Un nuevo impulso de la revolución en México
A conformar comités en defensa del petróleo para preparar el paro nacional
La lucha alrededor del petróleo mexicano es una de las escaramuzas de vanguardia de los combates futuros entre oprimidos y opresores
(León Trotsky, México y el imperialismo británico)
El día 18 de marzo, conmemorando el 70 aniversario de la expropiación petrolera y manifestándonos contra la privatización de los energéticos, fuimos capases de demostrar nuevamente la fuerza de los trabajadores. Miles, mucho más de los 200 mil asistentes a la marcha campesina del 31 de enero pasado, gritamos consignas contra la privatización y escuchamos atentos el plan de acción contra este nuevo ataque de la derecha que nos gobierna.
La burguesía cierra filas
Ese mismo día se desarrollaron don actos más para “conmemorar” la expropiación petrolera, por un lado el espurio se refugio en Paraíso, Tabasco, en una central de PEMEX, junto a él todo su estado mayor (a excepción del responsable directo de las negociaciones para la privatización y secretario de Gobernación, Juan Camilo Muriño) y el dirigente del sindicato petrolero, el charro Carlos Romero Deschamps. Estas finísimas personas hablaron de lo importante que fue la nacionalización del petróleo y del tesorito que está en el fondo del mar, esperando a que el capital privado las pueda sacar del subsuelo. Entre otras cosas también se habló de la responsabilidad indiscutible de la dirección del sindicato dado el periodo tan importante en que vivimos. Calderón afirmó que el petróleo seria de los mexicanos y que no se privatizaría, al mismo tiempo que hacia hincapié que se necesitaba de tecnología y recursos de empresas trasnacionales.
Al mismo tiempo Cuahutémoc Cárdenas en Michoacán hablaba de la necesidad de poder abrir terreno para la inversión extranjera, sin que esto signifique la modificación a la constitución mexicana. Junto al gobernador de ese estado planteaba la necesidad de mantener el petróleo bajo control del Estado.
Como es ya sabido la postura de Cárdenas es de apoyo en la práctica, a las políticas privatizadoras que a planteado Calderón. En general hay una postura encontrada por parte de la derecha del PRD encabezada por Jesús Ortega junto al PRIAN para privatizar el petróleo y la electricidad.
En la práctica estos dos actos fueron para plantear de una forma clara que la burguesía junto a sus gobernantes marioneta están dispuestos a impulsar la privatización.
18 de marzo: un mitin de masas contra la privatización y contra el gobierno de Calderón
La burguesía nacional e internacional impulsó el fraude electoral con fin de tener a un títere que pueda manipular y hacer de el un firme reproductor de su política anti-obrera en el gobierno. El espurio está cumpliendo los deseos de los poderosos, primero al “nueva ley del ISSSTE”, ahora los energéticos y mañana la Ley Federal del Trabajo. Y así, paulatinamente arrasar con los derechos de los trabajadores.
Esto lo sabe perfectamente bien todos los trabajadores, es por ello que cada una de las manifestaciones que se han celebrado han sido bastante concurridas y con un ánimo increíble de lucha; se respira un ambiente de combatividad y disposición de ir hasta el final contra este gobierno de derecha. El mitin del 18 de marzo no fue la excepción, los trabajadores asistieron en masa, las calles aledañas al Centro Histórico estaban llenas. Las mantas, las pancartas, etc, también expresarlo los deseos de las masas para impedir a toda costa este nuevo ataque. Dejaban ver el ánimo de los trabajadores “estamos dispuestos a todo para impedir la privatización”. En realidad no nada mas quería decir eso, lo que quiere decir esta consigna es: estamos dispuestos a ir hasta el final para echar a Calderón del gobierno. En general el ambiente que existió en la masiva concentración del pasado 18 de marzo, era muy similar al que se vivía entre las masas durante las jornadas revolucionarias del 2006 en la lucha contra el fraude electoral.
Cerca de dos horas antes de la indicada para hincar el mitin, miles de explotados ya llenaban la pancha del Zócalo capitalino. Leían con atención los volantes y periódicos que se repartían por parte de los compañeros de Militante y escuchaban con atención los diversos mitines espontáneos que surgían de algunos oradores y debatían fuertemente sobre la dinámica que tendría que tener este movimiento.
Muchos de los trabajadores ahí presentes fueron los que dieron la lucha contra el fraude electoral en 2006, los que vivieron en el plantón de Reforma y que sacaron muchas experiencias de cómo luchar, cómo organizar a la gente en comités, como agitar, etc. Tienen experiencia resiente y saben que si no somos firmes en las medidas a tomar perderemos la lucha.
El plan de acción de AMLO
El momento cúspide de la concentración fue cuando Andrés Manuel López Obrador tomó la palabra para señalar de forma firme que la lucha contra la privatización es de todo el pueblo, todo mundo estaba a la expectativa a cada una de las palabras que salían de su boca. Todos los presentes querían saber como se propone combatir este ataque.
AMLO propuso un plan de emergencia para la lucha, el primer planteamiento es:
La conformación y reforzamiento de comités en defensa del petróleo en todo el país, estos tendrán que informar sobre las medidas privatizadoras, así como los planes de trabajo contra esta política. Lanzar un cerco ciudadano en aeropuertos, carreteras, instalaciones estratégicas de Petróleos Mexicanos y en la cámaras del Congreso de la Unión. Pero la medida que recibió mayor apoyo fue la de un paro nacional patriótico. Todas estas medidas iniciaran a partir de que se presente la iniciativa para privatizar la paraestatal, lo cual puede suceder este 25 de marzo, razón por la cual se convocó para ese día a una nueva concentración en el Zócalo capitalino.
Sin duda que estos planteamientos representan un tremendo paso al frente con respecto a la lucha contra el fraude electoral. Nosotros desde Militante, insistimos una y otra vez que la única forma de poder derrotar el fraude electoral era llamando a una huelga general de todos los trabajadores; que una vez paralizada la producción en las empresas, cerradas las carreteras y paradas todas las escuelas del país, la burguesía no tendría mas remedio que echarse para atrás. Sin embargo en ese momento AMLO y su equipo no quisieron convocar a esta acción, el hecho de que ahora se estén planteando estas acciones ya es un paso al frente muy importante, ahora tenemos que trabajar para que esto no se quede en simples planes. Los comités en defensa del petróleo tienen que agitar desde ahora para que se conformen comités en cada fabrica, en cada escuela, en cada colonia y que estos mismos comités se encarguen de agitar en pro de la huelga general, tenemos que ser capaces de arrastrar a la mayor cantidad de trabajadores y todos los explotados a esta dinámica de participación y lucha. Para lograr esto tenemos que sumar demandas generales para presentar un pliego petitorio único donde se recojan las demandas mas sentidas, como aumento salarial general todos los trabajadores de 7 mil pesos, por la recapitalizacion del sector del energético, contra la modificación a la Ley Federal del Trabajo, por la solución a los conflictos laborales existentes a favor de los trabajadores y por la caída de Calderón. De esta forma esta lucha atraerá a millones y la huelga general o el paro nacional patriótico -lo cual es lo mismo- será una realidad. La única forma de terminar con los ataques es echando al espurio del gobierno.
Es fundamental la unidad en la acción
La necesidad de que todos los sindicatos se puedan sumar a estas iniciativas es fundamental, como ya lo hemos explicado, la privatización es la punta del iceberg, si no somos capaces de frenar esta política de taques mañana quitaran todos los derechos a los trabajadores con la llamada reforma a la Ley Federal del Trabajo, después seguirá la educación publica, etc. La mira de la burguesía está puesta en los contratos colectivos, en deshacer a los sindicatos, etc. Hoy todos tenesmo que sumarnos a esta lucha, los trabajadores del Sindicato Independiente de los Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) los cuales están en huelga desde hace mas de 45 días están dando un ejemplo de lucha y se están sumando a las movilizaciones, comprenden que su lucha es la de todos los trabajadores. Otro ejemplo de la disposición que existe para luchar por mejores niveles de vida fue la magnifica toma de las instalaciones por parte de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), a un día del vencimiento para estallar la huelga a ala que había sido emplazada LyFC.
Estos son pequeños ejemplos de lo que nuestra clase está dispuesta hacer, sin embargo hasta ahora han sido luchas dispersas. El paro nacional plantearía con toda su fuerza nuestra disposición a no dar ni un paso atrasen las condiciones de vida de los trabajadores, a luchar por una sociedad mejor en donde la clase explotadora no exista. Es este el camino a donde se tiene que perfilar la lucha, si AMLO quiere verdaderamente resolver los problemas a los que nos enfrentamos los trabajadores tiene que plantearse la lucha por el socialismo.
Si hoy permitimos que se privatice PEMEX, las condiciones para los trabajadores de esta empresa empeoraran, los recursos que hoy provienen de los impuestos de la paraestatal mañana el Estado nos los cobrara por medio del IVA a medicamentos y alimentos. Al final esto nos costaría a todos, sin embargo estamos en condiciones de vencer, los argumentos que daba el presidente Lázaro Cárdenas siguen siendo balidos: “Examinemos la obra social de las empresas. ¿En cuántos de los pueblos cercanos a las explotaciones petroleras hay un hospital, o una escuela, o un centro social, o una obra de aprovisionamiento o saneamiento de agua, o un campo deportivo, o una planta de luz, aunque fuera a base de los muchos millones de metros cúbicos de gas que desperdician las explotaciones?
”¿En cuál centro de actividad petrolera, en cambio, no existe una policía destinada a salvaguardar intereses particulares, egoístas y alguna vez ilegales? (…) Hay muchas historias de atropellos, de abusos, de asesinatos siempre en beneficio de las empresas. ¿Quién no conoce la diferencia irritante que norma la construcción de los campamentos de las compañías? Confort para el personal extranjero; mediocridad, miseria e insalubridad para los nacionales. Refrigeración y protección contra insectos para los primeros; indiferencia y abandono médico y medicinas siempre regateadas para los segundos; salarios inferiores y trabajos rudos y agotantes para los nuestros”.
Al igual que antes de la expropiación petrolera de 1938, la privatización de PEMEX solo beneficiara a la burguesía y a las trasnacionales, sin ningún benéfico por pequeño que sea para los trabajadores y campesinos pobres. Por eso decimos, ¡esta lucha terminara en la huelga general!
En defensa de los derechos democráticos de estudiantes y trabajadores universitarios
CLEP-CEDEP
La masacre desatada tras la intervención imperialista de los Estados Unidos y Colombia en territorio de Ecuador, en el que por desgracia resultaron muertos -según los datos confirmados hasta el momento-, tres estudiantes de la UNAM y un politécnico, ha dado pie para iniciar una persecución y linchamiento contra las organizaciones estudiantiles de la UNAM.
Como parte del proyecto de criminalización de las luchas sociales, el gobierno pretende generar vínculos entre la guerrilla, el narcotráfico y el movimiento estudiantil para así justificar la represión y reiniciar la ofensiva de privatización de la UNAM.
Desde inicios de marzo los medios masivos de comunicación, obedeciendo a dictados de círculos empresariales, han lanzado ataques abiertos a la universidad y al movimiento estudiantil diciendo que "la UNAM es nido de guerrilleros", que "hay oficinas de la guerrilla en la universidad", etc. Estas calumnias promovidas por Televisa, Tv Azteca, El Universal, Reforma, Milenio, etc., tienen el propósito de desacreditar y empujar el desmembramiento de la universidad: alza de cuotas, separación del bachillerato de licenciatura, privatización de la investigación, elitización de su comunidad.
En días recientes se ha hecho público el espionaje que el gobierno mantiene en instalaciones universitarias bajo el consentimiento de la Rectoría, violentando la autonomía universitaria y propiciando un ambiente de linchamiento.
Consideramos que la guerrilla no es el método adecuado para transformar al país ni para acabar con la explotación y la opresión que pesa sobre millones de mexicanos. Invitamos a nuestros lectores a leer nuestro documento "El marxismo y la guerrilla" (http://www.militante.org/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=114&Itemid=58)
El movimiento estudiantil siempre ha sido solidario en las luchas del pueblo trabajador y la democratización del país, siempre haciendo uso de medios legítimos de lucha como las manifestaciones, mítines, las huelgas, plantones, etc., todos ellos métodos tradicionales del movimiento obrero. Solo el movimiento de masas bajo la dirección de la clase obrera, es capaz de trasformar la realidad para eliminar la opresión y la explotación capitalista.
Nuevamente los estudiantes y trabajadores pondremos un alto a estos ataques mediante la lucha y la movilización. Exigimos el respeto irrestricto a la autonomía universitaria y a los derechos democráticos: libertad de expresión, asociación, manifestación, etc.
Denunciamos esta embestida política del gobierno de Calderón y llamamos a la comunidad universitaria a movilizarse en repudio del hostigamiento ejercido contra los estudiantes organizados en días recientes.
Toda la crisis en las espaldas de los trabajadores
Uno de los elementos básicos de los postulados monetaristas en la economía es la suposición de que si el estado de las finanzas publicas esta bien, es decir si no hay déficit, entonces la economía esta bien, incluso si el crecimiento económico es raquítico o nulo. Un ejemplo de ello es el mito respecto a los años de “populismo”. Los economistas burgueses no se cansan de repetir que durante los años 40-82 las cosas en materia económica se hicieron muy mal y que desde 1982 se han hecho muy bien.
No cabe duda de que la inflación es comparativamente más baja que respecto a esos viejos tiempos, también es un hecho que el déficit publico es prácticamente cero mientras que en aquellos años especialmente al final del sexenio de López Portillo llegó a cifras alarmantes. Pero también es verdad que la tendencia de participación de los trabajadores en la renta nacional era entonces elevadísima comparada con estos años en los que se ha verificado una autentica debacle, lo mismo sucede con la inversión productiva la cual ha colapsado pasando de casi el 25% del PIB a un 15%. Análogamente el crecimiento actual no promedia más del 2% durante estos 26 años mientras que en el periodo anterior era de un 6% como mínimo.
Por supuesto nadie afirma que esos eran buenos tiempos para las masas trabajadoras, lo que si decimos categóricamente es que, pese a que el crecimiento de los tiempos de las posguerra se hacia sobre las espaldas de los trabadores, en términos reales había una relativa mejoría de las condiciones de vida de las masas. Ahora la explotación se ha intensificado y pese a que se trabaja más se recibe menos salario condenando a millones al subempleo, a la delincuencia o en el mejor de los casos a la migración a los Estados Unidos
La base para medir el grado de salud de una economía es la inversión productiva, antes cuando el estado poseía un fuerte sector paraestatal, (cercano al 50% del total del PIB) se podían establecer políticas que significaran palancas para impulsar tal o cual área sobre la base de una prioridad de desarrollo. Seguramente estamos todos de acuerdo en que los gobiernos priístas, profundamente corruptos y autoritarios, pesaba más el capricho del presidente o político influyente que las necesidades de las masas. Había un problema de democracia que pasaba desde la gestión del estado hasta la gestión de las empresas públicas, las cuales eran saqueadas por cada nueva capa de funcionarios que tocaba turno hacerse cargo de ellas. No obstante era una realidad que una palanca económica de esa magnitud era clave para asegurar que una política económica publica tuviera impacto. Así el país se industrializo y emergió un proletariado de más de 10 millones de personas, cuyo trabajo se expresaba en el desarrollo económico y social del país.
Desde 1982 la política económica del estado se ha hecho a un lado la gestión económica y se ha centrado en sólo dos instrumentos para intervenir en la dinámica económica: por un lado la política monetaria, por medio del control aumento o recorte del circulante y de la determinación de los tiempos de interés, con lo cual pretende controlar la inflación y el crédito. Por otro lado tenemos la política fiscal, es decir la recaudación de impuestos así como el gasto del gobierno federal.
La orientación del gasto público no va orientada a la inversión productiva, como en otros tiempos, sino a establecer subsidios al consumo de sectores específicos de población supuestamente en “extrema pobreza”. En suma el gasto publico en el área social esta orientado no a modificar los factores estructurales que generan la pobreza sino a paliar un poco los efectos de los bajos salarios, el desempleo y la falta de inversión productiva en el campo.
La política fiscal y monetaria en realidad sólo ha podido funcionar como una especie de camisa de fuerza del desarrollo de las fuerzas productivas, han limitado el desarrollo económico y lo han orientado sólo a los sectores más convenientes para la inversión extranjera y con posibilidades de recuperación más rápidas. Bajo el punto de vista de los economistas que dirigen la economía el “crecimiento económico es sobrecalentamiento” e implica la confesión implícita del sistema capitalista en el sentido de que no pueden evitar el advenimiento de una crisis, por tanto prefieren un crecimiento raquítico del circulante y dificultado el crédito y la inversión productiva en el conjunto de la economía, que un crecimiento que no pueden controlar.
La parte de la sociedad que tiene el control de los sectores claves de la economía: la burguesía socia del imperialismo, sólo exige una cosa del gobierno; que le permita acceso ilimitado a fuentes de ganancia rápida y de bajo riesgo y le garantice que en caso de algún problema el estado, con los recursos del pueblo, acuda a su rescate.
El estado tiene importantes reservas monetarias: más de 80 mil millones de dólares más la acumulación de los excedentes por los precios del petróleo, que en este año superarán los 20 mil millones de dólares. Por lo tanto una crisis económica no necesariamente implica una crisis de las finanzas del estado, de hecho hemos contemplado desde 1995 ( año de la crisis del error de diciembre) como el estado acumula y acumula reservas mientras que el desempleo, la miseria, los bajos salarios y todo lo que implican sumen en la desesperanza a millones de familias trabajadoras.
