La reforma del PRI, deja en claro que este partido está completamente de acuerdo con la privatización de PEMEX propuesta por el PAN y FECAL, pero la intención es que sea por debajo del agua, no tan “agresiva” y tratar de evitar una respuesta de las masas trabajadoras en correspondencia. Sin embargo, es parte de lo mismo, las diferencias son pocas y no representan gran cambio; en el fondo la idea sigue siendo exactamente la misma de Calderón.
Por su parte el PAN trata de poner su mejor cara ante la propuesta del PRI, aunque la única que le convence realmente es la del presidente espurio, dado que esta situación les urge para aprovechar los altos precios del petróleo. En todo caso la propuesta del PRI la usarán solamente para despistar, y con el engaño de “la democracia y participación de más partidos”, tanto el PRI como el PAN tendrá un pretexto perfecto para lavarse las manos ante la opinión pública.
Una “diferencia” en la propuesta del PRI con respecto a la de FECAL es la modificación a la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, con el propósito de facultar al Ejecutivo Federal para constituir, por decreto, “organismos descentralizados con carácter estratégico, filiales de Pemex”, que podrán contratar con terceros obras y servicios para la refinación de crudo, construcción de ductos y para el transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos y sus derivados. Es decir, preparar a PEMEX para su privatización cachito por cachito.
Otra más es condicionar el pago a que la obra tenga éxito, punto esencial para que el Estado no absorba la totalidad de la pérdida de las inversiones “tratándose de proyectos exploratorios en aguas profundas, que son altamente onerosos”. De manera que si hay éxito se irá a las arcas de la empresas privadas y sino, por lo menos que “el Estado no pague tanto”.
En términos generales su consigna de “la no privatización de PEMEX, sino su modernización” no es más que un engaño dirigido a los millones de trabajadores que estamos descontentos; la única diferencia entre el ejecutivo y el PAN por un lado y el PRI por el otro, es de ritmo, pero ahora habría que preguntarse: ¿por qué usan estos métodos?, y la respuesta la encontramos únicamente en su miedo a la movilización de las masas; le temen a las amas de casa, a los jóvenes, a los campesinos y a los trabajadores organizados exigiendo mejores condiciones de vida y el derrocamiento de Calderón. Por ello tienen que cubrirse detrás de un juego de niños que no tendrá gran efecto. Si no fuese por esas millones de personas dispuestas a responder ante la privatización, el PRI ya hubiese firmado a favor de la misma, ni mil spots televisivos a favor de la contrarreforma, serán más contundentes que la carestía y precariedad en que vivimos, propulsoras de la lucha de nuestra clase trabajadora.
La alternativa, por lo tanto, no es solamente la lucha en el parlamento, sino también y principalmente en las calles. Por ello, y para frenar de una vez por todas los intentos del PAN y del PRI para poner al servicio de la burguesía a PEMEX, la lucha contra su privatización debe ser al mismo tiempo la lucha por derrocar a Calderón y con él toda su política en contra de los trabajadores, para llevar a cabo un programa de acuerdo con las necesidades de los trabajadores que como los únicos productores de riqueza, somos los que debemos dirigir a la sociedad.
Irene Guzmán
Agosto 2008
En las instalaciones del Sindicato de Telefonistas (sección Puebla), el pasado 16 de agosto se formalizó la integración del Frente Poblano Contra la Represión (FPCR) que se pronunció por impulsar el Paro Nacional contra la privatización de PEMEX.
Con la participación de 25 organizaciones sociales, sindicales y ciudadanas, como la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, el Sindicato Unitario de Trabajadores de la UAP, el Observatorio Ciudadano de los Movimientos Sociales en Puebla, la Coordinadora de Redes Ciudadanas, trabajadores del CONALEP y nuestra Tendencia Marxista Militante, entre muchas otras, se acordó la conformación de la sección poblana del Frente Nacional contra la Represión.
Los marxistas nos sumamos a este Frente, porque estamos de acuerdo en la mayor unidad en la acción de los trabajadores impulsando actividades concretas que la fortalezcan. Entendemos que luchar contra la represión sólo es el primer paso para garantizar una agitación más libre dentro de la base del pueblo trabajador, es decir, luchamos por la libertad del conjunto del sector más activo de la clase trabajadora, no como un fin en sí mismo, sino para garantizar la libertad que nos permita intervenir abiertamente en las organizaciones de masas de los trabajadores.
