escrito por Luis Enrique Barrios
lunes, 24 de marzo de 2008
La nacionalización de la industria petrolera de 1938 a cargo del entonces presidente Lázaro Cárdenas, representó un gigantesco paso al frente por parte del pueblo trabajador en su lucha por sacudirse la opresión imperialista, en este caso la británica. El objetivo de esta medida fue totalmente claro: luchar para que la explotación del petróleo se trasformara en una fuente de beneficios para los trabajadores y campesinos pobres. No se trató de una tarea fácil, tras la iniciativa del presidente Cárdenas, México fue sometido a toda clase de presiones imperialistas y víctima de sabotajes a la industria recientemente expropiada. Sólo el empuje del proletariado mexicano, al lado de la resistencia indomable de los trabajadores petroleros para sacar adelante a esta industria, fue capaz de neutralizar el acoso del imperialismo británico el cual le quería cobrar con sangre, sudor y lágrimas la osadía que tuvo el pueblo trabajador mexicano para desafiar a las principales empresas petroleras del mundo en aquellos años.
PEMEX y la economía.
La expropiación petrolera y la conformación de PEMEX, se trasformaron en una factor de bastante peso para el impulso de la economía y para planes de desarrollo social que incrementarían significativamente las redes sanitaria, educativa, de infraestructura (carreteras, puentes, presas...) también para el fomento y fortalecimiento de distritos de riego agrícola en algunas regiones del país, para apoyar los subsidios al campo y un largo etcétera. Además la consolidación de PEMEX, facilitó la nacionalización de la industria eléctrica en 1960 y su posterior desarrollo. Así, en un contexto en el que PEMEX fue un pilar muy importante, la industria bajo propiedad del Estado se pudo fortalecer hasta lograr ocupar el 50% de la economía nacional.
De este modo, la medida antiimperialista lanzada en 1938 por el presidente Cárdenas y apoyada masivamente por los trabajadores, se transformó en un significativo motor de desarrollo, del cual el proletariado y el campesinado pobre lograron arrancar distintos beneficios importantes.
Sin embargo, a 70 años de su expropiación, la industria petrolera se encuentra ante un grave peligro. Calderón y sus huestes, perros falderos de la burguesía y del imperialismo, están preparando la ofensiva más abierta y descarada para asegurar que, bajo una fórmula de privatización disfrazada, la “asociación” de PEMEX con trasnacionales petroleras, los beneficios del petróleo se orienten más decididamente a engrosar las cuantiosas fortunas de los banqueros y los empresarios nacionales y extranjeros.
Si bien este intento de Calderón es el más cínico, sus acciones no son otra cosa más que la continuidad y profundización de una política iniciada durante la primera mitad de la década de los ochentas por los gobiernos del PRI, para después ser heredada por las administraciones panistas.
El colapso económico mundial de los años 70 y el estancamiento de los ochentas (la llamada “década perdida” de América Latina) supusieron un duro revés para la burguesía nacional y del mundo. Para superar la crisis y resarcir los beneficios de la burguesía, los diferentes gobiernos se dieron a la tarea de trasladar la crisis a la espalda de los trabajadores impulsando medidas como, por ejemplo, imponer políticas de choque salarial y, en cuanto a la industria pública, privatizarla gradualmente. Bajo este esquema, que aseguraba que los benéficos que recibía el Estado fueran transferidos a la burguesía nacional y a las trasnacionales, fueron privatizadas desde los ochentas a la fecha, más de mil empresas paraestatales. De esta manera fueron privatizadas a precio de remate las minas, las fundidoras, Telmex, etcétera. Así los multimillonarios beneficios con que contribuían todas esas empresas, dejaron de ser empleadas para la construcción de mas escuelas, hospitales y para otra serie de necesidades de los trabajadores y sus familias, para en adelante parar en el bolsillo de hombres como Carlos Slim, dueño de Telmex, quien el año pasado fue clasificado como el multimillonario más acaudalado del mundo.
Las privatizaciones se hicieron bajo la promesa hipócrita de que dichas mediadas se traducirían en bienestar para los más pobres y en un resorte para la economía. No obstante, por donde se le busque, es imposible encontrar el más mínimo beneficio para los trabajadores. Por el contrario, los pobres son más pobres y mayor en número.
Por otro lado, las privatizaciones y los ingresos que el Estado ha logrado por este medio, no han significado ningún estimulo firme para la economía nacional: durante décadas la economía mexicana, con una desarrollada industria en poder del Estado, experimentó un crecimiento promedio anual del 6% para después, tras arrancar las privatizaciones, sólo obtener un crecimiento marginal y lejano al del pasado. Un ejemplo que expone claramente este fenómeno es el caso de la administración de Fox en la cual, a lo largo de seis años la economía sólo creció en un ridículo 2.2%.
La privatización silenciosa.
No obstante el proceso privatizador y las jugosas ganancias que ha significado para la burguesía, el gobierno, por temor a las consecuencias políticas, no se lanzó a privatizar en el sentido clásico de la palabra (la venta abierta como fue el caso de Telmex, por ejemplo) a la industria eléctrica y petrolera, optando por tros caminos, la privatización silenciosa, modificando leyes secundarias que aseguraran que el capital privado pudiera beneficiarse de diferentes maneras a través del sector energético. Bajo esta fórmula es como hoy en día, el 35% de la electricidad en el país la generan empresas privadas, marginado de esa labor cada vez más a la Comisión Federal de electricidad (CFE).
En el caso de PEMEX, la apertura al capital privado también ha sido de diferentes maneras. Un caso es el de las funestas Pidiregas (Proyectos de Impacto Diferido en el Gasto) por medio de las cuales PEMEX recibe inversión privada bajo la forma de deuda y que arrojan estupendos beneficios para los inversionistas. Bajo esta forma de deuda, creada por Zedillo el cual la calificó como la “solución final”, con la intención de compensar la caída de la inversión del Estado sobre PEMEX, la cual pasó del 2.9 del PIB en 1983 a tan sólo el 0.57% en 2007, dicha empresa ha sido y sigue siendo saqueada.
Las Pidiregas, que en 1998 integraban el 63% del financiamiento sobre PEMEX y que en este año ese porcentaje creció hasta el 449%, se han trasformado en una enorme carga y una fuente para desfalcar a la industria petrolera, prueba de ello es que el año pasado se tuvieron que cubrir compromisos de pago para este tipo de inversiones por 103 mil millones de pesos. Además se pronostica que en los próximos 23 años PEMEX tendrá que desembolsar 150 mil millones de dólares para amortizar y cubrir este tipo deuda. Gracias a ello PEMEX es ahora la empresa petrolera más endeudada del mundo.
Tan sólo con esas cantidades, las cuales paran ahora en manos de los inversionistas, PEMEX podría desarrollar su infraestructura sacándola de la ruina a la que ha sido condenada por el PAN y en PRI. Por ello, los trabajadores debemos pronunciarnos y luchar para que las deudas de PEMEX sean canceladas y ese dinero sea empleado para el desarrollo de esta industria.
También, otra forma de saque de PEMEX por medio de la privatización silenciosa han sido los diferentes contratos de servicios y obras que el gobierno le ha otorgado a distintas empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras. Un caso representativo de esta política es el de la petrolera española Repsol, la cual en 2003, durante el gobierno de Fox, logró el primer Contrato de Servicios Múltiples (CSM) que le permite extraer durante 20 años gas natural de la Cuenca de Burgos, en el bloque Reynosa-Monterrey el cual cuenta con reservas probadas de 57 mil 800 millones de pies cúbicos de esta materia prima. Por si fuera poco, dicha trasnacional petrolera recientemente ha recibido otro contrato por 15 mil millones de dólares que le permite venderle gas natural a la CFE.
En conjunto los diferentes contratos que a la fecha ha otorgado PEMEX ya alcanzan una cantidad que se estima en 88 mil millones de dólares. De todos ellos también se han beneficiado personajes de las altas esferas del poder público, tales como Calderón, quien fungió como secretario de energía en el gobierno de Fox y Juan Camilo Mouriño, actual secretario de gobernación y exsubsecretario de energía al lado del primero.
Otro elemento a destacar sobre estos contratos es el caso de la empresa Haliburton, la cual ya es la principal contratista extranjera con PEMEX con 160 contratos con una valor de 2 mil millones de dólares para la perforación y el mantenimiento de pozos. La cuestión es que en este caso el asunto trasciende el mero ámbito de los negocios, adquiriendo un carácter geopolítico relacionado con la política de seguridad nacional del Departamento de Estado yanqui.
Un informe publicado por La Jornada del 20 de enero del año en curso destaca lo siguiente:
La decisión del gobierno federal de permitir una mayor participación de Halliburton en la industria energética mexicana constituye un paso hacia la incorporación del país a los intereses del aparato de seguridad y defensa de Estados Unidos, según el experto John Saxe-Fernández, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Ninguno de los anteriores gobiernos había llegado a tanto”, lo que es más grave cuando se trata, como con el actual, de un gobierno sobre el que existen dudas respecto de su legitimidad, abunda John Saxe-Fernández, especialista en temas energéticos y estratégicos...
El vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, fue presidente de la empresa y, antes, en un curioso movimiento como de puerta circular en el que se confunde lo público con lo privado, había ocupado, durante la primera guerra del Golfo Pérsico, la cartera de secretario de Defensa...
Documentos del gobierno estadunidense obtenidos por este diario y citados en un reporte de agosto de 2002 dieron cuenta de que Halliburton Corporation recibió de la administración federal de Estados Unidos cientos de millones de dólares en subsidios y apoyos para lograr contratos con PEMEX...
El imperialismo yanqui es un gigante industrial tremendamente sediento de petróleo y necesita asegurar un abasto seguro, desafortunadamente para sus intereses la inestabilidad política de Oriente Medio no implica una garantía para ello. En Irak las cosas están lejos de ser resueltas; las tensiones con Irán son fuertes y en Arabia Saudita el régimen es débil e inestable. Por si fuera poco, la Revolución Bolivariana de Venezuela, uno de los principales abastecedores de petróleo a suelo yanqui, también representa una seria amenaza para la demanda de crudo de los Estados Unidos de América.
Por eso el imperialismo yanqui tiene que mirar hacia a otros lugares en búsqueda de un abasto petrolero mas seguro y que le dé mejores garantías. De tras de la actual ofensiva privatizadora de Calderón, están los monopolios petroleros al lado de los intereses estratégicos del imperialismo yanqui.
El desmantelamiento de PEMEX.
La penetración de toda esta clase de empresas privadas para sacarle jugo a PEMEX, se desarrolló bajo el amparo de la política de los gobiernos priístas y panistas de abandono de la paraestatal a lo largo de 25 años. Durante todo ese tiempo se ha estado desmantelando y asfixiando a PEMEX, empresa que tiene la importancia de asegurar aproximadamente el 40% del gasto público.
En la actualidad prácticamente toda la producción depende prácticamente de los pozos construidos en los años 70, particularmente de Cantarel el cual ya está agotando su capacidad productiva. La refinación y la explotación del petróleo y el gas, para obtener derivados, ha sido llevada al mínimo de tal manera que en la actualidad se tiene que importar el 40% de las gasolinas y el 25% del gas para cubrir la demanda interna. Este factor ha tenido otro efecto pernicioso para las familias trabajadoras mexicanas, pues producto de ello, en datos de diciembre del 2007, la gasolina con un 12%, el gas con un 122.6% y la electricidad con un 196%, en nuestro país poseen precios más caros que los existentes en suelo yanqui, afectando de esta manera severamente los niveles de vida.
Para cubrir esos y otros vacíos, el gobierno ha optado por abrirle las puertas al capital privado.
Los gobiernos del PAN y del PRI irresponsablemente, pero de manera totalmente conciente, han empujado a la ruina a PEMEX. A ello se agrega otro factor que puede ser considerado como abierta privatización de los beneficios petroleros, nos referimos al pago de la deuda pública, para el cual, por tan sólo poner un ejemplo, a lo largo de todo el gobierno de Fox se emplearon 8 de cada 10 dólares obtenidos por ingresos del petróleo. Esta es otra manera de transferir capital del erario público por medio de los beneficios de PEMEX, a los banqueros nacionales y extranjeros.
Endeuda y saqueada, condenada a la escasa inversión y sujeta a toda clase de abusos por parte del gobierno para no emplear la riqueza de PEMEX en su propio desarrollo, la industria petrolera ha sido empujada a la bancarrota. Resulta ridículo que tras haber obtenido 60 mil millones de dólares como ingresos en 2007, tras el régimen tributario a la que es sometida, finalmente PEMEX haya tenido que reportar perdidas ese año por mil 500 millones de dólares. Bajo esos términos es imposible que PEMEX levante cabeza.
Nuevo impulso privatizador:
Las aguas profundas.
Pero ahora resulta que, a pesar de las multimillonarias fortunas que han significado las políticas hacia PEMEX para un puñado de burgueses, el nivel al que ha sido llevada la privatización silenciosa y por la vía de los hechos, les resulta insuficiente. Los capitalistas, y tras ellos Calderón y Mouriño, quiere más y están decididos a ir tras los jugosos negocios que representan la exploración, la perforación y la extracción de petróleo en aguas profundas.
El argumento para ir a esta clase de aguas es el enorme potencial en reservas petroleras que existen en ellas, al lado de la sistemática declinación de la producción en Cantarel. Calderón y sus compinches argumentan bajo toda clase de excusas, su insistencia para ir hacia las aguas profundas, sin tomar en cuanta que en las aguas someras existen reservas probadas por 15 mil millones de barriles, por ejemplo.
Además, otro factor que va en contra de la necedad de Calderón, es el expuesto por un informe de la fracción parlamentaria y publicado en La Jornada el pasado 17 de febrero en el que se señala que: En el caso de México, Pemex ha informado que sólo se ha explorado el 25 por ciento del territorio geológicamente susceptible de almacenar hidrocarburos. Además, en la región marina, en la plataforma continental, con tirantes de agua menores de 300 metros, la situación es similar. La tecnología para descubrir y extraer reservas en estas dos regiones es del dominio de Pemex. Se tienen identificadas en esas áreas unas 300 localizaciones para perforar pozos de exploración. Lo lógico es que antes de explorar y explotar recursos en aguas profundas Pemex invierta en esos lugares.
A todas luces está claro que la manipulación de información y el aferre de Calderón y Mouriño junto a panistas y priístas, para ir en búsqueda de petróleo a las aguas profundas, sólo persiguen asegurar que ese jugoso negocio (se calcula que de dichas aguas se podrían extraer 30 mil millones de barriles) quede en manos del capital privado por medio de la figura de la “asociación” con PEMEX. Obviamente dar este paso, para el cual se requiere modificar las leyes, acarrearía también enormes fortunas para el gobierno para algunos gobernantes, para panistas y priístas, por medio del trafico de influencias y les negocios familiares. Sobre esto último, el ejemplo actual más patético, es el del secretario de gobernación Mouriño.
La defensa de PEMEX
Es verdad que la situación de PEMEX y su capacidad para jugar su papel como un poderoso motor económico va en decremento, por consecuencia son urgentes medidas que puedan revertir esta situación, asegurando de esta manera que el petróleo se trasforme de nuevo en un importante factor de desarrollo económico y social.
Sin embargo, es necesario resaltar que el punto crítico al que ha sido llevado a nuestra industria petroleara es obra de una política concientemente orientada por los gobiernos del PAN y del PRI para desmantelar y hacerla obsoleta. Política en la cual también la corrupción y el saque sobre PEMEX ha sido una constante. Recientemente informó la Secretaría de Hacienda que PEMEX registra pérdidas de 14 mil millones de pesos por robo de gasolina. Para cualquier trabajador queda claro que las voluminosas cantidades de gasolina robada que representan la cantidad señalada por Hacienda, no se pueden perder así nada mas. Definitivamente que esa clase de robo es uno de los tantos negocios mas que tiene los altos directivos de PEMEX, coludidos con Calderón y al amparo de las policías.
Además, como fieles perros de presa de la burguesía, panistas y priístas le han abierto cada vez más las puertas al capital privado, nacional y extranjero, para que hagan cuantiosas fortunas a costillas de PEMEX y del petróleo mexicano. Ahora, bajo el pretexto de que la única salida es “asociar” a PEMEX con empresas trasnacionales para extraer el petróleo de aguas profundas, prácticamente pretenden abrir de par en par esas puertas. Todo lo anterior ha significado el que los niveles de vida de los trabajadores y campesinos se vean seriamente afectados, pues cada vez son mayores las cantidades de dinero que antes se ocupaban para diferentes obras sociales y que ahora paran en los bolsillos de los burgueses.
La modificación de las leyes, impulsada por Calderón, para permitir la “asociación” de PEMEX con los monopolios petroleros, pretende abrirle el paso a la burguesía nacional y al imperialismo para explotar y enriquecerse del “tesoro” que está en las aguas profundas. Pero además dicha medida pretende transformarse en la “punta de lanza” y antesala para ya poner a PEMEX y al petróleo mexicano bajo un control total y absoluto del capital privado y del imperialismo.
A pesar del nivel tan crítico al que ha sido llevado por la burguesía y sus gobiernos, PEMEX sigue siendo una de las primeras empresas más rentables de todo el planeta; y las reservas petroleras mexicanas aun son las suficientes como para que el capital privado pueda hacer estupendotes negocios durante varias década. Calderón y Mouriño quieren entregarle ese pastel completo a los capitalistas, los cuales lo ven con unos ojos de mayor avaricia porque además el petróleo ha incrementado sus precios de manera espectacular en los últimos cuatro años, ello al lado de que el petróleo mexicano está prácticamente en las puertas de una economía que consume este hidrocarburo a manos llenas y como un gigantesco monstruo que nunca termina de saciar sus sed, el imperialismo yanqui.
Pero de continuarse por ese camino, las cosas se complicarán aun más para el pueblo trabajador dado el papel que por décadas han jugando el petróleo nacionalizado y PEMEX, empresa que, a pesar de todo, sigue siendo la garantía de aproximadamente el 40% de los ingresos del Estado.
Es por ello, y por todo lo que ha representado PEMEX y lo que puede representar en el terreno económico y social, que los trabajadores debemos tener una postura firme y cerrarle el paso a toda costa a este nuevo intento privatizador. En su táctica de lucha presentada por la Convención Nacional Democrática, encabezada por López Obrador, durante el extraordinario mitin del pasado 18 de marzo, se plantean la toma de las cámaras legislativas, de bancos, de aeropuertos y el cierre de carreteras. Todo ello de manera gradual para, en caso de que Calderón no desista en sus planes privatizadores, ir al Paro Nacional. Estas medidas representan un significativo paso al frente, pero es importante señalar que Calderón y la burguesía no están jugando, que por ello es de especial relevancia asegurar que estos llamados a luchar no se queden en palabras y se pase a los hechos. Por ello es determinante demandarle a AMLO que no dé ningún paso atrás en su táctica de lucha y que por el contrario la fortalezca convocando a los sindicatos a esas acciones. Los dirigentes sindicales deben unirse y convocar a las acciones que ya se han definido. Los sindicatos tienen en sus manos el poder de paralizar al conjunto de la economía y no pueden quedarse al margen de las acciones encaminadas a frenar la privatización de PEMEX.
