Nacional

escrito por Militante lunes, 10 de marzo de 2008 Perspectivas económicas. Mercado externo y petróleo Después de la oleada revolucionaria en México del 2006, la burguesía logró mantenerse en el poder e instalar un nuevo gobierno del PAN con Calderón al frente, pero en un contexto bastante volátil tanto en lo político como en lo económico. En ambos terrenos existen serios elementos que debilitan a Calderón y su gestión, traduciéndose ello en el escenario menos deseado por la clase dominante. El costo de dicha situación podría ser muy alto para los banqueros, los empresarios, así como para sus esbirros del PAN y del PRI. Para nadie es un secreto que la economía mexicana está fuertemente atada al ciclo económico del imperialismo yanqui. El auge económico mexicano de la segunda mitad de los años 90 tuvo como su principal resorte el boom que durante aquellos años experimentó el capitalismo de los Estados Unidos (EU), transformándose esta nación en el principal destino de las exportaciones de todo el mundo, incluidas las mexicanas. La inmensa capacidad de imperialismo yanqui para atraer exportaciones mexicanas creó una bonanza para la burguesía nacional, bonanza que en aquellos años aparentaba, a los ojos de los economistas burgueses, ser ilimitada. Hablamos de años en los que nuestro país en poco tiempo se transformó en la décima potencia importadora de todo el planeta. La vecindad con la potencia del norte fue bien capitalizada por la burguesía. Sin embargo esa historia culminó en el año 2000 cuando los EU llegaron a la cúspide de su crecimiento en el anterior ciclo alcanzando un crecimiento del PIB del 5% para después, en el 2001, lograr un raquítico desarrollo del 0.3%. Los efectos del fin de este boon de los EU, en el caso de México se tradujo en caer del 7% alcanzado por el PIB en 2000 al 0.3% logrado un año después. La caída de la economía yanqui tuvo profundas secuelas sobre la mexicana a lo largo del todo el gobierno de Vicente Fox, derivando en el sexenio con menor crecimiento considerando los dos últimos gobiernos priístas: mientras que la economía a lo largo del gobierno de Salinas creció en un total de 3.90%, en el caso de Zedillo, logró un 3.52%, y ya bajo la primera administración panista el PIB se desarrolló apenas un 2.2%. El resultado logrado en los años del gobierno de Fox nuevamente ratifica la fuerte dependencia de nuestro país respecto a los acontecimientos económicos del gigante del norte, pues a pesar de la recuperación experimentada por esta última potencia en los años posteriores a la grave recaída de 2001, logrando su punto máximo en 2004 con un desarrollo del 4.4 para después nuevamente caer hasta lograr un 3.4 en 2006, el desarrollo alcanzado por el imperialismo no fue suficiente para jalar tras de sí a la economía mexicana, dando como resultado el que el sexenio de la administración foxista haya sido de crisis y estancamiento económico, todo ello producto en buena medida del severo repliegue de las exportaciones nacionales Pero hoy en día las cosas pintan peor para las exportaciones mexicanas, principal motor para la economía mexicana desde hace ya varios años. Las perspectivas para el PIB yanqui de este 2007 lo ubican en un 2%, cifra menor a la lograda un año antes. Pero de acuerdo el Fondo Monetario Internacional (FMI) las cosas prácticamente no cambiarán en 2008, pues la perspectiva trazada por este organismo en relación al PIB gringo para ese año se ubica en un crecimiento del 2.1%. Pero otro foco de preocupación es el de la competencia China, ya en el 2002 el gigante de Asia le arrebató a México el segundo lugar como principal exportador a los EU y hoy amenaza seriamente en desplazar a Canadá como el principal exportador al mercado yanqui. Cada paso al frente de China a este respecto, inevitablemente implica la pérdida de terreno para México. La desaceleración norteamericana principalmente, pero también la competencia china, explican en buena medida el que las exportaciones mexicanas a los EU hayan pasado del 90 al 80%, de acuerdo a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) A estas alturas las complicaciones del mercado externo ya muestran serios signos de alarma, pues tan sólo de enero a septiembre el déficit comercial mexicano ya llaga a los 7 mil 690 millones de dólares, cantidad bastantes veces superior al déficit del 2006 durante el mismo periodo de meses el cual llegó a los mil 912 millones de dólares. A tres trimestres del año se ve bastante difícil revertir esta tendencia, misma que se bosqueja cundo menos como similar para el 2008. Durante años el fuerte de las exportaciones mexicanas ha sido el petróleo, sin embargo las cosas han cambiado. A pesar de la caída de los precios internacionales de crudo experimentado en los últimos meses del año pasado, estos lograron recuperarse hasta llegar a nuevos máximos históricos, cotizándose el precio internacional el pasado 6 de noviembre en 96.7 dólares, jalando hacia arriba la mezcla mexicana la cual finalizó esta jornada con un precio de 80.07 dólares por barril. Sin embargo esta tendencia al alza, que ya ha superado por muchos dólares a los máximos históricos logrados el año pasado, y que ya lleva bastantes meses no se ha traducido en ningún beneficio significativo para México, pues a pesar de dichos precios del petróleo el déficit comercial se incrementó significativamente de un año para otro. De acuerdo a un informe de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) de los EU, los ingresos a nuestro país por ventas petroleras al imperialismo yanqui entre enero y junio de este año, cayeron 13.1% en relación a lo logrado durante el mismo periodo del 2006. Durante los primeros siete meses del año pasado nuestro país alcanzó a partir de esas exportaciones a los EU la cantidad de 18 mil 163 millones de dólares, mientras que en ese mismo lapso del 2007 sólo alcanzó la cifra de los 15 mil 772 millones de billetes verdes. La explicación de acuerdo a la EIA se debe al hecho de que la exportación de petróleo mexicano a suelo yanqui cayó de los 339 millones de barriles enviados durante esos meses en 2006, a los 300 millones. Además, por otro lado, estos altos precios tampoco se han traducido en mayores ingresos para las finazas del Estado, por el contrario, por tomar como parámetro el tercer trimestre del año en curso, un informe de la SHCP destaca que en ese periodo los ingresos públicos cayeron 4.6% debido a una menor producción y exportación de petróleo. Este resultado ratifica la tendencia marcada ya antes y expuesta en el informe de la EIA. Las cosas han llegado a tal grado que un informe del Banco de México (BM) publicado el 3 de octubre por La Jornada, destaca que de enero a agosto del 2007 las remesas, a pesar de presentar ya un ritmo de crecimiento bastante bajo en relación al pasado, se transformaron en la principal fuente de divisas para nuestro país, desplazando de ese sitio históricamente ocupado por el petróleo. Efectivamente, guiados por una cada vez menor capacidad de producción a escala internacional (el Centro de Análisis de la Extinción Petrolera con sede en Londres destaca que la producción mundial llegará a su punto mas alto en los siguientes cuatros años para después entrar en una situación de decadencia “cada vez mas pronunciada”; una postura similar sostiene Chris Skrebowski, director de Petroleum Review, quien pronostica que el clímax de la producción mundial de petróleo llegará en 2011) la cual a su vez está seriamente presionada por la voracidad de petróleo por parte del enérgico desarrollo de China e India, los precios del crudo se han ido a las nubes, también impulsados estos por el contexto de una mayor inestabilidad de la diplomacia mundial que tiene como epicentro a Oriente Medio (el cual ha visto recrudecer su crisis a raíz de los conflictos con Irán, nación que genera cuatro millones de barriles de petróleo diario, y las preocupantes amenazas de intervención de las potencias imperialistas contra dicha nación islámica) Lo normal es que bajo este panorama de precios altos, un país petrolero como lo es México se habría visto beneficiado, pero esto no ha sido así. La burguesía y el Estado están pagando los platos rotos por su política de ya bastantes años de abandono y saqueo de PEMEX. Por supuesto que la caída de las exportaciones petroleras a los EU de los últimos meses, también refleja una menor demanda de ese país a partir de su menor ritmo económico y las implicaciones que tienen una oferta de crudo con precios que ya se aproximan a los 100 dólares. Desesperado ante este hecho, Calderón optó por reducir unilateralmente los precios del petróleo mexicano para sus clientes en EU a partir de septiembre pasado, con descuentos que irán de los 40 a 80 centavos de dólar por barril. Con esta medida la sacrificada PEMEX dejará de percibir en promedio unos 36 millones 511 mil 500 dólares mensuales. (La Jornada 110807). Sin embargo los problemas de las exportaciones petroleras mexicanas no se explican únicamente por la combinación de precios altos y un menor ritmo de la economía de los EU, si bien estos factores son importantes también lo es el hecho de que la capacidad de producción de Canterell, principal planta de producción de PEMEX y ubicada en la Sonda de Campeche, está en decremento afectando seriamente la capacidad total de la paraestatal. De acuerdo a la EIA, la producción mexicana durante 2007 retrocederá hasta los 3.6 millones de barriles diarios, ratificando la tendencia a la baja ya registrada desde el 2005 (3.8 millones de barriles) y 2006 (3.7 millones de barriles) El problema es mas grave si consideramos que los pronósticos para la economía de los EU, destino del 80% de las exportaciones petroleras de México, son nada halagadores para el 2008. Si se mantiene esa tendencia por más tiempo, ello se traducirá en más dolores de cabeza para nuestro país. Pero más aun, si EU entra en recesión no sólo la demanda por el petróleo mexicano caerá aun más, sino que además los precios de esta materia podrían retroceder significativamente, empujando hacia un verdadero atolladero a una economía fuertemente dependiente del petróleo como lo es la mexicana. En las condiciones actuales ni los elevados precios del petróleo son capaces de beneficiar a la economía mexicana, ello ya expresas los límites de la dependencia del petróleo, afectándose al mismo tiempo las exportaciones en las cuales durante años esta materia prima ha sido uno de sus principales motores. El desarrollo de la infraestructura de PEMEX podría en algo remediar esta situación, pero incluso en ese terreno las cosas se ven demasiado difícil. La inversión del Estado en PEMEX del presupuesto del 2007, de acuerdo a un análisis publicado en La Jornada el 12 de agosto, es la mas baja de toda la historia de la paraestatal al llegar solamente a los 700 millones de dólares, cuando la inversión requerida es de 22 mil millones anuales. El boquete lo están tratando de cubrir con inversión privada (este año ascenderá a los 13 mil 800 millones de dólares) pero esta política, que no es otra cosa más que una privatización silenciosa del petróleo, solamente sirve para general jugosos beneficios a la burguesía a corto plazo sin solucionar nada de fondo para PEMEX, viendo cada día mas deteriorada su infraestructura y su capacidad productiva. Por ejemplo del gasto programando para PEMEX en 2008, el 83% esta destinado al pago de la deuda de los Proyectos de Inversión Financiada con Impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas) Es decir de los 86 mil 836 millones de pesos presupuestados pare el año entrante, 72 mil millones serán para el pago de la deuda de los inversores privados de PEMEX. En la actualidad la deuda total de PEMEX vía Pidiregas es de un billón 286 mil 482 millones de pesos y se calcula que esta cantidad a lo largo del 2008 ascienda hasta el billón 532 mil 733 millones, representando un equivalente al PIB de 14.5%. La política del Estado y la burguesía están estrujando a PEMEX y difícilmente bajo esas condiciones podrá desarrollar su infraestructura para fortalecer su producción. Las Pidiregas fueron creadas por Zedillo en 1996 con el supuesto objetivo de impulsar el desarrollo de PEMEX y a once años de distancia estas, que fueron calificadas por ese expresidente como la “solución definitiva”, no han logrado nada en beneficio de la industria petrolera. Además de la caída en la producción de crudo, otro caso que ilustra claramente y de manera dramática el deterioro es el caso de PEMEX Refinación en el que el abandono ha derivado en una cada vez mayor importación de gasolina desde los EU. A este respecto el Colegio de la Frontera Norte calcula que este año será quintuplicado el valor de las importaciones de gasolina en relación a la cantidad destinada para ello en 2004: mientras que en ese año se registraron 2 mil millones de dólares para este tipo de importaciones, en 2007 dicha cantidad llegará hasta los 10 mil millones. Otra alternativa para la el petróleo mexicano, desde la óptica de la burguesía, es su privatización. PEMEX es la décima compañía más importante a nivel mundial y la segunda con mayores rendimientos industriales en el mercado petrolero. En 2006 logró utilidades por 72 mil 300 millones dólares, solamente por debajo de Exxon que alcanzó los 79 mil 500 millones. Se trata de un negocio que si bien ya es lucrativo para la burguesía por medio de las Pidiregas y los contratos con empresas privadas, lo podría ser aun más si las puertas del petróleo mexicano son abiertas de par en par a la iniciativa privada. Esta aspiración es la más soñada por la burguesía nacional y el imperialismo, sin embargo el paso ya más abierto y descarado hacia privatizar PEMEX y el petróleo, inevitablemente enfrentaría la ira de la clase trabajadora la cual no se quedaría con los brazos cruzados. Los efectos de una medida de esa naturaleza tendrían profundas secuelas políticas, que podrían llevar a la lucha de clases a un punto de ruptura social de bastante trascendencia. Se trata de un problema que genera demasiadas tensiones sociales, a tal grado que por el momento ya las presiones han obligado a AMLO a declarar cuando menos en un par de ocasiones, que sí se intenta privatizar a PEMEX llamaría a paralizar el país. Calderón sabe de los riesgos que implicaría un intento serio para dicha privatización y además representa a un gobierno particularmente débil, eso lo ha frenado por el momento, pero no está dicha la última palabra al respecto. Además la burguesía se jugó el pellejo como nunca para llevarlo al poder por medio del fraude electoral, buscando con ello lo que Fox no les pudo dar impulsando las llamadas reformas estructurales mas importantes, entre ellas la privatización del petróleo. Y seguramente los “varones del dinero” no están dispuestos a permitir que pasen otros seis años sin que sus ambiciones sean satisfechas. Por otro lado, ante el estancamiento económico, la privatización de PEMEX y del petróleo se pueden trasformar en un importante imán para la inversión foránea, que ayude a paliar en algo la difícil situación que se vive. Ante este panorama, no podemos descartar de antemano que Calderón finalmente, dejando atrás los titubeos, sí trate en serio de avanzar sobre una privatización franca y abierta. Al respecto ya hay serios síntomas que hablan de ello. En la semana que abarcó los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, se desarrolló una reunión secreta entre Calderón, Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, y los jefes de las bancadas de este partido en ambas cámaras, en la que el presidente espurio les solicitó que aceptarán la reforma al Artículo 27 Constitucional para poder privatizar el petróleo, recibiendo una respuesta negativa de los priístas. Sin embargo a cambio, este 7 de noviembre, el PRI respondió por medio de su fracción parlamentaria en el Senado exponiendo sus intenciones de reformar nueve leyes secundarias que permitirían una mayor apertura al sector privado en materia de petróleo, sin necesidad de modificar el 27 constitucional. La iniciativa de los priístas es en respuesta a la propuesta filtrada un día antes por parte de los panistas en la que se plantea la inversión privada en varios renglones de PEMEX. Seguramente la reacción de los priístas con su propia iniciativa en buena medida está orientada a matizar o suavizar la propuesta del PAN. Además, de acuerdo al coordinador de los senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, esta reforma podría llevar por lo menos todo 2008. Los titubeos, ir de la propuesta de privatización abierta para después pasar a solamente modificaciones de leyes secundarias, y los cálculos del tiempo que podría requerir dicha reforma, expresan los temores del régimen y sus partidos para dar ese paso. Seguramente los meses siguientes los emplearán para poner la carne al asador y tratar de ganar para este ataque al ala de derecha de la fracción parlamentaria del PRD. Retomando el tema de las exportaciones, en el periodo que abarcó el gobierno de Fox estas experimentaron su peor periodo. Tras crecer a un vertiginoso ritmo anual con un promedio del 18.13% entre 1994 y 1999, la culminación del boom yanqui arrojaría cifras como las del 2001, 2002 y 2003 en las que las exportaciones crecieron respectivamente al (-)4.4, 1.4 y 2.3%. Para el 2004, 2005 y 2006, jaladas por la leve recuperación de los EU, las exportaciones crecerán en un 14.1, 13.7% y 16.8% respectivamente. Pero el empuje de las exportaciones en esos años fue muy limitado sobre la economía, dado que al mismo tiempo las importaciones crecieron significativamente provocando un déficit comercial en 2005 de 7 mil 587 millones de dólares y en 2006 de 5 mil 838 millones, dado que ese año las mercancías provenientes del exterior crecieron 15.5% mas en relación al año anterior. El caso es similar al resultado logrado durante los primeros tres trimestres de este 2007 en el cual, a pesar de que las exportaciones han crecido en un 12.6% en relación al mismo periodo del año anterior, el déficit comercial que se registró durante esos meses ya es, como lo indicamos más arriba, de 7 mil 690 millones de dólares, cantidad ya superior al déficit acumulado a lo largo de los 12 meses de 2005. La baja de ritmo entre las exportaciones, de las cuales depende el 40% del PIB nacional, y la intensificación de las importaciones encierran la promesa de un crecimiento económico en 2007 que para algunos analistas en el mejor de los casos apenas llegará este año al 3.03%, cifra inferior a la alcanzada durante 2006 cuando el PIB alcanzó los 4 puntos porcentuales. Sin embargo para el FMI, en su revisión de octubre pasado, indica que la recaída sólo permitirá un crecimiento del 3.01%. Al margen de las variaciones entre los diferentes cálculos, la coincidencia entre todos es la de marcar la tendencia hacia la baja, pues el objetivo original de crecimiento para Calderón en este su primer año de gobierno, era del 3.6%. Mercado interno Otra válvula de escape para la economía podría ser el mercado interno, sin embargo en este terreno las cosas son aun más malas que en el mercado externo. La crisis económica de 1982, bajo el gobierno de López Portillo, que derivó en una devaluación por encima del 300%, saltando el valor de la moneda nacional de 22 a 70 pesos por dólar, apuntaló una tendencia mundial que ya se venía configurando, el llamado libre mercado, y que en nuestro país se tradujo a la postre, en un plazo relativamente breve tras esa crisis, en la sepultura de lo que se conoció como el modelo de sustitución de las importaciones. Al amparo de ese modelo y auspiciada por el robusto boom mundial de la segunda posguerra, durante décadas, entre 1935 y 1982, la economía mexicana creció en un ritmo anual del 6%. Sin embargo la crisis mundial de mediados de los años 70 demostró que el enérgico desarrollo de las fuerzas productivas a escala mundial y la sobreproducción incubadas durante ese boom de la segunda postguerra, exigían de una mayor desarrollo del mercado mundial como condición de una nueva recuperación económica, por medio de la eliminación de toda clase de barreras comerciales y legales que impidieran y limitaran el libre flujo de capitales y mercancías, por encima de las fronteras y los estados nacionales. Congruente con esta realidad del capitalismo mundial, el camino hacia la liberalización de los mercados arranca ya de manera firme en 1986 cuando México, bajo el gobierno de Miguel de la Madrid, entra al Acuerdo General Sobre Comercio y Aranceles (GATT) tratado que fue creado en la Conferencia de La Habana en 1947 y que a la postre se transformaría en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995. El siguiente paso y el más agresivo, sería el arranque en 1994 del Tratado de Libre Comercio (TLC) integrado por los EU, Canadá y México. Guiado por este nuevo modelo, el Estado entraría en una etapa de recortes salvajes al gasto publico y subsidios, de privatizaciones y mas reformas que eliminarán toda clase de traba para el arribo a suelo firme y fértil de las inversiones extranjeras; además la economía fue orientada hacia las exportaciones, delegándole al mercado interno un papel secundario acarreando como consecuencia que al paso del tiempo, este último prácticamente haya sido nulificado como un posible motor para el desarrollo. Para darnos una idea de las condiciones que se viven desde hace unos años en el mercado interno, basta con echar una mirada al caso del mercado nacional del automóvil y al de las ventas al menudeo. De acuerdo a Banamex el incremento anual de las ventas al menudeo de autos pasó del 12.05% en 2004, a 3.26 en 2005, para desplomarse hasta el 0.72 en 2006; en lo que fue de enero a agosto del 2007 dicho desplome aumentó hasta los (-)2.60%. En lo que corresponde a las ventas netas al menudeo, durante los mismos años y en el mismo orden, los resultados han sido los siguientes: 4.90; 4.36; -2.59 para experimentar una limitada recuperación en los primeros ochos meses del año en curso del 3.71%. Un fenómeno que se está expresando negativamente en el mercado interno es la caída del ritmo con que han crecido las remesas. Son millones los mexicanos que dependen del envío de este tipo de divisas: pueblos y municipios enteros en distintas regiones del país prácticamente viven de ellas. Entre 2003 y 2006 las remesas crecieron en un promedio anual del 19.1%, si bien en ese último año se logró un resultado aceptable, esos mismos meses ya marcan la tendencia a la baja que se vive hasta el día de hoy: durante el año pasado el ritmo de crecimiento de las remesas fue de la siguiente manera: 1er trimestre, 27.5%; 2do trimestre, 19.7%; 3er trimestre, 10.7%; 4to trimestre, 5.5%. Y ya en el caso del primer trimestre del 2007, el crecimiento apenas fue del 3.4%. Sobre esta última cifra un análisis del BM destaca que en realidad el crecimiento de este primer trimestre fue tan solo del 0.6%. (http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1335086) Durante los tres primeros trimestres de este año, tan sólo se han enviado remesas por 18 mil 198 millones de dólares, cantidad que representa un moderado crecimiento del 1.38% en relación a lo alcanzado durante el mismo periodo del 2006. La caída de las remesas se puede explicar por el endurecimiento de la política migratoria yanqui, pero particularmente como resultado de las vicisitudes de la economía de esa potencia imperialista. Además del campo, otra fuente tradicional de empleo para los inmigrantes mexicanos ha sido el sector de la construcción el cual, durante el boom del inmueble, fue capaz de absorber a una parte significativa de los trabajadores mexicanos en suelo yanqui. Sin embargo este sector ha entrado en crisis y ya no está contratando trabajadores con la misma intensidad. Ello ha limitado el acceso al empleo de nuestros hermanos en los EU, arrojando como uno de sus resultados la pérdida de ritmo en el crecimiento de las remesas, tendencia que se agudizará conforme el estancamiento del imperialismo yanqui se prolongue. Durante años, y más aun en momentos de crisis, las remesas han funcionado como un tanque de oxígeno para la economía mexicana y como un cierto factor de estabilidad social al actuar como una salida individual para millones de mexicanos, tanto como para los que han emigrado y también para sus familias que se quedan en México. Pero al parecer ese tanque de oxígeno cada vez juega su papel mas limitado, tanto en los beneficios que aportan a la economía nacional como los que le otorga al régimen en relación a la estabilidad social. De mantenerse esa tendencia, la caída de las remesas no sólo se puede trasformar en un factor que asfixie aun más al mercado interno, sino que además se puede trasformar en un catalizador que lance a las masas a la lucha. La burguesía, sabedora de los perniciosos efectos que podría tener el estancamiento o una mayor caída del mercado interno, ha lanzado la iniciativa de tratar de fortalecer el consumo de las masas por medio de las tarjetas de crédito. Durante años la capacidad de consumo de las masas fue atacado, mientras en 1970 el volumen total de salarios equivalía a un 40% del PIB, ya en 2006 esta proporción se redujo hasta el 30%. Por medio de la distribución de tarjetas de crédito la burguesía está tratando de compensar esa pérdida, sin embargo se trata de un esfuerzo limitado y que en el mejor de los casos, sólo podrá tener un efecto raquítico en la recuperación del mercado interno. En el último año el crédito al consumo aumentó 26.1 % y de acuerdo al BM, en la actualidad las operaciones con tarjeta de crédito equivalen al 2.4 del PIB, sin embargo los usuarios, de acuerdo a esta misma fuente, al momento de pagar a los bancos se encuentran con sorpresas como las de julio pasado en el que dichas instituciones cobraron intereses en promedio del 31.99% ¡Sin incluir IVA! Dicho porcentaje es cuatro veces superior a la tasa de interés interbancaria que se ubica en el 7.71% (que sigue siendo cara en relación a la de los EU) y representa casi diez veces el nivel de la inflación. A este tipo de presiones también están sujetos los créditos a la vivienda, los cuales crecieron también en el último año en una cuarta parte. Bajo esas condiciones, según un informe de La Jornada del 3 de noviembre “La cartera vencida del crédito al consumo mantuvo en septiembre su tendencia ascendente hasta alcanzar 25 mil 499.9 millones de pesos y una tasa de crecimiento anual de 79 por ciento, informó el Banco de México (BdeM)”. Un elemento mas que tiene que sortear el mercado interno es la inflación. Para la burguesía este problema es muy serio dado que entre más alta, se encarecen más los costos de la industria afectando ello negativamente los beneficios y los niveles de producción. Para los trabajadores la inflación es una especie de impuesto no formal que vulnera sus niveles de vida al abaratar sus salarios y, por consecuencia, al reducir su capacidad de compra. El fenómeno de la inflación ha sido un elemento lacerante para la economía nacional por ya varias décadas. Inflación: Sexenio Promedio anual Acumulada Echeverría 13.9% 129.6% López Portillo 29.0% 458.9% De la Madrid 62.3% 3,710.1% Salinas de Gortari 14.6% 139.1% Zedillo 19.8% 225.9% Fox 4.25% 29.78% Fuente. Banxico Durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) la burguesía inició una fuerte ofensiva contra la inflación, teniendo como objetivo reducir la demanda para empujar los precios hacia abajo; para ello se apoyarán en el Estado recortando el gasto público y fijando políticas de choques salariales a través del Pacto de Solidaridad Económica firmado en 1987 por la patronal (la cual se comprometió sin cumplir, a controlar los precios) los charros del Congreso del Trabajo (los cuales se comprometieron y han cumplido hasta la fecha, a moderar sus exigencias salariales) y el Estado como árbitro (mas bien como cómplice de los patrones) y supervisor de los acuerdos. Por medio de esta política impulsada por Miguel de la Madrid y heredada por todos los presidentes posteriores, incluido Calderón, las masas obreras y campesinas son sacrificadas al ir viendo como una serie de beneficios sociales impulsados desde las finazas publicas a lo largo de muchos años, fueron desapareciendo uno a uno y al resentir como el salario se deterioraba vertiginosamente. Desde que se instauró la política de choque salarial (los funestos pactos económicos) los aumentos al salario mínimo, los cuales se definen cada 31 de diciembre, se fijan a partir de la inflación estimada para el año que arranca, y por lo general, al terminar el año correspondiente la inflación termina siendo mayor a los incrementos saláriales determinados doce meses antes, haciendo que el verdadero resultado al final del día sea el de que los salarios reales decrezcan. Gracias a esta “magia” de los tecnócratas, los salarios de hoy han sufrido un retroceso de 27 años, pues equivalen a los que un trabajador percibía en 1980. La lucha contra la inflación efectivamente benefició las exportaciones al abaratar los costes de producción y hacerlas más competitivas, pero el mercado interno no lo ha resentido positivamente de manera significativa. Es cierto, de la hiperinflación del periodo de Miguel de la Madrid se dio un salto muy grande hasta los 29.78% de inflación acumulada que se alcanzó durante el mandato de Fox, pero en lo fundamental no se resolvió nada. El mercado interno sigue siendo un enfermo crónico en terapia intensiva. Pero por si fuera poco, a pesar de la inflación lograda en el pasado sexenio, la administración de Fox fue la de menor crecimiento económico de entre los tres últimos gobiernos. Esta contradicción refleja nítidamente el callejón sin salida al que ha entrado el decrépito, atrasado y dependiente capitalismo mexicano, teniendo un costo altísimo para las masas a las cuales, en los momentos mas difíciles de los años 80 se les pidió que se “ajustarán el cinturón” pues ya llegarían tiempo mejores. En los años 90 Salinas también les pidió sacrificios a las masas y prometió que la apertura comercial transformaría a México en un país del “primer mundo”; por su parte Fox prometió empleo, salarios del primer mundo en su invento “Foxilandia” (“México es un país magnífico, la gente vive bien y contenta…”) para tratar de maquillar la dosis que le correspondía aplicar de la política de sacrificios de los trabajadores. Años de exhortos al sacrificio acompañadas de promesas incumplidas, se trasformaron en una bomba de tiempo que finalmente estalló, expresándose en las jornadas revolucionarias del 2006 las cuales empujaron a México a la órbita del proceso revolucionario que ya sacudía a América Latina. Y con Calderón, respecto a la inflación, las cosas no han mejorado, sino todo lo contrario. A días de iniciada su gestión, el precio de la tortilla experimenta una escalada alcista que hizo que el precio del kilogramo brincara de los 6 pesos promedios del 2006 a 10, 12 , 14 y 18 pesos dependiendo de la región del país que se tratara. Finalmente la intervención del gobierno logró un acuerdo con los productores y comercializadores, que fijó el precio en 8.50 pesos por kilogramo. Sin embargo el incremento de 2.50 pesos, significando ello un alza del 41%, fue suficiente para pulverizar de un sólo golpe el ridículo aumento otorgado a los salarios mínimos tan sólo unos días antes, el cual fue de 1.85 pesos. Pero el infierno de la carestía de la vida no paró ahí, tras la aprobación de funesto Gasolinazo inmediatamente después se desató una oleada especulativa provocando el encarecimiento de los productos de la canasta básica hasta llegar al 54.17%, al pasar de los 818.44 a los 1094.14 pesos. Inmediatamente este fenómeno provocó la ira de las masas a tal grado que pocos días después de haber sido aprobado el Gasolinazo, el cual originalmente entraría en funciones en octubre, Calderón tuvo que anunciar en cadena nacional que la aplicación de este nuevo impuesto sería pospuesta hasta enero del 2008. Este titubeo de Calderón demuestra su debilidad y el serio pavor que le tiene a la ira de las masas. No está dicha la última palabra sobre la aplicación en enero del Gasolinaza, Calderón es consciente de lo impopular de este impuesto (el cual consiste en incrementar gradualmente, mes tras mes, los impuestos de las gasolinas y el diesel hasta llegar al 5.5%) y que su aplicación podría tener un costo político muy alto. Pero también sabe que las finanzas públicas están sedientas de recursos y la necesidad de nuevos ingresos cautivos es una prioridad para su gobierno. Esta será una de las disyuntivas mas serias que enfrentará Calderón en las próximas semanas. Sin embargo los problemas no se quedan ahí, las razones para titubear con el Gasolinazo tienen que ver con la generación de una mayor polarización social, pero también con los efectos que esta medida tendrán incrementando inevitablemente la inflación si es que finalmente se aplica en enero próximo. Mayor inflación implica necesariamente costes de producción más altos. Tan sólo para el sector agropecuario el incremento de las gasolinas encarecerá sus costes en un 30%, haciendo que los beneficios caigan y que el consumo se merme. Ante ello, para tratar de contrarrestar los efectos inflacionarios de dicha mediada, Calderón ha preparado un decreto que le permitirá a algunos sectores de empresarios (maquiladoras, tiendas de autoservicio, cines y carreteras concesionadas) hacer deducibles de impuestos de sus compras del 2008. Ello para evitar que la entrada en vigencia del Impuesto Empresarial a Tasas Única (IETU) tenga efectos inflacionarios, pues como sucede por lo general en los impuestos que pagan los empresarios, estos terminan por cobrárselos a los consumidores. Esta medida también expresa las difíciles contradicciones por las que atraviesa el régimen, pues impulsó la llamada Reforma Fiscal de septiembre pasado para asegurarse más ingresos y le está resultando contraproducente. Si bien dicho decreto implicará excepciones fiscales por 10 mil millones de pesos, es decir, del 12.5% de los que se espera obtener en total gracias a la Reforma Fiscal, en las condiciones actuales cantidades de esa magnitud, que no son estratosféricas, finalmente terminan siendo resentidas por las finanzas del Estado. El problema es que de algún lugar tiene que salir el dinero para cubrir ese boquete, la burguesía no lo cubrirá. Este tipo de concesiones para los empresarios siempre es una nueva promesa de nuevos ataques para los trabajadores. Si bien se avanzó durante varios años en el combate contra la inflación, los años recientes no ha arrojado los resultados esperados: en el 2006, cuando el objetivo fue del 3%, el logro finalmente fue del 3.9; Calderón también se fijó los 3 puntos como objetivo para su primer año de gobierno y la perspectiva, de acuerdo a la mas reciente revisión, ahora es del 3.76%. Y para el 2008, de acuerdo a los Criterios Generales de Política Económica, la actual administración nuevamente retomó el objetivo inflacionario del 2007, es decir 3%, sin embargo algunos analistas ya desde ahora lo dan por descartado. Por ejemplo Banamex pronostica que la inflación del ese año llegará al 4.25%. El crecimiento de la inflación del último periodo es una tendencia internacional en la que tiene mucho que ver los altos precios internacionales que han experimentado las materias primas y los energéticos los cuáles, por ejemplo, se encarecieron en un 82.5% entre 2001 y 2005. En EU, en lo que va de 2007, los precios de los alimentos han crecido el 6.7%. Es a partir de este contexto en el que la Comunidad Europea espera una inflación anual en 2007 de 2.4, dato superior a la meta original del 2%. En EU la inflación aumentó 0.39% en octubre, provocando una inflación general anual del 3.74%, cantidad mayor a la inflación de entre 1 y 2% que la Reserva Federal considera “razonable y saludable” para la economía del imperialismo yanqui. En el caso de China, de acuerdo a fuentes oficiales, la inflación aumentó en septiembre de este año el 6.2% de forma interanual, más del doble de la previsión oficial para todo 2007. Considerando el panorama internacional, queda claro que el rango de maniobra de Calderón para contener la inflación a partir de factores internos es muy limitado. El mercado interno está muy débil y la inflación tenderá a reducirlo aún más, abatiendo este mismo fenómeno aún más la capacidad de consumo de las masas y colocando a la industria nacional en un estado más lamentable al que ya de por sí se encuentra, traduciéndose ello en importantes consecuencias políticas en el terreno de la lucha de clases. Además, por si fuera poco, sobre las expectativas de Calderón y la burguesía se cierne un enorme nubarrón negro que amenaza con una severa tormenta al mercando interno. El próximo 12 de diciembre se vence el acuerdo que le permitió a México a lo largo de 7 años mantener cuotas compensatorias contra las importaciones chinas. El fin de dicho acuerdo ha puesto a temblar a los industriales, los cuales ya le están exigiendo medidas proteccionistas a Calderón para impedir que las importaciones provenientes del gigante asiático no termine por borrarlos del mapa. Y tienen razones serias para preocuparse, ya que este tipo de importaciones prácticamente ha provocado la extinción de industrias como las del calzado y del textil. Las importaciones chinas en México crecieron en 2001 en un 1.6%, pero en lo que va de este 2007 dicho crecimiento ya llegó al 10.2%. Y se calcula que a ese ritmo y con el fin de dicho acuerdo, en el 2012 estas importaciones crezcan hasta en un 44%. Calderón ya también ha especulado con la posibilidad de extender el acuerdo de cuotas compensatorias o implementar alguna otra medida proteccionista, sin embargo esas alternativas se ven complicadas. Por un lado el desarrollo chino lo ha puesto en un lugar que le permite imponer condiciones (por ejemplo tras años de exigencias, China no ha cedido a las presiones del imperialismo yanqui para que dé marcha atrás a su política de abaratamiento de su moneda, el yuan) Además china es un importante consumidor de minerales mexicanos, etcétera. Pero no solamente es el papel de China en la economía mundial lo que podría funcionar como obstáculo para que Calderón busque alguno mecanismo para cerrarle las puertas a las mercancías provenientes de ese país. Otra razón y de mucho peso es la de que los peces gordos de la burguesía, los “varones del dinero”, están fuertemente vinculados al imperialismo y son muy dependientes del libre mercado. Para ellos cualquier medida proteccionista del tipo que sea, se podría transformar en su contrario de acuerdo a sus intereses; estos señores se opondrían a cualquier medida que pudiera entorpecer sus negocios. Finalmente, desde la óptica de los “varones del dinero”, el sector que está pidiendo ayuda a Calderón a gritos son esa capa de pequeños empresarios que juegan un papel marginal en el mercado externo y que les queda como único refugio le mercado interno. En el mejor de los casos, para los intereses de estos pequeños empresarios, Calderón logrará si acaso un acuerdo o medida temporal que en el fondo no solucionará nada. La producción El campo La base de toda sociedad es la producción. Si bien los tecnócratas han logrado bajar la inflación, han podido reducir el déficit de Estado y obtener unas reservas internacionales altas que rondan en los 75 mil 709 millones de dólares, a datos de la primera semana de noviembre (no obstante que aun son elevadas, esta cantidad ya es menor al saldo histórico de julio del 2006 cuando alcanzaron los 79 mil 101 millones) además de una moneda estable de la cual se calcula que a lo largo del 2008 mantendrá un tipo de cambio que oscilará entre los 10.8 y los 11.1 pesos por dólar, en los rubros fundamentales de la economía, en el de la producción de bienes de cambio, todo ello se ha notado en el mejor de los casos, por decirlo de una manera amable, de manera raquítica. El campo mexicano es una clara e ilustrativa muestra de ello. El atraso de este sector es histórico y demuestra la incapacidad de la burguesía de un país atrasado y dependiente como el nuestro, para llevar adelante las tareas de la revolución democrático burguesa, ratificando este fenómeno la vigencia del Programa de Transición de León Trotsky en el sentido de que, en el contexto de un país atrasado, solamente el proletariado es capaz de, tras la toma del poder y eliminar los obstáculos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas, industrializar al campo y sacarlo de su rezago. Si bien durante décadas el campo mexicano estuvo bajo el manto protector de la sustitución de importaciones, esto no resolvió nada, pues una reforma agraria insuficiente (no sólo por el reparto agrario dado que en México a pesar de la Revolución del 1910-17 siempre han existido campesinos sin tierra) condenó a este sector al atraso puesto que los proyectos de desarrollo de infraestructura se impulsaron sólo en algunas regiones, la Laguna en Torreón por ejemplo, dejando a la mayor parte del campesinado en el abandono teniendo que basar su producción en la agricultura de temporal. No obstante esta pesada carga, además al campo mexicano durante todas esas décadas se le echó encima la pesada loza de tener como papel fundamental asegurar el abasto de materias primas baratas para la industria nacional. Bajo todas estas condiciones la tarea de sacar adelante al campo se transformó en imposible. La burguesía nacional, dado su atraso y su enorme dependencia con el imperialismo, no sólo se ha visto obligada a abandonar el campo, sino además a implementar medidas que tiendan a desmantelarlo. La crisis económica de 1982 marcó un punto de inflexión para la política social del Estado el cual, sediento de apoyos para superar esta problemática, se vio obligado a aceptar una serie de condiciones del FMI para recibir más préstamos. Entre dichas condiciones están las relacionadas con el recorte del gasto público, arrancando con ello una política que de manera gradual pero firme, fue reduciendo cada vez más los diferentes apoyos públicos para el campo y el campesinado. Así, partiendo de esta política, por ejemplo entre 1982 y 2001 la inversión al fomento agropecuario se redujo en 95.5%; el gasto público al campo en 73.3% y el volumen total del crédito agropecuario bajó en un 64.4%. Además, en 1982, son liberalizados los precios de los insumos agrícolas (energéticos, fertilizante y maquinaria) viéndose forzado el campesino mexicano a absorber precios más caros para poder producir. La ofensiva lanzada contra el campo va a encontrar estímulos muy fuertes durante el gobierno de Salinas de Gortari, por medio de la reforma al Artículo 27 constitucional y el ingreso al TLC. La reforma al 27 constitucional hecha en 1991 tenía como objetivo, de acuerdo a Salinas, la “reactivación del campo” dado que en aquel entonces sólo participaba con el 10% del PIB. Para ello habría que otorgarles “certidumbre jurídica” a la inversión privada, eliminando principios históricos heredados de la Revolución Mexicana y consagrados en la constitución que definían claramente los principios que protegían la tenencia de la tierra tales como que el ejido es “inalienable”, “inembargable” e “intransferible”. De paso, se terminó por decreto el fin del reparto agrario. Bajo esas medidas también se le autoriza al ejidatario a mantenerse bajo ese régimen de propiedad o trasformarse en propietario individual y particular de la tierra bajo su posesión. Y para coronar este movimiento hacia la privatización de la tierra se autoriza la conformación de sociedades mercantiles para la explotación del campo, las cuales pueden dispone de hasta 2 mil 500 hectáreas de riego para su explotación. Los resultados son realmente “espectaculares”; actualmente el campo no aporta ni el 4% del PIB. Bajo esta reforma, miles de campesinos presionados por la pobreza se ven obligados a vender sus tierras; otros, al modificar su estatus de ejidatario al de propietario, pueden acceder a los créditos de la banca privada para después, tras no poder cubrir sus obligaciones crediticias, ser expulsados de sus tierras tras esta ser embargada. En lo hechos la reforma al 27 constitucional sólo benefició al sector inmobiliario (miles de hectáreas de cultivo periféricas a las grandes ciudades fueron vendidas a precios de ganga para construir sobre ellas conjuntos habitacionales) a la banca que embargó a miles de familias campesinas y a la burguesía agroindustrial que, bajo la figura de las sociedades mercantiles, en los hechos se trasformaron en la nueva forma de latifundismo, creando una nueva forma disfrazada de concentración de la tierra. Realmente la reforma al 27 constitucional sólo fue un paso previo para preparar el ingreso del campo al TLC, el cual arrancaría en 1994. Bajo este acuerdo de libre comercio, el campo mexicano es puesto a competir con la agricultura más desarrollada y poderosa de todo el mundo, la de los EU. Para ilustrar las asimetrías y a la vez comprender la ruina actual del campo mexicano basta recordar que, en tecnología, mientras en los EU existe un promedio de 1.6 tractores por productor, en nuestro país la relacione es de dos tractores por cada 100 productores. Y en el terreno del presupuesto público las diferentas son abismales: por ejemplo, en 2002 el presupuesto del Estado para el campo mexicano tan sólo fue de 3 mil 500 millones de dólares, mientras que el del imperialismo yanqui se ubicó en los 118 mil millones. Por si fuera poco, con 48 mil millones de dólares anuales, la agricultura gringa es la más subsidiada del mundo. Ante este último dato resulta ridículo pensar el papel que pueden jugar los 18 mil millones de pesos que la SAGARPA ha destinado a lo largo de este 2007 para apoyar a 3 millones de productores de maíz, fríjol, leche y caña de azúcar. A cada uno le tocaron 6 mil pesos por cabeza, es decir menos de 600 dólares. En buena medida estas diferencias explican también otra asimetría: mientras que en EU cada hectárea produce 9.36 toneladas de alimentos y otros productos agrícolas, en México esta cantidad apenas llega a las 2.97 toneladas en promedio. Por si fuera poco, los costos de producción agrícolas son mucho más bajos en los EU que en México. A este respecto el caso del maíz es muy ilustrativo: en EU el costo de producción por hectárea de este grano es de 19.89 dólares, mientras que en México dicha cantidad se leva hasta los 79. 68 dólares ¡Prácticamente 300% más caro! El llamado neoliberalismo y el libre mercado, han significado toda una tragedia para los campesinos y para todo el país. Para empezar, de entre 1995 y el 2005, la producción agraria creció a un raquítico ritmo anual del 1.7%, demostrando ello que la supuesta “reactivación del campo” de la que habló Salinas en los hechos solamente fue un pretexto mas para hacer de este sector un factor más de concentración de riqueza. De acuerdo al Banco Mundial, la entrada del campo mexicano al TLC derivó en la expulsión de una cuarta parte de su población y que el campesinado perdiera un 30% de su poder adquisitivo. Durante todos estos años se perdieron 2 millones de empleos rurales. Además la producción de granos básicos y de otros alimentos ha caído dramáticamente a tal grado que nuestro país, por ejemplo, ha dejado de ser autosuficiente en la producción de maíz para depender fuertemente ahora de las importaciones de este grano desde los EU. La dependencia alimentaria, principalmente respecto al imperialismo yanqui, ha crecido significativamente desde el TLC: de 1994 al 2006 México tuvo que invertir 110 mil millones de dólares en importación de alimentos. Sobre la base de los recortes al gasto para el campo, además de la reforma al 27 constitucional y el libre comercio, se desarrollaron empresas gigantescas como Maseca y Minsa, las cuales monopolizan el mercado interno y externo del maíz y sus derivados. Pero la rapiña aun no termina, el desmantelamiento del campo mexicano está a punto de experimentar un nuevo estímulo pues en 2008 arranca el “arancel cero” para las importaciones de maíz y fríjol, acordado por el TLC. La libre importación de estos granos pone en serios riesgos a 3,2 millones de pequeños y medianos productores, los cuales contribuyen con casi dos tercios de la producción nacional de fríjol y maíz. La ruina para ellos es totalmente previsible al lado de un mayor y más marcado deterioro para el campo. Si bien México ya no es un país rural, aun aproximadamente una quinta parte de su población vive en el campo. Durante décadas el campesinado pobre ha contado con la inmigración a los EU o a las grandes ciudades como alternativa ante su situación de miseria y desesperación, pero ambas vías, dada la ruina del capitalismo, ya ofrecen muy poco y cada vez ofrecerán menos. Ya mas arriba comentamos la problemática de las remesas, pero a ello hay que agregar que el desempleo en las ciudades mexicanas cada vez es mayor, además de que los salarios son mas bajos. En su mayoría, durante años la migración a las ciudades les ofreció a los campesinos los peores trabajos y los más mal pagados, y sin dejar de ser pobres esa opción les permitía vivir un poco menos pobres que en sus comunidades de origen. Pero incluso esa opción también se está agotando. Al campesinado mexicano se le está empujando a un callejón sin salida, las salidas individuales se están agotando y en un plazo no largo veremos cómo de nuevo se presentan importantes luchas en el campo mexicano buscando alternativas. La burguesía y el imperialismo están preparando al campo mexicano para nuevos y profundos estallidos sociales. Mientras tanto, 40 organizaciones campesinas, a finales de octubre de este año, anunciaron la creación de un nuevo frente contra el TLC. La insurrección zapatista de 1994 y la magnifica lucha de los campesinos de Atenco en el 2001 para frenar el proyecto de Fox de la construcción de un aeropuerto y defender de esa manera sus tierras, son un anticipo de lo que se viene en el campo y una estupenda muestra de hasta donde pueden llegar los campesinos en cuanto su paciencia se agote. Por nuestra parte, ante este panorama de lucha en el campo, los marxistas debemos insistir en la unidad del movimiento de los campesinos con el de los trabajadores en las ciudades, explicando pacientemente que la crisis del campo mexicano definitivamente ya no puede ser solucionada en los marcos del capitalismo. Que la única alternativa es eliminar la propiedad privada de los bancos, la industria, el comercio, los trasportes y la tierra, la cual tendría que ser colectivizada.