La conformación del Frente Poblano Contra la Represión es un paso adelante en la lucha de los trabajadores para impulsar acciones conjuntas y acabar con este sistema capitalista de explotación; este es nuestro enemigo común representado políticamente en estos momentos por Calderón y toda la “derecha” en nuestro país. Saludamos el pronunciamiento por el respeto a libertad e independencia sindical (con respecto al estado) de los trabajadores y sumarse a impulsar el Paro Nacional contra la privatización de PEMEX que, también debe ser contra la reforma laboral, la Nueva Ley del ISSSTE, en defensa de la educación pública y por la caída de Calderón, Mario Marín y Ulises Ruiz. Pues pensamos que necesariamente el Frente Contra la Represión debe ir ampliando su alcance y objetivos, hasta convertirse en un Frente Único de lucha de la clase trabajadora y el campesinado pobre en nuestro país, para impedir no sólo que la burguesía continúe atacándonos, sino también ir preparando el terreno para un gobierno de los trabajadores que siente las bases hacia el socialismo.
¡Por un Paro Nacional de 24 hrs para derrocar a Calderón!
¡Por un Frente Único de lucha de los trabajadores!
Militante, Puebla
Agosto 2008
Porque así lo hemos decidido
Visiten cualquier centro de la industria minera: cientos de millones de dólares, extraídos por el capital extranjero de la tierra, no le han dado nada, nada en absoluto a la cultura del país; ni autopistas, ni edificios, ni un buen desarrollo de las ciudades. Aun las instalaciones de las mismas compañías a menudo parecen barracas. Ciertamente, ¿por qué hay que gastar el petróleo mejicano, el oro mejicano, la plata mejicana en las necesidades de un México lejano y extraño cuando, con los beneficios obtenidos, es posible construir palacios, museos, teatros en Londres o en Mónaco? ¡Así son los civilizadores! En lugar de las riquezas históricas, dejan agujeros en la tierra mexicana y enfermedades en sus trabajadores.
L. Trotsky, carta al director de Daily Herald, 1938
Este 24 de agosto concluirá la tercera y última etapa de la consulta ciudadana acerca de la privatización de PEMEX. El resultado, como en las otras dos ocasiones, se antoja para ser avasalladoramente por el no a la privatización de PEMEX. Con esta clara directiva por parte del pueblo oprimido, las tareas de los sindicatos, del PRD y de la CND se plantea de manera clara: defender la voluntad de los trabajadores contra el gobierno del espurio.
Conócete a ti mismo
Decía Sun Tzu en El Arte de la Guerra: “…Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla.”
Conocemos de lo que son capaces nuestros rivales, es decir, los capitalistas nacionales e internacionales: para salvaguardar sus intereses, poco les importa hacer cargar sus decisiones y sus errores a nuestras espaldas, tal es el caso del FOBAPROA, de las contrarreformas a la ley del ISSSTE y del IMSS, de ser necesario, imponen autoridades a costa de escandalosos fraudes e incluso, con la mano en la cintura, pueden echar mano de la policía y el ejército para sofocar justas demandas de los oprimidos. Si bien, este enemigo parece indestructible, se muestra su tremenda flaqueza al enfrentar la organización del pueblo trabajador como fue el caso de la huelga minera en SICARTSA o el periodo en el que la APPO se mantuvo como un órgano de decisión popular, ejecutando temporalmente la función de un gobierno obrero.
En cuanto a nosotros, hasta ahora el movimiento efectivamente ha sido pacífico y éste se ha anotado algunos triunfos, contando entre ellos el haber aplazado la decisión del PRIAN de privatizar PEMEX. Tan fácil como que sin nuestra intervención en la sociedad, en este país no se movería una rueda ni se encendería un solo de foco: ese es nuestro poder. No obstante, en batallas pasadas hemos experimentado una serie de derrotas por falta de una movilización más contundente, como por ejemplo, la consumación del fraude, así como la contrarreforma a la ley del ISSSTE. Si somos tan fuertes como hemos dicho, ¿qué nos ha faltado?
¡A extender el plan de acción!
Además de las movilizaciones y toda la imaginería que los participantes del movimiento desplegaremos en esta próxima época en la que intentaremos hacer valer nuestra voluntad, tendremos que dar un paso más adelante y extender la organización en cuanto a extensión y también a objetivos, la privatización del petróleo tiene su origen en la imposición del espurio; en la consulta vimos a muchos trabajadores del gobierno del Distrito Federal encargados de las casillas, eso está muy bien y así tiene que actuar un gobierno de izquierdas, sin embargo, el aparato estatal no puede ser sustituto de la movilización de masas: es fundamental impulsar una vida militante cotidiana con todos los participantes en esta lucha. Se tienen que impulsar comités de base en todas las colonias, sindicatos y escuelas donde haya compañeros de lucha. Un avance muy importante al respecto fueron las brigadas que se conformaron para bloquear las Cámaras. Estas brigadas pueden extender su organización más allá de conformarse como un cuerpo de respuesta rápida a los ataques del PRIAN.