La lucha por el socialismo.
Pero para frenar definitivamente el saqueo de PEMEX y todo intento privatizador, demás de culminar con el abandono en la que se le tiene, es necesario ir más lejos en esta lucha. AMLO como una de sus medidas para remediar tal situación propone recortar todos los gastos que tiene que ver con un montón de excesos por parte de los gobernantes, ahorrando de este modo miles de millones de pesos que podrían ser destinados a fortalecer y desarrollar la infraestructura de PEMEX. Estamos de acuerdo con esta medida, pero es necesario señalar que aun faltaría más: por ejemplo PEMEX está terriblemente endeudada, por consecuencia para sanear sus finanzas, es necesario que dicha deuda sea desconocida y cancelada. Por otro lado las empresas contratistas, nacionales y extrajeras, son un auténtico parasito que le roba cuantiosas sumas de dinero día a día a PEMEX, representando un freno también para el desarrollo de esta última. Es por ello que los bienes de estas empresas y su tecnología tiene que ser expropiados y nacionalizados para ponerlos al servicio de PEMEX; por su parte los trabajadores de dichas empresas, sometidos a una tremenda explotación y víctimas de la escasa existencia de derechos laborales, tendrían que ser contratados por PEMEX y sindicalizados. Además, sobre esta última cuestión, nuestra lucha también debe ir encaminada a expulsar a el charro sindical Romero Deschamps y su pandilla quienes, además de corromper al sindicato, han sido importantes cómplices de los gobiernos del PAN y del PRI para lanzar sus ataques contra PEMEX. ¡Por la democratización del sindicato de trabajadores petroleros!
Pero todas estas medidas sin eliminar la corrupción que correo PEMEX, sería insuficiente. En dicha corrupción los principales actores son siempre los altos directivos y su sistema de mandos. Ante ello es necesario sacar esa escoria y, para evitar la corrupción, poner a PEMEX bajo la administración directa y democrática de los trabajadores.
Por supuesto que frenar este nuevo intento privatizador de Calderón, sería un enorme paso al frente y todo un éxito para el movimiento. Pero debemos tener en cuenta que a pesar de ello, la gigantesca deuda de PEMEX y el parasitismo de las empresas con las que tiene contratos seguirían pesando como una enorme loza que impide que la paraestatal salga de su situación asfixiante. Por ello es necesario ir más a fondo e impulsar medidas con las antes propuestas, para asegurar que el petróleo mexicano se trasforme en una auténtica y poderosa maquinaria de desarrollo social y económico.
Por supuesto que Calderón y la burguesía se opondrán a una política que afecte sus intereses, por ello es que el plan de lucha en defensa de PEMEX también debe ir orientado a derrocar al espurio, e instalar un gobierno de trabajadores, una democracia obrera, que expropie a los terratenientes, a los banqueros y empresarios, para poner toda esa riqueza al servicio del proletariado y el campesinado pobre. La lucha por la defensa de PEMEX, asegurando que se transforme en una verdadera fuente para abatir la miseria y toda la barbarie capitalista, debe ser al mismo tiempo la lucha por el socialismo.
escrito por Militante
lunes, 24 de marzo de 2008
Perspectivas políticas
En estos momentos, el aspecto fundamental para evaluar las perspectivas para México es el proceso revolucionario que se ha abierto en el país tras los dramáticos acontecimientos de la lucha de clases en el 2006.
¿Por qué decimos que en México existe un proceso revolucionario? Lenin explica que cada revolución posee características propias que la hace única. Pero, como también lo explicó el dirigente bolchevique, a pesar de sus diferencias, el aspecto fundamental que caracteriza a una revolución es la entrada de las masas a la política. Es decir, millones de hombres y mujeres que jamás en su vida ha participado en alguna clase de protesta política, abandonan toda su rutina y como resorte, saltan al escenario de la participación de la lucha política tratando de tomar el destino de sus vidas en sus manos. Esta es la esencia de una revolución y es eso lo que durante 2006 vimos en México a nivel estatal en el caso de Oaxaca y en el plano nacional, a través de la lucha contra el fraude electoral.
En esas jornadas vimos a millones de seres humanos gritando en voz muy alta ¡ya basta! y poniendo en jaque al régimen y a la burguesía.
Tanto en Oaxaca como a nivel nacional se creó una situación de doble poder, a tal grado que en el estado sureño se paralizó de plano al gobierno de Ulises Ruiz. En el caso de Fox sucedió algo muy similar: la lucha contra el fraude electoral puso como nunca en décadas de historia, en peligro al régimen. La burguesía se vio totalmente paralizada para reprimir al movimiento. Este detalle, que por cierto no es para nada menor, por sí mismo refleja la relación de fuerzas que en ese momento regía las contradicciones de clases en la lucha política. En Oaxaca incluso las cosas fueron mas lejos pues, además de la situación de doble poder que encarnó en la APPO, las masas oprimidas dieron algunos pasos en dirección a las nacionalizaciones por medio de la toma de estaciones de radio y televisoras, para ponerlas al servicio de la revolución; incluso se formaron grupos organizados sobre los cuáles se depositaba la seguridad del campamento y de algunos dirigentes del movimiento, las policías populares, como los Topiles o el Pomo, era una muestra de cómo se tenía que resolver el conflicto, no dando ninguna confianza al Estado y dando pasos firmes para el afianzamiento de un nuevo Estado de los trabajadores.
En nuestro país, durante el 2006, pasaron cosas sin precedentes en décadas de historia de la lucha de clases. Las masas desposeídas dejaron bien claro que ya no están dispuestas a permitir que se les siga gobernando de la misma manera; que ahora éstas desean darle un giro total a la situación y que para ello están dispuestas a ir tan lejos como puedan.
Algunos podrán pensar que a pesar de todo Calderón se terminó instalando en el poder y la burguesía aun mantiene el control sobre la sociedad y, tras esa reflexión, preguntarse si efectivamente en México se ha abierto un proceso revolucionario. A los que tienen esta clase de dudas habría que responderles que una revolución no es un proceso en línea ascendente en el que el proletariado lucha y lucha y no deja de luchar, hasta ver sus fines cumplidos. Una revolución es como es y no como nos gustaría que fuera. Nos explicamos, una revolución, cuyo contenido esencial es la acción consciente de las masas que ha abandonado la rutina, es un proceso vivo en el que hay avances y retrocesos, con episodios de enormes convulsiones seguidos de una clama relativa en la que los trabajadores recuperan fuerzas, sacan lecciones y conclusiones del periodo anterior y se preparan para nuevas luchas. Incluso en medio de revoluciones se pueden desarrollar periodos de reacción como lo que significó frente a la revolución española del 31-36, la masacre de la comuna de Asturias o el Bienio negro del 34 al 36.
Esos periodos de altas y bajas en la revolución expresan que el equilibrio entre las clases se ha roto y que éste solo se puede recuperar cuando una de las clases termina imponiéndole su voluntad a la otra.
Efectivamente, tras la lucha del fraude electoral del 2006, a lo largo del 2007 no hemos visto acontecimientos tan convulsivos como los de una año antes, sin embargo eso no quiere decir que la burguesía haya recobrado el equilibrio de la sociedad y las paz social; de hecho este año también ha sido de agitación social, prueba de ello es la destacada lucha que han dado el magisterio democrático, los trabajadores universitarios y amplios sectores de los empleados públicos contra el ataque la Ley del ISSSTE. Si bien esta lucha no ha sido tan intensa como las que vivimos en 2006, ello no quiere decir que haya que desconocer sus méritos. Por el contrario, la lucha contra la ley del ISSSTE ha tenido bastantes méritos y algunos de ellos representan una importante contribución, que rendirán magníficos frutos en futuros episodios de la lucha de clases.
Una contribución a destacar de esta lucha es la de estar preparando acciones que están pavimentando el camino para una importante y poderosa huelga general. Con los paros impulsados por todos estos trabajadores, cuatro hasta el momento, miles de activistas están adquiriendo una serie de experiencias y lecciones que de ninguna otra manera podrían obtener. Con estos paros también, con hechos se está educando al movimiento obrero en general sobre el camino a tomar para luchar contra la burguesía. Lenin siempre insistió en que un trabajador aprende más de un gramo de práctica que de una tonelada de teoría.
Además al calor de esta lucha surgió el Consejo Nacional de Huelga (CNH), el cual particularmente está integrado por los trabajadores que se vieron afectados por el ataque a la ley del ISSSTE, pero no son los únicos. El CNH ya representa un fuerte intento de llevar a la lucha a un plano superior en el terreno organizativo, tratando crear un polo aglutinador para el movimiento; y en el plano de la lucha, asumiendo a la huelga general como su principal consigna.
A propósito del CNH, en relación a sus aportes, quien piense que este tipo de pasos se pueden dar en un momento en que el equilibrio entre las clases se ha reestablecido y la burguesía ha recobrado el control de la situación, está muy equivocado. El CNH es valiosos por lo que es, pero lo es más aun por lo que puede llegar a ser, por ello los marxistas debemos mantener nuestra posición firme en dicho frente el cual se puede trasformar en un poderosos imán que atraiga a una importante capa de trabajadores en cuanto los acontecimientos estallen nuevamente.
En México se ha roto el equilibrio entre las clases, y esa situación persiste hasta el día de hoy. En toda caso lo que tenemos en estos momentos, en comparación a los acontecimientos del 2006, es una relativa calma (si es que este término es aplicable tomando en cuenta la lucha contra la ley del ISSSTE y otras luchas, como las huelgas mineras, la del Colegio de Bachilleres…) en extremo frágil y volátil, que se puede romper de un momento a otro, abriendo nuevos causes al proceso revolucionario por el que atraviesa la lucha de clases.
Insistimos, no existe un camino recto en la revolución, ni tampoco esquemas fijos ni acabados, se trata de un proceso dialéctico que puede arrojar casos como la revolución de febrero de 1917 en Rusia, la cual se extendió tan sólo algunos meses, arrojando como resultado la toma del poder por parte del proletariado en octubre de ese mismo año. Otro caso radicalmente distinto es el de la revolución venezolana la cual, a diferencia de la revolución rusa de 1917, ya se ha prolongado a lo largo de casi diez años.
La revolución venezolana, al igual que otras revoluciones, también ha ido de tiempos de relativa calma a episodios de confrontaciones salvajes entre las clases. En México si bien se escribió en el 2006 el primer y maravilloso capitulo de la revolución, eso no quiere decir que dicho capítulo haya sido el último. Nada más lejano a la realidad, en las condiciones actuales de polarización social y de la lucha de clases, cerrar el proceso de revolución en el que nuestro país se ha sumergido, significando ello el que la burguesía retome el viejo equilibrio entre las clases, requiere una recuperación económica que genere ciertos niveles de bienestar social que haga que las contradicciones se suavicen a tal grado que inhiban los deseos de lucha de la clase trabajadora.
Pero ya hemos revisado mas arriba la problemática de la economía nacional y su lamentable estado y no existe nada, ni la más modesta y pobre esperanza, que nos permita pensar que esto pueda suceder en el corto o mediano plazo. Lo que existe es todo lo contrario, el lamentable estado de la economía nacional no le deja otro camino a la burguesía mas que el de continuar con los ataques, a la vez de profundizarlos. Esta realidad combinada con la creciente tensión social, se traduce en una verdadera bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento. Este fenómeno expresa la naturaleza de nuestra época, tanto en México como en el mundo: vivimos un periodo en el que la burguesía no puede tratar de generar equilibrio económico, sin que ello se traduzca en un mayor desequilibrio político.
Lucha de clases. Ataques y huelgas.
En medio de esa crisis Calderón se ve obligado a luchar por el programa de la burguesía; la lucha en defensa del ISSSTE aún no termina y posee elementos para suponer fuertemente que una nueva oleada de movilizaciones se presentará a principios del 2008, pues para esas fechas la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tendrá que dictaminar, a partir del visto bueno a miles de amparos que interpusieron trabajadores al servicio del Estado, la constitucionalidad de la nueva ley. El ingrediente explosivo a partir de esta problemática es fuerte, dado que se espera que a pesar de que fueron aceptados miles de amparos, se esté preparando un golpe jurídico contra este movimiento de lucha.
Al respecto es bastante elocuente la siguiente nota publicada por La Jornada el 11 de octubre, la cual dice: La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) preparó un “ardid” para asestar el “primer golpe” al movimiento de resistencia contra la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), porque el mismo día que anunció la suspensión en favor de los trabajadores amparados –que se otorgó “dos meses antes”– fueron resueltas siete sentencias de fondo que sientan tesis de jurisprudencia para “bendecir la nueva ley” en el primer trimestre de 2008, denunciaron abogados de los maestros disidentes y principales quejosos. Sin embargo, la Corte aprovechó el momento del anuncio –el pasado lunes– para “asestar el golpe de siete sentencias de fondo”. En dichos asuntos, radicados en un juzgado de distrito, fueron desestimados 99.9 por ciento de los argumentos presentados contra la ley por los quejosos y, “graciosamente”, el juez sólo concedió la inconstitucionalidad de dos artículos que resultan irrelevantes, agregó.
De hecho, ante estos riesgos, desde el mismo día que la SCJN reconoció a los amparos, el 8 de octubre, ya el magisterio democrático estaba planteando la necesidad de convocar a un nuevo paro nacional para enero próximo. A lo largo del 2007 ya han sido convocados cuatro paros por este sector.
Por otro lado, en lo que a los ataques se refiere, está pendiente la contrarreforma a la LFT. Si bien este es un punto sobre el que la STPS ya planteó recientemente la necesidad de avanzar a este respecto, no se trata de una tarea fácil que pueda lograrse en pocas semanas o meses. Pero como la burguesía no puede esperar hasta que ese ataque se conculque, mientras tanto hay que hacer algo. Bajo esa necesidad Calderón ha delineando, a través de la STPS, una estrategia que le sirva para atacar a los trabajadores por la vía de los hechos en lo que la LFT es modificada. Sobre la neutralización de los sindicatos como herramienta de lucha, un ejemplo es el caso del tradicional Sindicato Minero dirigido por Napoleón Gómez Urrutia, el cual, a pesar de su dirigente, ya durante los primeros cinco años del gobierno de Fox había realizado 184 huelgas y paros. Fox intentó, tras la tragedia de Pasta de Conchos de febrero del 2006 en la que murieron en un accidente laboral más de 60 mineros, de inmovilizar a este sindicato de una manera bastante burda, desconociendo a su dirigente y tratando de encarcelarlo. Sin embargo la osadía de expresidente derivó en el conflicto laboral de mayor envergadura de todo ese sexenio, pues los mineros respondieron con huelgas y paros nacionales del sector.
A la postre Fox y los grupos industriales México y Villacero, principales artífices del ataque lanzado contra el sindicato, salieron con el rabo entre las patas al ser derrotados por los mineros, quienes al final del día lograron imponer sus condiciones.
Los mineros siguen haciendo huelgas, las más recientes en Sonora, Taxco y Zacatecas. Toda ellas estalladas en agosto. Ante ello Calderón y la STPS han variado su estrategia creando y reconociendo cuatro nuevos sindicatos del sector para dividir a los mineros: el Sindicato de la Industria Minero Metalúrgica del Estado de Sonora, el Nacional de Trabajadores de la Exploración, la Explotación y Beneficios de Minas de la República Mexicana, el Único de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos Independientes de Cananea y el Único de Trabajadores Fundidores de Cananea.
No es casual que estos sindicatos, se formen cuando en estos momentos se desarrolla la huelga más salvaje de todo 2007 precisamente en Cananea, mina en la cual los mineros al día de hoy llevan más de 100 días en huelga.
Sin embargo, a pesar de estas tácticas divisionistas, los mineros han dado muestras de sobra de su fuerte unidad y su enorme combatividad, por ello no está nada dicho en torno a la posibilidad de reventar al sindicato minero. Este ataque de Calderón es diferente en forma, pero idéntico en contenido al lanzado por Fox. Ello nos permite pensar que, en todo caso, si Calderón aprieta mas, los mineros se podrían lanzar a una lucha similar a la del 2006 con tal de defender a su sindicato.
Respecto a la cancelación por la vía de los hechos del derecho a huelga, la STPS no ha tenido el descaro de simple y llanamente declararlas inexistentes (ilegales) las huelgas sin que exista la mas mínima razón para ello. Esta táctica y lo burdo que es queda demostrado cuando jueces federales sólo necesitaron un día en el caso de Cananea y Zacatecas, y dos en el de Taxco, para amparar las huelgas y que estas pudieran continuar por encima de la resolución de la STPS. La declaratoria de “inexistente” de estas huelgas mineras y la nueva ofensiva para tratar de a toda costa desarticular a su sindicato, además evidencia que el régimen y la burguesía se sienten seriamente agraviados por los trabajadores mineros a partir de la afrenta del 2006, clamando ahora venganza.
Sobre aniquilación de los derechos laborales, el caso de Mexicana de Aviación es bastante ilustrativo. Ahora la patronal ha salido con el cuento del “conflicto económico”, es decir que dadas las complicaciones financieras de la empresa, estas entra en contradicción con las prestaciones laborales y salariales de los trabajadores y, para genera un equilibrio que le permita al patrón mantener vivo el negocio, los primeros tiene que ceder en sus derechos.
Mexicana de Aviación interpuso una demanda de esta naturaleza contra el sindicato de sobrecargos (ASSA) y el 7 de agosto pasado, el mismo día en que fueron declaradas “inexistentes” las huelgas mineras, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) falla a favor de la empresa, significando esto una reducción de los ingresos de estos trabajadores en un 35%, el incremento de la jornada de trabajo a 10 horas y la eliminación de bastantes prestaciones. Todo ello para que la empresa pueda ahorrar 30 millones de dólares anuales.
Sien embargo, a pesar de los dirigentes de ASSA, los trabajadores respondieron luchando, logrando primero una determinación del Tribunal Colegiado en Materia Laboral en la que se declara invalido el dictamen de la JFCA y además obligando a la empresa a recobrar todos los ingresos no cubiertos por la esta desde que el laudo de la JFCA entró en funciones, el 29 de agosto. Mexicana de Aviación se niega a aceptar el fallo del Tribunal y los trabajadores deciden emplazar a huelga para diciembre. Ante ello Mexicana retrocede el 12 de noviembre y termina por aceptar las condiciones de los trabajadores, además de pagarle de manera retroactiva al 29 de agosto todo lo que le dejó de retribuir a los trabajadores durante todo ese tiempo.
A pesar de los reveses sufridos en esta táctica de Calderón y la STPS, lo importante a destacar es la manera en que pretende el régimen impulsar su política laboral en lo que dispone de una herramienta mas eficaz, que sólo se la podría dar una ataque profundo sobre la LFT, cuestión para la cual ya están velando armas.
