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Teoría/Documentos

escrito por Pascual Betancourt martes, 04 de marzo de 2008 Para mayor justificación del acto que se anuncia, hagamos breve historia del proceso creador de las compañías petroleras en México y de los elementos con que se han desarrollado sus actividades. Se ha dicho hasta el cansancio que la industria petrolera ha traído al país cuantiosos capitales para su fomento y desarrollo. Esta afirmación es exagerada. Las compañías petroleras han gozado durante muchos años, los más de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital de que se habla. Riqueza potencial de la nación; trabajo nativo pagado con exiguos salarios; exención de impuestos; privilegios económicos y tolerancia gubernamental, son los factores del auge de la industria del petróleo en México. Extracto del discurso de Lázaro Cárdenas con motivo de la expropiación petrolera Este 18 de marzo se cumple el 70 aniversario de la expropiación petrolera, producto en buena medida de una época de ascenso en la lucha de clases, un fortalecimiento del movimiento obrero que se expresó en una fuerte oleada huelguística en esos años1. Hoy día pende sobre nosotros la amenaza de ver arrancado de nosotros este histórico triunfo. En las manos de nosotros, los trabajadores, está el deber y la posibilidad de impedirlo. Balance No hace mucho hacíamos un balance del primer año del gobierno legítimo2, en este artículo comentábamos ya de la innumerable lista de ataques que se percibían directamente en nuestros bolsillos. estos años han sido épocas en las que además de esta andanada frontal de violencia patronal, hemos asistido a una expoliación muchísimo más acelerada de los recursos naturales y de un sector clave para cualquier país: el sector energético. Energía eléctrica y petróleo son dos pilares fundamentales de esta sociedad, y aunque este artículo no pretende hacer un análisis exhaustivo al respecto, se presentarán algunos datos para complementar la información que ya todos conocemos. El camino a la privatización del sector energético corre esencialmente por tres vías: * Pesada carga fiscal * Sistemático desmantelamiento de los puestos de trabajo a través de contratistas, siendo el área de la investigación un área completamente abandonada a su suerte por parte de los consejos directivos de estas paraestatales en beneficio de compañías exploradoras y de alta tecnología A partir de 2006, PEMEX tiene una carga fiscal del 55 %. En cuanto al avance del desmantelamiento de esta empresa, en beneficio del sector privado, apenas en enero de este año, Halliburton ganó un contrato con Pemex por 683 mdd, este mismo mes y año, la empresa Energy Services Mexico, S.A de R.L. de C.V. (EMS), subsidiara de la empresa transnacional Energy Maintenance Services Group I, LLC (EMS) comenzó a realizar trabajos concesionados para PEMEX, lo mismo ha estado sucediendo desde 2005 con Arrendadora Ocean Mexicana. En cuanto al sector eléctrico, desde el año 2000, el capital privado en el sector eléctrico mexicano, gradualmente ha ido representando una mayor proporción de la capacidad instalada, desde 1997, CFE ha otorgado contratos a los productores independientes. Lo anterior sólo por mencionar algunos ejemplos, que enfatizan la urgente necesidad de tomar las riendas de estos pilares, que en nuestras manos pueden significar un importante impulso para nuestra calidad de vida, pero en manos de los capitalistas, no hacen otra cosa que provocar el derrumbe de los mismos sobre nuestras cabezas. ¿Por qué el afán de privatizar? ¿Acaso no tienen suficiente estos señores explotadores? ¿Acaso no saben que no vamos a permitir esta última gran tranza que están fraguando? En los últimos números hemos enfatizado y argumentado ampliamente el estado de profunda crisis por el que está pasando el sistema capitalista a nivel mundial y en particular, la endeble situación por la que atraviesa la burguesía mexicana. A estos tipos no les queda de otra: han agotado el desarrollo productivo del país (de 2200 empresas textileras que había en 2000, ya sólo quedan alrededor de 700), han devastado las otrora enormes riquezas naturales (se estima que las selvas altas ocupan el 10% de la superficie original), nos empujan más y más a la miseria (el salario mínimo tiene un retraso de ¡27 años!). Ya son pocas cosas las que pueden exprimir para seguir obteniendo ganancia y la más jugosa de éstas es el sector energético. En realidad, la burguesía preferiría llevársela más leve, sin embargo ya no puede más. Es un hombre al borde del precipicio y un hombre al borde del precipicio no razona. Sin embargo, tampoco tiene muchas opciones para cambiar su posición. Si no privatiza y si no continúa expoliando vigorosamente a la clase trabajadora, la burguesía como clase, estará perdida, pues en esta prolongada crisis, no hay otra forma en la que conserven sus privilegios; pero si privatiza y continúa atacando a los verdaderos productores de la sociedad (la clase obrera), se acerca peligrosamente a su límite y a su final, pues nosotros responderemos a estos ataques, derrocándolos y expropiando los medios de producción que en realidad, nos pertenecen. La burguesía es un hombre al borde del precipicio, que sufre terriblemente pues sus opciones son todas malas. Ayudémosle a que deje de sufrir: démosle el último empujón a este hombre sin remedio. El plan El gobierno legítimo, a través del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo propone el siguiente plan de acción: * Impulsar la huelga legislativa * Impedir enérgica y decididamente la privatización de PEMEX en la Cámara de senadores y diputados * Conformar los comités estatales, municipales, sectoriales y ciudadanos para la defensa del petróleo * Reproducir los materiales del movimiento y difundirlos a través de todos los medios posibles * Jornada nacional de información y propagandización * Homenaje a la bandera el 24 de febrero * Magna concentración el 18 de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México. Movilización que puede adelantarse si se presentara antes la iniciativa que entrega PEMEX a los extranjeros Es algo muy bueno que nuestro brazo legislativo tenga iniciativas para contener la avanzada del PRI y el PAN en las Cámaras. No obstante, no será en el terreno legal donde derrotemos a esta bola de zánganos. De acuerdo a la ley burguesa (en tanto que la clase dominante es la burguesía, la ley en lo fundamental, no es más que las reglas de la misma clase dominante impresa en el papel, cualquier ejemplo en sentido contrario, por ejemplo, la Ley Federal del Trabajo, siguiente en la lista del espurio, fue ), lo único que tienen que hacer estos distinguidísimos individuos tanto en el senado como en la cámara de diputados es alzar la mano y mayoritear a los del FAP (320 aproximadamente del PRI y el PAN, 150 del FAP), no podemos engañarnos, con estas finísimas personas, no habrá argumentación que valga. La huelga legislativa y cualquier acción en las cámaras sólo podrá tener sentido si se basa en la movilización en los sindicatos, en las calles. El homenaje y la concentración valdrán la pena siempre que a partir de ellos, salgamos con un plan de acción concreto encaminado a la tarea principal que se nos ha planteado desde el día del fraude: Sacar a Fecal de los Pinos. Perspectivas En tanto que sigamos mostrándonos tibios (o cándidos, o benévolos) en la defensa de lo último que nos queda (dicho un poco más crudamente, lo último que los ricos no se han apirañado aún), lo que vamos a obtener será una oligarquía cada vez más envalentonada que cada vez querrá ir más y más rápido: mientras consoliden la privatización del sector energético, paralelamente irán por la Ley Federal del Trabajo para tener todos los hilos en la mano. En la medida y sólo en la medida en la que avancemos con medidas más contundentes en defensa del petróleo contra las intenciones de la burguesía, en la medida en la que esta lucha la extendamos a recuperar los derechos ya perdidos y en la medida en la que peleemos por obtener una vida más digna, la burguesía, débil como lo está ahora, no tendrá manera de responder contra nosotros. En lo que se refiere a esta lucha en contra de la privatización, los camaradas trabajadores del Sindicato Petrolero y del SME tendrán que jugar un papel de primera línea en esta cruzada en la cual, ni ellos ni nosotros podremos vencer de manera aislada el embate del Estado. ¡Adelante, es hora de luchar! No todo es obscuridad y tragedia para nosotros los trabajadores, muy al contrario: la cada vez mayor carestía de la vida, la privatización de los recursos naturales y de todo lo que se mueva, el ascenso de la represión, la porquería que nos dan en la televisión e inclusive en las escuelas, la drogadicción de nuestra juventud, a la cual se le cierran las puertas no sólo del futuro, sino las actuales. Toda esta porquería es reflejo de un sistema que ya no tiene razón histórica de existir. Del otro lado de la moneda hay visos cada vez más claros de un incremento en la conciencia en nuestros hermanos de clase. Dos ejemplos muy claro de ello han sido la lucha contra el fraude y la lucha contra la ley del ISSSTE. Y ésta batalla apenas comienza... En septiembre de 2006 decidimos erigir un gobierno legítimo. Un gobierno legítimo no sólo en el sentido electoral del término, pues la cuestión del fraude es cosa que no requiere gran discusión, es muy claro que hubo fraude. Lo verdaderamente trascendente son las tareas reales que pretendemos cumplir y que sabemos que felipillo no lo hará: mejorar nuestro nivel de vida a través de un gobierno con una economía científica y planificada que atienda los intereses y las necesidades de la clase trabajadora y todos los sectores explotados y no de la ínfima minoría que se pudre en dinero a costa de nuestro esfuerzo. Sabemos que podemos hacer mejor las cosas. Tampoco tenemos mucha duda de eso. Sin embargo, para hacer válidos los mandatos del gobierno legítimo, primero que nada tenemos que quitar al espurio. No podemos ni queremos convivir ambos ni queremos compartir el mando. Para tumbarlo---bien lo decía mi abuela---, nada mejor que una huelga general. ---¿Cuál es la necedad de Militante de impulsar la huelga general?---podría preguntarse el lector que ya ha tenido contacto antes con nuestra prensa. La respuesta es complicada y es sencilla a la vez, permítasele al autor exponerlo de la segunda forma3: Imagínense que uno o dos días el patrón no se aparece por la fábrica o el director no hace lo mismo en la oficina (inclusive, imagínense que los diputados no asisten a la cámara a legislar) ¿qué pasaría? No mucho. Esta gente es completamente innecesaria para el proceso de producción. Muchos son los ejemplos de fábricas funcionando sin patrones. Ahora imagínense si los trabajadores no vamos un día a trabajar ¿qué pasaría? No se prendería un foco, no giraría una rueda, no saldría una llamada telefónica, no habría transporte. En resumen, el país no se movería. Y lo más maravilloso, es que a los compañeros que todavía tienen sus reservas en cuanto a la fuerza con la que contamos, ya no les quedaría duda alguna de quién es el que manda aquí. Hacemos una invitación fraterna y camarada al lector de estas líneas a construir junto con todos los que conformamos el periódico obrero Militante los Comités para la Defensa del Petróleo, promoviendo la huelga general y la caída del espurio a partir del estudio del marxismo y la práctica revolucionaria, constante y planificada. ¡A conformar los comités en torno a Militante! ¡A tumbar al pelele espurio chaparro! ¡Salvemos al mundo, luchemos por el socialismo! Fuentes: La Jornada www.jornada.unam.mx Secretaría de Energía www.sener.gob.mx Pemex www.pemex.com El Universal www.eluniversal.com.mx Reuters www.reuters.com
escrito por Militante martes, 04 de marzo de 2008 "Según la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, a final de cuentas, la producción y reproducción de la vida inmediata. Pero esta producción y reproducción es de dos clases. De una parte, la producción de los medios de existencia, de productos alimenticios, de ropa, de vivienda y de los instrumentos que para producir todo esto se necesitan, de otra parte, la producción del hombre mismo, la continuación de la especie. El orden social en que viven los hombres en una época o en un país dados está condicionado por estas dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia de la otra." (Prefacio a la primera edición de El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. F. Engels) En el capitalismo la mujer es explotada como trabajadora, los prejuicios surgidos del desdeño al trabajo domestico son aprovechados como justificación para una mayor explotación. Además el mismo trabajo domestico no remunerado, es explotación, que bien le sirve al capitalista para la revitalización de la fuerza de trabajo, liberando a los trabajadores de tareas caseras, esta doble jornada se traduce en beneficios para el capitalista, por lo tanto no le interesa que estas formas ancestrales de concebir a la mujer se erradiquen. Según la Encuesta de Comunicación en Planificación Familiar realizada por el CONAPO en 1996, al cuestionar sobre las percepciones de los roles de género al interior de la unidad doméstica, las siguientes proporciones respondieron que las tareas de la casa, la toma de decisiones sobre los gastos fuertes a realizar y la crianza de los hijos(as) deben ser compartidas por ambos miembros de la pareja: 40.9% de las mujeres y 36.2% de los hombres. Es decir, aun hoy para la mayoría de los mexicanos no es clara la situación de igualdad entre el hombre y la mujer como trabajadores en términos ideológicos y por su puesto menos aún en términos de prácticos. Engels, en el origen de la familia, la propiedad privada y el estado, dice: “… Puedo añadir que los relatos de los viajeros y misioneros acerca del excesivo trabajo con que se abruma a las mujeres entre los salvajes y los bárbaros, no están de ninguna manera en contradicción con lo que acabo de decir. La división del trabajo entre los dos sexos depende de otras circunstancias que nada tienen que ver con la posición de la mujer en la sociedad, pueblos en los cuales la mujeres se ven obligadas a trabajar mucho más de lo que, según nuestras ideas, les corresponde, tienen a menudo mucha más consideración real hacía ellas que nuestros europeos. La señora de la civilización, rodeada de aparentes homenajes, extraña a todo trabajo efectivo, tiene una posición social muy inferior a la de la mujer de la barbarie, que trabaja de firme, se ve en su pueblo conceptuada como una verdadera dama (lady, frowa, frau = señora) y lo es efectivamente por su propia posición.” La mujer en México Según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática de 2007, las mujeres mexicanas constituyen el 53% de la población mayor de 12 años. Por lo tanto, las mujeres no son una minoría oprimida, son una importante mayoría en situación de doble opresión. Al día de hoy hay más hogares monoparentales comandados por una mujer, de 1990 a 2005 se duplicaron llegando a casi 6 millones, es decir, el 24% de los hogares en México; esta es una de las consecuencias de la migración de hombres a Estados Unidos, por necesidades económicas, así como de la crisis en el seno de las relaciones personales y en el conjunto de la familia. Además la edad de las jefas de hogar ha disminuido, dramatizando los retos a los que se tienen que enfrentar como parte de la sociedad explotada y como parte de un género oprimido. Desempleo En abril del 2004 la Coordinación General de Asuntos Internacionales y Relaciones Parlamentarias con Información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un estudio del desempleo en América Latina a través del cual concluyó que la desocupación femenina tiende a agravarse. Existían entonces 19 millones de desocupados de ambos sexos en AL pese al raquítico despunte de la economía, tras la recesión del 2001. En México se observo un incremento del desempleo de las mujeres 0.6% superior al de los hombres en esas fechas. En 2003 el número de desempleadas a nivel mundial llegaba a los 77.8 millones de mujeres. La tasa de desempleo mayor se puede observar en Medio Oriente y al Norte de África. También ahí es más evidente que la problemática ha golpeado más duro a las mujeres que a los hombres. Sobre todo para las jóvenes latinoamericanas de 15 a 24 años ha sido más difícil encontrar trabajo, elevándose el número de jóvenes desempleadas involuntarias en todo el mundo a 35.8 millones. El trabajo para la mujer es cada vez más apremiante, por lo que no se puede traducir de estas cifras que un gran número de mujeres han dejado el trabajo por que no lo necesitan; la desocupación se ha convertido en un lujo que millones de mujeres en el mundo no se pueden dar. En los 13 años que van de 1990 al 2003, el empleo informal urbano en AL aumentó del 43% al 46%. En la última década para los hombres creció del 39.5% a 44%, y para las mujeres fue del 47.5% al 50%. La brecha entre hombres y mujeres se redujo en dos puntos de 1990 a 2001, sin embargo no fue para beneficio de la mujer trabajadora sin en perjuicio del trabajador. Los trabajos informales de los que se encarga la mujer suelen ser muy desprotegidos, como el familiar no remunerado, el trabajo a domicilio, el servicio doméstico, etc. De cada 10 empleos generados en AL desde 1990, 7 han sido informales. La pobreza va de la mano con el desempleo, y las cifras son alarmantes, de los 550 millones de trabajadores pobres (que con sus familias no superan el salario de un dólar al día), 330 millones son mujeres, es decir el 60%, si a este número se suman los 77.8 millones de desempleadas, tenemos que para sacar de la pobreza a estas mujeres se tendría que crear 400 millones de empleos de calidad. Un reto imposible de superar dentro del capitalismo. Por otro lado va en aumento el número de mujeres que tienen empleos al frente de alguna empresa o algún cargo en el gobierno, lo cuál indica que la situación entre el sexo femenino se divide de manera más clara en líneas de clase marcando una gran desigualdad entre las mujeres trabajadoras y las mujeres burguesas. Este es un ejemplo claro de cómo la lucha por la equidad de genero, es inherente ala liberación de la clase trabajadora, es decir la lucha por el socialismo. Después de un extenso análisis, la OIT, llega a la conclusión de que la forma para quitarle carga a las trabajadoras es distribuirla entre la familia, con esto no propone deshacerse de la opresión, sino distribuirla “equitativamente”, esta ridícula alternativa es obvia tratándose de una institución burguesa. Siendo un 35% de la fuerza laboral formal de México, la lucha por la mejora de la situación de la mujer debe ocupar un lugar importante. Es mentira que las mujeres generan un mayor costo laboral para los empresarios, la OIT aclaró que las licencias por maternidad, reemplazos y tiempo dedicado a la lactancia representan menos del 2 por ciento de la remuneración bruta mensual de las empleadas, según datos recogidos en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay”. Sin embargo, aun existe renuencia a contratar mujeres “por los gastos de maternidad” inclusive pese a que “las licencias son financiadas por fondos públicos o la seguridad social”, como aclaró la OIT. Una de las salidas que ha encontrado la mujer mexicana ante esta problemática, es la emigración a EEUU, el 27% de la población migrante desde 1990 al 2000 fueron mujeres. Salud En la enorme mayoría de los casos, las mujeres desempleadas terminan en un trabajo informal, con ninguna o muy pocas prestaciones, como es la seguridad social, un servicio fundamental para la mujer debido al cuidado que merece la reproducción, quedando sumamente vulnerables, cerca del 38% de las asalariadas no cuentan con este servicio y en el sector informal es hasta el 72%, la OIT estima que el 80% del conjunto de las mujeres económicamente activas en la región de Latinoamérica, no tienen protección alguna de las instituciones de seguridad social, en México el 49.4% es no derechohabiente a ninguna clase de seguro social. La demanda de trabajo es más que un simple empleo es necesario un empleo de calidad. La salud un tema de preocupación generalizado. Las cinco causas de muerte por enfermedad más frecuentes en la población femenina son: enfermedades del corazón, con una tasa de 70.1 defunciones por cada cien mil mujeres; tumores malignos (55.8); diabetes mellitus (42); enfermedad cerebrovascular (27.4); y, neumonía e influenza (19.2). Desde la década de los sesenta, el cáncer se encuentra entre las diez principales causas de muerte en México y fue la segunda después de las enfermedades del corazón en la última década del siglo XX. El cuidado durante el embarazo es fundamental para asegurar un parto y posparto sano tanto para la madre como para el hijo, pero esto es una practica de costo elevado y poco accesible, para las mujeres trabajadoras la única alternativa que pueden tener es contar con seguro social, pero como ya vimos antes, un gran número de trabajadoras no cuentan con él. Por lo tanto aun que se ha hecho propaganda y difundido la necesidad de esta practica, no se han creado las posibilidades reales de acceso a ellas. La prestación adecuada de servicios de salud reproductiva y de planificación familiar pudiese prevenir los embarazos no deseados y por lo tanto los abortos en condiciones de riesgo. En 12 años de 1985 a 1997 descendió el número de abortos de 230 mil a 196 mil anuales, 19% de las mujeres en edad fértil declaró haber tenido por lo menos un aborto (espontáneo o inducido). Muchas mujeres podrían evitar esta práctica si tuvieran acceso a la información, a los métodos anticonceptivos adecuados y si se difundiera la cultura científica sobre las ideas religiosas de lo que implica la reproducción borrando los tabúes que existen en torno a esta práctica. Si bien la legalización del aborto en el DF es un paso adelante, el objetivo es que esta práctica no sea recurrente mediante la educación sexual y la mejora de las condiciones económicas para poder procrear los hijos que cada pareja decida. La URSS legalizó el aborto en 1920, es decir casi cien años atrás, dejando ver los pasos adelante que se dieron después de la revolución proletaria de 1917 en cuanto a la situación de la mujer, sin embargo al venirse abajo el gobierno de los soviets con su vuelta al capitalismo, también se vinieron abajo estas medidas. Maltrato a la mujer Un estudio hecho a principios de los 90s entre mujeres urbanas y rurales del estado de Jalisco, determinó que el 44.2% y el 56.7% de las mujeres de las zonas urbana y rural respectivamente, sufrieron algún tipo de violencia y en más del 60% de los casos fue causada por el esposo. La violencia domestica no es exclusivo de una clase social, pero es absolutamente cierto que es generado y profundizado por esta división de clases producto de un sistema que no conoce limites con tal de mantener el control de la clase trabajadora, usando así una serie de ideas retrogradas y bárbaras para mantener a la mujer dentro de las casas, quietas, calladas y al servicio de la revitalización de la fuerza de trabajo del marido para que rinda una nueva jornada laboral de la que el patrón se enriquecerá. Engendrando esta idea del “papel de la mujer” en la cabeza de los hombres e incluso de las mismas mujeres, recargando la crisis económica en la espalda de los mismos, y haciéndoles perder parte de la conciencia con todo tipo de drogas, es como la burguesía a logrado convertir a muchos hombres es verdaderos verdugos de sus esposas e hijas. La violencia intrafamiliar y fuera de la familia es la muestra más clara de la podredumbre del sistema capitalista. En el año 2000, la ONU hablaba de que 1 de cada 5 mujeres han sufrido maltrato en alguna etapa se su vida, aun que muy probablemente esta cifra no incluye a mujeres que por temor han negado ser maltratadas o simplemente están tan acostumbradas a ese trato que no podrían afirmar ser presas de él, por lo que no es aventurado decir que el maltrato a la mujer se ha convertido en un mal que agobia a más de la mitad de las mujeres mexicanas y del mundo. En Estados Unidos de América, la prevalecía del maltrato en el embarazo va del 0.9% al 20.1%, estamos hablando del país más desarrollado del mundo. En México un estudio revelo que las mujeres victimas de violencia en el embarazo tiene tres veces más complicaciones en el parto y posparto. En una encuesta de opinión pública sobre la incidencia de violencia en la familia, realizada en 1995 por la Asociación Mexicana Contra la Violencia Hacia las Mujeres (COVAC) en diez ciudades de nuestro país el 35% de los entrevistados reconoció que en los últimos seis meses existió en su familia algún problema de violencia. Los menores de edad eran las victimas principales de la violencia, y el 74% de los violentados eran mujeres. Sólo en el 20% de los casos se presento denuncia ante autoridades pero para la mayoría no hubo respuesta. En la ciudad de México la posibilidad de violencia aumenta hasta 3.3 veces si el esposo esta borracho todos los días. Se realizó una encuesta a 100 madres de niños hospitalizados en el Hospital de Pediatria, Centro Medico Nacional S.XXI, IMSS. Los resultados fueron que más de la mitad de las entrevistadas reconocieron la existencia de violencia en sus familias de procreación y el 42% reportaron antecedente de violencia en sus familias de origen, en ambas familias las victimas más frecuentes fueron las mujeres (71%) y los principales agresores los esposos (83%). El efecto del alcohol jugó el papel precipitante de la violencia. Los tipos de violencia presentes fueron 93% emocional 50% física, y 16% sexual. Tan solo una de cada cinco mujeres hizo una denuncia y en la mayoría de los casos no se castigo al agresor. El doctor Alfonso Grageda, licenciado en Psicología Clínica recalcó que los intentos suicidas son 12 veces más frecuentes en mujeres víctimas de maltrato. En el Distrito Federal, el maltrato a la mujer ha llegado a ser la tercera causa de perdida de años de vida saludable, la violencia se ha convertido en una de las primeras causas de muerte en mujeres productivas, junto al las que ocasiona el cáncer, las enfermedades del corazón, los accidentes automovilísticos y el paludismo. La violencia contra la mujer es un problema de muchos años atrás. Las Leyes del Manú (uno de los libros sagrados del hinduismo) señalan: “durante la infancia una hembra debe de ser sometida a su padre, en la juventud a su marido y cuando su señor ha muerto, a los hijos; una mujer no debe de ser nunca independiente”. Hace algunos años el clérigo musulmán Mohammed Mostafa escribe un libro sobre cómo golpear a las esposas “para disciplinar a una esposa desobediente se puede recurrir a las advertencias verbales seguidas por un período de inactividad sexual, sin embargo, en algunos casos lo adecuado son los golpes, siempre y cuando los puñetazos no dejen cortadas y moretones”. En pleno siglo XXI, en algunos países es normal que por el simple hecho de sospechar que su mujer le es infiel, el marido tiene el derecho de matarla y ser protegido por la ley. En Bangladesh han cobrado auge los ataques con ácido, que dejan ciega o desfiguran a la mujer. 49% de los homicidios que se cometen contra las mujeres es a manos de su pareja; en tanto que 30% de quienes están casadas son forzadas por sus maridos a tener relaciones sexuales. Adicciones De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones del 2000, alrededor de cuatro millones de mujeres en el país consumen algún tipo de droga, sin incluir el alcohol, siendo los medicamentos fuera de prescripción las sustancias que tienen mayor demanda. De la población de mujeres de entre 18 y 29 años de edad, el 50% son consumidoras de alguna droga, porcentaje que aumenta conforme se incrementan las presiones en el hogar o en el trabajo, entre las estudiantes de secundaria y bachillerato se quintuplicó el uso de cocaína en relación con cifras de 1993, y las mujeres mayores de 26 años consumen dos veces más medicamentos que producen adicción que los hombres. La brecha de similitud entre hombres y mujeres que son usuarios de alguna droga se acorta más entre los 18 y 25 años El problema se vuelve aún más grande, ante el ambiente de mayor condena hacía la mujer adicta, lo que deriva en que la mayoría no busca ayuda por temor a ser rechazada. De acuerdo con el Centro de Integración Juvenil (CIJ) independientemente de la ingesta de alcohol, del total de mujeres que asistieron a pedir ayuda en el 2000, 21.3% usaba marihuana; 19% inhalables; 12.6% cocaína; 6.6% antidepresores y el resto se repartían entre sustancias no identificadas, metanfetaminas y heroína. La mayoría de mujeres adictas a alguna clase de droga se concentra en el Distrito Federal; le sigue Guadalajara y las ciudades fronterizas, aunque en estas últimas el consumo de heroína es superior. El callejón sin salida al que llegan muchas mujeres debido a las necesidades económicas, sociales, educacionales, etc., que las hacen caer en adicciones, muchas veces también las llevan a cometer toda clase de delitos. Los delitos de fuero federal cometidos por mujeres de 1996 al 2005 subieron en un 40%. Educación En cuestión de educación, solo el 28.4% llega a tener nivel educativo de media superior y superior. La mayor proporción de jefas de hogar se concentra en las mujeres con secundaria y más (29.2%), seguidas por las mujeres con primaria incompleta (28.4%). Si bien la mayoría de la población tiene acceso a la educación Primaria, existe una elevada deserción escolar que aumenta significativamente con la edad, y lo hace de forma más marcada entre las mujeres que entre los hombres. A los 16 años, la mitad de las mujeres ya dejaron de asistir a la escuela, porcentaje que en los hombres se alcanza a partir de los 17, esta situación escandalosa se debe a que las pocas posibilidades de estudio se ven aun más mermadas por la necesidad de salir al mundo laboral a temprana edad. Por otro lado, la fecundidad ha ido decreciendo, si bien por la ampliación de la educación en la planificación familiar, también y fundamentalmente se debe a la idea de que más hijos significan más gastos que soportar y tomando en cuenta que existe un rezago salarial de 27 años, debido al incremento de la inflación sin su traducción proporcional en un aumento del salario, esta idea toma mayor fuerza. La mujer y el socialismo Una precondición para la emancipación de la mujer es su incorporación al mundo laboral, en México, ha crecido de manera insostenida durante los últimos 25 años. Al estar en contacto directo con la producción la mujer tiende a tener una idea más clara de su papel dentro de la sociedad, como genero y fundamentalmente como parte de una clase. Para la obrera tomar parte en la economía del país es tomar las armas para su liberación. Esta incorporación es a partir principalmente de la búsqueda de nuevos ingresos al hogar, ya que los ingresos de solo un miembro de la familia en su mayoría el hombre, no son suficientes, e incluso en muchos casos también los hijos se ven obligados a participar. De acuerdo con las proyecciones del CONAPO, la PEA femenina seguirá incrementándose de manera significativa en los próximos años, a 19.5 en el 2010 y a cerca de 23.1 en el 2020, lo cual implica que al menos 38% de los más de 1.2 millones de empleos que deberán crearse en los próximos diez años para absorber a los nuevos ingresantes al mercado de trabajo serán ocupados por las mujeres. De manera que hay una fuerte potencia motriz para la revolución acumulándose en nuestro país. Engels decía: “La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando esta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo domestico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo domestico privado en una industria pública.”(El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Federico Engels) La mujer cada vez es más participe de la lucha contra su opresión, en este camino a dado muestra de gran heroísmo y sacrificio. Una de las muestras más grandes de ello la encontramos en la Revolución Rusa de 1917. En la Rusia zarista, el atraso de la sociedad era enorme, por lo que las obreras tuvieron que dar una batalla muy dura para su liberación, batalla que dieron a lado de sus compañeros obreros, hasta lograr la victoria. De nuevo el viento sopla a favor de la clase trabajadora y las condiciones para su emancipación están maduras. En 1868, Marx escribió: “El gran progreso en el último congreso de la Unión Obrera Americana se nota también, entre otras cosas, en el hecho de haber tratado a la mujer obrera con completa igualdad, mientras que los ingleses, y un grado todavía mayor, los galantes franceses, pecan en esto de estreches espiritual. El que conozca algo de historia, no ignora que las grandes conmociones sociales son imposibles sin el fermento femenino. El progreso social puede ser exactamente medido por la situación social del bello sexo…” (carta de Carlos Marx a Kugelmann, 12 de dic 1868) Esto es más vigente ahora que nunca, y tenemos que dar una lucha organizada en la unidad, de las y los trabajadores con un solo fin: La lucha por la emancipación de la clase obrera.