Hemos contemplado como las finanzas del estado acumulan medios para rescatar burgueses mientras que la deuda publica que pagan los trabajadores con sus impuestos crece al triple en tan sólo 15 años. Es decir un estado en relativa bonanza y una economía estancada y con crisis permanente.
Con todo, el tamaño de la economía mexicana no es insignificante, este año será superior a los 900 mil millones de dólares en su Producto Interno Bruto, es la economía más grande de América Latina después de Brasil, así que las políticas que pretendan “estimularla” deben estar acordes con estas dimensiones, deben intervenir en la actividad productiva para forzar al conjunto hacia delante y deben al mismo tiempo suponer una mejora tanto en las condiciones de trabajo como en los niveles de vida de las masas.
Pasemos entonces a comparara estas necesidades con el “plan emergente” que el gobierno de facto ha propuesto.
Comencemos con el Fondo Nacional de Infraestructura que se dio a conocer a mediados de enero del 2008. En este se señalo un presupuesto de 40 mil millones de pesos para el 2008 es decir menos de 4 mil millones de dólares, si ello constituyera un incremento neto al PIB estaríamos hablando del 0.44%, no obstante la mayor parte de esa inversión se orientara en compañías privadas a las que por diversos medios se les proporcionara el dinero construyan o no las vías de comunicación correspondientes, un ejemplo de ello fue el caso de la autopista del sol durante finales del sexenio pasado y principios del actual: 60 kilómetros de tramo fueron encargados a la empresa Gusta la cual se comprometió a hacerlo en 270 días si se le pagaban 330 millones de pesos, tres años después el estado había erogado 450 millones de pesos y no se habían rehabilitado ni 20 kilómetros de dicha autopista (La Jornada 22/02/07). En total el estado “invirtió” 1 300 millones de pesos pagando a empresas como ICA, Tribasa, GMD y otras para que la autopista quedara prácticamente igual de intransitable. Así que los señores burgueses que simulan hacer carreteras y con ese pretexto saquean los fondos públicos deben estarse frotando las manos con la propuesta de Calderón, para los trabajadores mexicanos sólo puede significar una muestra mas del cinismo de gobernantes que dividen su tiempo en ser funcionarios que regalan dinero y empresarios que lo reciben formando un circulo vicioso absolutamente aberrante para las masas.
Para febrero ante la ya evidente recesión norteamericana Calderón volvió a proclamar un plan de emergencia económica, revisemos sus principales planteamientos:
Uno de ellos es el pago por parte del gobierno del 5 % de las cuotas patronales al IMSS, esto sólo significa un subsidio más a la burguesía con cargo para los contribuyentes, especialmente los asalariados que como sabemos son los únicos que pagan puntualmente sus impuestos.
Otra medida es la reducción del 20% de las tarifas eléctricas en horas punta, esto es también un subsidio a las empresas en la media de que como se sabe son las únicas que efectúan un pago extra producto del empleo de energía eléctrica en dichos horarios. En los cuales se tiene que poner en marcha plantas generadoras tan sólo para cubrir con sus necesidades, en suma estamos hablando de una medida que trata de evitar que paguen los que pueden pagar.
Otras medida es la reducción e incentivos fiscales a empresas por 50 mil millones de pesos, Por cierto esto no representa algo en lo que el gobierno valla a invertir sino en lo que dejara de recibir, por tanto no supone un impacto o estimulo directo a la dinámica de la economía sino más bien una forma de resarcir a las empresas por las posibles perdidas que se vayan a generar. En pocas palabras ni un centavo para la creación de nuevas industrias, de nuevas fuentes de riqueza, resultado 0% de valor añadido al crecimiento.
Otra medida es la reducción de 3% de pago provisionales al IETU y el impuesto sobre la renta empresarial, lo que significa otros 6 mil millones de pesos que el gobierno dejara de recibir, no hay compromisos de que ese dinero que la burguesía no pagara se traducirá en inversión productiva, ni un niño pequeño puede creer que en un entorno de crisis la burguesía va a invertir los impuestos que el estado no le va a cobrar, sobre todo cuando en el marco de la crisis las perspectivas de recuperar rápidamente sus inversión son más que inciertas
Por alguna razón un tanto rara se incluyó dentro de las medidas la inversión de 10 mil millones de pesos el presupuesto de mantenimiento del Sistema Nacional de Ductos de Petróleos Mexicanos, resulta extraño porque hubiese o no un entorno complicado es indispensable invertir en dichos ductos o la pregunta sería ¿si no hubiera habido crisis entonces ni un centavo para dichos trabajos? La verdad es que se esta pretendiendo incluir un gasto programado en un programa emergente para darle más vista en la medida del carácter francamente mezquino de dicho plan.
Una propuesta que el gobierno hace como para que no digan que todo para ellos y nada para nosotros es la contribución gubernamental a las cuotas del IMSS tanto de obreros y patrones en municipios de menos de 50 mil habitantes, al respecto decimos: muy poco y muy tarde, en la medida de que el único impacto que reflejara esta medida es el mantenimiento de un servicio que es obligación del Estado, en suma esta medida tampoco supone imprimir una mayor dinámica a la economía.
La otra medida es recortar los gastos en trámites hasta por 1 500 millones de pesos, es decir otro recorte de ingresos directo a los bolsillos de los patrones.
A pero que no se diga que el gobierno sólo mira en favor de sus amos burgueses, dentro de las propuestas esta el portal www.empleo.gob.mx, para que las masas puedan ocupar 130 mil vacantes frente al millón y medio de empleos que se requieren incrementar anualmente para mantener el mismo nivel de desempleo. Por supuesto la diferencia es que ahora el portal estar más “bonito” e incluirá estadísticas y asesoría para convencernos de que si no hay empleo es por culpa de nuestra falta de capacitación, en suma toda una burla al pueblo trabajador que no supone un solo empleo.
Lo único en donde se supone habrá inversiones frescas es en “acelerar” la entrega de 3 mil millones de pesos para la banca de desarrollo. Sí, lo leyó usted bien, 3mil millones de pesos es lo único que todo el plan de Calderón ofrece para invertir, ello representa el 0.03% del PIB, es decir, nada, como si se echara una gota de agua en un comal ardiendo
Si hacemos una revisión el estado dejara de percibir unos 100 mil millones de pesos en impuestos, es decir le regalará a la burguesía esos montos y tan sólo invertirá 3 mil millones de pesos extra. Cabe recordar que los excedentes petroleros superaran los 200 mil millones de pesos y por supuesto lejos de reflejarse en inversión productiva se quedaran nuevamente para cubrir las necesidades de los buitres burgueses que requieran nuevos rescates.
Ante este panorama podemos hacer algunas predicciones
1.- El monto de las reservas de divisas aumentara
2.- Los burgueses dejaran de pagar aún más impuestos
3.- Los trabajadores sufrirán cubriendo lo que los burgueses no paguen
4.- La recesión no es producto de la falta de dinero o liquidez de los burgueses sino de la incapacidad del mercado para absorber la producción de bienes y servicios es decir de las mercancías, y, para mantener operando la planta productiva a un nivel pleno. Esos elemento no son contrarestados con el plan que propone Calderón y por lo tanto la crisis se expresara en cierres de empresas, crisis de deudas impagables y reducción de la actividad comercial, que como siempre los burgueses pretenderán que los trabajadores seamos lo que paguemos aunque las finanzas del estado gocen de relativa salud.
Escudados en el pretexto de la crisis los señores del gobierno trataran de lanzar más ataques, no hay de otra, tenemos que unificarnos y luchar para derribar al gobierno o este ultimo continuara con sus ataques y sus burlas al pueblo trabajador
Únete a Militante y lucha por un programa socialista, que es el único que realmente puede generar crecimiento económico combinado con bienestar social.
Industria, inversión y empleo.
Calderón y demás analistas, entre ellos el Banco Mundial, coinciden en que la economía mexicana en 2008 podrá crecer en un 3.5%. El problema es que para ese mismo año los pronósticos destacan que la economía yanqui tendrá un desarrollo prácticamente similar al del 2007, es decir de estancamiento, y difícilmente jugará un papel de estimulo para nuestra economía. Además por otro lado están las problemáticas de PEMEX y las remesas, las dos fuentes más importantes de divisas para nuestro país. Bajo este panorama resulta inimaginable una reactivación de la industria nacional que funja como un factor que empuje a la economía hacia arriba.
El sexenio de Fox representó un periodo de desmantelamiento de la industria nacional, la cual está integrada casi en un 95% por medianas, pequeñas y micro industrias. Ya entonces la patronal Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) reportaba que en los últimos 10 años, ocho de cada diez nuevas empresas habían quebrado. Para el 2004 dichas empresas ya laboraban tan sólo a una quinta parte de su capacidad productiva, es decir el 80% de su capacidad se mantenía ociosa. Este es un hecho dramático para la clase trabajadora, pues estas empresas, que para colmo de Calderón colaboran con el 52% del PIB, concentran el 72% de los empleos. A este respecto hay estudios que señalan que a lo largo de los últimos seis años las manufacturas perdieron el 17% de sus puestos de trabajo.
El periodo de Vicente Fox, en el que a pesar de haber obtenido una inflación baja se creció menos que los dos anteriores sexenio, puede ser caracterizado como el de mayor destrucción de fuerzas productivas a lo largo de la última década. Sin embargo, para el caso de Calderón, no existe alguna clase de base material firme que nos haga pensar que esta tendencia se revertirá. La perspectiva más probable es la de que en el mejor de los casos (subrayamos esto de en el mejor de los casos) las cosas continúen igual, sino es que peor. Al respecto, en este 2007 ya hay serios síntomas que por sí mismo hablan de la dirección de esta tendencia; veamos qué es lo que se ha informado a este propósito en la prensa burguesa:
a) De enero a febrero se registra una caída del 50% en gasto de capital fijo (maquinaria y equipamiento) en relación al mismo periodo del 2006.
b) De enero a marzo, de acuerdo al INEGI y a la SHCP, la producción industrial registró un crecimiento de 1.4 puntos porcentuales, traduciéndose ello en una caída del 77% respeto al mismo periodo del 2006.
c) La SHCP informa que de enero a julio la industria creció tan sólo un 0.9%, es decir prácticamente nada.
d) Para agosto se informa que la mitad de la industria de la construcción, considerada como uno de los principales motores de la economía nacional, está paralizada. Este descalabro es peor al del año 2000, el cual en su momento fue considerado como muy grave, cuando sólo se encontraba paralizada una de cada cuatro empresas de este ramo.
Una nota publicada por El Financiero del 20 de agosto pasado es bastante ilustrativa del triste periodo que vive la industria nacional: “La industria se haya en una progresiva descapitalización… a 13 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) los contrastes se observan en el comportamiento de la industria manufacturera, pues entre 1994 y 2000 tuvo un crecimiento su Producto Interno Bruto (PIB) de 5.58 por ciento; en el periodo de 2000 a 2006 dejó atrás su expansión para entrar en una fase de estancamiento, con avance marginal de 0.68 por ciento. Esta situación se mantuvo para el primer semestre de 2007, cuando el PIB de la industria manufacturera mostró una variación de 0.2 por ciento. En este contexto, las manufacturas experimentan una gradual pérdida de competitividad”.
Formalmente ante este panorama desolador, el crédito tendría que entrar como auxiliar vitaminizando a la industria. Sin embargo la realidad indica que la posibilidad de que los banqueros jueguen un papel de primer orden, más allá de medidas marginales, ante esta crisis industrial, está descartada. Las ganancias de la banca privada han sido particularmente jugosas durante ya bastantes años, encontrando en el sexenio de Fox una nueva bonanza, sin que ello se haya traducido en la conformación de una plataforma firme de financiamiento para la industria.
La sequía de créditos no es una tendencia nueva pues de 1995 a 2005 el de la banca privada se desplomó del 43 al 18% en proporción al PIB y en el caso de la banca de desarrollo por medio del BM, este desplome fue del 60%. Este fenómeno ha arrojado como resultado que, según la Coparmex, en los últimos 10 años el crédito a la mediana y pequeña industria haya caído en un 500%.
El papel de la banca demuestra su carácter especulativo y ratifica la tesis de Lenin en el sentido de que en la época del imperialismo, el capital financiero termina por subordinar al capital industrial. Una nota de La Jornada de 7 de marzo de 2006 titulada Aumentaron 257% las ganancias de tres de los principales bancos, señala que “A partir de las transferencias por más de 116 mil 100 millones de pesos que realizó el gobierno federal en 2005 a favor de cuatro bancos, tres de ellos: BBVA-Bancomer, Banamex-Citigroup y Banorte, alcanzaron una utilidad conjunta de casi 37 mil 500 millones de pesos durante el año pasado, las más altas de su historia en México”.
Pero ello no ha tenido ni el más mínimo efecto para dejar en el pasado la sequía de créditos. Esto queda claro cuando, a datos de junio del 2007, se desglosan los activos de la banca privada en su conjunto, los cuales para ese mes fueron de 13 billones 736 mil millones de pesos. De ese total, solo un billón 524 mil millones de pesos (10.9%) fueron para créditos, ocupando el segmento mas grande de esta última cantidad el crédito para consumo (dinero plástico) con un 28.3%.
En 2000 el acceso de las empresas al crédito de la banca privada ya era bajo, para esos años tan sólo el 23.7% de estas lo empleaban, pero ese porcentaje ha caído en la actualidad hasta el 16.9%.
Otra fuente de financiamiento que debería jugar un papel para oxigenar a la industria nacional es la Inversión Extranjera Directa (IED), la cual está orientada a la producción. Sin embargo, acorde a los tiempos y lo cada vez menos atractivo de la economía mexicana, este es un rubro que también demuestra un comportamiento a la raquítico e inestable.
IED 2001-2006:
Año
Promedio crecimiento anual (%)
2001
4.5
2002
2.4
2003
1.8
2004
2.5
2005
1.9
2006
6.3
Si bien 2006 representó una recuperación en el crecimiento de la IED, ello también como producto de una concesión del imperialismo a partir de la imposición de Calderón, el BM estima que al terminar este 2007 este tipo de inversión llegará a los 20 mil 982 millones de dólares, ello solamente representa un poco mas de dos mil millones en relación a un año antes en el cual estas inversiones ascendieron a los 18 mil 938 millones. Y para el 2008 esa misma institución espera que la IED nada más llegue a los 19 mil 761 millones de billetes verdes. Los resultados estimados para estos dos últimos años implican regresar a la tendencia del bajo crecimiento que la IED mantuvo durante la mayor parte del gobierno de Fox.
Además en términos de evaluar hasta dónde la IED es capaz de resarcir los daños de la industria nacional, no sería suficiente con mirar las cantidades en abstracto. La inmensa mayoría de la industria nacional es de mediana para abajo y está lejos de ser atractiva para esta clase de inversiones; por su parte la gran industria no ocupa más allá del 5% de total. La IED en su inmensa mayoría va orientada a este sector, que es de capital trasnacional o con una fuerte participación de este último.
Además de reinvertir en el sector mas desarrollado de la industria, la IED no llega a nuestro país a abrir nuevas empresas, papel que formalmente tendría que estar desempeñando, sino para adquirir parte de las ya existentes. A este fin se dedican 52 centavos de cada dólar que llegan por medio de IED.
Pero la problemática de las inversiones en México no sólo se limita a la sequía de créditos ni al pobre papel de la IED, sino que va más lejos. A todo ello, y para complicar aun más el panorama de la industria, se agrega la fuga de capitales.
Durante 2001, resintiendo los efectos de la desaceleración economía de los EU sobre México, salieron del país divisas propiedad de mexicanos para ser depositadas en cuentas de bancos extranjeros, principalmente del imperialismo yanqui, en una cantidad de 7 mil 99 millones de dólares. En 2004 esta cantidad llegó a los 4 mil 588 millones. Sin embargo esta cifra duplicó a la de 2004 y superó a la de 2001 en tan sólo un trimestre de 2006, de julio a septiembre, llegando a los 8 mil 323.6 millones de dólares. Esta última cantidad por sí misma ya supera a los 7 mil 357.7 millones de dólares que salieron tras los llamados “errores de diciembre” de 1994 que marcaron la pauta para el inicio de la crisis de 1995, la cual fue las mas profunda en la historia de México. Los movimientos de estos capitales ya son un anuncio que anticipan la tormenta económica que se avecina en México.
Pero las razones para estar preocupados no se termina ahí, otro indicador que nos habla del nivel de fugas de capital son las inversiones en el extranjero de los “varones del dinero”, las cuales representan una seria sangría para la economía nacional. Es alarmante que estos caballeros, entre quienes destacan Carlos Slim, Lorenzo Zambrano, Eugenio Garza, etcétera, durante los seis años que duró el gobierno de Fox hicieran inversiones en el extranjero superiores a los 21 mil millones de dólares. Sin embargo, ojo, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) esa cantidad crecerá “holgadamente” al terminar 2007, pues tan solo Cemex adquirió este año en 14 mil 700 millones de dólares, una empresa cementera australiana. Es decir, que la perspectiva indica que tan sólo en un año saldrá de México en este tipo de inversiones una cantidad similar a la que salió a lo largo de los seis años anteriores. Y apenas estamos hablando del primer año del gobierno espurio.