Y finalmente, es necesario dar el paso que nos ha faltado: Andrés Manuel López Obrador tiene que hacer un llamado urgente a los sindicatos para hacer una huelga general. Sin la huelga general, en el terreno legislativo, mientras la mayoría siga estando en manos del PRIAN, no nos quedará otra que seguir amarrándonos más el cinturón. Con la huelga general, la debilidad del gobierno de FeliPillo quedará expuesta, al igual que nuestra capacidad para asumir el poder, que legítimamente nos corresponde.
¡Por un PEMEX para el pueblo trabajador!
¡Derroquemos ya al espurio con la huelga general!
¡Únete a Militante y lucha por el socialismo!
Pascual Betancourt
Agosto de 2008
Ningún acuerdo con la derecha
Tras vislumbrarse que serían anuladas las pasadas elecciones, tanto Jesús Ortega como Alejandro Encinas había estado buscando un acuerdo para llegar a una dirección colegiada de cara al proceso electoral del 2009. Incluso se vislumbraba el tener a Lázaro Cárdenas Batel como candidato de unidad a la presidencia perredista. Pero tras el desarrollo del Consejo Nacional del PRD del pasado 16 de agosto, este virtual acuerdo se rompió por parte de Nueva Izquierda (NI), lo que obligó a Alejandro Encinas a movilizar a seguidores para bloquear la sede en que se reuniría ese día dicha instancia para tratar de evitar que NI impusiera sus decisiones en dicho Consejo, donde son mayoría.
Jesús Ortega y los dirigentes de NI tuvieron que huir prácticamente a un lugar seguro para ellos. Ya de antemano tenían preparado el plan: el Senador Héctor Bautista preparó logística: camiones de la RTP y policías municipales de Ciudad Netzahualcóyotl para garantizar una sede donde IU pudiera imponer sus decisiones. Y finalmente lo que han avalado es posponer las elecciones internas hasta febrero del 2010, para asegurarse el tiempo suficiente e intentar hacerse del control total del partido.
Hoy nuevamente se habla de un acuerdo para llegar a una “dirigencia colegiada”. Pero esta “dirigencia colegiada” parte de la base de que Jesús Ortega tenga el control de la misma (como ya lo está haciendo en los hechos). Humberto Zazueta, de la corriente de los cívicos ya ha expresado que NI “quiere que el pacto sea sobre la base de que ellos encabecen la dirigencia” (La Jornada 19-08-2008).
El mismo Alejandro Encinas planeta que es posible lograr con NI un acuerdo porque “hasta en las guerras los hay”, pero con la base de que Guadalupe Acosta Naranjo no quede al frente del partido hasta 2010. “La solución es por esa ruta, por esa vía. Alguien que ayude a transitar a la normalización de la vida interna del PRD” (La Jornada 18-08-2008).
Pero ninguna “dirigencia colegiada” será la alternativa. Tarde o temprano este acuerdo se romperá, como ya se ha venido dando en los hechos. Escribíamos en Militante 172: “La lucha por reconstruir al PRD pasa por la salida de Ortega y toda la especie de elementos como él, en este proceso está faltando la disposición de Encinas y AMLO de ir hasta el final, tiene a las masas de su lado y es su deber rescatar al partido. En caso contrario se puede convivir con un acuerdo pero éste más temprano que tarde se romperá y la batalla se reanudará.”
La lucha contra la privatización de PEMEX
La lucha por el control del PRD es también para los dirigentes de NI la lucha por aplastar las movilizaciones dirigidas por López Obrador contra la Reforma de PEMEX que propone Calderón, con quien Jesús Ortega finalmente busca negociar dicha reforma. Al respecto de nuevas movilizaciones, para tratar de frenar esta lucha, Ruth Zavaleta declaró: “Yo creo que es por diálogo y buscar la manera de consensuar; y por el otro lado, tampoco amenazar con tomar la tribuna antes de escuchar las propuestas y debatirlas” (La Jornada 30-07-2008) .