dibujo de l'internationalePottier murió en la miseria, mas dejó levantado a su memoria un monumento imperecedero. Fue uno de los más grandes propagandistas por medio de la canción. V.I. Lenin, “Pravda” No. 2, 3 de enero de 1913.

Fue hace 125 años cuando por primera vez, parafraseando a Carlos Marx, el proletariado “tomó el cielo por asalto”, dicho acontecimiento de central importancia fue objeto de un homenaje igualmente digno. En 1871, durante los 72 días que duró el primer gobierno obrero, días que a los trabajadores nos costaron sangre y sufrimiento, pero que nos dejaron la lección invaluable acerca de la tarea histórica de nuestra clase (es decir, la emancipación del hombre traspasando las estrechas y pútridas barreras del sistema capitalista, pues “la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines”[1]) fue cuando se forjó el himno que expresaría de manera genial esta tarea: el Himno de la Internacional Comunista.

Los autores

Eugène Pottier (1816-1887) fue empacador, dependiente de una papelería y diseñador de tejidos, pero sobre todo fue un revolucionario consecuente, participó en la revolución francesa de 1848 y en 1871 fue elegido prácticamente por unanimidad para formar parte del consejo de la Comuna de París. Siempre vivió pobre, como viven los explotados, y estas condiciones en las que vivía junto con su ardiente y comprometida personalidad y su talento innato para la poesía se reflejaron felizmente en 1871, durante el gobierno de la Comuna de París cuando compuso la letra del que a la postre sería el himno de la clase trabajadora. 

Pierre Degeytier (1848-1932) quien fuera tornero belga, en 1888 musicalizó la letra del poema de Pottier por encargo de Delory, alcalde de Lille y miembro de la Lira de los Trabajadores.

l'internationaleDesde que fue cantada por primera vez en 1888, en una reunión de la Junta Sindical de vendedores de periódicos, jamás abandonó el terreno del movimiento de los trabajadores. En 1892 fue adoptada como himno por la Segunda Internacional. En 1919, nuevamente es elegido como himno en la Tercera Internacional y fue el de la URSS hasta 1944, cuando Stalin, reflejando una vez más su carácter de burócrata socialchovinista, lo sustituyó por uno que eliminaba el carácter internacional y proletario de este bello himno por uno en el que se enaltecía el sentimiento de gran ruso (el Himno Nacional de la Unión Soviética, en el cual por cierto, en su versión original, había una estrofa en la que Stalin ostentaba el culto a su funesta personalidad), el cual Lenin siempre combatió.

Al paso del tiempo, La Internacional se consagró como el himno de la clase trabajadora en todo el mundo, en cuyo proceso se tradujo a un gran número de idiomas, de manera que al día de hoy, lo está en casi todos. En muchos casos, hay más de una versión en cada idioma, en el caso mismo del español, son varias: la internacional socialista, la internacional anarquista, la latinoamericana, la cubana, etc. La traducción que más se apega a la versión original francesa es aquella que en su primer verso dice:

¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.

La enorme energía que emana de este himno por sí solo y sobre todo, al ser entonado por los trabajadores en sus luchas nos debe contagiar a todos los que estamos concientes de la tarea histórica de nuestra clase.

¡Los proletarios comienzan a despertar en Francia, Inglaterra y Estados Unidos!
¡Continuemos su ejemplo, completemos nuestra tarea histórica!
¡Cambiemos de base el mundo!
¡Viva la internacional!


[1] Prólogo de Marx y Engels en 1872 al Manifiesto del Partido Comunista

* La internacional en francés, la traducción literal y la versión después del afianzamiento del stalinismo en la Komintern, en ese orden:

   

Versión Francesa

 

Versión de España hasta la segunda república 

Versión Latinoamericana y de los socialistas en España desde la transición

   

Coro
C'est la lutte finale:
Groupons-nous, et demain,
l'Internationale
sera le genre humain! (bis)

 

Coro
Agrupémonos todos,
en la lucha final.
El género humano
es la internacional. (bis)

Coro
Agrupémonos todos,
en la lucha final,
y se alzan los pueblos
por la Internacional. (bis)

   

Debout les damnés de la terre.
Debout les forçats de la faim.
La raison tonne en son cratère,
c'est l'éruption de la fin.

 

¡Arriba, parias de la Tierra!
¡En pie, famélica legión!
Atruena la razón en marcha:
es el fin de la opresión.

Arriba los pobres del mundo
En pie los esclavos sin pan
alcémonos todos al grito: (en otra versión y gritemos todos unidos:)
¡Viva la Internacional!

   

Du passé faisons table rase:
Foule, esclave, debout, debout.
Le monde va changer de base;
nous ne sommes rien, soyons tout.

 

Del pasado hay que hacer añicos.
¡Legión esclava en pie a vencer!
El mundo va a cambiar de base.
Los nada de hoy todo han de ser.

Removamos todas las trabas
que oprimen al proletário (en otra versión que nos impiden nuestro bien,)
cambiemos el mundo de base
hundiendo al imperio burgués

   

Il n'est pas de sauveurs suprêmes:
Ni Dieu, ni César, ni Tribun,
producteurs, sauvons-nous nous-mêmes,
décrétons le salut commun.