A ciencia cierta, a partir de este pandemonium, además de la concentración de riquezas, el único resultado tangible de desarrollo económico a partir de la táctica de la burguesía a lo largo de ya varios años de “neoliberalismo” ha sido el sector informal en el que los “avances” son verdaderamente escandalosos: un informe del FMI publicado por La Jornada el 13 de octubre del año pasado destaca que a lo largo del gobierno de Fox la economía informal (la cual va mas allá del comercio en las calles) se expandió hasta lograr un tamaño equivalente a una tercera parte del PIB, al alcanzar un valor de 284 mil millones de dólares.
Uno de los efectos más traumáticos de la crisis y de este abierto proceso de destrucción de las fuerzas productivas, ha sido el incremento del desempleo. A pesar de los años en que se experimentó cierto desarrollo económico gracias al auge de las exportaciones, la generación de empleos aun en esas condiciones quedó lejos de cubrir las expectativas. A lo largo del sexenio de Salinas se crearon 710 mil 720 nuevas plazas; con Zedillo esta cantidad ascendió a los 2 millones 535 mil 789 y con Fox la cifra se quedó en los 897 mil 276 nuevos empleos. En total 4 millones 143mil 785 nuevos empleos a lo largo de 18 años.
Considerando este gran total, es evidente el retroceso del empleo si tomamos en cuenta que cada año se integran al mercado de trabajo un millón 300 mil jóvenes en busca de empleo. En porcentajes, y basándonos en las cifras oficiales, de 2000 a 2006 el desempleo creció del 1.9 al 3.58%. Y de enero a septiembre de este 2007 ya se incrementó hasta el 3.87%. De acuerdo al INEGI, para mediados de este año ya había 6.4 millones de personas en el desempleo total y 11 millones en el subempleo. Bajo el contexto que hemos analizado en su conjunto, revertir esa tendencia a lo largo de 2008 se presenta como imposible.
Como una medida de la burguesía para tratar de amortizar los costes de la crisis, además de abatir los salarios y despedir a trabajadores, esta ha optado por precarizar masivamente el trabajo. Es decir, contratar a millones de trabajadores sin ofrecerles ni la más mínima estabilidad laboral y ninguna clase de prestación, incluido el IMSS. En estas condiciones laboran aproximadamente 20 millones de mexicanos.
Con el sacrificio de la clase trabajadora la burguesía está tratando de hacerle frente a la crisis, sin embargo la prolongación de ésta y las fuertes posibilidades de que se profundice, le hacen pensar que los ataques implementados hasta el momento, no son suficientes; que es necesario ir más lejos para estrujar más aun a la clase trabajadora. Después de los diferentes palmos de nariz que se llevó Fox cada que quiso atacar la Ley Federal del Trabajo (LFT), el régimen optó por archivar durante un periodo lo que se conoció como “Ley Abascal” que era la propuesta del entonces titular de la Secretaria del Trabajo y Previsión social (STPS) para reformar las leyes laborales, con el objetivo de aniquilar las conquistas restantes y de paso obtener un mayor control del Estado sobre el derecho a huelga.
La enorme polarización social de aquellos años, los cuáles llegaron a su punto mas álgido en la lucha revolucionaria del 2006, obligaron a la burguesía a suspender temporalmente sus reaccionarios objetivos sobre la LFT. Pero el deterioro de la economía se ha extendido y a estas alturas ya no les ha quedado más remedio que de nuevo plantear la necesidad de atacar a la LFT, como quedó totalmente claro a finales de octubre pasado cuando el nuevo titular de la Secretaria del Trabajo Javier Lozano Alarcón, “anunció que al final del año estará lista la propuesta de reforma laboral, que será entregada a los legisladores después de la revisión de 184 iniciativas para modificar la Ley Federal del Trabajo”. (La Jornada 261007).
Si caen los beneficios, la burguesía necesita abaratar urgentemente los costes de producción y se tiene que lazar sobre la variable que consideran más su alcance: las condiciones de trabajo. Sin embargo atacar a la LFT no es tarea fácil, menos cuando las masas recientemente han dado muestras contundentes de ya no estar dispuestas a tolerar más ataques.
El panorama es desolador para la industria, una perspectiva probable es que el cierre entre ellas se incremente. Un análisis por encima de la superficie podría hacernos pensar que este fenómeno, en un momento dado podría ir desactivando al movimiento obrero e inhibiendo las luchas de los trabajadores al perder sus empleos. Pero la realidad es más compleja y es importante mirar mas a fondo esta problemática, considerándola dentro del momento en qué se encuentra la lucha de clases. Para tener una visón mas de conjunto y poder trazar una perspectiva, hay que considerar algunos aspectos.
A finales de los años 90 el movimiento obrero entró en una etapa de recuperación que ya en aquellos años le impidió, por medio de movilizaciones, a Zedillo privatizar a la industria eléctrica; entre 2001 y 2002 la recuperación del movimiento era tal que prácticamente paralizó la política de ataques de Fox, permitiéndole avanzar, y no gracias a los trabajadores sino a los dirigentes que no estuvieron dispuestos a ir hasta las últimas consecuencia, únicamente en la contrarreforma al Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los trabajadores del IMSS; en el 2006 los mineros dan una muestra a la más alta escuela de los métodos tradicionales de lucha proletaria, particularmente los de Sicartsa, de cómo se defiende y se gana una huelga nacional; ese mismo año estallan los acontecimientos revolucionarios más importantes en décadas de historia de lucha de clases en México: a nivel local Oaxaca y a nivel nacional la lucha contra el fraude electoral. En la administración de Calderón es atacada la Ley del ISSSTE y miles de trabajadores del magisterio y de dependencias públicas, responden convocando y organizando cuatro paros nacionales.
Por supuesto que no estamos planteando un desarrollo mecánico y automático del movimiento, en el que cada semana la lucha de clases sube como espuma sin parar. Se trata de una cuestión dialéctica en la que hay alzas y bajas, con periodos de lucha más intensos seguidos de una actividad menor. Todo esto es normal, la clase trabajadora no puede estar indefinidamente luchando sin parar, sino que también se toma sus periodos de reposo para recuperar fuerzas, sacar lecciones del pasado, reagruparse y nuevamente lanzarse a la lucha. Los marxistas organización jamás hemos pensado que la clase trabajadora una vez que se lanza a la lucha, ya no para. La dinámica de la lucha de clases es de otra manera. Lo que nos interesa resaltar es, primero, que a pesar de las altas y bajas naturales, la tendencia del movimiento es hacia arriba; segundo, que la clase trabajadora ha vivido durante el último quinquenio, especialmente durante 2006, un estupendo periodo de aprendizaje y experiencia no vivido en décadas; tercero, que a pesar de que el fraude electoral se impuso y que la Ley del ISSSTE fue atacada, por citar dos ejemplos recientes, la clase trabajadora aun no recibe una derrota decisiva y desmoralizante y el estado de ánimo sigue siendo favorable para luchar.
En esas condiciones de lucha, el desarrollo de la problemática de las fábricas cerradas por la extensión, la profundización del estancamiento de la economía o de plano su colapso, perspectiva esta última que no podemos descartar si los EU entran en recesión, se puede transformar en un nuevo frente de batalla de la clase trabajadora por medio de un movimiento de la defensa del empleo a través de la ocupación de fábricas cerradas. Además un factor externo que favorece esta perspectiva, dado el ejemplo que significa, es el movimiento de fábricas ocupadas en Venezuela y otros países de América Latina.
En México bastaría una, dos, tres fábricas tomadas para que el ejemplo sea retomado por miles de trabajadores. Un movimiento de fábricas tomadas podría marcar un nuevo punto de inflexión para el proceso revolucionario que se ha abierto en nuestro país. Además, en lo relacionado a la defensa de la LFT y en contra de otros ataques, debemos mantener y levantar bien el alto la consigna de la huelga general de 24 horas.
Las finanzas del Estado.
Otro medio empleado por la burguesía como parte de su estrategia para tratar de revertir la crisis del capital, ha sido la de ir reduciendo gradualmente el déficit de las finanzas públicas. Por medio de esta política restrictiva, en la que el Estado aumente sus ingresos a la par que diminuye sus egresos, la burguesía pretende combatir la inflación y generar estabilidad monetaria, ello con la intención de además estimular las inversiones. También en este rubro, la burguesía busca pretextos para aplicar sus políticas de ataques, por ejemplo durante todo el desarrollo estabilizador (1952-1970), el déficit presupuestal fue cero o prácticamente cero, lo que no impidió una expansión de la inversión del Estado en la economía
Los avances de la burguesía en la reducción del déficit público son notorios, logrando que éste pasara del 14.7% que tenía en 1982, al cero por ciento logrado en 2006. Un primer elemento a destacar, y que es trascendente para la lucha de clases, es que esa reducción gradual se logró principalmente a partir de recortes salvajes del gasto social, la privatización de la mayor parte de la industria pública y el incremento a los impuestos cautivos como el IVA, el cual paso del 5 al 15%, y los de las gasolinas, las cuales contienen en su precio final un 50% aproximado en impuestos.
En esta política, la recaudación fiscal ha jugado un papel bastante limitado, puesta ésta en general ha experimentado durante ya varios años una tendencia a la baja, pasando del 17% en proporción del PIB de 1985, al 9.5 alcanzado en 2006. Pero además, a pesar del resultado del déficit cero, otra variable que no puede hacer sentir satisfecha a la burguesía es que si a la hora de hacer las cuentas de las finanzas del Estado se omiten los ingresos petroleros, resulta que el déficit no petrolero se va hasta el 8%, tal como sucedió en 2006 de acuerdo al FMI.
Ante la desesperación del Estado por su sed de más recursos, Calderón impulsó y logró con el apoyo del PAN y el PRI su Reforma Fiscal, la cual le permitirá recursos adicionales por 114 mil millones de pesos, equivalentes al 1% del PIB, en su primer año de aplicación. Sin embargo existe una serie de factores que hacen suponer que dicha reforma, de por sí ya limitada, tendrá un efecto más que marginal para favorecer a las finanzas del Estado. Ya mas arriba comentamos sobre la exención de impuesto para una capa de empresarios, por 10 mil millones de pesos a lo largo de 2008 para tratar de evitar que el IETU tenga efectos inflacionarios.
Además, respecto al Gasolinazo, aprobado como parte del paquete de dicha Reforma Fiscal, por medio del cual se espera recaudar 22 mil millones de pesos, éste prácticamente será anulado por las crecientes importaciones de hidrocarburos, especialmente de gasolinas. Tan solo para el 2007 se espera que se importen 10 mil millones de dólares en gasolinas.
Pero a estas contradicciones se agregan los privilegios fiscales para la clase dominante. Para ilustrar el tamaño del boquete que significan dichos privilegios, basta recordar los resultados del 2000 al 2005 en los cuales el gobierno “transfirió”, por empelar la terminología de la SHCP, a los empresarios un billón 175 mil 498 millones de pesos, cantidad equivalente al 50% de la propuesta original de egresos públicos del 2008. Esta “transferencia” se realizó por medio de la devolución de impuestos y la asignación de créditos fiscales. Y esta forma de subsidio para la burguesía, en la que no se está considerando al IPAB y al rescate carretero por ejemplo, continúa sin descanso, prueba de ello es que durante el primer semestre de este 2007 la SHCP devolvió en impuestos a la burguesía 168 mil millones de pesos.
Si todo esto no se tratara de una dura realidad que tienen que padecer todos los días las masas oprimidas, podríamos decir que las amargas quejas del gobierno sobre la difícil situación de las finanzas públicas no son más que una estupenda broma. Sin embargo no es una broma, pero sí, la política de Calderón y sus antecesores sobre las finanzas públicas refleja de manera exponencial el nivel de descaro y cinismo con que actúa la burguesía y el papel lacayo del Estado. El marxismo explica que el Estado es una herramienta al servicio de la clase dominante, en este caso de la Burguesía. La forma y la intensidad en que el Estado actúe en beneficio de la burguesía, ya sea en el terreno político o en el económico, en buena medida estará determinado por el grado de desarrollo de la nación de que se trate, el estado de la economía, el periodo en que se encuentre la lucha de clases y la relación de fuerzas entre éstas.
Así, en un contexto de una nación atrasada como la mexicana, la burguesía adquiere un carácter fuertemente parasitario respecto al Estado; carácter que se magnifica en periodos de estancamiento y crisis económica.
La debilidad de las finanzas de Estado está fuertemente relacionado con los efectos del estancamiento económico, las cuales también caen porque el nivel de consumo de las masas se reduce y por consecuencia se debilitan, por ejemplo, impuestos cautivos como el IVA; además los despidos y los cierres de empresas reducen el número de contribuyentes. Respecto a los empresarios, un caso que ejemplifica dicha situación, es en un informe del 2005 que destaca que las reservas de que disponía durante ese año el sector empresarial para el pago de impuestos, habían sufrido una recaída del 9.5%.
Del petróleo depende un porcentaje importante de los ingresos del Estado, en el 2006 esa dependencia fue del 36% del total. Esta fuente de financiamiento, por décadas enteras ha sido el principal soporte del Estado para la ampliación de sus políticas; por sí mismo este es un enorme factor de riesgo dado que el mercado petrolero es muy oscilante, con alzas y bajas de los precios, algunas muy profundas en ambos sentidos, lo cual crea una base bastante inestable para una economía como la mexicana, fuertemente dependiente de esta materia prima.
A esas oscilaciones naturales del mercado petrolero, se le agrega al hecho de que se trata de un bien finito que, como se explicó mas arriba, está llegando a sus límites. En nuestro caso un ejemplo de ello es Cantarel, principal pozo petrolero de todo México, el cual ya se está agotando. Además, para colmo de las finanzas públicas y la producción petrolera nacional, PEMEX está seriamente golpeada, hundida en deudas, a la par de una minúscula inversión del Estado para el desarrollo de su infraestructura, de tal manera que, bajo la política del régimen, está prácticamente imposibilitada para levantar cabeza y jugar como un motor más eficiente para la economía y para los ingresos del Estado. Estas contradicciones, aunadas a una menor demanda por parte de los Estados Unidos, hacen que los altos precios del barril del petróleo, que ha llegado a máximos históricos en muchos años, prácticamente no tengan un efecto positivo para las finanzas públicas, ni para la economía en su conjunto.
México es uno de los principales países productores de petróleo y en otras condiciones, con precios como los que ha alcanzado en los últimos meses y semanas el barril mexicano, el cual ha llegado incluso a los 80 dólares, se tendría que estar viviendo toda una bonanza, especialmente para las finanzas del Estado. Sin embargo esto no ha sucedido. Ya más arriba citamos informes de la SHCP y de la Administración de Información de Energía de los EU, en los que se reconoce la forma en que han caído los ingresos petroleros a pesar del caro precio del barril.
Pero un problema lleva a otro, a lo largo de la administración foxista ocho de cada 10 dólares que ingresaron por las ventas petroleras, se empelaron para el pago de la deuda pública. Mantener una base sólida para el pago de la deuda publica, es una tarea prioritaria para el Estado pues también de ello depende la estabilidad monetaria, condición para exigida por las inversiones y también para que no se encarezca más la deuda externa en pesos.
Para el primer trimestre del 2006, la deuda neta del gobierno federal llegó a los 3 billones 610 mil millones de pesos, teniendo un equivalente al PIB del 21.1%. Durante años los diferentes gobiernos han tomado medidas para abaratarla y que tenga un peso menor respecto al PIB, y cuando menos a los que se refiere a los últimos seis años, los resultados han sido pobres. Por ejemplo, el porcentaje antes mencionado es solamente 0.1% inferior al del cierre del 2006 y 1.8% menor al que se tenía en el 2000.
La deuda pública es un verdadero lastre para las finanzas de Estado, son un monstruo que nunca sacia su hambre y su sed. Tan sólo, por ejemplo, la parte que le corresponde a la deuda interna, de acuerdo a Banamex, crece a un ritmo de 925 millones de pesos diarios. También esta misma institución bancaria destaca que a septiembre del año en curso, la deuda interna del gobierno sumó 2 billones 643 mil 926 millones de pesos, representando ello un incremento anual del 20.22%.
Abstrayéndonos de otras obligaciones del gasto del Estado y sólo mirando el caso de la deuda interna pública, ya con sólo este hecho resulta evidente la enorme contradicción entre el vertiginoso ritmo con que crece este tipo de deuda y el pobre desarrollo que experimentan las finanzas del Estado. La problemática de PEMEX tiende a exacerbar esa contradicción.
Para el Estado es de vital importancia mantener unas finanzas públicas sanas no sólo porque dicho objetivo está en sincronía con su política macroeconómica, sino porque también estas son una fuente importante más para la trasferencia de capitales, lógica ineludible para un país atrasado en la etapa imperialista del capital, y para continuar subsidiando a la parasitaria burguesía nacional por medio de la devolución de impuestos, la asignación de créditos fiscales, el pago de la deuda del IPAB, la Pidiregas, el rescate carretero, etcétera.
Además, a las presiones de las finanzas del Estado se une la debilidad de Calderón que, en lo particularmente relacionado con el gasto publico, aunque sea de manera moderada, se ha trasformado en un factor que, cuando menos en el caso de la propuesta para 2008, el gobierno se vio obligado a acepar un acuerdo final en la Cámara de Diputados que supera ligeramente la propuesta original de egresos elaborada por la SHCP. Calderón y el PAN no pueden aprobar nada en las cámaras sin el apoyo del PRI. Por su parte el PRI está desesperado por posicionarse electoralmente en todos los niveles. El PRI ya está pensando en las elecciones intermedias del 2009 y sabe que su apuesta está en fortalecer las finanzas de los diferentes gobiernos estatales en los cuales, a pesar de su debacle electoral a nivel federal, tiene su principal bastión dado que aun la mayoría de estos gobiernos está bajo su dominio. Esta presión del PRI aseguró 52 mil 472.5 millones extras para los estados, por encima de la propuesta original de Calderón.
