Declaración del Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública
A mediados de marzo pasado López Obrador (AMLO) anunció su disposición de nombrar a Juan Ramón de la Fuente, ex Rector de la UNAM, como Secretario de Educación Pública en caso de resultar vencedor en las próximas elecciones del 1 de julio. Frente a este planteamiento de AMLO,elComité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) expone lo siguiente:
1.- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es un verdadero baluarte de la educación pública en nuestro país, convirtiéndola en una trascendente opción educativa para miles de jóvenes hijos de trabajadores que desean formarse como profesionistas universitarios.
2.- No obstante el significativo papel que ha jugado la UNAM durante años en beneficio de amplias capas de jóvenes de extracción popular, en la últimas décadas la burguesía, su gobierno y sus partidos, el PRI y el PAN, han implementado una serie de políticas y reformas educativas que pretenden transformarla junto con todo el sistema público educativo nacional en todos sus niveles, en un negocio más al servicio del gran capital.
3.- Entre las políticas que han atentado contra el carácter público y popular de la universidad destacan: El Plan Carpizo de 1986 y las modificaciones al Reglamento General de Pagos (RGP) impulsada por el entonces Rector Francisco Barnés de Castro en 1999. En esencia estas medidas pretenden elitizar a la UNAM, arremetiendo contra el derecho a la educación de los hijos de la clase trabajadora y el campesinado pobre.
4.- No obstante los avances del Régimen en dichos objetivos estos han sido escasos, ello ha sido gracias a la lucha decidida del conjunto de la comunidad universitaria (trabajadores, académicos y estudiantes) para defender sus derechos; se trata de una larga historia de lucha que abarca decenas de capítulos siendo el más destacado el movimiento estudiantil de 1968; y más recientemente las huelgas estudiantiles de 1987dirigida por el CEU y la de 1999–2000 que se extendió por espacio de 10 meses con el CGH al frente. En cada caso la comunidad universitaria, destacándose de entre ella su sector estudiantil, demostró que está dispuesta a defender a la UNAM hasta las últimas consecuencias.
5.- Sin embargo un aspecto más que es necesario destacar es que la lucha por la defensa de la UNAM no ha estado exenta de toda clase de episodios dramáticos que han costado cárcel e incluso la vida, tal como fue de 1968, a decenas de estudiantes que se han atrevido a organizarse en defensa de sus derechos. A este respecto no dudamos en señalar que, tras el 68, una de las acciones represivas de mayor fuerza contra el movimiento estudiantil en nuestro país fue la desarrollada el 1 y 6 de febrero del año 2000 cuando la entonces Policía Federal Preventiva (PFP) tomó por la fuerza las instalaciones de la UNAM para aplastar violentamente la huelga universitaria. El saldo de esa acción represiva fue el encarcelamiento de cientos de estudiantes, siendo liberados los últimos de ellos en junio de ese mismo año y la toma de CU por la PFP la cual se extendió hasta el 23 de abril del 2000.
6.- Como no sucedía desde 1968 cuando el ejército tomó CU, en febrero del 2000 la autonomía universitaria fue pisoteada a más no poder. Y tanto Juan Ramón de la Fuente como el expresidente Ernesto Zedillo son los principales responsables de todo ello.
7.- Juan Ramón de la Fuente, siendo Secretario de Salud de la administración de Zedillo y a casi siete meses de estallada la huelga estudiantil, asume la máxima responsabilidad en la UNAM con la encomienda de finalizar a toda costa con la lucha, misma que gozaba de importantes simpatías entre amplios sectores de la clase trabajadora.
8.- En ese marco y dada la negativa del movimiento estudiantil en ceder en sus demandas, Juan Ramón de la Fuente preparó y organizó la intervención de la PFP en la UNAM para aplastar de un solo golpe la huelga y los ímpetus de lucha de su comunidad estudiantil. Además dado lo próximo de las elecciones federales del 2000, la huelga de la UNAM era un conflicto que se tenía que resolver en lo inmediato.
9.- Por encima de cualquier otra consideración, la anterior acción define de forma más que nítida la política de Juan Ramón de la Fuente la cual en definitiva no coincide con las aspiraciones de la clase trabajadora y la juventud consistentes en defender a la educación pública en todos sus niveles. Más aún el proceder del ex Rector de la UNAM frente a la huelga universitaria demuestra que de ser necesario este estaría dispuesto a reprimir la lucha y el descontento social con tal de imponer su política. Otro ejemplo que habla de ello es el hecho de que durante su rectorado se expulsaron a más de 400 estudiantes de la UNAM por cuestiones políticas, se modificaron programas y planes de estudio en beneficio de la educación técnica abandonando por completo el proyecto integral, científico y humanístico de muchas de las disciplinas de la UNAM.
10.- Con sus acciones Juan Ramón de la Fuente ha demostrado la clase de política que implementaría en caso de ser designado Secretario de Educación Pública en un eventual gobierno de izquierda dirigido por AMLO.
Por todo ello el CEDEP declara:
Una medida progresista pero insuficiente
El pasado 16 de abril la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó el proyecto de ley donde anunciaba la declaración de “interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la explotación, industrialización, transporte, y comercialización de hidrocarburos”. A la espera de su aprobación en el Congreso (donde el kirchnerismo goza de mayoría), el gobierno ha intervenido la empresa para luego proceder a la “expropiación del 51% del patrimonio de YPF S.A.” afectando casi en su totalidad a las acciones que poseía la multinacional Repsol en la petrolera y que ahora pasarán a manos del Estado y las provincias. En las últimas semanas se ha desatado una reacción histérica por parte del gobierno Rajoy, la derecha y los empresarios en sus medios de comunicación. Por otro lado ha suscitado el apoyo entusiasta de la mayoría del pueblo argentino, de los trabajadores y los jóvenes que dieron un 54% de apoyo al gobierno kirchnerista en las pasadas elecciones.
En los medios de comunicación los directivos de Repsol han calificado la medida de “expolio” y señalaron que crea un clima de “inseguridad jurídica para las empresas españolas”. La patronal CEOE se despachó en la prensa burguesa: “el pueblo argentino se arrepentirá de esta medida”. “Es una decisión hostil contra España y el Gobierno de España" declaró el ministro Soria (Industria) mientras García-Maragallo (Exteriores) dijo que “la decisión rompe el clima de cordialidad y amistad”. Como era de esperar también PNV y CiU arremetieron contra la medida, dejando su “nacionalismo” en casa para defender a las multinacionales y los intereses imperialistas españoles en América Latina de los que son completamente partícipes.
Un “responsable” Rubalcaba ha reiterado que el PSOE “respaldará al Gobierno en las medidas que tenga que tomar en defensa de los intereses de las empresas españolas”. CCOO y UGT “han expresado su rotundo rechazo a la expropiación…por considerarla contraria al derecho internacional y porque podría tener efectos negativos sobre los empleados de Repsol”. En su “realismo” los dirigentes socialdemócratas y sindicales hacen frente común con el gobierno derechista del PP y la patronal CEOE. Qué rápido se olvidan que Brufau y compañía son acérrimos partidarios e impulsores de la reforma laboral y de los salvajes recortes contra la sanidad y educación pública que el PP está poniendo en marcha en el Estado español. A estos extremos descabellados lleva la lógica de aceptar el capitalismo como única alternativa.
¿Quién expolia a quién?