 

Ni en dioses, reyes ni tribunos,
está el supremo salvador.
Nosotros mismos realicemos
el esfuerzo redentor.

El día que el triunfo alcancemos
ni esclavos ni dueños habrá
los odios que al mundo envenenan
al punto se extinguirán

   

Pour que le voleur rende gorge,
pour tirer l'esprit du cachot,
soufflons nous-mêmes notre forge,
battons le fer quand il est chaud.

 

Para hacer que el tirano caiga
y el mundo siervo liberar,
soplemos la potente fragua
que el hombre libre ha de forjar.

El hombre del hombre es hermano
derechos iguales tendrán
la Tierra será el paraíso,
patria de la Humanidad (en otra versión: de toda la Humanidad)

   

L'Etat comprime et la loi triche,
l'impôt saigne le malheureux.
Nul devoir s´impose au riche,
le droit du pauvre est un mot creux.

 

La ley nos burla y el Estado
oprime y sangra al productor;
nos da derechos irrisorios
no hay deberes del señor.

En otra versión:
Que la tierra de todos sus frutos
dicha y paz a nuestro hogar,
que el trabajo sea el sostén que a todos
de su abundancia hará gozar.

   

C'est assez languir en tutelle,
l'égalité veut d'autres lois:
Pas de droits sans devoirs, dit-elle,
égaux, pas de devoirs sans droits!

 

Basta ya de tutela odiosa,
que la igualdad ley ha de ser:
"No más deberes sin derechos,
ningún derecho sin deber".

Otro coro :
Agrupémonos todos
en la lucha final
Y se alzan los pueblos
por la Internacional.
Agrupémonos todos
en la lucha final
Y se alzan los pueblos ¡con valor!
por la Internacional.

   

Hideux dans leur apothéose,
les rois de la mine et du rail
ont-ils jamais fait autre chose
que dévaliser le travail?

 

 

   

Dans les coffres-forts de la banque
ce qu'il a créé s'est fondu.
En décrétant qu'on le lui rende
le peuple ne veut que son dû.

   

Les rois nous soûlent de fumées,
paix entre nous, guerre aux tyrans.
Appliquons la grève aux armées,
crosse en l'air et rompons les rangs!

   

S'ils s'obstinent, ces cannibales
a faire de nous des héros,
ils sauront bientôt que nos balles
son pour nos propes généraux.

   

Ouvriers, paysans, nous sommes
le grand parti des travailleurs.
La terre n'appartient qu'aux hommes,
l'oisif ira loger ailleurs.

   

Combien de nos chairs se repaissent?
Mais, si les corbeaux, les vautours
un de ces matins disparaissent,
le soleil brillera toujours.