Por su parte Calderón no tuvo más remedio que aceptar esta concesión, dado que necesita salvaguardar su alianza con el PRI pues de ello dependerá en mucho que este partido esté dispuesto a colaborar con el PAN para sacar adelante contrarreformas más ambiciosas como la de la LFT o imponerle IVA a medicamentos y a alimentos, etcétera.
Esta debilidad de Calderón y del PAN, junto con chantaje del PRI, también fue aprovechada por el PRD para presionar y elevar el gasto que finalmente se presupuestó en educación, salud, el campo, desarrollo social e infraestructura hidráulica y carretara. Para estos rubros en su conjunto se logró un egreso adicional en total de 190 mil 320.8 millones de pesos. Realmente esta suma extra representa demasiado poco para resarcir el enorme retroceso que ha sufrido el gasto social a lo largo de ya casi 30 años de constantes recortes; siendo francos existen muy pocas razones para que los diputados del PRD estén contentos con lo que ellos consideran un triunfo. Sin embargo este pírrico avance provocó una reacción colérica de parte de la fracción parlamentaria del PAN, a tal grado que 60 diputados de este partido se revelaron contra el coordinador de su fracción, Héctor Larios, por haberle dejado toda la iniciativa al PRI en la resolución del gasto público del 2008 y amenazaron con votar en contra de dictamen. Finalmente una intensa labor de cabildeo de última hora, ayudó para que solamente seis panistas cumplieran su amenaza votando en contra.
¿Qué es lo que refleja el pánico y la histeria de esta capa de diputados panistas? Los egresos adicionales logrados por las presiones del PRI y el PRD verdaderamente están lejos de ser una cantidad estratosférica ¿Por qué armar esa clase de revueltas? Si miramos por encima de la superficie esta situación, podríamos llegar a la conclusión de que no hay nada que justifique lo que pasó entre la fracción parlamentaria del PAN. Pero si miramos un poco de más de fondo las cosas, la histeria de estos panistas expresa la difícil situación en la que se encuentran las finanzas públicas, para las cuales unos cuantos pesos de más se transforman en un severo dolor de cabeza. Pero a la vez esta contradicción también refleja el carácter de la época en que se encuentra el capitalismo mundial y el atrasado capitalismo mexicano, hundidos en una crisis orgánica, en el cual para los beneficios de la burguesía cada peso y cada dólar valen demasiado. Se trata de una época en la que la burguesía y su Estado se ven obligados a pelear con uñas y dientes cada centavo, siendo ésta una condición que le cierra el paso a los reformistas y su programa.
La época dorada para el reformismo ha quedado en el pasado, la crisis orgánica del capitalismo ha hecho imposible que ese capítulo se repita. Las condiciones materiales de la sociedad contemporánea no le han dejado otro camino a la humanidad más que el de la disyuntiva trazada por Engels: socialismo o barbarie. Dicha disyuntiva le abre un panorama bastante favorable a los marxistas, no visto antes en la historia del capitalismo. Incluso más favorable por mucho al contexto internacional y nacional en el que los bolcheviques desarrollaron su lucha, hasta llevar al proletariado ruso al poder en 1917.
Dichas condiciones son más favorables no sólo por la bancarrota del capitalismo y su incapacidad de ofrecer reformas que le permitan comprar la paz social, sino porque el proletariado en todo el mundo, incluido el mexicano, está más desarrollado que nunca. En realidad el capitalismo mundial y el mexicano son un cóctel en extremo volátil que en cualquier momento estallará en un sentido u otro, y decimos que en un sentido u otro porque por muy profunda que sea la crisis del capitalismo mundial y por enormes que sean sus dificultades para poder desarrollar las fuerzas productivas (Marx explica que el capitalismo sólo se puede reproducir bajo la condición de un constante desarrollo de las fuerzas productivas), no existe la crisis final y última del capitalismo. O los trabajadores toman el poder o la burguesía recobra el control de la situación, empujando al proletariado a una etapa de mayor barbarie.
Así, frente a esta contradicción, el papel del factor subjetivo, el del partido revolucionario, adquiere una doble relevancia, porque la historia demuestra que no basta la disposición del proletariado para terminar definitivamente con la situación de explotación y opresión que vive, sino que además hace falta una guía que le ayude a canalizar esa disposición en dirección a su tarea histórica que es la eliminación del capitalismo y la construcción del socialismo. Esa guía solo puede ser un partido con un programa socialista que esté fuertemente incrustado en el movimiento obrero y sus organizaciones tradicionales. En estos momentos, esta última, la construcción del partido, es la tarea más importante de los revolucionarios que integramos la Tendencia Marxista Militante.
Tan sólo mirando el estado de las finanzas públicas y sus contradicciones, el panorama sólo permite pensar en que conforme se agudice esa problemática a la burguesía no le quedará mas remedio que lanzar ataques mas profundos por medio, por ejemplo, de la implementación del IVA para medicamentos o alimentos, tratar de privatizar al sector energético y tirar lo que ellos consideran “lastre”. No referimos en este último caso las pensiones.
Ya en 2006, después de que los trabajadores del IMSS ya habían recibido el ataque a este respecto, la deuda del Estado por el sistema de pensiones ascendía a un equivalente del 116% del PIB. Con el reciente ataque de este año a la Ley del ISSSTE, ese porcentaje se reducirá en algo a partir de 2008 cuando entre en función la nueva ley, pero realmente no tendrá un efecto significativo para oxigenar las finanzas del Estado. Por ello tarde o temprano el régimen no tendrá más remedio que ir con todo contra el sistema de pensiones público, el cual es una enorme carga para el gobierno.
En los datos del 2006, de ese porcentaje total las pensiones del ISSSTE equivalieron al 45% del PIB, las del IMSS al 25%, las de estados y municipios al 25%, las de PEMEX y CFE juntas al 7%, las de universidades públicas al 1.3% y las de la banca de desarrollo al 0.3%.
De acuerdo a la lógica de la burguesía, el Estado tiene que hacer algo con esto que considera un peso muerto. Siendo ello así, la burguesía, conforme las presiones de las finanzas públicas se incrementen, se verá obligada a tratar de ir más lejos de lo que hasta el momento ha ido en el caso del sistema público de pensiones, creando mayores tensiones y sentando las bases para nuevas luchas.
Concentración de riqueza
La rapiña de la burguesía es insaciable, una constante bajo el capitalismo es la tendencia hacia la concentración de capital. Efectivamente, el capitalismo está bajo una crisis orgánica y muchas empresas se arruinan, pero ello no quiere decir que todos pierdan. Por ejemplo, mientras que en 2001 quiebra Enron, quien fuera la séptima empresa más importante de todo los EU, y en 2004 sucede lo mismo con WorldCom, considerada esta en su momento la quiebra empresarial más importante de toda la historia del imperialismo yanqui, al mismo tiempo Pfizer, en 2002, compra Pharmacia en 64 mil millones de dólares; lo mismo hace en 2003 The Bank of America con su competidor FleetBoston Financial, adquiriendolo en 47 mil millones de dólares y, ese mismo año, Olivetti compra Telecom Italia con 27 mil 835 millones de dólares.
Vivimos un periodo descomunal de concentración de capital. Para explicar gráficamente este fenómeno, basta destacar que en el caso del mercado del software, entre 1992 y 2006 firmas como Oracle adquirieron 59 empresas; IBM se hizo de 61 y Microsoft de 77. Este proceso de concentración de capital y riquezas por medio de las fusiones empresariales es bastante enérgico, tan sólo en 2006 se destinaron capitales a escala mundial con dicho objetivo por 3.79 billones (millones de millones) de dólares, superando en un 38% mas al dinero empelado para adquisiciones en 2005.
México no ha estado exento de este fenómeno. En nuestro país no sólo, por ejemplo, prácticamente todos los bancos se han fusionado (o sea, han sido adquiridos por...) con la banca trasnacional, sino que además se ha logrado engendrar una puñado de empresarios y banqueros (los “varones del dinero”) los cuales han acumulado una enorme fortuna, a tal grado que ya se han podido disputar codo a codo, en el mercado mundial de fusiones, algunas empresas al capital trasnacional, esto fuera o dentro de nuestro país.
Por ejemplo el Grupo Carso, de Carlos Slim, hasta hace algunos meses ya era dueño de CICSA, Cigatam, Telmex, Telnor, Comertel Argos, Red Uno, Uninet, Sanborns, América Móvil, Sears Roebuck,, Saks Fifth Avenue, Telcel, Dorian's, Inbursa, Compusa, Volaris, Mixup, Claro Codetel, ITESCA, Ferretería Fuller, entre otras. Y una reciente adquisición es Supercanal, la segunda televisora por cable más importante de Argentina.
Otro caso es el del Grupo Cemex, el cual ya en 2005 tenía empresas distribuidas en 50 países y recientemente adquirió la cementera australiana Rinker.
El proceso de concentración de capital es inaudito en la historia de nuestro país, ya el año pasado se anunciaba que el 0.15% de la población mexicana poseía activos en la Bolsa de Valores equivalentes al 30% del PIB. En este año, de acuerdo a La Jornada del 14 de junio, ahora el 0.17% de los mexicanos acumulan una fortuna equivalente al 40% de PIB. Y como otro resultado que ratifica esa tendencia, está el caso de Carlos Slim el cual, en agosto de este 2007, ya fue clasificado por la revista Fortune como el hombre más rico del planeta con una fortuna superior a los 60 mil millones de dólares, cantidad equivalente al 7.2% del PIB nacional.
Contradictoriamente a este proceso que ha generado fortunas cuantiosas en poco tiempo para algunos cuantos, el grueso de los mexicanos tiene que estar padeciendo los efectos de una economía que, incluso en los periodos de recuperación como fue la segunda mitad de la década de los años 90, no ha sido capaz de solucionar prácticante nada en los niveles de bienestar, sino todo lo contrario. Esto queda de relieve en el informe de agosto pasado, mismo mes en que Slim alcanza su nuevo estatus entre los millonarios, en el que Banamex señala que “después de una década, en 2006 el ingreso monetario de los hogares mexicanos pudo rebasar en uno por ciento al nivel que tuvo el año previo a las crisis de 1995”. En otros términos, dicho avance se tradujo en prácticamente nada.
Este resultado por sí mismo contrasta con cualquier clase de informe que señale que la pobreza ha disminuido en México. El año pasado las cifras oficiales reconocían a 50 millones de mexicanos en la pobreza, pero algunos otros analistas señalaban que esta cantidad llegaba a los 60 o, incluso 70 millones. Mirando el panorama económico de nuestro país, no existe absolutamente nada que represente algún cambio como para poder afirmar que la pobreza masiva ha perdido terreno.
En buena medida los ataques constantes a los niveles de vida a lo largo de casi tres décadas, conforman la base material sobre la que, por debajo de la superficie, se fue acumulando a lo largo de varios años la frustración y rabia de las masas que encontró finalmente un cause para salir a flote y manifestarse en los estallidos revolucionarios del 2006.
Sin embargo, de cara al proceso revolucionario que se ha abierto en nuestro país, en cuanto a la base material de la sociedad no existe ningún cambio serio para pensar que los acontecimientos en la lucha de clases podían adquirir alguna cause en sentido opuesto. La única promesa segura del panorama económico de México es la de una mayor polarización social.
escrito por CLEP-CEDEP, Puebla
martes, 04 de marzo de 2008
El pasado 20 de febrero, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla, los miembros del CLEP-CEDEP (Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico-Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública) realizamos una Conferencia sobre “La privatización de PEMEX y la Educación Pública”. Contamos con la asistencia de alrededor de 150 estudiantes y profesores universitarios a quienes les planteamos la necesidad de organizarnos y conformar el Comité Universitario en Defensa del Petróleo.
La privatización de PEMEX
Contamos con la participación del Ingeniero Armando Etcheverry, miembro del Comité de Energía del Gobierno Legítimo de Andrés Manuel López Obrador quien expuso con datos precisos cómo desde la época de Carlos Salinas de Gortari, el sector energético del país fue sometido a una transformación interna para lograr su privatización. Expuso que actualmente existe tres tipos de reservas en el país: las probadas, cuya estimación asciende a 17 mil millones de barriles; las probables, que tienen un margen de error del 50 por ciento y se estiman en 15 mil 800 millones; y las posibles, las cuales pueden no existir, que suman 13 mil 400 millones. De acuerdo con estas cifras hay alternativas para obtener más hidrocarburo sin la necesidad de recurrir a la privatización.
Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional
Al final de la conferencia hicimos el llamado a los universitarios a organizarnos para luchar por defender nuestro derecho a la educación pública y contra la privatización de PEMEX. La respuesta fue excelente por parte de los estudiantes que asistieron a una Asamblea que convocamos para el siguiente día con la intención de conformar formalmente el “Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional”.
Iniciamos la asamblea con la presentación del CLEP-CEDEP, explicando que somos una organización democrática integrada por jóvenes de diversas instituciones de educación superior del país como el IPN, la UNAM, la UAM y la UAP, entre otras, que luchamos por nuestro derecho a una educación pública, gratuita, democrática, de calidad y por un puesto de trabajo digno al terminar nuestros estudios, y que aspiramos a construir una organización nacional de estudiantes y con un carácter de clase.
Después de debatir en torno a lo anterior se llegó a la conclusión de que el actual sistema económico y el régimen político que lo sustenta es la causa de los ataques a nuestros derechos como jóvenes y trabajadores, por eso era necesario organizarnos para unificar acciones y defender nuestro derecho a la educación pública, gratuita, democrática y de calidad, implicado en la defensa del patrimonio nacional (PEMEX y CFE), y todas las conquistas sociales de la clase trabajadora en nuestro país. Así que nos pronunciamos contra la privatización de PEMEX, CFE y la Educación Pública; el “gasolinazo”, el TLC y la contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo.
También se conformaron las comisiones de prensa y propaganda, finanzas y enlace, para darle cierta estructura mínima al Comité y así poder realizar organizadamente las actividades que se vayan planificando (inicialmente periódicos murales informativos). Teniendo claro que es importante seguir informándonos y debatiendo sobre la actual situación que se vive en nuestro país y la mejor forma de apoyar, como estudiantes, las diversas luchas de los trabajadores, que es una misma.
¡Únete al Comité Universitario en Defensa del Patrimonio Nacional, al CLEP-CEDEP y lucha con nosotros!
Unidos y organizados… ¡Venceremos!
escrito por Rubén Rivera
martes, 04 de marzo de 2008
¡Viva la familia!, proclama la propaganda burguesa. Incluso hasta han inventado el famosos “día de la familia” según el cual hay que programar un día a la semana para reunirse y convivir.
No hay duda que en el fondo de lo que se trata es una ofensiva ideológica que tiene como objeto promover al conjunto de los trabajadores los valores hipócritas de la burguesía más reaccionaria.
La burguesía genera explotación, desempleo, hambre, desesperanza. Los padres tienen que buscar el sustento diez o doce horas diarias. En las colonias populares no existen suficientes guarderías, para los burgueses son más importantes los centros comerciales que lugares para el esparcimiento y el deporte. A todo ello los medios de comunicación burgueses no dejan de difundir imágenes de éxito inalcanzables para la mayoría de la población generando elementos para la consiguiente frustración individual. Los medios de comunicación exigen que los trabajadores dediquemos un día a la familia pero en la oficina, en el taller, en la industria nos amenazan con despido si osamos pedir ese tiempo libre “para la familia”. Así que incluso en este rubro la cuestión de la familia es una cuestión de clase.
Pero no es todo, sumado a todo esto hay una feroz campaña en contra de lo que parece “diferente”. Los medios de comunicación no escatiman esfuerzos para promover la famosa “cultura de la vida” que no es otra cosa que una brutal agresión contra los derechos democráticos especialmente de las mujeres trabajadores y su derecho a decidir sobre cómo, cuándo y en qué condiciones procrear.
Además de todo ello, la derecha exige directa e indirectamente que la familia sea tal y como considera que debe ser. Según ellos una familia que no esté formada por padre, madre e hijos es “anormal”, lo cual es exactamente lo contrario si observamos el número de casas dirigidas sólo por la madre soltera o parejas del mismo sexo.
La burguesía ha destruido las bases de la familia tradicional pero exige que los trabajadores adopten el esquema de la familia tradicional, en el fondo realmente no se trata más que de una cortina de humo para ocultar problemas sociales que originan la actual descomposición social y por supuesto desviar a las masas de las reales soluciones.
Los trabajadores debemos dar un combate frontal contra esta serie de prejuicios que sólo pretenden evitar que nos movilicemos y luchemos contra el sistema, al mismo tiempo no debemos ni podemos permitir que la burguesía justifique la opresión y represión contra todo tipo de expresiones humanas diversas.
En el caso de las uniones conyugales de distinta índole, todas ellas deben ser defendidas en la medida que responden las distintas necesidades humanas, ponerle un esquema fijo es sin duda establecer límites que sólo pueden ser establecidos por los participantes de dichas uniones. Como socialistas consideramos al contrato civil matrimonial como una supervivencia innecesaria, pero defendemos el derecho de que el factor fundamental para contraerlo sea la voluntad de los participantes.
El aborto, por ejemplo, no es más que la expresión de que el capitalismo enfrenta a la mujer a un callejón sin salida. Debemos defender el derecho de las mujeres a decidir interrumpir su embarazo en las mejores condiciones existentes. Nadie pude simpatizar con el aborto, pero es más bien un efecto que una causa, en donde la mujer es la única víctima.