Un gran problema que tiene de frente la burguesía es el de que no puede dosificar los ataques, las presiones son tantas y concentradas que se ve obligada a actuar prácticamente al mismo tiempo en diferentes frentes. El último día de diciembre tiene que definir el nuevo aumento para los salarios mínimos para enseguida, en enero, pretender echar a andar el Gasolinazo. Por esas mismas fechas la SCJN tiene que tomar una determinación sobre la nueva Ley del ISSSTE; además en ese periodo arrancan la mayor parte de las negociaciones salariales y contractuales de una parte bastante significativa de los sindicatos, etcétera.
Otro problema para Calderón es que ante todo ello, no tiene precisamente frente a sí un movimiento obrero postrado, a pesar de los charros del Congreso del Trabajo (CT) y la CTM, e incluso de dirigentes del sindicalismo independiente tan conservadores como Hernández Juárez de los telefonistas, Agustín Rodríguez del Stunam, el IMSS… O como los de ASSA y ASSPA, los sindicatos nacionales de sobrecargos y pilotos aéreos respectivamente, los cuales aceptaron un convenio con Aeromexico de aumentos salarial de cero por ciento, en el primer caso, y de incremento salarial automático sólo en base a la inflación durante 2007, 2008 y 2009. Con esta última medida la empresa podrá ahorrar a costilla de los trabajadores 33 millones de dólares anuales.
Los reveses sufridos en el caso de la legalidad de las huelgas mineras y en el del “conflicto económico” de Mexicana de Aviación, le presentan a Calderón como ineludible, si es que quiere avanzar en las urgentes necesidades de la burguesía en el terreno laboral, el ataque a la LFT. Sin embargo, sobre un posible éxito al respecto, es necesario mirar la clase de movimiento obrero que hereda el presidente espurio.
En este caso nos referimos al movimiento huelguístico el cual, desde el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) a la fecha, incluido los primeros meses del gobierno de Calderón, ha desarrollado, según datos oficiales, 14 mil 137 huelgas. Ello significa que en México, durante todos esos años, ¡¡¡han estallado 1.5 huelgas en promedio cada día!!! Eso por encima de cualquier charro sindical o dirigente conservador. Tan sólo la dosis aplicada contra Fox a lo largo de su gobierno por parte del movimiento obrero, se ubica en 3 mil 292 huelgas.
En México han estallado 1,5 huelgas cada día en promedio, esa cantidad resulta espeluznante para la burguesía a la cual le urge que se tenga un mayor control del que ya se tiene sobre este derecho resguardado aun en la LFT. Sin embargo, mirando mas detenidamente el movimiento huelguístico, las cifras expuestas son aun parciales porque, de entrada no toman en cuenta los paros laborales que durante todos esos años los trabajadores al servicio del Estado han desarrollado y para los cuales está suprimido el derecho a huelga como se establece en el apartado “B” de la LFT (por ejemplo el paro que hicieron en el 2000 cuando Zedillo les pretendió arrebatar el bono sexenal, acto en el cual fueron prácticamente paralizadas las actividades del gobierno federal durante tres días, ni tampoco son contabilizados, en el caso de una experiencia mas reciente, los paros de trabajadores de la administración pública que se han volcado contra la nueva Ley del ISSSTE, ni los repetidos paros, algunos de ellos muy prolongados como fue el caso de Oaxaca en 2006, del magisterio democrático, etcétera) ni tampoco son contabilizadas las huelgas que son declaradas “inexistentes”. Ello quiere decir que el movimiento huelguístico en realidad ha sido superior al que reportan las cifras oficiales.
Insistimos, todo ello a pesar de los charros sindicales e importantes líderes sindicales de movimiento independiente que son tan conservadores como los primeros. Y hacemos énfasis en este factor, porque este fenómeno ratifica una par de conclusiones en las que los marxistas hemos insistido no por terquedad, sino porque la realidad no da la razón y sobre las cuales se basan parte de nuestras perspectivas y táctica hacia el movimiento obrero: primero, la tesis de que los trabajadores usarán una y otra vez sus organizaciones tradicionales para luchar, en este caso los sindicatos. Y segundo, que los dirigentes conservadores no pueden ser un freno indefinido para el movimiento, que los trabajadores terminan por luchar obligados a estos a ponerse al frente o de plano haciéndolos a un lado.
La dialéctica del movimiento obrero es más profunda y está por encima del maniqueísmo, los buenos y los malos, que basados en esa concepción y en un profundo empirismo, las sectas siempre y sin excepción sacan tres conclusiones. Una, todo dirigente por ser tal va a traicionarlos; dos, por consecuencia, los trabajadores están condenados a la inmovilidad en sus organizaciones, tres, por ello, tienen que romper con su sindicato o partido.
Precisamente este tipo de conclusiones son las que aíslan a las sectas del movimiento. Durante años las sectas se pasaron gritando bien alto y fuerte a las cuatro vientos, ¡PRD burgués... PRD burgués...! Sin embargo, cuando los acontecimientos pasaron el año pasado por ese partido, a través del cual las masas obreras y campesinas se expresaron por millones durante 2006, ¡oh sorpresa! las sectas que quedaron mas solas que nuca y sin la mas mínima posibilidad de influir sobre el movimiento.
La tendencia ascendente del movimiento se ha logrado a pesar de esa capa de dirigentes conservadores, sin embargo estos siguen siendo una factor de peso que no han permitido que le movimiento vaya aun más lejos. Esta clase de dirigentes no sólo existe entre los sindicatos del CT y la CTM, sino también en el sindicalismo independiente, por ejemplo algunos integrantes del comité colegiado de la UNT como Hernández Juárez del sindicato telefonistas y Agustín Rodríguez del Stunam.
Una clara muestra del papel de freno que aun juegan estos dirigentes son las convocatorias a los diferentes paros nacionales que se han llamado a lo largo del 2007, a los cuales se ha sumando la UNT para después, con cualquier excusa, desentenderse de dichas convocatorias y en el mejor de los casos llamar a la “falta colectiva”, haciendo que la participación de esta central obrera se difumine y no tenga ningún peso en el desarrollo de esas jornadas de lucha.
Pero esa clase de dirigentes no puede estar frenando al movimiento indefinidamente, en sindicatos como el Stunam, del IMSS, de los telefonistas, electricistas, etcétera, ya existen expresiones de descontento las cuales se intensificarán conforme Calderón plantee más ataques. Ante esta perspectiva, y si los dirigentes mantienen una actitud titubeante, se presentan importantes ingredientes para que en el próximo periodo se engendre y desarrolle una enorme indisciplina sindical que termine por traducirse en una renovada lucha por el rescate y la democratización de los sindicatos, la cual tendrá como blanco no sólo a los charros de la CTM y el CT, sino además a aquellos dirigentes que en el seno del sindicalismo independiente se presenten como un obstáculo para una genuina defensa de los derechos de la clase trabajadora.
El Charrismo sindical.
Durante décadas el Congreso del Trabajo (CT) y la CTM fueron uno de los principales pilares del régimen y de estabilidad para la burguesía. Durante muchos años los charros sindicales le aseguraron plazas llenas a los diferentes presidentes de la república cada 1º de mayo, en el que con sendas pancartas se decía “Gracias señor presidente”. Eran años en los que el presidente en turno, tomado del brazo de Fidel Velázquez, encabezaba la marcha obrera del día del trabajo y en los que ambas centrales garantizaban millones de votos en cada elección para el viejo partido de la burguesía en el poder.
El peso y la importancia de la CTM y el CT como herramienta de control y de estabilidad social era tanto, que el régimen y la burguesía le pagaban este favor a los charros asegurándoles decenas de diputaciones y senadurías, además de presidencias municipales e incluso gubernaturas.
De sus enormes vínculos con el régimen y su papel en la sociedad, en buena medida derivó el poder que concentraron durante años esta clase de dirigentes, los cuales lograron prácticamente el monopolio sindical durante décadas. Pero no solamente de sus relaciones con el régimen brotó el poderío de los charros, también vino del hecho de que este fenómeno sindical, el charrismo, va a contar de su lado durante bastante tiempo, de las ventajas de prologando boom económico mundial de la segunda posguerra, el cual empujó a la economía mexicana hacia delante y la salpicó, logrando esta otorgar importantes concesiones a los trabajadores. Particularmente sobre la base de esas concesiones, los charros erigieron su imperio y su control sobre el movimiento obrero trasformándose en un importante aliado del régimen.
Sin embargo dicho boom se esfumó a mediados de los años 70, la economía es sumergida en una crisis cada vez mas severa, y gradualmente, pero de forma constante, se empieza a desvanecer la fuente de la que brotaba el poder de los charros al entrar en un largo periodo en el que el único camino de la burguesía era, y lo sigue siendo, el de arrebatarle a los trabajadores todo lo que más puedan de lo que estos últimos habían ganado en el pasado, traduciéndose esto en una situación de crisis sin remedio alguno para el charrismo sindical.
Abierto este nuevo periodo, el charrismo sindical dejó de ser poco a poco el de las plazas llenas y desfiles multitudinarios para darle las gracias al señor presidente. También, poco a poco, la CTM y el CT dejaron de ser una maquinaria de votos masivos y seguros para el PRI, el primer gran ejemplo de este último fenómeno va a ser el fraude electoral de 1988 contra Cárdenas y que llevó a Salinas a la presidencia.
En los últimos años el charrismo sindical, además de padecer los efectos del movimiento sindicalista independiente de los años 70, producto de su crisis la cual de forma inevitable también ha impactado seriamente al PRI, ha sufrido varias escisiones: en 1998 nace la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) a partir de una ruptura con el sindicalismo oficial por parte de sindicatos importantes como el de los telefonistas, tranviarios, IMSS, sobrecargos, pilotos, etcétera. Además también se han dado otro tipo de rupturas sin que ello implique abandonar las filas del sindicalismo oficial, pero que han profundizado la crisis del charrismo. Nos referimos al caso de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (FEDESSP) la cual recibe registro oficial en junio del 2005. La FEDESSP, liderada Elba Esther Gordillo, es producto de una escisión de la FSTSE de Joel Ayala. La crisis del charrismo sindical tiene efectos sobre el PRI y las de este partido sobre el propio charrismo. Dicha escisión en buena medida fue producto de las pugnas internas por el poder dentro del PRI. Si bien, como explicamos más arriba, esta ruptura no significó un desprendimiento de entre las filas del sindicalismo oficial, sí se tradujo en una mayor crisis interna y en un mayor erosionamiento del charrismo sindical.
Pero la crisis del charrismo y la búsqueda de salidas para mantenerse vigentes, ha arrojado otra clase de fenómenos que bajo otras condiciones resultarían impensables. Nos referimos al caso de las elecciones del 2006 en las cuales, con una enorme presión desde abajo y el agua llegándoles al cuello, las dirigencias de las longevamente priístas CROM y CROC, se vieron obligadas a llamar públicamente a votar a sus agremiados en favor de AMLO.
Ese llamado de la CROC y la CROM tiene que ser bien aquilatado, pues es un hecho que está lejos de ser secundario. Lo destacado aquí no es que esas centrales obreras hayan llamado a votar por AMLO, sino las razones que los obligaron a hacerlo. No hay que olvidar que ese llamado se hace al mismo tiempo que los mineros están dando una feroz lucha en la defensa de su sindicato, tras la intervención sobre el mismo por parte de la STPS y Fox, hecho que recibió el consentimiento de Víctor Flores, dirigente del CT. Ante este aval los croquistas y cromistas reaccionaron contra dicho dirigente y pasaron a integrar junto con la UNT y otros sindicatos independientes, el movimiento en defensa de la autonomía sindical.
Para este grupo de charros, la intervención de Fox sobre el sindicato minero y el apoyo recibido por la dirección del CT, representó un banderazo de salida para iniciar una política de férreos ataques a los sindicatos la cual, de no ser detenida, a la postre incluso podría tener repercusiones sobre sus propias centrales obreras y los sindicatos que aun dominan, poniendo en riesgos estos pocos cotos de poder que les quedan.
El charrismo sindical está en franco retroceso, no sólo porque ya no pueden ofrecer reformas que le den cierta legitimidad; no sólo por le descontento obrero, sino también porque la bancarrota del capitalismo los está estrangulando por medio del cierre de empresas y también a través de la precarización del trabajo. Cada fábrica cerrada implica necesariamente menos agremiados, menos cuotas… Un ejemplo claro que habla de ello es el sindicato nacional de la industria textil, el cual en los últimos seis años ha visto reducir su número de agremiados de manera significativa a consecuencia de que durante todo ese tiempo fue cerrada el 50% del total de la industria nacional en ese ramo. Por su parte la precarización masiva del empleo se ha traducido en millones de trabajadores a los que se les niega el derecho de la sindicalización. Este tipo de razones hace que muchos especialistas tengan fuertes dudas sobre el número de agremiados que el CT dice tener, que es de 11 millones de trabajadores. El Centro de Investigaciones Laborales y Asesoría Sindical, señala que en el mejor de los casos el CT representa a unos 5 millones de trabajadores, de acuerdo a un estudio de esta institución del 2003.
Ante el retroceso del charrismo sindical, los dirigentes de la CROC y la CROM concluyeron que la política de Fox de intervenir en los sindicatos, además no hay que olvidar que el sindicato minero pertenece al CT, les resultaba de muy peligroso.
Además, en la búsqueda de una alternativa sindical mucho más sólida para la burguesía, los empresarios norteños impulsaron y conformaron en 2006, con el apoyo de Fox, una nueva central obrera, la Alianza Sindical Mexicana, de filiación socialcristiana y teniendo en Carlos Abascal su principal mentor. Dicha central, integrada por sindicatos blancos, representa el modelo ideal de sindicatos para la derecha pianista: monásticos y aun más subordinados a los patrones que incluso los propios charros. La Alianza Sindical Mexicana presumen tener un millón 260 mil trabajadores, cifra ratificada por la STPS, pero los especialistas destacan que ese número apenas rebasa a los 200 mil.
Pero otra razón de mucho fondo que empujó a esos dirigentes a llamar a votar por AMLO es su enorme desprestigio entre los trabajadores a consecuencia de años de ataques permitidos por estos. Entonces, a sus ojos, como una medida desesperada para tratar de recuperar algo de autoridad entre los trabajadores, lo mejor era presentarse en las elecciones como opositor a aquellos que desde el gobierno, el PRI y el PAN, se encargaron de lanzar toda clase de ataques contra la clase trabajadora.
Resulta importante destacar este proceder de esas dos tradicionales centrales sindicales oficialistas, no por la forma en que actuaron sus dirigentes en la coyuntura de las campañas electorales del 2006, sino por los motivos de fondo que los orillaron a actuar de esa manera. Motivos que tienen que ver en mucho con las importantes tensiones y descontento que se viven entre los trabajadores agremiados a esas centrales. Y este detalle es de vital importancia para el movimiento obrero en su conjunto, porque el caso de la CROC y la CROM son un ejemplo de los que está sucediendo desde abajo en la mayor parte del sindicalismo charro.
Este descontento ya salió a la superficie en el caso de la CROM y la CROC por medio del llamado al voto para el PRD, pero mañana se expresará de otra manera con abiertas luchas por la democracia sindical. Y este es un mérito que hay que reconocerle a la burguesía, la cual, con su política, no les está dejando otro camino a los trabajadores mas que el de lanzarse a la lucha por el rescate de sus sindicatos. Los ejemplos de la CROM y la CROC son un anuncio de lo que le espera a la CTM y el CT. La política de la burguesía, dada la forma en que están reaccionado los trabajadores, se está trasformado en la tumba para la sepultura de aquellos que durante décadas fueron sus principales y fieles aliados en contra del movimiento obrero: los charros sindicales.
Un síntoma que ilustra nítidamente la decadencia del charrismo sindical y su cada vez mas escaso papel en relación al régimen, son los festejos oficiales del 1º de mayo: en tiempos de Salinas desaparecieron las pancartas de “gracias señor presidente” y éste ya no pudo desfilar al frente de la marcha obrera tomado del brazo de los principales dirigentes charros. Salinas se tuvo que consolar con mirar desde el balcón presidencial el desfile del 1 de mayo, para después ya no poder dar la cara incluso de esa manera y tener que refugiarse en algún lugar cerrado o auditorio para ahí, con los dirigentes charros y un par de miles de trabajadores desarrollar el festejo oficial del Día del Trabajo. A pesar de este método, Salinas no logró esquivar los reclamos de los trabajadores asistentes.
Zedillo heredó esta forma de ceremonia obteniendo los mismos reclamos que Salinas, optando a la postre por una ceremonia aun más reducida en número de trabajares, sin embargo no fue suficiente para esquivar los reclamos. Este formato de festejo oficial es retomado por Fox, pero ante las adversidades éste opta mejor por otro en el que, refugiado en Los Pinos, sólo se reuniría con los puros dirigentes charros. Así es como llega la historia de los festejos oficiales del 1º de mayo a Calderón, el cual, para no tomarse ninguna clase de riesgo por pequeño que sea, antes del 1º de mayo del 2007, mejor decide suspender en definitivo el desarrollo de la ceremonia oficial del Día del Trabajo.
Este último detalle, por singular que parezca para la historia del sindicalismo oficial, ya habla por sí mismo del serio deterioro en que se encuentra el charrismo sindical y de la enorme debilidad de Calderón como presidente.
Algunos dirán, bien, efectivamente, esa es la situación del añejo sindicalismo oficial, pero, añadirán, los charros aun están ahí, vivitos y coleando. Efectivamente, a pesar de su deterioro, los charros aun están ahí, pero si siguen vivitos y coleando eso se explica particularmente porque los dirigentes del sindicalismo independiente lo han permitido, estos últimos jamás han hecho llamados serios, ni han lanzado una campañas de fondo para animar a los trabajadores bajo el control del CT y la CTM para decidirse a lanzarse de una vez por todas contra los charros sindicales y eliminarlos como obstáculo del movimiento obrero. Por el contrario, los dirigentes en general del movimiento obrero independiente han optado, por la vía de los hechos, por una política de sana y respetable distancia respecto al charrismo sindical. Sin embargo con el auxilio o sin él, de parte de los dirigentes independientes, los trabajadores bajo el dominio de los charros terminarán solucionando este problema, porque la burguesía les está cerrando toda alternativa y no les dejarán otro remedio.
De hecho, por poner un ejemplo, en el fondo detrás de la lucha del magisterio democrático contra la ley del ISSSTE lo que se está incubando además, es una seria y fuerte lucha contra Elba Esther Gordillo, similar a la que se dio en su momento contra el antiguo charro Jonguitud Barrios, en los años 80, y que arrojó como uno de sus resultados el nacimiento de la CNTE.
EL PRD y la polarización social.
No hay duda de que el PRD vivió en el 2006 el acontecimiento más dramático de su historia, como nunca las masas se volcaron hacia este partido para empelarlo como vehículo de lucha y para tratar de transformar su realidad. La magnitud de la participación de las masas tomó por sorpresa a todos los dirigentes de ese partido, quienes se vieron desbordados en ese sentido y tuvieron que maniobrar como nunca para impedir que el movimiento se les saliera de las manos.