escrito por Militante jueves, 06 de marzo de 2008 El presente documento fue escrito en noviembre del 2007 para ser debatido ampliamente a partir de ese mes por el conjunto de la Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional, y ser finalmente aprobado por nuestro XIII Congreso Nacional desarrollado los pasados 22, 23 y 24 de febrero. En el exponemos nuestro punto de vista respecto a la lucha de clase en nuestro país y sus perspectivas. Dada la amplitud de este documento, lo ponemos a disposición de nuestros lectores por partes, siendo esta la primera. Introducción En los últimos años hemos venido destacando la enorme inestabilidad que existe a nivel mundial en todos los aspectos: en la economía, en las relaciones internacionales, en la política, y en las relaciones entre las clases. Guerras, terrorismo, enfermedades y calamidades naturales como resultado de la depredación extrema de los recursos naturales y de la contaminación del planeta, etc. es lo mejor que el capitalismo, en la primera década del siglo XXI, puede ofrecer a la humanidad. La idea de que “algo va mal” en la sociedad está sacudiendo la conciencia de millones de personas en todo el mundo, entre las masas oprimidas y entre los sectores honestos de la intelectualidad. Este malestar social ha tomado cuerpo y carne en las enormes movilizaciones de masas que hemos presenciado en una gran cantidad de países y continentes. Lo vimos en las primeras revueltas “anti-globalización” de la juventud en los EEUU y Europa, en las decenas de millones de personas que salieron a las calles de todo el mundo para protestar contra la intervención imperialista en Irak, en las huelgas generales y las protestas obreras masivas en Europa contra la liquidación de las viejas conquistas del “Estado del Bienestar”, en la movilización extraordinaria de millones de trabajadores inmigrantes ilegales en los EEUU el año pasado, y en el fermento revolucionario que sacude América Latina desde el comienzo de este siglo. Si alguno de estos acontecimientos hubiera tenido lugar en un país o en dos, habría podido justificarse por motivos casuales o locales, pero cuando vemos repetirse el mismo fenómeno en gran cantidad de países y continentes al mismo tiempo, ya no podemos hablar de una casualidad sino de una tendencia general que marca el ingreso a una etapa tormentosa de la lucha de clases a nivel mundial, como expresión de la crisis orgánica del sistema capitalista en su fase de declive senil. La economía mundial Lenin explicaba que la política es economía concentrada. Hay una inestabilidad general que se transmite regularmente al mercado de valores de todos los países (las Bolsas), como hemos comprobado con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos a comienzos de agosto. Para conjurar el peligro de la recesión, en el mes de agosto los bancos centrales de Europa, EEUU, Japón, Canadá y Australia inyectaron cerca de 500 mil millones de dólares en el sistema financiero para evitar la quiebra de bancos privados y otras entidades de crédito ante el impago de los créditos hipotecarios. Simultáneamente, las bolsas de todo el mundo se desplomaron durante semanas. La cuestión central es que aquellos factores que tuvieron un efecto en prolongar el boom no han resuelto las contradicciones básicas del capitalismo. Y ahora se han convertido en su contrario. En EEUU y Europa los tipos de interés descendieron a niveles históricos en los últimos 15 años, lo que estimuló una borrachera de préstamos de todo tipo, engordando una especulación gigantesca con el boom inmobiliario. Pero desde hace un año y medio los tipos de interés están subiendo, elevando el costo de los créditos y reduciendo el consumo de las familias, lo que incrementó la cartera vencida. Ahora los bancos reducirán sus préstamos lo que afectará negativamente a la inversión reduciendo la actividad económica, el consumo y el empleo. Entre los economistas reina el pesimismo y la confusión. Están hablando simultáneamente sobre el peligro de deflación (hundimiento de los precios y de las ganancias e inversiones empresariales), y sobre el peligro de inflación (suba de precios que incrementa los costos de producción, se come los beneficios y reduce el poder adquisitivo de las masas) Aunque una recesión en EEUU es inevitable, no se puede fijar un plazo exacto. Sólo nos basta fijar las tendencias generales del proceso. Lo que es cierto es que la economía norteamericana venía frenando su crecimiento. En el primer trimestre, el PBI de EEUU sólo creció un miserable 0,3%. Y el estallido de la burbuja inmobiliaria podría provocar el empujón que falta para precipitarla a la crisis. En los últimos 20 años no hubo crisis severas (fueron más bien suaves), debido al auge económico prolongado que experimentó el sudeste asiático y China, que actuaron como un mercado importante para las mercancías de las potencias imperialistas. Pero esta vez no va a ser el caso. En la economía, el pasado no es una guía para el futuro. Ahora China se ha convertido en una potencia industrial importante, y no sólo recibe mercancías sino que, en mayor medida aún, está inundando con sus mercancías baratas el mercado mundial. EEUU sigue siendo la principal economía mundial, pese a que su industria está en declive. Alemania y China superaron a los EEUU como los principales países exportadores del mundo. China produce más autos que EEUU y Toyota superó a General Motors como principal fabricante de autos en el mundo. Más importante aún, China está creciendo tres veces más rápido que los EEUU. Estos datos han conducido a muchos economistas a predecir que los EEUU serán superados por China como potencia económica. Pero tales predicciones carecen de una base científica. Las mismas cosas se decían de Japón antes de que su economía colapsara y tardara 15 años en recuperarse. Por lo tanto, reiteramos la imposibilidad de que China pueda jugar el papel de motor principal en la economía mundial, dada su enorme dependencia del mercado mundial y la imposibilidad de su mercado interno por sustituirlo. La masiva inversión en la industria china produce una cantidad espectacular de mercancías que no pueden ser absorbidas por el mercado chino (aunque éste también se está expandiendo rápidamente) China se está dirigiendo a una crisis clásica de sobreproducción de mercancías que se expresará en el próximo periodo. Otro factor que desvanecerá las falsas ilusiones de la burocracia y la burguesía china, por convertirla en una súper potencia será la entrada en escena de las masas trabajadoras, que pondrán un freno decisivo a esta orgía de sobreexplotación que pesa sobre sus espaldas, haciendo saltar en mil pedazos la posibilidad de erigir a China como la economía capitalista mas desarrollada. En el momento actual China es el único país que está desarrollando realmente las fuerzas productivas, lo que está fortaleciendo al poderoso proletariado chino. Una recesión en los EEUU –o incluso una desaceleración económica prolongada– precipitará una depresión económica en China que tendrá consecuencias serias en Asia y a una escala mundial. Por eso es falso, como afirman muchos economistas, que la recesión en EEUU tendría una influencia menor en la economía mundial. El argumento de que Europa, China y Japón pueden impedir una recesión mundial no se sostiene. China depende de la venta de sus mercancías en EEUU, y toda Asia depende de China. Toda la economía mundial depende del consumo de EEUU. El crecimiento de Japón es pequeño y el Estado está lleno de deudas, y Europa lleva años con un boom económico raquítico. Nunca fue tan interdependiente la economía mundial; y a su vez es muy frágil. Por eso están tan nerviosos. Cualquier acontecimiento puede desatar la crisis. Comenzando por el uso indiscriminado del crédito. EEUU es líder mundial en todo tipo de deudas. Las familias están endeudadas, igual que las empresas y el Estado. El financiamiento de estas deudas depende del capital extranjero, del ingreso de divisas del exterior, porque la economía norteamericana no tiene los recursos suficientes para otorgar tanta cantidad de préstamos. Pero eso no puede continuar indefinidamente. Estas divisas del exterior fueron atraídas por el elevado valor del dólar. Pero el dólar lleva cerca de dos años bajando, porque EEUU necesita competir con China abaratando sus exportaciones. En un momento dado los inversores extranjeros dirán que no merece la pena seguir invirtiendo en dólares porque les dejan ganancias menores. Y una salida masiva de divisas de la economía norteamericana hundirá a los EEUU en una crisis muy profunda porque no tendrá dinero suficiente para seguir otorgando préstamos. Todos los factores para una recesión severa están presentes. Debido a todas las distorsiones introducidas en la economía, no sólo debidas a sus leyes inherentes sino también a la irresponsabilidad del gobierno de EEUU, que se lanzó a recortar impuestos a los ricos y a incrementar los gastos militares, endeudando al Estado como nunca antes en la historia. La causa última de la crisis económica es la sobreproducción de mercancías y no, como argumentan algunos economistas, la tendencia a la caída del beneficio capitalista. De hecho, los beneficios capitalistas están aumentando, y descendiendo la parte de la renta destinada a los salarios. El capitalismo tiene medidas para contrarrestar la tendencia a la caída de los beneficios. Por ejemplo, incrementando el comercio mundial y la división internacional del trabajo. La incorporación de China, India, Rusia y Europa del Este al mercado mundial ha tenido un efecto indudable en la extensión del mercado, por eso el capitalismo no ha tenido una recesión severa en los últimos 20 años. Otra consecuencia de la presencia mayor de estos países en la economía mundial fue el haber aportado una masa enorme de asalariados en la producción de mercancías que ha tenido el efecto, a su vez, de presionar a la baja los salarios en todas partes. Este estancamiento en los salarios a nivel mundial, se vio compensado hasta ahora con una baja inflación. Pero eso está cambiando debido al incremento de los precios de los alimentos y del petróleo, por las demandas de China a India y el incremento en la producción de biocombustibles. Esto atizará la lucha de clases en un país tras otro. Un factor que contrarresta la caída de los beneficios es la sobreexplotación de los trabajadores. Este factor es el más importante a considerar para nuestras perspectivas. Hay luchas y huelgas generales en todas partes. Hubo una huelga general en Canadá. En los últimos años hubo luchas muy importantes en Europa. Ahora hubo luchas masivas en Perú, Chile y Sudáfrica. En Nigeria también hubo oleada de huelgas y en Egipto, donde emergió la lucha obrera. En Israel también hubo una huelga general del sector público. Esta crisis no se podrá resolver por métodos keynesianos; es decir, por medio del endeudamiento del Estado. EEUU no podrá hacerlo porque ya tiene una deuda histórica. La guerra de Irak le está costando 2.000 millones de dólares semanales. Por eso, los demócratas y también los republicanos quieren finalizar la guerra. También les pesa el gasto en salud, que se recorta día a día. Todo esto se está traduciendo en un malestar muy grande de la sociedad norteamericana. La gente está cansada de Bush, cuyo índice de popularidad ha caído muy bajo. Este malestar se expresa en el rechazo masivo a la guerra y a la ocupación de Irak, en las protestas por la situación lamentable del sistema de salud, y en las protestas de los trabajadores inmigrantes. El proceso molecular de toma de conciencia de las masas norteamericanas se está desarrollando. El punto fundamental es que el boom se sustenta en la superexplotación de las masas con un aumento obsceno de la desigualdad en todas partes. La brecha entre ricos y pobres aumentó 4 veces en la última década, según un informe de Amnistía Internacional. En Europa hay un boom débil desde hace años, pero no resuelve los problemas. En todos los países los gobiernos están llevando a cabo programas de ajuste contra los desempleados, contra las jubilaciones, contra la salud y la educación. La idea de que la Unión Europea capitalista era una alternativa a los EEUU y Japón está llegando a sus límites. Enfrentados a sus contradicciones nacionales, cada país pone por delante sus propios intereses antes que los del conjunto. El descontento de las masas en Europa y otras partes está aumentando. El problema es que no encuentra un vehículo donde expresarse, ante la bancarrota del reformismo y del estalinismo. En las últimas décadas no ha habido ninguna reforma seria a favor de las masas. Sólo tenemos contrarreformas o pequeñas migajas. Este es el período de la crisis del reformismo. Por eso los reformistas (los partidos socialistas y ex-comunistas) son derrotados electoralmente en casi todos los países de Europa. En general, en Europa vemos gobiernos débiles, que ganan elecciones con mayorías precarias o que se sostienen a través de gobiernos de coalición entre partidos burgueses y reformistas, como es el caso de Alemania y, ahora, el de Italia. La cosa más importante en la que debemos insistir es en la enorme interdependencia de todos los acontecimientos a escala mundial. Es imposible comprender las perspectivas para cada país individual sin enmarcarlo en un contexto más amplio. Los marxistas no somos deterministas económicos, sino materialistas dialécticos. El ciclo económico capitalista es importante, pero no agota ni da respuestas acabadas a temas tan importantes como la conciencia de clase o las perspectivas revolucionarias. Los factores políticos también tienen su importancia. Por ejemplo, los efectos de la inestabilidad en Medio Oriente y las invasiones de Afganistán e Irak, han tenido un gran impacto político. En Italia, la primera crisis del gobierno Prodi fue producida por el rechazo del Senado a mantener las tropas italianas en Afganistán. En España, la caída del gobierno derechista del Partido Popular en el 2004 fue una consecuencia directa del atentado terrorista de Al Qaeda en Madrid, que dejó 200 muertos. También en los EEUU la ocupación de Irak ha conducido a una aguda crisis política. En la zona opuesta del planeta, Pakistán ha sido totalmente desestabilizada por la ocupación imperialista de Afganistán. Otro aspecto que también ha sido afectado por la inestabilidad ha sido las relaciones internacionales. Antes, con la existencia de la antigua URSS había un equilibrio. Pero con su desaparición todo cambió. EEUU se convirtió en la única superpotencia cambiando todo el escenario mundial. EEUU llegó a las fronteras de Rusia convirtiendo en países satélites los antiguos países estalinistas del este de Europa y de Asia Central que antes estaban bajo la órbita de la URSS estalinista, y ha instalado en ellos bases militares. Pero Rusia ya está perdiendo la paciencia. Por eso reaccionó frente al anuncio de EEUU de instalar un escudo antimisiles en estos países, dirigido contra Rusia. Rusia se está rearmando para afirmarse como potencia imperialista regional, y está buscando aliados en China e Irán. Lo mismo están intentando hacer China en el Pacífico, e Irán en Medio Oriente. La lucha por el control de las fuentes de materias primas no se detiene. Además de África, Asia y América Latina, ahora las superpotencias iniciaron la disputa por el control de los polos árticos en su búsqueda irrefrenable de petróleo y minerales, lo que atizará aún más la inestabilidad internacional. América Latina Latinoamérica sigue estando en la primera línea al frente de la revolución mundial. Las débiles burguesías latinoamericanas y la opresión imperialista no pueden estabilizar la situación. La continuidad del capitalismo significa más opresión, explotación y atraso a todos los niveles. El “boom” económico de los últimos años, estimulado por el alza del precio de las materias primas, no ha tenido un efecto significativo en las condiciones de vida de las masas Según el Banco Mundial, para que América Latina alcance el nivel de infraestructuras de Corea del Sur (uno de los países más desarrollados del Sudeste asiático) debería invertir $US 100 mil millones anuales durante 20 años. La burguesía latinoamericana no lo puede hacer, porque este dinero es el que se destina cada año para el pago de la deuda externa a las potencias imperialistas. Sólo en una economía socialista planificada, a través de una federación socialista de todo el continente, se podrían solucionar los problemas de infraestructura, pobreza, empleo, salud y educación. Los intentos de las burguesías latinoamericanas de recrear bloques económicos para competir con sus hermanos mayores de EEUU, Europa, Japón y China están condenados al fracaso, como lo demuestra la crisis del MERCOSUR, que está desgarrado por sus contradicciones internas y los intereses nacionales de cada país miembro. Argentina le ha impuesto a Brasil cuotas de importación y subidas de aranceles en casi todos los rubros: autopartes, calzado, textil, electrodomésticos, etc. Uruguay y Paraguay se quejan de que no ganan nada dentro del MERCOSUR y amenazan con salirse y firmar acuerdos comerciales con EEUU. La burguesía de San Paulo se queja de que el MERCOSUR es un bloque muy restrictivo para sus negocios y también defiende la firma de acuerdos comerciales con EEUU y Europa. Allá donde la burguesía ha fracasado sólo la clase obrera, arrastrando tras de sí a las masas campesinas y demás capas oprimidas de la población, puede encontrar una salida. Los acontecimientos que vemos desarrollarse en nuestro continente no son más que las primeras etapas de esta búsqueda de las masas oprimidas por sacudirse la opresión capitalista e imperialista y encontrar una salida. Venezuela En el pasado, EEUU hubieran intervenido militarmente en Venezuela y en otras partes. Pero ahora es imposible. El fracaso de la aventura imperialista en Irak se lo impide. Por eso recurren a presiones diplomáticas e intrigas, sobre todo dentro del movimiento bolivariano, pero también con sus gobiernos “amigos” en la zona. No deja de ser significativo que ahora EEUU esté estrechando sus relaciones con Brasil e incluso hablando de la posibilidad de que este país tenga un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Los imperialistas comprenden lo que nosotros comprendemos: hay un proceso revolucionario en Venezuela, y las masas se están moviendo para cambiar la sociedad. Hace años, todos los políticos progresistas eran considerados “comunistas” por Washington, pero ahora el imperialismo norteamericano necesita tratar con los progresistas “buenos” como Lula, Kirchner, Bachelet o Tabaré, para aislar a Chávez. Este fue el objetivo de la gira de Bush a Latinoamérica y el intento de firmar acuerdos comerciales bilaterales con Brasil, Uruguay y otros países de la región. Las revoluciones no respetan fronteras y el fermento revolucionario se ha extendido a países como Ecuador, Bolivia, etc. Por eso intentan aislar a Venezuela. El imperialismo de EEUU no puede tolerar la revolución venezolana. Pero como ocurrió con Cuba, el imperialismo de EEUU podría empujar a Chávez más allá de los límites del capitalismo. Si eso ocurriera, sus efectos se sentirían en todo el continente y más allá. Eso es lo que explica la campaña de histeria alrededor del tema de RCTV. Los imperialistas quieren mantener la presión sobre Chávez para detener la revolución. Se están basando en el ala derecha de los dirigentes bolivarianos y en la burocracia contrarrevolucionaria. Pero los trabajadores y campesinos están presionando desde abajo. El resultado de esta lucha determinará el destino de la revolución, en un sentido o en el otro. Hay un sabotaje a la economía venezolana. Hay escasez de productos básicos y una inflación del 19%. Las masas son leales a la revolución pero no van a aceptar esta situación indefinidamente. Más pronto o más tarde la situación llegará a un punto decisivo. Chávez ha dado pasos adelante importantes pero está dudando en cuestiones fundamentales, como el ejército, donde se opone a la afiliación de los soldados y oficiales al PSUV, lo cual es un grave error. Por eso, el resultado de la revolución no está todavía claro. Es indudable que después de las elecciones de diciembre del 2006 la revolución dio un giro a la izquierda. Se inició un programa parcial de nacionalizaciones con la compra de los activos de algunas compañías que habían sido privatizadas, se aseguró la mayoría estatal en la producción de petróleo, se levantó la concesión al canal privado de TV golpista, RCTV, se lanzó el PSUV y se planteó un cambio constitucional que incorpora algunas reformas avanzadas. Pero justo cuando se necesita concretar en hechos algunas de las medidas planteadas, Chávez vacila: un día se declara comunista y otro dice que no es marxista, e insiste en que el socialismo es compatible con la propiedad privada. Por otro lado, mantiene su insistencia en denunciar a aquellos que dentro del movimiento bolivariano quieren llegar a acuerdos con la oposición burguesa o quieren retrasar la reforma constitucional. De cualquier modo, lo que Chávez haga no va a depender de su voluntad, sino de la dinámica de la revolución y la contrarrevolución. No olvidemos que Fidel y el Che también decían que no eran comunistas y que no luchaban por el socialismo, pero el acoso de EEUU los empujó a expropiar a la burguesía y las multinacionales en Cuba. Lo que sí es cierto es que estas vacilaciones y declaraciones de Chávez crean confusión en las capas más avanzadas. El punto clave para nosotros es construir nuestras fuerzas y emerger como un punto de referencia. Si hay que señalar una responsabilidad principal por la lentitud de la revolución venezolana está en la dirección de la central sindical, la UNT, tanto en su ala reformista como en su ala izquierda. El ala izquierda, controlada por los sectarios de la Ccura, de Orlando Chirinos, tiene una responsabilidad mayor porque es el ala mayoritaria en la UNT. No han tomado ninguna iniciativa para impulsar la revolución hacia delante. No han organizado tomas de fábricas, no han organizado milicias obreras y exigido armas al gobierno, no han establecido comités obreros que exijan el control obrero en las fábricas donde están presentes, etc. Sólo les preocupa controlar la UNT por arriba. Por esta razón, no está claro que la UNT juegue un papel clave en la revolución. No estaría descartado que los embriones de poder obrero y popular se establezcan a través de las células del PSUV en las fábricas y en los barrios. El nuevo factor a tener en cuenta es el surgimiento del PSUV, que tiene 5,6 millones de inscritos y 2 millones de militantes efectivos. Será en esta organización de masas donde se disputará la lucha entre revolución y contrarrevolución dentro del movimiento bolivariano porque en el PSUV están los elementos más conscientes de las masas, además de la burocracia. Debemos seguir atentamente el desarrollo concreto de la revolución a través de todas sus etapas, debemos tomar en cuenta todos los hechos y datos, los marxistas deben participar activamente en todos los debates y jugar un papel dirigente en el establecimiento del nuevo partido socialista, el PSUV. El proceso de la revolución latinoamericana El proceso de la revolución socialista latinoamericana será prolongado. Como en México, Venezuela, y en todas partes, la burguesía no es suficientemente fuerte para aplastar el movimiento revolucionario, pero los trabajadores no pueden tomar el poder por el problema de la dirección. Esto explica la naturaleza prolongada del proceso. Pero más pronto que tarde esto debe solucionarse en un sentido o en el otro. Los imperialistas comprenden lo que nosotros comprendemos. Ellos saben que la actual correlación de fuerzas inestable no se puede mantener. Y están preparándose. Por otro lado no podemos negar la importancia de los acontecimientos en Pakistán, que si bien es cierto tendrán que pasar por su propio proceso de maduración, la posibilidad de la toma del poder por parte de The Strugle, la sección en ese país de la Corriente Marxista Internacional (CMI) es una posibilidad muy seria, que al igual que lo hizo Venezuela pero de forma mucho más firme, podrá acelerar los acontecimientos revolucionarios, primero a escala regional y después a nivel mundial. Esto no niega en absoluto que la ausencia de un factor subjetivo fuerte en AL, retrace los procesos hacia la revolución socialista, sin embargo, los acontecimientos revolucionarios también se sucederán con mayor violencia y energía en la medida en que se pueda cumplir esta perspectiva, que repetimos no será inmediata, pero es absolutamente posible. Los marxistas debemos basarnos en los hechos fundamentales, y no en éste o aquél hecho accidental. No existen esquemas que lo expliquen todo. Debemos partir del mundo tal como es y de la lucha de clases y del movimiento obrero tal cual es. Tenemos que aproximarnos a las cosas dialécticamente. Tenemos que ver las cosas cómo son, cómo fueron, e intentar prever cómo se desarrollarán. La lucha de clases tiene un cierto ritmo. Las treguas en la lucha de clases son inevitables. No podemos ser empíricos. Existen muchas analogías entre la lucha de clases y las guerras. Las guerras no consisten en batallas permanentes. Las batallas son la excepción y en medio de ellas hay períodos largos de inactividad. Tales períodos deben ser utilizados para limpiar las armas, cavar trincheras, instruirse y reclutar fuerzas nuevas. Todo ello con el objetivo de preparar la próxima batalla, que vendrá más pronto de lo que imaginamos. Debemos razonar como buenos soldados. Debemos utilizar las pausas de la lucha de clases para construir nuestras fuerzas y perfeccionar nuestra organización. Los trabajadores no siempre están preparados para luchar, es verdad. Pero tomemos el caso de Bolivia, donde la clase obrera protagonizó dos huelgas generales insurreccionales y derribó dos gobiernos en el espacio de 18 meses ¿Qué más se le puede pedir a la clase obrera? El fracaso en la toma del poder no fue debido al bajo nivel de conciencia de las masas, sino a la ausencia de una dirección revolucionaria. En todos los países la situación puede cambiar muy rápidamente. Debemos estar preparados para que no seamos tomados por sorpresa. Cualquier acontecimiento trivial puede provocar un movimiento que nos tome desprevenidos. Bajo ciertas condiciones, los elementos más atrasados pueden convertirse en los más combativos, como conocemos por la dialéctica y la historia. La revolución rusa de 1905 comenzó con una marcha pacífica de obreros que llevaban imágenes del zar e íconos religiosos, y estaban dirigidos por un sacerdote. Los marxistas eran una pequeña minoría y estaban completamente aislados de las masas. Luego se produjo la masacre del 9 de enero y la conciencia de las masas se transformó en 24 horas. ¿Qué lección podemos sacar de la revolución venezolana? ¿Cómo se puede explicar la rápida subida de Chávez al poder? No se puede explicar por sus poderes mágicos. El proceso de descontento ya estaba presente entre las masas, pero no encontraba un vehículo a través del cual pudiera expresarse. Una vez que encontró un medio de expresión, inundó las calles en un movimiento imparable que ha durado cerca de 10 años. Es realmente sorprendente que un movimiento revolucionario dure tanto tiempo. Las elecciones de diciembre del 2006 mostraron un apoyo del 63% de la población a Chávez, después de 9 años de iniciado el proceso ¡Esto muestra una elevada conciencia revolucionaria por parte de las masas! La conciencia de clase no viene medida solamente por las huelgas. Si los trabajadores son bloqueados en el frente industrial buscarán una salida en el frente político, y viceversa. Pero se moverán sólo a través de sus organizaciones tradicionales de masas, porque las masas no se interesan por los grupos pequeños, incluso si tienen ideas correctas, que nunca es el caso de los grupos sectarios. En el período turbulento que se está abriendo veremos grandes crisis en las organizaciones tradicionales de masas en una cierta etapa y si los marxistas han sido capaces de construir fuertes organizaciones de cuadros en su interior, todo estará preparado para el surgimiento de tendencias marxistas revolucionarias de masas que estarán en condiciones de dirigir a la clase obrera a la toma del poder. La revolución en México México vive uno de los episodios más importantes en su historia moderna de la lucha de clases. En el último periodo hemos visto a millones de seres humanos rompiendo la rutina y entrando en la escena política tratando de tomar el control de sus vidas en sus manos. El proceso iniciado tras el fraude electoral del 2 de julio significó un cambio total de la situación en nuestro país: la obstinación del régimen para imponer a toda costa a Felipe Calderón en la silla presidencial se transformó en la gota que colmó el vaso y sacó a la superficie todo el odio acumulado por años entre las masas obreras y campesinas. Los acontecimientos desarrollados a partir de la lucha contra el fraude electoral y los desatados tras el movimiento del magisterio oaxaqueño y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), son resultado de las contradicciones exacerbadas a lo largo de dos décadas y media de recortes y ajustes salvajes a los niveles de vida de los trabajadores del campo y la ciudad. Años en los que la burguesía nacional e imperialista estrujó al máximo a las masas trabajadoras. Para las masas trabajadoras todo ello ha significado una tragedia. Para tratar de compensar las pérdidas, la burguesía le ha hecho pagar a la clase trabajadora los efectos de la crisis. Los salarios reales de hoy en día tienen una capacidad de compara equivalente a la que poseían en 1980. ¡Nuestro salario ha sufrido un retroceso de 27 años! Para la burguesía la clave para lograr más beneficios ha sido reducir los costes de producción, y el ataque a los salarios ha sido un medio muy importante para lograrlo, pero no el único. También otra vía ha sido la precarización masiva del empleo, hoy son aproximadamente 20 millones los trabajadores que laboran sin ninguna clase de prestación laboral. En el mismo tenor se encuentran los contratos colectivos de trabajo, los cuales han sido mutilados o de plano, muchos otros, destruidos. Bajo la condición de atacar los niveles de vida y de trabajo, la burguesía ha podido sortear la tendencia hacia la baja de la economía. Incluso, la combinación de la reducción de los costes de producción con la apertura comercial gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) le dio a los "peces gordos" de la burguesía un tanque de oxígeno por medio de las exportaciones, transformándose estas en el sector más dinámico de la economía. Con Fox se aplicó la misma receta, pero además empeoraron las cosas producto de un mayor estancamiento económico. Bajo este contexto las masas han sido empujadas por millones a la pobreza. A pesar de que las cifras oficiales reconocen sólo a unos 50 millones de personas en esta condición (cantidad que por sí misma ya es escandalosa) otros analistas hablan de 60 e incluso 70 millones de pobres en México. Pero no todos han perdido, algunos, muy pocos, han salido ganado bastantes. Tan sólo, por mencionar un ejemplo, el 0.15% de la población total del país posee activos en la Bolsa de Valores mexicana equivalentes al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) Durante años la burguesía pudo avanzar en esa política sin muchos obstáculos de frente, no obstante gradualmente la situación fue cambiando, y la forma en que se han desarrollado las cosas en la lucha de clases en México nuevamente le dan la razón a Trotsky quien insistió en lo que él llamó el "proceso molecular de la revolución". Es decir, los trabajadores aparentemente resisten pasivamente los ataques; pero debajo de la superficie se están acumulando fuertes tensiones y odio hacia el sistema hasta que, tarde o temprano, terminan por manifestarse. Y eso es lo que ha pasado en México, donde después de privatización tras privatización y ataques de toda índole, los trabajadores saltaron a la escena dándose como resultado un gradual pero firme proceso de recuperación del movimiento obrero, expresándose en manifestaciones de descontento cada vez más desarrolladas, especialmente por su carácter militante y de unidad en la lucha, evidenciando la disposición de los trabajadores para evitar que se les siga aplicando la misma política. De hecho la incapacidad de la burguesía para seguir gobernado como lo había venido haciendo por décadas a través del PRI, fue lo que provocó que la clase dominante le retirara el apoyo a este partido y se lo otorgara al PAN para que ocupara la presidencia de la República en el 2000 a pesar de que la economía creció durante el último año del gobierno de Zedillo en un 7%. El PRI ya estaba agotado como instrumento de dominación. Fox llegó al poder gracias al decido apoyo de los empresarios, pero también como obra del vacío generado por la política titubeante del PRD y de Cuauhtémoc Cárdenas. Con esta medida la burguesía pretendía sacarle “presión a la olla” de la tensión social y aprovechar la "luna de miel" de un sector de las masas producto de las expectativas ante el primer gobierno no priísta y sacar así las tareas pendientes dejadas por el PRI en el terreno de las contrarreformas. Pero el gusto duró poco tiempo, transformándose la miel en hiel y la borrachera de la burguesía en una fuerte resaca. De un año para otro, del 2000 al 2001, la economía cayó del 7 al 0.2% y el encanto terminó. Ante el descontento acumulado a lo largo del periodo anterior, esta recaída abrupta de la economía se transformó en un resorte que lanzó con más decisión a los trabajadores a la lucha. Así vimos como cada intento de Fox por avanzar en las funestas "reformas estructurales" fue respondido con movilizaciones. De hecho Fox concluye su mandato sin poder aplicar los ataques más añorados por la burguesía y el imperialismo, los trabajadores se encargaron de impedírselo. El hartazgo contra el régimen, además del frente sindical, encontró otro cauce por medio del frente electoral viendo en AMLO la posibilidad de una alternativa para solucionar su miseria. Las masas comenzaron a apoyarlo, sin embargo la burguesía a partir de varios trucos quiso echar atrás la popularidad de AMLO para tratar de cerrarle el paso. El primer intento fue en 2005 por medio del "desafuero". Este intento del régimen para dejar fuera de la contienda electoral del 2006 a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue respondido por los trabajadores con brutales actos de masas en todo el país, obligando a Fox a dar marcha atrás. La lucha contra el desafuero se transformó en una tremenda derrota para Fox y la burguesía y en un mayor fortalecimiento para el movimiento obrero y las posibilidades electorales de AMLO. Pero particularmente significó un importante desarrollo cualitativo para el movimiento de los trabajadores, al manifestarse este con una energía excepcional que trascendió la lucha económica, concentrándose en la lucha política. Por otra parte, los mineros también tuvieron oportunidad de demostrar su cansancio hacia los ataques. La tragedia de la mina Pasta de Conchos de febrero del 2006, en la cual murieron en un derrumbe 65 de trabajadores y tras ello, el inmediato intento del régimen de aprovechar el río revuelto para cambiar al dirigente sindical del gremio, estos factores desataron uno de los conflictos laborales más trascendentes a lo largo del gobierno de Fox. Lo realmente trascendente de la lucha miera del 2006 es que representa una promesa que anuncia la futura entrada en escena de los batallones pesados de la clase obrera. Pero también, que es otra cuestión de especial relevancia, la lucha de los mineros es un anticipo de los métodos de lucha que adquirirá el movimiento cuando estos batallones pasen a la confrontación directa con el régimen y la burguesía. En ese camino de ascenso de la lucha de los trabajadores también está el caso de Oaxaca, en donde lo que empezó como una lucha del magisterio por demandas económicas derivó en una abierta insurrección revolucionaria. Marx explicó que en ocasiones la revolución necesita el látigo de la contrarrevolución. Eso es exactamente lo que pasó en Oaxaca tras el fallido intento del 14 de junio de 2006 por parte del gobernador Ulises Ruiz para intentar aplastar violentamente al movimiento magisterial. Este acontecimiento desató la ira de los pobres oaxaqueños quienes se lanzaron abrumadoramente en apoyo del magisterio, dándose una situación de doble poder construyendo ese soviet que fue la APPO. Por otra parte, desesperada por detener el avance de los trabajadores, esta vez expresada por medio de la lucha electoral, el 2 de julio la burguesía aplicó un monumental fraude electoral contra el pueblo y contra AMLO. Lejos de obtener una respuesta tibia, con el fraude lo que Fox provocó fue el movimiento de masas más importante en la historia del país, después de la revolución de principios de siglo. Con el fraude electoral la burguesía logró su acometido imponiendo a Calderón en la silla presidencial, pero al mismo tiempo, en contra de su voluntad, de esta forma los "varones del dinero" también lograron empujar a México a la órbita del proceso revolucionario que se vive en América Latina desde hace unos años. La burguesía ya está padeciendo los efectos de su osadía al enardecer más a las masas y están pagando el costo, uno de ellos, que es de enorme trascendencia, es la instalación de un gobierno, el de Calderón, que ya antes de su entrada en funciones era el mas odiado, inestable y débil de la historia. A pesar de que Calderón se ha instalado en el poder y que la intervención de la PFP logró replegar a la APPO hasta disolver el órgano de poder en el que se había trasformado, en México y en Oaxaca no está dicha la última palabra. Lo fundamental de proceso revolucionario que ha empezado en México es que los acontecimientos de Oaxaca y los del 2 de julio sacudieron la conciencia de millones de seres humanos normales que nunca habían participado en política; hombres y mujeres que en el mejor de los casos su participación en política se limitaba al depósito de su voto en las urnas cada que había elecciones, pero que jamás asistían a una asamblea o a una movilización, y mucho menos organizaban brigadas en su barrio para agitar en torno a una lucha determinada o para organizar a sus vecinos y compañeros de trabajo para trasladarse a una concentración política. El marxismo explica que son precisamente los grandes acontecimientos los que hacen que la conciencia de las masas dé un salto y se desarrolle. Las masas oprimidas se han dado cuenta de que su acción organizada puede poner contra la pared al régimen; que a pesar del ejército y la policía, los trabajadores pueden poner en una encrucijada al gobierno y a la burguesía. Por todo esto, debemos prepararnos para luchas mas encarnizadas pues la burguesía no tiene otro camino mas que el de ir por todas en defensa de sus privilegios. Es necesario pasar a la ofensiva lanzando una táctica de unidad en la acción entre todos los sindicatos, el PRD, la APPO, el EZLN y el resto de organizaciones de lucha de los pobres, haciendo un frente común para derrotar a Calderón y a la burguesía basándonos en las movilizaciones de masas y en la huelga general. Todo esto atando nuestras demandas inmediatas con la lucha por el socialismo, es decir con una lucha que al mismo tiempo signifique arrebatarles a los banqueros y empresarios el monopolio sobre los principales medios de vida para ponerlos bajo el control democrático del proletariado, el campesinado pobre y los soldados revolucionarios.
Introducción El documento que a continuación se presenta es una interpretación marxista de la historia de México, puede tomarse, si así se desea, como una introducción al estudio de la historia de México para activistas y trabajadores en general, así mismo, es una toma de posición al respecto de los acontecimientos fundamentales que han dado origen al estado actual de la lucha de clases en nuestro país hasta el periodo el inicio del periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari. Es muy común hablar del desdén que las organizaciones de izquierda, específicamente las marxistas, tienen hacia las luchas que estallaron en nuestra nación, se dice que sabemos más de la revolución rusa que de la mexicana. Por supuesto, el presente documento trata de romper con ese argumento, que en el fondo no es más que una vieja mentira que la burguesía suele propagar para menospreciar los aportes o las ideas que pueden surgir desde las organizaciones revolucionarias. Más importante aún, es situar en su justa dimensión el proceso de gestación de las clases antagónicas y determinantes en nuestro México actual: la burguesía y el proletariado, dentro de este último a la clase obrera industrial como elemento clave para determinar las perspectivas de una transformación revolucionaria auténticamente benéfica para el conjunto de los trabajadores en México. El documento básicamente se enfoca al proceso revolucionario de 1910-1940, así como del auge y decadencia del régimen que le sucedió. Importante es aclarar que el proceso histórico incluye tanto a lo que los seres humanos piensan sobre sí mismos y sobre los demás, como lo que en función de la combinación de factores en realidad pueden hacer. Es según Marx, una síntesis de múltiples determinaciones cuyo único elemento superviviente es el hecho como tal y lo escrito sobre él. La relación entre los programas de grupos, clases y lo que realmente sucede puede ser una buena fuente para valorar el papel de los individuos y clases en México y en cualquier otro lugar en donde intentemos valorar un proceso histórico. Nuestro afán no es calificar ni descalificar personajes ni grupos, especialmente aquellos que representan el germen de la lucha de los trabajadores por la transformación social, sino aprender de ellos, de sus derrotas y de sus victorias. Pero para ello es preciso situarlos históricamente y esto sólo es posible con un trabajo de interpretación histórica desde el punto de vista de los explotados. México vive hoy en día una época revolucionaria, después de la decadencia del régimen posrevolucionario y de su paulatino desmantelamiento, la burguesía vive una crisis política caracterizada por no tener idea clara de lo que pretende construir para sustituir el régimen político posrevolucionario. En este marco se abren muchos desafíos y oportunidades para los trabajadores, muchos más de los que pudimos tener desde la consolidación del régimen posrevolucionario en 1940,. Estas afirmaciones no se derivan de una suposición al azar sino de una construcción teórica del desarrollo histórico de conformación de la nación y el Estado mexicano. La presentación de las siguientes páginas es, si se quiere, una síntesis de dichas conclusiones. Concordamos que el territorio que actualmente ocupa México ha vivido distintas fases de desarrollo de las fuerzas productivas, las cuales aún inciden como elementos matriciales de la actual problemática: La época prehispánica, particularmente basada en una forma muy peculiar de modo de producción asiático, en donde la propiedad privada como tal, estaba en fase de constitución y las jerarquías del Estado teocrático constituían posiciones de privilegio desde las cuales los grupos dominantes ejercían su poder sobre pobladores propios y extraños. La época colonial, donde los principales elementos del anterior modo de producción se acoplaron, de manera forzada claro está, a las necesidades del régimen semifeudal establecido por el imperio español. El mismo régimen imperial español, aún teniendo las bases para un potencial despegue capitalista pagó el sostenimiento de su hegemonía sobre América Latina con un estancamiento que lo postró definitivamente. A finales de la época colonial, sólo una ruptura revolucionaria podía impedir que la inercia de inmovilidad, representaba por el poder de la oligarquía terrateniente y el clero pusiera en peligro la formación del Estado mexicano. La siguiente época es la del México independiente, en la cual las fuerzas progresistas representadas por los estratos medios ilustrados se enfrentaron una y otra vez contra las fuerzas conservadoras, herederas de los privilegios coloniales, en la búsqueda de consolidar un Estado capitalista con democracia a la norteamericana. Los liberales no contaban con una clase burguesa que le diera sustento a su Estado burgués ideal, por lo que optaron por imponer de manera autoritaria su modelo (Juárez y Díaz). Al final la oligarquía tradicional logró adaptarse a ese nuevo tipo de Estado para convertirse en esa burguesía que los liberales habían buscado afanosamente. La paradoja es que cuando surgió la nueva burguesía, principalmente producto del matrimonio entre la oligarquía tradicional y el capital extranjero, no fue impulsora de la modernización progresista del país, sino del sometimiento más cruel que hayan conocido los trabajadores del campo y la ciudad mexicanos. La consecuencia fue el estallido revolucionario de 1910. El proceso estallado tenía que cubrir todos los pendientes de la lucha contra el régimen colonial, más los que se habían acumulado en el periodo de México independiente y de Reforma. La burguesía no podía ni quería jugar ese papel revolucionario, sus diversos estratos tardaron un tiempo en darse cuenta que habían surgido sujetos revolucionarios que podían jugar un papel independiente de ellos: los obreros y sobre todo los campesinos jornaleros podían construir la hegemonía necesaria para formar un nuevo Estado. Es entónces cuando las facciones de la burguesía alta y media burguesía deciden tratar de ponerse al frente para limitar el proceso en función de sus intereses. Las amplias posibilidades de avance en un sentido socialista del proceso revolucionario continuaron mientras el Estado burgués gestado de la revolución no se consolidó. En ese lapso la lucha de clases a nivel nacional e internacional era el factor determinante para definir el futuro del país. El movimiento socialista, apoyado en el Partido Comunista, dejó pasar una oportunidad tras otra hasta que quedó a la zaga de los acontecimientos. Hoy, cuando le llaman "izquierda madura y moderna" a aquellos que, diciéndose socialistas asumen como suyo el programa capitalista y el régimen burgués, tendríamos que decir que la "madurez y modernidad" desde la década de los treintas, significó la catástrofe para millones de obreros y campesinos que tuvieron que sufrir por generaciones un régimen semibonapartista que solía disfrazar su sometimiento a la burguesía con una que otra frase seudoizquierdista. A la par del desarrollo del régimen priísta se fue gestando una burguesía totalmente dependiente de sus negocios con el Estado y otra dependiente de sus negocios con el imperialismo. Ambas vivían en el consenso de mantener a raya por medio del control corporativo a las crecientes masas de desposeídos que surgían de la industrialización del país. Cuando la sociedad mexicana se tornó tan compleja y diversa como para que fuera imposible seguirla manteniendo tutelada, comenzó la crisis del Estado posrevolucionario mexicano, la cual tiene dos momentos claves. El movimiento estudiantil del 68 marca en principio y el movimiento contra el fraude del 88 señala el final de su decadencia. El periodo posterior al 88 hasta nuestros días, señala el periodo de desmantelamiento del régimen posrevolucionario. El fin del régimen priísta no significa necesariamente algo bueno para las masas, como no lo fue para los trabajadores de Europa del Este el paso al capitalismo. La burguesía abiertamente proimperialista sucedió en el 2000 a una burguesía basada en su gestión del Estado ya en decadencia y en franca retirada, lo cual ha llenado al discurso y la práctica del Estado de una combinación de lo peor del antiguo régimen con lo peor del tradicional conservadurismo de la nueva burguesía dominante, la cual es producto directo de los periodos presidenciales de Salinas en adelante. El periodo que de una manera provisional y esquemática se define como de desmantelamiento del régimen posrevolucionario no es tratado en el presente documento, desde nuestro punto de vista, merece un tratamiento pormenorizado y muy cuidadoso, que en cierto sentido ha sido mostrado en las páginas de Militante desde 1990, no obstante un trabajo unificado al respecto es un tema pendiente. Dejamos el presente documento como un marco contextual para el siguiente. Por supuesto que en todo este marco el proletariado mexicano no ha sido un mero espectador, ha sufrido los abusos y la explotación de la burguesía y al mismo tiempo ha reaccionado de manera organizada poniendo en predicamentos a las clases dominantes, las cuales se han visto en la necesidad de unificar fuerzas, a pesar de sus diferencias para enfrentar los embates de los trabajadores. Las figuras de Francisco J. Mújica, Felipe Carrillo Puerto, Valentín Campa, José Revueltas, Demetrio Vallejo, Rafael Galván, por sólo citar algunos, han sido importantes y en algunos casos determinantes para bien o para mal, con respecto al proceso de construcción de una conciencia colectiva en el seno del proletariado mexicano. El problema de la revolución mexicana del siglo XXI es el problema de la conciencia de clase del proletariado mexicano, que sólo podrá ser resuelto en una lógica anticapitalista, con el instrumento de un partido de revolucionario de los trabajadores y por medio de una revolución sin puntos intermedios, es decir socialista. El problema de la dirección del proletariado en el sentido extenso del termino es teórico--dado que si no se reconoce a un problema cuando existe, difícilmente se será capaz de resolverlo--, pero fundamentalmente es una cuestión práctica, por ello éste y otros textos sólo son, en el fondo, un llamado a la acción. La lucha de clases ha sido lo único que ha permitido avances a la humanidad y a las clases trabajadoras. La pasividad, la ignorancia y la indiferencia son fortalezas del poder. No está en nosotros decidir el rumbo que las masas tomarán para avanzar en ese proceso, nosotros no amoldamos los procesos a nuestra voluntad, más bien somos los más consecuentes en la lucha de las masas en todos los terrenos y señalamos el paso siguiente, más allá del que ahora se está dando. La Conquista y la Colonia Antes de la llegada de los españoles al territorio que actualmente ocupa la república mexicana, éste era habitado por una gran cantidad de culturas de entre las cuales aparecía la mexica, como la más importante desde el punto de vista militar y económico. En la América de aquel tiempo la propiedad privada no existía como tal, estas culturas, fundamentalmente agrícolas se basaban en la propiedad colectiva de la tierra, a la cual correspondía un sistema de distribución que estaba sujeto a una compleja estructura jerárquica, que se determinaba a partir de la posición que el individuo tenía en el seno del Estado teocrático. El medio de obtención de la riqueza derivada del trabajo ajeno era el tributo, ya fuera en la forma del tributo o en la de actividades productivas en las tierras del Estado, usufructuadas por los miembros de la alta jerarquía. Éste era el medio de explotación de los mexicas sobre su pueblo y sobre los demás que tenían bajo su control militar. El grado de desarrollo cultural de estos pueblos es comparable al de cualquier civilización antigua, como la china, la egipcia o la grecolatina, sin embargo cualquier posibilidad de desarrollo independiente de estas culturas quedó truncado de forma brutal por la conquista española, cuya primer etapa en Mesoamérica (1519-1521) aniquiló el imperio mexica, estableciendo en el territorio de lo que ahora se conoce como México una convivencia de sistemas de producción que en realidad consistía en dejar sobrevivir algunos rasgos del antiguo modo de producción (el tributo en especie y en trabajo) que fueran útiles o se pudieran articular con el esquema semifeudal implantado por los españoles. Los reyes de España procuraron mantener separados política y económicamente a los indígenas de la sociedad novohispana como tal. Existía una estructura de gobierno y leyes para los indígenas (Consejo de Indias) y otro para los españoles y criollos. El lazo entre las comunidades indígenas y españolas eran las instituciones que servían para transferir el trabajo y el producto de ese trabajo a los españoles, es decir, el mecanismo de superexplotación del indígena como la encomienda y la mita, los cuales separaban al indígena de su comunidad, llevándolo a una condición de semiesclavitud. El régimen de propiedad de la tierra también estaba diferenciado: los españoles podían poseer tierras en propiedad privada, producto de la compra o donación de la Corona, la iglesia poseía tierras amortizadas, es decir que no se podían comprar ni vender, mientras que a los indígenas se les asignaban propiedades comunales en torno a sus comunidades históricas, las cuales explotaban individualmente en función de acuerdos internos. La separación entre este tipo de propiedades era tal que se prohibía establecer una propiedad española a 1100 metros de una propiedad comunal indígena o de algún terreno de la Iglesia. Para el imperio español, sus colonias era organismos económicos complementarios que lo debían proveer de lo que no había dentro de la península, especialmente metales preciosos. España ejercía un monopolio formal del comercio exterior de sus colonias y estaba prohibida la producción de aquellos bienes que pudieran ofrecer competencia a los de los originarios de la península, por ejemplo, en la Nueva España no se podía producir uva, olivo, algodón, telas, entre otras cosas. A la larga, este esquema generó el origen del proverbial atraso de nuestros países latinoamericanos y al mismo tiempo aseguró la preservación del régimen semifeudal español, retrasándolo también del proceso de desarrollo económico vivido por las demás potencias europeas. Uno de los primeros efectos fue la drástica disminución de la población indígena, la cual cayó en un 90% durante los primeros 30 años de la ocupación española, lo cual obligó a la Corona a prohibir la encomienda. Otro efecto fue de explotación hasta el agotamiento de múltiples minas y finalmente en vista de la prohibición de ciertos productos para la exportación se cayó en una economía de autoconsumo en vastas regiones del campo. Los terratenientes españoles y criollos emplearon los beneficios de la explotación de tierras y minas no para desarrollar la producción, sino para crear en los cascos de las haciendas enormes y opulentos palacios en medio de la miseria más espantosa de las masas. Los levantamientos contra la dominación española tuvieron siempre como protagonistas a los indígenas, los más destacados fueron: en 1541 en Nueva Galicia, 1660 en Tehuantepec, 1670 en Yucatán, 1712 en Chiapas, 1797 en Teotitlán. Por lo que toca a los criollos, estos en un inicio llegaron a protestar por las limitaciones que les imponía la corona para explotar a los indígenas (1565) con la prohibición de la encomienda. En 1662 una revuelta de indígenas y mestizos llegó a controlar la ciudad de México durante un día, durante el cual quemaron el palacio virreinal, pero al fin de cuentas fueron derrotados y sus dirigentes ajusticiados. Para mediados del siglo XVIII, la situación de bancarrota del imperio español era tal que a partir de la coyuntura abierta con la entrada al trono de los Borbones, se pretendieron establecer una serie de reformas de corte tímidamente liberal en el terreno económico, las cuales tenían por objetivo el reformar el control económico y político de España en sus colonias. Se decretó una cierta liberalización del comercio y por lo tanto de la producción de las colonias, así como un ataque al poder de la Iglesia, ahí donde esta pudiera representar una competencia a la hegemonía económica del Estado, como fue el caso de la compañía de Jesús, la cual fue prohibida. Durante estas llamadas reformas borbónicas de dio también un intento por desamortizar las propiedades territoriales de la iglesia. Sin embrago todo esto fue insuficiente, la decadencia del imperio español estaba basada en su absoluta incapacidad para competir con potencias como Inglaterra u Holanda, dado el carácter semifeudal de su economía. Sólo destruyendo el poder de los terratenientes, construyendo una clase burguesa manufacturera y exportadora, creando un fuerte mercado interno y una mano de obra libre de ataduras serviles, sería posible poner al día a España, pero eso era impensable. Así que las reformas borbónicas lo único que demostraron era que la revolución estaba al orden del día. La primera revolución burguesa: La Independencia A principios del siglo XIX, en el seno de las clases poseedoras de la Nueva España había dos sectores interesados en la independencia. Por un lado los criollos, representantes de la naciente burguesía, entre los cuales se destacaban algunos miembros del bajo clero y militares de mandos medios, los de este sector estaban inspirados por los procesos revolucionarios en América del Norte y Europa, los cuales tomaban como ejemplos a seguir. Por otro lado estaban los grupos conservadores ligados al latifundio y a la iglesia, férreos defensores del estado de cosas semifeudal impuesto durante siglos; este grupo, temeroso ante las reformas de corte aparentemente liberal que empezaban a gestarse en España, contemplaban a la independencia como una forma de mantener sus privilegios, su intención era establecer un sistema de gobierno monárquico. Cuando Napoleón invade España en 1808, en toda la península de forman juntas de gobierno, como una forma de enfrentar al régimen impuesto por Francia. En América Latina se establecen también dichas juntas, las cuales se constituirían en la bases para el desarrollo de la lucha por la independencia, sin embargo en la Nueva España, los intentos del licenciado Francisco Primo de Verdad, impulsor de dicha junta, fueron aplastados por medio de un golpe de Estado promovido por la iglesia. Con el asesinato de Primo de Verdad las posibilidades de una independencia "legal" quedó descartada. De forma casi paralela a los intentos en la Ciudad de México, diversos miembros del bajo clero en contacto con los sectores más oprimidos por el poder virreinal, establecieron las bases para que el movimiento de independencia adquiriera el carácter de insurrección campesina, al menos en un principio, especialmente en el centro-sur de la Nueva España. Durante todo el virreinato, a pesar de la aparente protección de la propiedad indígena, había en el país alrededor de 4944 terratenientes, que por supuesto ocupaban las mejores tierras e imponían a los campesinos pobres condiciones de servidumbre: El levantamiento dirigido por Allende e Hidalgo se sustentaba en la reacción violenta de los oprimidos en contra de esta semiesclavitud. El elemento de la rebelión campesina le dio al movimiento de independencia un carácter de clase definitivamente inaceptable para los sectores conservadores que apoyaban la independencia, por lo cual, estos hicieron causa común con el virrey en contra de los sectores sublevados. Después de la ejecución de los primeros dirigentes revolucionarios, Hidalgo y Allende, tocó a Morelos darle un carácter mucho más consistente al levantamiento, hasta que finalmente éste también fue derrotado en 1815. Posteriormente los sectores conservadores poco a poco fueron reactivando sus intentos por conseguir una separación de España. La constitución española de Cádiz en 1812 significó para los conservadores una señal de alarma: Existía dentro de la misma un planteamiento sobre el reparto de tierras a los indios casados, lo que entre otras cuestiones, ponía los pelos de punta a la elite criolla terrateniente. La guerrilla campesina, a pesar de que luego de la muerte de Morelos no constituía un peligro inminente para el régimen, siempre mantuvo una presencia de tomarse en cuenta, por lo cual Agustín de Iturbide, el general realista representante de los terratenientes se decidió por la independencia, se vio forzado a llagar a un acuerdo con los alzados. La declaración de independencia de 1821 aseguró el carácter intocable de la iglesia y del latifundio, principales sostenes del estado de cosas impuesto durante el virreinato, no sólo eso, la elite terrateniente incluso logró establecer el imperio como forma de gobierno. Parecía que los conservadores habían ganado la partida, afortunadamente el triunfo fue efímero, el régimen de Iturbide estalló víctima de sus propias contradicciones, desatándose una guerra civil entre liberales y conservadores que se prolongó, con algunos breves periodos de paz, hasta la llegada del porfirismo. En este marco de inestabilidad poco se pudo hacer para que el régimen económico tuviera modificaciones sustanciales, de 1842 a 1854 los terratenientes aprovecharon las circunstancias para proceder a aumentar sus propiedades a expensas de los pueblos campesinos. El número de haciendas pasó de 3749 a 6092. Tomando en cuenta que la tierra cultivable no se incrementó, entonces la única fuente del surgimiento de dichas haciendas fue el despojo de los pueblos indios. Liberales y Conservadores La preponderancia de esta aristocracia conservadora--y en gran medida monárquica--fue lo que permitió la aparición en un primer momento del "imperio" de Iturbide. La independencia fue un acto conservador, no obstante, desencadenó toda una corriente de opinión, específicamente entre diversos sectores de la intelectualidad urbana no ligada a la aristocracia, que estaba fuertemente influenciada por las ideas liberales de Europa y de Norteamérica a la que miraban como un ejemplo a seguir, no por nada el país se nombró Estados Unidos Mexicanos, según la constitución de 1824. En esencia los liberales buscaban romper con las barreras, heredadas de la colonia, que impedían el desarrollo del capitalismo en México, los conservadores en cambio pretendían preservar los privilegios económicos y políticos de la aristocracia criolla terrateniente como punto de partida para cualquier propuesta nacional. El país, fiel al legado de la Colonia, subsistía en función de un régimen básicamente de autoconsumo basado en la gran propiedad terrateniente de la iglesia y de los propietarios criollos, la tenencia de la tierra era un factor de poder político, mas no de desarrollo económico, en la medida en que ni la iglesia ni los grandes terratenientes cultivaban la mayor parte de sus posesiones, paralelamente existía la propiedad de las comunidades campesinas, la cual era básica para la centenaria estabilidad del campo durante la colonia. La propiedad de las comunidades campesinas, particularmente las indígenas, garantizaban una economía de autoconsumo que se complementaba con el trabajo en la hacienda criolla. Por supuesto, no había posibilidad de que un mercado interno como lo conocemos actualmente se desarrollara y mucho menos para que se generara el desarrollo de la industria a gran escala. Pese a la fortaleza aparente de este régimen de cosas, subyacía una debilidad intrínseca, la cual de derivaba de que un régimen de este tipo derivaba en un poder central bastante débil y por lo tanto susceptible de ser derrocado por parte de una fuerza militar medianamente organizada. El federalismo del periodo 1824 a 1833 nunca tuvo la fuerza para imponer un programa revolucionario de destrucción del régimen heredado de la colonia debido a que nunca apeló a las masas campesinas, optó por el contrario, por una política de compromisos. La propia constitución de 1824 no se podría calificar estrictamente de liberal, en ella se mantenían privilegios para el ejército y el clero, el federalismo era más que nada una aspiración que algo realmente practicable, sobre todo por la gran fuerza disgregadora que significaba el régimen económico. Aún a pesar de la debilidad de ese federalismo, éste era incómodo para las fuerzas conservadoras, las cuales estimularon el golpe que efectuó Santa Anna en 1834. La llegada de los conservadores personificados por Santa Anna, significó un severo estancamiento. La dictadura de "su alteza serenísima" retrasó por 20 años los cambios que se hacían cada vez más urgentes para el país, ello costó como es sabido, numerosas intervenciones extranjeras y la pérdida de más de la mitad del territorio ante el expansionismo norteamericano. En este marco, aquel absurdo conservadurismo se desarrolló en numerosos sectores de la intelectualidad y de diversos dirigentes regionales una convicción y un programa distinto radicalmente al de Santa Anna. La segunda revolución burguesa del siglo XIX El 1 de marzo de 1854 estalló la revolución de Ayutla, cuya característica más destacable fue la participación de enormes masas campesinas acaudilladas por la intelectualidad liberal, entre ellos: don Juan Álvarez un luchador de toda la vida que encarnó el ala más radical del movimiento, su avanzada edad le impidió vivir para impulsar una revolución más radical. Junto a él, participaba el coronel del ejército Ignacio Comonfort, un político honesto pero totalmente incapaz de ir hasta las últimas consecuencias de sus decisiones, proclive a pactar y a arrepentirse de lo pactado. En poco tiempo, el 9 de agosto de 1855, triunfa el movimiento rebelde y producto del recambio de posiciones dentro del movimiento liberal, Juárez aparece de pronto como presidente de la Suprema Corte de Justicia del Gobierno de Ignacio Comonfort, durante el cual se construye la constitución de 1857. Ésta se caracterizó por una serie de concesiones a los conservadores, que si bien estaban derrotados aún no se sentían vencidos, Comonfort fue la figura clave de las transacciones. De este modo los resultados de la constituyente de 1857 eran en general muy limitados; no eliminaban los fueros de la iglesia, no establecían el matrimonio civil. En general significaba el intento de introducir el capitalismo sin afectar los intereses de los sectores semifeudales heredados de la colonia. No obstante a la par de la promulgación de la constitución, los liberales más radicales entre ellos Juárez y Lerdo impulsaron sendas leyes que sí se enfrentaban a los referidos poderes conservadores, desde su punto de vista, la modernización del país tenía que pasar por la eliminación de dichas trabas semifeudales, tomando como referencia siempre al régimen norteamericano, que para aquellos tiempos estaba en vísperas de su ultimo proceso revolucionario. Las contradicciones entre el presidente Comonfort y los liberales radicales como Juárez y Lerdo estallaron en 1857, cuando por medio de un golpe de Estado los conservadores utilizan al presidente Comonfort para hacerse del gobierno y detener a los ministros más radicales, entre ellos Juárez, poco después de deshacen de Comonfort, el cual termina huyendo cobardemente del país luego de arrepentirse de haber servido como instrumento de los conservadores. Juárez, que durante la confusión reinante fue liberado de su encierro, se declara presidente ante la ausencia de Comonfort, mientras tanto los conservadores reconocen a Félix Zoluoaga como presidente, de esta manera se generan las condiciones para un nuevo enfrentamiento. La acción desesperada de los conservadores, temerosos de reformas que afectaran sus intereses, radicalizó de tal manera las cosas que llevaron a una guerra en la cual las masas campesinas tomaron partido por los liberales, no podía ser de otra manera dado que la alta burocracia del clero y los terratenientes criollos significaban para ellos la peor de las relaciones serviles. El ejército estaba prácticamente del lado conservador, del lado liberal los improvisados generales se fueron curtiendo a costa de derrotas, no obstante, la insignificante base social que representaba el gobierno conservador significó que al cabo de tres años sus reservas humanas se agotaran casi totalmente. Para 1860 las fuerzas liberales derrotaron definitivamente a los conservadores. Como una muestra de que para los liberales el concepto de patria no era tan importante como el de progreso, podemos recordar el hecho de que Melchor Ocampo, secretario de relaciones exteriores del lado juarista, acuerda un tratado con Robert McLane el 1 de diciembre de 1859 por medio del cual se establecía el libre tránsito de los norteamericanos por diversas regiones de México, de la entrada de tropas norteamericanas a nuestro territorio para defender propiedades norteamericanas y toda una serie de concesiones que convertían a México en una especie de semicolonia. Al final dicho acuerdo no se llegó a concretar, pero es una muestra de lo que estaba dispuesto el lado liberal para asegurarse el reconocimiento norteamericano, en otras palabras los representantes más progresistas de la burguesía mexicana: Ocampo, Juárez y Lerdo no tenían el concepto de defensa de la "patria" que algunos pretenden atribuirles. Afortunadamente el inminente estallido de la guerra civil en Estados Unidos, junto con la rápida derrota de los conservadores imposibilitó el tratado Ocampo-McLane y llevó la revolución mexicana de 1854-60 a la radicalización. El enemigo estaba derrotado, no había porque hacer concesiones que hubieran sonado incomprensibles al movimiento campesino que se había levantado contra los terratenientes y el clero, de tal modo que se expidieron diversas leyes que ahora destruían el poder económico y político de la iglesia. El 9 de mayo de 1861 Juárez, asume otra vez la presidencia, esta vez para un periodo normal. Los liberales fueron muy duros con la iglesia a que aplicaron la nacionalización de sus bienes para su puesta en venta, no obstante esto también sucedió con las propiedades campesinas que estaban reconocidas como comunales, las cuales también fueron "desamortizadas". La idea era que los campesinos adquieran en propiedad privada sus propias tierras con la idea de crear un sistema de granjas parecido al norteamericano, no obstante lo que sucedió fue que se allanó el camino legal para que aquellos que contaran con capital para adquirir propiedades lo hicieran a expensas de los campesinos, que en un periodo relativamente corto de tiempo se vieron sin las tierras de su antepasados o limitados a miserables minifundios y sometidos a la necesidad de trabajar en las tierras del patrón ya sea pidiéndolas en renta o simplemente como jornaleros. La transformación del campo no se hizo transitando de un sistema de tierras ociosas a otro de tierras productivas, sino a un sistema de gran propiedad de monocultivos orientados a la exportación, es cierto que a quien correspondió llevar a la práctica el programa liberal fue a Porfirio Díaz, pero las bases legales para el despojo y la salvaje explotación del porfiriato están en las leyes del período juarista. Mucho antes que los conservadores se resignaran a hacer negocios bajo las nuevas reglas, estos emprendieron nuevos intentos de hacer girar hacia atrás la rueda de la historia, fue así como mediante intrigas provocaron un conflicto con España, Inglaterra y Francia para derrocar al gobierno juarista. El proceso desembocó en la intervención francesa, la cual, como sucede en todas las invasiones, había sido planificada en función de los intereses franceses desde al menos un año antes. La aventura francesa Napoleón III consideraba posible establecer un régimen títere en México para de esta manera establecer un contrapeso al creciente poder de los Estados Unidos y por supuesto, obtener posiciones ventajosas para las inversiones francesas en México y Norteamérica. No es el objeto de este documento exponer el desarrollo de la intervención francesa, si lo hicimos en el caso de la guerra de reforma fue para ilustrar el hecho de que en realidad se trató de una revolución apoyada por las masas campesinas y que ello fue la razón por la cual el programa liberal se pudo consensuar ampliamente en el país y empezar a aplicar, al menos mientras llegaban los franceses. Lo que sí tenemos que decir es que la intervención francesa mostró nuevamente que pese a la superioridad militar de las tropas extranjeras en un primer momento--prueba de ello es que lograron controlar casi la totalidad del territorio nacional--, fue nuevamente la insurrección campesina lo que salvo al país de convertirse en un protectorado francés. Decía Juárez: "La animación de la vida, la conciencia de derecho y de la fuerza, el amor a la independencia y a la democracia, el noble orgullo contra el inocuo invasor de nuestro suelo, son sentimientos difundidos en todo el pueblo mexicano."