¿Cuál es el futuro de la familia?
En realidad no existe ahora y en el pasado un esquema fijo al que podamos llamar la “familia normal”. La sociedad conforme ha ido desarrollando sus formas de producción y asociación ha modificado tanto su significado como su composición. Derivado de la sociedad de clases se ha impuesto un esquema familiar que pretende reproducir los roles de la sociedad en general y en este marco el papel subordinado de la mujer es prácticamente el único que se podría considerar común en las sociedades de clase. Con el desarrollo industrial y tecnológico las limitaciones de la mujeres tienden a desaparecer, su intervención en los diversos campos del proceso productivo ha roto un muro que la condenaba al papel tradicional en el seno familiar, ese es el aspecto más importante de la actual crisis en la familia tradicional. Crisis que a nuestro punto de vista no se tiene que ver como un problema sino como un síntoma de que es necesaria una transformación social que permita un nuevo marco en donde la participación de los trabajadores y trabajadoras sea realmente equitativa.
Los socialistas siempre hemos insistido que la solución de esta problemática se centra en la conversión de las tareas y responsabilidades domésticas en tareas y responsabilidades del conjunto de la sociedad. No obstante, esto no implica, como en el caso del estado, que de la noche a la mañana, cuando sea derribado el capitalismo los seres humanos amanecerán de pronto con un nuevo tipo de familia y libres de toda explotación. Semejante idea es más parecida a las esperanzas del paraíso que a la vida real. Lo que si podemos decir es que con la destrucción del capitalismo se sentarán las bases para una lucha verdaderamente fructífera para la trasformación de la familia, la cual avanzará en su composición no en función de tal o cual idea preconcebida sino dependiendo de la creatividad y potencial que, liberados de las trabas de la burguesía, podrán desarrollarse hasta donde ahora no podemos ni imaginar.
escrito por Pascual Betancourt
martes, 04 de marzo de 2008
La diferencia entre el marxismo y el reformismo no consiste en la "aceptación" o no de las reformas (simplemente planteando la cuestión se ve su patente absurdidad). Por un lado, está el hecho de que sólo pueden conquistarse reformas serias mediante la movilización de la clase obrera en lucha contra los capitalistas y su Estado y, por otro, que la única manera de consolidar los logros alcanzados por los obreros y garantizar todas sus necesidades es mediante la ruptura del poder del Capital y llevando a cabo la transformación socialista de la sociedad.
Alan Woods, Bolchevismo: El camino a la revolución
Este mes de marzo serán las elecciones para la dirección del PRD. Ahora como nunca es fundamental que esta organización tradicional de masas se erija a la altura que los acontecimientos actuales demanda: Ante la imposición después del fraude, que como consecuencia ha traído una política cada vez más virulenta contra nuestra clase, nuestra tarea primordial, una tarea ineludible e insalvable es la de derrocar a FeCal.
La vigencia de la lucha por el socialismo
Encinas decía en un debate el 3 de febrero: “...Nosotros dejamos atrás... Nosotros optamos por dejar atrás muchos de los viejos de los dogmas de la izquierda y optamos por la vía de la democracia, dejamos atrás la vía de la revolución y de la dictadura del proletariado... estoy convencido de que nadie en este partido está replanteando la vía de la violencia, es decir, la vía revolucionaria”1.
Sin duda la caída del bloque soviético fue una conmoción terrible para una enorme capa de militantes del movimiento obrero. La andanada de la burguesía contra el marxismo y la lucha por el socialismo se apuntaló de un argumento absolutamente falso: la caída del bloque soviético no era ninguna prueba de la inviabilidad del socialismo como modelo. Lo que había sucumbido por su propio peso era un aparato burocrático que al dejar de jugar algún papel mínimamente progresista impulsando la economía planificada y por el contrario, al convertirse en un lastre, colapsó. Es correcto rechazar las tradiciones burocráticas que terminaron por echar tierra a la revolución bolchevique, triunfante de la clase trabajadora del siglo pasado, pero incorrecto es también identificar a esta degeneración con la verdadera lucha por el socialismo: la lucha por arrancar el poder político de la burguesía, inventando terceras vías o nuevos socialismos de nuevos siglos. A los marxistas se nos critica el siempre proponer la misma solución desde hace más de siglo y medio. El detalle está en que desde hace más de siglo y medio vivimos el mismo viejo problema. No hay vuelta de hoja: ellos tienen el control de lo que nosotros producimos y he aquí los resultados. No lo podemos soportarlo más.
Claro que sí queremos la vía revolucionaria: una revolución es cuando las masas adquieren conciencia de sí mismas y además, esta conciencia la aplican en su vida cotidana, lo cual, en un proceso revolucionario no puede converger a otra cosa que a la toma del poder por parte de nosotros. ¿Eso será un proceso violento? ¿Se le está invitando al lector a ponerse un parche en el ojo y salir con un cuchillo entre los dientes echando tiros a diestra y siniestra? Por supuesto que no. La burguesía mexicana está más débil que nunca. Tomar el poder es una tarea relativamente sencilla siempre y cuando se asuma una política firme al respecto. Repetimos: mientras más organizados estemos, ya sea en nuestras organizaciones tradicionales de masas o fuera de ellas (pero principalmente dentro de ellas), más reduciremos la virulencia con la que puedan responder todas las alimañas parásitas de la sociedad que no nos dejan crecer2.
Sólo una salida
La próxima dirección del PRD tiene que llegar flamante, llena de vigor y con la mente despejada para asumir las tareas del próximo periodo. Necesitamos avanzar y para avanzar, necesitamos dejar de retroceder. La imposición del chaparro fue un retroceso que hemos pagado caro con el incremento al precio de la vida, el aumento a la represión, etc., etc. El primer paso es quitarnos al espurio del camino. El mejoramiento (o al menos, frenar el deterioro) de nuestro nivel de vida pasa directamente por el derrocamiento de FeCal. PRD, CND, Gobierno Legítimo y sindicatos deben llamar a y preparar una huelga general que finalmente tumbe de la silla a ese payaso. Simplemente decir que es un payaso o burlarse de él o estar cierto de su ilegitimidad no es suficiente, de palabras, hasta la burguesía se come un taco. Es necesario poner en práctica una política revolucionaria de frente único entre todas estas organizaciones para asestar el golpe mortal a través de una huelga: método pacífico y muy efectivo, siempre y cuando se prepare, siempre y cuando se den pasos adelante: fechas concretas, actividades locales de preparación.
Los militantes más comprometidos del PRD han jugado y siguen jugando en la historia contemporánea un papel ejemplar de dedicación, sacrificio y esmero. No se puede esperar menos de la dirección de nuestro partido.
¡Por un PRD con un programa socialista!
¡Para derrocar al espurio, huelga general!
¡Únete a Militante para luchar por las dos consignas anteriores!
escrito por Rodrigo Cruz
martes, 04 de marzo de 2008
Bajo el capitalismo, el derecho más básico que tenemos los trabajadores es el derecho al trabajo. Con la propuesta de reforma laboral, que el gobierno del espurio está impulsando por mandato de empresarios y banqueros, ese derecho básico es atacado una vez más, llevando a la clase trabajadora a una situación aun más insoportable. Si en el pasado las luchas obreras han logrado frenar la iniciativa, hoy más que nunca la unidad será fundamental para volverlo a lograr y más aun para construir un movimiento que derroque este sistema de miseria y explotación.
Desde el pasado Gobierno y ahora con Calderón los empresarios han trabajado arduamente en lograr una reforma laboral. En el pasado, Carlos Abascal entonces secretario de Trabajo y Previsión Social, fue el encargado de presentar esta iniciativa que a todas luces significaba un intento más de la burguesía por explotar a la clase trabajadora. Fueron las grandes movilizaciones de sindicatos, las que permitieron echar atrás la intentona. Esto constituyo una de las grandes victorias del movimiento obrero en el periodo de Fox. Sin embargo por la via de los hechos y de manera paulatina se han venido aplicando esta reforma que en su momento adquirió el nombre de la “ley Abascal”.
Uno de los resultados de ello, es que por ejemplo hoy día la subcontratación es una práctica regular que todo mundo sufre. En un informe reciente, se plantea que seis de cada diez trabajadores actualmente trabaja bajo la política de subcontratación o en puesto de trabajo informal. Sin ningún derecho laboral, seguro social, antigüedad etc. Pero esto solo es parte de las políticas laborales. Otras más las podemos ver en lugares como las maquilas en donde una mujer que se embaraza es inmediatamente despedida sin siquiera darle las gracias. En otros lugares, el tiempo que un trabajador ocupe para ir al baño en sus horas laborables, se le descuenta de su salario. Todas ellas no son, sino un conjunto de políticas para extraer mayores riquezas de los trabajadores, explotar hasta un límite extremo. Con ello el capitalismo una vez más no puede ni siquiera satisfacer las necesidades más básicas; el trabajo bajo el capitalismo es el derecho más básico para las amplias masas, sin embargo como vemos día a día se ataca más este derecho.
La “nueva” reforma laboral
En los últimos meses, la crisis de la economía estadounidense ha prendido los focos rojos. Aunque Calderón afirme que nuestro país esta blindado contra tal hecho, la realidad es que seremos duramente golpeados. Ante ello y para mantener su cuota de ganancia, los empresarios han empujado con fuerza la nueva reforma laboral, pomposamente llamada “iniciativa de los sectores”. Su contenido no difiere en esencia de lo que entonces impulso Abascal “contratos individuales de trabajo, para que se establezca contratación “por temporada” o “a prueba”; esquemas para que los patrones y empleados “puedan convenir la ampliación de la jornada diaria”, y cambios en la operación de las juntas de conciliación y arbitraje para que, por ejemplo, se reduzca de 90 a 45 días el plazo para que caduquen los juicios laborales”. Además de ello plantea una “nueva” relación entre el patrón, los órganos de conciliación y los trabajadores, dando como resultado un ataque a los derechos sindicales ganados por décadas de luchas.
Por un frente único
Calderón ya busca la forma de aprobar dicha reforma por vía “fast track”, sin discusión, para lograr el mayor beneficio posible. Sin embargo la última palabra nunca se dice en las cámaras de diputados o senadores, sino en las calles con la huelga y la organización de los trabajadores. Este ataque de consumarse significará poner a la clase obrera en una indefensión insoportable con condiciones parecidas peores a las de un esclavo. La acciones de los sindicatos y PRD debe ser inmediata, en conjunto se debe llamar a la huelga general, no basta con declaraciones y conferencias de prensa, se necesita pasar a la acción ya. Solo la unidad en acción permitirá derrocar la política de miseria y hambre a las que nos quieren condenar los capitalistas.
La naturaleza ha necesitado muchos millones de años para depositar oro, plata y petróleo en el subsuelo de México. Los imperialistas extranjeros desean saquear estas riquezas en el tiempo más corto posible, utilizando una mano de obra barata y la protección de su diplomacia y de su flota.
(León Trotsky, El imperialismo británico y el petróleo mexicano)
Esta es la andanada más seria que ha habido por parte de los gobiernos títeres de la burguesía para privatizar el sector energético nacional, para millones de trabajadores esto es un nuevo ataque de la derecha, esto, al igual que la nueva ley del ISSSTE, los intentos por modificar la Ley Federal del Trabajo, etc.
Son los verdaderos motivos por los cuales los poseedores del dinero en México y del imperialismo decidieron impulsar el fraude electoral. Ésta es la verdadera razón de ser del gobierno espurio, atacar a la clase trabajadora y entregar los bienes nacionalizados que son al fin de cuenta de nuestro patrimonio. Es claro que la lucha no es simplemente por frenar la privatización de PEMEX y todas las consecuencias que esto traería, sino la de echar a Calderón de la presidencia y esto tiene que pasar por una lucha firme y decidida, con método fulminantes, la huelga general de 24 horas es un buen comienzo.
Los estúpidos argumentos del gobierno
Esta gente que ahora está en el gobierno cree que nosotros los trabajadores somos niños pequeños o retrasados mentales, toda la argumentación que emplean para justificar la legalización de la privatización del sector energético es absurda, primero hablan de que PEMEX no es rentable, que simplemente no se puede mantener, que sólo con capital privado se podrán encontrar yacimientos de petróleo en aguas profundas, y un largo etcétera.
Tenemos que comenzar diciendo que en el año pasado PEMEX aportó al país, ni más ni menos que de 42 mil 886 millones de dólares, esto es calificado por el mismo gobierno como una cantidad sin precedentes. Sin embargo el argumento es que para que PEMEX pueda desarrollarse y ser una empresa competitiva necesita que la inversión privada entre a “recuperarla”, no obstante no mencionan que PEMEX es ahora mismo la décima compañía más importante a nivel mundial y la segunda con mayores rendimientos industriales en el mercado petrolero. En 2006 logró utilidades por 72 mil 300 millones dólares, solamente por debajo de Exxon que alcanzó los 79 mil 500 millones. En la principal razón para privatizar PEMEX es que los burgueses quieren que esos más de 70 000 millones de dólares en lugar de que sirvan para financiar el gasto social se empleen para engrosar sus bolsillos.
Para justificar la privatización están llevando a PEMEX a una quiebra artificial, primero le exigen que mas del 70% de sus ingresos se entregue a hacienda por medio de impuestos (una cuestión totalmente absurda que tendrá que modificarse, si los capitalistas pagaran los impuestos que les corresponde, la carga a PEMEX no tendría que ser tan grande) y después el presupuesto que entrega el Estado a PEMEX es ridículo. Su estrategia ha sido simple “la mato y después la remato”.
Por si esto fuera poco, el presupuesto asignado a la paraestatal para este año son los más bajos de la historia “Las inversiones en Petróleos Mexicanos (Pemex) con recursos fiscales, es decir, las financiadas a partir de las contribuciones de los mexicanos, incluidas en el Presupuesto de Egresos para 2007, son las más bajas de toda la historia de la paraestatal al sumar apenas alrededor de 700 millones de dólares. Por el contrario, el monto de inversión proveniente de endeudamiento privado para ampliar la infraestructura en la paraestatal también será el más elevado, al alcanzar 13 mil 800 millones de dólares, revelan informes de la empresa” (la Jornada, 12 de Agosto 2007) y de este presupuesto, del gasto programado para PEMEX en 2008, el 83% está destinado al pago de la deuda de los Proyectos de Inversión Financiada con Impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas). Esto es increíble.
La pregunta que nos debemos de hacer ahora es la siguiente ¿de dónde piensa sacar el Estado esa cantidad de recursos que antes obtenía por parte del petróleo, lo cual representa un aproximado del 38% del presupuesto federal? Al responder esta pregunta, veremos como la privatización de PEMEX no es asunto de los trabajadores que laboran en esta empresa, sino de todos los que vivimos en México. La reforma hacendaria que se aprobó a principios de año, plantea el aumentar el pago de impuestos a la gasolina, y esto a significado en la primera fase un aumento generalizado de los productos de primera necesidad; ahora bien, el impuesto a la gasolina aumentará hasta llegar al 5% esto supondrá una nueva escalada de precios. Sin embargo esto no es todo, el gobierno sabe que esto no será suficiente para mantener los nada despreciables salarios de diputados (“los legisladores perciben al mes 77 mil 888 pesos por concepto de dieta, 45 mil 786 para la asistencia legislativa y 28 mil 772 para sus actividades de gestión y atención ciudadana.”, la Jornada, 26 de febrero) y senadores, los jueces que defendieron el fraude electoral, etc. Entonces en ese momento, con la mano en la cintura, el espurio planteará que se debe de gravar con IVA a medicamentos, comida y libros. Si no, ¿cómo le hacen para mantener sus jugosos sueldos?
En pocas palabras, lo que está pasando con PEMEX es lo siguiente, en los últimos siete años ha obtenido los mayores ingresos de su historia, sin embargo en este mismo periodo la empresa tuvo pérdidas por al menos 260 mil millones de pesos, esto debido a los impuestos que paga al Estado y su falta de presupuesto dictaminado por el mismo Estado, esto da como resultado que de 1996 al 2006 sus pérdidas hayan aumentado en un 11.33% anualmente.
Es cierto que también existe un agotamiento en uno de los mayores yacimientos de petróleo (Cantarell), lo que hizo que se produjera en el 2007 5.3% menos que en el 2006. Pero si hubiera los recursos necesarios, es decir que PEMEX no tuviera que pagar la cantidad ingente de impuestos que ahora paga, habría los recursos necesarios para explorar aguas profundas y nuevos yacimientos, sin embargo, ésta es la excusa perfecta para brindarle a las grandes multinacionales contratos millonarios para que ellas hagan este trabajo, se han establecido convenios de cooperación con cinco multinacionales: la anglo holandesa Royal Dutch Shell, Petrobras, de Brasil, Staoil de Holanda, la canadiense Nexen y el gigante petrolero estadounidense Chevron-Texaco. Estos contratos en primera instancia son simplemente para la investigación y auxilio, sin embargo, está claro que ahora están ya haciendo trabajos que la constitución misma se los prohíbe.
Así vemos que este gobierno está siguiendo la línea general de Salinas de Gortari a la fecha, su lema principal es “dar la oportunidad de enriquecerse a los que más tienen y luego que los millones de desposeídos se aprieten un poco más el cinturón para ellos mantengan nuestros privilegios”.
¿Cómo se debe defender los energéticos?