2006 ha marcado un antes y un después en la historia de la lucha de clases en México pero también para el PRD, traduciéndose todo ello en mayores y mas visibles disputas entre las principales fuerzas que integran este partido. La historia de la lucha de clases nos demuestra que incluso entre los dirigentes reformistas existen diferencias aunque no sean de fondo, y que éstas bajo determinadas condiciones resaltan y adquieren un contenido que expresan las tensiones que existen en la sociedad.
En tiempos de paz social esta clase de dirigentes, a pesar de sus diferencias, suelen poder llegar a acuerdos que les permitan cohabitar sin muchas divergencias de por medio. Pero cuando las cosas cambian y la polarización social se agudiza, los dirigentes más conservadores, los reformistas de derecha, se aferran más firmemente a sus ideas y, por otro lado, aquellos que tiene un poco más de vínculos con los trabajadores y los pobres, presionados por estos últimos, se ven obligados a lanzar algunas iniciativas que les hace difícil seguir cohabitando con la misma tranquilidad que lo venían haciendo en el pasado.
Un fenómeno similar es el que ha venido experimentando el PRD desde hace algún tiempo, principalmente a partir de la lucha contra el desafuero de AMLO, el cual se catapultó en la lucha contra el fraude electoral. Este proceso de diferenciación al interior del PRD se ha expresado principalmente entre el ala mas reaccionaria de este partido, Nueva Izquierda (NI) dirigida por Jesús Ortega, la cual ahora se ha disfrazado bajo el nombre de Izquierda Democrática, y las expresiones que se aglutinan y orbitan en torno a AMLO.
Aunque como reformistas ambas alas poseen coincidencias, la diferencia más relevante deriva de los añejos intentos de NI por transformar al PRD en una “oposición de terciopelo”, factor que hoy en día resulta tremendamente contradictorio con las expectativas de las masas, las cuales han experimentado un importante salto de consciencia a raíz de los más recientes acontecimientos de la lucha de clases.
NI parte de la idea de que un buen trato con el régimen, cohabitar con éste y ser una “izquierda moderna” como ellos le llaman, puede permitir algunos acuerdos que posibiliten beneficios para los pobres. De esta idea brota su obstinación en tratar de reconocer a toda costa al gobierno de Calderón surgido del fraude electoral. En otras palabras, pretenden que el PRD sea una oposición a la altura de las expectativas de la burguesía y no de los trabajadores y campesinos. En esa medida el único camino posible para ellos es los acuerdos, las elecciones, un cretinismo parlamentario en extremo exacerbado; pero nada, absolutamente nada que tenga que ver con la movilización y la protesta callejera. Estos últimos métodos les son repelentes como la lepra.
Por su parte el obradorismo al interior del PRD, reconoce el papel que se puede jugar a través de las cámaras legislativas, pero también reconoce a la movilización como método de lucha, aunque definiendo límites muy claros y precisos para la misma. A este respecto los discursos de AMLO son bastante evidentes pues en ellos sistemáticamente insiste en que lo que su movimiento busca es una “revolución de la consciencias” y que todo cambio se tendrá que lograr por medio de un a “revolución pacífica”. Incluso descarta el cambio de régimen por otro medio que no sea el de las elecciones, este planteamiento quedó mas que de manifiesto en un discurso en la reciente gira de AMLO en septiembre en el Estado de Puebla, en el cual enfatiza que su movimiento ha escogido la vía de las elecciones para transformar el país: “Nunca vamos a llevar a la gente a la confrontación y a la violencia”.
Los obradoristas dentro del PRD, y AMLO en particular, saben que no pueden reconocer al gobierno de Calderón y se aferran con todo para impedir que haya una postura oficial contraria a la suya a este respecto por parte del PRD. Ellos son conscientes de que las masas odian a Calderón y que su reconocimiento por el PRD sería una locura, pues tendría un costo muy alto para este partido perdiendo terreno en la influencia que tiene sobre las capas oprimidas, debilitándose con ello, o esfumándose, sus expectativas electorales. Lo que verdaderamente persigue AMLO y el resto de dirigentes del PRD que lo apoyan es mantener un movimiento vivo, basándose en mucho en la Convención Nacional Democrática que les permita llegar en condiciones favorables a las elecciones intermedias del 2009 y la las presidenciales del 2012. Realmente a esto se refiere AMLO cuando insiste en que su movimiento ha optado por las elecciones para transformar el país, implicando ello una contradicción con su postura de no reconocer a Calderón, pues si se acepta como única vía a las elecciones, al mismo tiempo se está aceptando que Calderón termine su mandato y cobrar las cuentas pendientes hasta la elecciones del 2012, renunciando definitivamente al derrocamiento del usurpador.
Así pues, la política de “oposición de terciopelo” NI y el reconocimiento de esta corriente hacia Calderón, política que NI pretende que sea aceptada oficialmente por el PRD, representa un peligro y obstáculo para la táctica de AMLO y los dirigentes que se le han sumado.
Pero también para los objetivos de NI, la táctica de AMLO resulta perniciosa. NI quiere un PRD amable, “realista”, que pueda cohabitar mejor con el régimen. Un PRD moderno, como ellos le llaman. Y para cohabitar mejor con el régimen, se tiene que empezar por reconocerlo. Sin embargo esta intención entra en contradicción con AMLO, pero en particular con el importante sector de las masas que lo siguen. Y realmente esto último representa la preocupación de más fondo de NI. Esta derecha reformista sabe que la proximidad de AMLO con las masas puede hacer que este último, viéndose presionados desde abajo, impulse iniciativas que se podrían traducir en un fuerte choque entre el PRD-CND y el régimen.
Si bien AMLO ha insistido reiteradamente en la idea de la revolución pacifica y de la conciencia, ya en un par de ocasiones, la primera tras la aprobación de la nueva Ley del ISSSTE y la segunda tras el Gasolinazo, se ha visto obligado a declarar públicamente que si se intenta privatizar a PEMEX, para evitarlo de ser necesario paralizaría al país. Estos zigzagueos de AMLO ilustran la forma en que se expresa la contradicción entre su política y lo que las masas esperan de él.
AMLO, a diferencia de la mayor parte de los dirigentes del PRD, mantiene un constante roce y contacto con las masas. Desde que arrancó lo que él llama “Gobierno Legítimo”, todas las semanas desarrolla giras en diferentes estados del país, logrando cada día concentraciones de 2, 3, 4, 5 mil o mas personas. Además las reuniones de la CND siguen siendo masivas. La numerosa asistencia a los actos de AMLO a pesar de que ya han pasado bastantes meses desde las elecciones y desde la lucha contra el fraude electoral, refleja la existencia de un buen estado de ánimo de las masas para luchar. Pero esos ánimos, debido a los ataques, se pueden incrementar derivando en mayores presiones para AMLO y el PRD, empujando a estos a ir mas lejos de los que se proponen. La historia de la lucha de clases de todo el mundo esta llena de está clase de ejemplos. La derecha del PRD representada por NI sabe de este peligro y luchan con todo para evitar que esto pueda suceder.
Las diferencias entre estas dos alas del PRD se expresaron intensamente en el pasado Congreso Nacional de este partido, en agosto pasado, en el cual se estableció una lucha abierta entre esas dos fuerzas tratando de empujar en direcciones opuestas cada una. El debate se centró en dos aspectos principalmente: uno, el reconocimiento o no de Calderón y, dos, los mecanismos del proceso de elección de la nueva dirección nacional del PRD en marzo del 2008.
Los esfuerzos del obradorismo se centraron en no permitir ninguna maniobra del tipo que sea de parte de NI, que diera como resultado el que congreso reconociera a Calderón. Durante los cuatro días que duró el congreso, ese punto fue el de mayor jaloneo entre ambas corrientes, la presión fue tanta para NI que renunció a cualquier fórmula que se tradujera en un abierto reconocimiento de Calderón, pero no renunciaron a una un fórmula velada pues el domingo 19, último día del congreso, ya que parecía que todo estaba resuelto, de última hora NI promueve un resolutivo que es aprobado por el pleno dado que la mayoría de delegados pertenecían a esa corriente, en el que por la vía de los hechos se reconoce a Calderón sin la necesidad de decirlo: de cara al debate respecto a la postura de la fracción parlamentaria del PRD sobre la realización de los informes presidenciales, NI en su resolutivo plantea rechazar la realización del informe presidencial y se pronuncia por impulsar una reforma para sustituirlo “por un debate parlamentario y republicano entre poderes sobre el estado de la nación, en el marco de un nuevo régimen político”. En otros términos, bajo esta fórmula rebuscada, NI maniobró para, al ser votado a favor, por la vía de los hechos y a través de esta trampa el congreso del PRD terminará por reconocer a Calderón.
La maniobra de NI se trasformó en un escándalo, viéndose obligados los seguidores de AMLO a abandonar el congreso para trasladarse al Hemiciclo A Juárez y desarrollar un acto de protesta. No es la primera vez que saltan a la luz pública las disputas internas del PRD, de hecho no han sido pocas. Bajo otras condiciones, la disputa en el pasado congreso no sería otra cosa mas que una nueva anécdota similar a otras que ya ha habido antes. Sin embargo a diferencia del pasado, en el cual las dispuestas fundamentalmente fueron resultado de la pelea por los cargos, en este caso no es exactamente lo mismo. Por supuesto que no son pocos los que ante esta nueva divergencia, se han aglutinado en torno a una u otra ala en función de quién le proporciona más garantías en la carrera de los cargos, pero ese no es el contenido fundamental de la misma. Esta pelea al interior del PRD también está expresando el nuevo periodo al que entró la lucha de clases en México, haciendo que el empuje y las aspiraciones de las masas se esté expresando por medio de la vida interna de este partido en el cual un sector, el encabezado por AMLO, está tratando de impedir que la derecha del PRD imponga su política de coexistencia pacífica con el régimen.
Un indicio que demuestra la manera en que la lucha de clases ha penetrado al PRD es el acuerdo del congreso, el cual NI tuvo que aceptar a regañadientes, para que este partido se definiera como socialista.
Por su parte NI pretende cerrarle el paso a sus adversarios para que no tome el control del partido, por ello impulsó en el pasado congreso, logrando su aprobación, un acuerdo para que sólo puedan participar en las votaciones internas de marzo próximo por la nueva dirección, los afiliados al PRD, evitando con ello que los millones de seguidores de AMLO y que no están afiliados participen en dicho proceso.
NI tiene la mayor parte del aparato de partido bajo su control, pero su influencia sobre las masas es significativamente menor a la de AMLO, quien tiene a Alejandro Encinas como candidato para dirigir al PRD.
Ante esa restricción electoral, el control del aparato de NI pone aparentemente a esta corriente en una posición ventajosa para manipular las elecciones y la participación en las mismas. Ante este peligro Izquierda Unida (IU) nombre que han adoptado los grupos que apoyan la candidatura de Encinas, deberá tomar medidas excepcionales si es que no quiere ser asfixiada por las maniobras de NI. Encinas deberá llamar y lanzar una campaña de afiliación masiva entre los seguidores de AMLO, tendrá que desarrollar una campaña que la distinga mas nítidamente de NI y asumir posturas más firmes ante la problemática de los trabajadores y los ataques de Calderón. De lo contrario, una actitud tibia de IU le facilitará el trabajo a NI para que esta termine imponiendo en las lecciones internas su peso en el aparato, sobre la influencia de masas de AMLO.
Producto de la contradicción que derivó en la grieta que se abrió entre NI y los obradoristas duramente el pasado congreso del PRD, las pugnas entre ambas tendencias no sólo se mantienen, sino que además se han profundizado. La mas sonada de ellas es la que se ha establecido entre la diputada perredista Ruth Zavaleta, en estos momentos al frente de la presidencia de la cámara de diputados, y el vocero del PRD, Fernández Noroña. La primera haciendo declaraciones reiteradas reconociendo a Calderón y el segundo lanzando repetidos ataques contra Zavaleta por esa postura.
También, otro episodio de estas confrontaciones fue la toma que hicieron en octubre pasado diputados del PRD de la tribuna de la Asamblea Legislativa del DF, para denunciar la alianza del coordinador de la bancada de ese partido con el PAN, Víctor Higo Círigo. La actitud de Zavaleta y la Círigo, ambos dirigentes destacados de NI, deja en claro que esta corriente en los hechos ya ha reconocido a Calderón.
Incluso, a la confrontación le ha tenido que entrar directamente AMLO quien, tras la aprobación del Gasolinazo en septiembre, declaró públicamente que a los diputados perredistas les “faltaron pantalones” para impedir que dicha contrarreforma fuera aprobada, provocando una reacción histérica de los principales parlamentarios de NI.
Ante la fuerte asimetría respecto al respaldo de masas entre NI y IU, la segunda mas favorecida que la primera, ha salido al quite Alfonso Ramírez Cuellar, dirigente histórico del Barzón y exdiputado perredista, quien, con apoyo del Senador Pablo Gómez y el jefe de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, Javier González Garza, se ha destapado como candidato a dirigir este partido con toda la intención de dividir el voto, buscando arrebatarle algunos puntos a Encinas para favorecer a Jesús Ortega, candidato de NI.
Ese mismo papel jugará el Senador Ricardo Monreal quien, desesperado por posicionarse en el PRD pues a pesar de que fue revocada su sanción de suspensión de derechos por apoyar en Zacatecas a candidatos adversarios a su partido, está en una situación de debilidad en su estado natal ante Amalia García, también se ha postulado para dirigir a ese partido. Lo mismo se aplica para Camilo Valenzuela quien se postuló a pesar de que un sector importante de su corriente, REDIR, opinaba que se tenía que apoyar a Encinas. El resultado de la decisión de Valenzuela ha sido la fragmentación de REDIR.
En todo caso, si existiera una actitud honesta de estos candidatos, su postura tendría que ser la de un frente único contra la derecha del PRD. Sin embargo, como dice la Santa Biblia, por sus frutos los conoceréis. En esta clase de cosas las buenas intenciones, si es que existen, están de más, lo que importa es aquello que ayude al movimiento a avanzar. Dada las condiciones actuales, una tarea inmediata en el PRD es cerrarle el paso a la derecha.
El asunto a destacar es que estos elementos nos permiten pensar que los acontecimientos de la lucha de clases han provocado que estamos frente al inicio de un proceso de una diferenciación más clara entre derecha e izquierda al interior del PRD, el cual se intensificará en cuanto la polarización social haga sentir de manera mas abrupta su peso sobre este partido, expresándose ello incluso en la conformación de corrientes centristas.
Aunque se trata de su etapa inicial, en el PRD se ha abierto una crisis de diferenciación entre izquierda y derecha la cual le creará un ambiente de mejores posibilidades a los marxistas que nos orientamos hacia la base de ese partido.
Un nuevo impulso de la revolución en México
A conformar comités en defensa del petróleo para preparar el paro nacional
La lucha alrededor del petróleo mexicano es una de las escaramuzas de vanguardia de los combates futuros entre oprimidos y opresores
(León Trotsky, México y el imperialismo británico)
El día 18 de marzo, conmemorando el 70 aniversario de la expropiación petrolera y manifestándonos contra la privatización de los energéticos, fuimos capases de demostrar nuevamente la fuerza de los trabajadores. Miles, mucho más de los 200 mil asistentes a la marcha campesina del 31 de enero pasado, gritamos consignas contra la privatización y escuchamos atentos el plan de acción contra este nuevo ataque de la derecha que nos gobierna.
La burguesía cierra filas
Ese mismo día se desarrollaron don actos más para “conmemorar” la expropiación petrolera, por un lado el espurio se refugio en Paraíso, Tabasco, en una central de PEMEX, junto a él todo su estado mayor (a excepción del responsable directo de las negociaciones para la privatización y secretario de Gobernación, Juan Camilo Muriño) y el dirigente del sindicato petrolero, el charro Carlos Romero Deschamps. Estas finísimas personas hablaron de lo importante que fue la nacionalización del petróleo y del tesorito que está en el fondo del mar, esperando a que el capital privado las pueda sacar del subsuelo. Entre otras cosas también se habló de la responsabilidad indiscutible de la dirección del sindicato dado el periodo tan importante en que vivimos. Calderón afirmó que el petróleo seria de los mexicanos y que no se privatizaría, al mismo tiempo que hacia hincapié que se necesitaba de tecnología y recursos de empresas trasnacionales.
Al mismo tiempo Cuahutémoc Cárdenas en Michoacán hablaba de la necesidad de poder abrir terreno para la inversión extranjera, sin que esto signifique la modificación a la constitución mexicana. Junto al gobernador de ese estado planteaba la necesidad de mantener el petróleo bajo control del Estado.
Como es ya sabido la postura de Cárdenas es de apoyo en la práctica, a las políticas privatizadoras que a planteado Calderón. En general hay una postura encontrada por parte de la derecha del PRD encabezada por Jesús Ortega junto al PRIAN para privatizar el petróleo y la electricidad.
En la práctica estos dos actos fueron para plantear de una forma clara que la burguesía junto a sus gobernantes marioneta están dispuestos a impulsar la privatización.
18 de marzo: un mitin de masas contra la privatización y contra el gobierno de Calderón
La burguesía nacional e internacional impulsó el fraude electoral con fin de tener a un títere que pueda manipular y hacer de el un firme reproductor de su política anti-obrera en el gobierno. El espurio está cumpliendo los deseos de los poderosos, primero al “nueva ley del ISSSTE”, ahora los energéticos y mañana la Ley Federal del Trabajo. Y así, paulatinamente arrasar con los derechos de los trabajadores.
Esto lo sabe perfectamente bien todos los trabajadores, es por ello que cada una de las manifestaciones que se han celebrado han sido bastante concurridas y con un ánimo increíble de lucha; se respira un ambiente de combatividad y disposición de ir hasta el final contra este gobierno de derecha. El mitin del 18 de marzo no fue la excepción, los trabajadores asistieron en masa, las calles aledañas al Centro Histórico estaban llenas. Las mantas, las pancartas, etc, también expresarlo los deseos de las masas para impedir a toda costa este nuevo ataque. Dejaban ver el ánimo de los trabajadores “estamos dispuestos a todo para impedir la privatización”. En realidad no nada mas quería decir eso, lo que quiere decir esta consigna es: estamos dispuestos a ir hasta el final para echar a Calderón del gobierno. En general el ambiente que existió en la masiva concentración del pasado 18 de marzo, era muy similar al que se vivía entre las masas durante las jornadas revolucionarias del 2006 en la lucha contra el fraude electoral.
Cerca de dos horas antes de la indicada para hincar el mitin, miles de explotados ya llenaban la pancha del Zócalo capitalino. Leían con atención los volantes y periódicos que se repartían por parte de los compañeros de Militante y escuchaban con atención los diversos mitines espontáneos que surgían de algunos oradores y debatían fuertemente sobre la dinámica que tendría que tener este movimiento.
Muchos de los trabajadores ahí presentes fueron los que dieron la lucha contra el fraude electoral en 2006, los que vivieron en el plantón de Reforma y que sacaron muchas experiencias de cómo luchar, cómo organizar a la gente en comités, como agitar, etc. Tienen experiencia resiente y saben que si no somos firmes en las medidas a tomar perderemos la lucha.