¿Qué puede esperar cuando les opongamos por ejército nuestro pueblo todo y por campo de batalla nuestro dilatado país?" El 19 de junio de 1867, luego de 5 años de intervención y de la derrota absoluta de las fuerzas realistas, fue fusilado Maximiliano de Habsburgo. El fracaso de la intervención francesa fue originado por múltiples factores, pero el más importante fue sin duda la acción del conjunto de la población campesina mexicana ante el intento de establecimiento de una monarquía semifeudal y extranjera, algo que chocaba contra todas las aspiraciones por las que dos generaciones de mexicanos habían luchado en el siglo XIX. Fue así como se forjó realmente una identidad nacional y al mismo tiempo se rompieron todas las barreras materiales para el desarrollo de México como Estado nacional burgués. El triunfo del régimen dirigido por Juárez en 1867 significó la derrota definitiva de las fuerzas conservadoras en el siglo XIX. Los limites del radicalismo burgués Como siempre hemos señalado el radicalismo burgués cuando esta en pugna con fuerzas de carácter feudal o semifeudal tiende a mostrarse como representante de toda la sociedad y propone como proyecto de emancipación social la superioridad de la libertad individual sobre las coerción del Estado, la libertad, la igualdad y la fraternidad aparecen como la antitesis de la dictadura o de la fuerza todopoderosa del Estado. Para los liberales el Estado mientras más pequeño, mejor. Los liberales aspiran a un contrato social, Constitución, fuertemente consensuado, que sea la base la base de las relaciones entre particulares. Para el derecho liberal, la igualdad jurídica frente al Estado es la garantía de la ausencia de privilegios. Cuando toda esta teoría se intenta practicar surge la principal contradicción que trastoca todo el proyecto burgués; efectivamente si bien hay igualdad jurídica, ésta deja fuera de todo control a las relaciones económicas entre las personas, la cual se expresa en simples contratos entre particulares, como si esos particulares fueran intrínsecamente iguales. Para que el sistema burgués funcione se requiere de un sector de la población que emplee fuerza de trabajo y otro sector que sea empleado, ya esta misma situación implica diferencias reales en la posición social e implica la posibilidad de que los empleadores utilicen su situación privilegiada en la economía para someter a los empleados estableciendo el control de todo el sistema jurídico, legislativo y ejecutivo, con sus policías, su ejército y sus cárceles, en pocas palabras, la posición económica de las clase de poseedores de medios de producción les confiere la posibilidad de diseñar y aplicar el aparato del Estado para preservar su dominio de clase y no sólo para ello, sino también para justificarlo socialmente y hacer aparecer ante el conjunto de la sociedad su dominio como si fuera algo natural. De este modo, así como en el seno de la producción se disfraza la explotación con el aparentemente libre acuerdo de compraventa de fuerza de trabajo libre, en el terreno de la sociedad en su conjunto se disfraza el dominio de clase con la ilusión de igualdad jurídica frente al Estado. La contradicción entre la igualdad formal y las diferencias reales se vuelve mucho más profunda en el caso de una sociedad como la mexicana con la "república restaurada". El Estado liberal clásico debía partir de una serie de relaciones económicas capitalistas bastante maduras, en cambio México era un país devastado por decenas de años de guerras civiles en donde los conservadores estaban políticamente aplastados y las bases económicas para un "contrato social" capitalista no existían. Los campesinos estaban arraigados a las tierras de los pueblos y los grandes hacendados eran los propietarios dominantes del campo, con excepción de los territorios del norte del país, que estaban protegidos por colonias militares de campesinos mucho más parecidos a los rancheros del sur de Estados Unidos que a los del centro del país. El federalismo de los liberales era impracticable cuando de lo que se trataba era detener las fuerzas centrífugas y las debilidades territoriales que ya habían facilitado la pérdida de la mitad del territorio y todo tipo reintervenciones extranjeras. En 1855 los liberales se habían levantado exigiendo el equilibrio de poderes, pero para defender su programa y para defender al país, habían tenido que ejercer gobiernos prácticamente sin legislativo y sin elecciones. En 1867 Juárez tenía ya 10 años como presidente, habiendo podido gobernar en situación relativamente normal, es decir con un congreso que funcionará, sólo entre 1859 y 1862. Así mismo, decir que el gobierno se sometía a un poder judicial en aquel tiempo era algo más bien formal que real. En las elecciones de 1867 nuevamente triunfa Juárez, en ese año el poder ejecutivo, es decir Juárez, trató no de debilitar sino de fortalecer el poder real del ejecutivo, estableciendo el poder de veto sobre las decisiones del congreso, axial como la facultad de convocar o no periodos extraordinarios, así mismo trato de crear una cámara de senadores que actuara como contrapeso a las decisiones de los diputados. El Estado liberal promovía la formación de un mercado interno libre de trabas y de un comercio exterior también abierto a la inversión extranjera, para ello estableció una serie de facilidades para la entrada de capitales y de inmigrantes. Con ello pese al deseo de generar progreso lo que se logró fue la acumulación de grandes haciendas latifundistas pertenecientes a las compañías extranjeras y a sus socios mexicanos que, paradójicamente, eran los mismos terratenientes de otros tiempos. Por supuesto los levantamientos populares como los de Nayarit y El Estado de México fueron severamente reprimidos, sus demandas entraban en contradicción con los proyectos liberales de crear grandes empresas privadas en el campo. El Estado liberal fue un feroz enemigo de todo tipo de organización gremial de parte de los trabajadores la cual estaba estrictamente prohibida. La constitución de 1857 circunscribía las relaciones laborales a cuestiones entre particulares, con lo que los contratos por muy desventajosos que fueran para los trabajadores tenían que ser cumplidos. Como se diría hoy en día el empleo estaba legalmente muy "flexibilizado". ¿Dónde termina Juárez y dónde comienza Díaz? Llegó el año de 1871 y Juárez nuevamente se propone como presidente y por supuesto, es nuevamente electo, no obstante el proceso se vio plagado de irregularidades, el ejecutivo se las arreglo para colocar como candidatos al congreso a incondicionales suyos, así mismo, ahí donde fue necesario, se "arreglaron" los resultados para evitar que candidatos incómodos pudieran eventualmente triunfar. Fundado en estos motivos se levantó en armas el General Porfirio Díaz el 9 de noviembre de 1871, pese a que su movimiento fue rápidamente derrotado, esto significó el inicio de nuevos conflictos por el poder entre los liberales. El 18 de julio, Juárez finalmente muere dejando como sucesor a su fiel compañero Sebastián Lerdo de Tejada, el cual continuó, con grandes resultados, la obra de Juárez. Lo que no logró, a diferencia de Juárez, fue convertirse en presidente vitalicio; en 1875 cuando preparaba su reelección se tuvo que enfrentar a un nuevo levantamiento de Porfirio Díaz (plan de Tuxtepec de 1876), el cual, enarbolando la bandera del sufragio efectivo y la no reelección, termina por derribar al régimen lerdista. No puede decirse que la caída de Lerdo significó el fin de la práctica política que inauguró Juárez, sería más apropiado decir que Díaz fue un fiel aplicador del estilo juarista de gobernar. De todos los elementos del régimen porfirista no existe uno sólo que haya surgido especialmente durante su mandato. Incluso la introducción del positivismo es obra del connotado juarista Gabino Barreda. El desarrollo del capitalismo a nivel internacional, permitió que todas las reformas que se idearon en tiempos de Juárez sirvieran para crear un nuevo poder económico mucho más pesado para las masas trabajadoras de lo que éstas eran capaces de soportar, así mismo este fortalecimiento de contradicciones obligó a que el poder ejecutivo se convirtiera en un árbitro irrefutable que al devenir de los años apareciera como una burda dictadura malamente disfrazada con elecciones de puro trámite. Sobre las bases y el ideario liberal se generó un nuevo poder oligárquico que sólo pudo ser roto con la revolución. Juárez fundó el moderno Estado mexicano, impulsó una revolución burguesa casi sin burguesía, lo que lo llevó a él y a su grupo de seguidores a gobernar de manera autoritaria para sustituir la ausencia de la clase social cuyo programa intentaba establecer. En honor a la verdad histórica, no había otra manera de luchar y vencer contra la reacción semifeudal contra la que se enfrentó. En ese aspecto, su figura es fundamental y deberá ser recordado como un gran progresista y revolucionario de su tiempo. El porfirismo Díaz impulsó el desarrollo manufacturero a partir de liberar los impuestos a la incipiente burguesía industrial, de cargar con impuestos a las capas medias, de la inversión extranjera y de la explotación salvaje de las clases oprimidas. Bulnes, un partidario de Díaz declaraba: "Iturbide, que fue fusilado como un tirano, cargó el trigo con un impuesto del 25%, nosotros, que somos amigos del pueblo lo hemos cargado con un 250%, el clero, que era un banquero de rapiña prestaba con un 5%, el banco nacional, creación liberal presta con un 12%". Con el pretexto de capitalizar el campo se permitió a los extranjeros adquirir tierras. Para 1900, la tercera parte de las tierras cultivables eran posesiones extranjeras. De 1883 a 1906, las compañías deslindadoras otorgaron al extranjero 50 millones de hectáreas. El 97% del territorio nacional era propiedad de 830 latifundistas, en un lapso de 20 años el 90% de los ejidos desapareció. Para 1910, la masa campesina se dividía de la siguiente forma: 479 074 campesinos libres, 591 752 obreros asalariados sujetos económicamente a la hacienda (peones), 430 896 trabajadores en otras ocupaciones. El salario del peón era tan bajo que era más barato pagarles que introducir maquinaria moderna al campo. Por ejemplo, los gastos de segado y recolección al día de una segadora y atadora era de 4.85 pesos por hectárea, por el mismo trabajo se pagaba a lo peones 4.5 pesos. Era evidente que en este contexto, la inversión productiva no tenía sentido para el hacendado, quien lo que deseaba era tener mayores beneficios, sin importar la muerte por cansancio o la miseria de sus trabajadores. En un momento dado, la hacienda se conforma como una unidad económica autónoma o casi autónoma, que tiene sujetos a sus trabajadores por medio de la coerción directa o indirecta. El cultivo de los productos dedicados a la alimentación se restringen sólo a lo necesario para el sostenimiento de los peones, mientras que el que corresponde a los productos de demanda internacional se extiende de manera explosiva y estimula, en este caso sí, la introducción de tecnología avanzada, tanto en la producción como en el transporte de las mercancías. El henequén, el azúcar, el algodón, entre otros cultivos se priorizan y dominan las zonas costeras. Algunos le llaman a esto economía de enclave. En donde el núcleo de desarrollo está aislado del conjunto de la economía regional y de poco o nada sirve para la creación de un mercado interno, dado que la producción está destinada al comercio internacional. Paradójicamente, es la época de mayor desarrollo capitalista hasta entonces, sin embargo, este desarrollo se basaba en un proceso desigual y combinado; los primeros capitalistas utilizaban los beneficios obtenidos, digamos en la industria textil, en la adquisición de haciendas o el crecimiento de las que ya existían, con lo que el nuevo capitalista industrial no sólo no combatía al terrateniente semifeudal, sino que en muchos casos, lo representaba. Por supuesto, en el caso del comercio se había creado un pequeño circuito entre los nuevos empleados medios de empresas de diverso tipo, que daba un espacio para las importaciones de bienes suntuarios. El capital bancario, fundamentalmente extranjero, extraía también su parte de beneficios otorgando a una minúscula capa de empleados lo necesario para convertirlos en firmes defensores del porfiriato. La prosperidad de un pequeño segmento de la población se hacía a expensas del estancamiento y miseria de la mayoría. Por supuesto que este tipo de capitalista, el cual se había desarrollado también como hacendado, no dudaba en buscar establecer condiciones de servidumbre para con los obreros. El gran burgués del porfiriato era por tanto profundamente reaccionario. Pero para este selecto grupo de adoradores del progreso y de la ciencia, Don Porfirio era algo más que un líder, era un héroe sin par en la historia. Por supuesto que el desarrollo del capitalismo en México no podía efectuarse sin la intervención del capital externo, como hemos dicho, la burguesía, hija del terrateniente, era parasitaria a más no poder y el servir a los inversionistas externos no les venía mal. A finales del siglo XIX, las grandes empresas capitalistas empiezan a requerir--para satisfacer sus necesidades de acumulación--territorios y zonas de influencia que las abastezcan de materias primas, pero sobre todo de extraer ganancias superiores a las de sus propios países a partir de las mismas o menores inversiones. El comercio de capital se convierte en un nuevo y gran negocio para los grandes inversionistas. Se forman monopolios industriales, los cuales a su vez, crean grandes grupos que controlan por medio de su participación en las instituciones de crédito ramas enteras de la industria, nace entonces el capital financiero, así surge el imperialismo como producto de la necesidad de expansión del capital. Como nunca antes, el desarrollo económico se veía obstaculizado por las fronteras nacionales y el carácter privado de la propiedad de los medios de producción, elementos que a la larga desencadenarían verdaderas catástrofes para la humanidad como lo fueron las dos guerras mundiales. En México, en medio de una estabilidad muy relativa y lograda a sangre y fuego, se desarrolló una infraestructura básica de comunicaciones que facilitó la inversión extranjera: por supuesto, dicho desarrollo nunca estuvo al alcance de las masas explotadas sino de las mercancías producidas destinadas a la exportación. En este marco la industria moderna fue apareciendo como un subproducto de este esquema de acumulación exportador de materias primas. A la actividad minera se sumó la industria del petróleo y junto con la introducción del ferrocarril fueron apareciendo zonas fabriles en regiones cercanas a los entronques ferroviarios. La industria surgía no a partir de la destrucción de las relaciones semifeudales, sino de su sostenimiento. Era un desarrollo desigual y combinado, dado que las relaciones semifeudales convivían con modernos sistemas de producción, por supuesto todo en aras de la acumulación capitalista en el marco internacional. La distribución de la inversión durante el porfiriato nos ilustra bastante bien el proceso económico que en México, al igual que muchos otros países, se sufría en aquel entonces: Del total de la inversión, el 41% estaba destinado a comunicaciones, fundamentalmente a ferrocarriles; el 20% a la industria extractiva, sobre todo a petróleo; el 19% a la banca y al comercio. La mayor parte de dicha inversión fue de origen extranjero: de 1 650 millones de pesos invertidos en 1919; 1 287 (77%) procedían del exterior. A Estados Unidos, con 53 empresas, le correspondían 720 millones (el 40% de la inversión total); Inglaterra con 52 empresas, 300 millones, es decir el 24%; Francia con 35 empresas participaba con 222 millones, el 13 % del total. Para darnos una idea de la debilidad de la burguesía nacional, del total de la inversión en ese año sólo el 9% tenía origen en México. Por supuesto, la subordinación de la burguesía local al extranjero fue absoluta, trabajaron como socios menores o prestanombres. Su condición de latifundistas mostraba cómo el imperialismo para las masas explotadas, lejos de ser un factor progresista, era un elemento de conservadurismo. También durante esta época surge el movimiento obrero, gracias a la industrialización. La actitud del porfirismo siempre fue la de reprimir brutalmente cualquier intento de organización que no fueran las asociaciones mutualistas que él mismo promovía. Las ideas socialistas europeas llegaron relativamente tarde y desgraciadamente los primeros en difundir el socialismo, fueron los anarquistas: en 1865 se crea un primer grupo socialista de tendencias anarquistas, ellos fueron los que impulsaron las primeras huelgas. El régimen liberal de Juárez-Lerdo no simpatizaba con los movimientos gremiales, los consideraba como un obstáculo para el progreso, no obstante durante el régimen de Díaz la actividad sindical pasó se ser una actividad mal vista por el gobierno a ser duramente perseguida y prácticamente proscrita. En el marco de la represión se sostuvieron casi heroicamente publicaciones como por ejemplo, de 1886 a 1900 apareció Conversión Radical, un periódico anarquista. En el año de 1901 surgió el Partido Liberal, producto de la fusión de diversos círculos liberales. El liberalismo de los grupos de intelectuales de la pequeña burguesía buscando una clara diferenciación del que sustentaba la casta "científica" en torno al Dictador, tendió a adoptar posturas cada vez más de izquierda, su confluencia con las luchas sociales del momento, específicamente obreras, la adopta en 1904 un ideario socialista con fuertes tintes anarquistas. El partido liberal, desde todos los puntos que le era posible adoptó la postura de llevar los conflictos sociales hasta el punto del enfrentamiento con la burguesía y el Estado. Desde su punto de vista, un estallido aunque fuera local podía ser la chispa para incendiar el bosque. Por supuesto que esta postura no significó que los liberales de Ricardo Flores Magón tuvieran alguna responsabilidad en las masacres que se cometieron contra los obreros en años siguientes, era simplemente un síntoma del grado al que estaban llegando las contradicciones y la imposibilidad de medias tintas. El papel de los trabajadores y activistas del Partido Liberal fue ejemplar. En ningún caso arguyeron motivos estratégicos para hacerse a un lado del destino que la dictadura preparó para aquellos que osaran rebelarse, por lo que los pelotones de fusilamiento, las horcas, las cárceles siempre incluyeron una generosa cuota de activistas del Partido Liberal, que con el ejemplo querían acicatear la conciencia de los trabajadores. Lamentablemente su sacrificio no se acompañó con un plan para involucrar a la mayoría de los trabajadores del país, es decir los campesinos, ante los cuales se adoptó una actitud sectaria que lamentablemente los fue aislando de las corrientes principales de la lucha. No obstante, para los años a los que nos referimos, los movimientos sindicales que estallaron constituyeron el principal problema social para el régimen: en 1905 se realiza una huelga en Guadalajara, en 1906 las minas de Cananea son testigos de una histórica lucha obrera en la cual, los trabajadores son masacrados por un grupo de policías norteamericanos que cruzaron la frontera ante el beneplácito de las autoridades porfiristas. En 1907 tocó al Gran Circulo de Obreros Libres, sindicato textil de Río Blanco Veracruz dar la batalla. En 1908 son los ferrocarrileros los que se levantan y también son reprimidos. En este proceso, la represión al partido de Flores Magón fue tal que modificaron su programa e ideario hasta adoptar plenamente programa y una táctica anarquistas. Para 1910, su repudio a la política oficial era tal que tomaron la campaña de Madero como una más en la farsa electoral burguesa y de este modo profundizaron su aislamiento. No obstante muchos futuros revolucionarios en casi todos los bandos pasaron por la escuela de los Flores Magón, ese fue el caso del general Dieguez, quien dirigió el movimiento en Cananea o de Francisco J. Mújica, así como diversos militantes del zapatismo. Tal vez el movimiento revolucionario más enfrentado al partido liberal fue el villismo, con el cual hubo enfrentamientos permanentes. Volviendo al régimen porfirista, era cierto que la represión al movimiento obrero y a luchas indígenas, como la de los yaquis, daba la impresión de una cierta paz social, no obstante, eran más apariencias que realidades. Económicamente las cosas tampoco parecían ir mal; el país se estaba industrializando, México estaba integrado al comercio mundial, las finanzas públicas estaban sanas, no había deuda externa. Todo era cierto, no obstante también lo era el hecho de que las condiciones de la inmensa masa de explotados del campo era de una miseria insoportable y sólo se necesitaba un acontecimiento de carácter nacional, que no pudiera ser aislado por la propaganda oficial, para que estallara la revolución. El 17 de febrero de 1908, el general Díaz pretendiendo dar una señal de confianza a los inversionistas extranjeros, concede una entrevista a un periodista norteamericano apellidado Creelman, en la que declara que no tiene intenciones de reelegirse más, que México ya está maduro para la democracia: algo verdaderamente imposible, ya que la acumulación de tensiones y el carácter salvaje de la explotación del trabajo, convertían en pura demagogia los planteamientos de don Porfirio, sólo bajo una dictadura como la que se ejercía en esos momentos era posible sostener la "estabilidad" en beneficio de los grandes hacendados y de los monopolios extranjeros. Como en todas las cuestiones sociales al hablar de necesidad de la represión para mantener al sistema estamos hablando desde el punto de vista de la oligarquía, lamentablemente para ellos, los trabajadores del campo y la ciudad tampoco necesitaban alguna reforma cosmética, lo único que podía romper con aquella oprobiosa situación era un profundo estallido revolucionario. El levantamiento de 1910 Lenin decía que para que una revolución estalle es necesario que las masas oprimidas no soporten continuar viviendo como hasta ese momento y que estén decididas a luchar contra el sistema, además, que exista una crisis en el seno de las clases poseedoras de tal modo que les sea imposible continuar gobernando como hasta ese momento, es decir que exista una crisis en el sistema político que se exprese en enfrentamientos en el seno mismo de la elite dominante. En ese sentido para 1910 las contradicciones eran cada vez más evidentes. Dentro de diversos círculos burgueses y pequeñoburgueses se comenzaron a formar grupos que poseían el común denominador de estar en contra de la reelección de Díaz. Francisco I. Madero, miembro de una de las familias más acaudaladas de Coahuila, se integró a dicho movimiento y aprovechando su ventajosa situación social logró publicar un libro "La Sucesión Presidencial de 1910". En donde, cuidando mucho las formas, presentaba a Díaz como un héroe nacional que para no degradar su imagen en la historia, debería ceder el poder a la oposición. Para Madero, la fuente de toda corrupción y degradación se encontraba en la permanencia indefinida de las personas en el poder político. El libro invitaba a Díaz a colaborar con la oposición para una "transición pactada" y advertía que de no tomarse en cuenta dicha propuesta, se corría el riesgo de un estallido social. Los círculos antireeleccionistas rápidamente se extendieron y con vistas a las elecciones de 1910 conformaron el Partido Antireeleccionista, dentro del cual había una fuerte presencia de elementos de origen pequeñoburgués con cierto sentido social y opuestos a la política de concertación con Díaz tan fuerte en Madero, de entre dichos elementos destacaban los hermanos Emilio y Francisco Vázquez Gómez. Madero, no obstante, buscó y logró una entrevista con el presidente Díaz en la cual le dio a conocer sus pretensiones de participar en el proceso electoral y le reiteró la propuesta de integrar una formula de unidad "Díaz presidente, Madero vicepresidente". Por supuesto Díaz lo rechazó. Daba la impresión que el movimiento de Madero no era más importante que otros que habían surgido en el transcurso del periodo porfirista y que no habían significado gran cosa. En realidad desde la óptica formal esto era cierto, la diferencia es que para ese año de 1910, el movimiento social necesitaba expresarse políticamente y la existencia del movimiento de Madero les ofrecía dicha opción, de tal modo que la campaña que posteriormente lanzó el partido Antirreeleccionista, postulando a Madero como candidato a la presidencia y a Vázquez Gómez a la vicepresidencia, se convirtió en una serie de impresionantes mítines masivos por todos los lugares a los que llegaba. Esta situación obligó a Porfirio Díaz a tomar medidas para que la candidatura de Madero no siguiera creciendo, por lo que mandó detenerlo en Monterrey. Entonces como ahora, la burguesía en el poder no vacila en violar el juego democrático si las masas se vuelcan en torno al candidato "equivocado", poniendo de este modo, en riesgo la estabilidad del sistema. Para la burguesía la democracia es un instrumento que le es útil en la medida que le permite conservar y darle legitimidad al estado de cosas, disfrazando ante las masas la verdadera naturaleza del Estado, sin embargo cuando las cosas no salen como ellos desean, no vacilan en efectuar fraudes de todo tipo. Con Madero en la cárcel y controlando todas las variables del proceso, Díaz se impuso de manera contundente en unas elecciones absolutamente fraudulentas. Poco después Díaz tomó posesión para un periodo de cuatro años más. Madero logró escapar de la cárcel y una vez enterado de los detalles del descomunal fraude, se ve en la necesidad de convocar a la rebelión, planteando un levantamiento en armas para el día 20 de noviembre. La actitud de Madero al llamar a la rebelión contrasta con la actitud conciliadora que le caracterizó antes, pero también después del estallido, da la impresión de que aún confiaba en que el llamado al levantamiento sería suficiente para que el gobierno lo llamara a negociar, prueba de ello es que no había una coordinación nacional en los preparativos rebeldes para el 20 de noviembre y que el propio Madero no ingresó al país sino hasta algún tiempo después. Los únicos que acudieron puntuales al llamado fueron los campesinos de Chihuahua. El día 14 de noviembre el dirigente campesino Toribio Ortega, junto con algunas decenas de compañeros, se levantó en armas en el pueblo de Cuchillo Parado. Los demás revolucionarios chihuahuenses lo hicieron en torno a la fecha convenida del 20 de noviembre. Abraham González, el hombre de confianza de Madero en Chihuahua, logró unir para la causa a Pascual Orozco, un antiguo arriero y comerciante con fuertes vínculos en diversos poblados y a Francisco Villa, un campesino obligado por azares del destino a sobrevivir al margen de la ley. La marca del movimiento revolucionario de Chihuahua era la del campesino que transitaba vertiginosamente hacia la proletarización, el crecimiento de las haciendas, particularmente las del clan Terrazas-Creel, se hacía a costa de las tierras de los pueblos, muchas de las cuales tenían tradiciones de defensa armada desde los tiempos de la lucha contra lo apaches. Así que los campesinos pasaban a trabajar en las minas, ferrocarriles o en las cosechas de los hacendados o en la ganadería según se diera su suerte en el transcurso del año. Cuando se levantaron en noviembre de 1910, tenían muy poco que agradecer al régimen y a la vez muy poco que pactar con él. Chihuahua fue uno de los lugares donde más rápidamente se constituyó algo parecido a un ejército, no obstante para 1911 podría decirse que los levantamientos campesinos se habían generalizado por todo el país. El Plan de San Luís en realidad no contenía señalamientos de carácter social, a excepción del punto 3, donde se podía leer: "Abusando de la ley de terrenos baldíos, numerosos pequeños propietarios, en su mayoría indígenas, han sido despojados de sus terrenos, por acuerdo de la Secretaría de Fomento, o por fallos de los tribunales de la República. Siendo de toda justicia restituir a sus antiguos poseedores los terrenos de que se les despojó de un modo tan arbitrario, se declaran sujetas a revisión tales disposiciones y fallos y se les exigirá a los que los adquirieron de un modo tan inmoral, o a sus herederos, que los restituyan a sus primitivos propietarios, a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios sufridos. Sólo en caso de que esos terrenos hayan pasado a tercera persona antes de la promulgación de este Plan, los antiguos propietarios recibirán indemnización de aquellos en cuyo beneficio se verificó el despojo. " No obstante, en todo el conjunto del Plan se hace hincapié que salvo el desconocimiento de las elecciones fraudulentas, propone mantener vigente y someterse al marco jurídico porfirista. Para los campesinos bastó esa promesa vaga de restitución de tierras para que el levantamiento se generalizara, no hay que olvidar que durante el porfirismo el 90% de las tierras comunales fueron arrebatadas a los campesinos. Los primeros meses del año de 1911 se caracterizaron por la pérdida del control del campo por parte de las fuerzas del gobierno, aunque hasta ese momento no había caído ninguna ciudad importante. En la medida de la rápida organización de un ejército en Chihuahua, Madero decidió integrarse a esos contingentes, los cuales se preparaban para intentar el ataque a Ciudad Juárez. La llegada de Madero no hizo sino estorbar el avance de la guerra campesina. Inmediatamente se establecieron contactos con el gobierno, el cual ahora sí estaba plenamente dispuesto a darle seguimiento. Madero estableció el compromiso de no atacar Ciudad Juárez, que era la población que las fuerzas de Villa y Orozco se preparaban a tomar. Los días pasaban y nada parecía romper el estancamiento, Madero seguía empecinado en llegar a unos acuerdos a los que los emisarios del gobierno daban largas y largas, en esas circunstancias era evidente que las negociaciones tan sólo eran una treta para preparar una ofensiva que acabara con el ejército maderista, dicho peligro desapareció cuando el 8 de mayo, en contra de las órdenes de Madero, Villa y Orozco atacan y toman con relativa facilidad Ciudad Juárez. Esto no hizo sino derrumbar al supuestamente poderoso régimen porfirista, el cual claudicó acordando la renuncia de Díaz y el establecimiento de un gobierno provisional presidido por el secretario de relaciones exteriores porfirista Francisco León de la Barra. Además se acordó la realización de nuevas elecciones y la entrega de las armas de los revolucionarios. Realmente los acuerdos no correspondían al tamaño de la derrota, Madero no sólo no procedió a depurar el aparato del Estado, sino que prácticamente lo dejó intacto, en realidad se ofrecía a los dirigentes campesinos entregar las armas a cambio de nada. El desconcierto no dejó de expresarse en actitudes de inconformidad e incluso de rebelión. Villa y Orozco muestran hostilidad hacia Madero a tal grado de que el primero es obligado al retiro. En la medida en que la rebelión fue en su abrumadora mayoría un asunto campesino y no había ninguna medida para devolver las tierras, los revolucionarios eran reticentes a entregar las armas. En el caso de Morelos, donde los campesinos habían recuperado directamente sus tierras y quemado algunas haciendas, la negativa tenía en carácter de enfrentamiento. El levantamiento maderista en Morelos había sido dirigido originalmente por Pablo Torres Burgos, no obstante, éste cayó durante la lucha contra el porfirismo. El movimiento campesino en Morelos fue generalizado, Genoveva de la O, en Cuernavaca o Gabriel Tepepa, en Tlaquiltenango y Tojutla y por supuesto, Emiliano Zapata que a la muerte de Torres Burgos asume la dirección del movimiento, tanto en Morelos como en lugares circunvecinos. Zapata tenía una larga historia como defensor de los intereses de su pueblo y no estaba dispuesto a entregar las armas como reclamaban los maderistas, sino hasta que se materializara la promesa de la devolución de las tierras. Entre julio y agosto de 1911 se llevan a cabo pláticas entre Madero y Zapata, las cuales se suspenden ante la constatación por parte de los revolucionarios del sur que mientras sucedían las conversaciones, el ejército federal amenazaba con cercarlos. Cuando Zapata se percata del doble juego, rompe las pláticas pero se resiste a proceder en contra de Madero, Zapata argumenta: "la gente aún cree en él y hay que esperar a que le pierda confianza. Cuando suba y no cumpla, no faltará el palo de donde colgarlo". La ofensiva militar del ejército federal, comandado por Victoriano Huerta, obligó a los zapatistas a esconderse en las montañas. Mientras tanto, Madero emprendía su campaña electoral, que lo llevaría a ser electo oficialmente presidente. A partir de la firma de los tratados de Ciudad Juárez, Madero se dedicó a defender los intereses de su clase, de hecho, su teoría era que en el porfirismo el único problema era la permanencia en el poder de forma prolongada de los individuos, por lo que una vez que Díaz quedó fuera, su prioridad era la de apagar los incendios que amenazaban a su clase. Uno de los efectos de dicho cambio fue el de sustituir a Francisco Vázquez Gómez por un político muchísimo más moderado: José Maria Pino Suárez. El 6 de noviembre, luego de unas elecciones poco disputadas, Madero asume la presidencia. Poco tiempo después sus intenciones se hacen evidentes, en primer lugar integró un gabinete fundamentalmente porfirista, preservando todo el sistema de dominación económica y política heredado de don Porfirio y causante principal del levantamiento campesino. Para Madero lo importante eran las elecciones limpias, lo demás era lo de menos. Los procesos revolucionarios, una vez que han sido activados provocan una gran polarización entre las distintas clases, a tal grado que la violencia se vuelve cotidiana, la lucha se extiende en medio de ascensos y reflujos de la marea revolucionaria, los cuales pueden durar días, meses o años, hasta que una de las clases impone su hegemonía a las demás, rompiendo las trabas que limitaban su desarrollo. En el caso de México, en 1911 el proceso apenas iniciaba. La burguesía que provenía de las capas medias del porfirismo, vivía del extranjero y de los grandes latifundistas, precisamente los obstáculos para su desarrollo como clase, esta situación de dependencia los colocaba como un grupo más bien expectante al inicio del proceso. El proletariado, también de reciente origen, no tenía organizaciones políticas de importancia. Como ya hemos señalado, el aspecto sindical era controlado por el ala más conservadora de los anarquistas en torno a la Casa del Obrero Mundial, que priorizaban únicamente la lucha por demandas económicas despreciando cualquier lucha política, para ellos lo importante era que los políticos los dejaran en paz. La otra vertiente, representada por los Flores Magón estaba ya muy castigada por la represión porfirista y muy aislada debido a su política sectaria, a tal grado de que su importancia ya era minúscula en ese entonces, no obstante también intentó un levantamiento en Baja California que duró desde enero de 1911 hasta junio de ese año, fecha a partir de la cual tuvo un papel más bien marginal, sobre todo a partir de que las autoridades norteamericanas desencadenaron una serie de persecuciones contra activistas de izquierda en general, pero con especial en cono contra los anarquistas. En 1918, Ricardo Flores Magón fue detenido por las autoridades norteamericanas para morir asesinado en su celda de la presión de Leavenworth, Kansas. La clave de la revolución mexicana fue el movimiento campesino y tenía un carácter básicamente antifeudal por estar dirigida en contra de los grandes terratenientes, pero al mismo tiempo tenia un aspecto anticapitalista en la medida de que afectaba directamente los intereses de los inversionistas extranjeros, uno lo los principales propietarios de tierras y explotaciones mineras. El movimiento campesino al rebelarse no elaboraba un programa que aglutinara a los descontentos, más bien en un inicio aprovechaba el programa democrático burgués para tratar, por medio de él, de alcanzar sus objetivos, pero en la medida de que la burguesía, por sus compromisos, origen y forma de ser estaba más cerca de la oligarquía que de los campesinos pobres, se generaba en el campesinado una abierta insatisfacción ante los distintos gobiernos burgueses que se mostraban incapaces de resolver el problema de la tierra. Entre 1911 y 1912 se sucedieron levantamientos en Sinaloa, Nayarit, Tlaxcala, Jalisco, Tamaulipas y por supuesto, Morelos. Madero era un burgués, firme creyente en que los pobres e ignorantes campesinos eran una amenaza y por ello no vaciló en actuar contra ellos, aunque su actitud distaba mucho de parecerse a la de Díaz. La gran burguesía culminó por achacar los disturbios a su falta de energía y fue fraguando en su seno la idea de sustituirlo. Para la oligarquía y sus socios del extranjero, era necesario eliminarlo no porque fuera demasiado revolucionario, sino porque no era lo suficientemente contrarrevolucionario. En este contexto, Zapata lanza el 28 de noviembre su famoso Plan de Ayala, en el que planeó como eje de la lucha el reparto agrario para lo cual no encontraba otra salida más que la lucha contra el régimen de Madero: 7º. En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos no son más dueños que del terreno que pisan sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a la agricultura, por estar monopolizadas en unas cuantas manos, las tierras, montes y aguas; por esta causa, se expropiarán previa indemnización, de la tercera parte de esos monopolios, a los poderosos propietarios de ellos a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos. El plan de Ayala era en suma un llamado a luchar por las mismas causas sociales que en 1910, pero en contra de aquel gobierno que traicionó a dicha rebelión. Lamentablemente no se encontraba en el Plan una propuesta que indicara a todos los explotados, tan sólo señalaba la necesidad de que una junta de jefes revolucionarios nombrara a un presidente interino. No obstante, de frente a los preparativos de la oligarquía para instaurar una dictadura militar, el Plan de Ayala significó un muy oportuno llamado a las masas campesinas para que se armaran y asumieran independencia de acción de frente a las facciones que estaban en conflicto. Producto del levantamiento, la capacidad de acción de Madero se tornó cada vez más insignificante. Juvencio Robles, el jefe militar de la zona zapatista desencadenó una feroz represión, la cual fue absolutamente inútil para detener el desarrollo del movimiento zapatista. El levantamiento zapatista no fue el único. En el norte Pascual Orozco fue invitado a sumarse a una rebelión, aún a pesar de que el mismo era el jefe militar en Chihuahua. La rebelión orozquista quizá fue, desde el punto de vista militar, el principal problema del gobierno federal en la medida en la que el jefe rebelde se llevó consigo a gran parte de las guarniciones locales, fue por ese motivo que el gobierno de Madero se vio obligado a dar el mando de la campaña contra Orozco a Victoriano Huerta y también el motivo por el que rescató del retiro al otro líder popular de la revolución de 1910: Francisco Villa, el cual había sido obligado a separarse del ejercito un año antes, ante la desconfianza que suscitaba en Madero. El conocimiento del terreno de Villa y el apoyo militar de Huerta facilitó la rápida derrota de Orozco, no obstante era claro que a Huerta le parecía totalmente incomodo participar en una campaña junto con un conocido "exbandido" casi analfabeta, por ello buscó la manera de detenerlo y hacerlo fusilar. La arbitrariedad ante tal intento fue tal que algunos oficiales maniobraron para evitar la muerte de Villa, a cambio fue trasladado en calidad de preso a la ciudad de México. Una prueba de la incapacidad de Madero para comprender nada en esos momentos fue el hecho de que mantuvo en la cárcel a Villa y convirtió en jefe del ejército a Huerta. El Golpe de Estado y el auge de la revolución A principios de 1913, la reacción decide finalmente deshacerse de Madero, el 9 de febrero los grupos más representativos de la oligarquía concluyen la elaboración de un plan para dar un golpe de Estado, los acontecimientos se sucedieron luego rápidamente: Un contingente de soldados formados por alumnos del colegio militar y de los regimientos 1,2 y 5 de artillería se sublevaron, llegando en su ofensiva a ocupar el Palacio Nacional, para después en retirada atrincherarse en el cuartel de la ciudadela. Félix Díaz, recién liberado y Manuel Mondragón dirigen a los golpistas. Madero designa a Huerta para sofocar la rebelión, éste, que estaba ya coludido con los golpistas fingió atacarlos. La idea de Huerta era ganar tiempo para que se organizara el entramado que le diera al golpe un barniz de legalidad. Para el 18 de febrero ya estaba todo cocinado, Huerta ordena la detención de Madero y Pino Suárez, esa misma tarde, en la embajada de los Estados Unidos, que fungía como centro del complot, Huerta y Díaz pactan la formación de un gobierno provisional encabezado por Huerta, el cual se comprometía a efectuar unas elecciones de las cuales Félix Díaz ganaría la presidencia. Madero y Pino Suárez fueron obligados a renunciar al día siguiente y ejecutados aplicándoles la ley fuga. De esta forma, los representantes de la contrarrevolución asumen el control del gobierno por el momento. Huerta instaura una dictadura militar sostenida por la oligarquía porfirista, los Estados Unidos y algunos generales oportunistas como Pascual Orozco, el cual no dudó en convertirse en esbirro de la contrarrevolución a cambio de algunos favores económicos. La misión de la dictadura era reestablecer el orden perdido luego del levantamiento de 1910, consideraban que Madero al ser demasiado débil de carácter estaba permitiendo que la rebelión se desarrollara, ellos en cambio aplicaron una feroz represión, no obstante los resultados fueron totalmente contrarios a los esperados. Por un lado los campesinos como Zapata no podían tener ninguna confianza en el regreso de los "científicos", especialmente si su jefe era Huerta, por otro lado, otros movimientos campesinos que se habían sometido al régimen de Madero por considerarlo un gobierno legítimo ya tuvieron más pretextos y se lanzaron a la lucha. Algunos sectores de la burguesía nacional que permanecían expectantes decidieron entrar en acción, la caída de Madero, con quien tenían una alianza, significaba un paso atrás en sus aspiraciones de ir logrando espacios de poder. Ante la disyuntiva de enfrentarse al poderoso movimiento popular que se estaba desencadenando o tratar de encabezarlo, optaron por esto último, tratando de darle continuidad a la lógica maderista de democracia sin reformas sociales. El 26 de marzo de 1913 se dio a conocer el Plan de Guadalupe, en el que Venunstiano Carranza, un viejo amigo de los Madero y porfirista adaptado a los nuevos tiempos se autoproclamó "primer jefe del ejército". Pese que algunas de sus principales cabezas tenían antecedentes dentro del régimen porfirista, el Plan de Guadalupe constituye un claro ejemplo del proceder de la burguesía, la cual sin justificación alguna se proclama representante legal del pueblo y se declara en la posibilidad de declarar legal o ilegal a algún otro movimiento que, como el zapatista, no lo aceptara como mando supremo. El Plan de Guadalupe no incluye alguna propuesta de transformación social, es en suma una declaración de desconocimiento del gobierno golpista y un llamado a luchar contra él. No obstante, jugó el papel de concentrar a todos aquellos que se habían alzado pero que no tenían propuesta alguna, exceptuando a los zapatistas, quienes tenían fundadas dudas de que el jefe de los constitucionalistas tuviera ausencia voluntad de transformar la situación. Carranza y José Maria Maytorena eran representantes de las clases adineradas que se encontraban a disgusto del lado revolucionario, pero que lo hacían entendiendo que era la única forma de proteger sus posiciones económicas y políticas, asumiendo que sostener el régimen porfirista, aún sin Porfirio, como lo pretendía Huerta era en esos momentos una locura. No obstante sus intereses entraron rápidamente en pugna con los sectores más revolucionarios de las masas, incluso antes de que Huerta quedara fuera de escena, primero respecto a los zapatistas y luego frente al villismo. La posición de Carranza de frente al reparto agrario quedó clara cuando se opuso al reparto de tierras que sus propias fuerzas intentaron realizar en agosto de 1913 en la Hacienda de los Borregos en Coahuila: "los hacendados tienen sus derechos sancionados por las leyes y no es posible quitarles sus propiedades para dárselas a quienes no tienen derecho". Por supuesto, al lado del carrancismo había auténticos mercenarios como Pablo González, ex obrero pero dedicado a defender las propiedades de las compañías extranjeras e incondicional de Carranza, de hecho podría decirse que era en sí su brazo armado. Del lado civil el sirviente más destacado de carranza era Luís Cabrera, que en el fondo era su verdadero cerebro. Cabrera logró traducir en programa las aspiraciones de la burguesía que aún a regañadientes se vio forzada a participar en la revolución y la mayor parte del diseño institucional trazado en la Constitución de 1917 es su responsabilidad. Entre aquellos que se sumaron a los carrancistas estaban algunos miembros de la pequeña burguesía norteña que ya comenzaba a destacarse por su gran ambición de poder y dinero, elementos lo suficientemente faltos de poder económico y político como para luchar en contra de la oligarquía, pero lo suficientemente acomodados como para temer seriamente las aspiraciones obreras y campesinas de transformación social. Precisamente estos elementos en el río revuelto de la revolución podían aprovechar las circunstancias para situarse en posiciones inimaginables fuera de ella, estos fueron los Obregón, Serrano, Calles, De la Huerta que serían conocidos en el futuro como los sonorenses. El aparente radicalismo liberal de su discurso cumplía más bien el papel de cubrir la ausencia de convicciones políticas firmes, como no fuera la fidelidad a sus propias personas. Los obregonistas estaban con Carranza porque en este bando podían satisfacer sus apetitos de poder y dinero. Ni Villa, ni Zapata eran para ellos más que la posibilidad de expropiaciones para su propia clase y en el fondo, esto hacía imposible una alianza duradera con dichos bandos. Dentro de los constitucionalistas, más por accidente y falta de programa que por convicción, se encontraban elementos sinceramente revolucionarios como Lucio Blanco, que llegó a ser un excelente general de caballería y Francisco J. Mújica. Ambos muy proclives a responder a las necesidades de las masas y siempre muy enfrentados tanto a Obregón como a Carranza. El 30 de agosto de 1913, Mújica y Blanco realizan el primer reparto de tierras, propiedad de Félix Díaz, sobrino de don Porfirio. La reacción de Carranza fue furibunda, anulando tal reparto y quitando el mando de tropas a Blanco. El papel de estos elementos fue un zigzagueo, pero nunca rompieron con los constitucionalistas aún a pesar de que eran más afines a Zapata y Villa que a Carranza y Obregón Al lado de los constitucionalistas, pero en el fondo de una naturaleza muy distinta, se encontraban los villistas. Villa aún antes de la muerte de Madero había logrado escapar de su reclusión en la Ciudad de México, le habían dado a conocer el plan para asesinar al presidente y si permanecía en prisión, su fusilamiento a manos de Huerta hubiera sido inevitable. Ya en la frontera, entró a México en la zona de Ciudad Juárez con apenas nueve hombres y rápidamente formó un grupo de cientos de campesinos. De forma similar otros campesinos como Toribio Ortega, Calixto Contreras, Maclovio Herrera, sumaron fuerzas de cientos de personas que se agruparon en torno a las que ya poseía Villa. En septiembre de 1913, los campesinos convertidos en generales proclamaron a Villa como jefe de la División del Norte. El villismo era un movimiento de campesinos dirigido por campesinos. La fuerza de su movimiento provocó que no pocos militares e intelectuales honestos se le sumaran. No obstante, estos nunca pudieron hacerle frente a la personalidad de Villa y a las motivaciones campesinas y populares de su movimiento. La guerra contra Huerta Pese a que Huerta poseía el grueso del ejército y algunos generales capaces, éste se encontraba en serios problemas; en el Noreste Pablo González dirigía un ejército que si bien no había podido avanzar desde sus posiciones en Tamaulipas y Nuevo León, se mantenía bien organizado y sin importantes pérdidas, algo así sucedió en el noroeste donde el General Álvaro Obregón comenzaba a romper la resistencia del ejército federal y avanzaba por Sinaloa con rumbo hacia Jalisco, ambos generales obedecían en ese momento las órdenes de Venustiano. No obstante todo esto, el verdadero centro de operaciones de la guerra se encontraba en la zona norte central; Pancho Villa había convertido al grupo de 9 personas, quienes cruzaron con él la frontera un año antes, en un ejército de 40 mil hombres llenos de fe en su líder y entusiasmados con la idea de llegar con la revolución al triunfo definitivo. El ejecito villista aplastó las principales fuerzas huertistas en todo el territorio de Chihuahua, Coahuila y Durango. Al mismo tiempo las tropas de Pablo González y Obregón se mantenían relativamente estancadas, ello significaba un peligro para la jefatura de Venustiano Carranza, el cual estaba sumamente interesado en impedir que la revolución social que representaba el ejército villista alcanzara el triunfo definitivo sobre Huerta. Por su parte los huertistas decidieron hacerse fuertes en Zacatecas, una ciudad rodeada por cerros desde los cuales sería posible, ellos pensaban, aniquilar cualquier ofensiva y de ese modo cambiar drásticamente el curso desfavorable que la guerra tenía hasta ese momento. En un principio Carranza ordenó al general zacatecano Pánfilo Natera ocupar Zacatecas, pero las pérdidas ya se contaban por miles y no había manera de doblegar la resistencia huertista, parecía que los planes federales se cumplirían. Francisco Villa que se había estacionado a unos cientos de kilómetros, decidió insubordinarse a Carranza y tomar Zacatecas, ello generó la ira del Jefe Máximo el cual por el momento no podía hacer nada. El 23 de junio Villa ordenó el ataque, el cual se centró en destruir las fortificaciones federales de los cerros de la Bufa y el Grillo, una vez que esto se logró, se desató un avance contundente de la caballería que terminó por generar el desconcierto y derrota del ejército federal, se dice fácil pero la maniobra fue dura y costó la vida de más de 6 mil soldados. Con esto, la suerte de Huerta quedó echada y lo único que quedaba pendiente era a quién se rendiría el ejercito huertista, si a Obregón o a Villa. El asunto se definió con la decisión de Carranza de hostigar las líneas de aprovisionamiento de la División del Norte y al mismo tiempo obligar a Obregón a que avanzara a marchas forzadas hacia la capital del país. Villa tenía la opción de enfrentarse directamente a Carranza, pero ello