Desde un inicio los integrantes de NI se opusieron a las movilizaciones y en la toma de la tribuna del Congreso no sólo no estuvieron a favor, sino que lo denunciaron como una imposición por parte de López Obrador. Incluso le restan importancia a las recientes consultas organizadas sobre la reforma petrolera. La misma Ruth Zavaleta declara que: “en una consulta que organizó el PRD, pues tiene su peso, obviamente, por supuesto que lo toman en cuenta los legisladores. Sin embargo, insisto en que el debate de contenido jurídico se da aquí, en las cámaras, y aun cuando pudieran tomarse en cuenta las opiniones de esta consulta pues tenemos que discutir más a fondo, no se acota tanto la discusión ni el debate”. (La Jornada 30-07-2008)
Lo que representa Jesús Ortega y su Nueva Izquierda es la derecha dentro del partido, la que no busca la movilización de jóvenes y trabajadores por la lucha de sus derechos, sino buscar acuerdos parlamentarios con el PRI y PAN para que todo siga igual: que los ricos sigan haciéndose más ricos y los pobres cada vez más pobres. NI no representa ninguna alternativa para las aspiraciones de los trabajadores del campo y la ciudad.
La única alternativa para frenar la reforma para privatizar PEMEX es la de la movilización y la lucha. Ningún acuerdo parlamentario la frenará. Esto lo sabemos los jóvenes y trabajadores de todo el país que desde un inicio nos hemos estado movilizando y organizando porque en las calles nos hemos dado cuenta de que tenemos la fuerza para cambiar la situación adversa. Por eso es necesario que dentro del PRD se dé la batalla contra la derecha.
Encinas debe convocar a la movilización y la organización de las bases del PRD, no para acordar con “los Chuchos” una “dirigencia colegiada” ni cosa que se le parezca, sino para buscar convertir al Partido en un instrumento real de lucha para transformar la sociedad. Cualquier clase de acuerdo con “los Chucos” terminará por transformarse en una nueva traición de estos contra el partido y los trabajadores del campo y la ciudad.
Rescatar al Partido
Desde Militante siempre hemos dicho que no sólo es el llamado a la movilización lo que necesita el Partido, sino a una organización de las bases y a la lucha por un programa socialista. Durante la lucha contra el desafuero contra López Obrador millones de jóvenes y trabajadores del campo y la ciudad nos hemos movilizado. Igual ha sucedido en la lucha contra el fraude electoral y recientemente seguimos en pie de lucha contra la privatización de PEMEX. Y nos hemos organizado en torno al PRD y recientemente la CND porque buscamos un instrumento de lucha.
Millones de jóvenes y trabajadores dimos vida desde un inicio al PRD tras la lucha contra el fraude electoral en el 1988, pero tras estos años se ha ido acabando con la vida interna para las bases dentro del PRD. Esto no es casual: la derecha representada hoy por NI, por Jesús Ortega, Ruth Zavaleta y demás quieren un partido dócil, un membrete que les permita negociar con Calderón o con quien esté al frente. Ellos no quieren un partido vivo, con militantes discutiendo la línea política, el programa de lucha. La derecha del partido no quiere comités de base discutiendo y organizando la lucha contra la Privatización de PEMEX, no quieren a jóvenes y trabajadores decidiendo el rumbo del partido. Pero para desgracia de ellos nosotros sí. Por eso estamos aquí.
Por una corriente de izquierda socialista
Un condición para resctar al PRD y frenar a la derecha representada por Jesús Ortega y NI es la de de impulsar y organizar los comités de base del partido por medio de los cuales se asegure la participación regular de los trabajadores, los campesinos y los jóvenes para transformar a estos y a sus demandas en en el factor de mayor peso político en el partido. La otra medida a tomar consiste en dotar a la base militante del PRD de mecanismos que le aseguren el control sobre la capa de dirigentes, tales como la destitución de estos en caso de ser necesario, evitando con ello que se intente empujar al partido a llegar a acuerdos con los enemigos de la clase trabajadora, ya sean banqueros, empresarios o sus representantes del PAN y el PRI.
Todo ello tiene que ir acompañado de una política que luche conscientemente por un programa socialista para el PRD, es decir, un programa que nos convoque a luchar por la eliminación de la propiedad privada de los bancos, la industria y la tierra para ponerlos bajo el control democrático de los trabajadores. La miseria, el desempleo, en síntesis, la falta de cualquier alternativa para una vida digna a la que nos condena el capitalismo no nos deja otra alternativa mas que luchar por tomar el control de la sociedad para poner toda sus riquezas al servicio de los trabajadores. Para tal objetivo, es decir, para eliminar el monopolio de la burguesía sobre los principales medios de vida, también es necesario un gobierno organizado y dirigido por los trabajadores, una democracia obrera. Sólo bajo la condicción de que los trabajadores derroquen al gobierno de los burgueses, en este caso representado por el presidente espurio Calderón, e instauren un Estado obrero, los explotados de hoy podrán imponer sus intereses sobre los de la clase explotadora. El derrocamiento de Calderón y la instauración de un gobierno obrero deber ser otra demenanda por la que debemos luchar para el programa del PRD.