El cinismo y la mentira de los directivos de Repsol no tienen límites. Intentan presentarse como pobrecitos que “invirtieron” por puro altruismo y ahora han sido “saqueados” por “bandidos peronistas” en el poder. Exigen ser “compensados” con… ¡8.000 millones de euros! Pero la realidad es bien diferente.
Entre 1999 y 2011 las ganancias netas de Repsol-YPF fueron de 16.450 millones de dólares, de los que repartió entre sus accionistas 13.246 millones, dejando una ínfima parte a “inversiones”. Antonio Brufau, presidente de Repsol, recibió una retribución por el desempeño de su cargo de 7,08 millones de euros en 2011. Pero la producción petrolera descendió desde 2001, de 46 millones de metros cúbicos a 34 millones en 2011, según el Instituto Argentino de Petróleo (IAP). Y la producción de gas también está en descenso desde 2006, de 52.000 millones de m3 a 46.000 millones en 2011. Se llega a la paradoja de que Argentina, con grandes reservas de petróleo, tuvo que importar combustible por valor de 9.300 millones de dólares en el año pasado y que este año se esperara gastar unos 12.000 millones de dólares.
A comienzos de este año la presidenta acusaba a Repsol-YPF de “acaparamiento de mercado” y “abusos en los precios”. “No podemos volver a tiempos del virreinato, donde se llevaban todo y no dejaban nada” dijo. Los gobernadores de varias provincias retiraron licencias de explotación a la petrolera y la emplazaron “aumentar las inversiones y la producción”. Los señoritos de Repsol saqueaban descaradamente los recursos naturales del país (la mayoría del petróleo era exportado), explotaban salvajemente a los trabajadores (pagando salarios miserables en pesos), mantenían un nivel alto de precios en el mercado interno (lo que redunda en el aumento de los precios de las demás mercancías) y se beneficiaban de una política de subsidios por parte del Estado argentino. ¿Quién es el ladrón entonces?
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) fue una empresa estatal creada en 1922. Tras un largo proceso de vaciamiento acentuado en la última dictadura militar de 1976-83, se transformó en Sociedad Anónima para luego ser privatizada bajo el gobierno neoliberal de Carlos Menem en 1992. Esta gran estafa se produjo a espaldas del pueblo argentino con métodos fraudulentos como la compra de votos a diputados tránsfugas. A partir de 1999 Repsol se hizo con el control de la empresa convirtiéndose en la octava petrolera del mundo. Hacia 2007 el capital de YPF S.A. queda controlado por Repsol en un 57,43%, el grupo argentino Petersen cercano al gobierno de Néstor Kirchner, que pasa a poseer el 25,46%, mientras que el 17,09% restante se encuentra en manos de inversores privados, flotando en bolsa, y un 0,02% en poder del Estado, que conserva la acción de oro.
Las masivas privatizaciones (petróleo, teléfonos, correos, aerolíneas, luz, agua, pensiones, ferrocarriles, etc.) de los años 90 impondrían un modelo económico y social basado en el saqueo por parte de las multinacionales de los recursos del país y como consecuencia la miseria y la sobreexplotación de las masas (muy similar a lo que se quiere imponer hoy día en Europa con la excusa de la crisis) que estallaría en 2001 con la insurrección popular del Argentinazo. Las empresas “españolas” como Repsol, Telefónica, Endesa, BBVA, Santander, etc. amasaron beneficios brutales en esos años y siguieron haciéndolo aún comenzada la crisis mundial. Sin embargo para la economía española estos beneficios eran mínimos ya que Repsol sólo declara en el Estado español el 25% de los beneficios que obtiene en todo el mundo. Y si las ganancias contables de la multinacional han crecido entre 1998 y 2011 un 11,97%, el salario de sus trabajadores sólo lo ha hecho un 1,7%. Los principales beneficiarios del saqueo de recursos en otros países y de la miseria de otros pueblos no han sido los trabajadores en el estado español sino que fueron a parar al bolsillo de un puñado de accionistas privados de los grandes grupos que controlan estas empresas. Ni siquiera se puede hablar de Repsol como empresa “española” ya que su capital está participado en más de un 50% por diferentes inversores privados extranjeros, entre ellos la petrolera mexicana Pemex (de ahí se entiende la reacción del gobierno derechista de Calderón).
Una medida que hay que completar
Para la burguesía internacional su “patria” son los beneficios millonarios y utiliza el nacionalismo según convenga a sus negocios buscando enfrentar a los trabajadores para seguir ganando más. Por tanto los trabajadores, independientemente de la nacionalidad, debemos unirnos contra nuestro enemigo común.
Los marxistas reconocemos el carácter tremendamente positivo de esta medida. Desde amplios sectores de la clase obrera y la juventud en Argentina es visto como un paso en la recuperación de los recursos estratégicos del país y ponerlos a disposición de las necesidades de la población. Pero es necesario advertir de los límites que ha puesto el propio gobierno a su acción y que se enmarca dentro de una política determinada del kirchnerismo.
La primera cuestión que se plantea es la “compra” de las acciones expropiadas a Repsol. El gobierno de Cristina Kirchner dice que aunque no va a pagar lo que reclama descaradamente la multinacional sí van a “compensarla” por la expropiación. ¿No está bastante claro que estos señores se llevaron demasiada riqueza de Argentina? ¿De dónde saldrá el dinero para pagar a estos buitres? Los trabajadores no podemos permitirnos que se utilice nuevamente dinero público para resarcir a estos ladrones por lo tanto defender una expropiación sin compensación es lo más legítimo.
Por otra parte, tras la nacionalización parcial, la empresa quedaría controlada en un 26,03% por el Estado, 24,99% por las provincias, 6,43% por Repsol, 25,46% por el Grupo Petersen y 17,09% por diferentes inversores privados. Se tratará de una empresa mixta donde el capital privado tendrá un peso nada despreciable. En la medida que el Estado argentino no posee en sus manos tantos recursos como para invertir en nuevos yacimientos (como el de Vaca Muerta) o en mejorar la tecnología, se volverá a depender del capital privado (en el proyecto de expropiación se habla de posibles alianzas estratégicas con el capital internacional). Además la financiación que necesita el Estado sólo podrá venir de los grandes bancos que también están en manos privadas. Con lo cual los criterios de funcionamiento de la empresa privada (rentabilidad, competitividad, beneficios privados) chocarán nuevamente con las necesidades de la población. Frente a este problema no queda otra solución que la expropiación total del sector de los hidrocarburos así como también de la gran banca privada bajo el control de los trabajadores que utilizarán eficazmente esos inmensos recursos en beneficio de la mayoría.
El kirchnerismo defiende que se puede mantener un capitalismo “bueno” en Argentina y conseguir resolver los problemas fundamentales a base de “reformas” parciales. Pero lo que demuestra la situación actual es que la única manera de “recuperar el país para la mayoría del pueblo” o de tener genuina “justicia social” es cuestionando abiertamente el poder económico de la burguesía ya sea argentina o transnacional (históricamente unidas para exprimir al pueblo trabajador), y esto sólo puede hacerse con un programa revolucionario que cuestione los pilares de la propiedad privada del capital, de las grandes palancas económicas y financieras, los bancos y las multinacionales. Un programa que deben adoptar los sectores a la izquierda dentro y fuera del kirchnerismo, que sirva a los trabajadores como herramienta para unir a los explotados en una lucha por cambiar la sociedad y organizarla sobre bases nuevas.
