado 29 de abril con una huelga general que logró aglutinar, sólo en Madrid, a 900 mil personas. Si en el DF y su zona conurbada se hubiera movilizado la misma proporción de la población, ¡ello equivaldría a seis millones de personas manifestándose!

De ninguna manera el regreso de la derecha al poder, en el caso del Estado español, ha significado un suspiro para los millones de trabajadores que están siendo afectados por una crisis que no generaron. Las falsas promesas de los gobiernos de derecha, quienes aseguran que habrá una supuesta recuperación si es que el PRI regresa a la presidencia, se vienen abajo en cuanto aprueban medidas de austeridad tan salvajes, lo único que queda de manifiesto es el hecho de que defienden con uñas y dientes sus privilegios.

Un regreso del PRI o el PAN a la presidencia se traduciría en una agudización de la crisis. Las reformas energética, laboral y hacendaria serán aprobadas sin importar a quienes afecten. La izquierda debe estar consciente de esta situación.

¿Qué táctica debe seguir Morena para ganar las elecciones?

El movimiento que durante ya siete años ha encabezado AMLO sabe muy bien que los ataques de la derecha han comenzado y que tenemos una gran tarea en esta campaña electoral. En primer lugar debemos reconocer a nuestro enemigo. No son aliados de los trabajadores y de la izquierda los empresarios, los banqueros ni los gobernantes al servicio de la burguesía.

Los marxistas de Militante siempre hemos sido claros en nuestros planteamientos. Desde hace siete años marchamos junto a los millones de jóvenes y trabajadores que permanentemente  impulsan  la izquierda y luchamos junto con ellos por una sociedad más justa, sin embargo también hemos sido críticos de algunas posturas que en últimas fechas AMLO ha impulsado.

Desde nuestro punto de vista es un error orientar la campaña a tratar de convencer a la burguesía y a sus organizaciones para que apoyen la candidatura de AMLO. De igual forma no es útil para nuestro movimiento orientarse al alto clero; comparsas del PAN y de la clase dominante, pretendiendo que de esta manera jugarán un papel neutral o de apoyo a la izquierda. Creemos que por ahí no está el camino hacia el triunfo de la izquierda, eso lo ha dejado en claro el mismo Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

En un artículo publicado por Milenio, el pasado 14 de abril, Gerardo Gutiérrez Candiani, líder del CCE, declara: “No compartimos la visión del señor López Obrador, la realidad es que creemos que es indispensable avanzar en los próximos años en la discusión y aprobación de las grandes reformas estructurales para este país, pero sobre todo las tres principales: la laboral, la apertura del sector energético, y la hacendaria.” Más claro ni el agua. A los empresarios sólo les interesa una cosa: mantener sus privilegios intactos a costa de atacar, ¡aún más!, a la clase trabajadora.

Para que AMLO y la izquierda ganen las elecciones sólo hay un camino que seguir y es el de la movilización en las calles. Las bases de la izquierda, los sindicatos, los trabajadores, campesinos pobres y la juventud debemos lanzar una campaña combativa y revolucionaria, reivindicando nuestras históricas demandas.

López obrador tiene que retomar el camino de la lucha y la movilización como el factor fundamental para obtener el triunfo electoral. La manera de agrupar y entusiasmar a millones de trabajadores, como ocurrió en 2006, es con un giro decidido hacia la izquierda, no sólo en el discurso sino sobre todo en los hechos: organizando la movilización de los trabajadores y la juventud en defensa de sus derechos; contra los ataques de Calderón y contra el fraude que ya operan el PRI y el PAN. La izquierda requiere, con carácter de urgencia, dar un giro de 180 grados dejando de lado cualquier intento de conciliación entre la burguesía y la clase trabajadora, que es por demás imposible. De no ser así se estaría abonando el terreno para que el abstencionismo y el fraude electoral ganen un importantísimo terreno.

Nuestras consignas deben ser claras y contundentes:

  • Por un programa de lucha socialista y revolucionario para ganar las elecciones, abajo la derecha y el capitalismo.
  • Frente único de las organizaciones obreras contra los ataques de Calderón y por el triunfo electoral de la izquierda.
  • Por un programa unificado de lucha a nivel nacional.
  • Ninguna confianza, ningún pacto con loschuchos. Fuera arribistas y oportunistas del movimiento.
  • Por un Morena y Morenaje democrático y combativo.
  • Ninguna confianza en las instituciones del Estado burgués (IFE, tribunales electorales, etc.), siguen en manos de la mafia en el poder y desde ahí se avalará el fraude electoral.
  • A organizar la Huelga General de 24 horas contra el fraude electoral.

Únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha junto con nosotros al interno de Morena por estas ideas.

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