Frente a toda esta política entreguista, nosotros los trabajadores, por supuesto, tenemos que organizarnos y movilizarnos de forma contundente, como ya lo hemos explicado no es el problema de los petroleros, de igual forma que el problema de la privatización de la industria eléctrica no es el problema sólo de los electricistas, es el problema en general de todos los trabajadores, si se privatiza PEMEX, el gobierno buscará que la parte del presupuesto que hoy viene de la paraestatal mañana salga de bolsillos de los trabajadores.
Es por eso tan importante que todos participemos, en los sindicatos, en los barrios, en las escuelas, en todos lados tenemos que volcarnos, decididos a la defensa del petróleo participando activamente en las manifestaciones que se han convocado, sin embargo tenemos que aclarar un detalle en la táctica de la defensa petrolera, Andrés Manuel López Obrador ha llamado a que se conformen comités en defensa del petróleo y eso está muy bien, varios sindicatos y en general el movimiento de los desposeídos ha tomado con las dos manos esta iniciativa, pero tendríamos que detenernos a pensar un momento sobre los pasos a seguir en esta lucha.
El domingo 24 de febrero, en el mitin frente a la torre de PEMEX, AMLO dijo que lucharemos para impedir esta política entreguista de privatización de PEMEX, pero al mismo tiempo dijo que sería una lucha pacífica y un día más tarde comento que la violencia no es el camino y que él se pondrá al frente para que el movimiento no se desborde, éstas son las mismas palabras que escuchamos en la lucha contra el fraude electoral y los resultados ahora se ven y se sienten; un Estado que saca al ejército a las calles, un presidente que modifica el régimen de jubilaciones y pensiones, un intento de privatizar el petróleo y la industria eléctrica, que está impulsando la modificación a la Ley Federal del Trabajo, etc. Éste es el fiel resultado de la imposición de Calderón.
La cuestión es simple, nosotros los marxistas no somos violentos, no creemos en los métodos del terrorismo individual, si a eso se refiere AMLO estamos totalmente de acuerdo con él, pero al mismo tiempo afirmamos categóricamente que acciones como el plantón, por sí mismas no podían detener el fraude, nosotros planteamos la necesidad de una huelga general. Con la implementación de una política de este tipo el paro de la producción hubiera obligado a la burguesía a replegarse antes de perderlo todo. También explicamos que la huelga general es en el fondo más pacífica que los ataques del gobierno que atentan contra la vida misma de las familias obreras, es al mismo tiempo un derecho que tienen los trabajadores para luchar por sus demandas y el petróleo es una de ellas.
Si AMLO se pone al frente de la lucha no puede plantearse como táctica la misma que ya fracasó en el caso del fraude. No fuimos hasta el final, porque las medidas que planteó no fueron suficientemente firmes como para doblegar a la burguesía. Para que esta lucha triunfe, se tiene que apoyar en los trabajadores que es la base de su movimiento y no en diputados y senadores de la derecha del partido (PRD) que en muchas ocasiones hacen el caldo gordo a la política del PRIAN y presionan para regatear una política de derecha, obteniendo menos que migajas.
La única posibilidad que tenemos para salir victoriosos es involucrar en esta lucha a todos los trabajadores del país, comenzando con los trabajadores petroleros, a los cuales se les ataca y desprestigia por parte de las plumas de la burguesía acusándoles de corruptos, inconcientes, privilegiados, apáticos, etc. Se tiene que distinguir que los únicos que corresponden a las descripciones antes dichas son la mayoría de los dirigentes sindicales, los cuales no se han cansado de mercar con los derechos de los petroleros; sin embargo en las bases de los trabajadores existe una preocupación legítima con respecto a la privatización, son concientes de lo que ha significado la privatización de otras ramas de la industria, bajos salarios, pérdida de contratos colectivos, precarización laboral, etc. Los trabajadores de base, las bases del sindicato son los sectores que tendrán que jugar un papel decisivo en la lucha. Al lado de ellos estaremos los restantes, todo el pueblo trabajador cerrando brecha para impedir la privatización. Los comités en defensa del petróleo se tienen que convertir en los principales promotores de una huelga general de 24 horas, si esto no basta, el siguiente paso es la huelga general de 48 horas y si la burguesía no entiende quién es el que verdaderamente manda aquí, se tiene que plantear la huelga general indefinida. A la consigna general se le puede sumar un pliego petitorio que agrupe las demandas más sentidas, por ejemplo, contra la privatización de la industria eléctrica, contra la reforma a la Ley Federal del Trabajo, por la libertad de los presos políticos, contra la represión, por un aumento al salario mínimo de emergencia y la caída del gobierno de Calderón.
Sólo sumando fuerzas bajo un pliego petitorio único, tomando medidas firmes como la huelga general y movilizándonos de forma decidida venceremos.
¡El petróleo no se vende, se defiende!
¡Por la renacionalizacion de PEMEX, la Industria Eléctrica bajo el control democrático de los trabajadores!
¡Por la caída del gobierno de Calderón!
¡Huelga General!
escrito por Militante
lunes, 10 de marzo de 2008
Perspectivas económicas. Mercado externo y petróleo
Después de la oleada revolucionaria en México del 2006, la burguesía logró mantenerse en el poder e instalar un nuevo gobierno del PAN con Calderón al frente, pero en un contexto bastante volátil tanto en lo político como en lo económico. En ambos terrenos existen serios elementos que debilitan a Calderón y su gestión, traduciéndose ello en el escenario menos deseado por la clase dominante. El costo de dicha situación podría ser muy alto para los banqueros, los empresarios, así como para sus esbirros del PAN y del PRI.
Para nadie es un secreto que la economía mexicana está fuertemente atada al ciclo económico del imperialismo yanqui. El auge económico mexicano de la segunda mitad de los años 90 tuvo como su principal resorte el boom que durante aquellos años experimentó el capitalismo de los Estados Unidos (EU), transformándose esta nación en el principal destino de las exportaciones de todo el mundo, incluidas las mexicanas. La inmensa capacidad de imperialismo yanqui para atraer exportaciones mexicanas creó una bonanza para la burguesía nacional, bonanza que en aquellos años aparentaba, a los ojos de los economistas burgueses, ser ilimitada.
Hablamos de años en los que nuestro país en poco tiempo se transformó en la décima potencia importadora de todo el planeta. La vecindad con la potencia del norte fue bien capitalizada por la burguesía. Sin embargo esa historia culminó en el año 2000 cuando los EU llegaron a la cúspide de su crecimiento en el anterior ciclo alcanzando un crecimiento del PIB del 5% para después, en el 2001, lograr un raquítico desarrollo del 0.3%. Los efectos del fin de este boon de los EU, en el caso de México se tradujo en caer del 7% alcanzado por el PIB en 2000 al 0.3% logrado un año después.
La caída de la economía yanqui tuvo profundas secuelas sobre la mexicana a lo largo del todo el gobierno de Vicente Fox, derivando en el sexenio con menor crecimiento considerando los dos últimos gobiernos priístas: mientras que la economía a lo largo del gobierno de Salinas creció en un total de 3.90%, en el caso de Zedillo, logró un 3.52%, y ya bajo la primera administración panista el PIB se desarrolló apenas un 2.2%.
El resultado logrado en los años del gobierno de Fox nuevamente ratifica la fuerte dependencia de nuestro país respecto a los acontecimientos económicos del gigante del norte, pues a pesar de la recuperación experimentada por esta última potencia en los años posteriores a la grave recaída de 2001, logrando su punto máximo en 2004 con un desarrollo del 4.4 para después nuevamente caer hasta lograr un 3.4 en 2006, el desarrollo alcanzado por el imperialismo no fue suficiente para jalar tras de sí a la economía mexicana, dando como resultado el que el sexenio de la administración foxista haya sido de crisis y estancamiento económico, todo ello producto en buena medida del severo repliegue de las exportaciones nacionales
Pero hoy en día las cosas pintan peor para las exportaciones mexicanas, principal motor para la economía mexicana desde hace ya varios años. Las perspectivas para el PIB yanqui de este 2007 lo ubican en un 2%, cifra menor a la lograda un año antes. Pero de acuerdo el Fondo Monetario Internacional (FMI) las cosas prácticamente no cambiarán en 2008, pues la perspectiva trazada por este organismo en relación al PIB gringo para ese año se ubica en un crecimiento del 2.1%.
Pero otro foco de preocupación es el de la competencia China, ya en el 2002 el gigante de Asia le arrebató a México el segundo lugar como principal exportador a los EU y hoy amenaza seriamente en desplazar a Canadá como el principal exportador al mercado yanqui. Cada paso al frente de China a este respecto, inevitablemente implica la pérdida de terreno para México. La desaceleración norteamericana principalmente, pero también la competencia china, explican en buena medida el que las exportaciones mexicanas a los EU hayan pasado del 90 al 80%, de acuerdo a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP)
A estas alturas las complicaciones del mercado externo ya muestran serios signos de alarma, pues tan sólo de enero a septiembre el déficit comercial mexicano ya llaga a los 7 mil 690 millones de dólares, cantidad bastantes veces superior al déficit del 2006 durante el mismo periodo de meses el cual llegó a los mil 912 millones de dólares. A tres trimestres del año se ve bastante difícil revertir esta tendencia, misma que se bosqueja cundo menos como similar para el 2008.
Durante años el fuerte de las exportaciones mexicanas ha sido el petróleo, sin embargo las cosas han cambiado. A pesar de la caída de los precios internacionales de crudo experimentado en los últimos meses del año pasado, estos lograron recuperarse hasta llegar a nuevos máximos históricos, cotizándose el precio internacional el pasado 6 de noviembre en 96.7 dólares, jalando hacia arriba la mezcla mexicana la cual finalizó esta jornada con un precio de 80.07 dólares por barril. Sin embargo esta tendencia al alza, que ya ha superado por muchos dólares a los máximos históricos logrados el año pasado, y que ya lleva bastantes meses no se ha traducido en ningún beneficio significativo para México, pues a pesar de dichos precios del petróleo el déficit comercial se incrementó significativamente de un año para otro.
De acuerdo a un informe de la Administración de Información de Energía (EIA, por sus siglas en inglés) de los EU, los ingresos a nuestro país por ventas petroleras al imperialismo yanqui entre enero y junio de este año, cayeron 13.1% en relación a lo logrado durante el mismo periodo del 2006. Durante los primeros siete meses del año pasado nuestro país alcanzó a partir de esas exportaciones a los EU la cantidad de 18 mil 163 millones de dólares, mientras que en ese mismo lapso del 2007 sólo alcanzó la cifra de los 15 mil 772 millones de billetes verdes. La explicación de acuerdo a la EIA se debe al hecho de que la exportación de petróleo mexicano a suelo yanqui cayó de los 339 millones de barriles enviados durante esos meses en 2006, a los 300 millones.
Además, por otro lado, estos altos precios tampoco se han traducido en mayores ingresos para las finazas del Estado, por el contrario, por tomar como parámetro el tercer trimestre del año en curso, un informe de la SHCP destaca que en ese periodo los ingresos públicos cayeron 4.6% debido a una menor producción y exportación de petróleo. Este resultado ratifica la tendencia marcada ya antes y expuesta en el informe de la EIA.
Las cosas han llegado a tal grado que un informe del Banco de México (BM) publicado el 3 de octubre por La Jornada, destaca que de enero a agosto del 2007 las remesas, a pesar de presentar ya un ritmo de crecimiento bastante bajo en relación al pasado, se transformaron en la principal fuente de divisas para nuestro país, desplazando de ese sitio históricamente ocupado por el petróleo.
Efectivamente, guiados por una cada vez menor capacidad de producción a escala internacional (el Centro de Análisis de la Extinción Petrolera con sede en Londres destaca que la producción mundial llegará a su punto mas alto en los siguientes cuatros años para después entrar en una situación de decadencia “cada vez mas pronunciada”; una postura similar sostiene Chris Skrebowski, director de Petroleum Review, quien pronostica que el clímax de la producción mundial de petróleo llegará en 2011) la cual a su vez está seriamente presionada por la voracidad de petróleo por parte del enérgico desarrollo de China e India, los precios del crudo se han ido a las nubes, también impulsados estos por el contexto de una mayor inestabilidad de la diplomacia mundial que tiene como epicentro a Oriente Medio (el cual ha visto recrudecer su crisis a raíz de los conflictos con Irán, nación que genera cuatro millones de barriles de petróleo diario, y las preocupantes amenazas de intervención de las potencias imperialistas contra dicha nación islámica) Lo normal es que bajo este panorama de precios altos, un país petrolero como lo es México se habría visto beneficiado, pero esto no ha sido así. La burguesía y el Estado están pagando los platos rotos por su política de ya bastantes años de abandono y saqueo de PEMEX.
Por supuesto que la caída de las exportaciones petroleras a los EU de los últimos meses, también refleja una menor demanda de ese país a partir de su menor ritmo económico y las implicaciones que tienen una oferta de crudo con precios que ya se aproximan a los 100 dólares. Desesperado ante este hecho, Calderón optó por reducir unilateralmente los precios del petróleo mexicano para sus clientes en EU a partir de septiembre pasado, con descuentos que irán de los 40 a 80 centavos de dólar por barril. Con esta medida la sacrificada PEMEX dejará de percibir en promedio unos 36 millones 511 mil 500 dólares mensuales. (La Jornada 110807).
Sin embargo los problemas de las exportaciones petroleras mexicanas no se explican únicamente por la combinación de precios altos y un menor ritmo de la economía de los EU, si bien estos factores son importantes también lo es el hecho de que la capacidad de producción de Canterell, principal planta de producción de PEMEX y ubicada en la Sonda de Campeche, está en decremento afectando seriamente la capacidad total de la paraestatal. De acuerdo a la EIA, la producción mexicana durante 2007 retrocederá hasta los 3.6 millones de barriles diarios, ratificando la tendencia a la baja ya registrada desde el 2005 (3.8 millones de barriles) y 2006 (3.7 millones de barriles)
El problema es mas grave si consideramos que los pronósticos para la economía de los EU, destino del 80% de las exportaciones petroleras de México, son nada halagadores para el 2008. Si se mantiene esa tendencia por más tiempo, ello se traducirá en más dolores de cabeza para nuestro país. Pero más aun, si EU entra en recesión no sólo la demanda por el petróleo mexicano caerá aun más, sino que además los precios de esta materia podrían retroceder significativamente, empujando hacia un verdadero atolladero a una economía fuertemente dependiente del petróleo como lo es la mexicana.
En las condiciones actuales ni los elevados precios del petróleo son capaces de beneficiar a la economía mexicana, ello ya expresas los límites de la dependencia del petróleo, afectándose al mismo tiempo las exportaciones en las cuales durante años esta materia prima ha sido uno de sus principales motores. El desarrollo de la infraestructura de PEMEX podría en algo remediar esta situación, pero incluso en ese terreno las cosas se ven demasiado difícil.
La inversión del Estado en PEMEX del presupuesto del 2007, de acuerdo a un análisis publicado en La Jornada el 12 de agosto, es la mas baja de toda la historia de la paraestatal al llegar solamente a los 700 millones de dólares, cuando la inversión requerida es de 22 mil millones anuales. El boquete lo están tratando de cubrir con inversión privada (este año ascenderá a los 13 mil 800 millones de dólares) pero esta política, que no es otra cosa más que una privatización silenciosa del petróleo, solamente sirve para general jugosos beneficios a la burguesía a corto plazo sin solucionar nada de fondo para PEMEX, viendo cada día mas deteriorada su infraestructura y su capacidad productiva.
Por ejemplo del gasto programando para PEMEX en 2008, el 83% esta destinado al pago de la deuda de los Proyectos de Inversión Financiada con Impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas) Es decir de los 86 mil 836 millones de pesos presupuestados pare el año entrante, 72 mil millones serán para el pago de la deuda de los inversores privados de PEMEX.
En la actualidad la deuda total de PEMEX vía Pidiregas es de un billón 286 mil 482 millones de pesos y se calcula que esta cantidad a lo largo del 2008 ascienda hasta el billón 532 mil 733 millones, representando un equivalente al PIB de 14.5%. La política del Estado y la burguesía están estrujando a PEMEX y difícilmente bajo esas condiciones podrá desarrollar su infraestructura para fortalecer su producción.
Las Pidiregas fueron creadas por Zedillo en 1996 con el supuesto objetivo de impulsar el desarrollo de PEMEX y a once años de distancia estas, que fueron calificadas por ese expresidente como la “solución definitiva”, no han logrado nada en beneficio de la industria petrolera. Además de la caída en la producción de crudo, otro caso que ilustra claramente y de manera dramática el deterioro es el caso de PEMEX Refinación en el que el abandono ha derivado en una cada vez mayor importación de gasolina desde los EU. A este respecto el Colegio de la Frontera Norte calcula que este año será quintuplicado el valor de las importaciones de gasolina en relación a la cantidad destinada para ello en 2004: mientras que en ese año se registraron 2 mil millones de dólares para este tipo de importaciones, en 2007 dicha cantidad llegará hasta los 10 mil millones.
Otra alternativa para la el petróleo mexicano, desde la óptica de la burguesía, es su privatización. PEMEX es la décima compañía más importante a nivel mundial y la segunda con mayores rendimientos industriales en el mercado petrolero. En 2006 logró utilidades por 72 mil 300 millones dólares, solamente por debajo de Exxon que alcanzó los 79 mil 500 millones. Se trata de un negocio que si bien ya es lucrativo para la burguesía por medio de las Pidiregas y los contratos con empresas privadas, lo podría ser aun más si las puertas del petróleo mexicano son abiertas de par en par a la iniciativa privada.