hubiera significado un respiro para las tropas huertistas que ningún revolucionario podía permitir. La Convención Nacional Revolucionaria Ambos bandos quedaron en resolver sus diferencias en una convención, luego de que comisiones de villistas y carrancistas se reunieron el Torreón, sin que Carranza hiciera caso a lo ahí acordado. La Convención se verificaría luego de la derrota definitiva de las tropas federales, cuando esto sucedió en agosto de 1914, Carranza se empecinó en que dicha Convención se realizara en la Ciudad de México y que en ella participaran exclusivamente las fuerzas que reconocieran su mando supremo. Villa no sólo se opuso, sino que propuso integrar a la Convención a las fuerzas zapatistas. Muchos generales carrancistas amenazaron con romper con el jefe supremo si éste no accedía a la realización de la Convención, por lo que éste finalmente accedió y permitió que sus generales acudieran la ciudad de Aguascalientes como la sede del encuentro, el cual se realizó en octubre de 1914. La Convención Nacional Revolucionaria era en cierta forma la reunión más amplia de los jefes militares campesinos que se había formado hasta ese entonces, incluso los zapatistas hicieron su aparición interviniendo con gran efectividad. La Convención resolvió un programa social que tenía como objeto atender las necesidades más urgentes de los campesinos y los obreros, al mismo tiempo se declaró soberana, es decir en cierto sentido, desconoció a la autoridad de Carranza como presidente provisional. No obstante, subyacía un problema que se manifestaba en el marco de la convención: los campesinos revolucionarios representados por Zapata y Villa, desconfiaban totalmente de la voluntad y capacidad de la gran burguesía para llevar acabo un programa en beneficio de obreros y campesinos. Al mismo tiempo, la pequeña burguesía representada por Obregón, Lucio Blanco y compañía dudaba; no estaba segura de jugar un papel dirigente y por eso se mantenía al lado de Carranza, no obstante esa unidad estaba derivada más del miedo a los campesinos revolucionarios que a algún tipo de fidelidad con el "barbas de chivo". En un momento determinado, presa del ambiente, Obregón y sus aliados optaron por aceptar la soberanía de la convención y de ello jugaron un papel determinante en los acuerdos fundamentales que fueron alcanzados. De hecho, la propuesta de Eulalio Gutiérrez como presidente de la república fue originada por los obregonistas. Los villistas cedieron a la propuesta de Obregón, la cual sonaba más o menos neutral. Carranza declaró que no se acataba a dicho acuerdo y decidió retirarse a Veracruz. Las fuerzas militares que le eran fieles se reducían en esos momentos a las tropas de Pablo González. Cuando éstas iniciaron la retirada rumbo a Veracruz, sufrieron deserciones masivas. Por otro lado, los obregonistas, que habían participado en los acuerdos de la convención se retiraron hacia la región donde él se encontraba con el pretexto de convencer a Carranza. No obstante lejos de la presión de la Convención, decidieron, con excepción de Lucio Blanco, sumarse a Carranza. Sin duda una actitud decidida de parte de los generales de la Convención hubiera evitado que los generales obregonistas se sumaran a Carranza, no obstante fue en esos momentos que los dirigentes campesinos mostraron los límites que en esas circunstancias históricas podían alcanzar. Para los momentos en que las fuerzas de la Convención ocuparon la Ciudad de México tenían el control militar del 80% del territorio y la mayor parte de las tropas, de hecho la retirada descompuesta de Pablo González para reunirse con su jefe en Veracruz lo había dejado prácticamente sin ejército. No obstante las únicas fuerzas que ejercían un poder político y social real de parte de la Convención eran las de Villa y Zapata; una en Chihuahua, a más de 1000 kilómetros de la Ciudad y la otra en Morelos, en un área sólo circunscrita a los pueblos zapatistas. Villa y Zapata eran auténticos representantes y jefes de sus movimientos y aún a pesar de las influencias de intelectuales progresistas eran ellos y su perspectiva campesina y regional la que definía su actuar. El 4 de diciembre cuando se reúnen en Xochimilco, se refleja claramente la visión que tenían del futuro de la revolución: Villa: "Yo no necesito puestos políticos, no los se lidiar; vamos a ver hasta donde llegan estas gentes. Nomás vamos a encargarles que no nos den más quehacer..." Zapata: "Yo bien comprendo que la guerra, la hacemos los ignorantes y la tienen que aprovechar los gabinetes pero que no nos den más quehacer..." La entrada de las tropas de Villa y Zapata a la Ciudad de México el día 6 de diciembre de 1914, marcó el punto más álgido del movimiento revolucionario campesino. Sin embargo, en términos de gobierno, pese a las crecientes dudas que suscitaba la actitud de Eulalio Gutiérrez, no hicieron previsiones importantes para enfrentar la traición que éste ya preparaba. De hecho su actitud de relegar a los elementos pequeño burgueses las tareas de gobierno facilitaron la labor de elementos vacilantes. Como José Vasconselos y Martín Luís Guzmán, entre otros. En realidad, dichos elementos se pusieron del lado del campesinado pobre cuando el auge revolucionario parecía incontenible, cuando el auge de la lucha fue cediendo y llegó la hora de consolidar un programa, estos "funcionarios de gabinete" se dieron cuenta que se encontraban en un bando del que no había posibilidad de sacar provechos personales; los dirigentes campesinos como Zapata y Villa no sabían muy bien cómo lograr el bienestar de los campesinos, pero eran enemigos firmes contra todo tipo de transacciones con los políticos burgueses como Carranza, es decir, eran enemigos de un programa capitalista sin tener claro con qué sustituirlo. En esas circunstancias comenzó a desarrollarse una desbandada que incluyó al propio Eulalio Gutiérrez, quien huyó creyendo que Obregón lo apoyaría para oponerse tanto a Villa como a Carranza. En realidad Obregón sólo realizó una serie de maniobras para dividir al bando convencionista y cuando lo logró, no dudó en olvidarse de las promesas hechas a Gutiérrez, cuya presidencia se esfumó una vez que abandonó el bando constitucionalista. Zapata y Villa declararon sinceramente en Xochimilco que ellos no eran buenos para eso de los "gabinetes". Hacía falta un movimiento con un programa muchísmo más profundo, que pudiera oponerse al de la burguesía carrancista o al reformismo de Obregón. Lamentablemente el movimiento obrero, representado en cuanto a fuerza organizada por la Casa del Obrero Mundial, tenía una dirección que combinaba el sectarismo hacia el movimiento campesino revolucionario con el oportunismo hacia el gobierno que le ofreciera mejores garantías de organización. Como eran anarquistas no tenían ni podían tener la idea de unificarse con los campesinos revolucionarios para rebasar al capitalismo. La otra fuerza importante, al menos en el terreno ideológico para los trabajadores era el Partido Liberal de Ricardo Flores Magón, el cual lamentablemente estaba sumamente aislado y al mismo tiempo tenía aún menos disposición que los anarquistas reformistas de la COM a llegar a acuerdos con Zapata y Villa, de hecho los enfrentamientos armados entre magonistas y villistas eran comunes. Así que una gran carencia, tal vez la más determinante en el seno de la Convención fue la ausencia del movimiento obrero organizado y al mismo, de una organización basada en él, que le permitiera construir un programa revolucionario que los carrancistas fueran incapaces de disfrazar como suyo. Las fuerzas militares de la convención eran originalmente muy superiores a las carrancistas, de hecho llegaron a ocupar por bastante tiempo la capital del país, no obstante como hemos dicho, políticamente no tenían cohesión y tampoco un proyecto coherente con el cual enfrentar al de la burguesía. Conforme avanzaba el tiempo, esta situación se hacía más patente, Lucio Blanco retiró su apoyo a la Convención y se pasó del lado carrancista, al parecer este general de caballería consideraba demasiado brutos e ignorantes a los villistas como para dirigir el país, así que optó por los burgueses. Aún hoy muchos piensan así, creen que aunque sean justas las causas de los oprimidos, estos no tienen la capacidad para hacerse cargo de una empresa que las clases burguesas siempre han monopolizado y por tanto consideran mejor buscar entre los burgueses a alguno que sea "amigo del pueblo". De esta forma se definieron de una manera mucho más nítida los bandos del doble poder, por un lado la burguesía con Carranza y por el otro los campesinos con una Convención dirigida por Zapata y Villa. Por supuesto, algunos podrían objetar que las diferencias de clase no eran tales dado que los ejércitos constitucionalistas y los convencionistas eran ambos campesinos, esto es cierto, pero la diferencia radica en que en el lado constitucionalista el movimiento campesino seguía a dirigentes y programas de otras clases. De hecho Carranza, como hemos señalado, prohibió expresamente e incluso mandó reprimir cualquier intento de reparto agrario en los territorios que ocupaban; si dio concesiones fue básicamente por miedo a que su ejercito se desbandara y como una forma de arrebatar banderas políticas a los campesinos revolucionarios, aunque mientras pudo, siempre trató de evitar que se afectaran los intereses de los grandes terratenientes y burgueses y por supuesto de las compañías extranjeras. Carranza tenía un discurso nacionalista, pero era más apariencia que realidad, dado que terminó colaborando con el imperialismo norteamericano y cediendo a sus caprichos con tal de obtener armas para enfrentar a Villa. El poder campesino Por la vía de la práctica, las zonas controladas por los ejércitos villistas establecían un control de casi todos los sectores económicos, expropiaron en beneficio de la revolución centenares de haciendas nombrando administradores que respondían directamente al ejército revolucionario, impulsaron la educación y tomaron medidas en contra de la especulación, la usura y el acaparamiento tanto de dinero como de alimentos. Una de sus primeras medidas fue el emplear miles de reses de los hacendados para la alimentación de las ciudades. Es cierto que, salvo a las viudas de los caídos en combate, el villismo no repartía la tierra, pero también es cierto que destruir la estructura económica de la hacienda, fraccionándola en pequeñas propiedades hubiese significado por un lado la desbandada del ejército campesino y por el otro la desorganización económica. El villismo procedió a la explotación de las haciendas y las minas expulsando a los viejos terratenientes para aprovechar todo su potencial económico en favor de la causa, lo cual fue en suma perfectamente correcto y, pese a que ni Villa ni sus compañeros se dieron cuenta, sentaban las bases para un tipo de desarrollo distinto del capitalismo. Por supuesto que para que esto sucediera, se necesitaba mucho más que el pragmatismo que animaba las iniciativas villistas. Villa no entendía la necesidad de una política de clase aunque en gran medida de forma empírica implementaba un programa de expropiación en contra de la oligarquía, la cual lo veía como su principal enemigo. Un ejemplo de esta falta de perspectiva fue su política hacia los Estados Unidos, la cual estaba basada en evitar cualquier conflicto con los gringos, con el objeto de poder comerciar con ellos los productos expropiados y poder así financiar la lucha revolucionaria, sin prever que tarde o temprano optarían por Carranza. Como sea, las tropas de la División del Norte creadas bajo la dirección de Villa y las medidas revolucionarias dictadas en los territorios por ella controlada son y seguirán siendo uno de los hitos más importantes en la lucha de clases en México, nunca un ejercito de explotados en el país había llegado tan alto y tan lejos, guiado tan sólo por sus instintos revolucionarios y su odio a muerte a la oligarquía terrateniente. La otra fuerza campesina, militarmente más pequeña pero no menos importante, era el zapatismo, cuya organización combinaba la explotación colectiva de los ingenios y determinado sectores de la producción regional con el reparto agrario, que se había implementado de facto a partir de la ocupación de las haciendas. Esto les permitía a los zapatistas una mejor organización de la producción local pero bastantes dificultades para construir una economía cohesionada, tal como sí era posible en el territorio villista. Los zapatistas no podían generar los medios materiales para armar a sus tropas con los elementos necesarios para derrotar definitivamente a sus contrincantes, pero nadie como ellos, mientras vivió su jefe, para resistir las campañas de aniquilamiento. El arraigo a la tierra aseguraba la combatividad de los ejércitos campesino cuando se trataba de defender sus territorios, pero ese mismo arraigo les impedía la movilidad necesaria para trasladarse a zonas de combate distintas a Morelos y sus alrededores. El aspecto más trascendente del zapatismo no era el militar, sino su organización social y su relativamente avanzado programa político el cual pese a la cierta influencia anarquista hubiera sido plenamente compatible con el triunfo de una alternativa socialista que como hemos señalado, en esos momentos no se presentaba. La derrota de la Convención Mientras la crisis política se desataba en el bando convencionista, los carrancistas se reorganizaban política y militarmente para emprender la contraofensiva. Políticamente se implementaron una serie de iniciativas demagógicas con el fin de arrebatar a los ejércitos campesinos las banderas agraristas, por supuesto todo sería después del triunfo. Al mismo tiempo, se tildaba de reaccionarios a los ejércitos campesinos. El 6 de enero de 1915 se da a conocer una ley agraria que pretendía contrarrestar el Plan de Ayala zapatista, que había sido asumido por la Convención. Carranza por fin había cedido a los consejos de algunos de sus generales y al de su maquiavélico asesor Luís Cabrera. Prometer no empobrece, sería tal vez la idea prevaleciente en el campo carrancista. Del mismo modo se iniciaba una ofensiva de las tropas de Obregón hacia Puebla. La decisión de Villa fue el retirarse de la ciudad y entablar a las batallas en zonas más cercanas a sus líneas de abastecimiento. Los zapatistas hacían lo que podían para tratar de detener el avance de las fuerzas de Obregón, pero estaban limitados a los medios, bastante modestos de sus propios recursos, dado que desde la Ciudad de México elementos saboteadores como Martín Luís Guzmán y Eugenio Aguirre Benavides pese a estar formalmente comprometidos a abastecerlos, les negaban todo, esperando con esto quedar en buenos términos con Obregón y Carranza. Al final Obregón logra ocupar la capital, mientras que las fuerzas convencionistas se retiran con los zapatistas a Morelos. En México, Obregón establece una política de alianzas muy amplia que abarca incluso a los supuestos anarquistas de la Casa del Obrero Mundial, a los cuales se les ofrecen garantías para extender su organización en la zona constitucionalista (17 de febrero de 1915). Producto de esta alianza se crean los batallones rojos, los cuales eran más significativos por lo que representaban que por el aporte militar que pudieran suponer. En el frente de guerra Villa, ha decidido atraer al enemigo mientras que al mismo tiempo trata de neutralizar la posibilidad de que se fortalezcan otros frentes de guerra distintos al del principal, dirigido por Obregón. Manda a su lugarteniente más fiel: Rodolfo Fierro, viejo ferrocarrilero y dueño de un valor ajeno al común de los mortales, a combatir a las tropas constitucionalistas estacionadas en Jalisco, al mismo tiempo manda a Felipe Ángeles enfrentar las tropas de Pablo González en Monterrey, mientras que el general Urbina se haría cargo de los Arrieta en Durango. Pese a que el despliegue de las fuerzas de la convención era enorme, era notable que ya la única fuerza que tenía cierta consistencia en la lucha contra los carrancistas era la proveniente de la División del Norte, la mayoría de aquellos que habían votado los acuerdos de la convención, en su mayoría elementos pequeño burgueses, tanto civiles como militares estaban desertando. Al mismo tiempo, los Estados Unidos, sin que Villa lo supiera, estaban dando todas las facilidades a Carranza para dotarse de recursos militares. El único bando consecuente con el que contaba el villismo era el zapatismo, pero este no sabía combatir fuera de su zona de influencia y ello la tornaba un tanto inútil en la proximidad de la batalla final en contra de Carranza. Para marzo de 1915, las tropas de Obregón avanzaban lentamente hacia el Bajío, atrincherándose los primeros días de abril en la ciudad de Celaya y sus alrededores. El día 6 las tropas de la División del Norte inician la ofensiva que según se dice hubiera sido victoriosa de haber existido por parte de los convencionistas tropas de reserva y balas suficientes, no las había, mientras que por parte de Obregón existían importantes contingentes de caballería esperando el momento oportuno para entrar en acción. La batalla se prolongó durante dos días al cabo de los cuales los villistas habían logrado penetrar hasta la propia ciudad de Celaya, no obstante la intervención de las tropas de reserva decide la situación, Villa se ve forzado a ordenar la retirada, teniendo que dejar una buena parte de las tropas que habían logrado penetrar a la ciudad, ante la posibilidad de caer en un cerco que hubiese sido definitivo. Villa intenta reagrupar fuerzas y para el 13 desata una nueva ofensiva, que fue otra vez contenida por las tropas de refresco de Obregón, el cual contabiliza importantes bajas; 4 jefes, 27 oficiales y 527 de tropa muertos; heridos: 5 jefes, 20 oficiales y 340 de tropa. Las bajas de Villa fueron 1800 muertos, 3 mil heridos y 500 prisioneros, material de guerra y ganado, 13 oficiales villistas que habían encabezado el avance más importante en Celaya fueron ejecutados sin juicio por ordenes de Obregón. En los siguientes combates: León y La Trinidad, la ventaja estratégica ya era para los carrancistas, los cuales aprovechando el momento lograron derrotar a las tropas más importantes de la División del Norte. Las pérdidas no eran tan definitivas estrictamente, si bien los villistas habían sido derrotados, en todos los casos la victoria hubiera sido posible, de hecho en la Batalla de León un cañonazo de la División del Norte le arrancó el brazo a Obregón llevándolo a intentar suicidarse. Desesperados los generales sustitutos, encabezados por Benjamín Gil deciden una ofensiva final que de haber sido detenida hubiese significado la victoria para la División del Norte. Si Villa hubiese estado enterado de esto, probablemente hubiese sostenido más tiempo la defensiva y no hubiese optado por una retirada que por la manera en que se dio, resultó finalmente desastrosa. Algo similar sucedió en La Trinidad, finalmente para julio, los restos de la División del Norte se retiraron definitivamente rumbo a Torreón, esperando hacerse fuertes en Chihuahua. Villa intentó una ofensiva hacia los terrenos de origen de los mandos obregonistas: Sonora; la idea era atacar por sorpresa las ciudades fronterizas de Sonora como Aguaprieta y desde ahí reiniciar una ofensiva. La idea era buena, sin embargo no contaba con que Obregón conocía de esos planes y que el gobierno norteamericano le permitió a las fuerzas de Obregón trasladar en tren a más de 3000 hombres de refuerzo para Calles, el jefe obregonista en Sonora en esos momentos; cuando las fuerzas villistas atacaron se dieron cuenta que habían caído en una emboscada y tuvieron que retroceder. Villa y Zapata siguen luchando Villa regresó a finales de 1915 a Chihuahua, todavía tenía un ejército capaz de combatir, pero los medios materiales eran angustiosamente escasos y, lo más importante, la mayor parte de los mandos de lo que quedaba de la División del Norte no creían que fuera posible vencer, en esas circunstancias Villa optó por disolver la División del Norte y regresar a la guerra de guerrillas, en la cual tenía amplio conocimiento y le permitió seguir infringiendo derrotas a los carrancistas, aunque sin poder volver a constituir un ejército a gran escala como lo fue la División del Norte. Mientras Villa regresaba a su vida guerrillera, en Morelos, aprovechando que las fuerzas constitucionalistas se dedicaban exclusivamente al centauro del norte, los ejércitos de Zapata habían establecido un régimen revolucionario que comenzó a ejecutar los acuerdos de reformas sociales aprobados por la convención, pero debido a las derrotas militares, no implementados en alguna otra parte. De 1914 a 1916, la zona zapatista vivió una relativa calma. Por supuesto que estas circunstancias no durarían eternamente, había la posibilidad de que, con la existencia de un fuerte movimiento obrero que dirigiera el proceso, el campesinado revolucionario pudiera efectuar una sólida alianza y así avanzar rumbo a la consolidación de un régimen socialista. No obstante ya hemos señalado la situación que vivía el movimiento obrero, la cual distaba mucho de ser en esos momentos de vanguardia, no por su culpa, sino por el tipo de dirección que poseía, en esas circunstancias la perspectiva no podía ser otra que la del aislamiento y el posterior cerco, que llevó a la reanudación de la guerra con el carrancismo en condiciones sumamente desventajosas. Para abrir de 1916, Pablo González, el tenaz defensor de las compañías extranjeras del noreste del país, emprendió una invasión armada contra los territorios zapatistas. No obstante, debido al apoyo de las masas y al oportuno retiro de las tropas de las ciudades importantes, Zapata logró mantener fuerzas suficientes para, a su vez, reiniciar una campaña de hostigamiento a la ocupación para que a principios de 1917 la ocupación carrancista pudiera considerarse prácticamente inútil. Sobre la base del aislamiento el carrancismo continuó hostigando al movimiento campesino armado de Morelos. Si bien el zapatismo no podía ser derrotado en batallas definitivas, se realizó un cerco de tal modo que la perspectiva de un triunfo zapatista también se volvió más lejano que nunca, en esas circunstancias se propició la división del movimiento. La constitución de 1917, que demagógicamente retomó muchos de los planteamientos del zapatismo logró profundizar aún más este aislamiento que fue llevando a parte de la cúpula zapatista a considerar una solución en la que la existencia misma de Zapata como revolucionario irreducible, comenzó a ser un estorbo. Mientras tanto, Villa seguía dando lata en el norte. Luego de enfrentar a los norteamericanos en su propio territorio, Villa tuvo que ocultarse dada la expedición punitiva que en 1916 los Estados Unidos organizaron "buscando a Villa, queriéndolo matar". El fracaso de dicha invasión fue total, mientras los estadounidenses estaban paralizados en el norte, los villistas se reorganizaron, tomaron Parral y se dirigieron al sur con casi 5000 campesinos armados Precisamente cuando estaba reunido el constituyente de Querétaro, Villa logró retomar Torreón y amenazar, al menos momentáneamente, al gobierno de Carranza, es altamente probable que la presión militar villista haya obligado a no pocos miembros de la constituyente a mostrarse más a la izquierda para hacer aparecer al villismo como un movimiento reaccionario. Como sea, la constituyente de 1917 se reunió entre la amenaza de un villismo y un zapatismo diezmados, pero no derrotados. El gobierno de Carranza En la Ciudad de México, luego de la derrota de Villa, los batallones rojos fueron disueltos. Tal parece que los dirigentes obreros creyeron que era en serio el compromiso con el constitucionalismo en el sentido de apoyar e impulsar las luchas obreras. Durante los primeros meses de 1916, las huelgas por reivindicaciones económicas se generalizaron, principalmente en la capital, donde la presión es tal que el 31 de julio estalla una huelga general, la cual es impulsada por el naciente Sindicato Mexicano de Electricistas y apoyada por la Casa del Obrero Mundial, evidentemente que los anarcosindicalistas de la COM no pretendían un movimiento subversivo, pero en el marco de la parte final de la guerra con la División del Norte y de la inestabilidad reinante, la huelga se convirtió en un peligro intolerable para el gobierno carrancista, el cual ordena la detención y ejecución de los principales dirigentes. La COM, desconcertada, ordena el levantamiento del movimiento huelguístico el día 3 de agosto. La represión fue brutal, se ordenó la suspensión del derecho de reunión y se amenazó con la pena de muerte a quienes se atrevieran a promover actividades sindicales. De esta manera murió la COM, más con pena que con gloria. Así el movimiento obrero quedó desorganizado por un periodo de tiempo. No obstante, la necesidad de la industrialización del país trajo consigo el surgimiento de multitud de diversas organizaciones sindicales de toda índole. La lucha obrera, aunque derrotada, se convirtió en un factor a tomar en cuenta y por ello, la misma necesidad de darle una respuesta se expresó en dos elementos claves en ese periodo: por un lado con la redacción del articulo 123 de la Constitución, el cual señalaba una serie de garantías sociales para defender el derecho al trabajo y establecía ciertos limites a la explotación. Con la redacción de dicho artículo nuevamente se pretendía arrebatar posibles banderas políticas a otros grupos, ya sea sindicales o campesinos y afianzar políticamente al gobierno carrancista. Ya hemos señalado que para Carranza y Obregón el asunto no era aplicar reformas, sino manejar políticamente la promesa de las mismas. La otra medida tomada desde el Estado para tratar de domar el latente peligro sindical, fue la construcción de un movimiento obrero dominado desde el poder mismo y ajustado a las necesidades del Estado capitalista y no de los trabajadores. El día 12 de mayo de 1917 bajo el impulso de Carranza se crea la Confederación Regional Obrera de México, la CROM. Por supuesto, el diseño de la nueva central no era perfecto, en ella también coexistían elemento residuales del anarquismo y aquellos que comenzaban a simpatizar con las ideas del socialismo científico. No obstante, el Estado se encargó de asegurar que su empleado: Luís N. Morones se quedaría con el control de la organización. Dos años después, en 1919, los golpeadores de Morones se encargaron de eliminar tanto a anarquistas como a socialistas de la central oficial. Volviendo al gobierno de Carranza, éste había derrotado militarmente a la División del Norte y ya había sido reconocido por Estados Unidos como gobierno de facto, para eliminar ese pecado original, el gobierno de Carranza se avocó a crear un marco jurídico que le permitiera presentarse como gobierno legítimo tanto dentro como fuera del país. El Congreso Constituyente convocado por Carranza excluyó, por supuesto, a todo aquel que siquiera se sospechara hubiera tenido alguna simpatía con algún movimiento hostil al constitucionalismo. No obstante a pesar de la exclusión de los representantes del campesinado revolucionario, se formaron dos alas en la Constituyente, por un lado aquellos que eran simples empleados de Carranza como Luís Cabrera, y por el otro elementos sinceramente revolucionarios que se encontraban en el bando de Carranza por no encontrar alternativas en algún otro, el caso más ejemplar que ya hemos citado fue Francisco J. Mújica. El marco general de la Constitución fue establecido por los carrancistas, los cuales se aseguraron de proteger el derecho a la propiedad privada, de establecer un régimen presidencialista, democrático burgués, etc. En realidad, la idea para los carrancistas era mantener la constitución de 1857, con algunas modificaciones menores. Sin embargo, la huelga general y la brutal represión que le siguió así como la existencia de movimientos armados en diversas regiones hacía imposible para los carrancistas hacer a un lado a sus aliados de otras facciones. La posibilidad de una nueva ruptura en las filas constitucionalistas no era descartable y tampoco era seguro que en aquellas circunstancias el bando de carrancistas puros hubiera podido salir adelante. Obregón, que había sido el caudillo triunfador podía darse el lujo de aparecer radical de frente a Carranza y con miras a la próxima sucesión. Todos estos factores influyeron para que en la Constitución combinaran planteamientos más o menos progresistas en educación, agricultura, trabajo, salud, recursos naturales con la república burguesa. En suma, la Constitución de 1917 es en sí una ley burguesa que contiene concesiones sociales propias de la coyuntura de su tiempo, probablemente dentro de los marcos del capitalismo no se hubiera podido avanzar más en el terreno legal. Al mismo tiempo la propia Constitución es la prueba palpable de que en el marco del sistema de explotación capitalista ninguna ley, por más avanzada que sea, puede eliminar la miseria y la explotación que ese sistema implica, el derecho no mandó a la economía, fueron las relaciones económicas y el poder que de ellas emana las que establecieron qué aplicar y qué no aplicar de aquella Constitución. Con la promulgación de la Constitución en febrero de 1917, Carranza dio paso a lo que realmente le interesaba, es decir, ser electo presidente constitucional, luego de lo cual volvió a orientar sus afanes en aplastar a los líderes revolucionarios que aún se encontraban en armas. Para solucionar el conflicto con Zapata en Morelos, Carranza no estaba dispuesto a ningún acuerdo, como no fuera la rendición incondicional. Pero mientras Zapata estuviera vivo esto era imposible. Al mismo tiempo en el bando zapatista las cosas comenzaban a deteriorarse en la medida de que el aislamiento parecía extenderse indefinidamente; Eufemio Zapata murió en un pleito, Otilio Montaño, el redactor del Plan de Ayala murió fusilado por traición. Manuel Palafox fue hecho a un lado, víctima de intrigas, etc. Como hemos señalado, la existencia misma de Zapata era un obstáculo para negociar con el gobierno. El caudillo del Sur, deseoso de romper la cadena de contrariedades, se convirtió en víctima relativamente fácil de una celada por parte de los carrancistas. El 10 de abril, víctima de un complot, Zapata cae asesinado por ordenes de Jesús Guajardo, esbirro de Pablo González. Con la muerte de Zapata, las tendencias de derecha dentro del movimiento se fortalecen, sólo esperaron la caída de Carranza para llegar a un acuerdo con el gobierno. El periodo de Carranza 1917-1920, se caracterizó por la consolidación del constitucionalismo y sus grupos como la nueva casta en el poder. Sin embargo, la crisis política en el seno de la burguesía aún no terminaba. Las masas trabajadoras del campo y la ciudad no estaban férreamente amordazadas física o ideológicamente, así mismo la miseria y el hambre tampoco justificaban alguna fidelidad al grupo gobernante. Así que en el México de Carranza había todo menos una democracia burguesa clásica. Lo que teníamos era un ejército triunfante, un campesinado exhausto, una burguesía afanosa en consolidar y capitalizar el nuevo Estado resultante y una clase obrera en proceso de reorganización. Carranza gobernó de forma despótica, la corrupción reinó bajo su mandato, hizo del término carrancear un sinónimo de robar. En dichas circunstancias la imagen del caudillo vencedor--Obregón--se hizo más fuerte conforme se terminaba su periodo constitucional. Obregón decidió no aceptar el cargo de Secretario de Guerra, para refugiarse en Sonora, en realidad Obregón sólo se retiraba para preparar a su gente para deshacerse de Carranza. Obregón por decirlo de algún modo, representaba al nuevo político burgués, lo suficiente ambicioso como para arriesgarse a todo tipo de maniobras por el poder político y lo suficientemente poderoso como para enfrentar a las clases explotadas y reprimirlas si hacía falta. Eliminando a Carranza, Obregón eliminaba lo que quedaba de porfirismo en los políticos burgueses de esos tiempos. La sombra del caudillo En 1920 la elección presidencial hizo estallar los conflictos entre caudillos, Obregón contendía frente a Pablo González e Ignacio Bonillas, el candidato de Carranza. El ejército mostró sus simpatías por Obregón y estaba claro que sería presidente por las buenas-elecciones--o por las malas--levantamiento militar--. Carranza intentó evitar su avance haciéndolo prisionero, pero fracaso, no obstante con ello dio el motivo que Obregón esperaba. El 23 de abril, desde Aguaprieta, Sonora, Obregón se subleva apoyado principalmente por políticos y militares sonorenses. Conforme el movimiento avanzó, se le sumaron todos aquellos que tenían algo contra Carranza, incluyendo a Pablo González. Carranza intentó la vieja hazaña de escapar a Veracruz, no sin antes llenar hasta el tope vagones de ferrocarril con las riquezas que pudo, lo que dificultó su huida. Durante el camino Carranza fue asesinado por su propia escolta. La traición, principal instrumento de Carranza para mantenerse en el poder, fue también la que terminó con su vida. Luego del final de Carranza el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta logra la rendición de los dos movimientos potencialmente más peligrosos para el Estado desde el punto de vista del poder, por un lado Villa se retira y por el otro los sobrevivientes del zapatismo también lo hacen. La diferencia estribó en que mientras Villa se retiró a sus asuntos particulares sin involucrarse en política, los zapatistas sí lo hicieron: en primer lugar se sumaron a las fuerzas de Obregón y después se encargaron de organizar al Partido Nacional Agrarista, como un sostén político del propio Obregón. De esta forma Antonio Díaz Soto y Gama y Gildardo Magaña claudicaron de forma poco decorosa ante la burguesía nacional. Eliminado Carranza, Obregón, casi sin oposición, es electo presidente. Durante su gobierno buscó sostener una relativa estabilidad, tratando de llegar a un acuerdo entre las clases poseedoras por un lado y por el otro, adoptó una postura muy represiva para con aquellos sectores de obreros y campesinos que por el desarrollo de sus luchas, implicaron un cuestionamiento al poder que la burguesía trataba de consolidar. La burguesía no dudó en emplear la demagogia y las promesas combinadas con la compra de los dirigentes, aún hoy en día es famosa su frase "No hay hombre que resista un cañonazo de 50 000 pesos", si con esto no era suficiente, entonces la represión abierta no se hacía esperar. La facción burguesa en el poder comprendía que una de sus principales justificaciones para gobernar era el reclamarse como la única heredera legítima de la revolución, como su continuadora indiscutible. Cualquier movilización que se saliera de sus manos, podría ante la aún inestable situación, reclamarse como la verdadera revolucionaria y no estaba dispuesta a permitir una posibilidad semejante. Un caso emblemático para señalar el trato que el régimen obregonista sostenía para con el movimiento social, se encuentra en los casos de los gobernadores radicales Francisco J. Mújica en Michoacán, Tejada en Veracruz y Felipe Carrillo Puerto en Yucatán. En todos los casos se trataba de gobiernos que promovían la organización y la movilización de las masas tratando de hacerlas participar en la ejecución del programa de la revolución; en el caso de Tejada, había más la idea de dotarse de una base social para negociar posiciones de poder mejores con respecto del régimen, no obstante la coyuntura permitió que Tejada diera el visto bueno para que Úrsulo Galván, de extracción comunista, organizara un movimiento campesino muy politizado y combativo que enfrentó tanto a los terratenientes como a los rebeldes delahuertitsas, las libertades que gozó el joven movimiento comunista en Veracruz no se tuvieron en ninguna otra parte, aunque a la larga, el proceso facilitó posteriormente la captación de algunos dirigentes comunistas, entre ellos el propio Galván. Respecto a Carrillo Puerto, éste tuvo un mayor margen de maniobra para implementar una revolución a fondo en Yucatán, con la formación del Partido Socialista del Sudeste y la creación de milicias locales en el seno del movimiento campesino, no obstante esa lejanía que dificultaba una intromisión del centro en asuntos locales, permitió a su vez que la reacción actuara de forma despiadada una vez que tuvo las manos libres para actuar en contra del gobernador revolucionario, su asesinato en el marco de la rebelión delahuertista puso fin al experimento social de Yucatán, aún hoy se especula sobre la posibilidad de que el propio Obregón haya abandonado a su suerte a Carrillo Puerto como una forma de deshacerse de un aliado incómodo. En el caso en el que hubo un franco enfrentamiento fue en el de Francisco J. Mújica, el cual logró ser gobernador en contra del candidato que apoyaba Obregón en 1920 y a partir de entonces, sufrió un permanente hostigamiento tanto del gobierno central como de los terratenientes locales. En contraparte, Mújica realizó una intensa labor de organización entre obreros y campesinos con su Partido Socialista, al grado de llegar a organizar también milicias propias, de un carácter abiertamente socialista, incluso tenía su periódico, el "123" en el que proclamaba la necesidad de expropiar a los latifundistas y la lucha contra la religión, entre otras cosas. En este proceso, trabó amistad con Cárdenas, cuya protección fue clave para que a la hora de que por fin lograron separarlo de la gubernatura, se lograra impedir su fusilamiento. Obregón era ante todo un jefe militar, su poder estaba sustentado en el poder sobre el ejército mientras que las instituciones que formalmente representaban el poder político apenas estaban en un proceso de consolidación, en esas circunstancias el surgimiento o la existencia de alguna otra figura emblemática que pudiera ser retomada por sus oponentes para hacerle sombra era una posibilidad real. En estas circunstancias sus incómodas relaciones con los sectores revolucionarios dentro de su propio movimiento se tornaban intolerables respecto a aquellos que se encontraban fuera de él o que abiertamente lo desconocían. Es en este periodo cuando Obregón buscó el reconocimiento formal de los Estados Unidos, para lograrlo el gobierno firmó con el norteamericano el Tratado De la Huerta-La Montt, el cual obligaba a México a pagar cuantiosas sumas por los daños a propiedades norteamericanas durante la revolución, a reanudar el pago de la deuda externa y a no producir maquinaria pesada en un lapso de 99 años, entre otras cosas, a cambio, el gobierno norteamericano por fin reconoció al mexicano como legalmente constituido. El tratado en si mismo es una muestra del nivel de sumisión al que es capaz de llegar la burguesía nacional para con sus amos extranjeros. En estos años surgió el Partido Comunista, acontecimiento que sin duda, al margen de las anécdotas chuscas de su fundación, fue el acontecimiento más importante para la clase obrera de aquel periodo revolucionario. La influencia de la revolución de octubre se extendió por doquier y México no fue la excepción. Los movimientos campesinos son los que de manera más rápida sufren la influencia de los militantes del PC, aunque también en el plano obrero participan en la formación de la Confederación General de Trabajadores. El movimiento más importante que el PC dirigió en ese entonces fue el de la Liga de Comunidades Agrarias de Veracruz con Úrsulo Galván al frente. Rápidamente el pequeño PC se dotó de una juventud muy activa y una militancia abnegada dispuesta a todo tipo de sacrifico y privaciones por extender las ideas de la revolución socialista por todo el país. Lamentablemente como en todo el mundo, el proceso de degeneración burocrática de la internacional comunista que se caracterizó en términos internacionales por convertir a la internacional creada por Lenin y Trotsky de un Estado Mayor de la revolución en una simple oficina de relaciones internacionales de la Unión Soviética. En lugar de establecer orientaciones tácticas a partir de un análisis de la situación concreta del país, lo que se hizo fue adaptar las líneas de la internacional a las condiciones del país, de tal modo que paulatinamente el movimiento comunista fue perdiendo las oportunidades que se presentaron tanto para crecer como para desarrollar un potente y clasista movimiento obrero. Pese a todo el esto, durante los años veintes la historia de los militantes del PCM es y será un ejemplo para toda la clase obrera. En el periodo de Obregón el PC se desarrollaba rápidamente y por supuesto que el gobierno seguía con atención sus pasos y lo reprimía cuando consideraba que su avance pudiera ser peligroso, no obstante en general, la mayoría del movimiento obrero y campesino estaba controlado por el gobierno central, aunque hay que decir que era un control muy relativo, más bien los distintos caudillos locales en nombre del gobierno central ejercían un control frágil, pero control al fin. Todavía la burguesía no contaba con mecanismos institucionales para ejercer su dominio sin necesidad de los caudillos. México era un país semicolonial, los terratenientes estaban siendo borrados del mapa producto de la guerra campesina, pero los burgueses, pese a poseer el poder político, no contaban con una estructura social que le diera control estable al sistema. En esas circunstancias era impensable para la burguesía el dar rienda suelta a una democracia auténticamente representativa de los grupos sociales existentes. Las crisis políticas de la época responden a esa extrema debilidad de la burguesía como clase. En periodos relativamente breves de tiempo estallaban crisis que se resolvían por medio del enfrentamiento armado. Obregón era el caudillo indiscutible, pero estaba demasiado fresco el recuerdo del porfirismo como para que la casta de hombres de la guerra permitiera que él se mantuviera por mucho tiempo en la presidencia. Cuando se acercó el momento de la sucesión presidencial y ante la imposibilidad de la reelección Obregón optó por apoyar a Plutarco Elías Calles, por lo que Adolfo de la Huerta, su ministro de Hacienda terminó por romper con él y amenazó con levantarse. En esas circunstancias, Obregón se inclinó por eliminar posibles caudillos de una posible futura rebelión y en este marco fue asesinado Francisco Villa. Probablemente De la Huerta no era en sí mismo un elemento reaccionario, no obstante la gran mayoría de los restos de la oligarquía prerrevolucionaria despojada y en conjunto lo peor de las clases poseedoras, decidió sumarse a la revuelta de De La Huerta, iniciada en diciembre de 1923, con el fin de sacar provecho de ella. Con ello alrededor de 60 000 hombres de las fuerzas armadas se levantaron. No obstante, para febrero de 1924 la rebelión había sido sofocada. Ese lapso de tiempo fue más que suficiente para que las huestes reaccionarias ejecutaran a cientos de revolucionarios, como fue el caso de Felipe Carrillo Puerto, ejecutado en enero de 1924, el cual había encabezado en el breve tiempo que se mantuvo en el gobierno de Yucatán un movimiento de masas en favor del reparto agrario, la educación, la salud y ley del divorcio, entre otras cosas. La razón de la derrota tan rápida del movimiento delahuertista fue sin duda el hecho de que las masas intervinieron decididamente, porque lejos de ver a la rebelión como un mecanismo para avanzar, se dieron cuenta rápidamente del contenido reaccionario del movimiento rebelde. Su triunfo hubiese significado el regreso de la reacción que perdió el control en México en la época de Victoriano Huerta. Derrotado de la Huerta, nada impidió que Calles asumiera la presidencia. Durante su periodo se refuerza el control político de la clase obrera por medio de la CROM y del campesinado por medio de las ligas campesinas. En ese periodo también se inicia el control de organizaciones gremiales pequeñoburguesas, englobadas en el término "organizaciones populares". Para controlar al ejército, se establecieron zonas militares con mandos rotatorios, con el objeto de evitar que algún general afianzara un cacicazgo peligroso para el presidente. Pese al triunfo militar de Calles y Obregón, esto no significó en algún modo la estabilización de los movimientos sociales, todo lo contrario, la organización obrera estaba expandiéndose y la CROM, pese a sus afanes no lograba absorber todos los esfuerzos organizativos, ante los cuales el PC comenzaba a convertirse en competencia seria, especialmente en el movimiento ferrocarrilero. La característica principal de esos tiempos era que la lucha campesina y obrera seguía sujeta a que la mayor parte de los líderes habían sido encarcelados, asesinados o simplemente comprados. En esas circunstancias, se hacía indispensable una estructura política que le diera más cohesión a la casta gobernante y permitiera una acción más homogénea para dominar al movimiento obrero y campesino. El olvidarse definitivamente del reparto agrario habría supuesto para el gobierno enfrentar la posibilidad de otro levantamiento militar apoyado por las masas campesinas, que eran la mayoría, algo similar sucedía con los trabajadores que reclamaban en los hechos el derecho de huelga. No obstante, en el otro flanco estaban las empresas extranjeras y en general, los intereses de los países imperialistas que exigían como condición de reconocimiento la protección de sus intereses. El gobierno de Calles buscó maniobrar, por un lado no duda en prometer al movimiento obrero y campesino una ley laboral o un reparto agrario próximo, mientras que a los latifundistas y burgueses extranjeros les garantizaba que sus intereses serían respetados. A medida de que el tiempo pasaba y las movilizaciones de masas subían de tono, el gobierno callista se veía en la necesidad de arreciar la represión, pero al mismo tiempo se enfrentó a una impaciencia de los sectores oligárquicos, los cuales ante la incertidumbre, optaban por prepararse para combatir al gobierno en cada ocasión que podía, así sucedió con de la Huerta y con el movimiento cristero. La iglesia, que era otro de los sectores damnificados por el movimiento revolucionario, perdiendo gran parte de los privilegios que había recuperado en tiempos de Don Porfirio, lanzó una campaña de presión en contra del gobierno. Una amplia capa de campesinos de las zonas de mayor influencia clerical se sumó a las presiones de la iglesia. Una de las causas de la participación del campesinado de las regiones del centro del país fue el casi nulo reparto agrario, hay que recordar que de 1920 a 1928 se habían repartido cuando mucho 40 000 hectáreas, la mayoría de ellas en la Michoacán mujiquista. Cuando los sacerdotes los llamaron a rebelarse contra el gobierno al grito de ¡Viva Cristo rey! poco o nada tenían que agradecer al gobierno de Calles. Con la Constitución de 1917, la iglesia católica quedaba en calidad de simple asociación civil con los mismos derechos y obligaciones que cualquier mortal, incluso en el peligro de tener que reportar ingresos y pagar impuestos. Además de ello, se le asestaba el duro golpe de separarlos para siempre de la educación. La iglesia creó desde principios de los veintes una Liga Nacional por la Libertad Religiosa, con el objeto de movilizarse en contra de la aplicación de la citada Constitución y al mismo tiempo organizar fuerzas de choque. A mediados de 1925, la LNDLR declara un boicot económico, al mismo tiempo la iglesia suspende la celebración de misas publicas, en realidad difundieron la mentira de que era el gobierno el que las prohibía, lo que desató la ira de los sectores más atrasados y manipulables de las masas campesinas. En diciembre, en confluencia con religiosos jesuitas de diversas nacionalidades, deciden el levantamiento que estalla finalmente en 1926. Los agentes de la iglesia dentro del movimiento cristero desataron el terror en contra de aquellos que no participaban en el movimiento, muchas comunidades que habían aceptado tierras del gobierno eran escarmentadas con ahorcamientos y fusilamientos que provocaron--al contrario de lo que los cristeros pensaban--el apoyo al gobierno de Calles que se necesitaba para enfrentar la rebelión. Decenas de miles de seres humanos fueron sacrificados para que la iglesia conservara algunas de sus prerrogativas. Para 1929, cuando se logró un acuerdo del gobierno con la iglesia, los levantados en armas no solamente no fueron consultados sino que simplemente fueron abandonados por aquellos que les habían llamado a luchar por Cristo argumentando: "La destrucción de la libertad religiosa y política, de la libertad de la educación, los sindicatos y la prensa; el negar a Dios y la creación de una juventud atea; la destrucción de la propiedad privada a través del saqueo, la socialización de la fortaleza nacional; la ruina del trabajador libre por medio de organizaciones radicales; el repudio de las obligaciones internacionales; tal es en sustancia, el programa monstruoso del régimen presente. En suma, la destrucción deliberada y sistemática de la nacionalidad mexicana". (Capistrán Garza, manifiesto de la LNDLR a la nación, diciembre de 1925) Al final del periodo de Calles, nuevamente estallan las desavenencias en el seno de la familia revolucionaria: Calles y Obregón ocupan todo el panorama político y es muy difícil que alguien ose actuar al margen de los dos caudillos principales en busca de la presidencia. Obregón, logra modificar la Constitución para un segundo mandato, cuando precisamente uno de sus hombres, el general Serrano, considerando que a él le correspondía ocupar la candidatura, ya había amarrado compromisos con algunos partidos. Envuelto en una situación comprometida, Serrano opta por continuar con su intento tratando de levantarse en armas, para lo cual trata de comprometer a otro posible candidato, el general Gómez, probable candidato de Calles. Para evitar cualquier conflicto con Obregón, Calles abandona a su suerte a Gómez. Finalmente la rebelión es sofocada antes de que estalle y Gomez y Serrano son asesinados. Obregón tuvo entonces la vía libre para ser reelecto, con lo que sin duda de abría paso a convertirse en un presidente vitalicio, aquella famosa frase de Obregón "nosotros seremos los científicos del mañana" parecía que se volvía realidad. No obstante, Obregón es asesinado por fanáticos cristeros, pero en circunstancias que dejan las dudas respecto al interés de Calles porque la ejecución tuviera éxito. Como quiera que sea, Calles queda al frente de una "familia" poco fraterna. El gran acuerdo de la "familia revolucionaría", el maximato El caudillo sobreviviente requería de una estructura política que conjuntara a los principales instrumentos del poder, corporaciones de trabajadores, de campesinos, así como los diversos partidos políticos, todos bajo la batuta del Jefe máximo. De este modo, el Partido Nacional Revolucionario surgió como el instrumento que Calles emplearía para lograr el control de la nueva casta política, la cual a su vez, tuviera las palancas para asumir el control económico y político del país. La nueva burguesía mexicana se desarrollaba por medio de dos vertientes, una era la de la vía trasnacional en directa asociación de los intereses capitalistas extranjeros, la otra era la incrustación en el seno del aparato del Estado por medio del partido, a partir de la cual, lograr condiciones de negociación ventajosas con la otra facción y sus amos extranjeros. Por supuesto que al principio la fundación del PNR se consideró como un acto eminentemente político, no obstante debido a su trascendencia para consolidar la hegemonía de la burguesía sobre el país, se podría considerar que si la Constitución fue el acto legal fundacional del Estado mexicano del siglo XX, la fundación del PNR fue su principal acto político. Los caciques y caudillos que participaron en el pacto que dio origen al PNR se beneficiaron materialmente en la medida en que les aseguraba espacios de poder, ya sea regionales o sectoriales de tal modo que esto aseguró una fidelidad permanente con el aparato del partido y con el aparato del Estado, hablando en términos mafiosos, se aseguró a cada capo un territorio para explotar a sus anchas a cambio de la defensa en conjunto de la "familia revolucionaria", cualquier conflicto entre territorios era resuelto por el veredicto inatacable del "jefe máximo". Todo esto teniendo como fachada una de las Constituciones burguesas "más progresistas del mundo". En el seno del PNR se fue gestando, como los recién nacidos de los marsupiales, una burguesía burocrática y parásita. La otra burguesía, aquella que no participó, sino que sufrió la revolución, tuvo espacios por medio de sus vínculos con la burguesía internacional, para desarrollarse y crecer económicamente, haciéndose fuertes especialmente en el norte y el centro del país. De estos grupos surgió el apoyo económico y la protección de movimientos de derecha radical, que combinaron acciones de todo tipo con tal de presionar al Estado para impedir la plena aplicación de los artículos progresistas de la Constitución. Mientras el desarrollo económico del país hacía de la función del Estado como gran capitalista algo imprescindible, la burguesía burocrática dictó la partitura del acontecer político, cuando la burguesía heredera del porfiriato se sintió lo suficientemente fuerte para sustituir a la otra, comenzó la crisis política que estalló décadas después. Discutir sobre el carácter progresista de una u otra burguesía es como buscarle tres pies al gato, en realidad ambas se desarrollaban a costa de la explotación de los trabajadores y en ambos casos había un acuerdo con el imperialismo para convivir. El jefe máximo designó los siguientes presidentes: primero a su principal ideólogo Emilio Portes Gil; luego a Pascual Ortiz Rubio, un político interesado en ejercer directamente el poder político y que tuvo que renunciar en la medida de que nadie le hacía caso. "Aquí vive el presidente, el que manda vive enfrente" era una frase de la época que ilustraba bastante bien lo que pasaba. Cuando Ortiz Rubio renunció, Calles designó a Abelardo Rodríguez, un empresario corrupto que se dedicó a obedecer al jefe máximo al mismo tiempo que instalaba casinos y centros de prostitución desde la frontera con Estados Unidos y a lo largo de la costa del Pacifico. Cuando Calles quedó sólo, luego de la muerte de Obregón, se preocupó por eliminar todo vestigio de obregonismo en las filas del sistema político, los partidos que apoyaban a Obregón fueron desmantelados, el Laboral y el Agrarista desaparecieron, lo mismo sucedió con el sindicato de Luís N. Morones--la CROM--, único interlocutor del movimiento obrero oficialista con el Estado. En esta coyuntura se empezaron a desarrollar los gérmenes de lo que sería posteriormente la CTM, no obstante podríamos decir que, sobre todo, la última parte del maximato fue una época de feroz reacción contra el conjunto del movimiento obrero y de una clara intención de Calles por dejar claro que su régimen estaba al servicio del desarrollo de la burguesía. La crisis del 29, que surgió en México en los momentos en los cuales apenas se empezaba a despegar de la crisis de la guerra civil, significó un duro golpe en contra de toda la población trabajadora. En el seno de la "familia revolucionaria" surgían todo tipo de voces en la búsqueda de un nuevo rumbo, en ese contexto apareció el cardenismo. El cardenismo La razón del crecimiento de la inestabilidad se encontraba en el compromiso que había asumido tanto Plutarco Elías Calles como Álvaro Obregón para dejar sin efectos los elementos sociales más importantes de la Constitución de 1917. Por ejemplo, los latifundios seguían siendo la principal forma de propiedad de la tierra. Desde el gobierno de Carranza hasta el de Abelardo Rodríguez a finales de 1934, el total de tierra repartida fue de poco más de 7 millones de hectáreas, es decir, durante 17 años no se había repartido ni el 20% de la tierra en manos de latifundios. Otro aspecto fue el caso de las compañías extranjeras que explotaban la industria, las materias primas y los recursos naturales como el petróleo. Los pactos para declarar la no retroactividad en las propiedades extranjeras, especialmente norteamericanas, eran la condición para que se le concediera al gobierno el reconocimiento internacional y esa condición era cumplida cabalmente por los gobiernos tanto de Obregón como de Calles; no señalamos a los individuos que ocuparon la presidencia durante la hegemonía de dichos caudillos porque en términos reales, sólo eran operadores políticos de Calles. Las masas trabajadoras del campo y la ciudad se habían levantando en armas en contra de un régimen que mantenía muchas semejanzas en el terreno económico con el posrevolucionario. Al no ser cubierta la mayoría de sus necesidades, había amplias posibilidades para que los estallidos sociales se convirtieran en abiertas rebeliones contra el régimen. Por esta razón, el Partido Comunista Mexicano (PCM) había tenido importantes avances en todos los terrenos y, pese a ser una organización relativamente pequeña, contaba ya con importantes posiciones tanto en el terreno sindical con la Confederación Sindical Unitaria de México, como en el campo con las Ligas Campesinas. Los jóvenes comunistas, pese a tener una política ultraizquierdista, derivada de la política del tercer periodo estalinista (todo era reaccionario menos ellos), dirigían huelgas y tomas de tierras y eran ya el principal objetivo de las detenciones políticas. Las huelgas se intensificaban, en 1933 estallaron 13 huelgas mientras que en 1934 fueron 202, esto sucedía mientras que los comunistas se posicionaban y las centrales oficiales como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y La Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM) no lograban recuperar el control del movimiento de años atrás. En este escenario se gestó una pugna entre la "familia revolucionaria", por un lado el callismo que representaba la alianza de la burguesía nacional con la oligarquía y el imperialismo y por el otro los sectores de izquierda del constitucionalismo como Cárdenas y Francisco J. Mújica, más proclives a buscar la estabilidad del régimen basándose en controlar al movimiento social que a enfrentarlo, como lo estaba haciendo Calles cuando expidió una Ley Federal del Trabajo de corte semifascista en 1930. El desgaste de Calles se manifestó en la llegada de Cárdenas a la presidencia, este último, si bien había sido funcionario del gobierno durante el callismo, nunca había roto nexos con la izquierda constitucionalista y podía ser considerado como un elemento neutral, que le sirviera al jefe máximo como intermediario con el ala izquierda del PNR. Al inicio del mandato de Cárdenas, la continuación de las políticas de Calles no hizo sino empeorar las cosas. El 12 de diciembre de 1934, los trabajadores de Tampico estallan una huelga general que rápidamente se extiende por 11 estados, incluyendo muchos sindicatos importantes del Distrito Federal. Para 1935, las huelgas estalladas fueron 642 y casi 150 mil obreros en lucha. En este marco las centrales obreras oficiales estaban paralizadas, mientras que los comunistas y los burócratas contrarios a Calles formaron el día 6 de junio un frente único llamado Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP), que en la práctica dejaba como cascarón vacío a la CROM oficialista y amenazaba con la posibilidad de la constitución de una central obrera con gran influencia comunista. Cárdenas y su corriente no tenían opción, o se hundían en el barco en el que Calles estaba empecinado a quedarse, o rompían con él para sobrevivir. Sólo apoyándose en el movimiento de masas podían lograrlo. Cárdenas tomó la decisión de deshacerse de todos los funcionarios callistas, cuestión que fue asumida como un triunfo en el seno del movimiento obrero. Por supuesto, la pérdida de hegemonía del gobierno sobre el movimiento obrero significaba un triunfo histórico para las masas y un severo golpe a la burguesía, la cual no tenía de otra, mas que ver con impotencia cómo la clase obrera estaba tomando un protagonismo inusitado. El gobierno cardenista por su parte, estaba decidido a establecer un control sobre dicho movimiento y para ello se veía obligado a apoyarlo, aun a pesar de afectar los intereses inmediatos de la burguesía. Al mismo tiempo, el gobierno promovía a sus propios cuadros y simpatizantes en el seno del CNDP. En febrero de 1936, la oficialista CGOCM de Amilpa, Velázquez y compañía se disuelve para intervenir con mayor facilidad en la nueva central obrera. Al mismo tiempo, el Partido Comunista que tenía la mayor autoridad moral del movimiento obrero, se veía bajo fuertes presiones. La internacional estalinista le había ordenado llegar a acuerdos con la burguesía mexicana. Pese a ello, sus militantes formados en la lucha contra Calles, tenían muchas dificultades en adoptar la política de sumisión que los obligaba a dejar posiciones legítimamente ganadas y estratégicas para el futuro independiente de la clase obrera; no obstante, ya desde noviembre de 1935, el Comité Central del PCM había iniciado un profundo giro en su política. El día 26 de febrero de 1936, se funda la Confederación de Trabajadores de México, como una organización emanada de la lucha contra los patrones y los sectores más reaccionarios del gobierno, su declaración programática afirmaba: 1. La finalidad de la clase obrera sería el establecimiento del régimen socialista. 