Siendo así, para dar una lucha consciente y organizada por una política de esa naturaleza para el PRD es encesaria una expresión que aglutine a lo mejor del partido en una corriente que tenga como principal objetivo las demandas y las aspiraciones de los trabajadores y que luche abiertamente por un programa socialista. Invitamos a todo aquel trabajador, a los jóvenes, amas de casa, campesinos y a todo aquel que esté de acuerdo en que es necesario poner un “!hasta aquí¡” a Jesús Ortega y todo aquel dirigente que defienda un política de derechas a unirse a Militante y luchar por un PRD combativo, democrático y con un programa socialista.
¡Ningún acuerdo con la derecha!
¡Transformemos al PRD en un instrumento de lucha de los trabajadores del campo y la ciudad!
¡Luchemos por un PRD democrático, combativo y con un programa socialista!
Comité de Redacción
Agosto 2008
Debemos frenar a la derecha infiltrada en el PRD
La mañana de ayer, en un desayuno realizado por dirigentes de la corriente Nueva Izquierda del PRD, Jesús Ortega abanderó la candidatura de Juan Ramón de la Fuente como futuro dirigente de la corriente Nueva Izquierda del PRD.
Juan Ramón de la Fuente durante la mayor parte de su vida militó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y durante la administración de Ernesto Zedillo desempeñó el cargo de Secretario de Salud. Fue a finales de 1999 cuando Zedillo lo colocó en la rectoría de la UNAM con el objetivo de reprimir el movimiento estudiantil del Consejo General y de Huelga (CGH) y orquestar la violación de la autonomía universitaria que arrojó cientos de estudiantes universitarios encarcelados y perseguidos por defender la educación. Ya en su cargo, que tuvo una duración de 8 años, expulsó a más de 400 estudiantes por defender la educación pública e implementó un sistema de porros que actuaban como bandas fascistas golpeando, amenazando y asesinando estudiantes. La habilidad mediática impulsada durante su gestión se dedicó a patrocinarse políticamente con miras a ocupar cargos políticos posteriores.
Éste anuncio de Jesús Ortega y la corriente Nueva Izquierda, lo único que hace es refrendar la profunda hostilidad que este grupo político tiene hacia los movimientos sociales y su desprecio a la juventud. Juan Ramón de la Fuente es un represor que debe ser juzgado por los múltiples delitos políticos y administrativos cometidos contra luchadores sociales durante su gestión en la UNAM y en el gobierno federal. Por supuesto, los empresarios confían en De la Fuente porque saben que si llega a colocarse en altos puestos del gobierno, implementará la misma política de represión contra el pueblo trabajador.
Las mismas palabras recitadas por Jesús Ortega en torno a López Obrador demuestran que Nueva Izquierda está jugando cada ves más el papel que el gobierno del espurio Calderón quiere que juegue, atacar a lo interno del partido y acabar con los militantes de base del mismo; para muestra basta un botón: "Andrés pudo ser el líder de la oposición que México esperaba, el de mayor influencia, prestigio, autoridad. Pero en lugar de convertirse en una opción real, su figura se deteriora, dejó ir la oportunidad…".
López Obrador tiene aún la influencia decisiva dentro de la clase trabajadora y los sectores populares, y con estas palabras lo que Jesús Ortega hace es mentir descaradamente para hacer ver al movimiento nacional de la CND como algo sin importancia. Es verdad que en 2006 se dejó ir una oportunidad, puesto que con una huelga general se habría impedido que la derecha usurpara el poder; pero la clase trabajadora ha manifestado su disposición una y otra vez de estar en el PRD al lado de AMLO para seguir luchando.
Hoy más que nunca es necesario que los militantes de base del PRD tomemos el control de nuestro partido y participemos activamente en la lucha por rescatarlo de las garras de la derecha dirigida por Jesús Ortega. Es un partido que nos costó sangre, muertos, desaparecidos y perseguidos durante muchos años; todo lo contrario de los burócratas emanados del PRI que hoy cínicamente se presentan como “izquierda”. Es momento que demos una lucha frontal contra la política de Nueva Izquierda que pretende desprestigiar la lucha de AMLO y acabar con el movimiento nacional de lucha del pueblo. Es necesaria una política que defienda los intereses de la clase trabajadora, una política socialista. En Militante apoyamos críticamente a López Obrador y lo animamos a seguir defendiendo con la movilización los intereses del pueblo y a luchar contra los oportunistas de Nueva Izquierda que pretenden traicionar a los trabajadores de la ciudad y el campo.
Comité de Redacción
4 de septiembre 2008
Tras una fuerte oposición de las fracciones panistas y priístas de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México tratando de evitar que el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) colabore organizando e impulsando la consulta ciudadana (referendo) a la que convocó el gobierno capitalino del PRD con la intención de que los habitantes de esta ciudad puedan exponer su opinión sobre la pretensión de privatización de Pemex.