Esta aspiración es la más soñada por la burguesía nacional y el imperialismo, sin embargo el paso ya más abierto y descarado hacia privatizar PEMEX y el petróleo, inevitablemente enfrentaría la ira de la clase trabajadora la cual no se quedaría con los brazos cruzados. Los efectos de una medida de esa naturaleza tendrían profundas secuelas políticas, que podrían llevar a la lucha de clases a un punto de ruptura social de bastante trascendencia. Se trata de un problema que genera demasiadas tensiones sociales, a tal grado que por el momento ya las presiones han obligado a AMLO a declarar cuando menos en un par de ocasiones, que sí se intenta privatizar a PEMEX llamaría a paralizar el país.
Calderón sabe de los riesgos que implicaría un intento serio para dicha privatización y además representa a un gobierno particularmente débil, eso lo ha frenado por el momento, pero no está dicha la última palabra al respecto. Además la burguesía se jugó el pellejo como nunca para llevarlo al poder por medio del fraude electoral, buscando con ello lo que Fox no les pudo dar impulsando las llamadas reformas estructurales mas importantes, entre ellas la privatización del petróleo. Y seguramente los “varones del dinero” no están dispuestos a permitir que pasen otros seis años sin que sus ambiciones sean satisfechas. Por otro lado, ante el estancamiento económico, la privatización de PEMEX y del petróleo se pueden trasformar en un importante imán para la inversión foránea, que ayude a paliar en algo la difícil situación que se vive. Ante este panorama, no podemos descartar de antemano que Calderón finalmente, dejando atrás los titubeos, sí trate en serio de avanzar sobre una privatización franca y abierta.
Al respecto ya hay serios síntomas que hablan de ello. En la semana que abarcó los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, se desarrolló una reunión secreta entre Calderón, Beatriz Paredes, presidenta nacional del PRI, y los jefes de las bancadas de este partido en ambas cámaras, en la que el presidente espurio les solicitó que aceptarán la reforma al Artículo 27 Constitucional para poder privatizar el petróleo, recibiendo una respuesta negativa de los priístas. Sin embargo a cambio, este 7 de noviembre, el PRI respondió por medio de su fracción parlamentaria en el Senado exponiendo sus intenciones de reformar nueve leyes secundarias que permitirían una mayor apertura al sector privado en materia de petróleo, sin necesidad de modificar el 27 constitucional. La iniciativa de los priístas es en respuesta a la propuesta filtrada un día antes por parte de los panistas en la que se plantea la inversión privada en varios renglones de PEMEX.
Seguramente la reacción de los priístas con su propia iniciativa en buena medida está orientada a matizar o suavizar la propuesta del PAN. Además, de acuerdo al coordinador de los senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, esta reforma podría llevar por lo menos todo 2008. Los titubeos, ir de la propuesta de privatización abierta para después pasar a solamente modificaciones de leyes secundarias, y los cálculos del tiempo que podría requerir dicha reforma, expresan los temores del régimen y sus partidos para dar ese paso. Seguramente los meses siguientes los emplearán para poner la carne al asador y tratar de ganar para este ataque al ala de derecha de la fracción parlamentaria del PRD.
Retomando el tema de las exportaciones, en el periodo que abarcó el gobierno de Fox estas experimentaron su peor periodo. Tras crecer a un vertiginoso ritmo anual con un promedio del 18.13% entre 1994 y 1999, la culminación del boom yanqui arrojaría cifras como las del 2001, 2002 y 2003 en las que las exportaciones crecieron respectivamente al (-)4.4, 1.4 y 2.3%. Para el 2004, 2005 y 2006, jaladas por la leve recuperación de los EU, las exportaciones crecerán en un 14.1, 13.7% y 16.8% respectivamente. Pero el empuje de las exportaciones en esos años fue muy limitado sobre la economía, dado que al mismo tiempo las importaciones crecieron significativamente provocando un déficit comercial en 2005 de 7 mil 587 millones de dólares y en 2006 de 5 mil 838 millones, dado que ese año las mercancías provenientes del exterior crecieron 15.5% mas en relación al año anterior.
El caso es similar al resultado logrado durante los primeros tres trimestres de este 2007 en el cual, a pesar de que las exportaciones han crecido en un 12.6% en relación al mismo periodo del año anterior, el déficit comercial que se registró durante esos meses ya es, como lo indicamos más arriba, de 7 mil 690 millones de dólares, cantidad ya superior al déficit acumulado a lo largo de los 12 meses de 2005. La baja de ritmo entre las exportaciones, de las cuales depende el 40% del PIB nacional, y la intensificación de las importaciones encierran la promesa de un crecimiento económico en 2007 que para algunos analistas en el mejor de los casos apenas llegará este año al 3.03%, cifra inferior a la alcanzada durante 2006 cuando el PIB alcanzó los 4 puntos porcentuales. Sin embargo para el FMI, en su revisión de octubre pasado, indica que la recaída sólo permitirá un crecimiento del 3.01%. Al margen de las variaciones entre los diferentes cálculos, la coincidencia entre todos es la de marcar la tendencia hacia la baja, pues el objetivo original de crecimiento para Calderón en este su primer año de gobierno, era del 3.6%.
Mercado interno
Otra válvula de escape para la economía podría ser el mercado interno, sin embargo en este terreno las cosas son aun más malas que en el mercado externo. La crisis económica de 1982, bajo el gobierno de López Portillo, que derivó en una devaluación por encima del 300%, saltando el valor de la moneda nacional de 22 a 70 pesos por dólar, apuntaló una tendencia mundial que ya se venía configurando, el llamado libre mercado, y que en nuestro país se tradujo a la postre, en un plazo relativamente breve tras esa crisis, en la sepultura de lo que se conoció como el modelo de sustitución de las importaciones. Al amparo de ese modelo y auspiciada por el robusto boom mundial de la segunda posguerra, durante décadas, entre 1935 y 1982, la economía mexicana creció en un ritmo anual del 6%. Sin embargo la crisis mundial de mediados de los años 70 demostró que el enérgico desarrollo de las fuerzas productivas a escala mundial y la sobreproducción incubadas durante ese boom de la segunda postguerra, exigían de una mayor desarrollo del mercado mundial como condición de una nueva recuperación económica, por medio de la eliminación de toda clase de barreras comerciales y legales que impidieran y limitaran el libre flujo de capitales y mercancías, por encima de las fronteras y los estados nacionales.
Congruente con esta realidad del capitalismo mundial, el camino hacia la liberalización de los mercados arranca ya de manera firme en 1986 cuando México, bajo el gobierno de Miguel de la Madrid, entra al Acuerdo General Sobre Comercio y Aranceles (GATT) tratado que fue creado en la Conferencia de La Habana en 1947 y que a la postre se transformaría en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995. El siguiente paso y el más agresivo, sería el arranque en 1994 del Tratado de Libre Comercio (TLC) integrado por los EU, Canadá y México.
Guiado por este nuevo modelo, el Estado entraría en una etapa de recortes salvajes al gasto publico y subsidios, de privatizaciones y mas reformas que eliminarán toda clase de traba para el arribo a suelo firme y fértil de las inversiones extranjeras; además la economía fue orientada hacia las exportaciones, delegándole al mercado interno un papel secundario acarreando como consecuencia que al paso del tiempo, este último prácticamente haya sido nulificado como un posible motor para el desarrollo.
Para darnos una idea de las condiciones que se viven desde hace unos años en el mercado interno, basta con echar una mirada al caso del mercado nacional del automóvil y al de las ventas al menudeo. De acuerdo a Banamex el incremento anual de las ventas al menudeo de autos pasó del 12.05% en 2004, a 3.26 en 2005, para desplomarse hasta el 0.72 en 2006; en lo que fue de enero a agosto del 2007 dicho desplome aumentó hasta los (-)2.60%. En lo que corresponde a las ventas netas al menudeo, durante los mismos años y en el mismo orden, los resultados han sido los siguientes: 4.90; 4.36; -2.59 para experimentar una limitada recuperación en los primeros ochos meses del año en curso del 3.71%.
Un fenómeno que se está expresando negativamente en el mercado interno es la caída del ritmo con que han crecido las remesas. Son millones los mexicanos que dependen del envío de este tipo de divisas: pueblos y municipios enteros en distintas regiones del país prácticamente viven de ellas. Entre 2003 y 2006 las remesas crecieron en un promedio anual del 19.1%, si bien en ese último año se logró un resultado aceptable, esos mismos meses ya marcan la tendencia a la baja que se vive hasta el día de hoy: durante el año pasado el ritmo de crecimiento de las remesas fue de la siguiente manera: 1er trimestre, 27.5%; 2do trimestre, 19.7%; 3er trimestre, 10.7%; 4to trimestre, 5.5%. Y ya en el caso del primer trimestre del 2007, el crecimiento apenas fue del 3.4%. Sobre esta última cifra un análisis del BM destaca que en realidad el crecimiento de este primer trimestre fue tan solo del 0.6%. (http://www.univision.com/content/content.jhtml?cid=1335086)
Durante los tres primeros trimestres de este año, tan sólo se han enviado remesas por 18 mil 198 millones de dólares, cantidad que representa un moderado crecimiento del 1.38% en relación a lo alcanzado durante el mismo periodo del 2006. La caída de las remesas se puede explicar por el endurecimiento de la política migratoria yanqui, pero particularmente como resultado de las vicisitudes de la economía de esa potencia imperialista. Además del campo, otra fuente tradicional de empleo para los inmigrantes mexicanos ha sido el sector de la construcción el cual, durante el boom del inmueble, fue capaz de absorber a una parte significativa de los trabajadores mexicanos en suelo yanqui. Sin embargo este sector ha entrado en crisis y ya no está contratando trabajadores con la misma intensidad. Ello ha limitado el acceso al empleo de nuestros hermanos en los EU, arrojando como uno de sus resultados la pérdida de ritmo en el crecimiento de las remesas, tendencia que se agudizará conforme el estancamiento del imperialismo yanqui se prolongue.
Durante años, y más aun en momentos de crisis, las remesas han funcionado como un tanque de oxígeno para la economía mexicana y como un cierto factor de estabilidad social al actuar como una salida individual para millones de mexicanos, tanto como para los que han emigrado y también para sus familias que se quedan en México. Pero al parecer ese tanque de oxígeno cada vez juega su papel mas limitado, tanto en los beneficios que aportan a la economía nacional como los que le otorga al régimen en relación a la estabilidad social. De mantenerse esa tendencia, la caída de las remesas no sólo se puede trasformar en un factor que asfixie aun más al mercado interno, sino que además se puede trasformar en un catalizador que lance a las masas a la lucha.
La burguesía, sabedora de los perniciosos efectos que podría tener el estancamiento o una mayor caída del mercado interno, ha lanzado la iniciativa de tratar de fortalecer el consumo de las masas por medio de las tarjetas de crédito. Durante años la capacidad de consumo de las masas fue atacado, mientras en 1970 el volumen total de salarios equivalía a un 40% del PIB, ya en 2006 esta proporción se redujo hasta el 30%. Por medio de la distribución de tarjetas de crédito la burguesía está tratando de compensar esa pérdida, sin embargo se trata de un esfuerzo limitado y que en el mejor de los casos, sólo podrá tener un efecto raquítico en la recuperación del mercado interno.
En el último año el crédito al consumo aumentó 26.1 % y de acuerdo al BM, en la actualidad las operaciones con tarjeta de crédito equivalen al 2.4 del PIB, sin embargo los usuarios, de acuerdo a esta misma fuente, al momento de pagar a los bancos se encuentran con sorpresas como las de julio pasado en el que dichas instituciones cobraron intereses en promedio del 31.99% ¡Sin incluir IVA! Dicho porcentaje es cuatro veces superior a la tasa de interés interbancaria que se ubica en el 7.71% (que sigue siendo cara en relación a la de los EU) y representa casi diez veces el nivel de la inflación. A este tipo de presiones también están sujetos los créditos a la vivienda, los cuales crecieron también en el último año en una cuarta parte.
Bajo esas condiciones, según un informe de La Jornada del 3 de noviembre “La cartera vencida del crédito al consumo mantuvo en septiembre su tendencia ascendente hasta alcanzar 25 mil 499.9 millones de pesos y una tasa de crecimiento anual de 79 por ciento, informó el Banco de México (BdeM)”.
Un elemento mas que tiene que sortear el mercado interno es la inflación. Para la burguesía este problema es muy serio dado que entre más alta, se encarecen más los costos de la industria afectando ello negativamente los beneficios y los niveles de producción. Para los trabajadores la inflación es una especie de impuesto no formal que vulnera sus niveles de vida al abaratar sus salarios y, por consecuencia, al reducir su capacidad de compra.
El fenómeno de la inflación ha sido un elemento lacerante para la economía nacional por ya varias décadas.
Inflación:
Sexenio Promedio anual Acumulada
Echeverría 13.9% 129.6%
López Portillo 29.0% 458.9%
De la Madrid 62.3% 3,710.1%
Salinas de Gortari 14.6% 139.1%
Zedillo 19.8% 225.9%
Fox 4.25% 29.78%
Fuente. Banxico
Durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988) la burguesía inició una fuerte ofensiva contra la inflación, teniendo como objetivo reducir la demanda para empujar los precios hacia abajo; para ello se apoyarán en el Estado recortando el gasto público y fijando políticas de choques salariales a través del Pacto de Solidaridad Económica firmado en 1987 por la patronal (la cual se comprometió sin cumplir, a controlar los precios) los charros del Congreso del Trabajo (los cuales se comprometieron y han cumplido hasta la fecha, a moderar sus exigencias salariales) y el Estado como árbitro (mas bien como cómplice de los patrones) y supervisor de los acuerdos.
Por medio de esta política impulsada por Miguel de la Madrid y heredada por todos los presidentes posteriores, incluido Calderón, las masas obreras y campesinas son sacrificadas al ir viendo como una serie de beneficios sociales impulsados desde las finazas publicas a lo largo de muchos años, fueron desapareciendo uno a uno y al resentir como el salario se deterioraba vertiginosamente.
Desde que se instauró la política de choque salarial (los funestos pactos económicos) los aumentos al salario mínimo, los cuales se definen cada 31 de diciembre, se fijan a partir de la inflación estimada para el año que arranca, y por lo general, al terminar el año correspondiente la inflación termina siendo mayor a los incrementos saláriales determinados doce meses antes, haciendo que el verdadero resultado al final del día sea el de que los salarios reales decrezcan. Gracias a esta “magia” de los tecnócratas, los salarios de hoy han sufrido un retroceso de 27 años, pues equivalen a los que un trabajador percibía en 1980.
La lucha contra la inflación efectivamente benefició las exportaciones al abaratar los costes de producción y hacerlas más competitivas, pero el mercado interno no lo ha resentido positivamente de manera significativa. Es cierto, de la hiperinflación del periodo de Miguel de la Madrid se dio un salto muy grande hasta los 29.78% de inflación acumulada que se alcanzó durante el mandato de Fox, pero en lo fundamental no se resolvió nada. El mercado interno sigue siendo un enfermo crónico en terapia intensiva. Pero por si fuera poco, a pesar de la inflación lograda en el pasado sexenio, la administración de Fox fue la de menor crecimiento económico de entre los tres últimos gobiernos.
Esta contradicción refleja nítidamente el callejón sin salida al que ha entrado el decrépito, atrasado y dependiente capitalismo mexicano, teniendo un costo altísimo para las masas a las cuales, en los momentos mas difíciles de los años 80 se les pidió que se “ajustarán el cinturón” pues ya llegarían tiempo mejores. En los años 90 Salinas también les pidió sacrificios a las masas y prometió que la apertura comercial transformaría a México en un país del “primer mundo”; por su parte Fox prometió empleo, salarios del primer mundo en su invento “Foxilandia” (“México es un país magnífico, la gente vive bien y contenta…”) para tratar de maquillar la dosis que le correspondía aplicar de la política de sacrificios de los trabajadores. Años de exhortos al sacrificio acompañadas de promesas incumplidas, se trasformaron en una bomba de tiempo que finalmente estalló, expresándose en las jornadas revolucionarias del 2006 las cuales empujaron a México a la órbita del proceso revolucionario que ya sacudía a América Latina.
Y con Calderón, respecto a la inflación, las cosas no han mejorado, sino todo lo contrario. A días de iniciada su gestión, el precio de la tortilla experimenta una escalada alcista que hizo que el precio del kilogramo brincara de los 6 pesos promedios del 2006 a 10, 12 , 14 y 18 pesos dependiendo de la región del país que se tratara. Finalmente la intervención del gobierno logró un acuerdo con los productores y comercializadores, que fijó el precio en 8.50 pesos por kilogramo. Sin embargo el incremento de 2.50 pesos, significando ello un alza del 41%, fue suficiente para pulverizar de un sólo golpe el ridículo aumento otorgado a los salarios mínimos tan sólo unos días antes, el cual fue de 1.85 pesos.
Pero el infierno de la carestía de la vida no paró ahí, tras la aprobación de funesto Gasolinazo inmediatamente después se desató una oleada especulativa provocando el encarecimiento de los productos de la canasta básica hasta llegar al 54.17%, al pasar de los 818.44 a los 1094.14 pesos.
Inmediatamente este fenómeno provocó la ira de las masas a tal grado que pocos días después de haber sido aprobado el Gasolinazo, el cual originalmente entraría en funciones en octubre, Calderón tuvo que anunciar en cadena nacional que la aplicación de este nuevo impuesto sería pospuesta hasta enero del 2008. Este titubeo de Calderón demuestra su debilidad y el serio pavor que le tiene a la ira de las masas.