El plan de acción de AMLO
El momento cúspide de la concentración fue cuando Andrés Manuel López Obrador tomó la palabra para señalar de forma firme que la lucha contra la privatización es de todo el pueblo, todo mundo estaba a la expectativa a cada una de las palabras que salían de su boca. Todos los presentes querían saber como se propone combatir este ataque.
AMLO propuso un plan de emergencia para la lucha, el primer planteamiento es:
La conformación y reforzamiento de comités en defensa del petróleo en todo el país, estos tendrán que informar sobre las medidas privatizadoras, así como los planes de trabajo contra esta política. Lanzar un cerco ciudadano en aeropuertos, carreteras, instalaciones estratégicas de Petróleos Mexicanos y en la cámaras del Congreso de la Unión. Pero la medida que recibió mayor apoyo fue la de un paro nacional patriótico. Todas estas medidas iniciaran a partir de que se presente la iniciativa para privatizar la paraestatal, lo cual puede suceder este 25 de marzo, razón por la cual se convocó para ese día a una nueva concentración en el Zócalo capitalino.
Sin duda que estos planteamientos representan un tremendo paso al frente con respecto a la lucha contra el fraude electoral. Nosotros desde Militante, insistimos una y otra vez que la única forma de poder derrotar el fraude electoral era llamando a una huelga general de todos los trabajadores; que una vez paralizada la producción en las empresas, cerradas las carreteras y paradas todas las escuelas del país, la burguesía no tendría mas remedio que echarse para atrás. Sin embargo en ese momento AMLO y su equipo no quisieron convocar a esta acción, el hecho de que ahora se estén planteando estas acciones ya es un paso al frente muy importante, ahora tenemos que trabajar para que esto no se quede en simples planes. Los comités en defensa del petróleo tienen que agitar desde ahora para que se conformen comités en cada fabrica, en cada escuela, en cada colonia y que estos mismos comités se encarguen de agitar en pro de la huelga general, tenemos que ser capaces de arrastrar a la mayor cantidad de trabajadores y todos los explotados a esta dinámica de participación y lucha. Para lograr esto tenemos que sumar demandas generales para presentar un pliego petitorio único donde se recojan las demandas mas sentidas, como aumento salarial general todos los trabajadores de 7 mil pesos, por la recapitalizacion del sector del energético, contra la modificación a la Ley Federal del Trabajo, por la solución a los conflictos laborales existentes a favor de los trabajadores y por la caída de Calderón. De esta forma esta lucha atraerá a millones y la huelga general o el paro nacional patriótico -lo cual es lo mismo- será una realidad. La única forma de terminar con los ataques es echando al espurio del gobierno.
Es fundamental la unidad en la acción
La necesidad de que todos los sindicatos se puedan sumar a estas iniciativas es fundamental, como ya lo hemos explicado, la privatización es la punta del iceberg, si no somos capaces de frenar esta política de taques mañana quitaran todos los derechos a los trabajadores con la llamada reforma a la Ley Federal del Trabajo, después seguirá la educación publica, etc. La mira de la burguesía está puesta en los contratos colectivos, en deshacer a los sindicatos, etc. Hoy todos tenesmo que sumarnos a esta lucha, los trabajadores del Sindicato Independiente de los Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) los cuales están en huelga desde hace mas de 45 días están dando un ejemplo de lucha y se están sumando a las movilizaciones, comprenden que su lucha es la de todos los trabajadores. Otro ejemplo de la disposición que existe para luchar por mejores niveles de vida fue la magnifica toma de las instalaciones por parte de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), a un día del vencimiento para estallar la huelga a ala que había sido emplazada LyFC.
Estos son pequeños ejemplos de lo que nuestra clase está dispuesta hacer, sin embargo hasta ahora han sido luchas dispersas. El paro nacional plantearía con toda su fuerza nuestra disposición a no dar ni un paso atrasen las condiciones de vida de los trabajadores, a luchar por una sociedad mejor en donde la clase explotadora no exista. Es este el camino a donde se tiene que perfilar la lucha, si AMLO quiere verdaderamente resolver los problemas a los que nos enfrentamos los trabajadores tiene que plantearse la lucha por el socialismo.
Si hoy permitimos que se privatice PEMEX, las condiciones para los trabajadores de esta empresa empeoraran, los recursos que hoy provienen de los impuestos de la paraestatal mañana el Estado nos los cobrara por medio del IVA a medicamentos y alimentos. Al final esto nos costaría a todos, sin embargo estamos en condiciones de vencer, los argumentos que daba el presidente Lázaro Cárdenas siguen siendo balidos: “Examinemos la obra social de las empresas. ¿En cuántos de los pueblos cercanos a las explotaciones petroleras hay un hospital, o una escuela, o un centro social, o una obra de aprovisionamiento o saneamiento de agua, o un campo deportivo, o una planta de luz, aunque fuera a base de los muchos millones de metros cúbicos de gas que desperdician las explotaciones?
”¿En cuál centro de actividad petrolera, en cambio, no existe una policía destinada a salvaguardar intereses particulares, egoístas y alguna vez ilegales? (…) Hay muchas historias de atropellos, de abusos, de asesinatos siempre en beneficio de las empresas. ¿Quién no conoce la diferencia irritante que norma la construcción de los campamentos de las compañías? Confort para el personal extranjero; mediocridad, miseria e insalubridad para los nacionales. Refrigeración y protección contra insectos para los primeros; indiferencia y abandono médico y medicinas siempre regateadas para los segundos; salarios inferiores y trabajos rudos y agotantes para los nuestros”.
Al igual que antes de la expropiación petrolera de 1938, la privatización de PEMEX solo beneficiara a la burguesía y a las trasnacionales, sin ningún benéfico por pequeño que sea para los trabajadores y campesinos pobres. Por eso decimos, ¡esta lucha terminara en la huelga general!
En defensa de los derechos democráticos de estudiantes y trabajadores universitarios
CLEP-CEDEP
La masacre desatada tras la intervención imperialista de los Estados Unidos y Colombia en territorio de Ecuador, en el que por desgracia resultaron muertos -según los datos confirmados hasta el momento-, tres estudiantes de la UNAM y un politécnico, ha dado pie para iniciar una persecución y linchamiento contra las organizaciones estudiantiles de la UNAM.
Como parte del proyecto de criminalización de las luchas sociales, el gobierno pretende generar vínculos entre la guerrilla, el narcotráfico y el movimiento estudiantil para así justificar la represión y reiniciar la ofensiva de privatización de la UNAM.
Desde inicios de marzo los medios masivos de comunicación, obedeciendo a dictados de círculos empresariales, han lanzado ataques abiertos a la universidad y al movimiento estudiantil diciendo que "la UNAM es nido de guerrilleros", que "hay oficinas de la guerrilla en la universidad", etc. Estas calumnias promovidas por Televisa, Tv Azteca, El Universal, Reforma, Milenio, etc., tienen el propósito de desacreditar y empujar el desmembramiento de la universidad: alza de cuotas, separación del bachillerato de licenciatura, privatización de la investigación, elitización de su comunidad.
En días recientes se ha hecho público el espionaje que el gobierno mantiene en instalaciones universitarias bajo el consentimiento de la Rectoría, violentando la autonomía universitaria y propiciando un ambiente de linchamiento.
Consideramos que la guerrilla no es el método adecuado para transformar al país ni para acabar con la explotación y la opresión que pesa sobre millones de mexicanos. Invitamos a nuestros lectores a leer nuestro documento "El marxismo y la guerrilla" (http://www.militante.org/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=114&Itemid=58)
El movimiento estudiantil siempre ha sido solidario en las luchas del pueblo trabajador y la democratización del país, siempre haciendo uso de medios legítimos de lucha como las manifestaciones, mítines, las huelgas, plantones, etc., todos ellos métodos tradicionales del movimiento obrero. Solo el movimiento de masas bajo la dirección de la clase obrera, es capaz de trasformar la realidad para eliminar la opresión y la explotación capitalista.
Nuevamente los estudiantes y trabajadores pondremos un alto a estos ataques mediante la lucha y la movilización. Exigimos el respeto irrestricto a la autonomía universitaria y a los derechos democráticos: libertad de expresión, asociación, manifestación, etc.
Denunciamos esta embestida política del gobierno de Calderón y llamamos a la comunidad universitaria a movilizarse en repudio del hostigamiento ejercido contra los estudiantes organizados en días recientes.
Toda la crisis en las espaldas de los trabajadores
Uno de los elementos básicos de los postulados monetaristas en la economía es la suposición de que si el estado de las finanzas publicas esta bien, es decir si no hay déficit, entonces la economía esta bien, incluso si el crecimiento económico es raquítico o nulo. Un ejemplo de ello es el mito respecto a los años de “populismo”. Los economistas burgueses no se cansan de repetir que durante los años 40-82 las cosas en materia económica se hicieron muy mal y que desde 1982 se han hecho muy bien.
No cabe duda de que la inflación es comparativamente más baja que respecto a esos viejos tiempos, también es un hecho que el déficit publico es prácticamente cero mientras que en aquellos años especialmente al final del sexenio de López Portillo llegó a cifras alarmantes. Pero también es verdad que la tendencia de participación de los trabajadores en la renta nacional era entonces elevadísima comparada con estos años en los que se ha verificado una autentica debacle, lo mismo sucede con la inversión productiva la cual ha colapsado pasando de casi el 25% del PIB a un 15%. Análogamente el crecimiento actual no promedia más del 2% durante estos 26 años mientras que en el periodo anterior era de un 6% como mínimo.
Por supuesto nadie afirma que esos eran buenos tiempos para las masas trabajadoras, lo que si decimos categóricamente es que, pese a que el crecimiento de los tiempos de las posguerra se hacia sobre las espaldas de los trabadores, en términos reales había una relativa mejoría de las condiciones de vida de las masas. Ahora la explotación se ha intensificado y pese a que se trabaja más se recibe menos salario condenando a millones al subempleo, a la delincuencia o en el mejor de los casos a la migración a los Estados Unidos
La base para medir el grado de salud de una economía es la inversión productiva, antes cuando el estado poseía un fuerte sector paraestatal, (cercano al 50% del total del PIB) se podían establecer políticas que significaran palancas para impulsar tal o cual área sobre la base de una prioridad de desarrollo. Seguramente estamos todos de acuerdo en que los gobiernos priístas, profundamente corruptos y autoritarios, pesaba más el capricho del presidente o político influyente que las necesidades de las masas. Había un problema de democracia que pasaba desde la gestión del estado hasta la gestión de las empresas públicas, las cuales eran saqueadas por cada nueva capa de funcionarios que tocaba turno hacerse cargo de ellas. No obstante era una realidad que una palanca económica de esa magnitud era clave para asegurar que una política económica publica tuviera impacto. Así el país se industrializo y emergió un proletariado de más de 10 millones de personas, cuyo trabajo se expresaba en el desarrollo económico y social del país.
Desde 1982 la política económica del estado se ha hecho a un lado la gestión económica y se ha centrado en sólo dos instrumentos para intervenir en la dinámica económica: por un lado la política monetaria, por medio del control aumento o recorte del circulante y de la determinación de los tiempos de interés, con lo cual pretende controlar la inflación y el crédito. Por otro lado tenemos la política fiscal, es decir la recaudación de impuestos así como el gasto del gobierno federal.
La orientación del gasto público no va orientada a la inversión productiva, como en otros tiempos, sino a establecer subsidios al consumo de sectores específicos de población supuestamente en “extrema pobreza”. En suma el gasto publico en el área social esta orientado no a modificar los factores estructurales que generan la pobreza sino a paliar un poco los efectos de los bajos salarios, el desempleo y la falta de inversión productiva en el campo.
La política fiscal y monetaria en realidad sólo ha podido funcionar como una especie de camisa de fuerza del desarrollo de las fuerzas productivas, han limitado el desarrollo económico y lo han orientado sólo a los sectores más convenientes para la inversión extranjera y con posibilidades de recuperación más rápidas. Bajo el punto de vista de los economistas que dirigen la economía el “crecimiento económico es sobrecalentamiento” e implica la confesión implícita del sistema capitalista en el sentido de que no pueden evitar el advenimiento de una crisis, por tanto prefieren un crecimiento raquítico del circulante y dificultado el crédito y la inversión productiva en el conjunto de la economía, que un crecimiento que no pueden controlar.
La parte de la sociedad que tiene el control de los sectores claves de la economía: la burguesía socia del imperialismo, sólo exige una cosa del gobierno; que le permita acceso ilimitado a fuentes de ganancia rápida y de bajo riesgo y le garantice que en caso de algún problema el estado, con los recursos del pueblo, acuda a su rescate.
El estado tiene importantes reservas monetarias: más de 80 mil millones de dólares más la acumulación de los excedentes por los precios del petróleo, que en este año superarán los 20 mil millones de dólares. Por lo tanto una crisis económica no necesariamente implica una crisis de las finanzas del estado, de hecho hemos contemplado desde 1995 ( año de la crisis del error de diciembre) como el estado acumula y acumula reservas mientras que el desempleo, la miseria, los bajos salarios y todo lo que implican sumen en la desesperanza a millones de familias trabajadoras.
Hemos contemplado como las finanzas del estado acumulan medios para rescatar burgueses mientras que la deuda publica que pagan los trabajadores con sus impuestos crece al triple en tan sólo 15 años. Es decir un estado en relativa bonanza y una economía estancada y con crisis permanente.
Con todo, el tamaño de la economía mexicana no es insignificante, este año será superior a los 900 mil millones de dólares en su Producto Interno Bruto, es la economía más grande de América Latina después de Brasil, así que las políticas que pretendan “estimularla” deben estar acordes con estas dimensiones, deben intervenir en la actividad productiva para forzar al conjunto hacia delante y deben al mismo tiempo suponer una mejora tanto en las condiciones de trabajo como en los niveles de vida de las masas.
Pasemos entonces a comparara estas necesidades con el “plan emergente” que el gobierno de facto ha propuesto.
Comencemos con el Fondo Nacional de Infraestructura que se dio a conocer a mediados de enero del 2008. En este se señalo un presupuesto de 40 mil millones de pesos para el 2008 es decir menos de 4 mil millones de dólares, si ello constituyera un incremento neto al PIB estaríamos hablando del 0.44%, no obstante la mayor parte de esa inversión se orientara en compañías privadas a las que por diversos medios se les proporcionara el dinero construyan o no las vías de comunicación correspondientes, un ejemplo de ello fue el caso de la autopista del sol durante finales del sexenio pasado y principios del actual: 60 kilómetros de tramo fueron encargados a la empresa Gusta la cual se comprometió a hacerlo en 270 días si se le pagaban 330 millones de pesos, tres años después el estado había erogado 450 millones de pesos y no se habían rehabilitado ni 20 kilómetros de dicha autopista (La Jornada 22/02/07). En total el estado “invirtió” 1 300 millones de pesos pagando a empresas como ICA, Tribasa, GMD y otras para que la autopista quedara prácticamente igual de intransitable. Así que los señores burgueses que simulan hacer carreteras y con ese pretexto saquean los fondos públicos deben estarse frotando las manos con la propuesta de Calderón, para los trabajadores mexicanos sólo puede significar una muestra mas del cinismo de gobernantes que dividen su tiempo en ser funcionarios que regalan dinero y empresarios que lo reciben formando un circulo vicioso absolutamente aberrante para las masas.
Para febrero ante la ya evidente recesión norteamericana Calderón volvió a proclamar un plan de emergencia económica, revisemos sus principales planteamientos:
Uno de ellos es el pago por parte del gobierno del 5 % de las cuotas patronales al IMSS, esto sólo significa un subsidio más a la burguesía con cargo para los contribuyentes, especialmente los asalariados que como sabemos son los únicos que pagan puntualmente sus impuestos.
Otra medida es la reducción del 20% de las tarifas eléctricas en horas punta, esto es también un subsidio a las empresas en la media de que como se sabe son las únicas que efectúan un pago extra producto del empleo de energía eléctrica en dichos horarios. En los cuales se tiene que poner en marcha plantas generadoras tan sólo para cubrir con sus necesidades, en suma estamos hablando de una medida que trata de evitar que paguen los que pueden pagar.
Otras medida es la reducción e incentivos fiscales a empresas por 50 mil millones de pesos, Por cierto esto no representa algo en lo que el gobierno valla a invertir sino en lo que dejara de recibir, por tanto no supone un impacto o estimulo directo a la dinámica de la economía sino más bien una forma de resarcir a las empresas por las posibles perdidas que se vayan a generar. En pocas palabras ni un centavo para la creación de nuevas industrias, de nuevas fuentes de riqueza, resultado 0% de valor añadido al crecimiento.
Otra medida es la reducción de 3% de pago provisionales al IETU y el impuesto sobre la renta empresarial, lo que significa otros 6 mil millones de pesos que el gobierno dejara de recibir, no hay compromisos de que ese dinero que la burguesía no pagara se traducirá en inversión productiva, ni un niño pequeño puede creer que en un entorno de crisis la burguesía va a invertir los impuestos que el estado no le va a cobrar, sobre todo cuando en el marco de la crisis las perspectivas de recuperar rápidamente sus inversión son más que inciertas
Por alguna razón un tanto rara se incluyó dentro de las medidas la inversión de 10 mil millones de pesos el presupuesto de mantenimiento del Sistema Nacional de Ductos de Petróleos Mexicanos, resulta extraño porque hubiese o no un entorno complicado es indispensable invertir en dichos ductos o la pregunta sería ¿si no hubiera habido crisis entonces ni un centavo para dichos trabajos? La verdad es que se esta pretendiendo incluir un gasto programado en un programa emergente para darle más vista en la medida del carácter francamente mezquino de dicho plan.
Una propuesta que el gobierno hace como para que no digan que todo para ellos y nada para nosotros es la contribución gubernamental a las cuotas del IMSS tanto de obreros y patrones en municipios de menos de 50 mil habitantes, al respecto decimos: muy poco y muy tarde, en la medida de que el único impacto que reflejara esta medida es el mantenimiento de un servicio que es obligación del Estado, en suma esta medida tampoco supone imprimir una mayor dinámica a la economía.
La otra medida es recortar los gastos en trámites hasta por 1 500 millones de pesos, es decir otro recorte de ingresos directo a los bolsillos de los patrones.
A pero que no se diga que el gobierno sólo mira en favor de sus amos burgueses, dentro de las propuestas esta el portal www.empleo.gob.mx, para que las masas puedan ocupar 130 mil vacantes frente al millón y medio de empleos que se requieren incrementar anualmente para mantener el mismo nivel de desempleo. Por supuesto la diferencia es que ahora el portal estar más “bonito” e incluirá estadísticas y asesoría para convencernos de que si no hay empleo es por culpa de nuestra falta de capacitación, en suma toda una burla al pueblo trabajador que no supone un solo empleo.