Dicha institución presentó públicamente este 15 de julio pasado las dos preguntas que empleará para ese objetivo. Una de ellas se formula de este modo: "Actualmente la explotación, transporte, distribución y refinación de los hidrocarburos son actividades exclusivas del gobierno. ¿Está de acuerdo o no que en esas actividades puedan ahora participar empresas privadas?". Y la segunda así: "En general, ¿está de acuerdo o no con que se aprueben las iniciativas relativas a la reforma energética que se debaten actualmente en el Congreso de la Unión?".
Esta consulta, la cual se desarrollará de manera escalonada en todo el país, iniciando en el DF y otros estados el 27 de julio para cubrir las entidades restantes los días 10 y 24 de agosto, forma parte de la estrategia del movimiento en defensa del petróleo encabezado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Confiando en que la mayoría de la población rechaza el intento privatizador del petróleo, AMLO y el resto de los dirigentes pondrán toda la carne al asador para que la negativa de millones de personas se escuche muy alto, transformando el resultado de la consulta en un peso político que termine por obligar a Calderón a desistir de sus planes.
En lo que va de esta lucha, con plazas llenas desde marzo a la fecha, las masas han demostrado con creces su deseo por impedir que el petróleo mexicano termine en manos de los capitalistas. Las masas en las calles impidieron que la iniciativa de Calderón fuera aprobada en las cámaras, en marzo pasado, vía Fast Track, y además obligaron a las fracciones parlamentarias del PAN y del PRI en el senado y en la cámara federal a aceptar la propuesta del Frente Amplio Progresista (FAP: PRD-PT-Convergencia) para que no se debatiera en las cámaras la propuesta de Calderón sin que primero hubiera un amplio debate en el que intervinieran además de las diferentes fuerzas políticas, una larga lista de especialistas de diferentes áreas para que expusieran su punto de vista sobre la constitucionalidad o no de la contrarreforma, respecto a la necesidad o no de la participación del sector privado en el petróleo, así como el rumbo que se tiene que tomar para sacar adelante a Pemex, etcétera.
Es cierto que en todo ello jugó un papel relevante la toma de las tribunas parlamentarias (huelga legislativa) por varios días de parte de los diputados y senadores del FAP, pero es necesario admitir que sin las masas en las calles, difícilmente se habría logrado esa clase de resultados.
Ahora la tarea consiste en hacer que ese deseo de millones de trabajadores y campesinos para impedir la privatización del petróleo se manifieste de manera abrumadora en la consulta que arranca el 27 de julio. Pero esto es sólo la primera parte de la tarea, la segunda consiste en hacer que se respete la opinión de los millones que se oponen a la política de privatizadora de Calderón.
Hacer énfasis en esta segunda cuestión tiene que ver con el hecho de que legalmente no existe nada que obligue a Calderón o a los legisladores a tomar en cuenta el resultado de la consulta ciudadana. Lo otro por recordar es que la elección del domingo 2 de julio del 2006, además de haber sido una contienda por la presidencia de la república, también fue por la vía de los hechos una consulta ciudadana o referendo sobre la política que han impulsado por casi tres décadas los gobiernos del PRI y del PAN. Así pues, de acuerdo a los resultados reales de dichas elecciones, que fueron a favor de AMLO, esa política, la cual ha sido heredada como papel calca por Calderón, fue reprobada y rechazada por la mayoría de este país. Con su voto en las pasadas elecciones presidenciales, la mayoría de trabajadores y pobres expresaron su rechazo a continuar por el camino de las privatizaciones. Sin embargo, vía fraude electoral y la imposición de Calderón, la voz de la mayoría no fue escuchada.
Debemos aprender del pasado e impedir nuevamente ser presas de las mismas maniobras del gobierno y la burguesía. Si nuestro rechazo a la privatización petrolera expresado por medio de la consulta no va acompañado de acciones de masas contundentes, nuevamente nuestra voz no será escuchada tal como sucedió en las elecciones presidenciales pasadas. Por ello la consulta nos debe servir para que se escuche nuestra voz muy fuerte y la huelga general para hacer que esta se respete.
No hay otro camino, quien piense que el resultado de la consulta por sí solo será suficiente para hacer que Calderón desista, está equivocado. También se equivoca el que opina que se puede lograr algo con negociaciones con las direcciones del PRI y del PAN, como lo pretende hacer el ala de derechas del PRD encabezada por Jesús Ortega y Ruth Zavaleta por medio de su sirviente Guadalupe Acosta, el cual se encuentra provisionalmente al frente de este partido.