No está dicha la última palabra sobre la aplicación en enero del Gasolinaza, Calderón es consciente de lo impopular de este impuesto (el cual consiste en incrementar gradualmente, mes tras mes, los impuestos de las gasolinas y el diesel hasta llegar al 5.5%) y que su aplicación podría tener un costo político muy alto. Pero también sabe que las finanzas públicas están sedientas de recursos y la necesidad de nuevos ingresos cautivos es una prioridad para su gobierno. Esta será una de las disyuntivas mas serias que enfrentará Calderón en las próximas semanas.
Sin embargo los problemas no se quedan ahí, las razones para titubear con el Gasolinazo tienen que ver con la generación de una mayor polarización social, pero también con los efectos que esta medida tendrán incrementando inevitablemente la inflación si es que finalmente se aplica en enero próximo. Mayor inflación implica necesariamente costes de producción más altos. Tan sólo para el sector agropecuario el incremento de las gasolinas encarecerá sus costes en un 30%, haciendo que los beneficios caigan y que el consumo se merme. Ante ello, para tratar de contrarrestar los efectos inflacionarios de dicha mediada, Calderón ha preparado un decreto que le permitirá a algunos sectores de empresarios (maquiladoras, tiendas de autoservicio, cines y carreteras concesionadas) hacer deducibles de impuestos de sus compras del 2008. Ello para evitar que la entrada en vigencia del Impuesto Empresarial a Tasas Única (IETU) tenga efectos inflacionarios, pues como sucede por lo general en los impuestos que pagan los empresarios, estos terminan por cobrárselos a los consumidores.
Esta medida también expresa las difíciles contradicciones por las que atraviesa el régimen, pues impulsó la llamada Reforma Fiscal de septiembre pasado para asegurarse más ingresos y le está resultando contraproducente. Si bien dicho decreto implicará excepciones fiscales por 10 mil millones de pesos, es decir, del 12.5% de los que se espera obtener en total gracias a la Reforma Fiscal, en las condiciones actuales cantidades de esa magnitud, que no son estratosféricas, finalmente terminan siendo resentidas por las finanzas del Estado. El problema es que de algún lugar tiene que salir el dinero para cubrir ese boquete, la burguesía no lo cubrirá. Este tipo de concesiones para los empresarios siempre es una nueva promesa de nuevos ataques para los trabajadores.
Si bien se avanzó durante varios años en el combate contra la inflación, los años recientes no ha arrojado los resultados esperados: en el 2006, cuando el objetivo fue del 3%, el logro finalmente fue del 3.9; Calderón también se fijó los 3 puntos como objetivo para su primer año de gobierno y la perspectiva, de acuerdo a la mas reciente revisión, ahora es del 3.76%. Y para el 2008, de acuerdo a los Criterios Generales de Política Económica, la actual administración nuevamente retomó el objetivo inflacionario del 2007, es decir 3%, sin embargo algunos analistas ya desde ahora lo dan por descartado. Por ejemplo Banamex pronostica que la inflación del ese año llegará al 4.25%.
El crecimiento de la inflación del último periodo es una tendencia internacional en la que tiene mucho que ver los altos precios internacionales que han experimentado las materias primas y los energéticos los cuáles, por ejemplo, se encarecieron en un 82.5% entre 2001 y 2005. En EU, en lo que va de 2007, los precios de los alimentos han crecido el 6.7%. Es a partir de este contexto en el que la Comunidad Europea espera una inflación anual en 2007 de 2.4, dato superior a la meta original del 2%. En EU la inflación aumentó 0.39% en octubre, provocando una inflación general anual del 3.74%, cantidad mayor a la inflación de entre 1 y 2% que la Reserva Federal considera “razonable y saludable” para la economía del imperialismo yanqui. En el caso de China, de acuerdo a fuentes oficiales, la inflación aumentó en septiembre de este año el 6.2% de forma interanual, más del doble de la previsión oficial para todo 2007.
Considerando el panorama internacional, queda claro que el rango de maniobra de Calderón para contener la inflación a partir de factores internos es muy limitado. El mercado interno está muy débil y la inflación tenderá a reducirlo aún más, abatiendo este mismo fenómeno aún más la capacidad de consumo de las masas y colocando a la industria nacional en un estado más lamentable al que ya de por sí se encuentra, traduciéndose ello en importantes consecuencias políticas en el terreno de la lucha de clases.
Además, por si fuera poco, sobre las expectativas de Calderón y la burguesía se cierne un enorme nubarrón negro que amenaza con una severa tormenta al mercando interno. El próximo 12 de diciembre se vence el acuerdo que le permitió a México a lo largo de 7 años mantener cuotas compensatorias contra las importaciones chinas. El fin de dicho acuerdo ha puesto a temblar a los industriales, los cuales ya le están exigiendo medidas proteccionistas a Calderón para impedir que las importaciones provenientes del gigante asiático no termine por borrarlos del mapa. Y tienen razones serias para preocuparse, ya que este tipo de importaciones prácticamente ha provocado la extinción de industrias como las del calzado y del textil.
Las importaciones chinas en México crecieron en 2001 en un 1.6%, pero en lo que va de este 2007 dicho crecimiento ya llegó al 10.2%. Y se calcula que a ese ritmo y con el fin de dicho acuerdo, en el 2012 estas importaciones crezcan hasta en un 44%.
Calderón ya también ha especulado con la posibilidad de extender el acuerdo de cuotas compensatorias o implementar alguna otra medida proteccionista, sin embargo esas alternativas se ven complicadas. Por un lado el desarrollo chino lo ha puesto en un lugar que le permite imponer condiciones (por ejemplo tras años de exigencias, China no ha cedido a las presiones del imperialismo yanqui para que dé marcha atrás a su política de abaratamiento de su moneda, el yuan) Además china es un importante consumidor de minerales mexicanos, etcétera.
Pero no solamente es el papel de China en la economía mundial lo que podría funcionar como obstáculo para que Calderón busque alguno mecanismo para cerrarle las puertas a las mercancías provenientes de ese país. Otra razón y de mucho peso es la de que los peces gordos de la burguesía, los “varones del dinero”, están fuertemente vinculados al imperialismo y son muy dependientes del libre mercado. Para ellos cualquier medida proteccionista del tipo que sea, se podría transformar en su contrario de acuerdo a sus intereses; estos señores se opondrían a cualquier medida que pudiera entorpecer sus negocios. Finalmente, desde la óptica de los “varones del dinero”, el sector que está pidiendo ayuda a Calderón a gritos son esa capa de pequeños empresarios que juegan un papel marginal en el mercado externo y que les queda como único refugio le mercado interno. En el mejor de los casos, para los intereses de estos pequeños empresarios, Calderón logrará si acaso un acuerdo o medida temporal que en el fondo no solucionará nada.
La producción
El campo
La base de toda sociedad es la producción. Si bien los tecnócratas han logrado bajar la inflación, han podido reducir el déficit de Estado y obtener unas reservas internacionales altas que rondan en los 75 mil 709 millones de dólares, a datos de la primera semana de noviembre (no obstante que aun son elevadas, esta cantidad ya es menor al saldo histórico de julio del 2006 cuando alcanzaron los 79 mil 101 millones) además de una moneda estable de la cual se calcula que a lo largo del 2008 mantendrá un tipo de cambio que oscilará entre los 10.8 y los 11.1 pesos por dólar, en los rubros fundamentales de la economía, en el de la producción de bienes de cambio, todo ello se ha notado en el mejor de los casos, por decirlo de una manera amable, de manera raquítica.
El campo mexicano es una clara e ilustrativa muestra de ello. El atraso de este sector es histórico y demuestra la incapacidad de la burguesía de un país atrasado y dependiente como el nuestro, para llevar adelante las tareas de la revolución democrático burguesa, ratificando este fenómeno la vigencia del Programa de Transición de León Trotsky en el sentido de que, en el contexto de un país atrasado, solamente el proletariado es capaz de, tras la toma del poder y eliminar los obstáculos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas, industrializar al campo y sacarlo de su rezago.
Si bien durante décadas el campo mexicano estuvo bajo el manto protector de la sustitución de importaciones, esto no resolvió nada, pues una reforma agraria insuficiente (no sólo por el reparto agrario dado que en México a pesar de la Revolución del 1910-17 siempre han existido campesinos sin tierra) condenó a este sector al atraso puesto que los proyectos de desarrollo de infraestructura se impulsaron sólo en algunas regiones, la Laguna en Torreón por ejemplo, dejando a la mayor parte del campesinado en el abandono teniendo que basar su producción en la agricultura de temporal.
No obstante esta pesada carga, además al campo mexicano durante todas esas décadas se le echó encima la pesada loza de tener como papel fundamental asegurar el abasto de materias primas baratas para la industria nacional. Bajo todas estas condiciones la tarea de sacar adelante al campo se transformó en imposible.
La burguesía nacional, dado su atraso y su enorme dependencia con el imperialismo, no sólo se ha visto obligada a abandonar el campo, sino además a implementar medidas que tiendan a desmantelarlo. La crisis económica de 1982 marcó un punto de inflexión para la política social del Estado el cual, sediento de apoyos para superar esta problemática, se vio obligado a aceptar una serie de condiciones del FMI para recibir más préstamos. Entre dichas condiciones están las relacionadas con el recorte del gasto público, arrancando con ello una política que de manera gradual pero firme, fue reduciendo cada vez más los diferentes apoyos públicos para el campo y el campesinado.
Así, partiendo de esta política, por ejemplo entre 1982 y 2001 la inversión al fomento agropecuario se redujo en 95.5%; el gasto público al campo en 73.3% y el volumen total del crédito agropecuario bajó en un 64.4%. Además, en 1982, son liberalizados los precios de los insumos agrícolas (energéticos, fertilizante y maquinaria) viéndose forzado el campesino mexicano a absorber precios más caros para poder producir.
La ofensiva lanzada contra el campo va a encontrar estímulos muy fuertes durante el gobierno de Salinas de Gortari, por medio de la reforma al Artículo 27 constitucional y el ingreso al TLC.
La reforma al 27 constitucional hecha en 1991 tenía como objetivo, de acuerdo a Salinas, la “reactivación del campo” dado que en aquel entonces sólo participaba con el 10% del PIB. Para ello habría que otorgarles “certidumbre jurídica” a la inversión privada, eliminando principios históricos heredados de la Revolución Mexicana y consagrados en la constitución que definían claramente los principios que protegían la tenencia de la tierra tales como que el ejido es “inalienable”, “inembargable” e “intransferible”. De paso, se terminó por decreto el fin del reparto agrario. Bajo esas medidas también se le autoriza al ejidatario a mantenerse bajo ese régimen de propiedad o trasformarse en propietario individual y particular de la tierra bajo su posesión. Y para coronar este movimiento hacia la privatización de la tierra se autoriza la conformación de sociedades mercantiles para la explotación del campo, las cuales pueden dispone de hasta 2 mil 500 hectáreas de riego para su explotación. Los resultados son realmente “espectaculares”; actualmente el campo no aporta ni el 4% del PIB.
Bajo esta reforma, miles de campesinos presionados por la pobreza se ven obligados a vender sus tierras; otros, al modificar su estatus de ejidatario al de propietario, pueden acceder a los créditos de la banca privada para después, tras no poder cubrir sus obligaciones crediticias, ser expulsados de sus tierras tras esta ser embargada. En lo hechos la reforma al 27 constitucional sólo benefició al sector inmobiliario (miles de hectáreas de cultivo periféricas a las grandes ciudades fueron vendidas a precios de ganga para construir sobre ellas conjuntos habitacionales) a la banca que embargó a miles de familias campesinas y a la burguesía agroindustrial que, bajo la figura de las sociedades mercantiles, en los hechos se trasformaron en la nueva forma de latifundismo, creando una nueva forma disfrazada de concentración de la tierra.
Realmente la reforma al 27 constitucional sólo fue un paso previo para preparar el ingreso del campo al TLC, el cual arrancaría en 1994. Bajo este acuerdo de libre comercio, el campo mexicano es puesto a competir con la agricultura más desarrollada y poderosa de todo el mundo, la de los EU.
Para ilustrar las asimetrías y a la vez comprender la ruina actual del campo mexicano basta recordar que, en tecnología, mientras en los EU existe un promedio de 1.6 tractores por productor, en nuestro país la relacione es de dos tractores por cada 100 productores. Y en el terreno del presupuesto público las diferentas son abismales: por ejemplo, en 2002 el presupuesto del Estado para el campo mexicano tan sólo fue de 3 mil 500 millones de dólares, mientras que el del imperialismo yanqui se ubicó en los 118 mil millones. Por si fuera poco, con 48 mil millones de dólares anuales, la agricultura gringa es la más subsidiada del mundo. Ante este último dato resulta ridículo pensar el papel que pueden jugar los 18 mil millones de pesos que la SAGARPA ha destinado a lo largo de este 2007 para apoyar a 3 millones de productores de maíz, fríjol, leche y caña de azúcar. A cada uno le tocaron 6 mil pesos por cabeza, es decir menos de 600 dólares.
En buena medida estas diferencias explican también otra asimetría: mientras que en EU cada hectárea produce 9.36 toneladas de alimentos y otros productos agrícolas, en México esta cantidad apenas llega a las 2.97 toneladas en promedio. Por si fuera poco, los costos de producción agrícolas son mucho más bajos en los EU que en México. A este respecto el caso del maíz es muy ilustrativo: en EU el costo de producción por hectárea de este grano es de 19.89 dólares, mientras que en México dicha cantidad se leva hasta los 79. 68 dólares ¡Prácticamente 300% más caro!
El llamado neoliberalismo y el libre mercado, han significado toda una tragedia para los campesinos y para todo el país. Para empezar, de entre 1995 y el 2005, la producción agraria creció a un raquítico ritmo anual del 1.7%, demostrando ello que la supuesta “reactivación del campo” de la que habló Salinas en los hechos solamente fue un pretexto mas para hacer de este sector un factor más de concentración de riqueza. De acuerdo al Banco Mundial, la entrada del campo mexicano al TLC derivó en la expulsión de una cuarta parte de su población y que el campesinado perdiera un 30% de su poder adquisitivo. Durante todos estos años se perdieron 2 millones de empleos rurales.
Además la producción de granos básicos y de otros alimentos ha caído dramáticamente a tal grado que nuestro país, por ejemplo, ha dejado de ser autosuficiente en la producción de maíz para depender fuertemente ahora de las importaciones de este grano desde los EU. La dependencia alimentaria, principalmente respecto al imperialismo yanqui, ha crecido significativamente desde el TLC: de 1994 al 2006 México tuvo que invertir 110 mil millones de dólares en importación de alimentos.
Sobre la base de los recortes al gasto para el campo, además de la reforma al 27 constitucional y el libre comercio, se desarrollaron empresas gigantescas como Maseca y Minsa, las cuales monopolizan el mercado interno y externo del maíz y sus derivados.
Pero la rapiña aun no termina, el desmantelamiento del campo mexicano está a punto de experimentar un nuevo estímulo pues en 2008 arranca el “arancel cero” para las importaciones de maíz y fríjol, acordado por el TLC.
La libre importación de estos granos pone en serios riesgos a 3,2 millones de pequeños y medianos productores, los cuales contribuyen con casi dos tercios de la producción nacional de fríjol y maíz. La ruina para ellos es totalmente previsible al lado de un mayor y más marcado deterioro para el campo. Si bien México ya no es un país rural, aun aproximadamente una quinta parte de su población vive en el campo.
Durante décadas el campesinado pobre ha contado con la inmigración a los EU o a las grandes ciudades como alternativa ante su situación de miseria y desesperación, pero ambas vías, dada la ruina del capitalismo, ya ofrecen muy poco y cada vez ofrecerán menos. Ya mas arriba comentamos la problemática de las remesas, pero a ello hay que agregar que el desempleo en las ciudades mexicanas cada vez es mayor, además de que los salarios son mas bajos. En su mayoría, durante años la migración a las ciudades les ofreció a los campesinos los peores trabajos y los más mal pagados, y sin dejar de ser pobres esa opción les permitía vivir un poco menos pobres que en sus comunidades de origen. Pero incluso esa opción también se está agotando.
Al campesinado mexicano se le está empujando a un callejón sin salida, las salidas individuales se están agotando y en un plazo no largo veremos cómo de nuevo se presentan importantes luchas en el campo mexicano buscando alternativas. La burguesía y el imperialismo están preparando al campo mexicano para nuevos y profundos estallidos sociales. Mientras tanto, 40 organizaciones campesinas, a finales de octubre de este año, anunciaron la creación de un nuevo frente contra el TLC.
La insurrección zapatista de 1994 y la magnifica lucha de los campesinos de Atenco en el 2001 para frenar el proyecto de Fox de la construcción de un aeropuerto y defender de esa manera sus tierras, son un anticipo de lo que se viene en el campo y una estupenda muestra de hasta donde pueden llegar los campesinos en cuanto su paciencia se agote. Por nuestra parte, ante este panorama de lucha en el campo, los marxistas debemos insistir en la unidad del movimiento de los campesinos con el de los trabajadores en las ciudades, explicando pacientemente que la crisis del campo mexicano definitivamente ya no puede ser solucionada en los marcos del capitalismo. Que la única alternativa es eliminar la propiedad privada de los bancos, la industria, el comercio, los trasportes y la tierra, la cual tendría que ser colectivizada.