La recta final hacia las elecciones del próximo 1 de julio, mismas en las que se elegirá al nuevo presidente de México, representa una serie de importantes retos para el movimiento obrero, sus organizaciones y sus dirigentes. Para importantes sectores de la clase trabajadora ha sido larga la espera pues las elecciones del 2012 se presentan como una oportunidad para acometer de nuevo contra la derecha representada por el PRI y el PAN y saldar cuentas pendientes en relación al monstruoso fraude electoral que en 2006 le arrebató la presidencia a Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Es por ello, y dado el anhelo de justicia de millones de trabajadores de la ciudad y el campo, que los dirigentes, empezando AMLO, tienen que ponerse a la altura de las circunstancias impulsando una alternativa revolucionaria que le dé mayor certeza a un eventual triunfo electoral de la izquierda. Entre 2006 y entre 2009 la izquierda en su conjunto (PRD, PT y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano este último) pasó de los 14 millones 756 mil 350 votos reconocidos oficialmente a los 6 millones 355 mil 233. En esos tres años los partidos de izquierda perdieron aproximadamente el 60% de sus preferencias electorales. En ese mismo lapso el PRI escaló de los 9 millones 441 a los 12 millones 821 mil 504 sufragios. Desafortunadamente esta tendencia se mantuvo en 2010, año en el que el PRI ganó 9 de las 12 gubernaturas en disputa, entre ellas Zacatecas que para ese entonces estaba bajo el control del PRD, y en 2011, mismo en el cual el PRI ratificaría su control sobre el Estado de México en julio para después, en noviembre, arrebatarle al PRD el gobierno de Michoacán.
En mayor medida la recuperación electoral del PRI mas que ser merito propio, es obra de una cascada de errores a lo largo de todos esos años de los partidos que abanderan para el 2012 a AMLO, los cuales en lugar de capitalizar en su beneficio el profundo odio desarrollado entre las masas proletarias a raíz de años de ataques a sus condiciones de vida y de trabajo por parte de los gobiernos del PAN y del PRI, han asumido una postura de una oposición moderada, e incluso blanda, contra el régimen, depositando todas sus expectativas en la lucha parlamentaria y dejando de lado toda clase de llamado seria a la movilización en las calles para frenar la política antiobrera de Calderón.
En ese marco de escepticismo sobre la izquierda oficial resulta una tarea de primer orden impulsar un profundo giro hacia la izquierda que distinga a esta sin ningún tipo de cortapisa de los partidos de derecha.
Para cerrarle el paso al PRI, y en general a la derecha, con miras a las elecciones del próximo 1 de julio AMLO tiene que jugar un papel de primera línea asumiendo abiertamente un programa que recoja las demandas del movimiento obrero y del campesinado pobre. No es tratando de llegar a acuerdos con los empresarios como podrá AMLO movilizar a los millones de votantes que necesita para derrotar al PRI y al PAN, sino siendo consecuente con las reivindicaciones de los más pobres, razón para lo cual se necesita la nacionalización de la banca y la industria, por ejemplo. ¿Cómo lograr créditos blandos para el campesinado pobre si la banca está bajo el control del rapaz capital financiero? ¿Cómo abatir el desempleo si la lógica de los despidos y explotación obedecen a la dinámica de concentración de capital en manos de los empresarios? Sin la expropiación de esa clase de palancas económicas para ser puestas bajo el control democrático de los trabajadores simplemente es imposible cumplir alguna de esas dos tareas.
A pesar de la cercanía de las elecciones, aún es posible asegurar el triunfo de la izquierda y de AMLO. Pero para ello es necesario un urgente y profundo giro a la izquierda. En nuestro número 206 de Militante explicamos esa realidad y nos unimos a todos aquellos jóvenes y trabajadores que demandan una política a la altura de las circunstancias para derrotar a la derecha el próximo 1 de julio. ¡Nos es momento de conciliar sino de luchar!
El 26 de Octubre del 2011 el senador texano Lamar Smith presentó ante la Cámara de Representantes de los EEUU la iniciativa de ley “Acta de cese a la piratería en línea” (SOPA, por sus siglas en inglés) con la cual se pretende proteger los derechos de autor así como la propiedad intelectual, ya que la descarga de música, videos, películas, libros etcétera a través de internet ocasiona pérdidas anuales por 6 mil mdd a la industria cinematográfica y disquera principalmente. De aprobarse dichas iniciativas las sanciones en contra de los sitios de internet que proporcionen estos servicios serían:
1.-Restricción del acceso a empresas que facilitan pagos, tales como PayPal o que ofrecen dinero a cambio de colocar publicidad online.
2.-Restricción en los buscadores que vinculan con tales sitios.
3.-Requerimiento a los proveedores de internet para que bloqueen el acceso a tales sitios.
Inmediatamente millones de usuarios en redes sociales apoyaron realizando campañas de difusión de información por internet, firmando resoluciones de protesta, entre otras. Las protestas más destacadas fueron hechas por el grupo “Anonymous” el cual realizó diversos ataques a páginas de empresas como Sony, Universal Music y del gobierno de EEUU y Francia; también surgieron convocatorias para realizar mítines y marchas en repudio a la Ley SOPA alrededor del mundo.
Ataque cibernético mundial
No sólo en EEUU se llevan a cabo restricciones reaccionarias al servicio de internet, en caso de prosperar implicaría que el servicio dejaría de ser tal y como lo conocemos ahora; en diferentes países hemos sido testigos de iniciativas de Ley que se plantean desde el monitoreo a usuarios a través de dependencias de gobierno hasta la cancelación del servicio a los infractores que violen los derechos de autor y la propiedad intelectual mediante descargas de material con copyright, tal es el caso de España y Francia donde ya se aprobaron dichas iniciativas.
En México se presentó ante la Cámara de Senadores, el 15 de diciembre de 2011, por parte del senador panista Federico Döring Casar, una propuesta de ley denominada Ley Döring, la cual pretende el monitoreo de las usuarios de internet a través del IP (Internet Protocol) para identificar que usuarios han violado los llamados derechos de autor. Estas acciones las llevaría a cabo el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) junto al gobierno, los cuales “revisarían” la información intercambiada online y procederían a notificar y multar al titular de la cuenta.
Todo lo anterior refleja claramente que este tipo de reformas no hacen más que limitar aún más el derecho a la información, cultura y libre expresión de la mayoría de la población. Lo que pretenden hacer es convertir estos derechos en un mero negocio que, de aprobarse tal y como están planteadas, les arrojaría enormes ganancias, haciendo de estos derechos elementales un privilegio limitado a pequeños sectores. De forma más específica, los capitalistas están muy interesados en controlar la información que ellos consideran políticamente peligrosa, para censurar, podrán argumentar la violación de los derechos de autor.
La forma más eficaz de parar los ataques que desde el imperialismo norteamericano se están impulsando alrededor del mundo, es por medio de la movilización masiva, no sólo en las redes sociales, sino sobre todo en las calles, vinculando el derecho a la información y a la libe expresión por medio del internet, con el resto de demandas de la clase trabajadora. En última instancia los derechos democráticos, sólo pueden realizarse plenamente rompiendo con la propiedad privada de los medios de producción y de comunicación, poniéndolos al servicio de la sociedad y bajo control de la clase obrera.