La cuestión de la privatización del petróleo mexicano es un asunto muy serio, además de prioritario, para Calderón, la burguesía y las trasnacionales. En ella están de por medio jugosos negocios que se han tenido que posponer por bastantes años ante los reiterados fracasos de los gobiernos del PRI y el de Fox por llevar las privatizaciones hasta sus últimas consecuencias, alcanzando al sector energético. Pero también, incluso, está de por medio la política de seguridad nacional del imperialismo yanqui el cual, desesperado ante la enorme inestabilidad de Oriente Medio y las reiteradas hostilidades con la revolución venezolana y el gobierno de Hugo Chávez, está desesperado por lograr una fuente segura de petróleo. Se trata pues de una problemática bastante compleja y sobre la cual se necesitará algo más, pero mucho más, si es que realmente queremos obligar a Calderón y al imperialismo a renunciar a sus planes sobre el petróleo mexicano.
La historia demuestra que la burguesía da marcha atrás sólo bajo la condición de que sienta miedo de que puede perder todo. Así, dado que la lucha por la defensa de Pemex está a punto de entrar a una etapa decisiva, es momento de retomar de manera urgente la táctica en defensa de Pemex definida por AMLO en el mitin de masas del Zócalo capitalino realizado el 18 de marzo, consistente en lanzar un “cerco ciudadano” en aeropuertos, carreteras, instalaciones estratégicas de Petróleos Mexicanos y en la cámaras del Congreso de la Unión. Y, si tras estas medidas Calderón aun sostiene su posición, pasar a la huelga general.
Insistimos, para Calderón la privatización del petróleo no es un juego y para frenarlo se necesitarán acciones de masas por mucho superiores a las realizadas hasta el momento. Por ello se tiene que pasar a la huelga general, pero a la consigna de la defensa de Pemex se le debe sumar la de derrocar a Calderón. El espurio debe ser echado del poder porque su política, así como sería en caso de que los priístas estuvieran en el gobierno, siempre será la de privilegiar a los empresarios y banqueros a costa de hundir más en la pobreza a los trabajadores y sus familias.
Es por ello que la lucha por la defensa de Pemex debe ser al mismo tiempo la lucha por mejores salarios, contra la carestía de la vida, por empleos dignos y estables, por el derecho a la salud y a la educación, etcétera. Por esto también resulta doblemente trascendente la participación de los sindicatos en esta lucha, integrando sus propias demandas. Los sindicatos deben convocar y organizar, junto con AMLO y la CND, la huelga general.
El gobierno de Calderón es débil y está dividido, además las complicaciones con sus aliados naturales, los priístas, cada vez son mayores. Así lo demuestra la destitución de Santiago Creel, antes al frente de la bancada de los panistas en el senado; de ello también hablan las confrontaciones con el anterior presidente nacional del PAN, Manuel Espino; y así lo demuestran los ataques constantes del titular de la policía política (Cisen) contra los legisladores priístas, en especial contra el senador Manlio Fabio Beltrones, acusándolos de tener nexos con el narco. Sólo falta un buen empujón, que vendría de una huelga general, para que se caiga la iniciativa privatizadora como un castillo de naipes.
Para ellos, la privatización del petróleo significan más riquezas, para nosotros dicha medida sólo se traducirá en más miseria y, en palabras de Lenin, más horror sin fin. El capitalismo no nos puede ofrecer otra cosa, por ello la defensa de nuestros intereses pasa por derrocar al Estado burgués, en estos momentos representado por Calderón, e instaurar una democracia obrera para expropiar a los burgueses y poner los principales medios de vida bajo el control y al servicio de la clase trabajadora.
Defendamos a Pemex y luchemos por el socialismo.
El domingo 29 de junio decenas de miles de brigadistas y militantes de base del PRD se congregaron una vez más ante el llamado de Andrés Manuel en el zócalo de la capital para discutir las próximas acciones a seguir en la lucha contra la privatización de PEMEX.
El balance de las últimas acciones de la CND y el gobierno legítimo lo realizó el coordinador de los diputados del PRD Javier González Garza, el cual señaló respecto a los que están promoviendo la privatización (PRI,PAN, gobierno federal); “Perdieron la razón, perdieron el debate, perderán la consulta y lo que les queda de vergüenza”, además llamó a que: “Es tiempo de que todos salgan a la calle para convencer a otros, para que juntos digamos no a la privatización de Petróleos Mexicanos”.