escrito por Samuel Santibáñez 13 de agosto de 2006 Introducción La clase obrera sigue viviendo situaciones que una y otra vez a través de la historia -como clase-, ha experimentado. Sin embargo no existe de forma ostensible y sistemática un mecanismo que conserve la memoria histórica a fin de evitar los errores y aprovechar los aciertos, en eso de traduce precisamente parte de la necesidad del partido obrero. Hace apenas unos días, el 7 de abril de 2005, Andrés Manuel López Obrador dirigente del PRD y jefe de gobierno del Distrito Federal, fue desaforado y aún está en veremos si enviado a la cárcel para quitarlo del camino hacia la presidencia en 2006. Las masas tomaron en sus manos el zócalo capitalino esperando fervientemente un pequeño movimiento del dedo meñique de la mano izquierda de AMLO para evitar imponentemente este ataque al PRD y días antes las masas gritaban: “Si hay desafuero, habrá revolución”, sin embargo, AMLO envió a cientos de miles a sus casas a “reflexionar”, disuadiendo la manifestación. Como respuesta, la burguesía en estos días está analizando la posibilidad de desaparecer desde el senado de la república los poderes en el GDF amén de fincar más responsabilidades penales a AMLO, ante esto, los senadores del PRD harán una “pacífica huelga de hambre” secuencial durante doce días hasta culminar en una marcha “silenciosa”. A pesar de la política de conciliación de clases de la dirección reformista del PRD, las masas definirán esta lucha con su participación conciente luchando en las calles. No es objetivo de este texto analizar los acontecimientos del México de abril de 2005, tal objetivo lo venimos cubriendo habitualmente en nuestra web www.militante.org y en nuestra prensa escrita que por cierto, este año cumple su XV aniversario de edición ininterrumpida. Pero sí es aspiración de este texto analizar las condiciones materiales del surgimiento del primer partido político de la primera clase obrera de la historia: El Cartismo inglés en el marco de la Revolución industrial y sus consecuencias. Y es aquí donde aun encontramos lecciones en el movimiento Cartista que deberían ser estudiadas por los obreros conscientes contemporáneos. Desde el inicio del movimiento Cartista en la década de los años 30 del siglo XIX, encontramos la dualidad del sector que buscaba construir el movimiento obrero a partir de la conciliación con la burguesía y otro sector que caminaba hacia la conformación de una alternativa de independencia de clase. El 10 de abril de 1848, hace casi exactamente 157 años, el dirigente de derechas del movimiento Cartista, O’Connor disolvió un mitin “pacíficamente” llamando a las masas a “alcanzar el triunfo por la reflexión”, a pesar de que días antes las masas gritaban: “Pan o revolución”. La disolución del mitin fue el inicio del fin del movimiento Cartista, que por un periodo de doce años fue experimentando por vez primera la organización de la clase obrera en un partido en contra de la explotación y particularmente un sector que avanzó por vez primera en una política de independencia de clase. Pero no sólo se trata del primer partido político de la clase obrera, sino de la primera clase obrera surgida de las relaciones capitalistas de producción. ¿Cómo se desarrolló la clase obrera? ¿Cuáles fueron los motivos que les arrojaron a las fábricas y en qué condiciones? ¿Cuál fue el proceso de asimilación de las nuevas condiciones y cómo esto se expresó en su organización económica y política? Hoy, a pesar de que la innovación tecnológica ha conseguido enormes avances en la capacidad productiva, dos terceras partes de la humanidad viven en condiciones de miseria, enfermedad, desempleo, explotación y muerte. Por ejemplo, la capacidad de producción de alimentos de Europa central daría para abastecer a la humanidad entera, la capacidad de producción de chips electrónicos de Japón abastecería la demanda mundial, lo mismo el caso de acero para Alemania, en Argentina mueren niños de hambre cuando ese país tiene la capacidad de producción de carne bovina para 300 millones de personas. ¿Es acaso que estamos condenados a la barbarie? La respuesta es, no. Otro mundo es posible luchando por el socialismo. Toda la capacidad productiva alcanzada bajo el capitalismo podrá ser gestionada democráticamente por la clase obrera de acuerdo a un plan central que permitirá utilizar racionalmente los recursos y los productos. México, D. F. 12 de abril 2005 La revolución industrial Condiciones previas Aunque la gran industria capitalista se desarrolló en toda su magnitud en la Inglaterra de fines del siglo XVIII conmoviendo todas las viejas relaciones sociales, la producción capitalista, inicia su desarrollo a fines del siglo XV, fundamentalmente en Holanda, y a través de un proceso de acumulación cuantitativa en el que se desarrolló el mercado interno, paralelamente al factor de la innovación tecnológica principalmente en la industria textil, hilados, tejidos, toda una serie de aditamentos mecánicos y posteriormente la máquina de vapor. Este proceso se replicó después en los países más avanzados del mundo, lo que fue sentando la base material para el desarrollo de la industria lanera desde el siglo XVI, por lo que Tomás Moro llegó a decir en 1616: “Los hombres son devorados por las ovejas”. Marx explicó que la justificación histórica para el capitalismo (a pesar de los horrores de la revolución industrial, a pesar de la esclavitud de los negros en África, a pesar del trabajo infantil en las fábricas, las guerras de conquista a través del planeta, etc.), se basaba en que era una etapa necesaria en el desarrollo de las fuerzas productivas. Marx demostró que sin la esclavitud no sólo la antigua esclavitud, sino la esclavitud en la primera época del desarrollo capitalista, el desarrollo moderno de la producción habría sido imposible. Sin estas bases capitalistas, las del socialismo nunca podrían haber sido preparadas como ya lo están desde la mayor parte del siglo pasado. Desde luego, la actitud de Marx hacia los horrores de la esclavitud y la revolución industrial es bien conocida. Sería una brutal distorsión de la posición de Marx, argumentar que estaba a favor de la esclavitud y del trabajo infantil. El criterio básico era el desarrollo de las fuerzas productivas. A largo plazo, todo lo demás se deriva de ellas. A través de este proceso fueron presentándose los siguientes elementos: -Intensificación de la agricultura que convirtió a los productos agrícolas en mercancías -Expulsión de labriegos de sus tierras -Migración a las ciudades buscando medios de vida -Las máquinas empiezan a triunfar sobre la mano de obra -La industria empieza a triunfar sobre la agricultura -Se forma la clase obrera (ejército de asalariados) -Se forman ciudades nuevas Hubo dos condiciones fundamentales para el desarrollo de la Revolución industrial: 1.- Existencia de capital 2.- Existencia de Fuerza de trabajo “libre” Esto se consiguió a través de un complejo proceso llamado acumulación originaria de capital, en palabras de Marx: “La revolución más sangrienta que conoce la historia humana”, que consistió fundamentalmente en la expropiación despiadada del campesino y la ruina del artesano, es decir, para que exista el capitalismo debe existir la clase obrera y por eso se dio el proceso de disociación entre el productor y los medios de producción. Así pues, la máxima creación del capitalismo: la clase obrera, el trabajador asalariado, se encuentra en una situación doblemente antagónica con relación a la propiedad: Por una parte, no pertenece en propiedad a su patrón (como sí ocurría bajo la esclavitud y, hasta cierto punto, bajo la servidumbre feudal), pero tampoco posee en propiedad los medios de trabajo que le permitan adquirir por su cuenta sus medios de vida, pues de otro modo sería un pequeño propietario: campesino, artesano, tendero, etc. La existencia del “trabajador libre” así entendida es la condición que necesita el burgués para poder disponer de la masa de obreros suficiente para desarrollar su labor productiva en una empresa capitalista. La posibilidad de explotar libremente la mano de obra masiva fue una condición del progreso industrial. Consecuencias La combinación de todos estos elementos trajo como consecuencia que las máquinas subvirtieran todo el orden social existente, generando una división del trabajo como preparación del terreno para el triunfo de la gran industria y técnica maquinista, concretándose primero en que el artesano es paulatinamente sustituido por el obrero domiciliado y éste a su vez es absorbido por la fábrica. Durante el periodo de la producción artesanal y el trabajo domiciliado, las familias vivían en el campo en cercanías de la ciudad, tenían una casa más o menos digna, el jefe de familia, aunque trabajaba jornadas de muchas horas, definía sus ritmos de trabajo en coadyuvancia del conjunto familiar. Así que, incluso podían cultivar hortalizas para su propio consumo, es decir, el labriego producía casi todo lo que consumía, pero, en palabras de Lenin, la disolución de los campesinos creó el mercado interno para el capitalismo. Esta forma de vida fue trastocada con el proceso de innovación tecnológica auspiciada por la competencia por el mercado. La innovación bajo el capitalismo es producto de la necesidad de ganar cuotas de mercado, los primeros que llegan ganan más, pero al paso del tiempo la competencia trae consigo la contradicción de que la maquinaria sufre un “desgaste moral” es decir, su obsolescencia, con lo cual, es necesario su sustitución por una nueva máquina que durante un determinado lapso permitirá reducir el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir mercancías, generando un desplazamiento de la mano de obra, que a su vez genera una reducción del mercado, de forma tal que no todo lo que se puede producir se puede vender. Tal es la base material de la sobreproducción, causa primaria de las cíclicas crisis capitalistas, que se presentaron en la temprana época de 1825, 1836 y 1847, consiguiéndose una enorme productividad en Inglaterra de forma que era llamada el “Taller del mundo”. Es a mediados del siglo XIX que se consuma periodo de la Revolución Industrial. Así, tenemos que apenas en el año de 1764, vio la luz la primera máquina de hilar (Hargreaves), que de entrada fue seis veces más productiva que la rueca, lo que implicó automáticamente el inicio del desplazamiento de mano de obra, con lo cual, la innovación significó la ruina del obrero manual. Aunque dos mil años antes los griegos habían inventado la máquina de vapor, fue en el marco de la Revolución industrial en Inglaterra que tuvo un uso práctico. Durante el esclavismo de los griegos no tenía sentido alguno ahorrar en la fuerza de trabajo, pero bajo la lógica del capitalismo, es decir, de la máxima ganancia posible al menor costo, la reducción del tiempo de trabajo para producir mercancías -no como productos en sí mismos, sino para el intercambio entre personas, comunidades y clases-, la máquina de vapor significó un enorme salto cualitativo en las relaciones de producción. Ya para 1807 Inglaterra asistió al surgimiento de la locomotora (Stephenson) lo que atizó infinidad de prejuicios basados en el sentido común, según los cuales, por ejemplo, la velocidad del tren y la ruptura del aire en contacto con el cuerpo humano podía provocar desde pulmonía hasta pleuresía y asfixia, etc. En 1815 se asistió al buque de vapor (Fulton). Ambos, la locomotora y el buque, acortaron las distancias y significaron la expansión del mercado en niveles nunca antes vistos. “Estas máquinas, que costaban muy caras y, por eso, sólo estaban al alcance de los grandes capitalistas, transformaron completamente el antiguo modo de producción y desplazaron a los obreros anteriores, puesto que las máquinas producían mercancías más baratas y mejores que las que podían hacer éstos con ayuda de sus ruecas y telares imperfectos. Las máquinas pusieron la industria enteramente en manos de los grandes capitalistas y redujeron a la nada el valor de la pequeña propiedad de los obreros (instrumentos, telares, etc.), de modo que los capitalistas pronto se apoderaron de todo, y los obreros se quedaron con nada. Así se instauró en la producción de tejidos el sistema fabril. En cuanto se dio el primer impulso a la introducción de máquinas y al sistema fabril; este último se propagó rápidamente en las demás ramas de la industria, sobre todo en el estampado de tejidos, la impresión de libros, la alfarería y la metalurgia. El trabajo comenzó a dividirse más y más entre los obreros individuales de tal manera que el que antes efectuaba todo el trabajo pasó a realizar nada más que una parte del mismo. Esta división del trabajo permitió fabricar los productos más rápidamente y, por consecuencia, de modo más barato. Ello redujo la actividad de cada obrero a un procedimiento mecánico, muy sencillo, constantemente repetido, que la máquina podía realizar con el mismo éxito o incluso mucho mejor. Por tanto, todas estas ramas de la producción cayeron, una tras otra, bajo la dominación del vapor, de las máquinas y del sistema fabril, exactamente del mismo modo que la producción de hilados y de tejidos. En consecuencia, ellas se vieron enteramente en manos de los grandes capitalistas, y los obreros quedaron privados de los últimos restos de su independencia. Poco a poco, el sistema fabril extendió su dominación no ya sólo a la manufactura, en el sentido estricto de la palabra, sino que comenzó a apoderarse más y más de las actividades artesanas, ya que también en esta esfera los grandes capitalistas desplazaban cada vez más a los pequeños maestros, montando grandes talleres, en los que era posible ahorrar muchos gastos e implantar una detallada división del trabajo. Así llegamos a que, en los países civilizados, casi en todas las ramas del trabajo se afianza la producción fabril y, casi en todas estas ramas, la gran industria desplaza a la artesanía y la manufactura. Como resultado de ello, se arruina más y más la antigua clase media, sobre todo los pequeños artesanos, cambia completamente la anterior situación de los trabajadores y surgen dos clases nuevas, que absorben paulatinamente a todas las demás, a saber: I. La clase de los grandes capitalistas, que son ya en todos los países civilizados casi los únicos poseedores de todos los medios de existencia, como igualmente de las materias primas y de los instrumentos (máquinas, fábricas, etc.) necesarios para la producción de los medios de existencia. Es la clase de los burgueses, o sea, burguesía. II. La clase de los completamente desposeídos, de los que en virtud de ello se ven forzados a vender su trabajo a los burgueses, al fin de recibir en cambio los medios de subsistencia necesarios para vivir. Esta clase se denomina la clase de los proletarios, o sea, proletariado”.[1] El impacto en las condiciones de vida de la clase obrera no se hizo esperar, como indicadores el alcoholismo, el crimen, la prostitución se incrementaron exponencialmente. Por ejemplo, mientras en 1805 había en 4 mil 605 presos, veinte años después, en 1825 la cifra ascendía a 14 mil 737 presos. En la obra de Engels La situación de la clase obrera en Inglaterra podemos leer acerca del significado de las terribles condiciones que la acumulación originaria de capital trajo para la naciente clase obrera. Las jornadas eran de hasta 18 horas, de forma despiadada fue abriéndose paso el desarrollo de grandes ciudades, en las que se presentó un hacinamiento de la clase obrera en casas míseras, el trabajo infantil era cotidiano, los niños prácticamente estaban atados a las máquinas, y en ocasiones preferían dormir en vez de comer, o se quedaban a dormir ahí mismo en la fábrica cayendo exhaustos. Al respecto en la citada obra, Engels nos dice: “Las viviendas en sótanos en los suburbios son por lo menos tan numerosas y así el número de personas que viven en la aglomeración de Manchester en sótanos, se eleva por lo menos a 40 mil ó 50 mil. Esto es lo que se puede decir de las viviendas obreras en las grandes ciudades. La manera por la cual se satisface la necesidad de alojamiento es un criterio por el cual se satisfacen todas las demás necesidades. Es fácil concluir que únicamente una población andrajosa, mal alimentada puede vivir en esos cubiles sucios. Y ello es realmente así. En la inmensa mayoría de los casos la ropa de los obreros se halla en muy mal estado. Los tejidos que se utilizan para su confección ya no son los más apropiados; el lienzo y la lana casi han desaparecido del ajuar de ambos sexos, y el algodón los ha sustituido. Las camisas son de calicó, blanco o de color; asimismo, las ropas de las mujeres son de indiana y raramente se ve ropa interior de lana en las tendedoras.” Y respecto al trabajo infantil: “... la ley fabril de 1833 que prohibió el trabajo de los niños menores de 9 años (excepto en las sederías), limitó la duración del trabajo infantil, entre 9 y 13 años de edad, a 48 horas por semana o al máximo de 9 horas diarias, la del trabajo de aquellos entre 14 y 18 años, a 69 horas por semana o a lo sumo 12 horas diarias, fijó un mínimo de una hora y media para la comida y prohibió una vez más el trabajo nocturno para todos los menores de 18 años.” Si esto fue un avance jurídico en la lucha de la clase obrera, imaginemos cómo fue antes de la ley fabril de 1833, de forma que nos permite entender la razón del porqué el promedio de vida de las zonas industriales en 1812 era de 26 años, en 1827 de 22 y ese mismo año el promedio de vida de los hijos de los obreros algodoneros era de 2 años, mientras que el de los hijos de los sectores acomodados era de 29 años. ¿Por qué primero en Inglaterra? A pesar de que Inglaterra entró tarde al reparto colonial, fue en ese país donde primero se desarrolló la Revolución industrial. En los siglos XVI y XVII había en Europa Estados nación mucho más ricos que Inglaterra, por ejemplo: España y Portugal. ¿Por qué no surgió la Revolución industrial ahí? Estas dos potencias feudales se disputaban el mundo. Los portugueses incursionaron a través de las costas de África, y los españoles financiaron el viaje de Cristóbal Colón. Intentando llegar a un acuerdo en el famoso tratado de Tordesillas en 1494, dividiéndose el mundo por un meridiano imaginario que presuntamente dividía en dos al planeta. Las tierras al Oeste se asignaban a España y al Este a Portugal. Esto es una muestra del nivel del control que en la época lograron potencias distintas a Inglaterra. Sin embargo, para el desarrollo de la industria capitalista no basta el desarrollo del comercio colonial y el capital comercial. La riqueza de las colonias españolas y portuguesas alimentó al feudalismo, es decir, a pesar de que la tendencia histórica del feudalismo iba hacia la baja, el descubrimiento de América fortaleció al feudalismo de forma tal que el trabajo productivo era considerado digno de desprecio. En todo este proceso estuvo presente el papel conservador de la monarquía, la iglesia católica y la burocracia del Estado feudal, por ejemplo, los reyes católicos patrocinaban las guerras de conquista a condición de que fuese sobre bases feudales, eso explica en parte el hecho de que a pesar de que desde el siglo XII encontramos elementos de desarrollo capitalista en Florencia, ulteriormente su base material haya sido aniquilada. Al contrario de Holanda cuya política colonial estuvo unida al desarrollo de la manufactura, pero tampoco ahí se generó primero el esplendor de la Revolución industrial, ya que Holanda perdió su enlace con la base de producción pues optó por el papel comercial de intermediario y la usura, faltando entonces el entronque entre el comercio colonial y la industria de la metrópoli. Inglaterra entra a la escena de la política colonial casi al mismo tiempo en que tocaba a su fin la lucha contra el absolutismo feudal, pero a diferencia de los países mencionados, en Inglaterra la revolución burguesa de mediados del siglo XVII, expresada en la dictadura de Cromwell, jugó un papel fundamental para explicar el ulterior desarrollo de la industria. El gobierno de Oliver Cromwell —bonapartismo clásico— se basaba en el surgimiento de la sociedad burguesa. Explica el marxista sudafricano Ted Grant en su obra Rusia, de la revolución a la contrarrevolución: “El dirigente de la revolución inglesa, Oliver Cromwell, utilizó su Ejército Modelo para disolver el parlamento (...) Los moderados presbiterianos que dominaban el parlamento representaban los primeros despertares incoherentes y poco claros de la revolución. Llegados a cierto punto, se transformaron en una fuerza conservadora, bloqueando el paso a las masas pequeño-burguesas radicalizadas, que querían ir más allá”. La burguesía no necesitaba una doctrina científica para derrocar al feudalismo. Todo lo contrario, tuvo que basarse en ilusiones porque iba a introducir el “Reino de Dios sobre la tierra” (Cromwell), para que las masas no lucharan por la propiedad. Y continúa Ted: “Cuando estudiamos el desarrollo de la sociedad burguesa, vemos que la autocracia de un individuo, con las determinadas contradicciones sociales, servía a las necesidades del desarrollo de esa sociedad. Está claramente demostrado en el dominio de Cromwell y Napoleón. Pero aunque ambos mantenían una base burguesa, en un estadio determinado de la autocracia burguesa, se convierte, de un factor favorable para el desarrollo de la sociedad capitalista, en un obstáculo para el pleno y libre desarrollo de la producción burguesa”. Es así cómo a partir de enormes contradicciones, el protectorado de Cromwell sentó hasta determinada magnitud las bases para el desarrollo del capitalismo industrial en Inglaterra, en donde el trabajo domiciliado y la manufactura de lana ya existían, es decir, el feudalismo ya había sucumbido como fundamental modo de producción antes de que estallara la gran irrupción industrial y por tanto, el capital comercial fue fecundado por las riquezas coloniales no surgiendo desarticuladamente de su base de producción, sino con un íntimo enlace entre la producción de la metrópoli y el comercio exterior. Fue así como el capital comenzó a fluir a los centros industriales. La lucha contra las máquinas: el Luddismo Tenemos entones que la clase obrera había