Además de ello, tenemos que oponernos al uso policiaco de internet, por medio del cual se espía, se persigue y en última instancia se reprime a los usuarios de internet con un punto de vista de clase.
¡Internet libre y gratuito para todos!
¡Los medios de comunicación al servicio de la clase obrera, expropiación de los monopolios de la información!
México se encuentra sumergido en la barbarie, producto de la política de priistas y panistas. Las cifras de desempleo y pobreza, por mencionar algunos ejemplos, se han disparado de manera significativa en los últimos 6 años.
Según un informe que dio a conocer el Consejo Nacional para la Evaluación (Coneval), la pobreza alcanzó su máximo nivel histórico durante el tercer trimestre de 2011, al pasar de aproximadamente 49 a 52 millones de personas pobres en 2011, lo que representa 46.2% de la población del país. Respecto al empleo, en noviembre de 2011 la tasa de desempleados de México subió 0.38 puntos porcentuales frente a octubre, alcanzando el 5.16% de la población económicamente activa, según cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Junto con el desempleo se encuentran también la pérdida del poder adquisitivo salarial para las familias obreras. México se encuentra dentro de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como el país con la remuneración salarial más baja. En lo que va de este gobierno, el salario mínimo ha perdido 42% de su poder adquisitivo, lo cual quiere decir que respecto al poder de compra que los salarios mínimos tenían en 1978, se ha deteriorado en un 75%.
Otros estudios, como el señalado por Héctor Luis del Toro, académico del Centro de Investigación de Teoría Económica de la Universidad de Guadalajara, exponen que, mientras en diciembre de 2005 la canasta básica representaba un gasto de tres mil 902 pesos; para octubre de 2011 el costo llegó a cinco mil 966 pesos. ''De los 121 artículos que contempla la canasta básica, 101 ha reportado aumentos''.
Todo lo anterior refleja el deteriorado panorama en el cual nos encontramos los trabajadores. Sin tomar en cuenta aspectos tan importantes como la salud, la educación, el desempleo juvenil, la vivienda y el narcotráfico, entre otros indicadores, tenemos que la situación no es nada alentadora para millones de mexicanos.
Lo anterior no es obra de la “flojera” de los mexicanos ni tampoco representa un mandato divino, como la burguesía afirma. Se trata en realidad de una política económica dictada por los grandes banqueros y empresarios, quienes buscan mantener sus ganancias a costa del sudor de miles y miles de personas a las cuales mantienen en la miseria y en la explotación.
Bajo este contexto, es como se desarrollarán, en julio próximo, las elecciones presidenciales en nuestro país, en las cuales las bases de los partidos de izquierda y el Morena tienen como principal objetivo organizarse para cambiar la realidad de la clase trabajadora.
Morena como alternativa de lucha
Todos aquellos que formamos parte del Movimiento de Regeneración Nacional debemos tomar en cuenta que no nos enfrentamos a un proceso electoral cualquiera, sino más bien a un proceso de lucha de clases en el cual tanto los intereses de la burguesía como los de la clase trabajadora, se verán confrontados.
Si bien la coalición de Morena con los partidos de la izquierda se presenta como la única alternativa electoral viable para la clase trabajadora, hace falta que estas organizaciones adopten un programa y una táctica de lucha revolucionaria para ganar las elecciones. La izquierda tiene que hacer frente a las maniobras fraudulentas que el PRI, el PAN y el gobierno de Calderón implementarán en aras de retener la presidencia. No serán los tribunales, ni demás instituciones del Estado burgués, las que detendrán el fraude que, desde ya, está operando la derecha; por el contrario, estas instituciones se encargarán de avalar las maniobras contra el candidato de la izquierda. Solamente la clase trabajadora puede organizar la defensa de sus intereses. En este sentido es clave dotar de un carácter militante a la campaña electoral de la izquierda, donde los sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantes y el resto de sectores oprimidos de la sociedad jueguen un papel activo.
Además del programa alternativo de nación, Morena tiene que adoptar las demandas fundamentales del proletariado mexicano, tales como la lucha por un aumento salarial de emergencia, más y mejores puestos de trabajo, escala móvil automática de salarios -respecto a la inflación-, democracia sindical, subsidio de desempleo, no más despidos, entre otras.
Más allá de la búsqueda de votos basados en las estadísticas o la suma exponencial de gente a la campaña de la izquierda, el movimiento necesita transformarse en una verdadera herramienta de lucha. Morena debe estar presente en cada colonia, centro de trabajo, sindicato, en cada comunidad ejidal y en cada escuela, no como una organización exclusivamente electoral, sino como una organización que promueva y organice la lucha activa, vinculando las demandas más sentidas de la clase trabajadora y el campesinado pobre, con la lucha electoral en el marco de una perspectiva revolucionaria.
La burguesía impulsará una campaña salvaje de propaganda negativa en contra del movimiento, quizás peor que la que lanzó en 2006 en contra de AMLO, al cual llamaba repetidamente “un peligro para México”. Intentarán promover prejuicios acerca del derecho a la propiedad privada de los grandes burgueses, seguirán llamando al candidato de la izquierda “radical” y “provocador” y hablarán de que la izquierda en general está totalmente corrompida, igual o peor que la burguesía y sus organizaciones.
La recurrida cantaleta de que el PRI inevitablemente retornará a Los Pinos es una idea que los propagandistas de la derecha intentan imponer desde hace meses, sin embargo la única manera en que la derecha, el PRI o el PAN, se mantenga en la presidencia, es a partir de un monumental fraude electoral, combinado con la abstención e inmovilidad de las bases de la izquierda. La derecha intentará repetir el esquema de “triunfo” de las pasadas elecciones en el Estado de México o Michoacán. La izquierda por su parte tiene que aprender de esas derrotas y cambiar decididamente de táctica, el movimiento tiene la fuerza para derrotar a los partidos de la burguesía.
Ha quedado perfectamente demostrado que no representa ninguna alternativa para la izquierda el establecer supuestas alianzas con los empresarios “honestos”, estas alianzas han significado introducir en el movimiento prejuicios en contra de las tradiciones de lucha del proletariado, así como a elementos oportunistas que han terminado por manchar la bandera de la izquierda. Un ejemplo de ellos es el ex gobernador de Guerrero, el cual llegó a ocupar este cargo gracias al apoyo que en su momento recibió de AMLO. El “honesto e independiente” empresario Zeferino Torreblanca se ha sumado a la campaña del PAN y considera que “Josefina, es la mejor opción para el 2012”.
La experiencia de los últimos años está plagada de estos ejemplos de oportunismo por parte de todos aquellos a los que se les ha denominado “empresarios honestos”. La única forma en que genuinamente se puede agrupar a un sector de la pequeña burguesía, sobre todo aquella que ha sido reducida a las condiciones de vida del proletariado, es a partir de una política genuinamente revolucionaria, donde las ideas y métodos de la clase obrera primen sobre el conjunto del movimiento, y abran una perspectiva revolucionaria para estos sectores, que tampoco tienen ya cabida dentro de un capitalismo en crisis. En cualquier caso, la pequeña burguesía nunca podrá ser el factor decisivo para la lucha del proletariado.