Por su parte, Andrés Manuel aprovechó para señalar el crecimiento de las brigadas en defensa del petróleo, las cuales ya suman 200 mil brigadistas a lo largo del territorio nacional. Respecto a la consulta, señaló que la oposición por parte del gobierno federal a que ésta se realice se debe a “el miedo que le tienen al pueblo” y reiteró que a pesar de la negativa del gobierno espurio de Calderón, ésta se realizaría en tres etapas, la primera de ellas, el 27 de julio. La mayor parte de la CND se dedicó a explicar los lineamientos bajo los cuales se realizará la consulta, planteando a ésta como el eje principal de la lucha al menos para las próximas semanas. ¿Es suficiente la consulta para detener la privatización?
La primera etapa de la lucha contra la privatización de PEMEX está por concluir, las movilizaciones iniciadas desde el mes de marzo impidieron temporalmente que se aprobaran las reformas privatizadoras. A partir de la lucha en las calles se consiguió que el Senado se viera obligado a convocar a una jornada de debates donde han participado desde los representantes más acérrimos de la burguesía hasta los políticos e intelectuales que respaldan la lucha contra la privatización. Este periodo ha servido solamente para aplazar el conflicto, como señalamos desde el inicio de los debates, el problema fundamental no es el convencimiento por medio de argumentos, sino la defensa de intereses de clase por medio de acciones, convencer a la burguesía de no privatizar PEMEX es igual que tratar de convencer a un tigre de comer lechuga.
Los debates sólo han aplazado la inevitable lucha de la burguesía por privatizar PEMEX, pero este plazo está llegando a su fin y es necesario prepararnos seriamente para la lucha definitiva. En este contexto es que se plantea la consulta como un nuevo medio para presionar a la burguesía e impedir la privatización. AMLO ha llamado a estar atentos ya que si bien es sabido que la consulta indicará el repudio de millones de trabajadores hacia la privatización, esto no es ninguna garantía de que los partidos de la burguesía tomen en cuenta estas opiniones.
Andrés Manuel es consciente de que no existe ni la más mínima garantía de que con la consulta se podrá detener la privatización, la experiencia que vivimos millones de trabajadores en el 2006 nos indica que es casi un hecho que si los trabajadores agrupados en el PRD y la CND no llevamos la lucha a un plano más elevado, la burguesía avanzará sobre PEMEX. AMLO ha advertido de las consecuencias que acarrearía la aprobación de las reformas privatizadoras; “con las reformas de Calderón habría más pobreza, más desempleo, pero también más frustración y violencia, lo que ni a ellos mismos les conviene”.
Los hechos han demostrado que la burguesía está dispuesta a asumir las consecuencias de sus actos, de tal manera que aunque el fraude electoral ha implicado mayor “pobreza, desempleo, frustración y violencia” la burguesía lo llevó adelante, de igual forma aunque la privatización de PEMEX implique una nueva oleada de inestabilidad política y social, la burguesía está dispuesta a asumir las consecuencias, en última instancia la clase burguesa no es la que padecerá la “pobreza ni la frustración ni la violencia”, por ello no les causará ningún resquemor que estas lacras sociales invadan la vida de millones de trabajadores siempre y cuando sus intereses fundamentales estén a salvo.
La única alternativa para la clase trabajadora es llevar adelante una lucha más decidida en contra de la privatización, la carestía de la vida, el desempleo y de todos aquellos padecimientos que son producto de la sociedad capitalista. La consulta puede ser un medio auxiliar sólo a condición de que ésta sea un complemento de la movilización y la huelga general, AMLO debe de realizar un llamado serio para que los sindicatos y las organizaciones campesinas se sumen con acciones a la lucha, el poder de la clase trabajadora en el campo y la ciudad debe de hacerse sentir no sólo con movilizaciones en la capital, se deben de organizar a nivel nacional; en cada fábrica, centro de trabajo, universidad, barrio o comunidad, que deje patente la fortaleza de los trabajadores y su capacidad de organización.
Ante el inminente peligro de la privatización de PEMEX, Andrés Manuel y los dirigentes sindicales deben de llamar a una huelga general de 24 horas, tan sólo esta acción pondría a temblar al débil gobierno del espurio Calderón, sentando las bases para el fin de su tan repudiado gobierno. Los ya más de 200 mil brigadistas somos una fuerza poderosa, debemos de retomar la consigna de la huelga general para debatirla y realizar acciones que nos acerquen a este objetivo, organizando círculos de discusión y acción en fábricas, escuelas y barrios. Los militantes de base del PRD agrupados en el Periódico Militante te invitamos a ponerte en contacto con nosotros para llevar estas tareas adelante.
¡¡ Huelga General contra la privatización de PEMEX !! ¡¡ Consulta SÍ, movilizaciones también !! ¡¡ Por un PRD socialista, únete a Militante!!