Del 26 de septiembre al 7 de octubre enmarcan –tristemente– un período concentrado de movilizaciones en torno a diversas demandas que, sin embargo, identifican un mismo origen: el sistema económico voraz que cotidianamente nos orilla como clase trabajadora a situaciones límite y nos muestra su cara más violenta. Así, este año recibimos con tristeza y rabia el décimo aniversario de la desaparición forzada de los 43 compañeros de Ayotzinapa; alzamos la voz en torno a conquistar nuestros derechos reproductivos y la legalización del aborto; refrendamos la búsqueda de justicia para las víctimas de Tlatelolco en el 68; y protestamos por el cumplimiento de un año de la escalada genocida del sionismo en Palestina y otros países de Oriente Medio.
A 95 años de la fundación de la Facultad de Música de la UNAM, se lanza la convocatoria para la elección de su directora o director, para el período 2024-2028
La Facultad de Música de la UNAM, fundada en 1929, con una fuerte motivación en ese entonces por una formación universitaria, reflexiva y crítica, en oposición al modelo conservatoriano que la precedía, parece, en la actualidad, haber desmantelado el ímpetu que propulsaba a las organizaciones estudiantiles y docentes de otrora hacia la transformación de sus espacios educativos. ¿En qué momento de su historia, los usuales debates en torno al rol social del músico y a su vinculación con las principales problemáticas culturales y políticas nacionales y sus correspondientes procesos formativos fueron perdiendo fuerza?
¡Esta es la represión al servicio de los genocidas!
En la mañana del 25 de julio un dispositivo de la Policía Nacional ha detenido en su casa a Carlos Ochoa, Secretario General del Sindicato de Estudiantes de Sevilla. La excusa, tomarle declaración por las acciones de la acampada por Palestina de la Universidad de Sevilla en la que Carlos jugó un papel destacado.
Desde hace años la Prepa 6 es un nido de alumnos y profesores agresores sexuales que gozan de total impunidad, pero fue hasta el 2019 que este problema se hizo más visible, cuando las colectivas feministas del plantel realizaron un paro que duraría meses y finalizaría no por la atención a todas sus demandas sino por la llegada de la pandemia de COVID-19.
El pasado 7 de febrero fueron llevados ante el Tribunal Universitario (un órgano que, por cierto, se encuentra formalmente extinto a partir del 14 de mayo de 1990[1], según podemos ver en Goche, 2013) cinco estudiantes de la Prepa 5 de la UNAM, quienes anteriormente se les había privado de su derecho a ingresar al plantel como “medida precautoria”. El resultado era más que esperado: el Tribunal resolvió la expulsión inmediata de los activistas bajo cargos que no se sustentaron ni de los cuales existen pruebas, como a continuación se verá.
La noche del pasado 7 de marzo la policía estatal de Guerrero abatió a dos estudiantes normalistas de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa (uno de los cuales perdió la vida), cuando ambos se dirigían en un coche particular hacia la Normal en el marco de las conmemoraciones y preparaciones por el 98 aniversario de su fundación.
En la primera semana de febrero del presente año, estudiantes de Prepa 5 de la UNAM dieron a conocer que recibieron medidas precautorias (incluyendo la expulsión provisional) donde, sustentada en el artículo 93 de la Ley Orgánica de la UNAM, se argumenta que lxs estudiantes han interrumpido en la salvaguarda del orden universitario, han impedido la realización de actividades académicas e incurrieron en actos contrarios a la moral universitaria.
A finales de los noventa e inicios de este siglo la juventud escuchaba el mismo alarido que ahora nos arrojan con cotidianidad a los oídos: a la juventud no le interesa nada, les da igual la vida, no soportan nada, no son como los jóvenes de antes. Entonces nos llamaban la generación X ahora nos llaman la generación de cristal. Pero antes como ahora la juventud está demostrando a lo largo y ancho del mundo no sólo que estos argumentos son una falsedad, protagonizando junto al pueblo oprimido un sin fin de luchas, sino que, además desnudan que todos estos motes tienen un solo objetivo político: mermar nuestro espíritu y ganas de transformar esta sociedad. La juventud de ayer como la de hoy tenemos muy claro que ¡Necesitamos una revolución!
El Sindicato de Estudiantes es una organización estudiantil de izquierdas, revolucionaria, anticapitalista, feminista y democrática, que defiende la educación pública, gratuita, democrática y laica. En los últimos años hemos librado una gran batalla por la defensa de este derecho para las y los hijos de la clase trabajadora y del pueblo. Denunciando los recortes y las contrarreformas a la educación pública que pretenden arrebatarnos el derecho a la educación y expulsar a miles de jóvenes del sistema educativo.
Durante las recientes semanas nuevamente un ambiente de lucha y combatividad recorre la UNAM. Esta ocasión la gota que ha derramado el vaso es los salarios que a nuestros docentes la universidad les ha retenido sin ninguna justificación, así como la precariedad laboral que sufren día con día.
¡Exigimos empleos dignos al finalizar nuestros estudios! ¡No más docentes en la precariedad laboral!
Desde México queremos decirles a las y los jóvenes del Estado Español y particularmente a nuestros compañeros del Sindicato de Estudiantes que no se encuentran solos, que su ejemplo de lucha, así como la de la juventud en Chile, Grecia, Estados Unidos, Medio Oriente y en cada rincón del mundo son ejemplo para nosotros de que ¡si se puede! Que el único camino para conquistar el futuro que se nos ha negado es la lucha organizada y nos inspira para nuestras batallas que a final de cuentas es la misma en cada latitud del mundo.
Como cada año miles de estudiantes, trabajadores, organizaciones y colectivos salimos a las calles bajo las consignas de “Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos” en busca de justicia para los estudiantes que fueron asesinados por militares y paramilitares en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. También salimos cada 26 de septiembre, acompañando a las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de manera forzada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, exigiendo su presentación con vida. Año tras año, hemos demostrado que seguimos inconformes y continuamos reivindicando la recuperación de la memoria histórica de estas luchas ejemplares contra el Régimen priista.
Después de la ola de paros que recorrió alrededor de 27 escuelas de la Universidad Nacional a principios del mes de febrero, muchas escuelas han regresado a actividades, sin embargo la apariencia de normalidad es sólo eso, una normalidad efímera y frágil. Ninguna de las demandas por las que nos movilizamos ha sido resuelta, todos los problemas siguen ahí: la violencia machista, el acoso, el encubrimiento a agresores, la falta de democracia, de presupuesto, de servicio médico, de infraestructura, y una lista que continua.
Estudiantes de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) Santo Tomás y Zacatenco y de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH) del Instituto Politécnico Nacional, decidieron de manera conjunta y organizada realizar una suspensión de las actividades escolares en los planteles, esto debido a que ambas escuelas padecen un problema en común, la insuficiencia de grupos, a causa de una menor contratación en la planilla de docentes. Alumnos que han intentado inscribir cinco materias, sólo han podido matricular una. Por lo cual, miles de estudiantes tendrían que esperar al siguiente ciclo de inscripción para continuar con su formación académica ¡Queremos estudiar, pero no hay condiciones!