Lo único en donde se supone habrá inversiones frescas es en “acelerar” la entrega de 3 mil millones de pesos para la banca de desarrollo. Sí, lo leyó usted bien, 3mil millones de pesos es lo único que todo el plan de Calderón ofrece para invertir, ello representa el 0.03% del PIB, es decir, nada, como si se echara una gota de agua en un comal ardiendo
Si hacemos una revisión el estado dejara de percibir unos 100 mil millones de pesos en impuestos, es decir le regalará a la burguesía esos montos y tan sólo invertirá 3 mil millones de pesos extra. Cabe recordar que los excedentes petroleros superaran los 200 mil millones de pesos y por supuesto lejos de reflejarse en inversión productiva se quedaran nuevamente para cubrir las necesidades de los buitres burgueses que requieran nuevos rescates.
Ante este panorama podemos hacer algunas predicciones
1.- El monto de las reservas de divisas aumentara
2.- Los burgueses dejaran de pagar aún más impuestos
3.- Los trabajadores sufrirán cubriendo lo que los burgueses no paguen
4.- La recesión no es producto de la falta de dinero o liquidez de los burgueses sino de la incapacidad del mercado para absorber la producción de bienes y servicios es decir de las mercancías, y, para mantener operando la planta productiva a un nivel pleno. Esos elemento no son contrarestados con el plan que propone Calderón y por lo tanto la crisis se expresara en cierres de empresas, crisis de deudas impagables y reducción de la actividad comercial, que como siempre los burgueses pretenderán que los trabajadores seamos lo que paguemos aunque las finanzas del estado gocen de relativa salud.
Escudados en el pretexto de la crisis los señores del gobierno trataran de lanzar más ataques, no hay de otra, tenemos que unificarnos y luchar para derribar al gobierno o este ultimo continuara con sus ataques y sus burlas al pueblo trabajador
Únete a Militante y lucha por un programa socialista, que es el único que realmente puede generar crecimiento económico combinado con bienestar social.
Industria, inversión y empleo.
Calderón y demás analistas, entre ellos el Banco Mundial, coinciden en que la economía mexicana en 2008 podrá crecer en un 3.5%. El problema es que para ese mismo año los pronósticos destacan que la economía yanqui tendrá un desarrollo prácticamente similar al del 2007, es decir de estancamiento, y difícilmente jugará un papel de estimulo para nuestra economía. Además por otro lado están las problemáticas de PEMEX y las remesas, las dos fuentes más importantes de divisas para nuestro país. Bajo este panorama resulta inimaginable una reactivación de la industria nacional que funja como un factor que empuje a la economía hacia arriba.
El sexenio de Fox representó un periodo de desmantelamiento de la industria nacional, la cual está integrada casi en un 95% por medianas, pequeñas y micro industrias. Ya entonces la patronal Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) reportaba que en los últimos 10 años, ocho de cada diez nuevas empresas habían quebrado. Para el 2004 dichas empresas ya laboraban tan sólo a una quinta parte de su capacidad productiva, es decir el 80% de su capacidad se mantenía ociosa. Este es un hecho dramático para la clase trabajadora, pues estas empresas, que para colmo de Calderón colaboran con el 52% del PIB, concentran el 72% de los empleos. A este respecto hay estudios que señalan que a lo largo de los últimos seis años las manufacturas perdieron el 17% de sus puestos de trabajo.
El periodo de Vicente Fox, en el que a pesar de haber obtenido una inflación baja se creció menos que los dos anteriores sexenio, puede ser caracterizado como el de mayor destrucción de fuerzas productivas a lo largo de la última década. Sin embargo, para el caso de Calderón, no existe alguna clase de base material firme que nos haga pensar que esta tendencia se revertirá. La perspectiva más probable es la de que en el mejor de los casos (subrayamos esto de en el mejor de los casos) las cosas continúen igual, sino es que peor. Al respecto, en este 2007 ya hay serios síntomas que por sí mismo hablan de la dirección de esta tendencia; veamos qué es lo que se ha informado a este propósito en la prensa burguesa:
a) De enero a febrero se registra una caída del 50% en gasto de capital fijo (maquinaria y equipamiento) en relación al mismo periodo del 2006.
b) De enero a marzo, de acuerdo al INEGI y a la SHCP, la producción industrial registró un crecimiento de 1.4 puntos porcentuales, traduciéndose ello en una caída del 77% respeto al mismo periodo del 2006.
c) La SHCP informa que de enero a julio la industria creció tan sólo un 0.9%, es decir prácticamente nada.
d) Para agosto se informa que la mitad de la industria de la construcción, considerada como uno de los principales motores de la economía nacional, está paralizada. Este descalabro es peor al del año 2000, el cual en su momento fue considerado como muy grave, cuando sólo se encontraba paralizada una de cada cuatro empresas de este ramo.
Una nota publicada por El Financiero del 20 de agosto pasado es bastante ilustrativa del triste periodo que vive la industria nacional: “La industria se haya en una progresiva descapitalización… a 13 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) los contrastes se observan en el comportamiento de la industria manufacturera, pues entre 1994 y 2000 tuvo un crecimiento su Producto Interno Bruto (PIB) de 5.58 por ciento; en el periodo de 2000 a 2006 dejó atrás su expansión para entrar en una fase de estancamiento, con avance marginal de 0.68 por ciento. Esta situación se mantuvo para el primer semestre de 2007, cuando el PIB de la industria manufacturera mostró una variación de 0.2 por ciento. En este contexto, las manufacturas experimentan una gradual pérdida de competitividad”.
Formalmente ante este panorama desolador, el crédito tendría que entrar como auxiliar vitaminizando a la industria. Sin embargo la realidad indica que la posibilidad de que los banqueros jueguen un papel de primer orden, más allá de medidas marginales, ante esta crisis industrial, está descartada. Las ganancias de la banca privada han sido particularmente jugosas durante ya bastantes años, encontrando en el sexenio de Fox una nueva bonanza, sin que ello se haya traducido en la conformación de una plataforma firme de financiamiento para la industria.
La sequía de créditos no es una tendencia nueva pues de 1995 a 2005 el de la banca privada se desplomó del 43 al 18% en proporción al PIB y en el caso de la banca de desarrollo por medio del BM, este desplome fue del 60%. Este fenómeno ha arrojado como resultado que, según la Coparmex, en los últimos 10 años el crédito a la mediana y pequeña industria haya caído en un 500%.
El papel de la banca demuestra su carácter especulativo y ratifica la tesis de Lenin en el sentido de que en la época del imperialismo, el capital financiero termina por subordinar al capital industrial. Una nota de La Jornada de 7 de marzo de 2006 titulada Aumentaron 257% las ganancias de tres de los principales bancos, señala que “A partir de las transferencias por más de 116 mil 100 millones de pesos que realizó el gobierno federal en 2005 a favor de cuatro bancos, tres de ellos: BBVA-Bancomer, Banamex-Citigroup y Banorte, alcanzaron una utilidad conjunta de casi 37 mil 500 millones de pesos durante el año pasado, las más altas de su historia en México”.
Pero ello no ha tenido ni el más mínimo efecto para dejar en el pasado la sequía de créditos. Esto queda claro cuando, a datos de junio del 2007, se desglosan los activos de la banca privada en su conjunto, los cuales para ese mes fueron de 13 billones 736 mil millones de pesos. De ese total, solo un billón 524 mil millones de pesos (10.9%) fueron para créditos, ocupando el segmento mas grande de esta última cantidad el crédito para consumo (dinero plástico) con un 28.3%.
En 2000 el acceso de las empresas al crédito de la banca privada ya era bajo, para esos años tan sólo el 23.7% de estas lo empleaban, pero ese porcentaje ha caído en la actualidad hasta el 16.9%.
Otra fuente de financiamiento que debería jugar un papel para oxigenar a la industria nacional es la Inversión Extranjera Directa (IED), la cual está orientada a la producción. Sin embargo, acorde a los tiempos y lo cada vez menos atractivo de la economía mexicana, este es un rubro que también demuestra un comportamiento a la raquítico e inestable.
IED 2001-2006:
Año
Promedio crecimiento anual (%)
2001
4.5
2002
2.4
2003
1.8
2004
2.5
2005
1.9
2006
6.3
Si bien 2006 representó una recuperación en el crecimiento de la IED, ello también como producto de una concesión del imperialismo a partir de la imposición de Calderón, el BM estima que al terminar este 2007 este tipo de inversión llegará a los 20 mil 982 millones de dólares, ello solamente representa un poco mas de dos mil millones en relación a un año antes en el cual estas inversiones ascendieron a los 18 mil 938 millones. Y para el 2008 esa misma institución espera que la IED nada más llegue a los 19 mil 761 millones de billetes verdes. Los resultados estimados para estos dos últimos años implican regresar a la tendencia del bajo crecimiento que la IED mantuvo durante la mayor parte del gobierno de Fox.
Además en términos de evaluar hasta dónde la IED es capaz de resarcir los daños de la industria nacional, no sería suficiente con mirar las cantidades en abstracto. La inmensa mayoría de la industria nacional es de mediana para abajo y está lejos de ser atractiva para esta clase de inversiones; por su parte la gran industria no ocupa más allá del 5% de total. La IED en su inmensa mayoría va orientada a este sector, que es de capital trasnacional o con una fuerte participación de este último.
Además de reinvertir en el sector mas desarrollado de la industria, la IED no llega a nuestro país a abrir nuevas empresas, papel que formalmente tendría que estar desempeñando, sino para adquirir parte de las ya existentes. A este fin se dedican 52 centavos de cada dólar que llegan por medio de IED.
Pero la problemática de las inversiones en México no sólo se limita a la sequía de créditos ni al pobre papel de la IED, sino que va más lejos. A todo ello, y para complicar aun más el panorama de la industria, se agrega la fuga de capitales.
Durante 2001, resintiendo los efectos de la desaceleración economía de los EU sobre México, salieron del país divisas propiedad de mexicanos para ser depositadas en cuentas de bancos extranjeros, principalmente del imperialismo yanqui, en una cantidad de 7 mil 99 millones de dólares. En 2004 esta cantidad llegó a los 4 mil 588 millones. Sin embargo esta cifra duplicó a la de 2004 y superó a la de 2001 en tan sólo un trimestre de 2006, de julio a septiembre, llegando a los 8 mil 323.6 millones de dólares. Esta última cantidad por sí misma ya supera a los 7 mil 357.7 millones de dólares que salieron tras los llamados “errores de diciembre” de 1994 que marcaron la pauta para el inicio de la crisis de 1995, la cual fue las mas profunda en la historia de México. Los movimientos de estos capitales ya son un anuncio que anticipan la tormenta económica que se avecina en México.
Pero las razones para estar preocupados no se termina ahí, otro indicador que nos habla del nivel de fugas de capital son las inversiones en el extranjero de los “varones del dinero”, las cuales representan una seria sangría para la economía nacional. Es alarmante que estos caballeros, entre quienes destacan Carlos Slim, Lorenzo Zambrano, Eugenio Garza, etcétera, durante los seis años que duró el gobierno de Fox hicieran inversiones en el extranjero superiores a los 21 mil millones de dólares. Sin embargo, ojo, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) esa cantidad crecerá “holgadamente” al terminar 2007, pues tan solo Cemex adquirió este año en 14 mil 700 millones de dólares, una empresa cementera australiana. Es decir, que la perspectiva indica que tan sólo en un año saldrá de México en este tipo de inversiones una cantidad similar a la que salió a lo largo de los seis años anteriores. Y apenas estamos hablando del primer año del gobierno espurio.
A ciencia cierta, a partir de este pandemonium, además de la concentración de riquezas, el único resultado tangible de desarrollo económico a partir de la táctica de la burguesía a lo largo de ya varios años de “neoliberalismo” ha sido el sector informal en el que los “avances” son verdaderamente escandalosos: un informe del FMI publicado por La Jornada el 13 de octubre del año pasado destaca que a lo largo del gobierno de Fox la economía informal (la cual va mas allá del comercio en las calles) se expandió hasta lograr un tamaño equivalente a una tercera parte del PIB, al alcanzar un valor de 284 mil millones de dólares.
Uno de los efectos más traumáticos de la crisis y de este abierto proceso de destrucción de las fuerzas productivas, ha sido el incremento del desempleo. A pesar de los años en que se experimentó cierto desarrollo económico gracias al auge de las exportaciones, la generación de empleos aun en esas condiciones quedó lejos de cubrir las expectativas. A lo largo del sexenio de Salinas se crearon 710 mil 720 nuevas plazas; con Zedillo esta cantidad ascendió a los 2 millones 535 mil 789 y con Fox la cifra se quedó en los 897 mil 276 nuevos empleos. En total 4 millones 143mil 785 nuevos empleos a lo largo de 18 años.
Considerando este gran total, es evidente el retroceso del empleo si tomamos en cuenta que cada año se integran al mercado de trabajo un millón 300 mil jóvenes en busca de empleo. En porcentajes, y basándonos en las cifras oficiales, de 2000 a 2006 el desempleo creció del 1.9 al 3.58%. Y de enero a septiembre de este 2007 ya se incrementó hasta el 3.87%. De acuerdo al INEGI, para mediados de este año ya había 6.4 millones de personas en el desempleo total y 11 millones en el subempleo. Bajo el contexto que hemos analizado en su conjunto, revertir esa tendencia a lo largo de 2008 se presenta como imposible.
Como una medida de la burguesía para tratar de amortizar los costes de la crisis, además de abatir los salarios y despedir a trabajadores, esta ha optado por precarizar masivamente el trabajo. Es decir, contratar a millones de trabajadores sin ofrecerles ni la más mínima estabilidad laboral y ninguna clase de prestación, incluido el IMSS. En estas condiciones laboran aproximadamente 20 millones de mexicanos.
Con el sacrificio de la clase trabajadora la burguesía está tratando de hacerle frente a la crisis, sin embargo la prolongación de ésta y las fuertes posibilidades de que se profundice, le hacen pensar que los ataques implementados hasta el momento, no son suficientes; que es necesario ir más lejos para estrujar más aun a la clase trabajadora. Después de los diferentes palmos de nariz que se llevó Fox cada que quiso atacar la Ley Federal del Trabajo (LFT), el régimen optó por archivar durante un periodo lo que se conoció como “Ley Abascal” que era la propuesta del entonces titular de la Secretaria del Trabajo y Previsión social (STPS) para reformar las leyes laborales, con el objetivo de aniquilar las conquistas restantes y de paso obtener un mayor control del Estado sobre el derecho a huelga.
La enorme polarización social de aquellos años, los cuáles llegaron a su punto mas álgido en la lucha revolucionaria del 2006, obligaron a la burguesía a suspender temporalmente sus reaccionarios objetivos sobre la LFT. Pero el deterioro de la economía se ha extendido y a estas alturas ya no les ha quedado más remedio que de nuevo plantear la necesidad de atacar a la LFT, como quedó totalmente claro a finales de octubre pasado cuando el nuevo titular de la Secretaria del Trabajo Javier Lozano Alarcón, “anunció que al final del año estará lista la propuesta de reforma laboral, que será entregada a los legisladores después de la revisión de 184 iniciativas para modificar la Ley Federal del Trabajo”. (La Jornada 261007).
Si caen los beneficios, la burguesía necesita abaratar urgentemente los costes de producción y se tiene que lazar sobre la variable que consideran más su alcance: las condiciones de trabajo. Sin embargo atacar a la LFT no es tarea fácil, menos cuando las masas recientemente han dado muestras contundentes de ya no estar dispuestas a tolerar más ataques.
El panorama es desolador para la industria, una perspectiva probable es que el cierre entre ellas se incremente. Un análisis por encima de la superficie podría hacernos pensar que este fenómeno, en un momento dado podría ir desactivando al movimiento obrero e inhibiendo las luchas de los trabajadores al perder sus empleos. Pero la realidad es más compleja y es importante mirar mas a fondo esta problemática, considerándola dentro del momento en qué se encuentra la lucha de clases. Para tener una visón mas de conjunto y poder trazar una perspectiva, hay que considerar algunos aspectos.
A finales de los años 90 el movimiento obrero entró en una etapa de recuperación que ya en aquellos años le impidió, por medio de movilizaciones, a Zedillo privatizar a la industria eléctrica; entre 2001 y 2002 la recuperación del movimiento era tal que prácticamente paralizó la política de ataques de Fox, permitiéndole avanzar, y no gracias a los trabajadores sino a los dirigentes que no estuvieron dispuestos a ir hasta las últimas consecuencia, únicamente en la contrarreforma al Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los trabajadores del IMSS; en el 2006 los mineros dan una muestra a la más alta escuela de los métodos tradicionales de lucha proletaria, particularmente los de Sicartsa, de cómo se defiende y se gana una huelga nacional; ese mismo año estallan los acontecimientos revolucionarios más importantes en décadas de historia de lucha de clases en México: a nivel local Oaxaca y a nivel nacional la lucha contra el fraude electoral. En la administración de Calderón es atacada la Ley del ISSSTE y miles de trabajadores del magisterio y de dependencias públicas, responden convocando y organizando cuatro paros nacionales.
Por supuesto que no estamos planteando un desarrollo mecánico y automático del movimiento, en el que cada semana la lucha de clases sube como espuma sin parar. Se trata de una cuestión dialéctica en la que hay alzas y bajas, con periodos de lucha más intensos seguidos de una actividad menor. Todo esto es normal, la clase trabajadora no puede estar indefinidamente luchando sin parar, sino que también se toma sus periodos de reposo para recuperar fuerzas, sacar lecciones del pasado, reagruparse y nuevamente lanzarse a la lucha. Los marxistas organización jamás hemos pensado que la clase trabajadora una vez que se lanza a la lucha, ya no para. La dinámica de la lucha de clases es de otra manera. Lo que nos interesa resaltar es, primero, que a pesar de las altas y bajas naturales, la tendencia del movimiento es hacia arriba; segundo, que la clase trabajadora ha vivido durante el último quinquenio, especialmente durante 2006, un estupendo periodo de aprendizaje y experiencia no vivido en décadas; tercero, que a pesar de que el fraude electoral se impuso y que la Ley del ISSSTE fue atacada, por citar dos ejemplos recientes, la clase trabajadora aun no recibe una derrota decisiva y desmoralizante y el estado de ánimo sigue siendo favorable para luchar.
En esas condiciones de lucha, el desarrollo de la problemática de las fábricas cerradas por la extensión, la profundización del estancamiento de la economía o de plano su colapso, perspectiva esta última que no podemos descartar si los EU entran en recesión, se puede transformar en un nuevo frente de batalla de la clase trabajadora por medio de un movimiento de la defensa del empleo a través de la ocupación de fábricas cerradas. Además un factor externo que favorece esta perspectiva, dado el ejemplo que significa, es el movimiento de fábricas ocupadas en Venezuela y otros países de América Latina.
En México bastaría una, dos, tres fábricas tomadas para que el ejemplo sea retomado por miles de trabajadores. Un movimiento de fábricas tomadas podría marcar un nuevo punto de inflexión para el proceso revolucionario que se ha abierto en nuestro país. Además, en lo relacionado a la defensa de la LFT y en contra de otros ataques, debemos mantener y levantar bien el alto la consigna de la huelga general de 24 horas.