nacido como estrato social en un violento parto llamado acumulación originaria y, su primera reacción mínimamente organizada contra la explotación capitalista se expresó a través de las protestas por más salario y de ahí a la destrucción física de las máquinas, símbolo de la opresión. Esto es lo que históricamente se conoce como Luddismo, atribuido a un tejedor de nombre Ned Ludd, de quien no se tienen registros claros sobre su existencia, pero supuestamente destruyó a golpes un telar. Fue surgiendo en el inconsciente colectivo un cause a la frustración acumulada por la brutal explotación, una resistencia activa y violenta, una venganza a la postración de haber perdido el “paraíso” del trabajo domiciliado y artesanal. Destrucción de máquinas, incendios de fábricas, motines y revueltas, una expresión de furia y desesperación. A esto se sumaba el robo a las residencias de las clases acomodadas, la coerción a los comerciantes para reducir precios ó regalar víveres a las mujeres al grito de “hagamos lo que Ludd”, “en nombre del General Ludd”, “son órdenes de Ludd”. Este fenómeno se reprodujo en otros países de la Europa que fue integrándose al desarrollo industrial, Alemania, Francia, Italia y Bélgica presenciaron la destrucción de máquinas, dado que la introducción de maquinaria implicaba el desplazamiento de la fuerza de trabajo. Recordemos que en 1764 surgió el invento de la primera máquina de hilar de Hargreaves. Cinco años después, en 1769 se erigió la primera ley contra los asaltos a máquinas y edificios fabriles. En 1811 los luddistas eran decenas de miles con relativa simpatía entre las masas. En 1812 se decretó una ley de pena de muerte contra luddistas (contra la que se opondría el poeta Lord Byron miembro de la Cámara Alta: “La miseria de nuestro pueblo es hoy más angustiosa que nunca”), y en 1813 fueron ahorcados 18 de ellos, siendo sofocado el movimiento luddista aunque se reprodujo en menor magnitud en 1816. El luddismo fue la antesala de luchas duras y largas hasta arrancar reconocimiento jurídico de sindicatos. Por supuesto que la destrucción de las máquinas era una alternativa reaccionaria que iba en contra del desarrollo de las pujantes fuerzas productivas, fue una expresión infantil de la primera clase obrera de la historia, y era por tanto, cuestión de experiencia, de acumular trabajo y eso introduce el ingrediente del tiempo, aunque la experiencia no sólo está en función del tiempo, sino de la intensidad y recurrencia de los sucesos, para que la clase obrera fuese elevando su nivel de comprensión de la realidad a la que asistía, y pudiese experimentar otras vías de organización. Los trabajadores no iban a la fábrica a luchar o a realizar huelgas por el gusto de hacerlas, sino que iban para conseguir el pan para sus hijos, su forma de pensamiento era muy concreta y aprendían no de los libros sino de la experiencia propia. Por supuesto que la experiencia del luddismo dejó lecciones al naciente movimiento obrero, sobre todo de lo que no debía de hacerse y del factor de la cantidad, del peso específico de su cantidad como clase y de su papel en las relaciones de producción. Es así como fue pasando, como explica Marx, de clase en sí a clase para sí. La reforma de 1831 El periodo de 1815 a 1822 fue especialmente furioso por la atmósfera que provocó el fin de las Guerras Napoleónicas, un período de desarrollo económico sin precedentes, fue precisamente el período de la Revolución Industrial, “... que a su vez, estaba íntimamente relacionado con un acontecimiento no económico, el final de las Guerras Napoleónicas. Esto permitió la recuperación del comercio internacional y un comercio relativamente más libre, provocando una abrupta caída de los precios agrarios y una depresión agrícola, pero al mismo tiempo, proporcionó un poderoso estímulo al desarrollo industrial. (...) La caída del precio del trigo, fue precisamente la condición previa para un auge sin precedentes del capitalismo”.[2] Con el fin de la guerra en 1815 (la derrota de Napoleón frente a Wellington en la batalla de Waterloo), se da un retorno de una masa de fuerza de trabajo que vino a sumarse al desplazamiento provocado por la innovación tecnológica, provocando reacciones y protestas; es precisamente en ese periodo cuando se impone la represión a los luddistas. ¿Qué hacer entonces?, está visto que destruir las máquinas no era el camino. La clase incursiona en sus métodos, con vacilaciones y contradicciones, como un bebé que esta caminando por vez primera. En 1817 se organiza la primera “marcha de hambre” hacia Londres, dejando estupefacto a todo mundo, empezando por la propia clase obrera que empieza a darse cuenta del factor fundamental de su cantidad; ya no es una lucha individual contra una máquina, sino empieza a ser una lucha colectiva, de una clase desposeída, contra otra poseedora. En 1819, el 16 de agosto, se organiza un mitin enorme, más de 80 mil almas congregadas en Saint Peter’s Field, que es repelido con 20 muertos y 400 heridos con el ejército comandado por quien venció a Napoleón en Waterloo, el general Wellington. A pesar de la masacre de Peterloo –como se dio en llamar- la agitación siguió creciendo, así que en noviembre de ese mismo año el parlamento legisló una ley represiva que se conoce como las Seis Leyes, que pretendía clausurar el avance de la organización del movimiento obrero, prohibiendo reuniones y todo tipo de actividades que atentaran contra la “paz social”, por ejemplo, pusieron un elevado impuesto de timbre a la prensa para hacerla inaccesible a la clase obrera. A ese momento seguían existiendo elementos feudales en la pujante sociedad industrial. El parlamento inglés era un instrumento de los terratenientes, de tal forma que las nuevas ciudades creadas al calor de la industrialización no tenían representación en el parlamento, mientras que pueblos rurales -incluso de un solo elector-, sí tenían representación parlamentaria. Esta situación desfavorecía a la burguesía, que tenía por tanto que arrebatarles a los terratenientes el control del parlamento, pero no podía hacerlo por sí misma, así que usó al movimiento obrero. En 1824, el parlamento inglés, presionado por el movimiento obrero de masas, tuvo que promulgar un acto aboliendo la prohibición de las uniones obreras que ya para 1825 había ganado la libertad de legal de asociación creando sindicatos o uniones, que desde un inicio nacieron con una dualidad de política frente a la burguesía: el ala conciliacionista y, una minoría que pugnaba por la independencia de clase respecto a la burguesía. Esta última se agrupó entorno a un periódico no timbrado llamado “El abogado del pobre” y que fue publicado de 1831 a 1835 negándose a pagar el impuesto de timbre y con un cintillo que rezaba: “Se publica ilegalmente, para probar el poder del derecho contra el poder de la fuerza”. Al fragor de la lucha el movimiento obrero organizado se fue haciendo un espacio en el escenario de la lucha de clases. Yendo de menos a más, de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto, de lo económico a lo político, obteniendo conclusiones prácticas a través del ensayo y el error. La oposición radical de la burguesía a las leyes fabriles, poco a poco fue cambiando. Las leyes fueron siendo asimiladas ante la lucha del movimiento obrero que fue tomando expresiones más organizadas y más políticas en el movimiento Cartista. Llegado a un punto, el movimiento obligó a la burguesía a aceptar las leyes fabriles y se fueron extendiendo a todas las ramas de la industria. “Los sindicatos, considerados hasta hacía poco, obra del diablo, eran mimados y protegidos por los industriales como instituciones perfectamente legítimas y como medio eficaz para difundir entre los obreros sanas doctrinas económicas. Incluso se llegó a la conclusión de que las huelgas, reprimidas hasta 1848, podían ser en ciertas ocasiones muy útiles, sobre todo cuando eran provocadas por los señores fabricantes en el momento que ellos consideraban oportuno. Aunque no desaparecieron todas las leyes que colocaban al obrero en una situación de inferioridad con respecto a su patrono, al menos las más escandalosas fueron abolidas”.[3] Finalmente, en 1831 la burguesía en alianza con el sector conciliador del movimiento obrero, logró arrancar la reforma al parlamento. Los sindicatos se situaron a la cabeza de un movimiento político que consiguió: -Representación parlamentaria a distritos urbanos despojando a los rurales -Voto condicionado a habitantes que pagasen un alquiler no inferior a 10 libras esterlinas por año -El padrón electoral se incrementó en 130 mil personas Como explica Engels en La situación de la clase obrera en Inglaterra: "La reforma parlamentaria de 1831 había sido la victoria de toda la clase capitalista sobre la aristocracia terrateniente. La abolición de las leyes cerealistas fue la victoria de los capitalistas industriales no sólo sobre los grandes terratenientes, sino también sobre los sectores capitalistas -bolsistas, banqueros, rentistas, etc.-, cuyos intereses eran más o menos parecidos o estaban más o menos ligados a los intereses de los terratenientes. El libre cambio significaba la reorganización, en el interior y en el exterior, de toda la política financiera y comercial de Inglaterra de acuerdo con los intereses de los capitalistas industriales, que constituían desde ese momento la clase representativa de la nación. Y esta clase puso manos a la obra con toda energía. Cualquier obstáculo que se opusiese a la producción industrial era barrido implacablemente. Las tarifas aduaneras y todo el sistema fiscal fueron transformados radicalmente. Todo quedó supeditado a un objetivo único, pero a un objetivo que tenía la máxima importancia para los capitalistas industriales: abaratar todas las materias primas, y principalmente, todos los medios de subsistencia de la clase obrera, reducir el precio de coste de las materias primas y mantener los salarios a un bajo nivel, cuando no reducirlos aún más. Inglaterra tenía que convertirse en ‘el taller industrial del mundo’; todos los demás países tenían que ser para Inglaterra lo que ya era Irlanda: mercados para su producción industrial y fuentes de materias primas y de artículos alimenticios. ¡Inglaterra, gran centro manufacturero de un mundo agrícola, con un número siempre creciente de satélites productores de trigo y algodón girando en torno al sol industrial!”.Pero la clase obrera quedó igualmente sin poder votar[4]. Como una burla, el mismo parlamento arrancado a los terratenientes para la burguesía con la fuerza de la clase obrera, en 1834 lanzó un ataque a los trabajadores con la reforma a la Ley de beneficencia, que implicó la reducción del subsidio a obreros domiciliados, reducción de gastos de asistencia pública: de 6.5 millones de libras a 4.5 millones en 1841, legalizó la explotación del trabajo infantil en 1833 al que hace alusión Engels más arriba y, aceleró proletarización de pequeños productores empujándolos a las fábricas, en donde se formaron “Casas de trabajo” para capacitar a los obreros, en realidad cárceles de trabajadores en donde se separaba a las familias. Aquí vemos claramente un ejemplo primigenio de cómo la política de conciliación entre la burguesía y los obreros sólo trae consecuencias negativas a la clase obrera. Así ha sido a través de la historia del movimiento obrero, siempre y cuando la base no presione por una política de independencia de clase, los elementos conciliacionistas obtienen provecho individual a costa de hipotecar y vender el movimiento. Roberto Owen, socialista utópico Desde el nacimiento del movimiento obrero han existido pensadores individuales que criticando la etapa de la sociedad que les toca vivir, no lo hacen con el método –es decir el método dialéctico– que va hasta el fondo de las contradicciones materiales, quedándose al nivel superficial, presentando “soluciones” mágicas que terminan en fracasos. Tal es el caso de Roberto Owen que, a su favor, a diferencia de los sectarios ó reformistas de hoy, tenía el hecho de que el método de la lógica dialéctica aún no había sido totalmente desarrollado por Marx y Engels, así que el pensamiento y la práctica de Owen se quedaron a nivel de la utopía, como también fue el caso de Saint Simon y Fourier. Los socialistas utópicos intentaron encontrar soluciones a las contradicciones del capitalismo precisamente cuando la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía empezaba a ocupar el primer plano de la historia de los países europeos más avanzados, al mismo ritmo con que se desarrollaba en ellos, por una parte, la gran industria, y por otra, la dominación política recién conquistada de la burguesía. Esta parte la describe magistralmente Engels en su obra, Del socialismo utópico al científico, en ella, Engels no deja de mostrar cierta complacencia con Owen. “... Comparadas con las brillantes promesas de los ilustradores, las instituciones sociales y políticas instauradas por el ‘triunfo de la razón’ resultaron ser unas tristes y decepcionantes caricaturas. Sólo faltaban los hombres que pusieron de relieve el desengaño y que surgieron en los primeros años del siglo XIX. En 1802, vieron la luz las ‘Cartas ginebrinas’ de Saint-Simon; en 1808, publicó Fourier su primera obra, aunque las bases de su teoría databan ya de 1799; el 1 de enero de 1800, Roberto Owen se hizo cargo de la dirección de la empresa de New Lanark (...) El nuevo modo de producción sólo empezaba a remontarse por su vertiente ascensional; era todavía el modo de producción normal, regular, el único posible, en aquellas circunstancias. Y, sin embargo, ya entonces originó toda una serie de graves calamidades sociales. (...) En estas circunstancias, se alza como reformador un fabricante de veintinueve años, un hombre cuyo candor casi infantil rayaba en lo sublime y que era, a la par, un dirigente innato de hombres como pocos. Roberto Owen habíase asimilado las enseñanzas de los ilustradores materialistas del siglo XVIII, según las cuales el carácter del hombre es, de una parte, el producto de su organización innata, y de otra, el fruto de las circunstancias que rodean al hombre durante su vida, y principalmente durante el período de su desarrollo. La mayoría de los hombres de su clase no veían en la revolución industrial más que caos y confusión, una ocasión propicia para pescar en río revuelto y enriquecerse aprisa. Owen vio en ella el terreno adecuado para poner en práctica su tesis favorita, introduciendo orden en el caos. (...) Desde 1800 a 1829 encauzó en este sentido, aunque con mucha mayor libertad de iniciativa y con un éxito que le valió fama europea, la gran fábrica de hilados de algodón de New Lanark, en Escocia, de la que era socio y gerente. Una población que fue creciendo paulatinamente hasta 2.500 almas, reclutada al principio entre los elementos más heterogéneos, la mayoría de ellos muy desmoralizados, convirtióse en sus manos en una colonia modelo, en la que no se conocía la embriaguez, la policía, los jueces de paz, los procesos, los asilos para pobres, ni la beneficencia pública. Para ello, le bastó sólo con colocar a sus obreros en condiciones más humanas de vida, consagrando un cuidado especial a la educación de su descendencia”. Roberto Owen, hijo de un talabartero, a los 29 años, en el año 1800 llegó a ser director y propietario de la fábrica textil en New Lanark, sus ideas pueden concretarse de la siguiente forma: 1.- Pensaba que la transformación de la sociedad podía lograrse por la vía pacífica y 2.- Creía que la conciliación de clases era la fórmula mágica (convencer a príncipes y ministros, reprobaba la lucha política). Partía del supuesto de que el carácter del hombre estaba en función de sus condiciones de vida y por tanto para mejorar al hombre se necesitaba entonces mejorar sus condiciones de vida, por lo cual era menester concentrarse en la educación e invirtió en la construcción de escuelas a niños a partir de los dos años en un pueblo fabril que financió poniendo en riesgo su capital, había casas dignas en los alrededores de la fábrica, y redujo la jornada a 10 horas y media de trabajo, suprimiendo parcialmente el trabajo infantil así como los premios y castigos, impuso tiendas de consumo a precios baratos. La productividad de la fuerza de trabajo se elevó considerablemente y los beneficios no dejaron de fluir hasta el último momento, por tanto intentaba convencer a otros burgueses de que ese era el camino a seguir. Llegó la crisis económica en 1806 y cerró fábrica pero siguió pagando salarios. En 1812 coincidiendo con la ley de pena de muerte a luddistas, lanza ofensiva campaña pública por una reforma escolar y la necesidad de legislación fabril. En 1819 Owen logró que fuese votada la primera ley limitando el trabajo de la mujer y del niño en las fábricas. En 1816, consistente con lo que creía, deja de ser un filántropo y se hizo socialista, con lo cual dejó de ser el hombre más aplaudido y famoso de Europa, para pasar a ser desterrado de la sociedad oficial. Publicó el libro: Una nueva concepción de la sociedad, en donde hace crítica a los resultados de la Revolución industrial, considerando como la “Trinidad del mal” a: 1.- La religión, 2.- La propiedad y 3.- La indisolubilidad del matrimonio. Aborda la desproporción entre producción – consumo y, evidencia el desarrollo fuerzas productivas a la vez de la reducción del nivel de vida de las masas –a más fuerzas productivas debería haber más nivel de vida y era precisamente lo contrario–, critica los enormes gastos del comercio y en 1823 propone comunas en función de la cooperación y el consumo en común: Bazares de cambio, bancos obreros comunes, y un intercambio “justo”. Reconoce al sistema fabril como punto de partida de la revolución social, eso es un aspecto importante a destacar, pues parte de la base material del proceso, pero es incapaz de desligar la distribución del modo de producción, pugnando por suavizar la explotación e intenta resolver la contradicción capital – trabajo a través de la distribución, cuando la distribución es una variable que está en función del modo de producción. Por eso Owen era un utópico, bien intencionado pero actuando al margen de las leyes de la economía. Cabe destacar que el análisis de la experiencia de New Lanark, contribuyó en el proceso de desarrollo de las ideas del Socialismo científico, por parte de Marx y Engels. En agosto de 1834 se funda la “Gran Unión Nacional de Sindicatos” que fracasó el mismo año y se proponía llegar al socialismo por medio de la cooperación; su organización fue reprimida y sus líderes fueron encarcelados. Owen se levantó contra movimiento Cartista en repetidas veces, precisamente por no comprender el proceso general de la toma de conciencia del movimiento obrero que está en función de las relaciones de producción en donde la riqueza del burgués depende directamente de la ruina del proletariado. Insistiendo en conciliar a las clases antagónicas, la insatisfacción era lo que caracterizaba sus logros. Solía decir: “Aquellos hombres eran mis esclavos”, a pesar de lo conseguido, las condiciones precarias en que vivían los obreros de su fábrica, distaban mucho de lo que había aspirado, es decir, la explotación de la fuerza de trabajo prevalecía pues la existencia de la fábrica no podía sumergirse en una esfera ajena a la lógica del capitalismo. Y sigue Owen: “y sin embargo, la parte productora de aquella población de 2,500 almas daba a la sociedad una suma de riqueza real que apenas medio siglo antes hubiera requerido el trabajo de 600,000 hombres juntos. Yo me preguntaba: ¿adónde va a parar la diferencia entre la riqueza consumida por estas 2,500 personas y la que hubieran tenido que consumir las 600,000? (La respuesta es clara, la diferencia iba a parar a los beneficios capitalistas). Sin esta nueva fuente de riqueza creada por las máquinas, hubiera sido imposible llevar adelante las guerras libradas para derribar a Napoleón y mantener en pie los principios de la sociedad aristocrática. Y, sin embargo, este nuevo poder era obra de la clase obrera”.[5] Arruinado por sus experimentos vivió aun varios años más entre la clase obrera impulsando cooperativas de producción y consumo, que como explica Engels, por lo menos sirvieron para demostrar que no hacen falta ni el burgués ni el comerciante. Owen muere en 1858. El movimiento cartista Principales dirigentes Como toda la historia del movimiento obrero demuestra desde la época de los Cartistas en adelante, el proletariado comprende la necesidad de luchar por cada reivindicación parcial política y democrática que sirva para fortalecer su posición, desarrollar su organización de clase y crear las condiciones más favorables para una lucha exitosa contra sus opresores. El Cartismo fue el primer movimiento revolucionario independiente del proletariado como clase, la primera experiencia de la historia del movimiento obrero que formó un partido y por tanto, fue construyendo un programa social muy heterogéneo, un programa confuso e incipiente, tanto la derecha como la izquierda, por ejemplo no consideraba la reivindicación de la reducción de la jornada labora a diez horas y sin embargo reivindicaba el sufragio universal como denominador común. El socialismo Cartista tuvo un carácter embrionario. La influencia de Owen se expresaba en Lovett que estaba a la derecha del Cartismo y promulgaba el socialismo por cooperación entre las clases y, en el ala izquierda estaba O’Brien quien planteaba el derrocamiento del capitalismo en general pero no consideraba el papel histórico del proletariado. También a la izquierda estaba Julian Harney, quien planteaba el sufragio universal como medio no como fin, además de considerar aspectos concretos e inmediatos a través de la “nivelación general de las condiciones de vida” pero no como peticiones sino como algo que habría que arrancar con la fuerza, e iba más allá, al alzamiento armado de las masas. Fue amigo personal de Marx y Engels y aún figuró en la 1ª Internacional, tradujo al inglés el Manifiesto Comunista, fue miembro del comité de redacción del "Northern Star" (La estrella del norte), órgano central del movimiento Cartista, un semanario fundado en 1837 por O’Connor, publicándose hasta 1852 inicialmente en Leeds y luego, a partir de noviembre de 1844, en Londres, Desde 1843 hasta 1850 publicó artículos de Engels. Jones y Harney representan el tránsito del cartismo al socialismo científico, mientras que O’Connor representa al ideólogo más representativo de la derecha siendo el caudillo más prestigioso, editor fundador de “La estrella del norte”, planteaba unas consignas que hablan por sí mismas acerca de su visión política: “Dos acres de tierra para cada cual y una casita convenientemente instalada”, conjuntamente con la consigna de “La vuelta al campo” que en determinado momento alcanzó mucha popularidad Primer periodo Habiendo obtenido lecciones de la reforma de 1831 y de la experiencia de los límites de Owen, había que encontrar un camino en búsqueda de la independencia de clase. En 1836 se forma la “Asociación Obrera de Londres”, que impulsaba seis puntos reivindicativos: 1.