2. Se trataría a toda costa de conservar la independencia del movimiento proletario. 3. Se combatirían las teorías reformistas de la colaboración de clases. 4. El proletariado mexicano reconoce el carácter internacional del movimiento obrero y campesino y la lucha por el socialismo. 5. Su lema fue "Por una sociedad sin clases". La mayoría de los delegados asistentes no sólo consintieron en adoptar un programa radical, también estuvieron de acuerdo en colocar a los militantes comunistas en las posiciones claves de la nueva central. De este modo, la aplastante mayoría de los delegados eligieron al comunista Miguel Ángel Velasco para la cartera de Organización, en contra del candidato oficialista Fidel Velázquez. La histeria cundió en Vicente Lombardo Toledano y sus socios, amenazaron con romper la unidad y finalmente los comunistas obligados incluso por su propia dirección declinaron cediendo el puesto a Fidel Velázquez. El movimiento comunista, gracias al ambiente general de radicalización de las masas, estaba en franco avance. En un informe del 25 de enero de 1937 en el VI congreso nacional se señalaba:"no somos ya los 500 conspiradores de 1930 relegados en 5 o 6 regiones del país; sino un partido político nacional, con organización en todos los estados y territorios de la república y con más de 10 mil miembros, en buena parte ligados a las masas, organizando y dirigiendo sus luchas". Sólo en los últimos tres meses de 1936, el PCM había reclutado a 700 nuevos militantes en el Distrito Federal. Cárdenas pese a sus discursos a favor de la independencia de los trabajadores, siempre tuvo bajo su principal prioridad el establecer un control gubernamental del movimiento campesino. Para ello combinó una política agresiva de reparto de tierras con una activismo interno para consolidar el control de Central Campesina de México y al mismo tiempo absorber a todos los grupos campesinos posibles. Por todo esto, a partir del 9 de junio de 1935, estableció en el seno del Partido Nacional Revolucionario la directiva de fusionar todas las organizaciones campesinas locales en Ligas de Comunidades Agrarias con las que 3 años después se conformaría, en el seno del Partido de la Revolución Mexicana (el nombre que Cárdenas le dio al partido oficial), la Confederación Nacional Campesina. La desconfianza de Cárdenas con lo que pudiera suceder en la CTM, en donde la purga contra los comunistas era aún un tema pendiente, hizo que la orden estricta del nuevo gobierno a las organizaciones campesinas fuera la de no establecer vínculos orgánicos con la CTM. Las organizaciones campesinas no tuvieron inconveniente, a pesar de que era una política de los comunistas integrar a las organizaciones de jornaleros a las centrales obreras, como sucedía en La Laguna, Veracruz, Michoacán y otras regiones. En este caso, el gobierno siempre tuvo la hegemonía y se consolidó con el reparto de casi 18 millones de hectáreas durante todo el sexenio. En la mayoría de los casos, los repartos estaban precedidos por invasiones de tierras y el gobierno se limitaba a apoyar a los movimientos campesinos y a legitimar actos consumados. La movilización campesina fue en el fondo la principal base de apoyo del cardenismo y constituía una reserva importante de frente a lo que pudiera suceder con el aún incontrolable movimiento obrero. Las masas obreras en franca ofensiva, continuaban movilizaciones y huelgas en todo el país. La política de Cárdenas al respecto claramente se vio expresada en un discurso el 9 de febrero de 1936 en Monterrey en el cual declara: "Sé muy bien en qué condiciones explota la ira popular. Recomiendo a los empresarios, como clase, cumplir por la propia voluntad la ley, no interviniendo más en la organización de los sindicatos y satisfaciendo las demandas de los obreros en los límites de la capacidad económica de las empresas, ya que la opresión, la tiranía industrial, la insatisfacción de las exigencias, constituyen un material flamable... que en un momento puede provocar ese descontento que tanto temen" En realidad Cárdenas planteaba las cosas de manera muy simple; hay que ceder hoy porque esa será la única forma de evitar que las cosas estallen y salgan totalmente del control. Ya antes había señalado que los empresarios que estuvieran cansados podían entregar sus empresas al gobierno o a los trabajadores, pero ello de ninguna manera significaba una ruptura con la burguesía, todo lo contrario, era una forma de descargarle un peso demasiado grande para sus exiguas fuerzas. Por esta razón, Cárdenas decidió dar su apoyo a los movimientos huelguísticos, entre los cuales destacó la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas que estalló en huelga el día 16 de julio de 1936. La reacción de las masas, ello incluye a la CTM, fue de un apoyo masivo que se tradujo en movilizaciones exigiendo la expropiación. La advertencia de Cárdenas a los empresarios se corroboró con la radicalización de las masas de frente a la intransigencia de los empresarios de la industria eléctrica. Como es común en este tipo de movimientos, la burguesía hizo frente común lanzando una frenética campaña de desprestigio, pero cada acción sólo lograba poner en evidencia ante las masas lo justo del movimiento y los negocios que los burgueses hacían con las necesidades del pueblo. Así, el 25 de julio los electricistas logran una victoria total en cuanto a sus demandas, pero en el seno de los trabajadores la idea de la expropiación pasa de ser una simple consigna a una demanda inmediata. De forma paralela a la movilización obrera, se urdía un plan para separar a los dirigentes comunistas de la CTM, la cual como hemos señalado, lejos de resolverle los problemas al Estado, le planteaba retos, ya que cada huelga o movilización importante se convertía gracias a la CTM en una movilización de todo el pueblo trabajador, lo que ponía a la burguesía en una situación de extrema debilidad. Por tal razón, Vicente Lombardo Toledano junto con Fidel Velázquez y sus socios, maniobraban para tratar de limitar a los cuadros más radicales e impulsar a los oficialistas. De hecho, los representantes comunistas de los comités locales electos por sus bases son rechazados por otros que, pese a haber sido derrotados, eran proclives a Lombardo y Velázquez. No obstante, el PC ya estaba sumido en la política suicida del frente popular; éste era el nombre que se le había dado a coaliciones electorales y de gobierno, conformadas por organizaciones de masas, la mayoría comunista y socialista, cediendo su dirección a dirigentes burgueses o reformistas. En el frente popular las organizaciones obreras ponían a las masas y a los muertos--si habían enfrentamientos con los fascistas--mientras que los reformistas y burgueses ponían los parlamentarios y gobernantes, así como el programa. El frente popular, que era en sí mismo una traición a las aspiraciones revolucionarias de las masas, era posible porque la burguesía europea, en crisis e incapaz de desatar ningún movimiento de masas, aceptaba a los socialistas y comunistas bajo la garantía de que así se impedía la revolución; mientras tanto en México no había nada que llevara a los burgueses a buscar un frente popular con los comunistas. La directiva de formar un frente popular en México llevó a los comunistas a buscarlo en el seno del PNR. Para la burguesía mexicana, los comunistas eran un problema real, y no estaban dispuestos a llegar a ningún tipo de colaboración que no fuera la desaparición del comunismo mismo. Por tal motivo el PNR cortó toda posibilidad de postular candidatos comunistas en su seno. Cárdenas se opuso abiertamente a que más organizaciones dirigidas por comunistas se integraran a la CTM. En esta tónica, Velázquez desconoce a la Federación de Maestros. Para abril de 1937, los dirigentes comunistas en el Comité Ejecutivo de la CTM hacen público su rechazo a la purga anticomunista dirigida por Lombardo y Velázquez; la dirección del SME los apoya y se desata una feroz lucha interna. Nuevamente la mayoría de las organizaciones integrantes de la CTM toman partido a favor de los dirigentes comunistas Velasco y Morales que abandonan el IV Consejo. En la polémica entran incluso los dirigentes del PC norteamericano Earl Browder, que en público y en privado a nombre de la Internacional Comunista, exige la total capitulación ante la dirección oficial de la CTM. Para junio logra su objetivo, en una declaración del Comité Central, el PC señala: "la unificación deja de ser una necesidad revolucionaria para convertirse en una necesidad imprescindible". Para agosto la debacle se desata. Las organizaciones sindicales que habían actuado contra la dirección oficialista de la CTM se reintegran humilladas. Los comunistas se autoexcluyen de los puestos de dirección y se disuelve el fantasmagórico Frente Popular Mexicano. Toda la fuerza moral con la que contaban desapareció como si nunca hubiera existido. Tan sólo el SME se niega a reintegrarse a la CTM. Los resultados son catastróficos. Paulatinamente la purga se extiende a todos los mandos de la central casi con el beneplácito de los comunistas, que todo lo justifican en aras de evitar el peligro fascista--¡una verdadera locura!--. Un ejemplo de la caída se puede observar en el periódico del PCM, El Machete, el cual en 1937, antes de la capitulación, tiraba 50 mil ejemplares, para enero de 1938 se había reducido a 38 mil, para septiembre el periódico emblema de los mejores tiempos del comunismo mexicano deja de existir. A partir de entonces el PC quedó marginado para siempre de la dirección del movimiento obrero organizado, dejando todo en manos de los burócratas oficialistas aliados a Cárdenas. La debacle del PC sobrevino como mandada del cielo para Cárdenas, ya que, aunque el movimiento obrero continuaba en pujanza, el gobierno podía tomar medidas con mayor seguridad, sabedor de que la Central Obrera más importante estaba bajo su control y que cualquier proceso de lucha podía ser limitado a escenarios políticamente manejables. En este ambiente se decretó la expropiación de los ferrocarriles el 23 de julio de 1937, 5 días después de que estallara una imponente huelga general de 1 hora en apoyo a los ferrocarrileros, que ya desde 1933 habían formado un sindicato nacional y tendían una notable y valerosa organización. Cárdenas cedió la administración de la empresa expropiada a los trabajadores, pero más que una concesión era una maniobra; la empresa estaba en bancarrota y difícilmente podría por sí misma sobrevivir. Al final, éste fue el pretexto para formar de los Ferrocarriles Nacionales una empresa descentralizada y para contener momentáneamente las luchas sindicales en Ferrocarriles, que no se podían hacer contra sus propios representantes. También el conflicto en el terreno petrolero pudo ser asumido por parte de Cárdenas con cierta tranquilidad. Desde el 20 de julio de 1936, los petroleros contaban con un Sindicato Nacional; éste, a diferencia de otros movimientos como el electricista, no tenía antecedentes históricos de lucha independiente y estaba, en cierta forma, creado bajo los auspicios del gobierno. El movimiento era muy radical en cuanto a sus demandas económicas, pero políticamente estaba bajo la influencia del cardenismo, de tal modo que constituía en el fondo un conflicto entre el gobierno y las empresas extranjeras. Una industria petrolera bajo el control del Estado era clave en el marco de las crecientes necesidades energéticas de desarrollo de la industria y de la burguesía nacional. La primera huelga importante de los trabajadores petroleros estalló el 28 de mayo de 1937. Para el 9 de junio, bajo la asesoría de Lombardo Toledano, se acuerda levantar la huelga. El sindicato acepta la colaboración del gobierno para entablar una especie de debate público con las empresas al respecto de la justeza o no de las demandas. Se forma una comisión gubernamental presidida por los principales secretarios del área económica de Cárdenas, que concluye que la industria petrolera obtiene enormes ganancias; de hecho los beneficios anuales de los últimos tres años representaban casi el 600% de la inversión. De esta forma, bajo los auspicios del gobierno, se vuelve a demandar a la empresa y consecuentemente la junta federal de conciliación y arbitraje resuelve a favor del sindicato. En realidad la idea del gobierno cardenista era de establecer un control sobre la producción de las empresas extranjeras, pero éstas, conscientes de los enormes beneficios que implicaba esa industria, sobre todo de cara al advenimiento de la segunda guerra mundial, no estaban dispuestas a ceder y, de hecho, públicamente despreciaron los ofrecimientos del gobierno para llegar a un acuerdo. De no haber procedido a la expropiación, el gobierno cardenista hubiera quedado muerto políticamente; los trabajadores hubieran tomado la claudicación como una traición y todo el trabajo de consolidación del Estado durante el sexenio se habría venido abajo. Tal como pensaba Cárdenas, las masas no se levantan si no tienen pretexto y él no se los iba a dar. De tal modo que, el 18 de marzo de 1938, procedió a la expropiación de toda la industria petrolera. Ése fue el momento cumbre de la política cardenista. La ardua tarea de asimilar al movimiento de masas a organizaciones vinculadas con el Estado, aún a costa de realizar ciertos sacrificios, había sido realizada y tuvo su punto de realización práctica el día 30 de marzo, tan sólo una semana y media después de la expropiación, con la conformación del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el cual se integró por cuatro sectores además del aparato del anterior PNR: el sector campesino conformado por lo que después sería la CNC, el sector obrero conformado por la CTM, el sector popular y el sector militar. Los comunistas, que luego de las claudicaciones anteriores ya no tenían el menor asomo de dignidad pidieron: "que se nos señale el sitio y las condiciones en que dentro del gran Partido de la Revolución Mexicana podemos cumplir con nuestro deber". La función del cardenismo, desde el punto de vista político, fue asimilar organizativamente al Estado, por medio de un partido, al conjunto del movimiento de masas organizado, no con el fin de transformar al sistema sino de preservarlo. Sin duda, algunos podrán considerar que durante su régimen se asestaron severos golpes a los capitalistas y que ello pudo dar la posibilidad de considerar al gobierno cardenista como susceptible de haberse transformado en un sentido socialista, tal como lo sugerían los documentos fundacionales del PRM e incluso el propio PCM. En realidad, debemos decir que el punto clave para considerar que un gobierno, aún en el marco de un sistema capitalista, actúa a favor de una transformación social, éste debe debilitar las bases del sistema. Por el contrario, lo que hizo el cardenismo fue consolidarlas. Incluso el papel de la industria nacionalizada, en los marcos del capitalismo, sólo es útil para suministrar materia prima y recursos energéticos baratos que de otra forma estrangularían a la naciente burguesía nacional. Lo que se conoce como populismo y que en términos generales se podría conceptualizar como la política impulsada por una serie de gobiernos en América Latina, consistente en la participación directa del Estado en sectores estratégicos de la economía para apuntalarla, en la medida en que la burguesía como tal es incapaz de jugar este papel y que existe un fuerte movimiento social que impide directamente al capital transnacional incidir en estos sectores, es a la vez una fase del desarrollo del capitalismo latinoamericano y una respuesta parcial a movilizaciones populares limitadas a demandas económicas ante la ausencia de direcciones políticas de clase. Los tiempos han cambiado, el populismo, como política de carácter económico, no es factible porque su rol histórico se ha cubierto y no es más necesario. Por otro lado, la burguesía no tiende en estos momentos a tratar de asimilar organizaciones de masas sino a disolverlas, es decir, políticamente tampoco es útil para la burguesía, la cual incluso en sus estratos más nacionalistas es profundamente dependiente del capital internacional. Además, si bien las masas siguen dando luchas y en ocasiones, ante la ausencia de dirigentes de clase, pueden aceptar la dirección de uno u otro caudillo pequeñoburgués, no hay las bases materiales para que éste consolide una base de apoyo similar a las de las épocas del populismo. Por el contrario, el movimiento de masas es más crítico y más proclive a la movilización por sus objetivos, que a ser fiel a tal o cual figura. El postcardenismo, la revancha de la burguesía (1940-1952) Durante el periodo inmediato posterior al gobierno de Cárdenas, México vivió un proceso de reacción, esto es, una serie de políticas las cuales tendieron a contrarrestar aquellas que se gestaron durante la etapa cardenista y ante las cuales el sector empresarial había reaccionado indignado. Durante el gobierno de Ávila Camacho el único elemento progresista que pudiera destacarse fue la creación del Seguro Social, no obstante este proyecto podría decirse que era heredado del gobierno anterior. Una estimación sobre la orientación del gasto público en este periodo indica que entre el 50 y 60 por ciento de la inversión pública se destinó a favorecer o de plano a financiar a la iniciativa privada. Producto de la labor de Cárdenas al establecer un dominio gubernamental de la CTM, dicho sindicato empieza a actuar realmente como un enemigo de todo tipo de lucha independiente de los trabajadores, esto por supuesto, con el apoyo y beneplácito del Partido Comunista que seguía sumido en la suicida política de apoyo al gobierno aún a costa de su propia destrucción como partido. Uno tras otro, antiguos militantes fueron expulsados o se retiraron decepcionados, generando en la práctica la liquidación del partido como organización de clase efectiva. En 1941, Vicente Lombardo Toledano cede su puesto de secretario general de la CTM a Fidel Velázquez, el cual por supuesto, mantuvo la férrea política de represión en contra de movimientos con carácter de clase, ante lo cual sólo Valentín Campa y algunos expulsados del Partido Comunista habían logrado reorganizarse y construir fuerzas lo suficientemente importantes como para disputar la dirección de los trabajadores ferrocarrileros, electricistas, tranviarios, petroleros, entre otros. No obstante la situación en su conjunto no era favorable para una disputa por la dirección de la CTM, los expulsados del PCM pese a ser francamente de izquierda y con ánimo revolucionario, eran en la práctica también estalinistas y por tanto, imposibilitados de construir una política alternativa al Partido Comunista oficial. No obstante era imposible no sólo para un comunista sino para cualquier militante de izquierda permanecer dentro del PCM, el cual apoyó como candidato a la presidencia en 1946 a Miguel Alemán Valdés. El desarrollo de la segunda guerra mundial significó un margen importante para el incremento de exportaciones y en general una fase de expansión del mercado interno lo que dio al Estado un buen margen de maniobra para sofocar las luchas que pudieran surgir. En este marco el Gobierno de Ávila Camacho estableció modificaciones a la Ley Federal del Trabajo en el sentido de dificultar aún más el derecho de huelga. La llegada a la presidencia de Miguel Alemán Valdés (el cachorro de la revolución) significó la entrada en escena, tocando el primer violín, de la burocracia civil que se había estado gestando al mismo tiempo que se iba consolidando el Estado mexicano, Alemán representaba a aquellos burócratas que si bien tenían orígenes en algún sector del movimiento revolucionario, habían amasado importantes fortunas bajo el amparo de su posición en la burocracia del Estado. Alemán era el símbolo de la burguesía gestada bajo el cuidado del gobierno de Obregón, Calles y Cárdenas, significaba básicamente que el proceso desatado en 1910 había terminado y que ahora esta nueva casta no podría ya aparecer más ni como revolucionaria y mucho menos como progresista, para los cincuentas era ya imposible pensar que el gobierno se mostrara a favor de las huelgas o las tomas de tierras, el "cachorro de la revolución" desató una feroz ofensiva contra todo movimiento popular. En este marco, se desató en 1947 un nuevo conflicto dentro de la CTM; Fidel Velázquez terminaba su periodo y como aún no tenía la confianza y la fuerza para reelegirse directamente, optó por ceder su puesto a su amigo Fernando Amilpa. Esto no sin la oposición encabezada por los líderes ferrocarrileros Valentín Campa y Luis Gómez Z. El movimiento, al no contar una orientación política adecuada, terminó con romper con la CTM (cosa que a Velázquez y compañía les ahorraba el trabajo de expulsarlos) para formar la Central Única de Trabajadores que agrupó a casi 200 mil miembros, todos encabezados por el poderosos sindicato ferrocarrilero. Por supuesto las cosas no se podían quedar así, tanto la CTM como el gobierno tomaron medidas para destruir al rijoso sindicato ferrocarrilero. En 1948 fue electo Jesús Díaz de León como Secretario General del Sindicato de Ferrocarrileros, pese al discurso aparentemente izquierdista, en realidad Díaz de León mejor conocido como "el charro", era un agente del gobierno. A la primera oportunidad, lanzó en contra de Gómez Z. acusaciones por desfalco que inmediatamente encontraron eco en el gobierno de Miguel Alemán, el cual con dicho pretexto, emprendió una ofensiva en contra de los ferrocarrileros deteniendo a Gómez Z. y de paso también a Valentín Campa, el cual desde entonces acumularía casi 15 años en prisión. La cosa no paro ahí, 12 mil trabajadores fueron despedidos y se desató una brutal represión, encabezada por pistoleros, que costó la vida a muchos obreros. Con esto la CUT simplemente dejó de existir y sus restos se agruparon en una Unión General de Obreros y Campesinos de México, que nunca tuvo un papel preponderante. A pesar de todo esto, el desarrollo industrial mantuvo un proceso de acelerado crecimiento, decenas de miles de campesinos emigraban a las ciudades generando elementos incipientes de lo que después se dio a conocer como Movimiento Urbano Popular, La industria se diversificó y podríamos decir que vivió un periodo de relativa prosperidad que fue acompañada con una creciente demanda de bienes de capital, los cuales fueron cubiertos con importaciones fundamentalmente norteamericanas. Al mismo tiempo, las filiales estadounidenses se las arreglaron para mantener negocios en prácticamente todos los sectores en crecimiento y establecer sus condiciones en otros sectores, como en el comercio y los servicios financieros, Específicamente en agosto de 1948 se incrementó la deuda externa en 225 millones de dólares y se procedió a una devaluación, llegando el tipo de cambio a 8.5 pesos por dólar. En ese momento más que nunca, quedó claro el significado de la derrota estratégica sufrida por el movimiento obrero en la fase cardenista, dado que ante la inexistencia de una dirección de clase, las organizaciones sindicales se fueron consolidando como baluartes de la estabilidad del régimen. De forma paralela, hacer negocios con el gobierno se consolido como una vía rápida para amasar inmensas fortunas, se decía que los dueños del país eran un grupo de no más de 40 empresarios privados, entre ellos Bernardo Quintana, Carlos Hank González, Rómulo O´Farril, Gastón Azcárraga, Gabriel Alarcón y por supuesto, el futuro grupo Monterrey. Pese a todo, el proceso de industrialización seguía en marcha y ello fortalecía numéricamente al proletariado, el cual paulatinamente comenzaba a desplazar al campesinado como el sector clave de la formación social mexicana. En este marco, la siguiente fase de expansión del capitalismo mexicano y el fortalecimiento de su burguesía no se puede explicar sino es a partir de la estructura corporativa, que por medio del PRI se extendía al la mayoría aplastante del movimiento obrero organizado y a la casi totalidad del movimiento campesino. El "Desarrollo Estabilizador". Fortaleza y ocaso del corporativismo mexicano En el capitalismo mexicano ocupa un lugar especial la fase conocida como el desarrollo estabilizador. Los teóricos e historiadores nacionalistas la presentan como una fase dorada del capitalismo mexicano, muchos añoran el regreso de aquellos viejos y buenos tiempos. Incluso muchos voluntariosamente situados en la izquierda, contemplan que una perspectiva como la de esos tiempos es la alternativa al capitalismo salvaje, por ello es preciso que los marxistas demos nuestro punto de vista sobre aquel proceso y resolvamos la pregunta: ¿Es factible una nueva fase de desarrollo semejante en el futuro? De la respuesta a ello se derivan posicionamientos en la coyuntura actual y futura y por ello nos abocaremos a dar una respuesta a dichas interrogantes. Es cierto que los elementos de crecimiento económico durante aquel periodo son innegables; ante la creciente demanda de bienes y servicios, producto de la masiva emigración de la ciudad al campo, el gobierno implementó una política de estímulo a la industrialización por la vía del establecimiento de barreras proteccionistas, por supuesto. La mayor parte de las obras de infraestructura e inversión energética necesaria para este proceso no partió de esta época, sino que fue una continuación de la fase cardenista, así que no fue necesaria una expansión del gasto público ni un endeudamiento significativo, al menos en sus primeros años, para financiar el crecimiento. De hecho el control de la inflación se estableció por medio de lo que llamaríamos en estos tiempos disciplina fiscal, se estableció un estricto control de cambios, una severa restricción en la circulación monetaria. La economía creció en promedio un 6.2% y un 3% per cápita, no obstante, en la medida en que no había un sustento en la generación de bienes de capital de origen nacional, se incrementó la importación masiva de dichos bienes. A la larga, la única manera de cubrir la necesidad de divisas que satisficiera la demanda de importaciones fue el endeudamiento externo, el 38% de la inversión privada eran productos importados. De este modo, el famoso proteccionismo a los bienes de consumo no generaba ninguna base de sustento para una economía fuerte, de hecho la dependencia externa se acentuaba por la vía de la importación de tecnología y del incremento paulatino de la deuda externa Desde 1958, el papel de la agricultura comenzó a descender, pese a ello aún un superávit en la balanza comercial agropecuaria ayudó a financiar el déficit del conjunto del comercio exterior. A principios de los sesentas, devino una caída del precio internacional de los productos agropecuarios, particularmente los Estados Unidos, ante una serie de dificultades económicas, establecieron una serie de barreras proteccionistas para una amplia variedad de materias primas. Mientras que las exportaciones tuvieron un aumento del 15%, a mediados de los cincuentas a un 8%; 10 años después las importaciones mantuvieron un crecimiento del 13,6% en 1957, hasta decaer a finales de los cincuentas y mantenerse así durante la primera mitad de los sesentas. Los intentos por frenar la brecha entre altas importaciones y bajas exportaciones por la vía de la sustitución de importaciones, con sólo la imposición de barreras proteccionistas fue un fracaso, el cual sólo se reflejó a la larga. Nunca se estimuló ni se invirtió en la generación de tecnología propia o en el desarrollo de una infraestructura de producción de bienes de capital o intermedios, así mientras que se elevaba la demanda y crecían las necesidades de la economía, las premisas para ese desarrollo quedaban cada vez más sujetas al exterior. En los límites del capitalismo no queda otra mas que seguir sus reglas, dado que una política como la que hemos delineado como alternativa hubiese requerido de la intervención masiva de la clase obrera, la burguesía en el poder no tuvo de otra que abstenerse de emprender dicha vía. Por otro lado, el implementar una autentica sustitución de importaciones de bienes de capital hubiese significado una ruptura con el capitalismo, especialmente norteamericano, cada vez más voraz y exigente. La burguesía mexicana hubiese necesitado no ser burguesía para tomar ese camino. (La inversión extranjera en México, José Luís Ceceña, México 1955 pp9-20) Para financiar las necesidades de crecimiento había la alternativa de romper las barreras proteccionistas y dejar que de una vez por todas, los capitalistas extranjeros de hicieran del mercado interno, no indirectamente por la vía del comercio exterior sino por la vía del control del mercado interno, no obstante en esos momentos aún era políticamente imposible emprender ese camino. Aún estaba fresco el movimiento cardenista y pese a que la burocracia priísta era corrupta y cínica, sabía que parte de su prestigio se derivaba de un supuesto antiimperialismo en el terreno económico y que emprender en esos momentos esa vía era como un suicidio. Finalmente esto creó un dilema. La burguesía nacional en el poder, no supo más que nadar de a muertito, es decir, dejar que las cosas pasaran, especialmente en el marco de crecientes contradicciones en el seno del la sociedad. Las masas trabajadoras empezaban a exigir la parte del pastel del crecimiento que les correspondía, precisamente en el momento en que empezaban a estallar las limitaciones del mal llamado "crecimiento estabilizador", que en los marcos del capitalismo más debió de ser llamado crecimiento desestabilizador. Nuevos sectores de trabajadores fueron surgiendo y se unieron a los sectores tradicionales, en este contexto los trabajadores ferrocarrileros siguieron luchando, en una situación en la cual, si bien ya no tenían el control del la dirección del sindicato, aún tenían un importante poder por la vía de la corriente democrática que dirigían Demetrio Vallejo y el tradicional Valentín Campa, ambos disidentes comunistas que habían formado su propio partido, el Obrero y Campesino. Vallejo y sus compañeros encabezaron al final del sexenio de Ruiz Cortines una movilización que puso en jaque tanto al gobierno como a la dirección charra del sindicato. Otro sector que emergía a la lucha era el de los profesores, que bajo la dirección de Otón Salazar, cuyo poderoso Movimiento Revolucionario del Magisterio, logró en 1958 una importante victoria con la toma del edificio de la Secretaría de Educación Publica, lo que obligó al gobierno a ceder. La coyuntura electoral, de la cual emergió Adolfo López Mateos como presidente en 1958, significó un leve respiró para los movimientos en lucha, no obstante cuando el candidato del PRI fue electo, se dio rienda suelta a la represión, el 8 de septiembre la policía reprimió salvajemente una movilización magisterial y Otón Salazar, junto con otros camaradas, fue detenido. En cuanto a los ferrocarrileros, la represión en su contra fue más dura, Demetrio Vallejo era muy hábil en todo tipo de maniobras y trucos legales para mantener e incluso hacer crecer su corriente democrática, al grado de llegar a disputar y ganar en repetidas ocasiones todo tipo de contiendas por la dirección del Sindicato, hasta la del mismo 1958, desde la cual restituyó en sus derechos a Valentín Campa. A partir del inicio del sexenio de López Mateos, si bien se toleró la dirección de izquierda en el sindicato ferrocarrilero, se desató en cambio toda una campaña de ataques y difamaciones en contra de Vallejo y sus compañeros, la prensa no se cansaba de denunciar complots comunistas, los organismos empresariales hacían uno tras otro llamado a poner en orden a Vallejo, de tal modo que en la revisión contractual de 1959, cuando el sindicato decidió mantener la huelga, el gobierno detuvo a Vallejo y efectuó un despido en masa de aquellos trabajadores que no acataran el regreso al trabajo. El ejército organizó detenciones en masa de trabajadores y finalmente controlaron la situación. El movimiento estudiantil, que siempre fue muy belicoso, empezó a cobrar características masivas, no fueron suficientes las maniobras para establecer el control gubernamental de la Federación Estudiantil del IPN o el establecimiento de grupos de corte fascista como el MURO en la UNAM, paulatinamente el movimiento estudiantil cobraba fuerza y se tornaba complicado establecer un control como el que se había logrado establecer sobre los trabajadores. No obstante, sin duda el puntal de la estabilidad del régimen durante aquel periodo fue el movimiento campesino, el cual durante los cincuentas se vio beneficiado por una relativa situación ventajosa en el terreno exterior y logró acumular reservas suficientes para resistir, sin importantes fracturas, los años sesentas. Es cierto que en la segunda mitad del los sesentas surge un movimiento guerrillero, el cual tenía serias raíces en regiones tradicionalmente oprimidas y sujetas a relaciones semifeudales, sucedía en Guerrero, Morelos y otras regiones del sur del país. El movimiento guerrillero campesino es resultado de la incapacidad del régimen para ofrecer alternativas, ni en el terreno del desarrollo económico, las cuales conforme pasaban los años se iban restringiendo, ni en el terreno político. En lo que se refiere a los estratos medios, estos iban creciendo en función de la diversificación y desarrollo del capitalismo mexicano, los conglomerados urbanos que exigían educación, servicios y sobre todo, espacios políticos, se veían obstaculizados por un régimen casi de partido único que sólo tenía espacios para la llamada "familia revolucionaria", es decir, la burocracia priísta. Para 1969, el 20% más pobre poseía el 4% del ingreso nacional, mientras que el 20% más rico tenía el 64%, para ese entonces la caída de los precios de las materias primas y el incremento de la inestabilidad en el entorno internacional propició que la dependencia de la economía a los prestamos del exterior pasara de ser un estímulo para la economía a ser un lastre; a finales de los sesentas, el servicio de la deuda representaba el 24% del PIB. A principios de los sesentas los desequilibrios del crecimiento se habían convertido en problemas estructurales. Al plantear lo anterior, pudiera surgir la idea de que estableciendo las medidas necesarias cuando los problemas del crecimiento no eran tan grandes, se hubiera podido evitar la crisis que se precipitó a principios de los setentas y que puso fin al llamado desarrollo estabilizador, en realidad esto no era posible, en gran medida los criterios de crecimiento del capitalismo mexicano durante dicho periodo respondían a necesidades de expansión del capital norteamericano, la fase proteccionista también representaba beneficios para las necesidades del capital norteamericano. Los cambios, en el sentido de destruir el esquema de acumulación capitalista, sólo se dieron cuando el capital internacional así lo exigió y en ese momento, a finales de los setentas, la prioridad no era generar palancas para un nuevo desarrollo, sino posibilitar que cada país, en particular México, fuera capaz de cubrir el servicio de la deuda externa. Las masas de trabajadores y jóvenes que emergieron del "desarrollo estabilizador" exigieron un lugar en el marco del sistema, pero al parecer, el sistema que crecía y entraba en crisis durante los sesentas no estaba interesado ni en las necesidades ni en las demandas de los nuevos sectores de trabajadores y jóvenes. Los viejos problemas del capitalismo mexicano con respecto al movimiento de masas se habían resuelto construyendo un sistema corporativo semifascista, intentando comprar a los nuevos dirigentes y reprimiendo a aquellos que no se sometían, no obstante, dicho esquema empezó a agrietarse como las presas viejas, hizo agua por un lado y luego por el otro hasta que amenazaba estallar. Mientras que los médicos y los profesores eran nuevamente reprimidos a mediados de los sesentas, Rafael Galván líder de los electricistas llegaba al máximo reconocimiento oficial cuando era nombrado líder del sector obrero del PRI, nadie se imaginaba que 10 años después, el gobierno "descubría" que era un burócrata, corrupto y un problema social, precisamente cuando se estaba convirtiendo de agente del gobierno en los sindicatos a representante de los trabajadores. Estas contradicciones que estallaron en los setentas se gestaron en la fase del desarrollo estabilizador. El movimiento estudiantil de 1968 marcó por fin la ruptura definitiva del sistema corporativo oficial como instrumento eficiente de control social, con dicho movimiento se inició una nueva época en la lucha de clases que culminó en el movimiento contra el fraude electoral de 1988. 70´s la tendencia democrática "La influencia del imperialismo se ha incrementado y las empresas estatales han acabado por estar al servicio del imperialismo; más allá de la presencia de intereses privados, debido a la corrupción que podía preverse. Con todo esto, nuestro proyecto quedó en el aire. El problema radica en ¿Cómo romper la dominación?" Rafael Galván El vertiginoso desarrollo del capitalismo mexicano se había fincado sobre la base de un estímulo al mercado interno, especialmente orientado en la producción de bienes de consumo, para financiar dicho crecimiento se emplearon las ventajas que tenían los precios de materias primas a mediados de los 50's, pero la mayor parte de los beneficios se emplearon a su vez en la importación de bienes de capital, es decir, nunca se creó una base sólida para un desarrollo económico equilibrado de la planta productiva. Cuando en el marco de los sesentas los precios de las materias primas cayeron en los mercado internacionales, los requerimientos para la reproducción industrial no pudieron ser cubiertos, lo que generó un desequilibrio que el gobierno compensó por medio de préstamos cada vez más fuertes. La deuda externa pasó a ser deuda eterna. En este contexto estalló el movimiento estudiantil del 68, era la época de un crecimiento que ya no se podía sostener más, a no ser que el gobierno optara por enfrentarse al imperialismo, como lo había hecho Cuba unos años antes. Evidentemente que lejos de eso, el gobierno optó por el endeudamiento para sostener las tasas de crecimiento de los sesentas. No era sólo una razón caprichosa, el movimiento estudiantil de 1968 había sido derrotado, pero la juventud mostraba un peligro potencial y el movimiento obrero, luego de una fase de rejuvenecimiento, empezaba a mostrar signos de contagio. Ya el 60% de la población vivía en las ciudades para 1970 y un estallido obrero podría ser clave para revertir la política represiva que adoptaba el régimen. A la par, el movimiento juvenil seriamente afectado por la derrota del 68, se orientó hacia la construcción de nuevas organizaciones y una parte, tal vez la más desesperada, a la guerrilla. "Arriba y adelante" que era la consigna de la campaña de Echeverría se completó por "arriba y adelante, muera el futuro gobernante". La respuesta no pudo ser más brutal, el 10 de junio, en la primera movilización estudiantil masiva luego del movimiento del 68, decenas de jóvenes fueron asesinados por el grupo paramilitar "halcones", el cual era un engendro del gobierno para cumplir la función del ejército, sin que el Estado se viera directamente involucrado. En este marco complejo comenzaron a generalizarse movimientos de carácter económico en distintas industrias, las cuales fueron asumiendo una posición políticamente cada vez más a la izquierda. Fue la época en la que, en el marco de una serie de movilizaciones, apareció el sindicalismo universitario. Al mismo tiempo se desataba en el seno del movimiento obrero oficial un conflicto que llegó a poner al régimen contra la pared, tal y como los ferrocarrileros hicieron en sus luchas de finales de los setentas, se trata de la tendencia democrática de Rafael Galván. Galván era el dirigente obrero oficialista favorito del gobierno de López Mateos, cuando este último se decidió a nacionalizar la industria eléctrica en 1962, sólo había dos figuras en la dirección de los sindicatos de la Comisión Federal de Electricidad y de las empresas que se tuvieron que integrar a ella cuando se estableció la nacionalización, una de ellas era el citado Galván y la otra era el famoso Francisco Pérez Ríos. Galván estaba al frente del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la Republica Mexicana y Pérez Ríos del Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana. La diferencia era que pese a su priísmo, Galván tenía tras de sí un sindicato con tradiciones democráticas y muy combativo en lo que hace a las luchas económicas, es decir, un tanto similar al SME actual. Por otro lado, Pérez Ríos era un gángster de las empresas que no dudaba en emplear grupos armados para eliminar contrincantes. Así pues, las bases del sindicato de Galván querían la unificación de los electricistas de la CFE, pero sobre las bases de sus tradiciones, por otro lado Pérez Ríos y su chofer Rodríguez Alcaine no se hubieran podido mantener un día al frente de una base trabajadora tan combativa. La discusión sobre la unificación comenzó a finales del gobierno de Díaz Ordaz y durante los primeros años del gobierno de Echeverría, éste maniobró para que la CTM y Pérez Ríos lograran el reconocimiento oficial al margen del sindicato de Galván. Los electricistas democráticos se dedicaron en cuerpo y alma a realizar una campaña para convencer a la base trabajadora de que el STERM galvanista era la mejor opción. El apoyo fue abrumador y el gobierno no tuvo más opción que el fusionar a las dos organizaciones y preparar un golpe en condiciones más favorables, es decir, negocia no para resolver sino para preparar la represión. Durante la lucha los electricistas se radicalizan, van elaborando no sólo un concepto propio de sindicalismo, sino del papel protagónico del obrero dentro de la dirección del país, en suma, forman un híbrido de ideas progresistas que más bien suena utópico en estos momentos, pero que en aquel entonces era una muestra de avances. En 1972 se crea el SUTERM con Pérez Ríos a la cabeza y con Galván como Secretario Nacional de Vigilancia y Fiscalización, la batalla estaba en pleno desarrollo. Desde su posición, Galván profundizaba el desarrollo de propuestas para convertir al movimiento obrero en un constructor de las políticas sociales en base a la democracia sindical y la creación de instancias de codirección del país con el gobierno, evidentemente esto era imposible en los marcos del capitalismo y demasiado como para que el Estado lo aceptara. Pérez Ríos, era un charro consumado, pero ante el avance de Galván y su propia enfermedad, decide dejarlo hacer, todo ello ante la impaciencia de Echeverría, el cual era muy bueno para protestar contra la dictadura de Pinochet y al mismo tiempo aplicar los mismos métodos en contra de jóvenes y trabajadores. Finalmente Pérez Ríos en 1974 muere y su lugar es ocupado por Rodríguez Alcaine. Este último, temeroso de que la herencia se le fuera de las manos, optó por dar un golpe junto con el gobierno, aplicándole la cláusula de exclusión a Galván en 1975, en un Congreso extraordinario secreto. La verdad es que los procedimientos para destituir a Gómez Urrutia del sindicato minero son muestra de que el PRI y el PAN se comportan igual. Ellos no quieren representantes de los obreros, sino empleados suyos al frente de los sindicatos. Galván tenía una clara mayoría en todas las secciones, las cuales fueron desconocidas, tanto por el sindicato controlado por "la güera", como por la Secretaría del Trabajo, esto provocó una ola de despidos, amenazas y golpes. Galván funda entonces la Tendencia Democrática de Electricistas y llama al estallido de una huelga para el 16 de julio de ese año. La campaña en radio, prensa y televisión se hace intensa, satanizando el movimiento y pidiendo mano dura, nada distinto a lo que ahora ven nuestros ojos. A pesar de la ruda campaña, era evidente que los electricistas lograrían un triunfo abrumador, por tanto el gobierno ordenó la ocupación militar de todas y permitió que los gánsters de la CTM hicieran de las suyas en contra de los trabajadores. Galván, temeroso de que sucediera los mismo que con Vallejo años atrás, decidió dar marcha atrás. con lo que se facilitó el despido de los galvanistas más conocidos y el movimiento democrático recibió un golpe contundente. Aún así, Galván creó el Movimiento Sindical Revolucionario en 1978 para dar continuidad a la lucha y mantener agrupados a sus compañeros, no obstante su muerte pocos años después, fue diluyendo su organización. Sin embargo, dentro del SUTERM las corrientes democráticas se fortalecen y más temprano que tarde, recuperarán el sindicato de las garras de los gánsters de la CTM. Galván a lo largo de los años, se distinguió por ser un militante obrero honesto, un hombre que acompañó a los trabajadores en sus luchas y sus derrotas, su error consistió en considerar la posibilidad de acuerdos estratégicos con la burguesía y su gobierno, combinándolo con democracia sindical que estableciera un contrapeso. Era en ese sentido, una especie de cardenista tardío, no obstante poco antes de su muerte, haciéndose una autocrítica, planteaba una orientación que aún es correcta y que debe llenar de inspiración a los militantes obreros actuales: "Nosotros no sólo planteamos la democracia, sino que el proletariado se convierta en la dirección política del país y que se formule un proyecto nacional. (...) Se trata de encontrar un organismo de coordinación de la insurgencia, porque ya se tiene muy claro que ningún gremio en particular puede desarrollarse más allá de un límite, sin enfrentarse al Estado. En vez de hacerlo como gremio (que no se ha podido), los haremos como clase obrera.(Las citas de Galván están tomadas del trabajo: "Clase, dirección y programa". de Max Ortega) 1988, el año en que la burguesía vivió en peligro Cuando el viento anuncia una tormenta son las copas de los árboles las primeras en mostrarlo. Algo así sucedía durante la segunda mitad de la década de los ochentas. 1982 significó la llegada de una nueva generación de políticos priístas, caracterizada más por sus vínculos con los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el banco Mundial y por sus estudios en universidades privadas norteamericanas como Harvad y Yale. En alguna ocasión los estrategas del Departamento de Estado norteamericano señalaban que más que intervenir directamente, los Estados Unidos tendrían que educar a las nuevas generaciones de políticos latinoamericanos para, de ese modo, asegurar los intereses imperiales. Para aquel entonces, políticos como Carlos Salinas de Gortari, Pedro Aspe Armella, Francisco Gil, Guillermo Ortiz, Jaime Serra Puche, Ernesto Zedillo, entre otros asumían poco a poco el control de las Secretaria de Hacienda, estableciendo una severa política de ajuste, caracterizada por el congelamiento de los salarios, en 1986 mientras que la inflación se disparaba, se acordaba por medio del famoso Pacto de Solidaridad económica un 0% de aumento a los salarios. El golpe fue brutal, la población observó cómo en unos cuantos años todo el futuro se venía abajo. Incluso el movimiento sindical que a principios del sexenio de De la Madrid había logrado lanzar con éxito el paro cívico nacional, se veía paralizado por la severa crisis que los políticos, llamados tecnócratas, nos imponían con el fin de asegurar el pago de la deuda externa. López Portillo había establecido la nacionalización de la banca, pero De la Madrid se apresuró primero a asegurar el pago a los banqueros muy por encima de lo que realmente valían sus bancos, por otro lado les abrió el negocio de las privatizaciones y dio rienda suelta al negocio de la especulación; pronto aparecieron casas de bolsa por todos lados y los exbanqueros se convirtieron en especuladores bursátiles, quienes invitaban a la población a entregarles sus ahorros, prometiendo dividendos estratosféricos. Por supuesto, todo fue un timo, en 1987 un colapso de la bolsa de valores provocó la bancarrota de decenas de miles de pequeños inversionistas, la pequeña burguesía sufrió un golpe que minó su confianza en el gobierno. Las masas trabajadoras enfrentadas al shock de la crisis, tuvieron también que afrontar, especialmente en la Ciudad de México, el desastre del terremoto del 5 de septiembre de 1985. Tal vez dicho acontecimiento significó un punto de ruptura, el gobierno desapareció por algunos días y fue la organización espontánea de las masas lo que sustituyó la incapacidad gubernamental para enfrentar la catástrofe. De ahí surgió un poderoso movimiento urbano independiente del PRI, que protagonizó, con muchos otros sectores, los siguientes 10 años. Ni siquiera el mundial de 1986 evitó que la rabia contenida por la población se expresara en la inauguración de dicho evento, con el abucheo más grande de la historia de este país hacia un presidente, algunos podrán suponer que eso no pasa de ser una anécdota, pero este acontecimiento fue un síntoma palpable de que las masas empezaban a buscar vías de expresión a su malestar. El PRI ya no servía y sus mecanismos de control hacían agua por todos lados. Fueron los estudiantes, que habían roto con el control priísta desde 1968, los que señalaron que algo grande estaba por venir. Entre 1986 y 1987, la UNAM y el IPN se lanzaron a importantes luchas en defensa de la educación pública, ante las cuales el gobierno dio concesiones parciales. Dentro del PRI, esta incapacidad para absorber y reprimir se expresó en el surgimiento de una crisis. Desde 1986, Cuahutemoc Cárdenas, gobernador de Michoacán y Porfirio Muñoz Ledo, viejo funcionario del expresidente Echeverría y embajador de México ante la ONU, encabezaron lo que se conoció como la Corriente Democrática. En un principio el grupo pretendía presentarse para la siguiente selección de candidato a la presidencia, para lo cual empezaron a organizar una serie de movilizaciones, con el fin de encauzar a las bases priístas a su causa. Lo que realmente sucedió fue que aquellos sectores que desde dentro del PRI empezaban a cuestionar la política del presidente, y por tanto la del mismo partido, se cohesionaron en torno a las figuras principales, rompiendo con la disciplina interna del PRI. Por supuesto, en la medida de que dichas figuras eran ampliamente conocidas en todo el país, empezaron a ser vistas como una alternativa a la política oficial del gobierno y su partido. Para 1987, en un proceso totalmente dominado por el Presidente De la Madrid fue seleccionado como candidato a la republica Carlos Salinas de Gortari, el cual era de hecho, el principal responsable de la conducción económica del país y dirigía, junto con Manuel Camacho Solís, un "grupo compacto" dentro del mismo gobierno, que actuaba por su cuenta. La corriente democrática, totalmente bloqueada para intervenir en el proceso de selección, lanzó la candidatura de Cárdenas primero bajo las siglas del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y luego también bajo las del Partido Popular Socialista y el Partido Socialista de los Trabajadores, que incluso cambió su nombre al de Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional. La mayor parte de estos partidos eran paraestatales, algunos les llamaban oposición leal, otros partidos satélites, el caso fue que la aparición de un candidato con arrastre era para ellos garantía de mejores resultados en las siguientes elecciones y de manera oportunista, se sumaron a la candidatura de Cárdenas. Mientras esto sucedía, la izquierda emanada de la tradición del Partido Comunista, en sus múltiples escisiones y fusiones había postulado a Heberto Castillo como su candidato a la presidencia, no obstante en aquel entonces, la candidatura de Heberto distaba mucho de ser catalogada como socialista. De no ser por los antecedentes de ambos candidatos (Cárdenas y Castillo), no había diferencias sustanciales entre ellos. Para las masas no se trataba entonces de elegir entre una opción socialista y otra nacionalista, sino de elegir entre una opción de oposición a la política del régimen que podía triunfar y otra opción que no. De forma natural, las masas dieron su veredicto a favor de Cárdenas y Castillo no tuvo otra opción que declinar a su favor. Por supuesto que la integración del PMS (el partido de la izquierda "socialista") a la candidatura de Cárdenas no supuso ningún paso adelante en materia programática. El verdadero factor que significó en la candidatura de Cárdenas y en el Frente Democrático Nacional (el organismo multipartidista que impulsaba su candidatura) un cambio cualitativo, distinto a candidaturas de oposición anteriores, fue la intervención de las organizaciones de masas de carácter de izquierda, desde fábricas, escuelas, barrios, ejidos, etc. A ello hay que añadir los millones de personas, especialmente trabajadores, que decidieron actuar en el terreno electoral y luego en la defensa del voto, como una forma de manifestar su repudio a la política que representaba el PRI. La irrupción de las masas significó las movilizaciones más grandes desde la época del cardenismo hasta ese entonces. Y constituía un peligro para el "grupo compacto salinista" y la oligarquía nacional y sus amos norteamericanos. En la noche del 6 de julio de 1988, los resultados daban a Cárdenas la delantera en la mayor parte del país, de pronto el sistema de cómputo se suspende (se cayó el sistema) y cuando las cosas vuelven a la normalidad, los resultados son abrumadoramente favorables a Carlos Salinas. Las semanas siguientes fueron de intensas movilizaciones, aún más grandes que en la campaña, en muchos casos los campesinos y trabajadores en general asistían los mítines de Cárdenas, esperando el llamado para un levantamiento, armados con machetes o viejos fusiles. Lamentablemente, el llamado de Cárdenas no era a luchar, sino a mantener la calma y no caer en provocaciones. Tal fue el clamor que Cárdenas tuvo que prometer la formación de un partido que le diera continuidad al movimiento. El 1 de diciembre de 1988, Carlos Salinas tomó posesión, la situación aún estaba tensa, por ello en una acción fuera de lo común desde hacía muchas décadas, el primer acto público del nuevo presidente fue un desfile militar en el cual el ejército manifestó su lealtad, eso luego de insistentes rumores de que una parte del ejército simpatizaba con el FDN. La histeria en los círculos gobernantes era tal que en los años siguientes se desató una ola de asesinatos, más de 500, en contra de militantes cardenistas. La burguesía tenía claro que corría un peligro muy grande en aquellos días y que un llamado serio por parte de Cárdenas hubiera significado el fin, afortunadamente para ellos, Cárdenas optó por jugar bajo las reglas del sistema, generando una gran decepción que pesó por muchos años, generando escepticismo y desconfianza.
Martes 18 de septiembre de 2007