La alianza que debe promover Morena con ahínco es con los sindicatos, las organizaciones campesinas, la juventud, los migrantes, los desempleados y demás sectores del proletariado. Las contradicciones sociales existentes exacerbarán la lucha de clases en nuestro país conforme el proceso electoral se acerque; incluso un eventual triunfo de AMLO no implicará que de la noche a la mañana dichas contradicciones desaparezcan, la perspectiva más probable es que se agudicen y el movimiento debe prepararse para toda clase de ataques, antes, durante y después de las elecciones.
Las elecciones solamente se pueden ganar con una táctica revolucionaria de lucha
En primer lugar, Morena debe ser el aglutinador de todas las demandas más sentidas de la población explotada. La adopción de un programa revolucionario, que rompa con la dinámica del capitalismo y que luche en contra de la propiedad privada de los medios de producción tiene que ser una tarea de primer orden. La lucha electoral debe ser vista por todos los que conformamos la izquierda como un espacio de lucha contra el capitalismo, que se enmarca en una estrategia más amplia de lucha revolucionaria. ¡Por un programa de lucha revolucionario para ganar las elecciones!
En segundo lugar, Morena debe aglutinar a todos los sectores de la población explotada. ¡Frente único de las organizaciones obreras contra los ataques de Calderón y por el triunfo electoral de la izquierda! Trabajadores del SME, de Mexicana de aviación, Mineros, la CNTE y el resto de sectores en lucha deben integrarse organizadamente al movimiento. ¡Por un programa unificado de lucha a nivel nacional!
En tercer lugar, Morena debe poner en acción a los millones de jóvenes y trabajadores que agrupa. Debe fijar sus objetivos no únicamente en el terreno electoral sino más allá, ampliando la visión de los millones de militantes que participamos en él. Si somos alrededor de 4 millones de afiliados a Morena ¿Por qué no poner en acción a esta fuerza? ¿Por qué no organizar una campaña de agitación a nivel nacional por una Huelga General de 24 horas por aumento salarial y empleo digno para la juventud y por el voto a la izquierda? Sólo con los métodos de lucha de la clase trabajadora podremos detener el fraude que desde ahora mismo se está operando, ¡A organizar la Huelga General de 24 horas contra el fraude electoral!
En cuarto lugar, el Morena debe rescatar al PRD como una herramienta de lucha, dando la batalla contra la derecha del partido echando de él a los sectores oportunistas y arribistas que se suben al carro del “lopezobradorismo” únicamente para ganar posiciones pero que no defienden la política del movimiento ¡Ninguna confianza, ningún pacto con los “chucho!
Son las bases del movimiento las que deben tomar las decisiones fundamentales de la lucha, basados en un método democrático de participación. Apoyados en este método deben elegirse a los candidatos de la izquierda de entre los mejores elementos de base, ¡Basta ya de apoyar a arribistas! Todo aquel que sea abanderado de la izquierda para un cargo de elección popular debe aceptar la revocación en caso de incumplir con el programa de la izquierda; representante obrero, salario obrero, ¡Basta de lucrar con los cargos!; en cada célula del Morena y en cada comité de base del PRD debe haber oportunidad para la participación democrática de los trabajadores, en donde cada miembro tenga voz y voto y en donde se respete la decisión tomada por la mayoría de las bases. ¡Por un Morena democrático y combativo!
La reciente vista a México del Papa Benedicto XVI, Joseph Aloisius Ratzinger, desarrollada entre el 23 y 25 de marzo pasados, se da en medio de un marco especialmente catastrófico para la derecha panista. En apenas dos sexenios, el de Fox y el de Calderón, el PAN ha experimentado una crisis de legitimidad para la cual el PRI necesitaría varias décadas para su desarrollo. A estas alturas, y de cara a las elecciones del 1 de julio próximo, salvo que suceda un “milagro” (quizás de ahí el interés de Calderón en la vista de Ratzinger) es casi un hecho que el PAN no repetirá en la presidencia de la República.
Para nadie es un secreto que la política de Fox y de Calderón no han tenido otro objetivo mas que el de darle continuidad a las directrices priistras consistentes en concentrar más riqueza entre un puñado de banqueros y empresarios a costa de empobrecer aun más a millones de mexicanos. Lo anterior significa que, de acuerdo al Banco Mundial, hoy en día los 22,6 millones de mexicanos más pobres, la quinta parte de la población del país, participa sólo del 3,8% del consumo nacional de bienes, muy lejos del 56,7% de los ricos (que representan un 20% de la población). Por otro lado el INEGI reporta que entre 2008 y 2010 el número de pobres pasó de los 48.8 a los 52 millones. Nótese que en cada caso estamos citando cifras y diagnósticos oficiales (¡!)
Sin embargo las cosas no paran ahí pues la tragedia se extiende hacia la llamada clase media, es decir hacia el reducto en el cual el PAN ha tenido su base tradicional de apoyo social. Ejemplo de la ruina que han significado el calderonismo todos estos años para la pequeña burguesía es el hecho de que en 2008 el 80% de las pequeñas y medinas empresas (Pymes) quebraron de acuerdo a un balance del Tec de Monterrey; un año después, en 2009, otras 500 mil Pymes cerrarían sus puertas. Y ahora, en tan sólo el primer semestre de este 2012, las quiebras entre este sector de la economía ya alcanza a las 300 mil Pymes. Es decir, en otras palabras, en el marco del actual gobierno de Calderón miles de familias de pequeños empresarios y comerciantes ha sido arruinados, erosionándose con ello en mucho una palanca electoral clave para el panismo.
En buena medida de esa forma es como se pueden explicar los resultados de la encuesta publicada por Proceso en abril de 2011 en la que se ubica el índice de aceptación de Calderón en un 45% contra el 72% del que gozaba en 2009; y más recientemente este es el caso del sonde de opinión de elpais.com según en cual 8 de cada 10 mexicanos desaprueban a la actual administración panista.
Es evidente que esos resultados en cierta medida ya están marcando las tendencias hacia las elecciones del 1 de julio venidero. Concientes de esa realidad, el panismo se ha lanzado en una lucha desesperada para tratar de recuperar a su tradicional base de apoyo, articulada en buena parte por los sectores más conservadores de la sociedad.
En esa medida es como, en complicidad con el PRI, Calderón ha logrado la penalización en 18 estados contra las mujeres que abortan, ello entre 2008 y diciembre del 2009. Así pues, por mencionar un par de casos, ya para agosto de 2011se reportaban 22 mujeres presas en Tamaulipas por esa razón y 160 con procesos legales por el mismo motivo en Guanajuato en diciembre de ese mismo año.
Además, de forma más reciente, con ese mismo objetivo, Calderón ha lanzado la contrarreforma al Artículo 24 constitucional (la mentada “reforma por las libertades religiosas”) misma que pretende replegar al Estado laico, una de los principales legados de la guerra de reforma (1857-1961) encabezada por Juárez y de la revolución de 1910-1917, y permitir, entre otras cosas, la enseñanza religiosa en la educación pública. A estas alturas la iniciativa de ley ya fue aprobada por panistas y priistas en la Cámara de Diputados, pero aun falta su ratificación en el Senado.
Siendo así, la cereza del pastel de esa táctica ha sido la vista de quien en el año de 1941 se enrolará en la Juventud Hitlerian: Joseph Aloisius Ratzinger. Lejos de salvar almas, la estancia del Papa Benedicto XVI en México ha tenido como razón de ser darle una esperanza de vida al clerical y antijuarista PAN.
