Cómo hace 50 años durante las jornadas revolucionarias estudiantiles de julio a octubre de 1968, en las últimas semanas hemos sido testigos de la enorme fuerza del movimiento estudiantil en México como reflejo del ambiente explosivo que existe entre la mayoría del pueblo.
Estamos a unos días de que se cumplan cuatro años del crimen de Estado ocurrido en Iguala, en el que participaron fuerzas policíacas, del ejército y hasta del crimen organizado, y que dejaron como saldo al menos a 9 personas asesinadas, 27 heridos y 43 estudiantes normalistas desaparecidos.
El futuro, nuestro objetivo
“Los estudiantes chilenos y latinoamericanosse tomaron de las manos, matatiretirundín.En este hermoso jardín, a momios y dinosaurios,los jóvenes ‘revolucionaurios’ han dicho basta por fin. ¡Basta!”
Víctor Jara
El movimiento que se ha levantado a partir de los acontecimientos del pasado lunes 3 de septiembre, ha significado la participación activa de miles de jóvenes en la política mediante asambleas, marchas y debates. Las imágenes de cientos de asambleas multitudinarias que han aprobado los paros de labores hablan por sí mismas. Incluso el viernes pasado, la Asamblea Interuniversitaria abarroto tres auditorios de la Universidad Nacional. Esta gigantesca participación, es ante todo la fuerza viva del movimiento de la que todos somos participes y debemos procurar para combatir a los enemigos del movimiento: el porrismo y el autoritarismo dentro de nuestras escuelas y universidades.
El día de jueves 6 de septiembre, a medio día, miles de policías antimotines arremetieron contra los compañeros de la Escuela Normal Rural de Mactumactzá, quienes se encontraban realizando propaganda e información sobre la situación que desde finales de julio vive la normal. El lamentable fallecimiento de un estudiante de primer ingreso, ha desatado una campaña de difamación a través de los medios de comunicación.
Durante los últimos días, se ha producido una gran e inspiradora demostración de fuerza de parte de la comunidad estudiantil de la UNAM y otras universidades, que se han sumado al llamado para expulsar a los grupos porriles de las escuelas. Más de 39 escuelas preparatorias y facultades han votado democráticamente en asambleas multitudinarias por ir al paro entre 24 y 72 horas.
El Sindicato de Estudiantes es una organización estudiantil de izquierda, democrática, revolucionaria y anticapitalista que defiende la educación pública, gratuita, democrática y laica. Además levantamos la defensa de los derechos de las y los jóvenes hijos de las familias humildes.
El día de ayer, lunes 27 de agosto, se llevó a cabo una asamblea para exigir a la directora del CCH Azcapotzalco, Guadalupe Márquez Cárdenas, su presencia en un diálogo público con la comunidad. Desde el jueves 23 de agosto, mediante una asamblea, los estudiantes denunciaron la falta de profesores, así como las condiciones en las cuales se encuentra el plantel, por lo que citaron a la directora para discutir la situación. Ante la ausencia y evasión de la directora, los compañeros impulsaron una nueva asamblea para protestar contra la indiferencia de las autoridades para resolver el problema que vive el plantel.
El pasado lunes 13 de agosto iniciando nuestras actividades académicas, la administración encabezada por Tenoch Esaú Cedillo Ávalos nos recibe con un duras amenazas y amedrentamiento físico por parte de elementos de la seguridad del plantel hacia estudiantes que integramos el tianguis cultural de nuestra escuela, bajo el argumento que la Institución es espacio federal y que esta prohibido el ambulantaje. Ante esto, los estudiantes que integramos este espacio decimos lo siguiente.
El pasado 18 de abril, el periódico Reforma, publicó un sondeo realizado a mil quinientos estudiantes de quince universidades públicas y privadas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. En ellas, concluían que los universitarios colocan a Ricardo Anaya en primer lugar con el 45% de las respuestas, seguido por López Obrador con 21%. Lo anterior no se trata de un error en las mediciones, ni de una metodología particular (sondeo), sino de una abierta y descarada mentira.