Introducción

La lucha de  los capitalistas por la obtención de más riqueza, y la de los trabajadores por tener un trabajo y un salario con el que se pueda vivir ha sido un conflicto de clases permanente desde los inicios del capital, así mismo ha sido fundamental en el desarrollo de este, y que si no existieran estas relaciones de producción y el antagonismo que implican, el capital no se hubiera podido desarrollar. Incluso la lucha de contrarios que se desarrolla dentro del capitalismo se puede reducir a ultima instancia como lo decía Marx, a la lucha por la apropiación del excedente del trabajo, es decir,  la plusvalía .

 

Así el capital ha buscado históricamente la manera de incrementar esta plusvalía como Marx explicó; por medio de la plusvalía absoluta (alargamiento de la jornada de trabajo)  y la plusvalía relativa (aumento en los ritmos de trabajo en el mismo lapso de tiempo). Junto con la modernización de los medios de producción, el desarrollo de las técnicas de productividad del trabajo, etc., han ayudado a la burguesía para lograr su avaricioso fin.

Las formulas que Carlos Marx expuso desde hace más de un siglo en el libro de "El Capital", son las mismas que utilizan hoy los capitalistas para la extracción de plusvalía. La aplicación de métodos para extraer más plusvalía a costa de la vida de los trabajadores es lo que  hoy llaman la llaman " la Nueva Cultura Laboral", "la Nueva Reforma Laboral", etc., las cuales no tiene otro objetivo más que la de explotar mas a los trabajadores y con esto incrementar sus ganancias.

Bajo esta lógica los capitalistas buscan todas las posibilidades para arrebatarnos triunfos logrados a partir de batallas históricas, como lo fue  la jornada laboral de 8 horas, derecho a jubilación, vacaciones, etc. Esta no es una ofensiva coyuntural por parte de la burguesía en contra de los trabajadores, es más bien una política permanente que intentan imponer una y otra vez. Todos los ataques que logremos rechazar dentro del capitalismo, así como las victorias que obtengamos sólo serán temporales, nuestra lucha además de incluir demandas inmediatas debe tener presente que a la larga mejorar nuestra vida y la de sus hijos, es una lucha a muerte contra el capital.

En el marco de este conflicto surge la  Ley Federal del Trabajo(LFT) (28 de agosto de 1931) , que se desprende del artículo 123 de la Constitución de 1917 y de la sangre derramada por los trabajadores para defender sus intereses. No obstante la LFT no es una panacea, contiene la cantidad de restricciones a la defensa del trabajador que en un primer momento los trabajadores organizados realizaron grandes movilizaciones rechazándola. En aquel momento la correlación de fuerzas era mucho mas favorable para los trabajadores y la LFT de aquella época marcaba un paso atrás al desarrollo del movimiento obrero mexicano. Si bien hoy el movimiento obrero trata de evitar su reforma, esta lucha debe transformarse en una lucha por modificarla a favor totalmente para los trabajadores. pero esto no se puede lograr con negociaciones cupulares sin luchando.

El objetivo de la burguesía al pretender modificarla es eliminar todo elemento pudiera se útil al trabajador en la defensa legal de sus intereses. En suma pretenden sustituir una ley muy limitada en una ley totalmente patronal.

 

ANTECEDENTES

 

El artículo 123

 

A finales de 1914 y principios de 1915 se desarrolla una de las paginas más trágicas del movimiento obrero. En1914 Emiliano Zapata y Francisco Villa entraron a la capital con todos sus ejércitos obligando a Venustiano Carranza a huir rumbo a Veracruz, Las fuerzas de Zapata y Villa habían tomado el poder, sin  embargo  ante la falta de una alternativa  a este sistema y un programa que englobara todas las reivindicaciones de la clase obrera se disipó esta oportunidad. Obregón y Carranza no tardaron en entrar nuevamente a la ciudad y recuperara el poder. Todo esto costo la muerte de muchísimos campesinos y trabajadores, los cuales, fueron usados como carne de cañón por parte del ejército constitucionalista gracias a la política traidora de los dirigentes de la Casa del Obrero Mundial. Los batallones rojos  no fueron mas que eso, milicias obreras que a base de engaños  por parte del gobierno y sus dirigentes ayudaron a la represión  del movimiento campesino.

Debemos explicarnos el ¿ por qué? los obreros actuaron de esta manera.

 

El PLM

 

Desde principios de ese siglo, los trabajadores comenzaban a hacer sentir su voz; las huelgas de Cananea en 1906, Río Blanco en 1907 y los ferrocarrileros de 1908 fueron un punto de partida para las luchas posteriores. El proyecto de programa del Partido Liberal Mexicano(PLM) influenció las luchas de aquellos tiempos.

 El PLM, encabezado por los hermanos Flores Magón, impulsó  una campaña muy fuerte en diferentes lugares para la organización y lucha de los trabajadores, esta organización con tendencias anarquistas fue una de las mas importantes en cuestión de propuestas reivindicativas y propaganda de la época, en su Exposición de motivos del Partido Liberal Mexicano se señala :

"Un gobierno que se preocupe por el bien efectivo de todo el pueblo, no puede permanecer indiferente ante la importantísima cuestión del trabajo. Gracias a la dictadura de Profirió Díaz, que pone el poder al servicio de todos los explotadores del pueblo, el trabajador mexicano a sido reducido a la condición más miserable; en donde quiera que presta sus servicios, es obligado a desempeñar una dura labor de muchas horas por una jornada de unos cuantos centavos. El capitalista soberano impone sin apelación las condiciones del trabajo, que siempre son desastrosas para el obrero, y este tiene que aceptarlas por dos razones: porque la miseria lo hace trabajar a cualquier precio o porque se rebela contra el abuso del rico, las bayonetas de la dictadura se encargan de someterlo. Así es como el trabajador mexicano acepta labores de 12 o mas horas diarias por salarios menores de 75 centavos, teniendo que tolerar que los patrones le descuenten de su infeliz jornada, diversas cantidades, para medico, culto católico, fiestas religiosas o cívicas y otras cosas aparte de las multas que con cualquier pretexto se le imponen.

“Una labor máxima de 8 horas y un salario mínimo de un peso, es lo menos que puede pretenderse para que el trabajador este siquiera salvo de la miseria, para que la fatiga no le agote, y para que le quede tiempo y humor para procurarse instrucción y distracción después del trabajo. seguramente que el ideal de un hombre no debe ser ganar un peso por día, eso se comprende; y la legislación que señale tal salario mínimo no pretenderá haber conducido al obrero a la meta de la felicidad. A esa meta debe llegar el obrero por sus propios esfuerzos y su exclusiva aspiración, luchando contra el capital en el campo libre de la democracia, lo que ahora pretende es cortar de raíz los abusos de que ha venido siendo víctima el trabajador y ponerlo en condiciones de lucha contra el capital sin que su posición sea en absoluto desventajosa. 

“Los demás puntos que se proponen para la legislación sobre el trabajo, son de necesidad y justicia patentes. La higiene en fabricas, talleres, alojamientos y otros lugares en que dependientes y obreros deben estar por largo tiempo; las garantías a la vida del trabajador; la prohibición del trabajo infantil; el descanso dominical; la indemnización por accidentes y la pensión a obreros que han agotado sus energías en el trabajo; la prohibición de multas y descuentos; la obligación de pagar en efectivo; la anulación de la deuda de los jornaleros; las medidas para evitar abusos en el trabajo a destajo y las de protección a los medieros; todo esto lo reclaman de tal manera las tristes condiciones de trabajo en nuestra patria, que su conveniencia no necesita demostrarse con ninguna consideración".

Hay una gran cantidad de ideas del PLM que también se plasman en el Artículo 123, y la razón no es porque la burguesía sea muy buena, sino porque temerosa a perderlo todo la burguesía se vio obligada a prometer una serie de derechos sociales, claro sin la intención de cumplirlos posteriormente. Fue la fuerza y la sangre de los trabajadores lo que obligó a la burguesía a redactar el Artículo 123.

Esta  fuerza y esta sangre se vio muy concreto en las movilizaciones de 1916, la huelga general y pena de muerte para reprimir a los trabajadores que participaban en las manifestaciones.

 

La casa del obrero mundial

 

En 1912 se funda la Casa del Obrero Mundial que con el tiempo van a ser la organización obrera más fuerte de México; dirigida principalmente por anarquistas que eran exiliadas de sus países, principalmente españoles y norteamericanos, esto es la explicación esencial de por que los trabajadores jugaron un papel de lacayo de la burguesía.

Los anarquistas están en contra de las luchas políticas, no hacen una distinción entre una política obrera revolucionaria y una política burguesa contrarrevolucionaria. En particular dichos anarquistas no querían saber más que de luchas que beneficiaran económicamente a los trabajadores y dejaban lo político para la burguesía que poco a poco insertaba a sus agentes en el seno del movimiento.

Para mediados de 1915 la Casa del Obrero mundial tenia filiales en gran parte del país, esto porque en cada lugar que el ejército constitucionalista ganaba terreno se abría una filial de esta organización, y casi todos los obreros de la zona se afiliaban a ésta.

Cuando Carranza regresa a la ciudad de México, el gobierno obsequia un local a la Casa del Obrero Mundial, y promete satisfacer todas las demandas de  los trabajadores, cosa que no sucedió y que ya al año siguiente se desataban luchas muy importantes por esta promesas incumplidas del gobierno.

Desde finales de 1915 se ve el ascenso del movimiento obrero exigiendo que se cumplan las promesa que el gobierno había prometido, en particular por un salario mínimo, y en general por el programa del Partido Liberal Mexicano. La gota que derramó el vaso en esta lucha fue, la devaluación del papel moneda. En aquel momento no había un sistema monetario fuerte, lo cual propiciaba  que el papel moneda se devaluara a los pocos días que este aparecía, en algunos lugares el dinero de un día para otro el dinero ya no valía.

En Veracruz comienza el proceso de huelgas, en este lugar  el gobierno utilizó al ejército para acabar con el movimiento. El segundo lugar en donde los trabajadores comenzaron a movilizarse fue en Tampico, ahí los trabajadores estaban muy bien organizados, y pudieron arrebatarle a los patronos un salario mínimo de 3 pesos diarios. El siguiente lugar donde estallaron conflictos fue en la capital, de donde se extendió la huelga por todo el país.

El 1 de mayo de ese año estallo la huelga por emisión del papel moneda el "Infalsificable". Para el 18 de mayo los trabajadores de la Federación de Sindicatos del Distrito Federal sacó un comunicado a toda la población pidiendo que los sueldos se pagaran en oro o su equivalente, y pusieron un ultimátum para el 22 de mayo, si no se cumplía estallaría una nueva huelga general en el D.F.

El gobierno lanzo una amenaza  pública y dijo que no se permitiría el cierre de agua, luz, teléfono  y transporte público. A pesar de la represión se pudo negociar y se ganó un aumento de salarios.

La  actitud hacia los ferrocarrileros demuestra muy bien esta postura, Carranza  declaraba a los ferrocarrileros miembros del ejército constitucionalista, y con esto se les prohibía el derecho a huelga y de manifestación, y cuando esto se realizaba, Obregón ordenaba la detención de líderes y agitadores.

Todas estas medidas no aminoraron la fuerza del movimiento, las condiciones no habían mejorado para la masa de los trabajadores, el 31 de julio de desata otra huelga general  en el Distrito Federal, aunque tuvo pocos efectos a nivel nacional, el presidente exigió el cese a la huelga, sin embargo los obreros se mantuvieron firmes.

Por órdenes  de Carranza el General Pablo González cierra la Casa del Obrero Mundial; se arrestó a todos los dirigentes sindicales y se les expulsó de los locales. Carranza evocó una vieja ley decretada el 25 de enero de 1862 por Juárez para ser usada contra los revolucionarios (declarándolos bandidos) y la hizo extensiva a los huelguistas, declarando la pena de muerte a todos los agitadores, dirigentes, o asistentes a las reuniones de huelga; a todos los acusados  se  les juzgaba en tribunales militares.

Los electricistas tomaron parte fundamental en el movimiento de aquella época, con el SME ( Sindicato Mexicano de Electricistas ) organizado en 1914, en este periodo apoyaron la huelga general dejando sin luz a la ciudad varios días.

Ernesto Velasco, uno de los miembros del comité de huelga y electricista de profesión, fue enjuiciado por un tribunal militar y condenado a muerte, tiempo después le bajaron la condena a cadena perpetua y finalmente fue perdonado 2 años después, otros de sus compañeros fueron expulsados del país y otros más  encarcelados.

Todo este movimiento desembocó en victorias parciales, como lo fue la suspensión de emisión moneda, y conquistas que hasta hoy en nuestros días perduran como el artículo que en su época fue un de los mas progresistas del mundo; el artículo 123.

 

La Ley Federal del Trabajo, su desarrollo histórico (1931-1980)

 

El 28 de agosto de 1931 todas las leyes laborales de México quedaron restringidas a una ley Federal; la Ley Federal del Trabajo. Desde 1924, Álvaro Obregón había auspiciado un código laboral federal con el propósito de que el congreso pudiera legislar sobre los trabajadores, esto se logró hasta 1929, cuando se modificó la constitución para lograr lo antes dicho.

El ambiente mundial que se registraba en aquel momento era de convulsión, después de que Estados Unidos entró en una crisis brutal y alcanzó la depresión mas grande de su historia, la crisis se extendió país tras país, México no fue la excepción; el desempleo y la miseria crecieron de manera brutal. El gobierno se veía obligado a tomar medidas para mantener a los trabajadores tranquilos y al mismo tiempo mantener una política de austeridad. En ese marco las luchas que se desataron tomaron tintes abiertamente revolucionarios.

Los gobernantes ya veían las convulsiones que se avecinaban,  la fundación del Partido Nacional  Revolucionario en 1929 (PNR) era una muestra de  la táctica que pretendía establecer un mecanismo de coparticipación en el poder de las diversas facciones burguesas y al mismo tiempo establecer un control directo del movimiento de masas que constantemente se les iba de las manos

En este ambiente el presidente Plutarco Elías Calles (quien se erigía como jefe máximo de la revolución) tenía claro en aquel momento que para enfrentar los embates de la crisis a nivel mundial, tenia que institucionalizar las luchas de los trabajadoras y así poderlas controlar o reprimirlas sin que ello significará una fractura del poder. La LFT aparece con estas intenciones manipuladoras y corporativas. Por esta razón las diferentes organizaciones de trabajadores tuvieran una postura de  oposición férrea en contra de la LFT, rechazaban:

* El registro de los sindicatos al gobierno, así como de dar cuentas al gobierno de sus miembros, finanzas, locales, etc.

* Se oponían a que esta ley fomentará un perfil de organización sindical que recogiera todos los principios de una organización mutualista, concertadora y no un instrumento de lucha y defensa del obrero como clase.

* Que todos los contratos colectivos se tuviesen que hacer por escrito a únicamente sindicatos legales (registrados en el gobierno).

* Los cierres patronales de una empresa, así como al derecho del patrón a el despido injustificado.

* La posibilidad del empresario ha hacer paros de labores cuando tuviera suficiente producción en sus almacenes (paros técnicos por sobreproducción).

* La limitación al derecho de huelga, la cual sería legal o no según el conviniera al Estado.

* Tener que conciliar con el Estado.

*La cláusula de exclusión.

* Fijar salarios mínimos (más bajos que los que se ganaban realmente).

Estas eran unas de las causa que provocaron la oposición de organizaciones sindicales, que gracias a la presión de las bases, se manifestaron a pesar de su dirigencia (como la de la CROM) que tiempo antes había Estado del lado del patrón. Una de estas organizaciones era la Confederación General de los Trabajadores, surgida en 1921 de una alianza de entre algunos comunistas y anarquistas, que pronto se disolvió y quedo bajo el control anarquista. Rosendo Salazar un dirigente anarquista de la CGT decía:

"El movimiento obrero no tendrá ya la fuerza ni el alcance que tuvo en sus momentos de mayor vida, pues por obra y gracia de la ley se convierte en una cuestión legal, un asunto jurídico. El sindicato para poder tratar, habrá de ser reconocido y sus estatutos y decisiones serán revisados por lo tribunales del trabajo. Los Comités Ejecutivos se registrarán a la ley, solamente a la ley, deberán sus procedimientos, las huelgas tendrán por objetivo el equilibrio entre los factores de la producción. Antes dejaban los obreros el trabajo al sentir el golpe de la injusticia, también los patrones podían clausurar sus establecimientos con un motivo cualquiera conveniente a sus intereses. Serán las normas jurídicas manejadas por jueces, líderes y abogados  penales, las que se impongan en las juntas de conciliación y arbitraje de suyo pervertidas y los trabajadores quedarán a merced de los traficantes de la justicia con máscaras de defensores. Los solos recuentos de obreros destrozarán la conquista primera, que es la integridad del conjunto social proletario, pues la burguesía tratará de organizar sus propios sindicatos, pudiendo eliminar de sus negocios a los obreros revolucionarios continuamente, hasta matar a la organización auténtica del trabajo y la defensa de las condiciones contractuales le costará al que la realice la misma indemnización. Los líderes transarán los asuntos. Las huelgas serán causa de lucro. Tendrá un valor la anti-huelga, que cobrarán a la vista los líderes profesionales. Esa corruptela invadirá a todos los sectores, aún tratándose de los que hasta aquí han permanecido más o menos limpios. El sindicato será un tirano, cuando la cláusula de exclusión sea utilizada en todo su alcance, pues el sindicalizado no podrá alzar su voz hacia los líderes. Todo se arreglará burocráticamente, por consigna, por cohecho, por timidez o por servilismo. Para que el movimiento obrero no se ahogue en esta laguna de desilusiones, buscará una tabla para asirse y ella será la política burguesa con el nombre de revolucionario"

Otra de las organizaciones que se oponían era la Central Unitaria de México que decían los siguiente: La nueva legislación era fascista porque se basaba en el arbitraje del Estado y en la colaboración obligatoria de las clases sociales: "De hecho se anula el derecho a huelga, se establece la intervención de gobierno en los sindicatos y el derecho de lasa juntas de conciliación y arbitraje para borrar el registro y declarar ilegales a los sindicatos que defiendan de verdad los intereses de nuestra clase... Con el pretexto de una anunciada ley del servicio civil, se niega en forma definitiva todo derecho a los trabajadores  del Estado... Se prohíben las huelgas por gremios... Se declara que los empleados no tienen derecho a organizarse ni a defenderse y se anula la jornada de ocho horas.

La Central Unitaria de México, comparaba la LFT a una ley fascista de Mussolini.  

                                                                                                                               

Sin embargo también tenemos que decir que dentro de la Ley Federal del Trabajo también estaban retomadas algunas de las demandas mas importantes de los trabajadores, y que a base de luchas se pudieron plasmas en esta Ley. La lucha por los contratos colectivos en los años 20 y 30´s dieron como resultado que se plasmaran las cláusulas de aguinaldo, pago de vacaciones, la prima de antigüedad, la pensión, etc.

Baste recordar que la conformación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) surgió de las luchas y huelgas desde 1929 hasta 1935, donde participaban organizaciones obreras democráticas y tendencias políticas contrarias, incluso podemos decir que la CTM es de alguna manera resultado de la lucha que se da en contra de la Ley Federal del Trabajo.

Ya par 1934 se lanza la primer propuesta para modificar la LFT, por parte de los patrones. En este año se desarrolla el primer congreso de derecho industrial, en el cual se agrupa una gran capa de empresarios, la cual proponen su reforma. Cabe mencionar que desde esta fecha en cada sexenio se abre el debate a la reforma de la LFT por parte de los empresarios, que cada vez quieren tener las manos libres para la explotación descarada de los trabajadores.

Sin embargo este primer intento reaccionario fue  sofocado rápidamente por todo el movimiento de los trabajadores que se realizó en la década de los 30´s, estas luchas consiguieron victorias importantes como lo fue la fundación de la  CTM en 1936, un año antes se realizó la organización del Sindicato de Petroleros (1935). Este mismo sindicato el 31 de mayo de 1937 se dispone a comenzar una huelga por la obtención del control  de ingreso de los trabajadores a laborar en este sector, esto a causa de que los dueños de le empresa  intentan formar otro sindicato rompe-huelgas, La huelga fue total y su resultado político más importante fue la expropiación petrolera. La luchas por contratos colectivos se extienden a todos los sectores y en su mayoría triunfan

En los años 40´s el crecimiento económico, da fuerza al nuevo gobierno derechista de Ávila Camacho para comenzar implantar una serie de medidas restrictivas del derecho de huelga, como lo es la requisa, que se implanta por primera vez en la huelga de telefonistas de 24 horas en 1944.

El presidente Miguel Alemán (1946-1952) emplea la fase de crecimiento para consolidar la subordinación del movimiento obrero al Estado. Surge en esta década en Monterrey el sindicalismo blanco (sindicatos fantasmas, al mismo tiempo se desarticulan las disidencias dentro de la CTM (IV  en 1947),y se acaba con la autonomía por sindicato de industria, etc. 

El sojuzgamiento del movimiento obrero por parte del Estado en esta época que se puede resumir en una consigna que se daba en los centros de trabajo, "Alemán, obrero de la patria".

No obstante a esto, en 1942, gracias a las luchas de la década pasada, los trabajadores logran uno de los mayores triunfos del siglo, la conformación de  el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En los años 60´s se realizo uno de los cambios mas fuertes a al Ley Federal del Trabajo; en 1960 se creó el apartado B del artículo 123 constitucional. Este apartado es el relativo a las normas laborales para los trabajadores del Estado. Estos cambios  afianzan el control de los trabajadores con respecto al gobierno, y crean un enrome aparato burocrático; la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE). El apartado B dictaminaba que  los trabajadores sólo se podían organizar dentro de esta Federación, que el Estado estaba en capacidad de poder aplicar la requisa, etc.  Si bien, no todo el apartado era reaccionario, si se podía distinguir que a partir de algunas mejoras que el Estado concedía, la intención era, controlar mucho mejor a los trabajadores de ese sector para evitar las huelgas.

En 1970, surge una llamada "Nueva Ley Federal del Trabajo". A cargo de su elaboración estuvo una comisión designado por la Secretaria del Trabajo, la cual fue presentada al congreso como una iniciativa presidencial. Sin embargo, esta "nueva LFT" se caracteriza por la igualdad a la de 1931, sus bases se mantienen casi idénticas. De lo más rescatable que  se puede encontrar en los cambios es la incorporación de:

* Reglamentación del derecho constitucional a la vivienda, esto da como resultado la creación del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda (Infonavit).

* Elimina algunas normas restrictivas del derecho a la huelga, introducidas en 1942.

Estas son las modificaciones que sirven como antesala a el periodo que tocaremos enseguida, cabe mencionar que hasta la década de los 80´s la LFT mantuvo los rasgos fundamentales de sus inicios, a pesar de los ataques que se han emprendido contra ella por parte de las patronales, incluso gobiernos.

 

La Ley Federal del Trabajo, objeto de ataque recientes (1985-2002)

 

En la década de los 80´s en todo el mundo comienza un proceso de apertura de mercados nacionales, especialmente para los países dependientes,  esta apertura representa el saqueo de las materias primas, sobreexplotación para la mano de obra barata, destrucción de las pequeñas empresas nacionales, etc.

El capital extranjero se incorpora de manera descarada al saqueo de las economías nacionales, lo que implica un golpe mortal a la industria nacional. El proceso de privatizaciones que arranca, en México, con el periodo presidencial de Miguel de la Madrid, marca una de las condiciones fundamentales para que los ataques a la Ley Federal del Trabajo se intensifiquen, con una peculiaridad, que además de la burguesía local, son el capital internacional y sus organismos internacionales los más impacientes impulsores de cambios.

Con la promoción del imperialismo los ataques se intensifican, principalmente en el periodo de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el cual a la burguesía se le garantiza la impunidad para violar toda la legislación laboral que desee..

A inicios de 1986, la Confederación Patronal de  la República Mexicano (COPARMEX), plantea la modificación a la legislación laboral. Argumentando que su objetivo fundamental era el "impulsar la recuperación de la economía y la confianza de la inversión". Si bien en su momento no tuvo un eco importante, sirvió de base para la discusión del anteproyecto de una Nueva Ley Federal del Trabajo presentada en junio de 1989 a una comisión para la reforma impulsada por Carlos Salinas de Gortari. Estas reformas iban encaminadas exclusivamente al sector productivo, y se proponía que se pudiese llegar a un acuerdo a partir de la coordinación del gobierno (lo mismo propone Vicente Fox). Las tesis fundamentales de esta propuesta son las siguientes:

 

1 Flexibilizar la normatividad de las relaciones individúales de trabajo.

* Propiciar la utilización de  servicios de trabajadores en actividades múltiples, independientemente del puesto asignado.

* Reducir o ampliar por convenio entre las partes la jornada diaria, así como la inherente a turno, puesto, descanso y horarios.

* Permitir que las partes establezcan libremente la duración de los contratos individuales de trabajo.

 

2  Modernizar las relaciones de trabajo y sus formas de terminación.

* Flexibilizar  el principio de estabilidad en el empleo.

* Conceder a trabajadores y empresas la facultad de negociar los retiros en un marco de franca libertad y de concertación  entre las partes.

* Reducir a 2 faltas injustificadas en un periodo de 30 días, las causas de rescisión del contrato individual  de trabajo.

* Establecer indemnizaciones razonables por la terminación ( por cualquier causa) del contrato de trabajo.

 

3  Responder a la generación de empleos en el ámbito de la pequeña y mediana empresa

* Modificar los sistemas de indemnización, haciéndolas congruentes con la capacidad de la empresa.

* Establecer modalidades para efectos de pago de IMSS e INFONAVIT de acuerdo a la capacidad de la empresa.

 

4 Incorporar la importancia de la "calidad" y "productividad" en las relaciones de trabajo.

* Eliminar el llamado escalafón ciego de ascenso, el que deberá otorgarse en base a la capacidad y aptitudes.

 

5 Establecer bases que eleven productivamente el nivel de vida de los trabajadores.

* Establecer el principio de remuneración en base al trabajo efectivamente realizado, mediante el concepto de salario por hora.

* Actuar con equidad en el pago del salario relacionándolo a la productividad, antigüedad, servicio efectivamente prestado, resultados, asistencia y la calidad mostrada por el trabajo de cada persona.

 

6 Descentralizar la aplicación de la legislación laboral.

 

7 Simplificar la procuración e impartición de la justicia laboral.

* Aplicar sanciones a sindicatos, trabajadores y empresarios, cuando incurran en demandas improcedentes y en movimientos huelguísticos o paros contra la ley.

* Penalizar los delitos laborales, mediante la intervención o asignación de agentes del Ministerio Público en el Tribunal.

* Mayor celeridad en la práctica procesal, estableciendo el principio de igualdad, el arbitraje obligatorio a solicitud  de cualquiera de las partes en materia colectiva.

* Eliminar la ampliación de la  demanda individual.

* Suprimir la suplencia de la queja, restringiendo las ampliaciones de demandados y regulando la conducta procesal de las partes, así como el principio de inmediatez.

* Limitar  la demanda a un solo patrón o centro de trabajo.

* Buscar un mayor equilibrio en lo concerniente al mandato  y la representación legal.

* Si cualquiera de las partes o sus representantes no asisten a la audiencia inicial, se les tendrá por destituidos de la acción y terminara el juicio.

* Eliminar las Juntas de Conciliación.

 

8 Redimensionar el régimen de las relaciones colectivas de trabajo hacia la modernidad, productividad y  competitividad.

* Crear un Sistema de Registro Público de sindicatos obreros y empresariales

* Unificar los procedimientos especiales y el conflicto colectivo de naturaleza económica y evitar que estos no se suspendan en su tramitación por el emplazamiento a huelga.

* Eliminar las huelgas por solidaridad

* Aplicar análisis previos de mayoría de trabajadores, en demandas de titularidad

* Concluir de oficio la disputa de titularidad en caso de violencia de los trabajadores y sus representantes

* Limitar la intervención de sindicatos a conflictos de orden colectivo

* Clarificar responsabilidades para sindicatos o trabajadores, en caso de que alguna huelga llegue a ser declarada inexistente

* Señalar como requisito para acreditar la voluntad mayoritaria de los trabajadores en emplazamiento a huelga o planteamiento de titularidad el acto de asamblea del sindicato en que aparezcan nombres de trabajadores y sus respectivas firmas.

 

9 Establecer las relaciones laborales en base al dialogo y cooperación en todos los niveles.

 

Como se puede observar en el texto, esta propuesta era una receta acabada para que en lo práctico y en lo jurídico los trabajadores estén bajo el control total del empresario, como la actual propuesta no tiene diferencias sustanciales.

Para Salinas de Gortari, no era preciso, como no lo es para ningún burgués, que estas leyes se aprobaran por el parlamento, él comenzó a impulsarlas en los hechos concretos. El ejemplo más claro lo tenemos en Teléfonos de México, empresa vendida a Carlos Slim. En esta empresa se comenzaron a implantar las relaciones laborales  del tipo de las reformas mencionadas mas arriba, como por ejemplo el pago por productividad, y, se comenzó a impulsar un "nuevo y moderno sindicalismo" que implica la cooperación estrecha con los patrones.

 

En 1992 se firma el Acuerdo Nacional para la Evaluación de la Productividad y la Calidad, este acuerdo fue aceptado por la cúpula charra de la  CTM. En este acuerdo se daban las líneas generales que seguirían las empresas en los años posteriores con respecto a "modernización" laboral como las relaciones laborales para aumentar la productividad y la calidad, bonos adicionales al salario, etc.

 

Desde 1993 ya se mostraba una seria amenaza de crisis, a finales de 1994 y principios de 1995 el desempleo se disparó al 6.8%, estallando una de las mayores crisis que ha sufrido nuestro país, sin embargo el Partido Acción Nacional (PAN) lanza una propuesta de reforma laboral que significaba un franco ataque a los sindicatos, argumentando que el poder de los sindicatos era mucho, y que se les tenia que recortar, esta propuesta se presentó ante el Senado en septiembre de 1995, aunque antes se habían realizado diálogos entre la COPARMEX y la CTM. En esta propuesta podemos encontrar las siguientes características:

 

Proyecto de reformas a la Ley Federal de Trabajo presentadas por el PAN 1995

 

1 Renuncia del carácter titular  y protector de la ley.

2 Renuncia de derechos adquiridos.

3 Libre acuerdo de voluntades, con la idea de que tanto el trabajador como el capital son iguales, por lo tanto merecen el mismo trato.

4 Pérdida de principio jurídico de la estabilidad en el empleo.

5 La productividad como principio y meta de la ley

6 Supresión del principio jurídico de que la interpretación de la ley deba ser en lo que más favorezca al trabajador.

7 Mayores causales de despido justificado.

8 Ninguna oportunidad para demandar la reinstalación por despido injustificado, o bien por padecer una incapacidad parcial (que implica el reacomodo).

9 Individualización de las relaciones de trabajo entre trabajadores y patrones (de común acuerdo) acorde a la productividad de la empresa.

10 Trabajo polivalente y libre movilidad del trabajador.

11 Liquidación de los escalafones.

12 Fijación de 30 días como máximo, para la duración de la huelga.

13 Se fomenta la libre afiliación o desafiliación a los sindicatos, a través de la creación de comités de empresas que fungen como representantes de los trabajadores estén o no estén sindicalizados así como el libre registro sindical.

14 Creación de los tribunales unitarios presididos por jueces de lo social (desaparición del trisectorialismo).

Como podemos observar no dista mucho esta propuesta de 1995 con la de 1989, sin embargo esta propuesta hecha por el PAN, sienta las bases para todo el proceso que viene con respecto a la producción, principalmente el papel del obrero en esta.

 

Se impulsó "La Nueva Cultura Laboral", que se puede numerar en siete puntos.

 

1 Ética laboral: "preservar los bienes de la empresa, capacitarse para elevar la productividad, guardar lealtad respecto a los procesos productivos, no retrasar los procedimientos jurídicos laborales, y no incurrir en tortuguismos para evitar que la empresa produzca".

2   Empleo: "El lugar de trabajo es la empresa, es imperativo la solidaridad entre sus integrantes obreros y patrones no son enemigos, unidos elevaran la productividad".

3   Remuneraciones: "Se hará y elevarán en función de la productividad”.

4 Capacitación y formación : "Los obreros deberán capacitarse para elevar la productividad.

5  Productividad, calidad y competitividad : "Para alcanzarla se propone : incrementar el empleo mejorar la capacitación e impulsar la investigación.

6 La empresa y su papel en la sociedad : " Tiene dos funciones la empresa, una externa que es bienes y servicios socialmente necesarios, la otra interna que es generar valor y distribuirlo equitativamente a sus importantes y garantizarlo mediante la obtención de utilidades .

7 Derechos y obligaciones de los trabajadores:          " Derecho al trabajo, estable, justo y remunerado así como organizarse y capacitarse...obligación de trabajar con intensidad, no divulgar secretos de la empresas, e informar al patrón con veracidad. El derecho para los patrones es, proponer criterios de contratación y de trabajo que permita mas productividad, y remunerar según la productividad, tratar con respeto a sus empleados, etc.

 

Como podemos observar toda esta nueva cultura laboral fue elaborada para la expoliación con mayor intensidad de plusvalía. Hoy en día podemos visitar cualquier fábrica y hay un sin fin de actividades para impulsar esta cultura laboral proempresarial.

Dichos principios se han convertido en norma en centros de capacitación, escuelas técnicas y distintas universidades.  Con esto la burguesía, buscan matar dos pájaros de un tiro, por un lado promueven la formación de mano de obra barata y sumisa y por el otro preparan condiciones para volver la Nueva Cultura laboral en ley, con el pretexto de solamente poner por escrito lo que en los hechos ya se hace.

Las reformas que se vienen proponiendo desde 1986 hasta la actualidad, tienen como modelo las leyes laborales de los Estados Unidos. En este país la Ley de Jurisdicción Federal, es totalmente favorable a los empresarios, permiten el despido libre, y sin derechos sociales, la contratación por horas, la inexistencia del derecho de huelga, el impulso de sindicatos blancos, etc.

 

Las reformas de la era Fox

 

 El gobierno de Fox sigue esta misma lógica con respecto a los cambios a la LFT. la línea fundamental con la que impulsa la nueva es la eliminación de las juntas de conciliación para dejar al relación obrero patronal como un asunto mercantil entre particulares.

Así pues la idea es acabar con  las pequeñas victorias de los trabajadores  que se plasman en esta ley y darle toda la libertad a la burguesía para poner y quitar cláusulas en los contratos, que serían fundamentalmente individuales, dejando a los sindicatos como simples espectadores.

 

El  gobierno de Fox tiene todas las intenciones de aprobar estas reformas bajo su periodo. La velocidad con que se pueda dar esto va a depender de las presiones que ejerzan del exterior y las luchas que se desarrollen aquí en México.

Fox y Carlos Abascal han mencionado que ellos solo dialogarán con los dirigentes, tanto de los trabajadores como de los empresarios. Es decir con los charros, que están en total coalición con los empresarios.

Sólo que hay un problema, la situación en las condiciones de vida de los trabajadores es mucho peor que las que había en los años anteriores, las contradicciones se hacen mucho mas ríspidas, y la respuesta que se pueden esperar no es de una dócil acatación de la gran masa de los trabajadores hacía las disposiciones del Gobierno y patronales, sin de una lucha intensa por la defensa de las conquistas obreras.

 

El imperialismo tiene urgencia en la reforma, un documento del Banco Mundial Para México llamado "Una agenda integral del desarrollo para la nueva era" dice:

"Se debe eliminar el sistema actual de pago por despidos; la negociación colectiva y contratos obligatorios para la industria (contratos ley); el ingreso obligatorio a sindicatos (cláusula de exclusión); la repartición obligatoria de utilidades; las restricciones a los contratos temporales de plaza, fijos y de aprendizaje; los requisitos de compromisos basados en antigüedad; los programas de capacitación programados por la empresa y las obligaciones por los empleados de subcontratistas (patrón directo)" se sostiene que esta "flexibilidad unilateral" se ajusta mas a una "economía protegida con una elevada inflexión y sindicatos fuertes" y no al "México integrado, más estable y participativo de hoy" (La Jornada   25 de mayo de 2001).

Una confirmación de que estas propuestas son una continuación de las que se intentaron en años pasados la da Carlos Abascal, Secretario del Trabajo y Previsión Social, " las reformas arrancaran a partir de las ya establecidas en 1995 ", es decir que la "Nueva Cultura Laboral" no esta a discusión , ni ninguno de los cambios que ya se han puesto en práctica, como los siguientes:

"a) Establecer 4 nuevos contratos de trabajo, de carácter eventual: uno a prueba de treinta días; otro por capacitación de noventa días para trabajadores de base y de 180 días para empleados de confianza; otro por jornada discontinua, y uno mas por estudiantes "becados" hasta por 400 horas de trabajo. El  ultimo: "con el objeto de desarrollar en el ámbito real las  competencias laborales. (artículo 123-y del proyecto)"

"b) Se establece un nuevo principio a favor de la discriminación laboral :"no se consideran discriminatorias las distinciones, exclusiones o preferencias que se sustenten en las calificaciones particulares que exija una labor determinada" (artículo 3 del proyecto")

"c) Asimismo, se establece un nuevo principio  que vuelve renunciables los derechos adquiridos; "Cuando se trate de modificación o reducción de las condiciones de trabajo, las nuevas no podrán ser inferiores a los mínimos que prescribe la ley." (artículo 34 del proyecto)

"d) En relación al despido se agrega una nueva causal en el actual artículo 47, fracción II, relativo al trato que den los trabajadores: " en contra de clientes del empleador o del público en general o conducirse reiteradamente en forma incorrecta frente al mismo"

"e) Así mismo se agrega que ya no será exigible a los patrones el escrito de despido, hasta hoy obligatorio en el último párrafo del artículo 47 de la ley vigente: "El aviso a que se refiere este artículo no será exigible a los empleadores personas físicas, ni tampoco lo será en los casos de los trabajadores domésticos o trabajo a domicilio"

" f) Se establece una nueva obligación para los trabajadores: " podrán convenir que los trabajadores desarrollen labores o tareas conexas o complementarias a su labor principal." (Artículo 56)

" g) Se una jornada de trabajo que pueda exceder los máximos legales, vigentes hasta ahora: "las partes podrán convenir la ampliación de la jornada diaria , sin que se considere tiempo extraordinario". (artículo 59)"

" h) En el artículo 153-y las comisiones mixtas eran de capacitación y adiestramiento, ahora se propone que se constituyan como comisiones mixtas de productividad, capacitación  y adiestramiento."

" i) Se establece la creación del Registro Público Nacional de Organizaciones Sindicales y Contratos Colectivos, como una nueva institución que otorgue información a los interesados y realice la inscripción de los contratos colectivos y los sindicatos, tal como lo señala en el artículo 365 y siguientes del proyecto"

" j) Incluye un nuevo artículo, el 387-a en el que se obliga que antes del estallamiento  de huelga, se desahogue el recuento de los trabajadores, a fin de determinar la voluntad de ellos"

" k) El artículo 937 se modifica para establecer que la huelga de los trabajadores, a los 30 días, será cometida  a la decisión de la junta mediante el arbitraje  obligatorio."

" l) Finalmente, se incluyen algunos cambios  que ya se habían elaborado  en el llamado "Código Procesal del Trabajo" referente a las autoridades laborales y a la parte procesal de la norma, el artículo 523 al 1010, de la Ley Federal del Trabajo"

Estos datos fueron tomados de la revista "Trabajadores, numero 30, mayo-junio"

 

Lo que demuestra esta "nueva reforma" no es mas que lo mismo: explotación de los trabajadores, pero ahora con más desfachatez. Si antes clavaban las garras en las espaldas de los trabajadores para la extracción de la riqueza, hoy la burguesía quiere clavar los dientes sobre nuestros cuellos para que esa extracciones mucho más profunda.

La "oposición" que brindan las burocracias sindicales es casi nula. Un caso emblemático lo tenemos con los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT),  que presentaron en el mes de junio de este año una "contrapropuesta" a esta ley. La propuesta de Francisco Hernández Juárez, no se destaca por su carácter de clase. Uno de los postulados expuestos en esta contrapropuesta dice:

" La alternativa es, en suma, lograr la convergencia entre los enfoques económico-productivos con los enfoques sociales para la reforma de la Ley Federal del Trabajo, y que esta convergencia se dé en la dimensión de la Reforma del Estado..."

Es decir la propuesta de la UNT no esta contrapuesta a la del gobierno, la principal diferencia es que ellos quieren ser los principales interlocutores de la negociación.

Esto solo es una muestra mas para que la lucha por la democratización de los sindicatos sea una de las tareas mas urgentes, pues estas direcciones lo único que buscan es conciliar entre dos fuegos totalmente antagónicos. La historia ha mostrado que estos "burócratas entran en crisis cuando no hay margen para reformas que les den prestigio y margen para negociar, así que o adoptan una actitud más dura de frente a los patrones o terminarán por ser barridos por ello no nos extrañe que estos dirigentes lamebotas tengan que tragarse sus palabras e incluso utilizan un discurso mucho mas de izquierdas para que el movimiento no los barra y los  eche al basurero de la historia.