- Sufragio universal para hombres mayores de 21 años 2.- Periodos parlamentarios anuales 3.- Voto secreto 4.- Distritos electorales formados uniformemente 5.- Dietas para diputados 6.- Supresión del censo de fortuna para candidatos al parlamento Esto es lo que se conoce como la CARTA DEL PUEBLO, de ahí el nombre de Cartistas. Esto sin duda significó un avance hacia una política de independencia de clase. En 1837 inicia una campaña nacional de firmas por la carta, que concentra mítines en los que se llamaba a armarse ó con obreros armados. Las consignas hablan por sí mismas: “Más cerdos menos curas”, “Sufragio universal o venganza universal”. A fines de fines de 1838 los Cartistas convocan a mitin en Manchester con 100 mil personas. En febrero de 1839 se realiza la Convención Cartista, en donde se delinean claramente la derecha y la izquierda a través de lo que se dio en llamar el Partido “Fuerza Moral” que tenía mayoría de la Convención y era dirigida por Lovett, con presencia en Londres y Birmingham, y el Partido “Fuerza Física” dirigida en un inicio por O’Connor y posteriormente por Jones y Harney, con presencia en los centros fabriles del norte. La Fuerza Física planteaba parlamento popular propio e independiente de terratenientes y burgueses. Tras enormes y apasionados debates, a pesar del triunfo de la Fuerza Moral en la Convención, elementos conservadores la abandonaron por la radicalidad de los discursos de la Fuerza Física. Eso por un periodo dio mayor homogeneidad al cartismo. El 13 de mayo de 1839 la Convención se trasladó a Birmingham y acordó “medidas pacíficas” en caso de rechazarse la CARTA, medidas que incluían: -Aconsejar al pueblo a no pagar alquileres e impuestos -Retiro de ahorros bancarios (sucede que los obreros no tenían dinero en el banco) -Huelga general de un mes (mes santo) A lo que la reacción respondió con la no aprobación de la CARTA, el 12 de julio de 1839 el parlamento votó en contra 235 votos y a favor 46 votos, además de prohibir los mítines y reprimir a los Cartistas con encarcelamientos. Ante el resultado de la votación y la represión el 15 de julio las masas respondieron prendiendo fuego a los enemigos del cartismo. Birmingham estuvo por tres días en manos del pueblo, sin embargo la dirección Cartista no llamó a la huelga general, a pesar de que había una “Comisión de huelga general” que declaró: “Las masas no están preparadas” para la huelga y, en vez de una huelga general de un mes, convocó a una huelga general de 48 y 72 horas el 12 de agosto de 1839, que también fracasó, con lo cual la Convención se disolvió el 14 de septiembre. En noviembre en el sur de Gales, hubo una nueva intentona de alzamiento que fue violentamente sofocada con 450 presos, entre ellos O’Connor y O’Brien. Segundo Periodo En julio de 1840 se forma la “Liga Nacional Cartista” que se planteó como objetivo llegar por medios pacíficos a una reforma radical del parlamento. Se consiguió fusionar los diversos grupos dispersos del cartismo. En 1842 tenían 400 secciones con 40 mil afiliados, tenían un comité ejecutivo, congresos, periódicos, carnets y cuotas. Un partido en toda la extensión de la palabra. Esta segunda petición al parlamento incluye: -Derogación de la LEY DE BENEFICENCIA -Necesidad de la legislación fabril -El poder pase a manos del pueblo El 2 de mayo de 1842 se presentaron 331 mil 600 firmas, que nuevamente el parlamento rechazó. Los elementos burgueses en el Cartismo organizados en la “Liga contra las leyes cerealistas”, lanzó el anzuelo de abaratar el pan y organizó un Lock out (huelga patronal), pero el movimiento huelguístico salió de su control extendiéndose a otros sectores y zonas. En agosto 1842 se añadieron a la segunda CARTA reivindicaciones económicas concretas. Estalló una oleada de huelgas que propició un proceso de unidad entre Cartistas y sindicatos, lo cual fue importante, dado que normalmente estaban separados. Hubo agitación sobre una huelga general que finalmente no llegó a producirse de forma total pues únicamente el norte se movilizó, el sur y centro se mantuvieron al margen. La derrota de la huelga general propició una nueva afrenta represiva con encarcelamientos en masa. Esto impactó la afiliación pues en 1843 sólo tenían 3 o 4 mil afiliados y un boom económico en 1846 terminó por llevar al movimiento nuevamente al sindicalismo exclusivamente. Tercer Periodo Se abrió una crisis general que se correspondió con las elecciones de 1847 y las revoluciones de 1848, principalmente el impacto de la revolución de febrero de 1848 en Francia. Por todas partes se votaban resoluciones favorables a la revolución generándose disturbios entre obreros sin trabajo que gritaban la consigna: “Pan ó Revolución”. El 3 de abril de 1848 se acuerda una nueva CARTA al parlamento similar a la de 1842, reuniéndose un millón 975 mil firmas. Los Cartistas se declaran en “Asamblea nacional” hasta que la carta se convierta en ley y convocan a mitin el 10 de abril de 1848 y dirigirse en marcha al parlamento. La manifestación del 10 de abril fue inoportuna y mal preparada debido a las indecisiones y vacilaciones de la dirección Cartista, convirtiéndose en una derrota completa y decisiva del movimiento. La reacción respondió con un operativo de 170 mil policías especiales, 2 mil empleados de correos armados, 100 mil soldados y marinos y cañones pesados en varios puntos de la ciudad, así como vapores con calderas encendidas para transporte de tropas y las iglesias se convirtieron en cuarteles. Al mitin del 10 de abril asisten sólo 40 mil personas, por lo cual O’Connor disolvió el mitin “pacíficamente” y llamando a las masas a “alcanzar el triunfo por la reflexión”. El 1º de mayo 1848, se instala el congreso Cartista, pero el 13 fue disuelto represivamente. De mayo a octubre se abre un periodo de terror en el cual 90 jefes Cartistas caen presos, se manifiesta la bancarrota de planes agrarios de O’Connor, de la vía pacífica y el triunfo de la reacción en París, Berlín y Viena. “Después de esta derrota el cartismo no pudo reconstruirse. Después del fracaso de las revoluciones de 1848, todas las organizaciones del partido y todos los periódicos de partido de las clases trabajadoras fueron destruidos en el continente por la fuerza bruta. (...) Mientras la derrota de sus hermanos del continente llevó el abatimiento a las filas de la clase obrera inglesa y quebrantó su fe en la propia causa, devolvió al señor de la tierra y al señor del dinero la confianza un tanto quebrantada. Estos retiraron insolentemente las concesiones que habían anunciado con tanto alarde. El descubrimiento de nuevos terrenos auríferos produjo una inmensa emigración y un vacío irreparable en las filas del proletariado de la Gran Bretaña. Otros, los más activos hasta entonces, fueron seducidos por el halago temporal de un trabajo más abundante y de salarios más elevados, y se convirtieron así en «esquiroles políticos». Todos los intentos de mantener o reorganizar el movimiento Cartista fracasaron completamente. Los órganos de prensa de la clase obrera fueron muriendo uno tras otro por la apatía de las masas, y, de hecho, jamás el obrero inglés había parecido aceptar tan enteramente un estado de nulidad política. Así pues, si no había habido solidaridad de acción entre la clase obrera de la Gran Bretaña y la del continente, había en todo caso solidaridad de derrota”.[6] Al extinguirse “La estrella del Norte” Jones fundó el “Diario del Pueblo” (The People's Paper) semanario Cartista que salió publicado de 1852 a 1854, año en que desaparecen las últimas agrupaciones del cartismo. Los Cartistas, producto de un esfuerzo paciente lograron impulsar la Primera Internacional. Marx y Engels fueron aliados “íntimos” de los Cartistas. The People's Paper fue uno de los ejemplos más brillantes de la conexión de los fundadores del marxismo con los Cartistas ingleses, de la aspiración de Marx y Engels de ejercer influencia ideológica en el proletariado inglés y apoyar a los dirigentes Cartistas para hacer resurgir el movimiento obrero en Inglaterra sobre una base nueva, marxista. Marx y Engels colaboraron en The People's Paper desde octubre de 1852 hasta diciembre de 1856, ayudando también a redactarlo. En junio de 1858, el periódico pasó a manos de unos hábiles negociantes burgueses. Conclusiones A ojos de un observador superficial, las expresiones de la sociedad actual han sido, son y serán inamovibles. Sin embargo esto no es así. Hemos visto cómo la Revolución industrial en Inglaterra vino a trastocar todas las relaciones sociales de producción sepultando definitivamente el modo de producción feudal en los países que Engels llama “civilizados”. La base material para el socialismo no sólo ha sido desarrollada por el capitalismo sino que ha alcanzado niveles de podredumbre. Hoy a hace apenas 240 años de la primera máquina de hilar Hargreaves, existen las condiciones para robotizar completamente las fábricas, es decir, posicionar el trabajo completamente en las máquinas. Sin embargo, bajo el capitalismo esto no es posible, por la sencilla razón que las máquinas no agregan valor, sólo lo transfieren, en otras palabras, la burguesía necesita explotar a la clase obrera o de otra forma no puede obtener plus valor, es decir, beneficios. Es aquí donde vemos cómo la organización del trabajo ha llegado al límite, no puede ir más allá porque ir más allá implica extraer no sólo la fuerza de trabajo del obrero sino también su “Fuerza moral” es decir su entusiasmo por hacer las cosas y eso reflejado en la productividad que llevada al extremo de la automatización implica dejar de extraer fuerza de trabajo. Ahora a los obreros nos pretenden vender la idea de que seamos felices con la explotación de que somos objeto. Es por eso que filosofías de la manufactura van y métodos de la organización del trabajo vienen, desde el Fordismo con su innovación en la administración de los tiempos y movimientos, hasta lo que hoy conocemos como Manufactura esbelta, pasando, entre otros, por la Teoría de restricciones, el flujo de producción Kanban, el Justo a tiempo, Buenas prácticas de manufactura, el Control total de calidad, el método ISO, los Sistemas de Ejecución de Manufactura y los sistemas de Planeación de Recursos Empresariales (ERP por sus siglas en inglés), etc., todas ellas en el fondo pretenden ampliar relativamente la jornada laboral, es decir, lograr intensificar los ritmos de trabajo. Un mundo en el que la fuerza de trabajo sea extraída conjuntamente con su “factor moral” hasta sus últimas consecuencias y a la vez la fuerza de trabajo sea sustituida en cada vez mayor magnitud por la maquinaria, sólo puede darse bajo relaciones socialistas de producción. Hay en los medios de producción y los métodos de organización capitalista del trabajo, un avance inconmensurable para sentar las bases para la producción social que no tenga por objetivo la apropiación individual. La Revolución industrial fue sin duda un enorme paso adelante en el avance de la humanidad, el posterior desarrollo de las fuerzas productivas pasando por sinuosos ciclos de boom-recesión, fue empujando al sistema cada vez más hacia sus límites. Ahora, asistimos a una tendencia histórica decreciente de la curva capitalista, en la cual, a pesar de manifestar puntuales y breves periodos de boom, tiene como característica fundamental una tendencia decreciente a partir de la mitad de los años 70 del siglo pasado. Esto ha tenido, tiene y tendrá efectos en la conciencia de la clase obrera. Desde el Luddismo, las primeras Uniones o sindicatos, pasando por el Cartismo como primera expresión de organización política, la clase obrera ha vivido dos guerras mundiales, guerras regionales recurrentes, revoluciones y contra revoluciones. Desde la derrota de las revoluciones en Francia y Alemania en 1848 que significaron el contexto de la derrota del Cartismo, la revolución ha sido un personaje excepcional pero cíclico de la historia, esto sin dejar de considerar también largos periodos de reacción y periodos de “normalidad” donde pareciera que no pasa nada. Sin embargo, la dialéctica de la interrelación entre el ciclo económico y los procesos de conciencia de las masas, siempre pone de relieve la vigencia de la lucha de clases y en particular el papel de la clase obrera. Lejos y vituperadas han quedado las ideas que manifestaban (y algunas totalmente fuera de la realidad lo siguen haciendo) la “inexistencia” de la clase obrera, que como hemos explicado los marxistas, sigue siendo el factor fundamental de la lucha de clases debido a su papel en las relaciones de producción. Sin obreros no hay beneficios, así de simple. Pero ante el agudizamiento de la crisis capitalista fundamentada en la sobreproducción o sobrecapacidad, los ataques a la clase obrera son también una constante para mantener o aumentar los beneficios. Llegado a un punto, la burguesía no puede permitir más concesiones por mínimas que sean y a la vez, la clase obrera no puede permitir que le sean arrebatadas -sin luchar- conquistas por mínimas que sean. Así, la crisis está abriendo una época de conmoción social en donde la inestabilidad del sistema es el denominador común. La globalización de la economía ha traído consigo la globalización de la lucha de clases. Por tanto, en el caso de América Latina y como hemos explicado en otros textos de Militante y de la Fundación Federico Engels, muchos de ellos contenidos en nuestra web www.marxist.com, asistimos a un proceso continental de la revolución y ejemplos tenemos en varios países, fundamentalmente en Venezuela, en donde –hasta ahora- las masas han derrotado magistralmente a la contrarrevolución obligando a Hugo Chávez a ir mucho mas allá de sus intenciones primigenias. México se está empezando a sincronizar con este proceso. El papel de clase obrera es y será fundamental, a pesar de su disminución cuantitativa tiene cada vez mayor peso cualitativo. Menos obreros ahora hacen lo que antes hacían más; los 600 mil obreros a los que hace alusión Roberto Owen y que en su tiempo se redujeron a 2 mil 500, ahora se han reducido apenas a un centenar o algo más, producto de la innovación ahora un solo obrero y un ayudante pueden atender una batería de diez telares automáticos y programables en computadora con más de mil 200 golpes por minuto. He aquí el valor de la clase obrera en las relaciones de producción. Tan sólo unos cuantos sectores –energía, transporte, comunicaciones, banca, agua y alimentos- podrían parar a la sociedad entera, tal es el poder de la clase obrera. Hoy, a pesar de que la innovación tecnológica ha conseguido enormes avances en la capacidad productiva, dos terceras partes de la humanidad viven en condiciones de miseria, enfermedad, desempleo, explotación y muerte. Por ejemplo, la capacidad de producción de alimentos de Europa central daría para abastecer a la humanidad entera, la capacidad de producción de chips electrónicos de Japón abastecería la demanda mundial, lo mismo el caso de acero para Alemania, en Argentina mueren niños de hambre cuando ese país tiene la capacidad de producción de carne bovina para 300 millones de personas. ¿Es acaso que estamos condenados a la barbarie? La respuesta es, no. Otro mundo es posible luchando por el socialismo. Toda la capacidad productiva alcanzada bajo el capitalismo podrá ser gestionada democráticamente por la clase obrera de acuerdo a un plan central que permitirá utilizar racionalmente los recursos y los productos. El pequeño gran problema es que la clase obrera no es plenamente consciente de su poder y la masa, a pesar de construir con su lucha sindicatos y partidos, es presa por un tiempo del conciliacionismo de su dirección reformista. En estos días, por ejemplo, no sólo se podría echar atrás el desafuero de AMLO, sino incluso derribar a Fox es perfectamente posible, sólo haría falta un llamado consistente a luchar por parte de la dirección del PRD y los sindicatos. Es a través de la propia experiencia como las masas irán comprendiendo su fuerza y su poder que radica en su cantidad y en su papel en las relaciones de producción, es a través de la experiencia en los grandes acontecimientos que las masas entenderán lo enormemente perjudicial que resulta el conciliacionismo con la burguesía, aprenderán y trascenderán a su dirección reformista obligándola a ir más allá o rebasándola. El papel activo y audaz de los marxistas permite y permitirá fertilizar este proceso orientándolo hacia la necesidad histórica de la transformación socialista de la sociedad, en donde se utilizarán las condiciones materiales logradas por el capitalismo para, conseguida la expropiación de los expropiadores y colocados los medios de producción bajo control obrero, la humanidad pasará del mundo de la necesidad al mundo de la libertad. [1] Engels, Principios del comunismo [2] Alan Woods. El marxismo y la teoría de las “ondas largas” [3] Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra [4] En 1867, en Inglaterra, bajo la influencia del movimiento obrero de masas, se llevó a cabo la segunda reforma parlamentaria. El Consejo General de la I Internacional tomó parte activa en el movimiento que reivindicaba esta reforma. Como resultado de ella, el número de electores en Inglaterra aumentó en más del doble y cierta parte de obreros calificados conquistó el derecho a votar. [5] Roberto Owen, citado por Engels en Del socialismo utópico al científico [6] Marx, Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores
escrito por Adrián Alvarado A mediados de 1906 en la humilde casa de un tejedor de Río Blanco se reunían un grupo de trabajadores para hacer el corte de los gastos de la caja. Manuel Ávila también trabajador textil les propuso a sus compañeros discutir sobre la viabilidad de crear una organización obrera para luchar contra el clero, el gobierno y la patronal, el grupo de aquellos trabajadores quedo dividido ante tal propuesta, ¿sería el momento de construir una organización de ese estilo?, ¿no sería mejor una sociedad mutualista, que una organización política de la clase trabajadora?, aquel grupo de trabajadores no sabía que estaban próximos a una huelga en las fabricas textiles del país, incluyendo a la de Río Blanco; la cual llegaría a convertirse en un icono de la lucha contra la dictadura porfirista y pasarían a la historia como una de las luchas obreras precursosras de la revolucion mexicana de 1910. El desarrollo del capitalismo durante la dictadura de Porfirio Díaz se desarrollo de una manera turbulenta, estuvo marcado por 250 huelgas obreras registradas durante esa época. La primera huelga estalló en abril de 1877 en una fábrica de hilados, la mayoría de las huelgas en este periodo fueron en fabricas textiles, siguiéndole en los ferrocarriles y los cigarreros. La inversión en la economía mexicana se concentraba principalmente en los ferrocarriles, en la minería, los bancos y en menor proporción en la industria y el petróleo; la mayoría de estas inversiones correspondían a capital extranjero, principalmente norteamericano, británico y francés. Los patrones extranjeros combinaban toda una serie de factores para explotar a la clase trabajadora, jornadas de 12 a 15 horas, el endeudamiento de los trabajadores y sus familias por medio de las Tiendas de Raya, en las cuales se obligaba a los trabajadores a comprar los productos básicos. Fueron durante esas fechas que nacieron también las primeras organizaciones obreras en nuestro país. En 1872 se fundó el Gran Círculo de Obreros Libres, el cual rápidamente se extendió al gremio textil y en algunos sectores artesanales, para 1876 esta organización contaba con 35 sucursales en centros textiles como Puebla, Contreras y Tlalpan, llegó incluso a organizar una huelga de sombrereros por aumento de salarios y algunas manifestaciones Años después producto de la represión porfirista, por la división interna y ante la falta de una perspectiva revolucionaria por parte de los dirigentes, el Gran Círculo de Obreros Libres desaparece. Pero sin duda los iconos de la lucha obrera durante el régimen de Porfirio Díaz, debido a su combatividad y la forma violenta en que el régimen termino con el movimiento, fueron las huelgas de Cananea, en Sonora y Río Blanco en Veracruz, durante 1906 y principios de 1907. Luchas de los trabajadores de Río Blanco 1906-1907, no fue la primera huelga que los trabajadores realizaron en la fabrica textil de Río Blanco, se tienen la referencia de 3 huelgas producto del abuso patronal hacia la clase trabajadora. El primer movimiento fue en el año de 1896, producto de una orden dada por la administración de la empresa, que, siguiendo el ejemplo de las empresas textiles en Puebla, obligaba a los trabajadores a trabajar los días martes y jueves hasta des doce de la noche; cuando llegó la orden los trabajadores se negaron a acatarla y abandonaron el trabajo a la hora que normalmente terminaba la jornada laboral; la administración, debido al gran malestar que provocó está medida y la presión de los trabajadores terminó por abandonar la medida. En 1898 la empresa instaló un nuevo salón en la empresa, conocido como el "Salón Nuevo" y bajo el pretexto de que algunos telares se producían ahí, empezó a retirar algunos rollos defectuosos e imponer multas a los trabajadores con rebajas al salario. Los trabajadores del "Salón Nuevo" pararon los telares, quejándose de las multas, a los cuales se