Es cierto que cierto que Benedicto reunió en misa a más de 600 mil personas en Silao, Guanajuato, sin embargo, aun así, la visita del ex joven ( y aún) nazi no ha dejado de ser gris y lejana del impacto mediático y social que esperaba Calderón pues la crisis de la derecha panista es tan sólo una de las diferentes expresiones de la crisis de todo el espectro de la derecha política, es decir se trata de una crisis que se extiende también al la grey católica y al mismo Vaticano. El nazi Ratzinger llega a México tras el escándalo de los Legionarios de Cristo y su máximo líder, el ahora difundo en la impunidad gracias a los gobiernos del PAN y al cobijo del polaco Juan Pablo II, el pederasta Marcial Maciel, y en un momento en el que la cúpula católica como nunca se ha evidenciado como un abierto cómplice del régimen, es decir como un abierto enemigo de los pobres.
¡Valla clase de paradoja divina!, por emplear la terminología habitual de los clérigos: una institución carente de legitimidad (el PAN) tratando de apoyarse en otra institución carente de legitimad (la grey católico-vaticana) para recuperar ¡¡¡legitimidad!!!
No dudamos que las acciones panistas-yunquistas puedan tener un efecto entre aquella capa social de la que pretenden recuperar sus simpatías, pero tampoco dudamos en que dicho efecto será más que limitado; nada cercano al objetivo de evitar una estrepitosa derrota en julio próximo. Amplios sectores de la pequeña burguesía han sido arruinadas en el contexto del calderonismo y se ve como imposible la tarea de recuperar su apoyo a base de baños de pureza.
Eso que es valido para la pequeña burguesía, lo es más aún para el pueblo trabajador mexicano; Calderón y Ratzinger se equivocan si creen que pueden manipular a los trabajadores y moverlos en dirección hacia sus objetivos con dadivas espirituales. El pueblo trabajador mexicano es en su mayoría católico y eso no le ha impedido impulsar tres de los procesos de mayor trascendencia por su contenido en la historia de América Latina: la revolución de Independencia de 1810-1820, la Guerra de Reforma de 1857-1861 y la Revolución de 1910-1917; dicho sea de paso tras cada uno de esos procesos el clero en tanto uno de los principales terratenientes y herramienta de opresión al servicio de los ricos, siempre vio retroceder sus privilegios. El origen del Estado laico hunde sus raíces en las tradiciones revolucionarias de los explotados de México, mismas de donde emanan sus tradiciones anticlericales. En el pasado los sentimientos religiosos del campesinado pobre y de los trabajadores de la ciudad no han sido un freno para impedir que llegado el momento estos se lancen contra clérigos y aristócratas en defensa de sus intereses. Y en el futuro la historia de la lucha clases se encargará de demostrar de nueva cuenta que eso es así. Entonces habrá llegado la hora de que tiemblen y se pongan a rezar Calderón, Ratzinger y todos los poderosos.
Las empresas agrupadas en el Consejo de la Comunicación han lanzado al mercado un “nuevo” producto milagro. Bien peinadas actrices de telenovelas, músicos de rock-pop, líderes de opinión, ¡Elmo y Lola!, todos aseguran sorprendentes resultados en caso de que adquieras este increíble artículo. Usándolo tan solo 20 minutos diarios, obtendrás diversión, serás un empleado más productivo, serás un mejor mexicano, cambiar a tu país. Puedes en caso de que lo hagas tuyo… En español o en inglés, “just do it”, solo hazlo, lee, ¿Qué? ¿Para qué?, son preguntas tediosas, sólo hazlo, lee.
La campaña Lee Más, si algo demuestra, es el oficio de mercaderes que ostentan los empresarios. Lo mismo nos venden productos grasosos y “sabrosos”, que pócimas mágicas para bajar de peso, lo mismo publicitan a un candidato presidencial con una dudosa capacidad lectora, que a la lectura misma cómo el gran remedio para todos los males.
En contra de la deificación de la lectura, he de decir que la capacidad lectora no es la base del progreso social, así tenemos que, sociedades con una avasalladora población analfabeta, consiguieron su alfabetización no a partir de la lectura misma, sino de profundas transformaciones sociales y económicas. Por ejemplo, a inicios del siglo XX, la sociedad rusa estaba compuesta principalmente por obreros y campesinos, entre ambos llegaban casi a los 150 millones de habitantes, de los cuales el 75% no sabían leer ni escribir. Para la década del 80 del siglo pasado, Rusia ya convertida en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) tenía un grado de alfabetización del 99%. Incluso, en 1963, la URSS contaba con más científicos que EUA y Japón juntos, de ello habla su programa espacial, que fue capaz de poner en órbita al primer ser humano. Aun con todos esos logros, la cultura en sí misma, no fue un factor determinante para que la sociedad soviética siguiera por la senda del progreso, de tal forma que la restauración capitalista, prácticamente ha eliminado las grandes conquistas materiales y culturales de la URSS.
Respecto a México, podríamos hacer un análisis semejante. A finales del porfiriato, nuestro país tenía un nivel de analfabetismo del 80%. Una de las grandes conquistas de la Revolución Mexicana de 1910 fue que sentó las bases para que la educación dejase de ser un privilegio, y al menos la instrucción primaria, abarcase al proletariado. El artículo tercero, aprobado en la Asamblea Constituyente de 1916, plasmó el carácter obligatorio de la enseñanza básica, su gratuidad y laicidad. Y en todo ello, la receta mágica de los 20 minutos de lectura, no jugó ningún papel, el acceso masivo a la cultura fue un resultado de cambio radical en la sociedad, curiosamente protagonizado por harapientos obreros y campesinos analfabetas.
Estimados empresarios, tan afanados lectores, me surge para ustedes una pregunta: ¿tienen el valor, o les vale? Reconocer que la base del progreso social, no es la lectura sino las revoluciones.
La lucha de clases en México tendrá una expresión muy importante en el proceso electoral que se llevará a cabo el próximo primero de julio. Y dado este proceso no cabe la menor duda de que las fuerzas de izquierda se estarán expresando a través del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Esto se ha dejado ver de manera más clara en las últimas asambleas que ha llevado a cabo Andrés Manuel López Obrador, tanto en las 16 Delegaciones del Distrito Federal en diciembre pasado como en algunos municipios del interior de la República Mexicana.
En todos estos mítines y asambleas las masas han demostrado su disposición a seguir luchando y llevar a AMLO a la victoria electoral, ya que en este triunfo se tiene una fuerte ilusión de cambio ante la barbarie capitalista a la que nos han orillado los gobiernos del PRI y del PAN. También otro aspecto muy importante es la cuestión de la unidad de las izquierdas lo cual se ha visto de manera positiva para lograr el triunfo electoral, sin embargo también ha generado ciertas dudas por los métodos como se ha llevado a cabo esta unidad.
Desde las páginas del Militante hemos defendido la necesidad de la unidad del movimiento obrero para lograr el triunfo electoral, así mismo plateamos la unidad de los partidos de izquierda, pero siempre dejamos muy claro que no es solo la unidad por la unidad, sino que esta debía estar subordinada a un programa de lucha revolucionario que recogiera todas las demandas del movimiento obrero, campesino y juvenil, en ese sentido planteamos como algo necesario para lograr una victoria la unidad de MORENA, PRD, PT, Movimiento Ciudadano y sindicatos, donde las decisiones sean a través de métodos profundamente democráticos, donde tanto en las decisiones como en los órganos de dirección se garantice una verdadera participación de las bases de todas las organizaciones de izquierda.