 

La burguesía no desea un estallido producto de dicha reforma, por ello han tratado de involucrar a los líderes charros para que convaliden la reforma, desde julio del año pasado la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) instaló una mesa de Modernización y Actualización de la Legislación Laboral, en esta se propuso que  participarán, trabajadores (charros), empresarios (burguesía) y Estado (perro guardián de la burguesía).

Esta consulta mostró ser una farsa, pues sólo se podía tomar parte de esta por medio del correo electrónico, al cual no tienen acceso los trabajadores, se negaba el debate público y no había una comisión para revisar los resultados.

Después de esta intentona, se abre nuevamente el debate a la luz pública de esta reforma. El gobierno sigue insistiendo en que sólo dialogará con los dirigentes de los trabajadores y de los empresarios, esto obligará una respuesta sólida por parte de los trabajadores.

El último intento de reforma mostró que cuando se quiere tocar las conquistas históricas de los trabajadores, como la industria eléctrica estatal, puede haber una respuesta contundente, como lo fue en  1998  por medio de la Asamblea Nacional de los Trabajadores (ANT).

Tenemos que recordar que gracias a esta asamblea y el impacto que tuvo dentro de los trabajadores fue lo que orilló al gobierno a un  dar paso atrás.

 

En el capitalismo las leyes son utilizadas por el Estado para preservar su poder.

Marx decía que la función del derecho era hacer justificable el Estado de opresión de las masas por medio del aparato del Estado. Es decir, que el Estado utiliza por medios jurídicos e ideológicos para mantener la inmovilidad de los trabajadores, y si esto no se consigue, con el pretexto de que, se "han violado las leyes" reprime al movimiento obrero, justificándose ante toda la población al decir que se tubo que implantar el Estado de derecho. Este Estado de derecho significa, para los empresarios la defensa de su propiedad privada. Mientras que para los trabajadores este Estado de derecho representa la preservación de su esclavitud asalariada y su supeditación a la voluntad de la burguesía. Aquellas leyes que de una u otra manera benefician a los trabajadores no existen por la buena voluntad de la burguesía sino porque los trabajadores en su lucha han puesto al sistema en una situación de peligro tal que los burgueses prefieren hacer concesiones en algo para no perderlo todo. Cuando sucede esto el Estado procura no aplicarlas y esperar el momento oportuno para destruirlas.

 Esto sucederá así mientras el Estado se base en una sociedad de clases, dado que emana de la sociedad y la sociedad capitalista solo podrá generar Estados que opriman a la mayoría en beneficio de la burguesía.  El Estado sólo servirá a los trabajadores cuando, por métodos revolucionarios, un partido de trabajadores logre tomar el poder y establezca un régimen de democracia obrera.

Por esto, cuando defendemos leyes que benefician a los trabajadores lo hacemos en la medida de que son logros de luchas pasadas, pero no nos hacemos ninguna ilusión en el sentido de que una legislación por sí sola significará la problemática general de los trabajadores, lo cual sólo se logrará con la revolución socialista.

La respuesta por parte de los trabajadores debe ser organizada o no será, la convocatoria a una Huelga General es el punto primordial el día de hoy.

 