sumaron los trabajadores del salón conocido como "El Grande", salieron de la fábrica y se reunieron en asamblea, formaron una comisión y la enviaron con la administración, mientras los comisionados se disponían a salir, en la asamblea tomó la palabra un obrero de nombre Manuel Ávila tomó la palabra y pronunció un encendido discurso contra los patrones, por lo que fue incluido en la comisión negociadora. Los obreros al día siguiente se enteraron de que habían conseguido que se retirará las multas y además un aumento de salario. Finalmente en 1903, los trabajadores abandonan el trabajo por más de una semana debido a que se había nombrado a un nuevo capataz, que era conocido por los malos Tratos hacia los trabajadores, después de más de una semana los trabajadores regresan a trabajar producto del cansancio y debido a que los comisión de los trabajadores no pudo obtener que se removiera al nuevo capataz. La masacre de 1907 En una casa de un tejedor de Río Blanco, a ,mediados de 1906, se reunía un grupo de trabajadores para hacer un corte y analizar los gastos de la caja de los trabajadores, el trabajador Manuel Ávila propuso a los asistentes la formación de una organización que sirviera para luchar contra los abusos de los patrones y que a su vez plantara demandas políticas hacia el gobierno; la propuesta ocasionó que en la asamblea se dividieran opiniones, algunos apoyando la propuesta y otros rechazándola; finalmente en las votaciones se aceptó la propuesta de crear una Sociedad Mutualista de Ahorros y se designó a una comisión para escribir los estatutos. En la nueva reunión de estatutos de la nueva organización salió a relucir la propuesta de una organización de lucha de los trabajadores y finalmente en las votaciones se aprobó que la organización debía servir para luchar contra el gobierno y los patrones, se adopto de nombre de "Gran Círculo de Obraros Libres" (GCOL), se adoptaron los principios del Partido Liberal Mexicano. La organización no sólo creció en Veracruz; por medio de su periódico Revolución Social, se extendió a Puebla, el Distrito Federal, Tlaxcala y el Estado de México. Debido a esta situación, la clase burguesa totalmente alarmada creo el "Centro Industrial de Puebla" y publicó una serie de reglamentos para prohibir la organización y despedir a todo aquel trabajador que tuviera relación con el GCOL, dicho reglamento fue retomado por los patrones en diversas partes del país. El Gran Círculo llama a la Huelga General, 30, 000 trabajadores responden como un solo hombre a la huelga. Los trabajadores realizan una serie de reivindicaciones que les permita organizarse y elevar sus nivel de vida, envían comisiones al Distrito Federal para entrevistarse con Porfirio Díaz, el cual pública una serie de linimientos que debían acatar los trabajadores favoreciendo obviamente a la clase burguesa y ordena que los obreros regresen a trabajar para el 7 de Enero. El 7 de Enero regresan a las fabricas los obreros del distrito Federal, Tlaxcala, Estado de México y Veracruz; pero los trabajadores de Río Blanco ese día se negaron a entrar a la fábrica, de hecho una comisión de mujeres encabezada por Isabel Díaz, Dolores Larios y Carmen Cruz esperaban a los trabajadores en la puerta de la fábrica amenazando a todo aquel que intentará ingresar, al acercarse los obreros a la odiada tienda de raya, uno de los dependientes mató a un trabajador lo que ocasionó el enojó y la furia de los obreros los cuales saquearon y quemaron aquel símbolo que los endeudaba y sumía en la miseria, otra mujer de nombre Margarita Martínez encabezó a las obreras y se dirigieron a las casas comerciales en Río Blanco. Al ver lo que estaba sucediendo los dueños de la tienda de raya dieron parte a las autoridades, las cuales enviaron efectivos del 13º Batallón y cuando la multitud se dirigía a Orizaba disparo sobre los trabajadores; la persecución se desató y se detuvieron a más de 400 obreros y fueron fusilados cerca de 200. El 11 de los obreros de Río Blanco regresan al trabajo, sólo 5,512 obreros de los 7,083 estaban presentes. Son ya cien años de los acontecimientos de Río Blanco, pero para la clase trabajadora y la juventud revolucionaria sigue siendo una referencia esas grandes huelgas, no debemos de confundirnos debido al final que tuvo el movimiento esa saña contra los huelguistas se explica por el nerviosismo de la burguesía y el gobierno ante el movimiento obrero organizado, debemos de rescatar la experiencia de este movimiento y seguir su ejemplo, aquellos obreros que se atrevieron a organizarse y desafiar no solo a la dictadura porfirista y que hizo temblar a la burguesía mexicana; y no es para menos los oligarcas, la burguesía y su gobierno siempre temblaran ante el poderoso movimiento organizado de la clase obrera. El mejor homenaje a los mártires obreros de Río Blanco es continuar su lucha y plantear una alternativa socialista a este sistema de explotación y miseria.
Escrito por David García Colín Martes, 04 de julio de 2006 En el Perfil del militante adulto de la Organización Nacional del Yunque se dice que un militante de esta organización “Echa raíces y da frutos en el medio donde Dios lo ha plantado. Esta listo para reinstalarse en el momento que Dios se lo pida”; para el movimiento obrero es importante conocer la macabra historia de esta organización criminal de ultraderecha y sus objetivos porque, reflejando la tensión de la lucha de clases, los miembros de el Yunque se encuentran en sectores clave del aparato del estado con el principal objetivo de romper la espalda del movimiento obrero mediante la represión y el fraude electoral, frente a ello la única respuesta es la movilización y la organización para lograr la transformación radical de la sociedad y liquidar el capitalismo. Estamos viviendo un escenario de polarización social a derecha e izquierda, caracterizado, por un lado, por una indudable recuperación del movimiento sindical y la perspectiva histórica de la llegada del PRD al gobierno con el impulso y la movilización de los sectores más explotados de nuestro país y, por el otro, por la desesperación y la relativa debilidad de la burguesía frente a el creciente movimiento obrero y la más que posible llegada de Obrador al gobierno, todo a pesar de que López Obrador -y la camarilla burocrática y arribista que se ha aglutinado en torno a su campaña- ha intentado dar muestras claras de que por si misma no representa una amenaza para el sistema, sin embargo, la oligarquía y el imperialismo no confían en el movimiento masivo que estará detrás de este gobierno. Frente a este escenario el régimen de Fox se ha radicalizado cada vez más a la derecha y termina su gobierno con las manos manchadas de sangre obrera; los sectores más reaccionarios del PAN –vinculados a la organización de ultraderecha: El Yunque- ya se han hecho de sectores clave del estado a nivel federal, estatal y municipal por no mencionar que por razones obvias controlan las organizaciones empresariales como la COPARMEX. El secretario de gobernación Abascal Carranza, el subsecretario de gobernación Martín Huerta, el líder nacional de PAN Manuel Espino, el secretario del trabajo Javier Salazar, el Jefe de la Oficina gubernamental Ramón Muños, la Presidenta de la Sedesol Teresa Aranda, los principales asesores de Fox, entre muchos otros pertenecen a esta reaccionaria organización clandestina[1]. Creada a inicios de los años sesenta, como una reacción ante el triunfo de la revolución Cubana y la efervescencia de la juventud en las universidades, El Yunque pretende, según sus propios documento básicos, “evangelizar las instituciones” o crear un estado de acuerdo a los dogmas de la iglesia católica para que “todos los pueblos se sometan a la realeza social de Jesucristo”, se trata de una organización militante que “combate con los medios a su alcance a las fuerzas de la revolución (las Obras de Satanás). Sin tregua”[2], es decir, se trata de una organización contrarrevolucionaria y de carácter fascista (tan sólo le falta la base de masas), centralizada y vertical (“el que obedece no se equivoca” dicen ellos) que tiene tradiciones que se remontan a la guerra cristera (de ahí su mayor implantación en el bajío) y de inspiración falangista, cuyo objetivo es proteger al sistema capitalista y sus parásitos con grupos de choque y mediante la toma del poder. En sus orígenes el Yunque nació como una organización porril de la Universidad Autónoma de Puebla conocida como FUA (Frente Universitario Anticomunista) y el Movimiento de Renovación y Orientación (MURO UNAM) que con la consigna “cristianismo sí comunismo no” practicaba secuestros (Granados Chapa entonces estudiante fue víctima de esta organización criminal), atentados dinamiteros (1962) e inclusive asesinatos. Financiada por empresarios, Salinas Price (padre de Salinas Pliego dueño de TV Azteca), por ejemplo, en su propia autobiografía comenta lo siguiente: “En varias ocasiones me planteó (se refiere al empresario Navarro Vázquez) la conveniencia de crear un grupo de choque de jóvenes, a efecto de contrarrestar el terror de la izquierda entre los estudiantes”[3], no obstante, el plan era más ambicioso se trataba de tomar por asalto las universidades como plataforma para crear una estructura a nivel nacional cuyo objetivo es la toma del poder, con tal objetivo, el Yunque cuenta con estructuras públicas como Provida, Ancifem, Unión Nacional de Padres de Familia, México Unido contra la Delincuencia, organizaciones porriles, etc.; por medio de las cuales hacen propaganda reaccionaria y cooptan a fanáticos conservadores de las clases altas (sobre todo jóvenes) para la organización central: El Yunque, en donde los adiestran ideológicamente e inclusive los entrenan en el uso de armas y el enfrentamiento físico (uno de los impartidores de estos cursos en Bravo Mena anterior presidente del PAN). El fraude electoral en marcha, la represión sangrienta de los mineros de Lázaro Cárdenas, la ofensiva brutal contra la autonomía sindical, la represión y asesinatos y violaciones en Atenco, la amenaza de represión sangrienta de maestros en Oaxaca reflejan la desesperación de la burguesía, la histeria anticomunista y, al mismo tiempo, expresan el pensamiento de los inquisidores reaccionarios del Yunque ahora en sectores clave del gobierno. Sin embargo estos criminales son impotentes frente a un movimiento obrero unido y organizado, sus planes podrían ser hechos añicos con una huelga general contra sus planes de hambre; sus ataques reflejan debilidad y desesperación, la única condición es impulsar esta huelga desde abajo y romper la inercia criminal y paralizadora de la dirección; la huelga general vinculada con la revolución socialista es el mejor camino para borrar a los bárbaros fascistas de la faz de la tierra junto con sus criminal sistema capitalista y, junto con ello, el surgimiento de una sociedad verdaderamente humana, una sociedad socialista. [1] Cf “El Yunque la Ultraderecha en el Poder”, Álvaro Delgado, Plaza Janes, México 2003 [2] Ibid. pp. 204-208. [3] Ibid. p. 37
Escrito por Alan Woods La revolución venezolana ha inspirado a los trabajadores, campesinos y jóvenes de toda América Latina y a escala mundial. Durante la pasada década las masas revolucionarias han conseguido milagros, pero la revolución venezolana no está completada. No se puede completar hasta que expropie a la oligarquía y nacionalice la tierra, los bancos y las industrias clave que siguen en manos privadas. Después de casi una década esta tarea no se ha cumplido y representa una amenaza para el futuro de la revolución. La oligarquía venezolana se opone implacablemente a la revolución. Detrás de ella está el poderoso imperialismo norteamericano, tarde o temprano la revolución se enfrentará a la alternativa: o... o. E igual que la revolución cubana fue capaz de llevar a cabo la expropiación del latifundismo y el capitalismo, la revolución venezolana se encontrará ante la decisión necesaria de seguir el mismo camino. Esa es realmente la única salida. La revolución bolivariana ahora está en la encrucijada. Ha alcanzado el punto crítico donde se tendrán que tomar decisiones que tendrán una influencia determinante en el destino de la revolución. El papel de la dirección es decisivo en este momento. Pero aquí encontramos la mayor de sus debilidades. Se puede decir sin temor a caer en la contradicción que si existiera un genuino partido marxista en Venezuela con raíces en la clase obrera, entonces la revolución socialista se habría completado ya hace mucho tiempo. Pero este partido no existe, mejor dicho, sólo existe su embrión. Ese es el quid de la cuestión. La cuestión de la dirección Después de todos los discursos sobre socialismo, todavía no se han realizado las tareas fundamentales de la revolución socialista. Hugo Chávez ha demostrado ser un luchado antiimperialista valiente y un consistente demócrata. Pero el coraje no es suficiente para ganar una guerra. También es necesario tener una estrategia y táctica correctas. Y lo que es verdad para la guerra entre las naciones también lo es para la guerra entre las clases. Los reformistas y estalinistas intentan argumentar que las "condiciones no están maduras" para la revolución socialista en Venezuela. Todo lo contrario, las condiciones para el triunfo de la revolución socialista en Venezuela hoy son infinitamente más favorables que lo eran en Rusia en 1917. No debemos olvidar que la Rusia zarista era un país extremadamente atrasado y semifeudal, con una clase obrera muy pequeña, menos de diez millones de una población total de 150 millones de personas. Tampoco debemos olvidar que en febrero de 1917 el Partido Bolchevique tenía sólo 8.000 militantes en toda Rusia. Si se comparan con los cinco millones de militantes del PSUV la diferencia inmediatamente salta a la vista. La correlación de fuerzas de clase en Venezuela es mil veces mejor a la que tenían los bolcheviques en 1917. Pero aquí no se agota la cuestión. En la historia de la guerra ¿cuántas veces ha sido derrotado un gran ejército por una fuerza mucho más pequeña de profesionales entrenados dirigidos por buenos oficiales? ¡Muchas veces! En las revoluciones como en las guerras la calidad de la dirección es en última instancia decisiva. Bajo la dirección de Lenin y Trotsky, el Partido Bolchevique consiguió en un especio de tiempo muy corto ganar a la mayoría decisiva de los trabajadores y soldados, dirigiéndoles hacia la toma del poder. Lo consiguieron basándose en ideas marxistas claras y métodos que combinaban la firmeza ideológica en todas las cuestiones fundamentales con la flexibilidad táctica necesaria para ganar a las masas al lado de la revolución. La existencia de ese partido y dirección en Venezuela sin duda habría facilitado mucho la tarea de la revolución socialista. Pero este partido no existe y las masas no pueden esperar hasta que lo hayamos creado. Los sectarios y los formalistas son incapaces de comprender a las masas, cómo desarrollan la conciencia y se mueven para cambiar la sociedad. Para estas personas la cuestión es muy simple: proclamar el partido revolucionario. No hay diferencia si es un partido de dos o de dos millones. Pero las masas no entienden a los pequeños grupos revolucionarios y pasan sobre ellos sin ni siquiera percibirlos. La revolución no puede ser dirigida por pequeños grupos de revolucionarios como un director que dirige una orquesta. Tiene una vida y lógica propias que no se corresponden con los esquemas formalistas de los sectarios. La naturaleza aborrece el vacío. En ausencia de una dirección proletaria revolucionaria firme armada con las ideas científicas del marxismo, la dirección ha sido ocupada por el Movimiento Bolivariano. Este incluye en sus filas a millones de trabajadores, campesinos y jóvenes revolucionarios que luchan con todas sus energía por un cambio fundamental en la sociedad, por el socialismo. Identifican sus aspiraciones con la persona de Hugo Chávez, el fundador y líder indiscutible del Movimiento Bolivariano. ¡Naturalmente! Las masas siempre son leales a las organizaciones y dirigentes que las despiertan a la vida política, que dan una expresión organizada a sus aspiraciones y las expresa en palabras. Fortalezas y debilidades del bolivarianismo Estas son conquistas indudables del movimiento bolivariano. Su lado fuerte es que está enraizada en las masas, en los millones de trabajadores, campesinos y pobres venezolanos que antes no tenían voz y ahora la tienen. Al poner en pie a estos millones y darles voz y esperanza, el Movimiento Bolivariano jugó un papel muy progresista. Pero junto a sus puntos fuertes también hay muchos débiles. La debilidad más importante del bolivarianismo es carece de un programa, política y estrategia clara para realizar las aspiraciones de las masas. Este hecho es comprensible dada la forma en que surgió el movimiento. No fue el producto de un programa elaborado sino de las aspiraciones poderosas, aunque imprecisas, de justicia nacional y social. Al principio esta circunstancia no fue un problema, correspondía totalmente con la psicología de las masas, que sólo estaban comenzando a despertar a la vida política. Una vez las masas fueron conscientes de que era una posibilidad de luchar por el cambio, lo abrazaron con entusiasmo. Eso creó un impulso irresistible que ha continuado durante una década, sacudiendo los cimientos de la sociedad y la política en Venezuela y más lejos. Sin embargo, dialécticamente, lo que al principio fue una fuente de fortaleza en determinado momento se transforma en su contrario. En ausencia de un programa científico y claro, de una ideología inequívoca, el movimiento cae bajo la presión de fuerzas de clase contradictorias, que se reflejan en sus filas y especialmente en su dirección. Estas contradicciones, que en el fondo reflejan contradicciones de clase, se reflejaron en la evolución política del propio Chávez. El papel de Chávez Ningún observador imparcial puede negar que durante la pasada década Hugo Chávez ha evolucionado de una manera sorprendente. Partiendo del programa de la democracia revolucionaria, ha entrado en conflicto repetidamente con los terratenientes, banqueros y capitalistas venezolanos, con la jerarquía de la Iglesia y con el imperialismo norteamericano. En todos estos enfrentamientos se ha basado en las masas de trabajadores, campesinos y pobres, que representan la verdadera fuerza motriz de la revolución bolivariana, su única base real de apoyo. Finalmente, se ha posicionado a favor del socialismo, que es un acontecimiento muy importante. Aunque la naturaleza de este socialismo es tan imprecisa como el resto de la ideología bolivariana, los trabajadores la están llenando con su propio contenido de clase. Han procedido a ocupar las fábricas e instaurado el poder obrero. Los campesinos luchan por ocupar las grandes haciendas y realizar la revolución agraria desde abajo. La fuerza fundamental de Hugo Chávez no es la claridad de sus ideas sino el hecho de que ha expresado las aspiraciones profundas de las masas. Cualquiera que haya estado presente en un mitin de masas en Caracas ha presenciado la química electrizante que existe entre el presidente y las masas. Se nutren mutuamente. Las masas ven reflejadas sus aspiraciones en los discursos del presidente, el presidente va más a la izquierda debido a la reacción de las basas y, a su vez, da un impulso fuerte a estas aspiraciones. La burguesía ha comprendido esta "química revolucionaria" y lucha por romper el vínculo que existe entre Chávez y las masas. Planearon asesinar al presidente, calculaban que su desaparición fragmentaría y desintegraría el Movimiento Bolivariano. Han organizado una conspiración en las capas superiores del Movimiento Bolivariano para sustituirle por un candidato que sea más "moderado", es decir, más maleable a las presiones de la burguesía. El objetivo principal de la derrota del referéndum constitucional no era en absoluto "impedir una dictadura" (ninguna de las medidas incluidas en la reforma se podía interpretar en ese sentido), sino evitar que Chávez se pudiera presentar de nuevo a la presidencia. Si triunfaran abriría el camino para el éxito de la conspiración que es conocida "chavismo sin Chávez". Es bien conocido que la burocracia contrarrevolucionaria ha tomado medidas para aislar a Chávez de las masas mediante la creación de un férreo círculo alrededor del Palacio de Miraflores. La amenaza de asesinato es real y justifica una estrecha seguridad. Pero este hecho también puede ser utilizado por los funcionarios como un pretexto para filtrar y censurar, garantizar que sólo ciertas personas tienen acceso al despacho del presidente mientras que otros son excluidos por motivos políticos. Con estos métodos reducen la presión de las masas y del ala de izquierdas, mientras que aumenta la presión de la burguesía y de los reformistas. Por qué se perdió el referéndum Una y otra vez las masas, mostrando un instinto revolucionario infalible, han derrotado a las fuerzas de la contrarrevolución. Este hecho engendró la ilusión peligrosa en la dirección y en las propias masas de que la revolución era una especie de marcha triunfal que automáticamente barrería a un lado todos los obstáculos. En lugar de una ideología científica y una política revolucionaria consistente, en la mente los dirigentes se instauró un especie de fatalismo revolucionario, que todo era lo mejor en el mejor de los mundos bolivarianos. No importa los errores que cometiera la dirección, las masas siempre responderían, los contrarrevolucionarios serían derrotados y la revolución triunfaría. El corolario de este fatalismo revolucionario fue la idea de que la revolución bolivariana tiene todo el tiempo del mundo, que socialismo finalmente llegará, incluso si tenemos que esperar cincuenta o cien años. Es irónico que Heinz Dieterich y otros presenten esta idea (por ser más exactos, este prejuicio) como "nueva y original". En realidad, procede directamente del cubo de basura del desacreditado liberalismo del siglo XIX. La burguesía, en un momento en que aún era capaz de jugar un papel progresista desarrollando las fuerzas productivas, creía en la inevitabilidad del progreso, que hoy es mejor que ayer y mañana será mejor que hoy. Esta idea (hoy