El pasado 12 de mayo en Guelatao, Oaxaca, en el encuentro nacional de maestros democráticos el candidato a la presidencia de la alianza “Juntos Haremos Historia” presentó los 10 puntos en tema de la educación. Pese a que no firmó ningún pacto con la CNTE, asegura dará marcha atrás a la reforma educativa, una reforma que más bien ha sido laboral y ha golpeado brutalmente a todo el magisterio.
La represión del movimiento estudiantil de 1968, contrario a la idea dominante no significó una pacificación de las escuelas ni de la juventud como esperaba la burguesía. Si bien es cierto que el movimiento se replegó producto de la represión y el temor natural a una nueva represión, este experimentó también un proceso de radicalización de luchas locales en los años siguientes en las universidades de Puebla, Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Durango, Sonora, Oaxaca y Nuevo León.
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El miércoles 6 de junio nuestro compañero y exsecretario general Tohil Delgado se sentará en el banquillo de los acusados en el juzgado de lo penal nº8. Se enfrenta a una pena de tres años de cárcel por “atentado a la autoridad”. Su crimen es haber acudido en auxilio de una joven inmigrante de 21 años, que estaba siendo salvajemente golpeada por la policía en una redada racista.
Esto ocurrió en el año 2010. Nuestro compañero podría haber pasado de largo y mirado hacia otro lado, pero no lo hizo. Igual que él, los familiares de la chica —también de origen ecuatoriano— trataron de evitar la agresión y acabaron todos ellos, junto con Tohil, retenidos en los calabozos durante 39 horas. En su arresto, traslado y durante el tiempo que permanecieron detenidos fueron víctimas de golpes, amenazas de muerte e insultos de carácter racista. No recibieron agua ni comida durante más de 8 horas. No se les permitió comunicarse con nadie. Pero esto lamentablemente no es un caso aislado. Ha sido y es la realidad cotidiana para muchas personas migrantes que son víctimas de la persecución policial y las redadas racistas en nuestros barrios, en las que son tratadas de forma deplorable sin que se respeten sus derechos ni tampoco su integridad física.
Sobre nuestro compañero pesa una petición de tres años de cárcel por levantarse ante un acto brutal e injusto. Dos de los policías que le agredieron insisten en que fueron ellos los agredidos, aunque existen vídeos —que los vecinos, alarmados, grabaron desde las ventanas— en los que se aprecia perfectamente que la única violencia fue por parte de la policía. Una vez más estamos ante una realidad cada vez más extendida, la de tratar a las víctimas como verdugos.
Esta gran injusticia tampoco es un caso único, ni mucho menos. Todos los días somos testigos de cómo se utiliza la justicia para golpear a cualquiera que se levanta contra la desigualdad, que denuncia la injusticia y que trata de cambiarla. Las cárceles son últimamente destino de raperos, tuiteros, sindicalistas y activistas de la izquierda por este sencillo motivo. Mientras tanto políticos y empresarios corruptos, parientes de monarcas y demás personajes influyentes, defensores del régimen, de la precariedad, del machismo y de los desahucios campan a sus anchas como si nada. Pero no nos van a callar.
Desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas llamamos a todas y todos los que entienden que esta situación no se puede mantener ni un minuto a solidarizaros con nuestro compañero. Si Tohil Delgado es condenado a prisión, será una condena contra todos los que luchamos en las calles. Os pedimos que difundáis este caso, que firméis la resolución de protesta pidiendo su absolución y que sigáis ocupando las calles y dando la batalla contra la opresión a la que nos condenan a la mayoría.
Os invitamos a todas y a todos a participar en la concentración de solidaridad por la absolución de Tohil y el resto de acusados el miércoles 6 de junio frente a los juzgados de lo penal (C/ Julián Camarillo nº 11, Madrid) y a extender la solidaridad tan lejos como podáis. Con la presión social podemos evitar que se lleve a cabo esta injusticia.
¡Basta ya de machismo y racismo policial!
¡Si nos tocan a uno, respondemos todos!