El siguiente documento es un análisis de la privatización de los sistemas de pensiones visto en la lógica del capitalismo en general, pero al mismo tiempo es un balance de la lucha que en particular están dando las masas en México contra la privatización de las pensiones y su consecuencia lógica: el debilitamiento del sistema de seguridad público como paso previo a su desaparición. Como decimos en el documento mismo: una cosa es lo que desea la burguesía y otra es lo que la lucha de los trabajadores determina. El afán de elaborar un documento como este justo cuando ha pasado un año del inició de esta lucha es tratar de dar una orientación y perspectivas generales del camino, no sólo para evitar una privatización más, sino para unificar fuerzas con el fin de enfrentar tanto a la política del gobierno de Calderón y luchar por que este termine los más pronto posible. La lucha contra la ley del ISSSTE: balance y perspectivas. I.- Las privatizaciones y la lógica del sistema capitalista de nuestros tiempos La "Nueva ley del ISSSTE" está circunscrita a la política global del estado mexicano por destruir cualquier tipo de posibilidad de un sistema público de pensiones. No obstante el origen de esta iniciativa trasciende el plano puramente local, para entender su naturaleza y visualizar una estrategia de lucha adecuada, es preciso remontarnos un poco a las "razones" que han llevado a México y a diversos países de economías dependientes a realizar las citadas reformas. El sistema capitalista tiene como principal móvil la ganancia, todas las inversiones, movimientos de capital, tienen sentido para los burgueses si obtienen ganancias. El problema es que hay límites físicos para la obtención de la ganancia, uno de ellos es la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia, es decir la relación entre la plusvalía y la inversión productiva; a un mayor incremento de inversión en infraestructura, tecnología y equipo, la parte que crea verdaderamente la riqueza: el trabajo humano, reduce su participación generando con esto una reducción en los posibles beneficios de los capitalistas. Claro está que aumentando masivamente la producción se puede lograr contrarrestar esta tendencia, no se obtendría el mismo beneficio por unidad pero si por el conjunto de la producción, el único problema es que toda esa producción se necesita vender; la lucha internacional por abrir mercados es un voraz juego en los cuales los capitalistas buscan a como de lugar colocar la masa de productos que de otra forma los llevaría al colapso, dado que en el capitalismo actual el crédito juega un papel clave; instituciones financieras adelantan recursos a las empresas bajo la suposición de que una vez realizada o vendida la producción los créditos se recobran y el ciclo podrá continuar. Uno de los aspectos clave de la tendencia a la caída de la tasa de beneficios es que; con cada vez mayor frecuencia, las grandes corporaciones capitalistas buscan en la especulación, es decir el gran mercado de apuestas sobre algunos parámetros de la economía real, obtener los beneficios que en el sector productivo directamente no pueden encontrar. Para un burgués moderno resulta más atractivo hacer ese juego de pujas y obtener beneficios en el vaivén especulativo que ocuparse en desarrollar las fuerzas productivas donde corre el riesgo de no vender sus productos y quebrar por ser incapaz de cubrir sus deudas. Como vemos si el mercado se pudiera extender hasta el infinito el problema de la especulación no existiría, bastaría con ampliar la producción hasta el infinito para que los problemas de los capitalistas quedaran resueltos, no obstante, el mercado tiene fronteras como; el tamaño de las economías nacionales y el de la economía mundial que en el fondo no expresa más que la ya conocida imposibilidad de que un número conmensurable de consumidores puedan absorber una oferta potencialmente inconmensurable. Como resultado lógico cuando la burguesía es incapaz de vender su masa de productos deviene una crisis crediticia. Si existe la posibilidad de que haya nuevos capitales para prestar o para rescatar a los burgueses de su bancarrota el sistema puede ir tirando para adelante aunque la deuda crezca, dado que hay la esperanza de que algún día se pueda cubrir el debito. Eso es lo que ha venido sucediendo en el mundo capitalista en los últimos años, -para ser precisos desde la crisis petrolera de los setentas -, con la particularidad de que en función del tiempo la caída de los beneficios profundiza más y más la debilidad estructural de la economía en su conjunto. Por supuesto cuando las deudas están basadas en capital productivo o en bienes tangibles hay cierta posibilidad de recuperar algo, no obstante, el atractivo de obtener dinero fácil por la vía de la especulación ha llevado a que se destinen recursos cada vez más amplios a dichas actividades. El capitalismo actual presta, invierte, compra y vende en función de papeles que no tiene garantías físicas como papel moneda, otras deudas y la suposición del precio de las hipotecas de las casas en el futuro. La vorágine es tal y las puestas por dichos documentos crecen tanto que da la impresión que realmente valen lo que se paga y se compra por ellos, pero ante la primera mala noticia del mundo real el temor de los especuladores por deshacerse de sus "papeles" es tal que estallan verdaderos crack bursátiles. Fortunas enteras incluyendo economías nacionales que desviaron el capital productivo a la especulación pueden ver evaporar sus recursos en cuestión de horas, peor aún si el dinero invertido era prestado. Esto es a grosso modo el escenario del capitalismo actual tan sólo hace unos días podíamos leer en Internet: "Cada día se producen nuevos anuncios de bancos que han tenido que "cancelar" el valor de los activos que han comprado (préstamos hipotecarios de viviendas en EEUU o bonos que están "respaldados" por el valor de las hipotecas en EEUU). Citibank 10.000 millones de dólares; HSBC 5.000 millones; Merrill Lynch 8.000 millones y así sucesivamente. Los bancos han confesado unas pérdidas de 60.000 millones de dólares (...) La gran crisis crediticia no sólo está localizada en EEUU, sino en todas partes. Y sólo acaba de empezar. La OCDE calcula que las pérdidas finales de esta contracción del crédito serán de 300.000 millones de dólares. Otro banco calcula que serán unos 400-500.000 millones de dólares, aproximadamente el 1 por ciento de la producción mundial anual. (Micheal Roberts. Marxist.com, 30 de noviembre del 2007) En el mismo artículo se destaca el tamaño del mercado especulativo, el cual resulta cada vez menos soportable para la economía real: Pero la parte más asombrosa de la explosión de capital ficticio fue el valor de lo que se denomina contratos derivados (derivated contracts). De los 70.000 millones de dólares en deuda, aproximadamente 11.000 millones eran "vendidos" en distintos contratos derivados de esa deuda. Estos derivados, en esencia, son apuestas sobre el futuro valor de un bono, una hipoteca o una acción, aumentaron su valor a unos impresionantes 550 billones de dólares, once veces la producción mundial anual.(Micheal Roberts ibid.)" Del 2000 al 2007 mientras que la economía mundial creció un 5% el capital ficticio, la especulación, lo hizo a un ritmo del 25% anual Esto en un mundo donde la pobreza, la violencia, el racismo no dejan de mostrar su huella lacerante. El año pasado, la ONU hizo un estudio sobre la desigualdad en el mundo. Los resultados son verdaderamente espantosos. El 1 por ciento más rico de los adultos en el mundo posee el 40 por ciento de la riqueza del planeta. Europa, EEUU y los países del Pacífico asiático son los que tienen mayor número de ricos. Más de un tercio vive en EEUU, mientras que Japón cuenta con el 27 por ciento, Gran Bretaña un 6 por ciento y Francia un 5 por ciento. (World Institute for Development Economics Research de la ONU) Según el informe, de los 125 billones de dólares que componen el total de los activos familiares en el mundo el 10 por ciento más rico de los adultos tienen el 85 por ciento. La mitad de la población adulta del mundo apenas posee el 1 por ciento de esta riqueza global. Mirando las cosas con cierta objetividad bastaría con que de dedicara un 10% de los recursos destinados al capital especulativo para que el mundo potencialmente duplicar su producción mundial, no habría motivo para pobreza ni hambre, enfermedades o violencia, es decir para el horror sin fin del capitalismo. El problema es que para el capital el crédito y la especulación son como una droga de la que dependen y necesitan dosis cada día más fuertes. Los capitalistas necesitan urgentemente fuentes de dinero fresco para seguir en el juego. No hay afán de generar empleos o crear riqueza social de hecho, su único afán es el de la ganancia; En México en 1981 la inversión bruta fija total era del 25% del PIB, el estado participaba un una inversión que representaba el 11% del mismo. Hoy en día la inversión del estado se reduce a un 3%, sería lógico pensar que la iniciativa privada absorbió esa función de inversión al serles traspasadas las empresas paraestatales, pero no es así, hoy en día su participación como porcentaje del PIB; 10% ¡es incluso menor a la que tenía en 1981! (ver Carlos Tello. Estado y Desarrollo Económico: México 1920-2000. Pág. 731) Los rescates financieros de la banca, de las carreteras, del azúcar, representan una suma muy superior a los 100 mil millones de dólares, duplicando el valor de la deuda pública lo cual demuestra el catastrófico manejo administrativo de la iniciativa privada. A ello hay que sumarle que depósitos, propiedades de mexicanos en el extranjero superan ya los 20 mil millones de dólares, así que la iniciativa privada tampoco se destaca por su confianza en el país. La reforma a los sistemas de pensiones para crear fondos de control privado tiene como objetivo fundamental generar una fuente permanente de recursos frescos que permitan especular con dinero que no es suyo y obtener beneficios por el manejo de las cuentas de cerca del 25%. Para diciembre del 2004 un informe del Banco Mundial señalaba descaradamente "las reformas incentivaron el desarrollo de mercados de capital a encausar los ahorros hacia inversiones en fondos de pensiones del sector privado (...) el volumen de los activos que poseen los fondos de pensiones como proporción del PIB casi se duplicó en la región de América Latina y el Caribe en el transcurso de sólo 5 años" (Viveros y Morrisón 2 de diciembre del 2004) Para 2025 la idea de la burguesía es manejar un monto equivalente al 60% del PIB. Por supuesto este manejo no implica algún tiempo de beneficio o reducción de los costos de las pensiones para el conjunto de la sociedad, Lo único que interesa a los capitalistas es poder traficar con esos montos en los grandes mercados de especulación a nivel mundial y hacer grandes sumas sin esfuerzos importantes El negocio es redondo reciben un pago fijo por jinetear el dinero y si pierden el Estado, .con el dinero extraído del pueblo-, paga. Eso no resuelve la enfermedad intrínseca del capitalismo pero en el fondo a ellos les da igual, siempre han encontrado modos de descargar los problemas económicos sobre la espalda de los trabajadores. Aquí es donde surge el problema político: una cosa es lo que desean los capitalistas, es decir su programa y otra cosa es lo que las masas trabajadoras organizadas les permiten, ahí es donde entra la lucha de clases y en función de cómo se den las cosas habrá un resultado. Nada está determinado pero es muy importante que frente al programa definido de los capitalistas, por el cual luchan y se organizan, se erija un programa de los trabajadores. Sólo de ese modo estaremos preparados para enfrentar al enemigo y vencerlo, primero en el plano de esta lucha defensiva y después ¿Por que no? en otro terreno, obteniendo nuevas conquistas y quizá, si se hace lo correcto, la victoria final. II La esencia de los cambios en los sistemas de pensiones La privatización del sistema de pensiones es producto de las necesidades de especulación de los capitalistas, no representa beneficios sociales pero así altos costos, a continuación revisemos algunos argumentos: a) Que el sistema solidario es costoso e impagable Uno de los argumentos más "alarmistas del gobierno respecto a las pensiones es la supuesta deuda "implícita" la cual según datos de la Secretaría de Hacienda es como sigue Sistema de pensiones Déficit implícito (% del PIB) Total público 117.3% ISSSTE 92.3% Estados 45.3% RJP 13% Paraestatales 9% Banca de desarrollo 0.3% IMSS (transición) 25.3% Esto representa dos veces la deuda pública, entonces la pregunta sería ¿Por qué no está sumada a esta última? La razón es que en realidad dicha deuda implícita es una suposición partiendo de que todos los trabajadores intentaran retirarse al mismo tiempo. Es como si se hiciera alarma porque la capacidad de las tazas de baño no sería suficiente si los 100 millones de mexicanos hicieran sus necesidades al mismo tiempo. El verdadero monto de lo que gasta el estado anualmente en pensiones es de 125 916 millones de pesos, es decir el 7.01% del presupuesto, es decir el 1.73% del PIB ( Datos de SHCP del 2004), comparemos esto con los 207 mil millones de pesos gastados en pagos de intereses de deuda o con 215 450 millones en gastos de operación del gobierno o los 193 545 millones en subsidios y transferencias (casi todos para el rescate de quiebras de capitalistas privados). Como vemos realidad la situación es diametralmente opuesta a lo que pregonan los jilgueros de la burguesía, no sólo no se gasta mucho sino que la cobertura es bajísima, sólo el 40% de la Población Económicamente Activa tiene seguridad social (Ver José Luís Salas Lizaur sistema alternativo de pensiones en La situación demográfica en México. México 2004) Además de ello en realidad la mayor parte está concentrada en grandes empresas. Un ejemplo de la falta de cobertura es que en cerca del 50% de las empresas, los empleados que percibían 10 o más salarios mínimos, se encontraban en un rango del 0% al 9% del total de empleados. No sólo eso aproximadamente el 9% de las empresas tenía establecido un plan de pensiones. Todo esto según el estudio "Análisis de las empresas que otorgan en México un Plan de Pensiones de Retiro" (Analysis of the profile of the companies in Mexico in regard with granting a Retirement Pension Plan; February, 2000). b) Que los sistemas de pensiones privados extienden la cobertura Es un argumento muy común el escuchar que el objetivo de la privatización de los sistemas que la cobertura se ampliará, esto se decía en el caso de Chile y esto mismo se sigue afirmando en México. El Plan Nacional de Desarrollo del presidente espurio Felipe Calderón señala: "Consolidar un sistema nacional de pensiones más equitativo y con mayor cobertura. Para lograr este objetivo, además de la reforma al sistema de pensiones del ISSSTE concluida en los primeros meses de la presente Administración, la agenda se enfocará en dos estrategias generales: (...) Contribuir a la transformación de los sistemas pensionarios de reparto que existen en la actualidad." (Plan Nacional de Desarrollo 2007) No obstante la experiencia en América Latina es del todo contradictoria con este argumento; en un informe del Banco Mundial, donde se estudia la experiencia de doce países de América latina se concluía "en la extensión del acceso a la previsión social a un segmento más amplió de la sociedad ha sido decepcionante". Exceptuando al caso Chileno la cobertura no rebasa de entre el 20 y el 40%. c) Que el sistema individual es autofinanciable Según "teóricos neoliberales" un sistema solidario público es insostenible debido a que cada día es más difícil obtener los recursos para mantenerlo, en suma no se puede financiar, por otro lado consideran que a su vez el sistema privado de cuentas individuales es auto sostenible "Con la reforma del IMSS, hoy los trabajadores del sector privado cuentan con su sistema plenamente fondeado" (Convención Nacional Hacendaría 2004). Esta afirmación esa también falsa dado que aún a pesar de que las pensiones del sistema IMSS-Afore son privadas el Estado asume el compromiso de complementar el sistema para llegar a una pensión mínima. La carga financiera no disminuye y en ciertos casos aumenta Veamos algunos ejemplos concretos según la ley del IMSS vigente: Un trabajador de salario mínimo que a los 65 (como marca la ley) haya cubierto 30 años de servicio tendría una pensión del 50,11 % de su salario y aún así el estado cubriría el 62% de la misma. Un trabajador de dos salarios mínimos que ha cubierto 30 años tendría una pensión del 36% de su salario y el estado cubría el 26% Un trabajador con 3 salarios mínimos y 30 años de servicio recibiría el 32.52% de su salario Según un estudio el 60% de los trabajadores afiliados a los sistemas de pensiones mexicanos (Incluye IMSS e ISSSTE) cabe en los dos primeros rangos, por lo que están condenados a recibir del 30 al 50% de su salario y aún así el subsidio del gobierno variaría entre el 60 y el 30%. Dado que la cuarta parte de las pensiones son consumidas para disfrute de los aseguradores privados. Según Alberto Valencia, tesorero el Sistema Nacional de Actuarios se necesitaría una aportación del 26.7% para que con este sistema se lograra al cabo de 30 años una pensión del 100%. Otro aspecto interesante son los costos para el estado. En el caso chileno la transición implica un gasto que supera de 125% del PIB y que tardará en pagarse hasta el 2009. No obstante es improbable que para esa fecha se cubra, debido a los efectos de la crisis en los mercados financieros y a la dependencia de los fondos de pensiones de dichos mercados, lo que implicará que aún después del 2009 el Estado siga subsidiando un sistema evidentemente ineficiente y expoliador d) Que el sistema privado genera beneficios Supuestamente las administradoras privadas generan beneficios que incrementaran el monto final de los recursos a la larga. Este argumento también es falso de cabo a rabo. Un estudio sobre el caso chileno demostró que los beneficios brutos en los fondos de pensiones es del 5%, aunque según Estelle James señala una rentabilidad del 3.5% para Chile. No obstante hay un problema, los costos de administración en los sistemas solidarios verían entre el 5 y el 10%, en el caso chileno el costo de administración son del 24.5% de las aportaciones. Hagamos cuentas, si un trabajador entrega 100 pesos mensuales se le retiran 24 con lo que sólo le restan 76 en su fondo, en un año esos 76 pesos generaran unos 4 pesos, así se necesitarían al menos 5 años para regresar a los 100 pesos depositados originalmente. En el caso mexicano los costos de las administradoras son Principal 25.82% de las aportaciones de los trabajadores; Afore Profuturo GNP, 24.97%; Afore Siglo XXI, del IMSS, 20.20%; Pensionissste cobrará 16.48%, pero ello sólo debido a la necesidad del estado de presentarle algún atractivo, nada garantiza que a la larga el cobro se aproxime al conjunto de las administradoras por "mantener la estabilidad del mercado" III Nuestra alternativa: Por supuesto que estamos de acuerdo en que el actual sistema de pensiones es injusto y que debemos luchar por uno perfectamente a favor de los intereses de los trabajadores, este debe consistir en: 1.- Carácter universal; todos los trabajadores deben estar incluidos sin algún tipo de discriminación por tipo de trabajo, edad, etc. 2.- La garantía de un 100% del salario al momento de la jubilación y a los 25 años de trabajo para los hombres y 20 para las mujeres 3.- La unificación de todos los sistemas de pensiones en uno sólo de carácter público y con administración democráticamente electa por los trabajadores 4.- Aportaciones de los patrones y el gobierno equivalentes al doble de la aportación del trabajador, si la aportación del trabajador es de 10% la del patrón y del estado debe ser de 20% respectivamente 5.- La creación de un banco de carácter público controlado por el sistema de pensiones que administre los ahorros para el retiro, si un trabajador pretende crear una cuenta individual lo puede hacer independientemente de su aportación al fondo solidario. IV Antecedentes sobre la reforma La estructura de seguridad social en México esa fundada en dos grandes instituciones, una es el IMSS cuya ley surgió en 1943, la otra es el ISSSTE cuya ley fue promulgada en 1959. Una para trabajadores del sector privado, otra para trabajadores del sector público. En realidad no existe una razón técnica o económica para que esto sea así, la razón de la división como la de su separación en la Ley Federal del Trabajo obedecía a las necesidades de control político sobre los trabajadores. A pesar de ello las existencia del IMSS y del ISSSTE respondían a la teoría política según la cual el estado tenía la obligación de garantizar un nivel mínimo suficiente de seguridad social para los trabajadores asalariados, mientras que los servicios de salud para los demás trabajadores podía ser cubiertos por la Secretaria de Salud en sus distintas modalidades. Con la llegada de Miguel de la Madrid comenzó un proceso de destrucción del sector paraestatal, lo que implicó la desaparición de una planta productiva con inversiones equivalentes al 10% del PIB. La destrucción del los sectores productivos fue sólo el comienzo, también sucedió lo mismo con el sector bancario que recientemente había sido nacionalizado dado que era el principal instrumento para la fuga de capitales de principios de los ochentas. Salinas de Gortari profundizó la contrarrevolución en todos los rubros, la seguridad social no se quedó atrás, en 1992 se crea el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). Había bastantes temores por parte de los tecnócratas en el gobierno de que un cambio como el chileno desatara una violenta reacción de las masas. Las luchas de los maestros en 1989 era una seria advertencia de que jugaban con fuego. Por ello procedieron a la elaboración de una reforma relativamente moderada, el SAR apuntaba a la privatización pero limitaba los cobros por manejo de las cuentas individuales, cuestión que las hacia poco atractivas para los voraces inversionistas privados, además marcaba limitantes en el destino de las inversiones: Se reforma el artículo 103 fracción II que a la letra dice: "Los recursos del fondo se destinarán. Fracción II.- Al financiamiento de la construcción de conjuntos habitacionales para ser adquiridos por los trabajadores mediante créditos que otorgue el Instituto, directamente o con la participación de entidades públicas y/ o privadas..." (Articulo 104 Fracción II) El siguiente paso fue la reforma a la ley del IMSS, esta fue modificada aprovechando circunstancias muy particulares. La crisis de finales del 94 significó un profundo shock para las masas, en ese contexto la ley del IMSS fue presentada como una medida urgente para una situación especial, en ella los derechos de pensión y jubilación pasaban de un mínimo de 9 a 24 años, pero el aspecto mas importante fue la creación de la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro (1997), con ello se pasaba definitivamente a un sistema de cuotas individuales con administradoras privadas (Afores). La contrarrevolución de los sistemas de pensiones supuso una gran tragedia para la clase trabajadora en su conjunto, lamentablemente apenas hubo protestas. En nuestro país, las pensiones, como los salarios, han sido tradicionalmente bajísimas y no hubo un solo dirigente sindical que llamara a hacer algo. De este modo los recursos de más de 10 millones de trabajadores pasaron a la administración privada que a la fecha suma un monto de 400 mil millones de pesos, el 9% del PIB. Para bien o para mal la reforma al IMSS no incluyó al ISSSTE, para esta última se necesitaba una ley aparte. En marzo de 1996 las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) impidieron una nueva modificación a la ley con lo que la reforma quedó en suspenso. A decir verdad con las reformas al IMSS y a los sistemas de pensiones se dió el paso más importante el la privatización de dicho sector, faltaba el ISSSTE, dado que como ya hemos señalado, a juicio de los capitalistas las reformas establecidas en 1992 eran insuficientes. No obstante ante la movilización del magisterio y la llegada de un nuevo proceso electoral, Zedillo decidió que la coyuntura no daba para más; el resultado de las elecciones del 97 fue adverso para el régimen priísta, la posición del PRD creció como nunca antes en el congreso, incluso logró ganar la capital del país con lo que el presidente quedó maniatado. Para la burguesía no significaba claudicar en sus proyectos privatizadores sino esperar mejores condiciones. La burguesía decepcionada del régimen priísta y segura que ante su desgaste ya no le sería posible continuar con sus políticas privatizadoras decidió construir una "alternativa" en la forma de un político demagogo y populachero; Vicente Fox. Construyeron una imagen falsa de cambio y con ella manipularon las ansias de transformación de las masas para hacer llegar a un funcionario de la Coca Cola sin otro fin que el de servir a quienes lo habían llevado a la presidencia. Con Fox la burguesía creía que sería posible continuar con los planes que el desgastado gobierno del PRI había dejado inconclusos. El gobierno foxista se caracterizó por un paulatino debilitamiento de las instituciones del régimen político burgués, a la par que se gestaba un movimiento cada vez más intenso por parte de las masas, el momento clave de dicho proceso fue el año 2006. En este macro los estrategas de la burguesía deciden imponer a su candidato por medio del fraude. La imagen autoritaria que trata de mostrar el nuevo régimen es tan sólo el reflejo de la incapacidad creciente de la burguesía para mantener un consenso que le asegure una "gobernabilidad democrática". La dominación burguesa pasa a mostrar su verdadero rostro dictatorial para tratar de amedrentar a las masas, al mismo tiempo pretende poner al movimiento de los trabajadores sobre hechos consumados con el objeto de convertir las protestas en luchas de desgaste que paulatinamente se disuelvan. Por supuesto un régimen de este tipo se desgastará no en años sino en meses, Si los trabajadores planean una estrategia de lucha conjunta y logran enfrentar los embates del gobierno la consecuencia será una profundización de la crisis del régimen político. Las cartas están echadas, el final del juego esta por decidirse. V Balance de la lucha contra la ley del ISSSTE Una de las consecuencias inmediatas del fraude y de la instauración del gobierno impuesto fue la aprobación de la nueva ley del ISSSTE, la cual tiene como objetivo homologar las condiciones de los trabajadores al servicio del estado con las de los trabajadores del sector privado. Pese a ser una iniciativa plenamente gubernamental y empresarial la burguesía considero que lo mejor era presentarla como una propuesta emanada de los mismos dirigentes sindicales, de tal modo que se montó la farsa de de Elba Esther Gordillo la líder charra del SNTE y Joel Ayala charro del la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado la presentaron como suya. De la presentación de la propuesta a su aprobación pasaron apenas algunas semanas. La idea era aprobarla en el periodo vacacional de semana santa. No obstante era una realidad que tarde o temprano se intentaría efectuar una modificación de la citada ley. Ya en el último año de Fox, Joel Ayala había intentado hacer aprobar una reforma semejante la cual no difiere sustancialmente de la presentada en el 2007. Pese a la brutal propaganda de promoción de la "nueva ley" esta fue repudiada desde el principio. Para intentar evitar la aprobación se convoco a un paro nacional el 27 de marzo. Particularmente importante en la organización de la lucha fue el ala de izquierda del sindicato de maestros, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la cual correctamente concibió que sólo una lucha de los trabajadores en su conjunto podría detener dicha ley. Fue la propia CNTE la que hizo el llamado a una jornada nacional de movilización para el 8 de marzo, lo que significó en los hechos el banderazo de salida para las movilizaciones. En este contexto impulsado por la CNTE nació el Consejo Nacional de Huelga y se hizo un llamado a formar consejos locales. Las direcciones sindicales de todos los trabajadores del Estado se declararon formalmente en contra de la ley, no obstante no hicieron nada para dar en serio una lucha. La huelga del 27 de marzo se hizo pese a los propios dirigentes, razón por la cual los consejos locales del CNH en cada sector se hicieron casi al margen de las direcciones formales. El paro fue un éxito, pese a no ser acatado en un 100%, tuvo resonancia a nivel nacional incluso en estados donde durante muchos años la actividad del sindicalismo democrático había sido muy pequeña, como es el caso de Chihuahua, no obstante quedó claro que la fuerza del movimiento se encontraba en el área central del país, destacándose la sección XVIII de Michoacán. Casi al mismo tiempo que se desarrollaron las primeras movilizaciones e intentos de organización surgió dentro y fuera del movimiento una línea legaloide. La mayor parte de los dirigentes sindicales prefirieron optar por los amparos. A nuestro juicio esa era la salida más fácil, en vez de llamar a la huelga y a las manifestaciones algunos lideres razonaban así para con sus bases "por supuesto que estoy en contra de la ley del ISSSTE, pero lo mejor será ampararse, dado que es anticonstitucional y por ese medio a la larga no habrá más opción que no aplicarla, además el amparo nos puede permitir negociar de tal modo que a los trabajadores activos no se nos aplique" De este modo los "combativos" charros del SNTE y de otros sindicatos trataron deslindarse de llamar a movilizar y al mismo tiempo aparecer ante sus bases como que estaban haciendo algo. El 1 de abril, en pleno inicio del periodo vacacional se aprobó la nueva ley con el apoyo de las bancadas del PRI y del PAN ante la ya ritual "toma de tribuna" de la bancada del PRD y sus aliados. Es un hecho que la estrategia legaloide genero desconcierto entre sectores de trabajadores dado que generó la ilusión que con los amparos el problema se podría resolver pero no hay duda que en este contexto el papel de los dirigentes sindicales fue determinante para impedir una acción masiva desde el principio. Particularmente "ingenioso" fue Agustín Rodríguez dirigente del STUNAM el cual siempre encontraba otra cosa que hacer un día antes o un día después de las movilizaciones nacionales argumentando "nosotros no vamos a la huelga nacional porque un día antes ya habíamos programado una falta colectiva, nosotros no vamos a la marcha porque ya dimos una conferencia de prensa, nosotros, bla, bla, bla..." No obstante es un hecho que una decidida convocatoria de la Convención Nacional Democrática dirigida por López Obrador a sumarse a las movilizaciones e incluso a organizar la lucha ahí donde fuese necesario hubiera potenciado de manera importantísima a la lucha. En todos los casos privaba la idea de no extender, no llevar a lucha a más allá de lo mínimo necesario para eximirse de responsabilidad. Por supuesto que esto generó una ambiente de desconfianza de las bases hacia sus dirigentes. Una vez que se regresó de vacaciones inmediatamente los trabajadores movilizados se avocaron a preparar una siguiente huelga para el 2 de mayo. En realidad de lo que se trataba era de una jornada de lucha que durará al menos del 1 al 2 de mayo, cuestión que se logró de manera bastante eficiente. La lucha en el IPN, UNAM, UAM En el contexto del ascenso del movimiento fue muy importante el desarrollo de organizaciones de base como los Consejos de Huelga en el IPN y en la UNAM, en el primer caso la organización contó con el apoyo de sindicalistas con una larga tradición de lucha, pero formalmente los dirigentes charros, pese a declararse públicamente en contra de la citada ley, se limitaron a promover sólo los amparos. En realidad las presiones por parte de las bases trabajadoras fueron enormes, a tal grado que hubo casos en los que los propios trabajadores ocuparon los locales de los dirigentes charros que se negaban a declararse en contra de la citada ley. Otro elemento muy importante de la lucha dentro del IPN fue que el Consejo de Huelga estuvo integrado también por estudiantes. Esto le dio muchísima más cohesión y confianza a los trabajadores tanto docentes como de apoyo. Sin duda el año del 2007 pasará a la historia por el surgimiento de un movimiento unificado con la participación de estudiantes, trabajadores y profesores como no se había visto en décadas, al grado de que por mucho y pese a todo fue el lugar de la ciudad de México en donde la respuesta a los llamados a paros nacionales y jornadas de lucha se hizo de modo más contundente. En el caso de la UNAM la actitud de la dirección del sindicato fue incluso más hostil llegando incluso al grado de sancionar a destacados activistas del movimiento contra la ley. A pesar de ello los trabajadores hicieron lo que pudieron para sumarse a la lucha a pesar de su dirección llegando al grado de forzar al propio Agustín Rodríguez a declarar públicamente que las bases estaban rebasando a la dirección del STUNAM. Particularmente vergonzosa fue la actitud Agustín Rodríguez para la jornada del 2 de mayo, la cual decidió boicotear convocando a una falta colectiva, es decir no hacer nada, para el 29 de abril, poniéndose en contra del propio CNH de la UNAM. No obstante el 90% de las instalaciones de la UNAM fueron tomadas el 2 de mayo por trabajadores y estudiantes y el 21 del mismo mes nuevamente refrendaron su disposición de lucha con otro paro y movilizaciones con una afluencia que no se veía en muchos años. No obstante esta claro que hay mucha desconfianza hacia las direcciones, el paro del 2 de mayo fue salvaje, es decir impulsado desde abajo y sin aval del sindicato, lo que dio un aire más combativo, el paro del 21 fue avalado por el sindicato y en el se mostró menos entusiasmo por parte de las masas. No hay duda de que es necesario romper con las estructuras burocráticas que evitan que en la dirección del sindicato se muestren las necesidades de la lucha y no de la camarilla que acostumbrada a las maniobras mezquinas de la cotidiana ha olvidado como y cuando se debe dar la lucha. Un caso distinto fue la UAM, donde tradicionalmente el SITUAM se pone al frente de este tipo de luchas. La gran tradición combativa de los trabajadores de la UAM nuevamente se puso en evidencia con una entusiasta participación en las distintas jornadas de lucha, no obstante es destacable que la dirección del SITUAM se limitó a actividades de propaganda sin impulsar a lo interno la formación del Consejo de Huelga con la participación de toda lo comunidad, como si se intentaba en otros lugares. La formación de un amplio consejo de huelga hubiera impedido que el movimiento en la UAM se restringiera a simples acciones de solidaridad con el movimiento en su conjunto, el desgaste y las pugnas internas sumadas a la incapacidad de transmitir entusiasmo y confianza a las bases se reflejo en un hecho contradictorio, si bien durante el congreso del 24 al 26 de mayo los delegados del sindicato acordaron emplazar a huelga al final, el 18 de junio. En ambos casos la decisión fue acordada por una abrumadora mayoría. Sin duda la razón fue que si bien estaban decididos a lanzarse a la lucha, los trabajadores no creían posible que con esa dirección fuese posible realmente dar una lucha en serio. Hasta ese momento el movimiento se había limitado a paros parciales, si la UAM estallaba la huelga indefinida la presión sobre los demás sindicatos universitarios hubiese sido insoportable, lamentablemente la UAM no estalló y eso dio elementos a dirigentes mucho más conservadores para evitar dar un paso muy importante. Esta claro que una estrategia de lucha no se puede improvisar, uno de los errores más comunes del sindicalismo es creer que las cosas son inmutables, asumir cada lucha de manera rutinaria y no entender que para circunstancias especiales las formulas tradicionales no son suficientes. Como se puede apreciar el sindicalismo universitario adoleció de una estrategia de lucha conjunta, pese a contar con un organismo nacional este ultimo no planteo realmente nada para enfrentar la imposición de la nueva ley y desde cada trinchera los trabajadores democráticos actuaron como pudieron y a decir verdad el resultado fue el fortalecimiento de las corrientes democráticas y de izquierda dentro de sus propios sindicatos. No obstante si se desea enfrentar una lucha en el plano general como lo es la lucha contra la "nueva ley del ISSSTE" se debe actuar con un solo frente. A una lucha nacional hay que dar tácticas nacionales y no escaramuzas locales, esa es una muy importante lección del periodo anterior. En el caso de los trabajadores del magisterio democrático estos también se avocaron a fortalecer su organización fundamental: la CNTE, la cual llevó acabo su congreso el 12 y 13 de mayo en la ciudad de Oaxaca. Sin duda el carácter del debate y las conclusiones del congreso muestran que la CNTE tiene ventajas abismales en el grado de organización de sus agremiados, así como en la disposición a luchar de la mayoría de sus dirigentes. En general el congreso estuvo orientado a la lucha en el plano nacional y a tratar de adaptar las estructuras de la CNTE a esas necesidades. En este contexto los trabajadores de la CNTE fortalecieron sus movilizaciones. Desde el mismo 1 de mayo se comenzaron a concentrar contingentes de maestros de diversos puntos del país, principalmente de Michoacán, para el 7 iniciaron la instalación de un plantón frente a las oficinas del ISSSTE en el paseo de la reforma el día 15 de mayo como de costumbre se realizaron importantes movilizaciones y fortalecieron el plantón permanente previamente instalado, Con lo que respecta al movimiento magisterial oaxaqueño, tradicionalmente siempre al frente de las luchas magisteriales nacionales, en este caso se vio seriamente afectado por la lucha que tuvo que encabezar en el 2006, la cual duró varios meses y por supuesto vivió en 2007 en el macro de un proceso de recomposición que limitó mucho su accionar. Para el día 17 una nueva huelga nacional mostró que el movimiento iba en asenso y que había amplias posibilidades de una victoria, lamentablemente era en ese momento cuando se hacía más que evidente la ausencia de una autentica disposición para lucha por parte de los dirigentes sindicales. No podemos decir lo mismo de los trabajadores, lo cuales llevaron la movilización del 17 de mayo a un éxito rotundo. Pero insistimos, el entusiasmo y la disposición a lucha de las masas por si mismo no son suficientes, es necesario que esas fuerzas se canalicen y esta claro que la tarea de los elementos de vanguardia en el seno del movimiento es construir una fuerte corriente sindical unificada en cuanto al criterio de ir hasta las últimas consecuencias para lograr, primero la abrogación de la ley del ISSSTE y de forma paralela la democratización de los sindicatos en lucha. El día 1 de junio nuevamente estalló un paro nacional, con resultados también bastante aceptables. A estas alturas se notaba un grado de politización mucho más amplio por parte de las masas, si al principio la lucha era en contra de la Ley del ISSSTE impuesta, ahora se entendía que también el problema era que el gobierno espurio era un obstáculo real para dar pasos al frente. Lamentablemente el inició del periodo vacacional en la mayor parte de las instituciones de educación abrió un compás de espera que fue aprovechado por arte de la burguesía para fortalecer su campaña de mentiras y ataques al movimiento. Para estos momentos estaba claro que se necesitaba un mayor esfuerzo para involucrar a todos los sectores afectados. Es entonces cuando se muestra que la estrategia de los amparos, si bien no se podía rechazar, no podía ser la principal, para julio ya se estaba dando trámite a más de 500 mil juicios de amparos, el número más grande en la historia de este país. Para esas fechas todas las dependencias federales (incluyendo los trabajadores de los tribunales de justicia) tenían trabajadores amparados. De hecho durante los siguientes meses en distintos juzgados se concedieron amparos (la Jornada 18 de septiembre) por medio de los cuales es posible que cientos de miles de trabajadores estén protegidos contra la nueva legislación. Con ello se podía crear la ilusión de que el asunto estaba relativamente resuelto y ayudaba en sus argumentos a aquellos que por miedo, por negligencia o por mala fe estaban en contra de las movilizaciones. Los amparos no pueden ser una solución para los trabajadores que entraran al servicio del estado, sea como sea la dependencia a la que ingreses, y tampoco para aquellos que por desconocimiento no se hayan amparado en los tiempos y en la forma adecuada. De lo que se trataba era de sumar más y más sectores, no dar motivos para que los sectores menos concientes se aparten de la lucha. En medio de un ambiente de cierto impasse se escenificaron también actos de represión, particularmente en el IPN donde en distintos actos fueron detenidos y sometidos a procesos judiciales decenas de activistas tanto estudiantes como trabajadores, afortunadamente la unidad del movimiento del Consejo de Huelga del IPN , así como la acción oportuna del movimiento en su conjunto logró que tanto los miembros del bloque de delegaciones democráticas como los activistas del CLEP-CEDEP lograran su libertad en un plazo relativamente breve, no obstante se hizo evidente que la política de criminalización de la protesta social que ha puesto de moda Calderón se sigue aplicando no sólo en el caso de la lucha contra la ley del ISSSTE sino en contra de todo movimiento social, y ello incluye a los medios de comunicación, también se han visto sometidos a "procedimientos legales" para obligarlos a someterse. El día 31 de agosto tuvo lugar el último paro nacional del 2007, que como los otros tuvo buenos resultados aunque no tan significativos como los de las jornadas de mayo. Desde entonces hemos tenido una situación relativamente estable, por un lado tenemos que pese a que ha habido progresos respecto a los juicios de amparo no se han sumado nuevos contingentes a la lucha, no obstante en todos los casos la organización y la capacidad de movilización continua intacta por parte de los sectores más combativos. De hecho durante los congresos seccionales del SNTE en el área metropolitana ( secciones X y XI) pese a que los charros emplearon mil y un maniobras para conservar la dirección de las mismas, no pudieron evitar que en ambos casos se aprobaran pronunciamientos en contra de la citada ley del ISSSTE, en cierta forma respecto a la lucha contra la nueva Ley del ISSSTE ellos están a la defensiva , por lo que se debe retomar el movimiento para ir avanzando tanto en la lucha por dentro de los sindicatos, llamando a todos, incluidos los indecisos, dar la lucha y al mismo tiempo planteando la unidad más amplia posible de frente a nuevos ataques. VI Las perspectivas Los pasos hacia la derrota de la Nueva Ley del ISSSTE son también los de la caída de Calderón Este es un elemento clave, dado que como esta visto la política de ataques de Felipe Calderón no se limita solamente a la Ley del ISSSTE. La aprobación de su presupuesto de egresos e ingresos supone ataques como los aumentos a la gasolina que afectan ya directamente a los bolsillos de las masas trabajadoras. A ello tiene que sumarse la entrada en vigor del capitulo agropecuario del TLC que, pese a lo que diga la demagogia oficial supondrá un duro golpe más contra los campesinos. El asunto clave más importante para el movimiento de masas será el intento de imposición de una Ley Federal del Trabajo que legalice los nuevos trucos para explotar a los trabajadores (despido libre, eliminación de prestaciones, polivalencia, desaparición de contratos colectivos, etc.). Con el camino andado los trabajadores que se mantienen en pie de lucha contra la nueva ley del ISSSTE pueden ver sumada su lucha a la de otros millones que por una u otra razón han permanecido al margen. Todo esta en función del fortalecimiento del Consejo Nacional de Huelga y de que este busque integrar a todos los frentes de batalla de masas que se sumaran en función del transcurso de los acontecimientos. En este contexto la lucha tiene todas las posibilidades de triunfo si es que este se busca con determinación y se logran enfrentar los principales retos de esta lucha y las que se avecinan: 1.- Constituir fuertes corrientes de izquierda dentro de los sindicatos y que estas luchen por obtener la hegemonía, es decir por derribar de los distintos comités ejecutivos a los dirigentes charros y reformistas que han obstaculizado de una u otra forma la lucha. 2.- Fortalecer al Consejo Nacional de Huelga haciéndolo lo más representativo posible. 3.- Llevar a la discusión del todo el movimiento la realización de una huelga nacional que incluya también al sector campesino. 4.- Continuar con la utilización de los amparos, no obstante recordando que estos no son una salida, sino una muestra de repudio a la nueva ley. 5.- llevando al conjunto del movimiento la propuesta de exigir la renuncia de Felipe Calderón y la realización de nuevas elecciones como el medio más efectivo de poner fina a la ola de ataques a los trabajadores y actos de represión que desde el gobierno se han venido orquestando. El socialismo, el único camino para la victoria final Por ultimo es muy importante recordar que no podemos hacernos la ilusión de que aún si logramos revertir el presente periodo de ataques ello será suficiente. La verdad es que las necesidades actuales del capitalismo exigen a como de lugar la aplicación de más y más medidas para continuar expoliando directa o indirectamente a los trabajadores. Las turbulencias en la economía mundial son tales que sin duda trataran de obligar a las masas a que paguen los platos rotos que significan las repetidas crisis financieras. Como sea la imposición de medidas como los sistemas de pensiones privados no son invencibles, en Europa las luchas que los trabajadores han desatado han obligado a los gobiernos a elaborar esquemas mixtos, no del todo satisfactorios para los patrones, que reflejan de algún modo el preludio de nuevas batallas, dado que a la larga tanto burgueses como proletarios trataran de ir por todo. Los últimos acontecimientos de Francia, donde las movilizaciones están adquiriendo un carácter muy combativo así lo demuestran. Además de ello podemos observar que los países donde definitivamente están dando pasos atrás los sistemas de pensiones privados son aquellos donde el proceso revolucionario se ha abierto o esta por abrirse como es el caso de Venezuela y Bolivia, donde se ha llegado al caso de prohibir expresamente estos esquemas. En el fondo la única manera de construir verdaderamente un futuro digno de ser llamado así para las masas trabajadoras y para las generaciones futuras es acabando con la lógica de la propiedad privada y con el de la búsqueda de la ganancia individual a toda costa. La lucha por el socialismo se impone porque es la única desde la cual podemos partir rumbo a la construcción de una sociedad verdaderamente democrática y porque luchando verdaderamente por una sociedad distinta no existe el espacio para la mentira, la traición o la corrupción de aquellos que aceptan al capitalismo lo único posible Bibliografía Analysis of the profile of the companies in Mexico in regard with granting a Retirement Pension Plan; February, 2000 Mª del Carmen Moreno Moreno. Análisis económico del sistema de pensiones públicas. Universidad Complutense de Madrid. 2007 Lara Sánchez, Miguel Ángel. Neoliberalismo y sistemas de pensiones en América Latina.Enero de 2006. CULTURA, TRABAJO Y DEMOCRACIA, AC HERCE, J. A.; SOSVILLA, S.; CASTILLO, S. y DUCE, R. (1996). El futuro de las pensiones en España: hacia un sistema mixto. Barcelona: Servicio de Estudios de la Caixa. (Colección de Estudios e Informes nº 8). TORRES, J. (1996). Pensiones públicas. ¿Y mañana qué?. 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escrito por Freddy Castillo J. jueves, 07 de diciembre de 2006 Despertar de conciencias El día de hoy queremos rendir y dedicar con esta humilde colaboración a MILITANTE, La Voz Marxista de los Trabajadores y de la Juventud, el mejor homenaje a la memoria del líder, del gobernador, del mártir y del símbolo, que todo eso representa FELIPE CARRILLO PUERTO, al cumplirse el próximo 3 de enero de 2007 el 83° Aniversario de su oprobioso crimen ocurrido en la madrugada en el cementerio general de la ciudad de Mérida. En TENDENCIA MARXISTA MILITANTE, queremos cumplir con nuestro deber de preservar y enaltecer la memoria del Mártir del Proletariado Nacional, Felipe Carrillo Puerto, el más grande de los gobernadores que ha tenido el pueblo de Yucatán. Amigos lectores; Durante la dictadura porfirista, el sureste de México y principalmente el Estado de Yucatán, sufrió la más grande explotación. El clero político junto a los voraces gobernantes de esa época, se enriquecían explotando a las masas trabajadoras, entre ellas a los indios mayas, sumiéndolos en la más absoluta miseria. FELIPE SANTIAGO CARRILLO PUERTO, nació el 8 de noviembre de 1874 en Motul, Yúc., fue hijo de don Justiniano Carrillo Pasos y de doña Adela Puerto de Carrillo, quienes se dedicaban al pequeño comercio, siendo el mayor de doce hermanos. Después de la escuela primaria, Felipe no aspiró a seguir una carrera profesional, no solo por falta de recursos, sino por falta de entusiasmo, porque tenía prisa de vivir, sentía profundo amor a los indios y una gran inquietud de mejoramiento social que desde muy joven lo convirtieron de ferviente partidario de las ideas socialistas, a las que se entregó con entusiasmo y limpieza ideológica. Con la ayuda de su padre consiguió empleo en la compañía ferrocarrilera, fue carretero para hacer el transporte de los productos del campo que le permitió comprar libros y revistas argentinas y rusas. Con la lectura de estos documentos se ampliaron sus conocimientos sobre doctrinas sociales para hacer frente a los caciques, hacendados y clero enriquecidos que en Yucatán formaban una casta dominante que mantenía en la miseria y en la ignorancia a las masas trabajadoras. A lado de Emiliano Zapata, luchó por los ideales de la Revolución en las tierras del Sur y en 1918 organizó en Yucatán el Partido Socialista del Sureste y Ligas de Resistencia, donde promovió un intenso movimiento de izquierda e hizo sentir vigorosa protesta por las arbitrariedades y desaciertos del Gobierno. Fue electo Diputado al Congreso local y posteriormente al Congreso de la Unión, participó en la Gran Manifestación Obrera del 26 de septiembre de 1920 en la Ciudad de México, dirigiendo un Mensaje Revolucionario desde el Balcón Central del Palacio Nacional. El primero de febrero de 1922, electo democráticamente por el pueblo tomó posesión del Gobierno de Yucatán. Acontecimiento que tuvo resonancia nacional e internacional como lo demuestra la presencia en ese acto del camarada David Dubrowski, un enviado personal de Vladímir Ilich Lenin, fundador del Partido Comunista de la URSS y del Estado Soviético. La llegada al poder de Felipe Santiago Carrillo Puerto representó el triunfo de una corriente política de avanzada y de los principios sostenidos por el Partido Socialista del Sureste. Durante su gobierno que duró 22 meses, construyó Escuelas, centros Sociales, Bibliotecas, fundó la Escuela de Bellas Artes y la Universidad del Sureste, abrió carreteras, inauguró hospitales, distribuyó la tierra a los campesinos y elevó el nivel de vida de los obreros. Su mayor afán fue despertar en todos los trabajadores, la conciencia de clase, el uso de sus derechos de hombres libres e inculcó en ellos su responsabilidad como factor en marcha para el logro de la Justicia Social y la Democracia como sistema de vida y de gobierno para todos y no para unos cuantos. Cuando la reacción se lanzó a la aventura de derrocar a Obregón del poder para apoyar a De la Huerta como candidato presidencial, surgió nuevamente la persecución y el asesinato de muchos Caudillos de la Causa del Pueblo, cayendo también Carrillo Puerto. Siendo capturado el 21 de diciembre de 1923, fue condenado a muerte por un Tribunal Militar y la sentencia se ejecutó el 3 de enero de 1924. Esta noticia suscitó una oleada de protestas en todo el país y en el extranjero. El Partido Socialista del Sureste señaló a los latifundistas de la Península como responsables del asesinato del más limpio y leal de los Dirigentes Socialistas quién cayó como Mártir del Proletariado Nacional. Queridos lectores, el Gobierno de Felipe Carrillo Puerto duró menos de dos años, pero este breve término fue fecundo en realizaciones materiales, sociales, económicas y culturales. Lo caracterizó una febril actividad que buscaba transformar un pasado de oprobio en un presente justiciero. Un entusiasmo revolucionario, una euforia que quería componerlo todo en el menor tiempo posible y que por ello condujo a choques sangrientos en los que se entremezclaron la ideología, los intereses de clase, la pasión y el oportunismo. De esta fragua volcánica surgieron sin embargo estructuras políticas perdurables, que en una u otra forma están recobrando vigencia, actualidad; aún cuando en mayo del 2001 el pueblo yucateco eligió a un gobierno que dista mucho de las enseñanzas políticas de Felipe Carrillo Puerto. Antes de finalizar este artículo, quisiera dejar en claro y para evitar confusiones ideológicas, o de un aparente apartidismo y que ahora están de moda; el Socialismo de Carrillo Puerto discrepa del marxismo-leninismo aún cuando sostenía relaciones respetuosas con el gobierno de Lenin y que además se conducía con el organigrama político Alvaradista. Lo que transformó dejándose llevar por el Socialismo romántico que recorrió la América Latina de aquellos años; creyó en el precepto masónico. Abrevadero de espíritus liberales: "La liberación del hombre a través del conocimiento". ¿Acaso escuadra, compás y geometría maya no son símbolos que pertenecen a la sacralidad? Es así como hemos llegado a este 83° Aniversario Luctuoso del horrendo crimen del Líder FELIPE CARRILLO PUERTO, en el momento en que la Revolución -a la que él consagró su vida entera y por la cual fue a la muerte sereno y estoico, con el estoicismo y la serenidad de los grandes hombres que cumplen una misión elevada y sublime- en el momento repito, en que la Revolución, nuestra Gloriosa Revolución Social Mexicana, entra por segunda ocasión, el primero fue el "edecán" de Fox; en una etapa de grandes dificultades con la llegada al poder en el país de un presidente espurio llamado Felipe Calderón más conocido como "Fecal" testaferro de los grandes capitalistas, lacayo del imperialismo norteamericano y representante de un Conservadurismo pasado de moda y que si los verdaderos revolucionarios no demuestran lo que son; herederos de las grandes gestas, enseñanzas y tradiciones de los mejores hombres que han forjado esta gran Nación, como el prototipo de FELIPE CARRILLO PUERTO, lo que hemos avanzado en todos los aspectos político, social, económico y cultural se irá al basurero de la historia; luego entonces, estaremos perdidos y no nos restaría más luchar porque logremos de nuevo, más temprano que tarde, la Unidad Revolucionaria para emprender el camino hacia la victoria que nos conduzca a una Nueva Sociedad con el Socialismo del Siglo XXI. Permitidme terminar; con las palabras de un gran amigo de Felipe, el Dr.Ernest Gruening, quien fue Gobernador de Alaska, Subsecretario del Interior de los Estados Unidos y Senador del mismo país; palabras que son una descripción personal de su amigo: "poseía una personalidad de un tipo casi desconocido actualmente; pertenecía a más bien a una edad legendaria; gallardo, bien parecido, con bondadosos ojos verdes, bien delineadas facciones, y radiante sonrisa que podía conquistar la lealtad de un niño o atraerse los corazones de una vasta multitud. Era un demócrata de corazón, un líder, un maestro, un gran hermano, más que un legislador. Vivió con sencillez y nunca tuvo inclinación por el poder personal a las prebendas. Una gran visión, un amoroso sentimiento, un idealismo militante, una extraordinaria energía física combinada con una subyugante personalidad, eran las cualidades que capacitaron -virtualmente por sí solo- para lograr una revolución". ¡VIVA FELIPE CARRILLO PUERTO! Progreso, Yucatán, México, diciembre 4 de 2006.
Escrito por Rubén Rivera y Jesús Alberto Valdez Martes, 26 de junio de 2007 "La lucha por el socialismo es irreversible" Grito de combate de Lucio Cabañas El recuerdo de Lucio Cabañas Barrientos es una fuente inspiración revolucionaria para muchos campesinos en guerrero y para toda la izquierda en general dentro de México, su sola presencia en el logotipo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es muestra de ello. No hay duda del heroísmo, la abnegación, la audacia que lo llevó a dar hasta su propia vida por lo que consideraba era la vía para la emancipación de la humanidad. Su frase más conocida lo refleja: "Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo" La historia de la lucha campesina en los sesentas y setentas, no se puede escribir excluyéndolo. Su organización, el Partido de los Pobres no surgió como el producto de un grupo de estudiantes radicalizados que de pretendieron trasladar la campo a redimir pobres, el movimiento armado de Lucio Cabañas es resultado de la persecución de los activistas del campo en la zona de Guerrero que, llegado el momento, tuvieron que escoger entre armarse y formar una guerrilla o morir asesinados por los caciques y sus guardias armadas. El programa socialista del partido de los pobres era sin duda adecuado para las necesidades del México de entonces y del de ahora, no obstante cayo en el error de considerar a la guerrilla como la vía para conseguir dicho programa, ello debido sin duda a que producto de la represión del 1968 no sólo los comunistas y excomunistas campesinos de Guerrero sino miles de activistas consideraban que no había otra opción más que la lucha armada contra el régimen genocida. Resulta particularmente paradójico que mientras los grupos armados surgían como hongos en época de lluvia, se desarrolla durante los setentas un inusitado auge de luchas sindicales que llevaron a una crisis al corporativismo de la cual nunca pudo salir enteramente. Como marxistas consideramos que el movimiento revolucionario para triunfar debe tener un sustento básico en las ciudades, esto era cierto en la época de Lucio donde cerca del 40% de la población vivía en el campo, lo es más ahora cuando la población campesina ha llegado al 20% del total y es protagonista de una emigración de millones de personas hacia el norte. Por supuesto que un movimiento basado en los trabajadores de todos los sectores, especialmente los fabriles es lo único que puede garantizar una transformación revolucionaria de carácter socialista tanto en el terreno de la economía, como en el terreno del régimen político En el terreno económico si las masas trabajadoras participan conscientemente del proceso revolucionario entonces las dificultades para echar andar todas las palancas económicas se reducen extremadamente. En el terreno político la participación conciente de las masas genera un marco democrático que puede asegurar lo que algunos llaman hegemonía, es decir un nivel de consenso social que permite al nuevo estado un grado de democracia y gobernabilidad que le permite realizar las transformaciones sociales sin el peligro de que la reacción precapitalista intente una restauración. El trabajo de construcción de un movimiento obrero capaz de disputar el poder requiere de de organizaciones que combinen la explicación de la alternativa marxista con la experiencia concreta de la lucha de clases que los trabajadores inexorablemente sufren en el marco del capitalismo. Estas experiencias de lucha de clases no excluyen conflictos armados, de hecho el estado mexicano no duda en emplear las armas en contra de los trabajadores cuando sus intereses así lo señalan, de hecho el asesinato de más de 30 activistas sindicales, campesinos y jóvenes durante el 2006 en México así lo atestigua. El problema por lo tanto no esta en defenderse incluso con las armas de la reacción capitalista, el problema o la desviación guerrillerista surge cuando, al margen del proceso de toma de conciencia de las masas se pretende utilizar las armas como recurso principal. Para el año en que escribimos este documento, 2007, el método del guerrillerismo ha quedado plenamente desacreditado en México por la vía de los hechos. Da la presión de que aquellos que aún dicen defender dicha forma de lucha ni siquiera se toman en serio a si mismos. Por otro lado hay una diferencia abismal entre lo equivocados, pero decididos y heroicos jóvenes y campesinos que durante los sesentas y setentas se lanzaron a luchar contra el ejército y las fuerzas de seguridad entregando su vida, en contraste con los supuestos grupos armados de ahora que no acuerdan más que a hacer explotar uno que otro petardo frente a una institución bancaria, comparemos esas minúsculas demostraciones de debilidad con las tremendas demostraciones de fuerza de las masas que trabajadores de todo tipo dieron en Oaxaca, Michoacán y la Ciudad de México durante el 2006 y aún durante este 2007. Una pequeña mirada a esos acontecimientos nos conducirá rápidamente a reconocer que la fuerza revolucionaria esta en la lucha de masas, aún en aquella que no es conciente de su potencial y que poco a poco, o repentinamente, va cobrando conciencia de su poder. Por supuesto otro punto que diferencia al movimiento de Lucio con los grupos armados de ahora es que al menos el Partido de los Pobres señaló claramente que lo que México necesitaba era una revolución socialista, mientras que prácticamente la totalidad de los grupos actuales no aciertan a precisar más que a una lucha por una autentica democracia, de hecho en el terreno teórico no están lejos ni de la dirección actual del PRD ni de los grupos de izquierda posmoderna tipo ONG´s, que glorifican métodos organizativos anarquistas con objetivos individualistas y sectarios. El caso del EZLN es emblemático en este aspecto. Mientras que los campesinos de los altos mostraron un heroísmo innegable en 1994 su dirección fue girando a posiciones tanto sectarias como reformistas. Alguna vez Marcos dijo que el EZLN "no tenía vocación de mártir". Pues bien, eso es lo que hace a movimientos como el Partido de los Pobres de Lucio Cabañas de los setentas 100 veces más digno. Si Marcos diciéndose guerrillero esta vivo y dando conferencias sobre cualquier tema es porque pasó de combatir a cohabitar con este régimen. Si Lucio Cabañas tuvo que ser asesinado fue porque era un enemigo irreconciliable. Ahora que esta de moda hablar de ética preferimos la ética de Lucio a la de Marcos. Los activistas del movimiento obrero y la juventud debemos recordar con respeto a camaradas como Lucio Cabañas y aprender de su lucha y sus errores, esa es la única manera de mantener vigente las razones por las cuales luchó y por las que estamos 100% de acuerdo: la liberación del los campesinos y obreros por la vía del socialismo. Los inicios Nace un 15 de diciembre de 1936, hijo de una familia pobre de la comunidad El Porvenir, del municipio Atoyac de Álvarez, Guerrero. Sus padres: Rafaela G. Barrientos y Cesáreo Cabañas, su abuelo: un general Zapatista, Pablo Cabañas Macedo. Al parecer como en muchos otros casos el padre de Lucio no se distinguía por su particular amor a su familia. El alcoholismo siempre ha sido un instrumento del poder para mantener a raya a los trabajadores del campo en México y en otras partes del mundo, esa no era la excepción. La madre de Lucio Rafaela Barrientos recuerda: "El estaba casado con otra mujer. Me robo cuando tenía 17 años(...) después lo despedí, lo mande a volar porque se porto muy mal. Y no sé cuando murió" (Publicado en un folleto de homenaje de la sección XXII del SNTE, 2004) La época en la que nació Lucio era la del cardenismo, si bien era cierto que ello significo un periodo de intensa agitación obrera, también lo es que en las regiones de Guerrero, Oaxaca y Chiapas la fuerza de los caciques era bastante profunda, sus métodos de acción eran sanguinarios y brutales, tan sólo quince años antes de la llegada al mundo de Lucio la ciudad de Acapulco sufrió la ocupación de las bandas de matones del gobernador que pretendían sofocar el triunfo de un efímero partido obrero local. El padre separa a Lucio de su madre a los ocho años de edad por lo que se ve en la necesidad de estudiar la primaria en la población de El Cayaco. A la muerte del padre de Lucio, este, junto con su hermano Pablo se ve sin un sustento económico y se alquila como peón por 5 pesos, llevando una jornada laboral de 10 a 12 horas por día cuando apenas tenía ¡12 años!. Algo por demás natural en el conjunto del campo mexicano. A los 17 años huye de casa de su tía, que se había quedado a cargo de él, para seguir sus estudios en Tuxtla para terminar el cuarto grado, omite e quinto y queda en el sexto en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, donde cursó también la secundaria y la educación Normal, recibiéndose como maestro a los 27 años Las escuelas normales rurales eran una creación del gobierno de Lázaro Cárdenas, en ellas los campesinos podían prepararse como profesores y regresar a sus comunidades, el Estado les proporcionaba casa y alimentación en lo que duraba su instrucción. El hecho de que en los tiempos de Cárdenas se intentara poner en la practica el discurso de la "educación socialista" generó que la organización estudiantil que surgió de las normales rurales asumiera también el nombre de socialista, desde entonces la Federación de Estudiantes Camerinos Socialistas de México (FECSUM), se convirtió en todo un referente de lucha por varias razones: en primer lugar debido a que los gobiernos posteriores al de Cárdenas no tenían interés en promover la educación en el campo por lo que los ataques al presupuesto y a las normales rurales mismas fue constante, ello obligaba a los estudiantes a mantener constante movilización, la otra razón era que las condiciones de miseria y opresión que los caciques ejercían sobre los pueblos llevaba a los estudiantes y a los egresados a convertirse en verdaderos organizadores de luchas ahí a donde estudiaban o a donde eran mandados después a dar clases. En la Normal destacó como dirigente y buen orador, de hecho llegó a ser Secretario General de la FECSUM. En 1961 se desató un movimiento de obreros, campesinos y estudiantes que exigía la caída del gobernador de Guerrero el General Raúl Caballero Aburto. La lucha fue cruenta, los asesinatos se sucedían uno tras otro pero al final el gobernador cayó. En esos tiempos en el estado también participaba muy activamente otro estudiante, entonces mucho más conocido e influyente dentro del movimiento, se trataba de Genaro Vázquez Rojas, el cual no obstante no tenía un nivel de politización muy importante. Genaro y su movimiento cívico pacta la aceptación del candidato priísta Raymundo Abarca Alarcón, bajo una serie de condiciones que después por supuesto el priísta no reconoció. El resultado fue una escisión del moviendo, los cívicos de Genaro conscientes de su error desconocen al gobernador y se centran reorganizarse y emprender una lucha contra el proceso electoral. Lucio por su parte con la mayoría de la FECSUM se deslindaron de de Genaro y del acuerdo inicial desde el momento mismo en que este se gestaba así que no los tomó por sorpresa la "traición" de Abarca Alarcón. La elección de Alarcón estuvo dominaba por la violencia el 30 de diciembre de 1962 en iguala la policía dispara a mansalva asesinado a decenas de personas y detiene a Genaro Vázquez. Lucio se convirtió en militante de las juventudes comunistas y como dirigió la FECSUM y las iniciativas que desde el Partido se impulsaban una de ellas fue la creación de la Central Campesina Independiente (CCI) el 8 de enero de 1963. Como militante de la CCI trato de organizar a dicha organización en Guerrero. Dentro del Partido Comunista había por aquel entonces una total dispersión; su dirección controlada por Arnoldo Martínez Verdugo llevaba a la practica una desestalinización que era más bien un giro a posiciones socialdemócratas; una parte de los comunistas expulsados por sus posiciones de izquierda había formado la Liga Comunista Espartaco dirigida por José Revueltas que sostenía la tesis de que en realidad el Partido Comunista no existía; otra parte expulsada en los cuarentas con Valentín Campa a la cabeza había formado el Partido Obrero y Campesino de México con un carácter decididamente más estalinista; de manera paralela las juventudes en las que militaba Lucio estaban siendo afectadas por dos acontecimientos fundamentales uno era la revolución China que al romper con la Unión Soviética adoptaba un discurso más radical incluso llamando a la formación de guerrillas campesinas en regiones como América Latina, el otro era la revolución cubana que recién había triunfado y que también había surgido, aparentemente como un movimiento armado en Sierra Maestra. Así que fueron estos dos ultimos acontecimientos en los textos de Mao Tse Tung y Ernesto Guevara de la Serna los que más influyeron en el joven comunista Lucio Cabañas, más que las disputas, aparentemente confusas en las organizaciones comunistas mexicanas. Recién egresado de la Normal Superior es licenciado para impartir clase en Mezcaltepec, donde se organizó junto a los campesinos para defender los recursos forestales de los caciques y madreros que no aportaban un céntimo para beneficio de la comunidad, tiempo después pasó a impartir clases en la escuela primaria "José Alarcón", cerca de la cabecera municipal de Atoyac, en breve nacía la organización de padres de familia y profesores para luchar contra el cobro de cuotas y la compra de uniformes cuando los niños padres apenas podían cubrir su coste de vida. El movimiento consigue la victoria, para entonces la figura del movimiento adquiere una fama por todo el estado. Como también solía suceder las autoridades de la SEP deciden mandarlo fuera del estado sendo enviado a dar clases a una comunidad del estado de Durango llamada "Nombre de dios" un lugar en donde , esperaban, terminaría sofocado por el aislamiento. Lucio rápidamente se vincula con las comunidades de la región y participa en diversas luchas entre ellas la ocupación de una mina hierro a cielo abierto llamada Cerro del Mercado, el 29 de julio de 1966 son desalojados violentamente por parte de la policía, pero el daño estaba hecho, las masas organizadas mantienen un importante nivel de lucha y desde su posición de profesor dirige abiertamente diversos movimientos. Las autoridades había fracasado y de forma paralela la lucha en Guerreo, de la que en realidad nunca se había desligado también obtuvo un enorme triunfo cuando 1967 es reinstalado el profesor Lucio. El escape Ya reinstalado, los profesores y padres de familia de la escuela Juan N. Álvarez piden asesoría a los integrantes del movimiento para destituir a las autoridades de su plantel, la lucha triunfa una vez más. No sólo eso, Lucio estaba involucrado en las luchas campesinas contra los acaparadores de Café, entre ellos el caique Juan becerra Luna, las cosas no estaban saliendo muy bien y los caciques decidieron que ya estaba bueno "con el maestrito", se dice que ofrecieron 250 000 pesos por matar a Lucio. Dado el sentimiento de fuerza que les daba la organización y los triunfos recientes se convoca a un mitin en la Plaza Central de Atoyac el día 18 de mayo de 1967 a las 10:00 hrs. Ese momento se aprovecha por parte de los policías estatales coludidos con los caciques para disparar contra la multitud al tiempo que las autoridades ocupan las instalaciones de escuela con la ayuda de la policía municipal. En cuanto retronaron los disparos Lucio se encontraba en el micrófono, los pobladores protegen a Lucio, logrando el escape: El saldo: 5 compañeros asesinados. Parte hacia la sierra, el mismo día, armado con un arma calibre 32 recorre algunos pueblos aledaños, reclutando voluntarios para la lucha. Lucio, como hemos dicho fue militante del Partido Comunista, en los meses siguientes a la matanza el Partido le pide a Lucio salir del país, no obstante para ese entonces la rebelión, si bien no se manifestaba de manera masiva debido a la falta de armas entre los campesinos, un abandono como el que el PC le proponía significaba dejar a merced de las fuerzas represivas al movimiento social que se creía ahora obligado armarse para defenderse. Como sea la decisión de Lucio de construir un movimiento guerrillero significó un deslinde del partido, de ahí en delante de avocó a construir su propia organización política: el Partido de los Pobres. El día de la matanza, testigos impotentes de la acción de la policía estatal fueron los policías rurales de Atoyac. Ellos no hubieran sido capaces de disparar contra su propia gente, cuando se realizó la masacre muchos de ellos decidieron seguir el mismo camino de Lucio, en vista de ello el gobierno estatal decidió la disolución y el desarme de dichos policías, no obstante algunos de ellos proporcionaron las primeras armas y hombres del movimiento. Por lo que hace a Becerra Luna, el cacique que mando matar a Lucio, este vivió hasta junio de 1970 cuando una brigada de ajusticiamiento del Partido de los Pobres lo ejecutó. Un movimiento clandestino que se convierte en guerrilla El 19 de mayo de 1967 en la comunidad de San Martín de las Flores se reúnen junto con Lucio los primeros activistas de esta nueva fase de lucha clandestina. La dinámica de los activistas era partir de problemas concretos de la población, los analizaban en "diversos aspectos", se analizaban y se discutían ampliamente todas las propuestas de posibilidades y se llegaba a un consenso de unidad de acción, resolviendo los problemas y evaluando los resultados. El movimiento pasó de ser un grupo de perseguidos a ser activistas y organizadores en las comunidades campesinas, con la diferencia de que ahora lo hacían en la mayor clandestinidad posible y estaban armados. Luís León Mendiola un compañero de Lucio en esos tiempos señala en sus recuerdos sobre 1967y 68 "Se analizaba con mucho cuidado la situación y jamás se dio por descartada ninguna forma de lucha; no se compartía plenamente la tesis del foquísmo; por eso, se planteaba la organización de las masas, que era lo que en esa etapa se hacia. Si bien es cierto, el trabajo era clandestino; la razón era garantizar la seguridad de quienes se integraban, y la amenaza de aprensión y asesinato que pesaba sobre Lucio, pero el objetivo distaba mucho de ser el clandestinaje; más sin embargo, como era un proyecto a largo plazo era muy importante evitar la identificación y localización de los miembros y por tanto la integración era muy selectiva y cuidadosa" (Luís León Mendiola, A cerca del partido de los pobres en el Estado de Guerrero) Es decir, en el movimiento en torno a Lucio no se propone lanzar una guerrilla, sino más bien continuar las organización de las masas, el Partido de los Pobres surge ante el abandonó que habían sufrido por parte del PC, no hay duda que el deslinde en los hechos del Partido Comunista fue clave para que el movimiento de Lucio se viera presa de un callejón sin salida. El otro factor fue la reacción militar, ante la ineficacia en el asesinato de Lucio y la conciencia de que los policías rurales estaban de su lado el gobierno procedió a reprimir y torturar para tratar concluir el objetivo de aniquilar al movimiento de masas que Lucio representaba, en esta medida la autodefensa armada fue adquiriendo paulatinamente un carácter ofensivo. Con todo el partido de los pobres trato de generar una estructura, por cierto mas inspirada en el maoísmo, basada en * a) Comités Revolucionarios Clandestinos, que constituyan algo así como sus organismos de base sobre los cuales se erigía una dirección nacional, * b) La Brigada de Ajusticiamiento, era el grupo armado que se dedicaría a la autodefensa y al castigo de los responsables de la represión * c) Organizaciones populares amplias de lucha, las cuales se concebían como órganos que no respondían propiamente al partido sino que serían espacios de intervención de los militantes donde se reclutarían a miembros tanto para los comités revolucionarios como para la brigada de ajusticiamiento. También la organización planteó que el pueblo debe construir su propio poder, y que el Partido debe servir al pueblo como instrumento organizador de la lucha revolucionaria. El accionar siempre debe ser partiendo de la lucha activa de los trabajadores, en cuanto se desliga del pueblo degenera en suicidio, actitud personal, caudillismo u aventurerismo. En la guerrilla Lucio promovía el estudio y la superación, la brigada llevaba consigo una biblioteca con libros clásicos del marxismo e historia, del cual el más recurrente fue "guerra de guerrillas". El sobrenombre de Lucio fue "Miguel", su método no fue el de convencer por la fuerza, trataba siempre de convencer explicando las cosas lo más claro posible, no trataba de imponer esfuerzos o sacrificios que él no estuviera dispuesto a hacer, predicaba con el ejemplo. En las reuniones dejaba que todos opinaran, tomaba nota y daba sus argumentos, después de estar de acuerdo se tomaban las decisiones. Por supuesto se trataba en el fondo de un movimiento campesino armado sin relación con la lucha de clases en la ciudad, pese a ello Lucio y sus compañeros se plantearon un programa en el siguiente sentido: 1. Luchar consecuentemente con las armas, junto a todas las organizaciones armadas, junto a nuestro pueblo trabajador y hacer la revolución socialista; conquistar el poder político; destruir el estado burgués explotador y opresor; construir un estado proletario. 2. Destruir al sistema capitalista; abolir la propiedad privada, base y esencia de la explotación del hombre por el hombre; aniquilar a la burguesía como clase privilegiada, explotadora y opresora. 3. Después del triunfo armado de la Revolución Socialista y de la toma del poder político por el pueblo serán expropiadas y socializadas las empresas industriales, comerciales, agrícolas y las instituciones financieras, etc. (...) los medios 4. Se acabará con la explotación y la opresión en el campo; los latifundios, las haciendas y todas las propiedades de los capitalistas del campo serán expropiados. La tierra será colectivizada... la tierra y la producción serán de quienes la trabajan. 5. Los grandes propietarios de viviendas serán expropiados de ellas, y sólo se les permitirá lo necesario para vivir dignamente. Las mansiones de lujo, los hoteles, moteles y centros vacacionales pasarán a manos de los trabajadores. 6. Los grandes sanatorios, consultorios, farmacias y laboratorios; los centros de salud y hospitales, serán expropiados y puestos al servicio del pueblo para garantizar la salud. 7. El transporte aéreo, marítimo y terrestre; las comunicaciones; teléfono, telégrafo y correo serán socializados. 9. Serán expropiadas la prensa, la radio y la televisión, cuyo fin fundamental será orientar educar y elevar la conciencia y la moral revolucionaria del pueblo. 10. Las leyes y todo el sistema jurídico burgués serán abolidas. El ejército y todas las corporaciones policíacas que forman la maquinaria represiva y criminal serán destruidos. El estado revolucionario armara a todo el pueblo. 12. La lucha del pueblo mexicano por su plena emancipación es parte integrante del movimiento revolucionario mundial por la liberación total de la humanidad, las fronteras deberán ser barridas por la lucha y por el internacionalismo revolucionario. Por supuesto que se podrían suscribir ahora mismo estos postulados que no sólo son plenamente vigentes sino urgentes. El problema era en ese entonces que las amplias masas de trabajadores no lo conocían y los activistas del movimiento de Lucio nunca fueron más de doscientos concentrados sobre todo en la región occidental de Guerrero, específicamente en la Sierra madre del Sur. Un callejón sin salida En este marco nuevamente se hizo patente la ausencia de una organización revolucionaria a nivel nacional que permitiera a los campesinos triunfar, lo cual en el fondo no hubiera sido más que la realización del programa señalado por parte de los trabajadores de la ciudad. Ante la ausencia de dicha organización el estado pudo concentrar sus fuerzas para tratar de aplastar a los campesinos insurrectos. La formación marxista de Lucio le hacia comprender que el programa para la revolución tenía que ser proletario, no obstante se encontraba al frente de un movimiento prácticamente totalmente campesino. No se trataba como le pedía el PC que claudicara y se escondiera fuera del país, lo que equivalía a una traición, sino de generar una estrategia de lucha desde la ciudad basada en los trabajadores, el PC no podía cumplir esa misión ni quería hacerlo, de tal modo que el movimiento campesino armado se encontró aislado por todos los flancos, en ese sentido la constitución del Partido de los Pobres tenía que aspirar a establecer al menos teóricamente una estrategia de lucha nacional y un plan nacional. El autentico problema, el de la inexistencia de un partido de la clase obrera fue en el fondo la clave de la derrota posterior de Lucio Cabañas el cual no tenía los medios ni la táctica para ganar al movimiento obrero a un programa como el que proponía. León Trotsky Planteó la cuestión del siguiente modo: "Una cosa es que un partido comunista firmemente apoyado en el proletariado urbano se esfuerce por dirigir por intermedio de los obreros, una guerra campesina; otra cosa es que unos cuantos miles incluso decenas de miles de revolucionarios que realmente son o se llaman comunistas, asuman la dirección de una guerra campesina sin contar con una base de apoyo entre el proletariado. (La guerra campesina en China y el proletariado. Escritos, Tomo III) El problema es que en esas circunstancias el o los comunistas se verían en lo hechos dirigiendo una guerra campesina con la lógica que ella implica y por supuesto con todas las desventajas desde el punto de vista táctico y estratégico, dado que una fuerza extremadamente superior del ejercito podría concentrar fuerzas, así mismo políticamente a no ser que existiera un movimiento insurreccional o semi-insurreccional en las ciudades, es fácil para el estado desatar una campaña de difamación y desinformación que hiciera del sacrificio de los revolucionarios en la guerrilla algo desapercibido para la mayoría de la población. El caso de China fue diferente porque ahí los levantamientos de 1927 de Hunan que dieron la base para el posterior movimiento guerrillero implicaron a millones de campesinos generando zonas liberadas que abarcaban cien millones de personas, los grupos guerrilleros actuaban dentro y fuera de zonas controladas por el enemigo pero había un ejercito regular de más de cien mil soldados. La larga marcha fue un recorrido de una zona liberada en acecho del ejército del Kuomitang a otra zona liberada. En el caso de Cuba si bien existía una guerrilla había una estructura que podía orquestar levantamientos insurreccionales incluso desde el mismo desembarco del Granma. Todo esto sin mencionar que incluso en los casos de luchas exitosas como las de Cuba y China la ausencia de un movimiento obrero dirigiendo la revolución provocó serías deformaciones en el estado posrevolucionario que se expresaron en burocratismo y ausencia de órganos de poder obrero. Sin estos medios de control mientras las cosas van bien los burócratas pueden parecer hasta socialistas, pero cunado comienzan las dificultades son los primeros en huir del barco y reclamar ya sea abierta o soterradamente la vuelta al capitalismo. León Trotsky lo explica muy bien en su libro "La revolución Traicionada" Por supuesto nadie afirma que la cuestión de las armas no sea importante, no obstante eso no es algo que se tenga que imponer a la dinámica del movimiento. Cuando las condiciones están maduras y el partido revolucionario ha logrado suficiente influencia un levantamiento insurreccional puede, con relativa calma, tomar el poder y contribuir un estado obrero democrático tal como lo fue la revolución Rusa en 1917 y el régimen creado hasta la muerte de Lenin en 1924. Lamentablemente es México a unos meses de los acontecimientos revolucionarios del 68 ese partido no existía. La combinación de los acontecimientos llevó a toda una generación de jóvenes a sacar conclusiones exactamente contrarias a lo que se necesitaba. En el 67 muere el Che y lamentablemente la actitud de glorificación acrítica de su figura y de su accionar, que se basaba no en la construcción de una organización sino en el sacrificio personal, contribuyó a que el movimiento de Lucio se transformara finalmente en una organización guerrillerista aunque con profundas bases en los pueblo de la Sierra y la Costa guerrerense. 1968 sacudió al país y al mundo, en ese momento el movimiento armado en Guerrero se mantenía en una fase de autodefensa. Mientras tanto el movimiento estudiantil avanzaba a pasos agigantados generando ya las primeras turbulencias en el seno los sindicatos corporativos. Ante esta situación el gobierno ordena sofocar el movimiento por la vía de la brutal represión. No hay duda de que el 68 representó una coyuntura revolucionaria absolutamente favorable en México y en todo el mundo, no obstante como en otras ocasiones la ausencia de una dirección a la altura de las circunstancias fue determinante para que la oportunidad se perdiera. Decenas de miles de jóvenes indignados por el reformismo del PC y por el sindicalismo charro deciden construir infinidad de organizaciones armadas. La estela de nombres es enorme y prácticamente todas las organizaciones de izquierda viven una especie de crisis con alas que consideran como única alternativa seguir el camino del Che. A diferencia del movimiento de Lucio, con genuinas raíces campesinas, los grupos de universitarios que se avocan a construir organizaciones político militares, actúan con tal independencia del movimiento social que se crea una especie de barrera. Muchos de aquellos que no comparten sus puntos de vista militaristas y sectarios son simplemente "reformistas" y candidatos a ser ejecutados por ello. En ese marco la infiltración por parte de las fuerzas de seguridad del estado y el aislamiento permiten que posibles alianzas se conviertan en enfrentamientos, incluso armados. En el caso del PdlP es altamente probable que su giro a las acciones ofensivas se verificara en ese periodo, para inicios de los setentas se genera una proceso de colaboración con el denominado "grupo partidario" que después pasaría a unificarse con otros grupos para conformar la Liga Comunista 23 de septiembre, una organización no sólo puramente militarista y dogmática, sino tremendamente sectaria, la cual llegó a combatir incluso toda forma de lucha que no fuera la de la acción armada, por supuesto absolutamente desvinculada con el movimiento social. La colaboración con el "grupo partidario" se rompió cuando estos últimos pretendieron tomar la dirección del movimiento en base a maniobras. Durante lo que quedaba del sexenio de Díaz Ordaz, las acciones militares se concentraron en labores de contención. No obstante en inicio del gobierno de Luís Echeverría marco una fase de represión sistemática. Como en otros movimientos guerrilleros genuinamente campesinos, las fuerzas de Lucio Cabañas tenían la ventaja de conocer el terreno y de contar con la colaboración activa de los pueblos de la Sierra y la Costa. La acción de simple patrullaje era inútil para sofocar a la guerrilla que podía pasar de miliciano a simple campesino si que fuera muy evidente. Familias enteras se dividían para cumplir con periodo en la guerrilla y cubrir sus tareas en el campo. La historia de los movimientos armados de los setentas no conoció una fuerza capaz de infringir derrotas al ejército, aunque fuesen pequeñas. En los otros casos se trataba en realidad de grupos que ponían bombas, asaltaban bancos y secuestraban sin llegar realmente a nada distinto de lo que se conoce como terrorismo individual y que como ya hemos señalado es en el fondo inofensivo al Estado. La contrainsurgencia Luego del segundo año de Echeverría se emprendió una guerra total contra la guerrilla que combinó la ejecución de un plan de obras publicas con una represión salvaje contra todo aquel sospechoso de simpatizar o de militar con el movimiento según el informe de la Fiscalia especial para delitos del pasado el ejercito procedía del siguiente modo: "1. La gente era concentrada en un lugar público del poblado. La cancha, la escuela, la iglesia o algún lugar céntrico en el que se suele reunir la gente del lugar. "2. Los soldados entraban a los domicilios sin ninguna orden de cateo para cerciorarse de que no había gente que no estuviera en el lugar de concentración. "3. Algún oficial del ejército pasaba lista. Muchas veces traían a ese lugar a algún ‘soplón' o ‘madrina' que le indicaba al oficial a quiénes detener. En otras ocasiones, el oficial traía una lista previa y preguntaba por la gente que estaba anotada. "4. La gente detenida podía tener tres destinos inmediatos: (a) ser recluida en algún lugar donde era atormentada mientras era transportada fuera del lugar, (b) ser utilizada como guía para cualquier requerimiento que el ejército les forzaba a realizar, (c) ser transportada al cuartel militar por vehículo terrestre o por helicóptero". En cierto momento cambió el modus operandi de las detenciones en Guerrero: "Tras la detención ilegal de cientos de personas, la policía y el ejército ya no entregarían los detenidos a la autoridad, sino que los enviarían a cárceles militares o, provisionalmente, cárceles clandestinas para después ser enviados a las cárceles militares". Los métodos para doblar a los detenidos también eran clásicos de la guerra que se desataba en todo el continente: "Desfiguraciones en el rostro, quemaduras de tercer grado, darles a tomar gasolina, romperles los huesos, cortarles o rebanarles la planta de los pies, toques eléctricos, amarrarlos por los testículos y colgarlos; introducir botellas de vidrio en la vagina de las mujeres y someterlas a vejación, introducir mangueras por el ano para llenarlos de agua y luego golpearlos. Se tiene registro de mil 650 casos de gente que fue detenida y torturada en cárceles y campos de concentración; otras fueron torturadas en su domicilio o en los puntos de revisión". (Informe de la FEMOSPP Publicado en la revista emeequis, edición digital del 18 de junio del 2006) Uno de los resultados de esta guerra fue la muerte a principios 1972 de Genaro Vázquez Rojas el cual había sufrido un accidente automovilístico cuando regresaba a Guerrero, al parecer los soldados lo reconocieron y decidieron rematarlo. Por esos años el grupo de Lucio, había logrado un buen nivel de combatividad, el 25 de junio del 72 logra destruir un pelotón completo, y a lo largo de ese año, las acciones ofensivas del movimiento aumentan no obstante el grupo sólo contaba con 102 combatientes, los cuales se dividen en tres brigadas. Los meses siguientes son una sucesión de acciones represivas combinadas con campañas de hostigamiento y cercos que son rotos uno tras otro. En total se lograron resistir 16 campañas militares provocando cientos de bajas al ejercito, a cambio a parte de los combatientes muertos se tiene contabilizados a 290 hombres y mujeres que fueron desaparecidos en Guerrero por pertenecer al Partido de Los Pobres. Durante el año de 1973 se han a conocer diversos comunicados entre ellos el programa que ya hemos citado con anterioridad y diversos partes donde se da cuenta de enfrentamientos militares como de actos represivos de las fuerzas armadas. A finales de año, precisamente cuando se avecinaba el inicio del proceso electoral para la sustitución del gobernador en Guerrero, el candidato del PRI Rubén Figueroa, un cacique millonario, pretende una entrevista con Lucio Cabañas, la idea era ofrecerle un buen puesto y algún plan de obras, algo similar a lo que había sucedido con Genaro Vazques en 1962, Lucio habia sido muy critico de la ingenuidad de Genaro y no había razón para suponer que en esta ocasión cedería. Figueroa buscó al tío de Lucio, Luis para concertar una cita, finalmente el 20 de abril del 74 Lucio la luz verde a su tio para iniciar los preparativos del encuentro. El cual se llevó acabo el 30 de mayo de 1974. Lucio detuvo a Ruben Figueroa a su secretaria y a Febronio Diaz Figueroa, un profesor universitario que servia al cacique como una especie de interlocutor. El movimiento armado trato de negociar la desmilitarización de Coyuca, Atoyac y San Jerónimo, asi como la libertad de los presos políticos. Sin duda nunca tuvo intenciones de negociar nada con Figueroa, no obstante el Estado tampoco tenía voluntad alguna de ceder. Lo único que la guerrilla pudo obtener fue una cantidad en efectivo en total 25 millones de pesos A partir de la detención el conjunto del ejército decidió terminar de una vez por todas con Lucio tendiendo un cerco de 25 mil soldados. Ante el avance de los militares los grupos guerrilleros logran diversas victorias tácticas; en El Ticui emboscan el 9 de agosto a 150 soldados matando a 17; el 21 logran poner en desbandada a un grupo de 100 soldados de los cuales mueren 14; el 11 de octubre rompen un cerco en el cerro de Santa Maria provocando 30 bajas al ejercito; en El Calvario se emboscó a 22 policías motorizados que previamente habían participado en detenciones y torturas en contra de la población indefensa No obstante el 8 de septiembre en el cerro de El Quemado los soldados cercan a la brigada que custodiaba a Rubén Figueroa logrando escapar este último. En ese enfrentamiento muere Luís el tío de Lucio que había concertado la reunión con Figueroa pero que al conocer la determinación de retener al cacique decidió sumarse a la guerrilla. El resto de la brigada decide romper el cerco no obstante con la liberación de Figueroa las acciones de los soldados serían en los sucesivo mucho más decididas. Gracias a las delaciones de algunos desertores, el 11 de octubre en el cerro de Achotla el ejército logró con éxito una emboscada el grupo que dirigía el propio Lucio. Gracias a su conocimiento del terreno logra escapar, aún en esas circunstancias logra emitir comunicados generando desconcierto entre el ejercito, el cual comenzaba a mostrar signos de desesperación, eran ya meses de cercos con resultados relativamente desmoralizantes, en realidad pese a los golpes infringidos por la guerrilla el ejercito había logrado tender una inmensa red en toda la región, miles de soldados distribuidos de tal modo que en pocos días podían agruparse para cerrar el cerco en contra de la guerrilla. Gracias a una delación en la comunidad de Los Corales el ejército logró nuevamente acorralarlo el 30 de noviembre. En esta ocasión el golpe fue mucho más contundente, de los 23 guerrilleros del grupo 17 murieron ya sea en el tiroteo o ejecutados luego de su redición. Lucio con un grupo de seis logra escabullirse, parecía que nuevamente se perdería de vista. No obstante el ejército no dudó en torturar a la población del lugar para forzar a una delación. Algunas versiones señalan al comisario ejidal de Guayabito Gilberto Ramos Soto y al narcotraficante Isabel Ramos Ruiz, los que delataron el lugar en el que se encontraba Lucio y sus compañeros. Enterados de ello el 19 batallón de Infantería se despliega, no había manera de escapar, 35 patrullas de 25 integrantes cada una rodearon la posición. Eran las dos de la madrugada del 2 de diciembre cerca de la población de El Ototal, el soldado 19 batallón Benito Tafoya Barrón de infantería narra lo sucedido, en una carta archivada en la Dirección Federal de Seguridad: "llegamos cerquita de Lucio, como a 30 metros, pero nos descubrieron y nos tiraron varias ráfagas (...) inmediatamente abrimos fuego" "...Lucio únicamente estaba herido y grito: ‘hasta que se les hizo, pero les aseguro que no les voy a dar el gusto de que me maten ustedes', y el mismo se mató, pero el capitán que venía conmigo de dio el tiro de gracia" "A los que agarramos vivos (fueron varios) a mí me tocó subirlos a un helicóptero, amarrados de pies y manos, y atados a dos barras de fierro e irlos a tirar al mar..." ( CTEO-sección 22 Oaxaca/Marzo/2004 Pág. 26). Eran los últimos días de 1974. El sexenio de Luís Echeverría Álvarez se acercaba al final. En las fábricas se empezaban a gestar luchas que pondrían al corporativismo priísta en serio peligro. El movimiento estudiantil sufría el apogeo de los grupos de golpeadores que luego del 10 de junio de 1971, armados incluso con pistolas y metralletas sumían al movimiento estudiantil en un prolongado letargo. Luego se conocería que Luís Echeverría actuó como informante de la CIA y que detrás de la careta popular y de izquierda que gustaba presumir en los foros internacionales, estaba plenamente coludido con los planes antisubersivos norteamericanos que implicaban el aniquilamiento de los grupos guerrilleros y terroristas que surgían en esos tiempos. En suma como sucedía también en otras regiones de América Latina el mayor terrorista despachaba en el palacio presidencial. La guerrilla de Lucio Cabañas, es quizá la única que alcanza justamente dicho titulo, para destruirla, a parte de la represión, el gobierno tuvo que desplegar una obra de infraestructura en la zona que, pasados 30 años, es lo único que han recibido los pueblos de la sierra y la costa, por ello no resultan raras declaraciones como la de Febronio Díaz Figueroa, pariente de Rubén Figueroa que también estuvo en cautiverio de la guerrilla en 1974: "que aquí empezaron a abrirse carreteras con motivo de la guerrilla de Lucio; empezaron a construirse escuelas con motivo de la guerrilla de Lucio; comenzaron a electrificarse pueblos por la guerrilla de Lucio; a darse más servicios por la guerrilla de Lucio, así Lucio es el hombre a quién más debe el estado de Guerrero en sus últimos tiempos" Por ello casi 30 años después, cuando el 2 de diciembre del 2002 en Atoyac de Álvarez fueron depositados sus restos por fin en una tumba en su memoria, miles de campesino salieron a las calles para rendirle homenaje. En los pueblos de Guerrero, pero también de todo México, se siguen acumulando rencores contra el gobierno, contra la pobreza pero también contra la humillación y las mentiras, por eso Doña Rafaela Gervasio madre de Lucio Cabañas señaló unos años antes de se descubrieran los restos de Lucio. ¿Cómo recuerda a Lucio? "Con mucha tristeza. Me siento orgullosa de haber parido a hijos valientes, pero es muy grande el sufrimiento. Lo único que tengo es coraje. A poco crees que si el gobierno fuera buena gente, tendría tanto inocente desaparecido y encarcelado. En cambio a los ladrones, a esos si los enriquece y los deja libres para que vayan a ladronear más. Y uno muriéndose aquí, mírame sola... Voy a morir sola, pero eso si ante ningún desgraciado me humillo." La oleada represiva y como responder Cientos de campesinos revolucionarios perdieron la vida durante las brigadas de terror que promovía el Estado, en su caso, como hemos dicho en cierta medida la guerrilla les fue impuesta por las circunstancias y la falta de alternativas. En otros casos como el movimiento de guerrilla urbana fue simplemente un error en la medida de que los activistas de organizaciones como la Liga Comunista 23 de Septiembre, las Fuerzas Armadas Revolucionarios, lo único que hacían era separar a los jóvenes más radicalizados de sus escuelas o de las fabricas, aislándolos de las masas para que el estado los aniquilará más fácilmente. El movimiento de la tendencia democrática de los electricistas y de todos los obreros que se lanzaron a la lucha en esos tiempos dando origen a sindicatos democráticos como el STUNAM, el SITUAM, el SUTIN entre otros, fue mucho más revolucionario que esas "guerrillas". Por ello es importante que el partido revolucionario tenga presencia en los sindicatos, en las fábricas, que se extienda a nivel nacional e internacional y sea capaz de lanzar iniciativas no sólo en el plano regional sino en todo el país, ello impediría que las fuerzas represivas pudieran concentrar sus fuerzas para aplastar rebeliones ya sea la guerrilla de Lucio Cabañas, el movimiento de la APPO en Oaxaca o incluso una huelga combativa La victoria del Partido Bolchevique en la revolución Rusa incluyó en la incorporación de brigadas enteras del ejército zarista bajo control del proletariado. El movimiento revolucionario en México debe ser tal que logre que una parte de la tropa que se identifique con las luchas del pueblo se sume a las fuerzas de la revolución. Levantemos en alto sus banderas... Hoy en día pese a las tácticas represiva nuestros intereses como trabajadores pueden y deben ser defendidos mediante métodos revolucionarios en sindicatos, organizaciones campesinas, estudiantiles e incluso en el seno mismo de las bases del PRD y el PT. Lucio Cabañas fue derrotado no porque su lucha no fuera justa sino porque no había un partido revolucionario, la táctica de hoy debe ser construir ese partido en base a las luchas concretas y las organizaciones existentes, en ese proceso las tareas crecerán pero si se hace adecuadamente la organización revolucionaria será capaz de enfrentarlas. En las fechas en que este documento se redacta las masas luchan por es abrogar la ley del ISSSTE, por defender los contratos colectivos, contra la política económica del régimen, pero también por la democratización de los sindicatos haciendo a un lado a esos agentes de la burguesía como Joel Ayala, Víctor Flores o Elba Esther Godillo, rompiendo la camisa de fuerza que le imponen al movimiento vivo. La lucha también es y debe ser por derribar al régimen de facto de Felipe Calderón y por construir y fortalecer órganos de poder de toda la clase como lo fue en su momento la APPO e instancias de frente único como el Dialogo Nacional. La lucha debe ser por avanzar como clase y con sentido de clase, mediante ese camino será incontrovertible el grito de combate de Lucio Cabañas: "La lucha por el socialismo es irreversible" ¡¡Unidos y organizados venceremos!! ¡Socialismo o barbarie! México D.F. a 26 de junio del 2007
El día de ayer 10 de Enero de 2007 el pueblo oaxaqueño salio nuevamente a las calles, los gritos de libertad penetraron hasta el punto más sensible de la verde Antequera; la ciudad fue estremecida por centenares de personas que a pesar del cerco policiaco hicieron acto de presencia en la fuente de las 7 regiones; los autobuses urbanos que transitan por este lugar se veían llegar llenos de gente ávida por ser escuchada, es importante mencionar que entre el contingente se observaban niños, ancianos, jóvenes, profesores, amas de casa, obreros, campesinos, estudiantes, etc., todos con el mismo objetivo y las mismas consignas ¡¡libertad a los presos políticos!! ¡¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!! ¡¡Ya cayó, ya cayo Ulises ya cayo!! Se inició la marcha alrededor de las 16:30 horas, al ir avanzando se observaban personas que con su sola presencia en las orillas brindaban apoyo al movimiento, también en algunos puntos como la gasolinera de bonapaz algunos automovilistas sonaron sus cláxones vitoreando la marcha, avanzó el contingente por la calzada Niños Héroes de Chapultepec dando vuelta por la calle de Tinoco y Palacios en donde se pudo ver algunos ciudadanos que brindaban apoyo desde los balcones, la marcha dio vuelta por la Avenida Morelos hasta arribar a la Plaza de la Danza en donde se llevó a cabo un mitin con una plaza totalmente llena siendo aproximadamente las 18:40 horas, en esta plaza se dejaron escuchar algunas consignas llenas de júbilo, orgullo y esperanzas para continuar con la jornada de lucha de un pueblo incansable. No se puede dejar de mencionar que se notó también la presencia de algunas individuos que no daban crédito a lo que sus ojos miraban, creo que muchos jamás creyeron que después de la embestida represora por parte del gobierno, no íbamos a ser capaces de retomar las movilizaciones, sin embargo ayer se demostró todo lo contrario; ha quedado así de manifiesto que el pueblo oaxaqueño no se rinde, que seguiremos hasta la caída del que en estos momentos es el rostro mas vivo de la represión, de la impunidad, el despotismo, el caciquismo saqueador que ha aquejado por siglos a nuestro país y mas concretamente a nuestro estado. Es así que la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca no cesara las movilizaciones hasta conseguir los objetivos más importantes para el pueblo Oaxaqueño y sobre todo el sector estudiantil no permitiremos que el acoso gubernamental frene las ganas de luchar por la Justicia Social, por los presos, los desaparecidos y sobre todo porque la educación sea un derecho y no un privilegio. ¡¡Presos políticos libertad!! ¡¡Presentación con vida a todos los desaparecidos!! ¡¡Todo el poder al pueblo!!

El gobierno de Felipe Calderón tal como lo esperábamos ha demostrado estar en contra de la clase trabajadora, todas las medidas adoptadas han desembocado en más precariedad para nuestra clase. Las reformas a la ley del ISSSTE, han sido el parteaguas apenas de una serie de ataques que comienzan a relucir, este inicio no es un inicio cualquiera, ha sido uno de los golpes más grandes a los trabajadores mexicanos en toda su historia, que arrebata victorias obtenidas en otras luchas, que le arrebata el derecho a la salud que pagamos todos y no dejaremos de pagar aún nos lo quiten con esta reforma, la diferencia es que no tendremos acceso a él; por otro lado la cuestión de las jubilaciones implica en términos generales perder la posibilidad de ingresos al tener edad avanzada y por lo mismo una posibilidad muy, pero muy baja de conseguir trabajo, al mismo tiempo que un grupo de millonarios especulan con nuestro dinero ahorrado en años de trabajo.

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En el Perfil del militante adulto de la Organización Nacional del Yunque se dice que un militante de esta organización “Echa raíces y da frutos en el medio donde Dios lo han plantado. Está listo para reinstalarse en el momento que Dios se lo pida”; para el movimiento obrero es importante conocer la macabra historia de esta organización criminal de ultraderecha y sus objetivos porque, reflejando la tensión de la lucha de clases, los miembros de el Yunque se encuentran en sectores clave del aparato del estado con el principal objetivo de romper la espalda del movimiento obrero mediante la represión y el fraude electoral, frente a ello la única respuesta es la movilización y la organización para lograr la transformación radical de la sociedad y liquidar el capitalismo.

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