Comentamos esto porque dado la unidad que se ha hecho a través de los partidos de izquierda de cara al proceso electoral, se ha dejado ver un tanto la batalla de las cúpulas del PRD en todo el proceso de la campaña, poniendo los intereses de estas por encima de los intereses del movimiento. Las bases de Morena y PRD si deben trabajar de manera unificada bajo un mismo programa y con métodos correctos siempre poniendo por encima de cualquier interés la victoria de la lucha de los explotados. Necesitamos una unidad coherente con las aspiraciones de los trabajadores, es decir una unidad basada en un programa que rompa con el capitalismo.
Los comités y los círculos de discusión también han tenido un nuevo impulso dado la importancia que se está poniendo en este proceso donde la gente de manera muy clara identifica que el regreso del PRI a los pinos significara perderlo todo y vivir en una situación aún peor. Por lo tanto estos puntos de discusión y organización están tomando fuerza y deberían ser utilizados para llevar la lucha hasta el final
Un aspecto que nos parece muy importante es el hecho de que el llamado a conformar Morenaje se ha tomado con las dos manos y de manera muy seria por parte de los jóvenes trabajadores y estudiantes. Tan solo en la reunión convocada el 9 de enero pasado en la Ciudad de Pachuca acudieron alrededor de 4 mil jóvenes de toda la república. Esto es sólo una pequeña muestra de la fuerza que le imprimirán la juventud a la lucha de clase en México. Además de que se echa por tierra ese absurdo argumento de que en Morena “hay puros viejitos” y de que los jóvenes no reaccionan ante la situación.
La juventud es un sector muy vulnerable de la sociedad y está sometida a una serie de presiones donde no hay claridad para el futuro, no hay acceso a la educación y no hay empleos. Sin embargo un llamado a la organización hacia este sector será respondido con mucha seriedad. Morenaje sin duda alguna jugara un papel fundamental en la batalla electoral y en la lucha de los explotados en general, por lo tanto esta plataforma juvenil también debe garantizar métodos ampliamente democráticos y no jugar un papel solo de promoción del voto, sino de vanguardia revolucionaria de la lucha de clases trabajadora en México, por lo tanto esta plataforma juvenil debe mantenerse vinculada al movimiento obrero y defender un programa socialista.
Calderón no puedo imponer a su “cordero”
En las pasadas elecciones internas del PAN Calderón no logró imponer a Ernesto Cordero como candidato a la presidencia, en su lugar fue electa Josefina Vázquez Mota, ex secretaria de Educación y ex coordinadora de los diputados de su partido. Josefina no sólo ganó sino que arrasó con el candidato del “presidente”, consiguiendo el 53% de los votos dejando a Cordero en un lejano segundo lugar, con apenas el 39% de los sufragios.
A pesar de contar con la influencia y posiciones que implica estar al frente del Estado, Calderón no pudo superar la influencia que ejercen al interior del PAN otros grupos de poder. Este revés se suma a la derrota de otra protegida del presidente espurio, “Cocoa” Calderón, que fue incapaz de ganar la gubernatura del estado de Michoacán en las pasadas elecciones de noviembre. En esa ocasión los hermanos Calderón midieron fuerzas con el PRI y también salieron derrotados.
Varios grupos panistas no están dispuestos a perder la presidencia y consideran que la mejor táctica para lograr su objetivo es alejarse de Calderón, dejándole cómo el único responsable de la crisis económica y social del país, de esta manera buscan estar en mejores condiciones para justificar su permanencia en Los Pinos. Las divisiones entre Calderón y la cúpula panista no son nuevas y las elecciones internas han vuelto a ponerlas de manifiesto.
Estas divisiones existen a pesar del empeño de Calderón por posicionar electoralmente a su partido con base en la persecución judicial de priistas y perredistas, en momentos claves de diferentes procesos electorales. Por ejemplo Calderón orquestó el llamado “Michoacanazo” en contra de funcionarios perredistas y promovió la demanda en contra del otrora “flamante” dirigente nacional priista, Humberto Moreira, que derivó en su renuncia al frente del PRI, por ejemplo. Con todo y ello Calderón no ha logrado granjearse el apoyo de la mayoría de su partido, lo cual lo coloca cómo el candidato perfecto al puesto de “chivo expiatorio”, una vez que termine su espurio mandato presidencial.
Con la derrota de Cordero, Calderón perdió la posibilidad de cubrirse las espaldas, al menos al interno de su partido, y sin embargo no tiene más remedio que seguir por la misma línea, acomodando las piezas en aras de fraguar un nuevo fraude electoral a favor del PAN. Recientemente ha destituido al titular de la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales, dependiente de la PGR y ahora ocupa el puesto un elemento del primer núcleo cercano a Calderón. Este movimiento es una promesa de nuevas demandas judiciales contra los contrincantes del PAN. De esta manera Calderón está tratando de vincular su suerte a la candidata panista, así si él pierde todos en el PAN pierden.
El fraude se tiene que combatir desde ahora con la movilización
Por su parte, los priistas también han tenido sus propios conflictos internos y no en menor escala pues el 20 de enero Pedro Joaquín Codwell, presidente nacional del PRI, anunció la ruptura de la coalición electoral con el PANAL. La mayoría de la dirección priista no estuvo dispuesta a ceder el número de candidaturas que les exigía Elba Esther en aras de mantener la alianza. Así Peña Nieto terminó por perder un importante aliado, no digamos ya en cuanto a votos seguros se refiere, sino sobre todo perdió la posibilidad de trabajar organizadamente con un aparato versado en la operación de fraudes electorales. Aunque las declaraciones de los dirigentes del PANAL y PRI tras la ruptura, van en la línea del “ambos ganamos separándonos” saben que sin embargo es al revés, ambos partidos perdieron, ahora se encuentran atomizados y tienen más difícil el mantener sus canonjías a partir del fraude electoral.
Al igual que hace seis años, los partidos de la derecha se preparan para acometer un nuevo fraude electoral. El debate al interior de los partidos de la derecha no es si lo harán o no, sino quién lo hará en mayor escala. El PAN cuenta con el aparato del gobierno federal y el PRI con la fuerza que le confieren las 20 gubernaturas que están bajo su control. Dentro de la izquierda sin embargo hay un reconocimiento parcial de este hecho pues Andrés Manuel ha planteado que se requieren representantes en todas las casillas para que vigilen el conteo de los votos en tanto que es ahí donde se desarrolló el fraude electoral del 2006. Es decir, el dirigente de Morena también está dando por descontado un nuevo fraude, no obstante las medidas que propone para combatirlo son correctas pero insuficientes.
¿Por qué esperar hasta el día de las elecciones para combatir el fraude?, ¿Acaso no está suficientemente claro para AMLO y el resto de dirigentes de la izquierda que el fraude se está operando desde estos momentos? ¿Alguien dentro de la izquierda cree que los 25 millones de pesos del gobierno veracruzano encontrados en Toluca no son para financiar fraudulentamente la campaña del PRI? ¿Alguien ahora duda de la complicidad de Televisa, Tv Azteca y de toda la “mafia en el poder” para favorecer a uno u otro candidato de la derecha de manera fraudulenta? Los dirigentes de la izquierda se equivocan garrafalmente si piensan que la crisis del capitalismo se transformará automáticamente en victorias electorales para la izquierda y si bien hay muchos ejemplos en el plano internacional de que esto no necesariamente es así, basta ver los resultados en el Estado de México y Michoacán donde a pesar del profundo descontento de las masas ante la actual situación económica y social el PRI ha salido ganador de los pasados procesos electorales. En ambos procesos un sector importante de la base de la izquierda, incluso aquella que se movilizó electoralmente en el 2006, no salió a votar y el abstencionismo fue del 56.5% y 45.8% respectivamente.