Las finanzas del Estado.
Otro medio empleado por la burguesía como parte de su estrategia para tratar de revertir la crisis del capital, ha sido la de ir reduciendo gradualmente el déficit de las finanzas públicas. Por medio de esta política restrictiva, en la que el Estado aumente sus ingresos a la par que diminuye sus egresos, la burguesía pretende combatir la inflación y generar estabilidad monetaria, ello con la intención de además estimular las inversiones. También en este rubro, la burguesía busca pretextos para aplicar sus políticas de ataques, por ejemplo durante todo el desarrollo estabilizador (1952-1970), el déficit presupuestal fue cero o prácticamente cero, lo que no impidió una expansión de la inversión del Estado en la economía
Los avances de la burguesía en la reducción del déficit público son notorios, logrando que éste pasara del 14.7% que tenía en 1982, al cero por ciento logrado en 2006. Un primer elemento a destacar, y que es trascendente para la lucha de clases, es que esa reducción gradual se logró principalmente a partir de recortes salvajes del gasto social, la privatización de la mayor parte de la industria pública y el incremento a los impuestos cautivos como el IVA, el cual paso del 5 al 15%, y los de las gasolinas, las cuales contienen en su precio final un 50% aproximado en impuestos.
En esta política, la recaudación fiscal ha jugado un papel bastante limitado, puesta ésta en general ha experimentado durante ya varios años una tendencia a la baja, pasando del 17% en proporción del PIB de 1985, al 9.5 alcanzado en 2006. Pero además, a pesar del resultado del déficit cero, otra variable que no puede hacer sentir satisfecha a la burguesía es que si a la hora de hacer las cuentas de las finanzas del Estado se omiten los ingresos petroleros, resulta que el déficit no petrolero se va hasta el 8%, tal como sucedió en 2006 de acuerdo al FMI.
Ante la desesperación del Estado por su sed de más recursos, Calderón impulsó y logró con el apoyo del PAN y el PRI su Reforma Fiscal, la cual le permitirá recursos adicionales por 114 mil millones de pesos, equivalentes al 1% del PIB, en su primer año de aplicación. Sin embargo existe una serie de factores que hacen suponer que dicha reforma, de por sí ya limitada, tendrá un efecto más que marginal para favorecer a las finanzas del Estado. Ya mas arriba comentamos sobre la exención de impuesto para una capa de empresarios, por 10 mil millones de pesos a lo largo de 2008 para tratar de evitar que el IETU tenga efectos inflacionarios.
Además, respecto al Gasolinazo, aprobado como parte del paquete de dicha Reforma Fiscal, por medio del cual se espera recaudar 22 mil millones de pesos, éste prácticamente será anulado por las crecientes importaciones de hidrocarburos, especialmente de gasolinas. Tan solo para el 2007 se espera que se importen 10 mil millones de dólares en gasolinas.
Pero a estas contradicciones se agregan los privilegios fiscales para la clase dominante. Para ilustrar el tamaño del boquete que significan dichos privilegios, basta recordar los resultados del 2000 al 2005 en los cuales el gobierno “transfirió”, por empelar la terminología de la SHCP, a los empresarios un billón 175 mil 498 millones de pesos, cantidad equivalente al 50% de la propuesta original de egresos públicos del 2008. Esta “transferencia” se realizó por medio de la devolución de impuestos y la asignación de créditos fiscales. Y esta forma de subsidio para la burguesía, en la que no se está considerando al IPAB y al rescate carretero por ejemplo, continúa sin descanso, prueba de ello es que durante el primer semestre de este 2007 la SHCP devolvió en impuestos a la burguesía 168 mil millones de pesos.
Si todo esto no se tratara de una dura realidad que tienen que padecer todos los días las masas oprimidas, podríamos decir que las amargas quejas del gobierno sobre la difícil situación de las finanzas públicas no son más que una estupenda broma. Sin embargo no es una broma, pero sí, la política de Calderón y sus antecesores sobre las finanzas públicas refleja de manera exponencial el nivel de descaro y cinismo con que actúa la burguesía y el papel lacayo del Estado. El marxismo explica que el Estado es una herramienta al servicio de la clase dominante, en este caso de la Burguesía. La forma y la intensidad en que el Estado actúe en beneficio de la burguesía, ya sea en el terreno político o en el económico, en buena medida estará determinado por el grado de desarrollo de la nación de que se trate, el estado de la economía, el periodo en que se encuentre la lucha de clases y la relación de fuerzas entre éstas.
Así, en un contexto de una nación atrasada como la mexicana, la burguesía adquiere un carácter fuertemente parasitario respecto al Estado; carácter que se magnifica en periodos de estancamiento y crisis económica.
La debilidad de las finanzas de Estado está fuertemente relacionado con los efectos del estancamiento económico, las cuales también caen porque el nivel de consumo de las masas se reduce y por consecuencia se debilitan, por ejemplo, impuestos cautivos como el IVA; además los despidos y los cierres de empresas reducen el número de contribuyentes. Respecto a los empresarios, un caso que ejemplifica dicha situación, es en un informe del 2005 que destaca que las reservas de que disponía durante ese año el sector empresarial para el pago de impuestos, habían sufrido una recaída del 9.5%.
Del petróleo depende un porcentaje importante de los ingresos del Estado, en el 2006 esa dependencia fue del 36% del total. Esta fuente de financiamiento, por décadas enteras ha sido el principal soporte del Estado para la ampliación de sus políticas; por sí mismo este es un enorme factor de riesgo dado que el mercado petrolero es muy oscilante, con alzas y bajas de los precios, algunas muy profundas en ambos sentidos, lo cual crea una base bastante inestable para una economía como la mexicana, fuertemente dependiente de esta materia prima.
A esas oscilaciones naturales del mercado petrolero, se le agrega al hecho de que se trata de un bien finito que, como se explicó mas arriba, está llegando a sus límites. En nuestro caso un ejemplo de ello es Cantarel, principal pozo petrolero de todo México, el cual ya se está agotando. Además, para colmo de las finanzas públicas y la producción petrolera nacional, PEMEX está seriamente golpeada, hundida en deudas, a la par de una minúscula inversión del Estado para el desarrollo de su infraestructura, de tal manera que, bajo la política del régimen, está prácticamente imposibilitada para levantar cabeza y jugar como un motor más eficiente para la economía y para los ingresos del Estado. Estas contradicciones, aunadas a una menor demanda por parte de los Estados Unidos, hacen que los altos precios del barril del petróleo, que ha llegado a máximos históricos en muchos años, prácticamente no tengan un efecto positivo para las finanzas públicas, ni para la economía en su conjunto.
México es uno de los principales países productores de petróleo y en otras condiciones, con precios como los que ha alcanzado en los últimos meses y semanas el barril mexicano, el cual ha llegado incluso a los 80 dólares, se tendría que estar viviendo toda una bonanza, especialmente para las finanzas del Estado. Sin embargo esto no ha sucedido. Ya más arriba citamos informes de la SHCP y de la Administración de Información de Energía de los EU, en los que se reconoce la forma en que han caído los ingresos petroleros a pesar del caro precio del barril.
Pero un problema lleva a otro, a lo largo de la administración foxista ocho de cada 10 dólares que ingresaron por las ventas petroleras, se empelaron para el pago de la deuda pública. Mantener una base sólida para el pago de la deuda publica, es una tarea prioritaria para el Estado pues también de ello depende la estabilidad monetaria, condición para exigida por las inversiones y también para que no se encarezca más la deuda externa en pesos.
Para el primer trimestre del 2006, la deuda neta del gobierno federal llegó a los 3 billones 610 mil millones de pesos, teniendo un equivalente al PIB del 21.1%. Durante años los diferentes gobiernos han tomado medidas para abaratarla y que tenga un peso menor respecto al PIB, y cuando menos a los que se refiere a los últimos seis años, los resultados han sido pobres. Por ejemplo, el porcentaje antes mencionado es solamente 0.1% inferior al del cierre del 2006 y 1.8% menor al que se tenía en el 2000.
La deuda pública es un verdadero lastre para las finanzas de Estado, son un monstruo que nunca sacia su hambre y su sed. Tan sólo, por ejemplo, la parte que le corresponde a la deuda interna, de acuerdo a Banamex, crece a un ritmo de 925 millones de pesos diarios. También esta misma institución bancaria destaca que a septiembre del año en curso, la deuda interna del gobierno sumó 2 billones 643 mil 926 millones de pesos, representando ello un incremento anual del 20.22%.
Abstrayéndonos de otras obligaciones del gasto del Estado y sólo mirando el caso de la deuda interna pública, ya con sólo este hecho resulta evidente la enorme contradicción entre el vertiginoso ritmo con que crece este tipo de deuda y el pobre desarrollo que experimentan las finanzas del Estado. La problemática de PEMEX tiende a exacerbar esa contradicción.
Para el Estado es de vital importancia mantener unas finanzas públicas sanas no sólo porque dicho objetivo está en sincronía con su política macroeconómica, sino porque también estas son una fuente importante más para la trasferencia de capitales, lógica ineludible para un país atrasado en la etapa imperialista del capital, y para continuar subsidiando a la parasitaria burguesía nacional por medio de la devolución de impuestos, la asignación de créditos fiscales, el pago de la deuda del IPAB, la Pidiregas, el rescate carretero, etcétera.
Además, a las presiones de las finanzas del Estado se une la debilidad de Calderón que, en lo particularmente relacionado con el gasto publico, aunque sea de manera moderada, se ha trasformado en un factor que, cuando menos en el caso de la propuesta para 2008, el gobierno se vio obligado a acepar un acuerdo final en la Cámara de Diputados que supera ligeramente la propuesta original de egresos elaborada por la SHCP. Calderón y el PAN no pueden aprobar nada en las cámaras sin el apoyo del PRI. Por su parte el PRI está desesperado por posicionarse electoralmente en todos los niveles. El PRI ya está pensando en las elecciones intermedias del 2009 y sabe que su apuesta está en fortalecer las finanzas de los diferentes gobiernos estatales en los cuales, a pesar de su debacle electoral a nivel federal, tiene su principal bastión dado que aun la mayoría de estos gobiernos está bajo su dominio. Esta presión del PRI aseguró 52 mil 472.5 millones extras para los estados, por encima de la propuesta original de Calderón.
Por su parte Calderón no tuvo más remedio que aceptar esta concesión, dado que necesita salvaguardar su alianza con el PRI pues de ello dependerá en mucho que este partido esté dispuesto a colaborar con el PAN para sacar adelante contrarreformas más ambiciosas como la de la LFT o imponerle IVA a medicamentos y a alimentos, etcétera.
Esta debilidad de Calderón y del PAN, junto con chantaje del PRI, también fue aprovechada por el PRD para presionar y elevar el gasto que finalmente se presupuestó en educación, salud, el campo, desarrollo social e infraestructura hidráulica y carretara. Para estos rubros en su conjunto se logró un egreso adicional en total de 190 mil 320.8 millones de pesos. Realmente esta suma extra representa demasiado poco para resarcir el enorme retroceso que ha sufrido el gasto social a lo largo de ya casi 30 años de constantes recortes; siendo francos existen muy pocas razones para que los diputados del PRD estén contentos con lo que ellos consideran un triunfo. Sin embargo este pírrico avance provocó una reacción colérica de parte de la fracción parlamentaria del PAN, a tal grado que 60 diputados de este partido se revelaron contra el coordinador de su fracción, Héctor Larios, por haberle dejado toda la iniciativa al PRI en la resolución del gasto público del 2008 y amenazaron con votar en contra de dictamen. Finalmente una intensa labor de cabildeo de última hora, ayudó para que solamente seis panistas cumplieran su amenaza votando en contra.
¿Qué es lo que refleja el pánico y la histeria de esta capa de diputados panistas? Los egresos adicionales logrados por las presiones del PRI y el PRD verdaderamente están lejos de ser una cantidad estratosférica ¿Por qué armar esa clase de revueltas? Si miramos por encima de la superficie esta situación, podríamos llegar a la conclusión de que no hay nada que justifique lo que pasó entre la fracción parlamentaria del PAN. Pero si miramos un poco de más de fondo las cosas, la histeria de estos panistas expresa la difícil situación en la que se encuentran las finanzas públicas, para las cuales unos cuantos pesos de más se transforman en un severo dolor de cabeza. Pero a la vez esta contradicción también refleja el carácter de la época en que se encuentra el capitalismo mundial y el atrasado capitalismo mexicano, hundidos en una crisis orgánica, en el cual para los beneficios de la burguesía cada peso y cada dólar valen demasiado. Se trata de una época en la que la burguesía y su Estado se ven obligados a pelear con uñas y dientes cada centavo, siendo ésta una condición que le cierra el paso a los reformistas y su programa.
La época dorada para el reformismo ha quedado en el pasado, la crisis orgánica del capitalismo ha hecho imposible que ese capítulo se repita. Las condiciones materiales de la sociedad contemporánea no le han dejado otro camino a la humanidad más que el de la disyuntiva trazada por Engels: socialismo o barbarie. Dicha disyuntiva le abre un panorama bastante favorable a los marxistas, no visto antes en la historia del capitalismo. Incluso más favorable por mucho al contexto internacional y nacional en el que los bolcheviques desarrollaron su lucha, hasta llevar al proletariado ruso al poder en 1917.
Dichas condiciones son más favorables no sólo por la bancarrota del capitalismo y su incapacidad de ofrecer reformas que le permitan comprar la paz social, sino porque el proletariado en todo el mundo, incluido el mexicano, está más desarrollado que nunca. En realidad el capitalismo mundial y el mexicano son un cóctel en extremo volátil que en cualquier momento estallará en un sentido u otro, y decimos que en un sentido u otro porque por muy profunda que sea la crisis del capitalismo mundial y por enormes que sean sus dificultades para poder desarrollar las fuerzas productivas (Marx explica que el capitalismo sólo se puede reproducir bajo la condición de un constante desarrollo de las fuerzas productivas), no existe la crisis final y última del capitalismo. O los trabajadores toman el poder o la burguesía recobra el control de la situación, empujando al proletariado a una etapa de mayor barbarie.
Así, frente a esta contradicción, el papel del factor subjetivo, el del partido revolucionario, adquiere una doble relevancia, porque la historia demuestra que no basta la disposición del proletariado para terminar definitivamente con la situación de explotación y opresión que vive, sino que además hace falta una guía que le ayude a canalizar esa disposición en dirección a su tarea histórica que es la eliminación del capitalismo y la construcción del socialismo. Esa guía solo puede ser un partido con un programa socialista que esté fuertemente incrustado en el movimiento obrero y sus organizaciones tradicionales. En estos momentos, esta última, la construcción del partido, es la tarea más importante de los revolucionarios que integramos la Tendencia Marxista Militante.
Tan sólo mirando el estado de las finanzas públicas y sus contradicciones, el panorama sólo permite pensar en que conforme se agudice esa problemática a la burguesía no le quedará mas remedio que lanzar ataques mas profundos por medio, por ejemplo, de la implementación del IVA para medicamentos o alimentos, tratar de privatizar al sector energético y tirar lo que ellos consideran “lastre”. No referimos en este último caso las pensiones.
Ya en 2006, después de que los trabajadores del IMSS ya habían recibido el ataque a este respecto, la deuda del Estado por el sistema de pensiones ascendía a un equivalente del 116% del PIB. Con el reciente ataque de este año a la Ley del ISSSTE, ese porcentaje se reducirá en algo a partir de 2008 cuando entre en función la nueva ley, pero realmente no tendrá un efecto significativo para oxigenar las finanzas del Estado. Por ello tarde o temprano el régimen no tendrá más remedio que ir con todo contra el sistema de pensiones público, el cual es una enorme carga para el gobierno.
En los datos del 2006, de ese porcentaje total las pensiones del ISSSTE equivalieron al 45% del PIB, las del IMSS al 25%, las de estados y municipios al 25%, las de PEMEX y CFE juntas al 7%, las de universidades públicas al 1.3% y las de la banca de desarrollo al 0.3%.
De acuerdo a la lógica de la burguesía, el Estado tiene que hacer algo con esto que considera un peso muerto. Siendo ello así, la burguesía, conforme las presiones de las finanzas públicas se incrementen, se verá obligada a tratar de ir más lejos de lo que hasta el momento ha ido en el caso del sistema público de pensiones, creando mayores tensiones y sentando las bases para nuevas luchas.
Concentración de riqueza
La rapiña de la burguesía es insaciable, una constante bajo el capitalismo es la tendencia hacia la concentración de capital. Efectivamente, el capitalismo está bajo una crisis orgánica y muchas empresas se arruinan, pero ello no quiere decir que todos pierdan. Por ejemplo, mientras que en 2001 quiebra Enron, quien fuera la séptima empresa más importante de todo los EU, y en 2004 sucede lo mismo con WorldCom, considerada esta en su momento la quiebra empresarial más importante de toda la historia del imperialismo yanqui, al mismo tiempo Pfizer, en 2002, compra Pharmacia en 64 mil millones de dólares; lo mismo hace en 2003 The Bank of America con su competidor FleetBoston Financial, adquiriendolo en 47 mil millones de dólares y, ese mismo año, Olivetti compra Telecom Italia con 27 mil 835 millones de dólares.
Vivimos un periodo descomunal de concentración de capital. Para explicar gráficamente este fenómeno, basta destacar que en el caso del mercado del software, entre 1992 y 2006 firmas como Oracle adquirieron 59 empresas; IBM se hizo de 61 y Microsoft de 77. Este proceso de concentración de capital y riquezas por medio de las fusiones empresariales es bastante enérgico, tan sólo en 2006 se destinaron capitales a escala mundial con dicho objetivo por 3.79 billones (millones de millones) de dólares, superando en un 38% mas al dinero empelado para adquisiciones en 2005.
México no ha estado exento de este fenómeno. En nuestro país no sólo, por ejemplo, prácticamente todos los bancos se han fusionado (o sea, han sido adquiridos por...) con la banca trasnacional, sino que además se ha logrado engendrar una puñado de empresarios y banqueros (los “varones del dinero”) los cuales han acumulado una enorme fortuna, a tal grado que ya se han podido disputar codo a codo, en el mercado mundial de fusiones, algunas empresas al capital trasnacional, esto fuera o dentro de nuestro país.
Por ejemplo el Grupo Carso, de Carlos Slim, hasta hace algunos meses ya era dueño de CICSA, Cigatam, Telmex, Telnor, Comertel Argos, Red Uno, Uninet, Sanborns, América Móvil, Sears Roebuck,, Saks Fifth Avenue, Telcel, Dorian's, Inbursa, Compusa, Volaris, Mixup, Claro Codetel, ITESCA, Ferretería Fuller, entre otras. Y una reciente adquisición es Supercanal, la segunda televisora por cable más importante de Argentina.
Otro caso es el del Grupo Cemex, el cual ya en 2005 tenía empresas distribuidas en 50 países y recientemente adquirió la cementera australiana Rinker.
El proceso de concentración de capital es inaudito en la historia de nuestro país, ya el año pasado se anunciaba que el 0.15% de la población mexicana poseía activos en la Bolsa de Valores equivalentes al 30% del PIB. En este año, de acuerdo a La Jornada del 14 de junio, ahora el 0.17% de los mexicanos acumulan una fortuna equivalente al 40% de PIB. Y como otro resultado que ratifica esa tendencia, está el caso de Carlos Slim el cual, en agosto de este 2007, ya fue clasificado por la revista Fortune como el hombre más rico del planeta con una fortuna superior a los 60 mil millones de dólares, cantidad equivalente al 7.2% del PIB nacional.
Contradictoriamente a este proceso que ha generado fortunas cuantiosas en poco tiempo para algunos cuantos, el grueso de los mexicanos tiene que estar padeciendo los efectos de una economía que, incluso en los periodos de recuperación como fue la segunda mitad de la década de los años 90, no ha sido capaz de solucionar prácticante nada en los niveles de bienestar, sino todo lo contrario. Esto queda de relieve en el informe de agosto pasado, mismo mes en que Slim alcanza su nuevo estatus entre los millonarios, en el que Banamex señala que “después de una década, en 2006 el ingreso monetario de los hogares mexicanos pudo rebasar en uno por ciento al nivel que tuvo el año previo a las crisis de 1995”. En otros términos, dicho avance se tradujo en prácticamente nada.
Este resultado por sí mismo contrasta con cualquier clase de informe que señale que la pobreza ha disminuido en México. El año pasado las cifras oficiales reconocían a 50 millones de mexicanos en la pobreza, pero algunos otros analistas señalaban que esta cantidad llegaba a los 60 o, incluso 70 millones. Mirando el panorama económico de nuestro país, no existe absolutamente nada que represente algún cambio como para poder afirmar que la pobreza masiva ha perdido terreno.
En buena medida los ataques constantes a los niveles de vida a lo largo de casi tres décadas, conforman la base material sobre la que, por debajo de la superficie, se fue acumulando a lo largo de varios años la frustración y rabia de las masas que encontró finalmente un cause para salir a flote y manifestarse en los estallidos revolucionarios del 2006.
Sin embargo, de cara al proceso revolucionario que se ha abierto en nuestro país, en cuanto a la base material de la sociedad no existe ningún cambio serio para pensar que los acontecimientos en la lucha de clases podían adquirir alguna cause en sentido opuesto. La única promesa segura del panorama económico de México es la de una mayor polarización social.
escrito por CLEP-CEDEP, Puebla
martes, 04 de marzo de 2008
El pasado 20 de febrero, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla, los miembros del CLEP-CEDEP (Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico-Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública) realizamos una Conferencia sobre “La privatización de PEMEX y la Educación Pública”. Contamos con la asistencia de alrededor de 150 estudiantes y profesores universitarios a quienes les planteamos la necesidad de organizarnos y conformar el Comité Universitario en Defensa del Petróleo.
La privatización de PEMEX
Contamos con la participación del Ingeniero Armando Etcheverry, miembro del Comité de Energía del Gobierno Legítimo de Andrés Manuel López Obrador quien expuso con datos precisos cómo desde la época de Carlos Salinas de Gortari, el sector energético del país fue sometido a una transformación interna para lograr su privatización. Expuso que actualmente existe tres tipos de reservas en el país: las probadas, cuya estimación asciende a 17 mil millones de barriles; las probables, que tienen un margen de error del 50 por ciento y se estiman en 15 mil 800 millones; y las posibles, las cuales pueden no existir, que suman 13 mil 400 millones. De acuerdo con estas cifras hay alternativas para obtener más hidrocarburo sin la necesidad de recurrir a la privatización.
Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional
Al final de la conferencia hicimos el llamado a los universitarios a organizarnos para luchar por defender nuestro derecho a la educación pública y contra la privatización de PEMEX. La respuesta fue excelente por parte de los estudiantes que asistieron a una Asamblea que convocamos para el siguiente día con la intención de conformar formalmente el “Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional”.
Iniciamos la asamblea con la presentación del CLEP-CEDEP, explicando que somos una organización democrática integrada por jóvenes de diversas instituciones de educación superior del país como el IPN, la UNAM, la UAM y la UAP, entre otras, que luchamos por nuestro derecho a una educación pública, gratuita, democrática, de calidad y por un puesto de trabajo digno al terminar nuestros estudios, y que aspiramos a construir una organización nacional de estudiantes y con un carácter de clase.
Después de debatir en torno a lo anterior se llegó a la conclusión de que el actual sistema económico y el régimen político que lo sustenta es la causa de los ataques a nuestros derechos como jóvenes y trabajadores, por eso era necesario organizarnos para unificar acciones y defender nuestro derecho a la educación pública, gratuita, democrática y de calidad, implicado en la defensa del patrimonio nacional (PEMEX y CFE), y todas las conquistas sociales de la clase trabajadora en nuestro país. Así que nos pronunciamos contra la privatización de PEMEX, CFE y la Educación Pública; el “gasolinazo”, el TLC y la contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo.
También se conformaron las comisiones de prensa y propaganda, finanzas y enlace, para darle cierta estructura mínima al Comité y así poder realizar organizadamente las actividades que se vayan planificando (inicialmente periódicos murales informativos). Teniendo claro que es importante seguir informándonos y debatiendo sobre la actual situación que se vive en nuestro país y la mejor forma de apoyar, como estudiantes, las diversas luchas de los trabajadores, que es una misma.
¡Únete al Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional, al CLEP-CEDEP y lucha con nosotros!
Unidos y organizados… ¡Venceremos!
escrito por Rubén Rivera
martes, 04 de marzo de 2008
¡Viva la familia!, proclama la propaganda burguesa. Incluso hasta han inventado el famosos “día de la familia” según el cual hay que programar un día a la semana para reunirse y convivir.
No hay duda que en el fondo de lo que se trata es una ofensiva ideológica que tiene como objeto promover al conjunto de los trabajadores los valores hipócritas de la burguesía más reaccionaria.
La burguesía genera explotación, desempleo, hambre, desesperanza. Los padres tienen que buscar el sustento diez o doce horas diarias. En las colonias populares no existen suficientes guarderías, para los burgueses son más importantes los centros comerciales que lugares para el esparcimiento y el deporte. A todo ello los medios de comunicación burgueses no dejan de difundir imágenes de éxito inalcanzables para la mayoría de la población generando elementos para la consiguiente frustración individual. Los medios de comunicación exigen que los trabajadores dediquemos un día a la familia pero en la oficina, en el taller, en la industria nos amenazan con despido si osamos pedir ese tiempo libre “para la familia”. Así que incluso en este rubro la cuestión de la familia es una cuestión de clase.
Pero no es todo, sumado a todo esto hay una feroz campaña en contra de lo que parece “diferente”. Los medios de comunicación no escatiman esfuerzos para promover la famosa “cultura de la vida” que no es otra cosa que una brutal agresión contra los derechos democráticos especialmente de las mujeres trabajadores y su derecho a decidir sobre cómo, cuándo y en qué condiciones procrear.
Además de todo ello, la derecha exige directa e indirectamente que la familia sea tal y como considera que debe ser. Según ellos una familia que no esté formada por padre, madre e hijos es “anormal”, lo cual es exactamente lo contrario si observamos el número de casas dirigidas sólo por la madre soltera o parejas del mismo sexo.
La burguesía ha destruido las bases de la familia tradicional pero exige que los trabajadores adopten el esquema de la familia tradicional, en el fondo realmente no se trata más que de una cortina de humo para ocultar problemas sociales que originan la actual descomposición social y por supuesto desviar a las masas de las reales soluciones.
Los trabajadores debemos dar un combate frontal contra esta serie de prejuicios que sólo pretenden evitar que nos movilicemos y luchemos contra el sistema, al mismo tiempo no debemos ni podemos permitir que la burguesía justifique la opresión y represión contra todo tipo de expresiones humanas diversas.
En el caso de las uniones conyugales de distinta índole, todas ellas deben ser defendidas en la medida que responden las distintas necesidades humanas, ponerle un esquema fijo es sin duda establecer límites que sólo pueden ser establecidos por los participantes de dichas uniones. Como socialistas consideramos al contrato civil matrimonial como una supervivencia innecesaria, pero defendemos el derecho de que el factor fundamental para contraerlo sea la voluntad de los participantes.
El aborto, por ejemplo, no es más que la expresión de que el capitalismo enfrenta a la mujer a un callejón sin salida. Debemos defender el derecho de las mujeres a decidir interrumpir su embarazo en las mejores condiciones existentes. Nadie pude simpatizar con el aborto, pero es más bien un efecto que una causa, en donde la mujer es la única víctima.
¿Cuál es el futuro de la familia?
En realidad no existe ahora y en el pasado un esquema fijo al que podamos llamar la “familia normal”. La sociedad conforme ha ido desarrollando sus formas de producción y asociación ha modificado tanto su significado como su composición. Derivado de la sociedad de clases se ha impuesto un esquema familiar que pretende reproducir los roles de la sociedad en general y en este marco el papel subordinado de la mujer es prácticamente el único que se podría considerar común en las sociedades de clase. Con el desarrollo industrial y tecnológico las limitaciones de la mujeres tienden a desaparecer, su intervención en los diversos campos del proceso productivo ha roto un muro que la condenaba al papel tradicional en el seno familiar, ese es el aspecto más importante de la actual crisis en la familia tradicional. Crisis que a nuestro punto de vista no se tiene que ver como un problema sino como un síntoma de que es necesaria una transformación social que permita un nuevo marco en donde la participación de los trabajadores y trabajadoras sea realmente equitativa.
Los socialistas siempre hemos insistido que la solución de esta problemática se centra en la conversión de las tareas y responsabilidades domésticas en tareas y responsabilidades del conjunto de la sociedad. No obstante, esto no implica, como en el caso del estado, que de la noche a la mañana, cuando sea derribado el capitalismo los seres humanos amanecerán de pronto con un nuevo tipo de familia y libres de toda explotación. Semejante idea es más parecida a las esperanzas del paraíso que a la vida real. Lo que si podemos decir es que con la destrucción del capitalismo se sentarán las bases para una lucha verdaderamente fructífera para la trasformación de la familia, la cual avanzará en su composición no en función de tal o cual idea preconcebida sino dependiendo de la creatividad y potencial que, liberados de las trabas de la burguesía, podrán desarrollarse hasta donde ahora no podemos ni imaginar.
escrito por Pascual Betancourt
martes, 04 de marzo de 2008
La diferencia entre el marxismo y el reformismo no consiste en la "aceptación" o no de las reformas (simplemente planteando la cuestión se ve su patente absurdidad). Por un lado, está el hecho de que sólo pueden conquistarse reformas serias mediante la movilización de la clase obrera en lucha contra los capitalistas y su Estado y, por otro, que la única manera de consolidar los logros alcanzados por los obreros y garantizar todas sus necesidades es mediante la ruptura del poder del Capital y llevando a cabo la transformación socialista de la sociedad.
Alan Woods, Bolchevismo: El camino a la revolución
Este mes de marzo serán las elecciones para la dirección del PRD. Ahora como nunca es fundamental que esta organización tradicional de masas se erija a la altura que los acontecimientos actuales demanda: Ante la imposición después del fraude, que como consecuencia ha traído una política cada vez más virulenta contra nuestra clase, nuestra tarea primordial, una tarea ineludible e insalvable es la de derrocar a FeCal.
La vigencia de la lucha por el socialismo
Encinas decía en un debate el 3 de febrero: “...Nosotros dejamos atrás... Nosotros optamos por dejar atrás muchos de los viejos de los dogmas de la izquierda y optamos por la vía de la democracia, dejamos atrás la vía de la revolución y de la dictadura del proletariado... estoy convencido de que nadie en este partido está replanteando la vía de la violencia, es decir, la vía revolucionaria”1.
Sin duda la caída del bloque soviético fue una conmoción terrible para una enorme capa de militantes del movimiento obrero. La andanada de la burguesía contra el marxismo y la lucha por el socialismo se apuntaló de un argumento absolutamente falso: la caída del bloque soviético no era ninguna prueba de la inviabilidad del socialismo como modelo. Lo que había sucumbido por su propio peso era un aparato burocrático que al dejar de jugar algún papel mínimamente progresista impulsando la economía planificada y por el contrario, al convertirse en un lastre, colapsó. Es correcto rechazar las tradiciones burocráticas que terminaron por echar tierra a la revolución bolchevique, triunfante de la clase trabajadora del siglo pasado, pero incorrecto es también identificar a esta degeneración con la verdadera lucha por el socialismo: la lucha por arrancar el poder político de la burguesía, inventando terceras vías o nuevos socialismos de nuevos siglos. A los marxistas se nos critica el siempre proponer la misma solución desde hace más de siglo y medio. El detalle está en que desde hace más de siglo y medio vivimos el mismo viejo problema. No hay vuelta de hoja: ellos tienen el control de lo que nosotros producimos y he aquí los resultados. No lo podemos soportarlo más.
Claro que sí queremos la vía revolucionaria: una revolución es cuando las masas adquieren conciencia de sí mismas y además, esta conciencia la aplican en su vida cotidana, lo cual, en un proceso revolucionario no puede converger a otra cosa que a la toma del poder por parte de nosotros. ¿Eso será un proceso violento? ¿Se le está invitando al lector a ponerse un parche en el ojo y salir con un cuchillo entre los dientes echando tiros a diestra y siniestra? Por supuesto que no. La burguesía mexicana está más débil que nunca. Tomar el poder es una tarea relativamente sencilla siempre y cuando se asuma una política firme al respecto. Repetimos: mientras más organizados estemos, ya sea en nuestras organizaciones tradicionales de masas o fuera de ellas (pero principalmente dentro de ellas), más reduciremos la virulencia con la que puedan responder todas las alimañas parásitas de la sociedad que no nos dejan crecer2.
Sólo una salida
La próxima dirección del PRD tiene que llegar flamante, llena de vigor y con la mente despejada para asumir las tareas del próximo periodo. Necesitamos avanzar y para avanzar, necesitamos dejar de retroceder. La imposición del chaparro fue un retroceso que hemos pagado caro con el incremento al precio de la vida, el aumento a la represión, etc., etc. El primer paso es quitarnos al espurio del camino. El mejoramiento (o al menos, frenar el deterioro) de nuestro nivel de vida pasa directamente por el derrocamiento de FeCal. PRD, CND, Gobierno Legítimo y sindicatos deben llamar a y preparar una huelga general que finalmente tumbe de la silla a ese payaso. Simplemente decir que es un payaso o burlarse de él o estar cierto de su ilegitimidad no es suficiente, de palabras, hasta la burguesía se come un taco. Es necesario poner en práctica una política revolucionaria de frente único entre todas estas organizaciones para asestar el golpe mortal a través de una huelga: método pacífico y muy efectivo, siempre y cuando se prepare, siempre y cuando se den pasos adelante: fechas concretas, actividades locales de preparación.
Los militantes más comprometidos del PRD han jugado y siguen jugando en la historia contemporánea un papel ejemplar de dedicación, sacrificio y esmero. No se puede esperar menos de la dirección de nuestro partido.
¡Por un PRD con un programa socialista!
¡Para derrocar al espurio, huelga general!
¡Únete a Militante para luchar por las dos consignas anteriores!
escrito por Rodrigo Cruz
martes, 04 de marzo de 2008
Bajo el capitalismo, el derecho más básico que tenemos los trabajadores es el derecho al trabajo. Con la propuesta de reforma laboral, que el gobierno del espurio está impulsando por mandato de empresarios y banqueros, ese derecho básico es atacado una vez más, llevando a la clase trabajadora a una situación aun más insoportable. Si en el pasado las luchas obreras han logrado frenar la iniciativa, hoy más que nunca la unidad será fundamental para volverlo a lograr y más aun para construir un movimiento que derroque este sistema de miseria y explotación.
Desde el pasado Gobierno y ahora con Calderón los empresarios han trabajado arduamente en lograr una reforma laboral. En el pasado, Carlos Abascal entonces secretario de Trabajo y Previsión Social, fue el encargado de presentar esta iniciativa que a todas luces significaba un intento más de la burguesía por explotar a la clase trabajadora. Fueron las grandes movilizaciones de sindicatos, las que permitieron echar atrás la intentona. Esto constituyo una de las grandes victorias del movimiento obrero en el periodo de Fox. Sin embargo por la via de los hechos y de manera paulatina se han venido aplicando esta reforma que en su momento adquirió el nombre de la “ley Abascal”.
Uno de los resultados de ello, es que por ejemplo hoy día la subcontratación es una práctica regular que todo mundo sufre. En un informe reciente, se plantea que seis de cada diez trabajadores actualmente trabaja bajo la política de subcontratación o en puesto de trabajo informal. Sin ningún derecho laboral, seguro social, antigüedad etc. Pero esto solo es parte de las políticas laborales. Otras más las podemos ver en lugares como las maquilas en donde una mujer que se embaraza es inmediatamente despedida sin siquiera darle las gracias. En otros lugares, el tiempo que un trabajador ocupe para ir al baño en sus horas laborables, se le descuenta de su salario. Todas ellas no son, sino un conjunto de políticas para extraer mayores riquezas de los trabajadores, explotar hasta un límite extremo. Con ello el capitalismo una vez más no puede ni siquiera satisfacer las necesidades más básicas; el trabajo bajo el capitalismo es el derecho más básico para las amplias masas, sin embargo como vemos día a día se ataca más este derecho.
La “nueva” reforma laboral
En los últimos meses, la crisis de la economía estadounidense ha prendido los focos rojos. Aunque Calderón afirme que nuestro país esta blindado contra tal hecho, la realidad es que seremos duramente golpeados. Ante ello y para mantener su cuota de ganancia, los empresarios han empujado con fuerza la nueva reforma laboral, pomposamente llamada “iniciativa de los sectores”. Su contenido no difiere en esencia de lo que entonces impulso Abascal “contratos individuales de trabajo, para que se establezca contratación “por temporada” o “a prueba”; esquemas para que los patrones y empleados “puedan convenir la ampliación de la jornada diaria”, y cambios en la operación de las juntas de conciliación y arbitraje para que, por ejemplo, se reduzca de 90 a 45 días el plazo para que caduquen los juicios laborales”. Además de ello plantea una “nueva” relación entre el patrón, los órganos de conciliación y los trabajadores, dando como resultado un ataque a los derechos sindicales ganados por décadas de luchas.
Por un frente único
Calderón ya busca la forma de aprobar dicha reforma por vía “fast track”, sin discusión, para lograr el mayor beneficio posible. Sin embargo la última palabra nunca se dice en las cámaras de diputados o senadores, sino en las calles con la huelga y la organización de los trabajadores. Este ataque de consumarse significará poner a la clase obrera en una indefensión insoportable con condiciones parecidas peores a las de un esclavo. La acciones de los sindicatos y PRD debe ser inmediata, en conjunto se debe llamar a la huelga general, no basta con declaraciones y conferencias de prensa, se necesita pasar a la acción ya. Solo la unidad en acción permitirá derrocar la política de miseria y hambre a las que nos quieren condenar los capitalistas.