Los partidos de la derecha están fuertemente divididos, sus pugnas internas y externas seguirán incrementándose. No tienen fácil operar un nuevo fraude electoral y sin embargo lo implementarán el próximo 1 de Julio. De hecho ya lo están impulsando en estos momentos. El verdadero reto para la izquierda está en la movilización de sus bases para combatir el fraude y para luchar por demandas concretas ¡ya! y no cómo una promesa de campaña sino cómo una necesidad urgente. Empleo, salario digno, educación pública, expropiación de los capitalistas… Ese es el programa por el que debemos luchar.
La faz de nuestro país cambió radicalmente en 2006, esto es innegable. Después de años de aparente calma (entre comillas), millones de hijos del pueblo trabajador mexicano salimos a tomar el destino en nuestras manos, integrando la lucha contra la fraudulenta imposición de un presidente que no es otra cosa que un esbirro de los grandes empresarios y un enemigo de los trabajadores. Sería un error, pues, pensar que el panorama político de México no cambió en 2006. Pero igualmente sería un error pensar que estos últimos seis años han pasado en vano.
Hoy nos encontramos en las vísperas de otro gran choque de trenes entre los intereses del pueblo y los de los grandes empresarios: las elecciones. A diferencia de 2006, ahora tenemos dos elementos a nuestro favor: centros para organizarnos y seis años de experiencia, organización y lucha. Es fundamental que usemos este elemento para organizarnos y preparar la lucha en defensa del voto y en contra de las políticas anti obreras del PRI y el PAN. En este sentido, es una tarea fundamental preparar la organización y la lucha apoyándonos en las experiencias de estos años.
Desde la lucha en defensa del petróleo del 2008, la lucha de los trabajadores de mexicana, del SME, de los mineros entre otras, son experiencias fundamentales de las que hay que sacar lecciones para el futuro. Concretamente, nos interesa referirnos a dos lecciones importantes. Numero uno: No podemos confiar más que en nuestras propias fuerzas organizadas. Se ha vuelto claro que ni los Jueces de la Suprema Corte, ni los panistas, ni los priistas, ni los chucos, ni Marcelo, Ni Camacho son servidores del pueblo. No podemos confiar en que ellos hagan lo que se supone que deben hacer pues han mostrado estar mucho más interesados en defender los intereses de los grandes empresarios.
Desde esta perspectiva, paso al segundo punto. Si no podemos confiar más que en nuestras propias fuerzas para defender nuestros intereses como hijos del pueblo trabajador mexicano, es necesario unificar todos nuestros frentes de lucha en torno a un mismo programa que sintetice todas nuestras demandas (claro sin tener que renunciar a nuestras demandas particulares de los distintos sectores en lucha). Estudiantes, campesinos, trabajadores industriales, desempleados, deudores de la banca de todo el país tenemos muchos más intereses en común que con empresarios, terratenientes, altos burócratas.
Hoy es una tarea fundamental formar un frente único lucha con sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantiles y, organizaciones que realmente luchen por el interés de los trabajadores de México. Constituir un programa que nos una en torno a ciertas demandas que nos permitan articular una lucha en defensa de nuestro voto, en contra de las políticas anti-obreras y por una vida digna para todo el pueblo trabajador mexicano.
En fin, es fundamental poner cuanto antes el tema de la necesidad de conformar un frente único de lucha entre sindicatos, círculos y simpatizantes de Morena, estudiantes, campesinos, desempleados y demás sectores en lucha por los intereses del pueblo como condición necesaria para poder derrotar al PRI, al PAN y a cualquier intento de robar las elecciones con otro fraude. Pero no sólo esto, es necesario formar este frente único para impulsar un programa que nos permita transformar las condiciones del país, recuperar el fruto y la dignidad de nuestro trabajo de la mano de los salvajes empresarios. Es necesario usar esta plataforma para seguir la tarea que hace ya más de 100 años empezaron nuestros antecesores, derrocar el actual sistema político y económico reinante, transformar la sociedad, en fin, conformar una sociedad socialista.
Por un frente único de lucha proletaria contra las políticas capitalistas.
Ni una lucha aislada más.
Obreros y estudiantes, unidos y adelante.
México está viviendo una época llena de miedo, el cual ha sido infundido por el mismo gobierno ante las medidas que el presidente Felipe Calderón a tomado por medio de la supuesta “guerra del narcotráfico y la delincuencia organizada”. Dicho fenómeno ha sido utilizado como un una excusa para reprimir a activistas obreras, campesinas y estudiantiles. Ante esto vivimos un descontento marcado por los asesinatos a estudiantes, investigadores y miles de personas que nada tienen que ver con delincuencia organizada.
Sobre la supuesta guerra contra el narcotráfico liderada por Felipe Calderón apoyándose del ejercito, datos de “La Jornada” nos indican que diciembre de 2006 al 1 de agosto de 2010, habían fallecido 191 militares de los 28 mil 228 asesinatos atribuidos al narcotráfico y al crimen organizado a esa fecha, esto es que las muertes aumentaron en casi un 300%.
Por otro lado la discriminación en México está presente y después de muchos años no se ha podido erradicar el rechazo hacia comunidades indígenas, así mismo la mujer trabajadora, discapacitados, adultos mayores, homosexuales. Los menores de edad también han sido presa de la aventura de Calderón lanzada contra los capos de la droga ya que para octubre pasado se calculaba que 1,400 de ellos habían sido asesinados; incluso se ha demostrado que si bien antes se hablaba jóvenes menores de edad asesinados hoy se habla incluso de niños de 0 a 4 años entre los muertos.
Los medios de comunicación no solo han sido un factor decisivo para establecer estado de pánico social, sino que se han encargado de exagerar la situación describiendo la forma en que la violencia ha sido utilizada un cada caso que se ha desarrollado, lo cual permite al estado mantener a la comunidad en una constante parálisis para que la gente no se organice ni salga de sus casas. Pese a esto las personas no se han quedado en sus casas escuchando como la violencia aumenta cada día más, al contrario, el descontento social ha llegado a tal grado que se han organizado para manifestar su repudio a la criminal política de seguridad de Calderón. Esta es una situación que no podemos tolerar más, nuestras propuestas son:
-Organizarnos en nuestra comunidad con seguridad de nuestro mismo barrio para que no seamos víctimas de abuso por parte del estado.
-No a la guerra contra el Narcotráfico: está más que comprobado que no sólo no funciona si no que está desencadenando asesinatos sin fundamento alguno.
-Medios de comunicación libres sin un fin de creación de pánico social, a manos de la clase trabajadora.
-Salarios y trabajos dignos.
-Educación pública, gratuita y de calidad para todos.
Así mismo con salarios dignos podremos disminuir ese ambiente de delincuencia a razón de que van ligados por el hecho de que las personas no se verán en la necesidad por ejemplo de robar, también es necesaria una educación de calidad.
-El ejército a los cuartales