totalmente abandonada por la burguesía y sus filósofos "posmodernos") más tarde fue adoptada por los dirigentes reformistas del movimiento obrero internacional, en el período de auge capitalista previo a 1914. Los socialdemócratas decían que la revolución ya no era necesaria, que lenta, gradual y pacíficamente, la socialdemocracia cambiaría la sociedad, hasta que un día llegaría el socialismo para todos y que incluso se realizaría. Estas ilusiones reformistas quedaron destrozadas por el estallido de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa que la siguió. Ahora son pescadas del cubo de la historia, desempolvadas y presentadas como la última palabra del "realismo" socialista del siglo XXI. Otro corolario más es que la revolución bolivariana debe limitarse a los estrechos límites de las leyes y constituciones burguesas. Es irónico cuando la burguesía venezolana ha demostrado un desprecio absoluto por todas las leyes y constituciones. Ha realizado un sabotaje económico y constantes conspiraciones, ha boicoteado las elecciones y tomado las calles con violentas protestas; ha realizado un golpe de estado contra un gobierno elegido democráticamente y, de no haber sido por la iniciativa revolucionaria de las masas en las calles, no habría vacilado en asesinar al presidente e instaurar una violenta dictadura en las líneas del Chile de Pinochet. Todos estos acontecimientos son bien conocidos y no necesitan explicación. En la defensa de sus intereses de clase la burguesía ha demostrado que no tiene ningún respeto por cualquiera de las leyes y constituciones. Se espera que las masas sigan cada punto y coma de la legislación existente y obedezcan las "reglas del juego", como si fuera un juego de ajedrez o beisbol. Desgraciadamente, la lucha de clases no es un juego y no tiene reglas ni árbitro. La única regla es que al final una clase debe ganar y la otra perder. Y como solían decirlos romanos: ¡Vae victis! (¡Ay de los vencidos!). Al principio estos métodos parecían funcionar. Durante casi diez años las masas han participado lealmente en cada referéndum y elección, han votado masivamente a Chávez, a la revolución bolivariana y al socialismo. Realmente es asombroso que las masas puedan permanecer en esta actividad efervescente durante tanto tiempo. No hay precedentes de una situación revolucionaria que dure al menos diez años sin encontrar una solución, bien sea el triunfo de la revolución o de la contrarrevolución. Las masas votaron por un cambio fundamental en sus condiciones de vida. Se demostró con absoluta claridad en las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, cuando le dieron el mayor número de votos de la historia de Venezuela. Pero aunque se adoptaron algunas medidas progresistas, incluidas nacionalizaciones, el ritmo del cambio es demasiado lento para satisfacer a las aspiraciones y reivindicaciones de las masas. Habría sido bastante posible que el presidente introdujera una ley habilitante en la Asamblea Nacional para nacionalizar la tierra, los bancos y las industrias clave bajo el control y gestión de los trabajadores. Esto habría roto el poder de la oligarquía venezolana. Además, se podría haber hecho de modo legal a través del parlamento elegido democráticamente, porque en una democracia los representantes elegidos por el pueblo se suponen que son soberanos. Dejemos a los abogados que pleiteen sobre este o ese punto. La gente espera que el gobierno que ellos han elegido actúe en sus intereses, y que actúe de una manera decisiva. En lugar de acción decisiva contra la oligarquía, que habría entusiasmado y movilizado a las masas, lo que presentaron fue otro referéndum constitucional. Pero ¿cuántos referendos y elecciones son necesarios para llevar a la práctica lo que quieren las masas? La gente está cansada de tantas elecciones, tantas votaciones, tantos discursos vacíos sobre el socialismo que les presentan con un cuadro maravilloso que no se corresponden con lo que ven cada día. ¿Qué ven las masas? Después de casi una década de lucha ven que los mismos ricos y poderosos aún poseen la tierra, los bancos, las fábricas, los periódicos y la televisión. Ven a los corruptos en posiciones de poder: gobernadores, alcaldes, funcionarios del estado y del Movimiento Bolivariano, y sí, también en Miraflores, que llevan camisetas rojas y hablan del socialismo del siglo XXI, pero que son arribistas y burócratas que no tienen nada en común con el socialismo o la revolución. No ven ninguna acción contra los funcionarios corruptos que se llenan los bolsillos y socavan la revolución desde dentro. Ven que no se actúa contra los capitalistas que sabotean la economía y que se niegan a invertir en la producción y aumentan los precios. Ven que no se hace contra los conspiradores que derrocaron al presidente en abril de 2002. Ven a los terratenientes que asesinan impunemente a activistas campesinos. Ven los precios subir en los mercados y ven a los portavoces del gobierno negando que haya problemas. Ven todas estas cosas y se preguntan: ¿hemos votado por esto? El papel pernicioso del reformismo En toda esta situación juegan un papel pernicioso los reformistas, estalinistas y burócratas que han ocupado puestos clave en el Movimiento Bolivariano y que intentan poner freno a la revolución, paralizarla desde dentro y eliminar todos los elementos de genuino socialismo. Estos elementos le dicen constantemente a Chávez que no vaya tan rápido, que sea "más moderado" y que no toque la propiedad privada de la oligarquía. Desde que Chávez por vez primera planteó la cuestión del socialismo en Venezuela, los reformistas y los estalinistas han concentrado todas sus energías en revertir la dirección socialista de la revolución, alegando que la nacionalización de la tierra, los bancos y las industrias sería un desastre, que las masas no están "maduras" para el socialismo, que la expropiación de la oligarquía alejaría a la clase media y así continuamente. El defensor y "teórico" más constante de esta línea de capitulación es Heinz Dieterich. Dieterich se opuso al referéndum constitucional. Se puede discutir el contenido y el momento del referéndum. En realidad, en nuestra opinión, no era necesario en absoluto convocar un referéndum. Lo que hacía falta era utilizar la victoria electoral para adoptar medidas decisivas contra la oligarquía y la contrarrevolución. Pero en absoluto esta era la posición de Dieterich y los reformistas. Más bien lo contrario, se opusieron al referéndum porque se oponían al movimiento hacia la transformación socialista de la sociedad. Quieren frenar la revolución y que de marcha atrás para complacer a la oposición contrarrevolucionaria y al imperialismo. En víspera del referéndum, Dieterich públicamente se alineó con el renegado Baduel. Pidió que Chávez se uniera con Baduel, es decir, que la revolución debería unirse con la contrarrevolución. Ese era, y aún es, el programa de Dieterich y los reformistas. Para ellos la derrota del referéndum era como un maná caído del cielo. Ahora pueden intensificar su presión sobre el presidente: "¿ves donde nos ha llevado tu terquedad?? ¡Deberías escucharnos! Somos realistas. ¡Comprendemos las cosas mejor que tú! No debes tener tanta prisa. Debes abandonar todos los pensamientos sobre el socialismo y llegar a un acuerdo con la oposición y la burguesía, o estaremos perdidos". Ahora la estrecha derrota en el referéndum constitucional se está presentando como un giro hacia el "centro", es decir, a la derecha, como una prueba de que es necesario conciliarse con la clase media (es decir, capitular ante la burguesía). Esta es la línea que asiduamente están difundiendo Dieterich y los reformistas. Si Chávez les escucha, y hay algunas pruebas que indican que es así, la revolución se encontrará en un peligro extremo. Estos "amigos" de la Revolución Bolivariana nos recuerdan a los amigos de Job, que le "reconfortaban" en su momento de necesidad con una patada en los dientes. Estos "amigos" nos traen a la mente el viejo refrán: "De los amigos nos guarde Dios que de los enemigos me guardo yo". Un movimiento peligroso Siguiendo el consejo de aquellos que quieren llegar a un acuerdo con los contrarrevolucionarios, Chávez concedió la amnistía a varios dirigentes de la oposición relacionados con el golpe militar de abril de 2002 y el cierre patronal petrolero que provocó unas pérdidas de 10.000 millones de dólares para la economía, y que casi consigue aplastar la revolución. Debemos recodar que el "decreto Carmona" del gobierno golpista disolvió las instituciones públicas elegidas democráticamente, como el Tribunal Supremo y la Asamblea Nacional. Aquellos que escribieron y firmaron este infame documento serán amnistiados. Serán liberados para que continúen con sus actividades contrarrevolucionarias. Chávez dijo que esperaba que el decreto de amnistía "enviara un mensaje al país de que podemos vivir juntos a pesar de nuestras diferencias". Evidentemente se trata de un intento de establecer una política de "reconciliación nacional", siguiendo las recetas bien conocidas de Dieterich. Es un movimiento muy peligroso. Si el golpe hubiera triunfado, qué habría hecho de no haber sido por el movimiento revolucionario de las masas, alguien ¿puede creer que los contrarrevolucionarios se habrían comportado de esta manera? Habrían asesinado a Chávez y muchos de sus seguidores, y después se hubiesen ido a la cama con la conciencia tranquila. Según la lógica de los reformistas, una actitud conciliadora abrirá el diálogo y obligará a la oposición a adoptar una posición más razonable. Este argumento no tiene ninguna base. En repetidas ocasiones en el pasado, Chávez ha intentado este tipo de cosas. Los resultados han sido exactamente lo contrario a los que pronosticaban los reformistas. Eso se demostró después del golpe de abril de 2002, cuando el presidente ofreció negociar con la oposición. ¿Cuál fue el resultado? No la reconciliación nacional sino el sabotaje de la economía. Después también Chávez ofreció negociar. El único resultado fue un nuevo intento de derrocar al gobierno con el referéndum revocatorio. Pero quizá la oposición ha aprendido la lección. Quizá ahora esté más dispuesta al compromiso. ¿Cómo reaccionó la oposición contrarrevolucionaria ante el decreto? ¿Corrieron a abrazar al presidente? ¡No! La jerarquía reaccionaria de la Iglesia Católica lo calificó de "discriminatorio" y exige que se amplíe a los oficiales de la policía culpables de asesinado además de otros célebres contrarrevolucionarios, como el líder estudiantil de la oposición de 40 años de edad Nixon Moreno, que es buscado en relación al intento de violación de una oficial de policía en Mérida, Mónica Fernández, que ordenó el arresto ilegal de ex ministro de interior Ramón Rodríguez Chacín durante el golpe de estado, quieren que este elemento se beneficie del decreto. Ahora defienden que la amnistía se amplíe para incluir a "exiliados políticos" como Carmona Estanga y Ortega. Estos criminales, que nos mostraron ningún remordimiento o disposición a rectificar sus acciones, ahora serán liberados para seguir con sus actividades contrarrevolucionarias. Esto ha provocado una indignación justificada en la base chavista. Manuel Rodríguez dice que el presidente no debería haber firmado el decreto y se pregunta: "¿Dónde estaban nuestros derechos humanos cuando ellos [la oposición] paralizaron el país?" ¿Debería desacelerarse la revolución? "Ayudado" por sus asesores reformistas, el presidente ha sacado conclusiones incorrectas del referéndum. Durante el programa Aló Presidente del 6 de enero dijo: "Yo estoy obligado a reducir la velocidad de marcha. He venido imprimiéndole una velocidad a la marcha más allá de las capacidades o posibilidades del colectivo; lo acepto, y he allí uno de mis errores (...) Las vanguardias no pueden desprenderse de la masa. ¡Tienen que estar con la masa! Yo estaré con ustedes, y por eso tengo que reducir mi velocidad (...) "Para nada es un espíritu de rendición, ni de moderación ni de conservadurismo. Es realismo. ¡Realismo! (...) Calma, paciencia, solidez revolucionaria. Nadie debe sentirse derrotado ni desmoralizado (...) "Yo prefiero reducir la velocidad, fortalecer las piernas, los brazos, la mente, el cuerpo, la organización popular y el poder popular. Y cuando estemos listos más adelante, entonces acelerar la marcha". Estas palabras sonarán a música celestial en los oídos de todos esos burócratas y reformistas que llevan camisetas rojas pero que se oponen fundamentalmente al socialismo, que luchan por descarrillar la revolución. Estas personas siempre gritan sobre el "realismo" y la necesidad de moverse más lentamente. Hablan sobre el socialismo del siglo XXI pero en realidad lo que les gustaría es posponer el socialismo al siglo XXII o XXIII, o mejor aún, de manera indefinida. El presidente continuaba: "Son necesarias las mejoras en nuestras estrategia de alianzas. No podemos dejarnos descarrillar por tendencias extremistas. No somos extremistas ni podemos serlo. ¡No! Tenemos que buscar alianzas con las clases medias, incluida la burguesía nacional. No podemos apoyar tesis que han fracasado en todo el mundo, como la eliminación de la propiedad privada. Esa no es nuestra tesis". Hemos leído estas declaraciones antes, en los artículos y discursos de Heinz Dieterich, el ex - marxista que se ha pasado al campo del reformismo y la burguesía. Al leer estas palabras nos podemos hacer una idea clara de que tendencia lleva ahora la ventaja en Miraflores. Es una tendencia que ha estado trabajando paciente y sistemáticamente durante los últimos años, intrigando contra el socialismo y la revolución, luchando para aislar a Chávez de las masas y del ala revolucionaria. ¿Somos extremistas? No, somos socialistas revolucionarios, marxistas. Sólo los latifundios, banqueros y capitalistas pueden ver el socialismo como algo "extremo". Pero son una pequeña minoría de la sociedad. La aplastante mayoría de la población ve el socialismo como algo bastante normal, y en absoluto extremo. El presidente ha dicho en más de una ocasión que el capitalismo es esclavitud. ¿Es "extremo" desear la abolición de la esclavitud? Sólo los esclavistas podrían decir eso. ¿Estamos a favor de abolir toda propiedad privada? No, no estamos a favor de tocar la propiedad privada de la aplastante mayoría de la población: los trabajadores, campesinos, pequeños comerciantes y clase media. No nos proponemos la colectivización del televisor, automóvil o casa del barrio, menos aún de su esposa e hijos. Estas son mentiras ridículas que fueron utilizadas por la oposición contrarrevolucionaria en su campaña de calumnias por el voto al "no". Lo que defendemos es la expropiación de la propiedad de la oligarquía: la nacionalización de la tierra, los bancos e industrias clave. Eso significa menos de un dos por ciento de la población, no la clase media sino los super-ricos especuladores y parásitos que no hacen nada para desarrollar la economía venezolana pero que sabotean constantemente la producción, creando escasez artificial y aumento de precios. A Dieterich y otros reformistas les hacemos una pregunta muy sencilla: ¿Cómo es posible conseguir el socialismo sin expropiar la propiedad de la oligarquía? El PIB de Venezuela ha crecido un 8,4%. Pero hay serios problemas. La inflación oficial es del 22,5 por ciento. El aumento de los precios afecta a los sectores más pobres que a los acomodados. Hay continuas escaseces de comida, que afecta a productos tan básicos como la leche, las alubias y el pollo. Este hecho demuestra la total insuficiencia de la agricultura privada en Venezuela. Una tierra potencialmente rica y fértil tiene que importar más del 70 por ciento de su comida: una situación escandalosa. La escasez de productos alimenticios básicos como resultado del sabotaje deliberado de los agricultores capitalistas y los monopolios de la distribución, jugaron un papel importante en la derrota del referéndum sobre la reforma constitucional. ¿Qué medidas relevantes han adoptado los ministros? Inmediatamente después del referéndum se anunció que se eliminaba el control del precio de la leche y se habló de que se levantaría también el control de precios sobre toda una serie de productos. Una vez más se trata de concesiones a la oligarquía. Existe una solución muy simple a los problemas de escasez de comida: la expropiación de todas las empresas e individuos que participan en el sabotaje de la cadena de distribución alimenticia. Esta medida, que es perfectamente democrática, se podría haber introducido hace mucho tiempo, pero en particular después de la aprobación hace un año del decreto sobre acumulación y sabotaje. Toda la tierra expropiada, las instalaciones y equipamiento deberían ser puertos bajo el control democrático de comités formados por representantes de los trabajadores y campesinos, para garantizar la distribución de comida a las masas. Además, se deberían crear comités de aprovisionamiento en todos los barrios pobres y obreros para ejercer una vigilancia revolucionaria sobre la distribución de comida y emprender la lucha contra la acumulación, el sabotaje, la corrupción, crimen organizado, etc., Estos hechos demuestran que la economía de mercado está fracasando en Venezuela. Los terratenientes y los capitalistas no pueden ni tampoco resolverán los problemas básicos de la economía. La única forma de poner fin al sabotaje y garantizar que el enorme potencial económico de Venezuela se utiliza en beneficio de su pueblo es nacionalizar la propiedad de la oligarquía y crear una economía socialista planificada gestionada democráticamente por la clase obrera. El consejo de Lukashenko ¡Qué suerte para Venezuela tener tantos asesores! Tiene baldes de consejos, llegan toneladas de consejos por carretera y por tren. Si cada uno de los consejos valiera un bolívar cada ciudadano de Venezuela sería millonario. Parece que Lukashenko, el presidente de Bielorrusia, también ha dado un consejo a Chávez. Pero antes de dar un consejo a alguien debería examinar primero sus propias credenciales. Después de todo, no aceptaríamos consejos de los efectos nocivos de la bebida de un alcohólico crónico, o de los puntos de sutura de la intervención cerebral por un carnicero. Lukashenko nos habla como "testigo del colapso de la Unión Soviética". Sí, no sólo fue testigo, sino también en parte responsable de ello. La URSS fue destruida desde dentro por una casta parasitaria de burócratas que absorbía una gran parte de la plusvalía producida por los trabajadores soviéticos. Esta casta burocrática en la URSS socavó las conquistas de la economía nacionalizada planificada a través del robo, la mala gestión y la corrupción. Es decir, actuaron de un modo similar a la burocracia contrarrevolucionario en Venezuela que estrangula la revolución incluso antes de su nacimiento. Lukashenko era un miembro de esta casta burocrática privilegiada en la vieja Unión Soviética. En aquellos días solían autodenominarse "comunistas" y se presentaban en la tribuna del Primero de Mano haciendo discursos sobre el socialismo. Ahora se han convertido en los juguetes del capitalismo y la economía mercado. Se han convertido en empresarios y conseguido fortunas. En Venezuela el mismo tiempo de burócratas llevan camisetas rojas y también se suben a las tribunas a hablar sobre socialismo. Tienen tanto en común con el socialismo como Lukashenko. ¡Qué suerte de consejo! Y qué suerte que todos los consejos vayan dirigidos en el mismo sentido: "¡No seas loco Chávez! ¡No vayas tan rápido! ¡Olvida el socialismo! No escuches a los trabajadores y campesinos. ¡Están locos! ¡Escucha a los chicos con dinero! Convénceles para que sean buenos patriotas e inviertan en Venezuela. ¡Si lo haces todo irá bien!" Lukashenko según parece le dijo a Chávez: "Los empresarios, esta burguesía nacional, debes hacer que tengan una buena impresión nacional, que amen su Nación y Patria, incluso si son empresarios y tienen dinero. ¡Ellos deben invertir en el país!" Si las implicaciones no fueran tan serias estas palabras serían bastante divertidas. No sabemos qué burguesía nacional existe en Bielorrusia. Pero sabemos que la burguesía venezolana no invierte en Venezuela. Sabemos que hay huida de capital. Conocemos que hay sabotaje económico. Que existe una especulación que está vaciando las estanterías de productos básicos y disparando los precios. Sabemos que las fábricas se cierran y que los trabajadores son echados a la calle. Eso es lo que sabemos. Y también quién es el responsable y por qué. ¿Qué propone el presidente de Bielorrusia? Propone que pidamos a los capitalistas venezolanos que se comporten, que cesen su sabotaje y sean patriotas. Es exigir peras al olmo. Los capitalistas no se impresionarán con discursos sobre el patriotismo. Siempre actúan de acuerdo con sus intereses de clase. ¿Tienen interés en apoyar la revolución bolivariana? Hemos visto cual ha sido su actitud durante los últimos diez años. Sólo un ciego no comprendería que la burguesía es implacablemente hostil a la revolución y a todo lo que significa. No es posible reconciliar los intereses del proletariado y los de la burguesía. O se apoyan los intereses de la clase obrera, que es la gran mayoría de la sociedad, o se apoyan los intereses de la minoría de parásitos adinerados, los banqueros, terratenientes y capitalistas. Pero no se puede apoyar a ambos. Si se intentan reconciliar intereses de clase, los reformistas terminarán apoyando inevitablemente a la clase dominante contra la clase obrera. La cuestión del Estado Chávez ha anunciado una "reestructuración profunda" de su gobierno, incluido el nombramiento de un nuevo vicepresidente y cambiado a 13 de los 27 ministros. Ha habido muchos cambios en los últimos diez años. Se cambian ministros a una velocidad vertiginosa, pero no resuelve nada. Lo que hace falta no es la remodelación constante por arriba sino la implantación de una política socialista. El presidente desea afrontar la corrupción, que correctamente dice es uno de los enemigos más peligrosos de la revolución. Realmente lo es. Pero es imposible resolver el problema de la burocracia con métodos burocráticos. La única manera de erradicar la corrupción y la burocracia a mediante la implantación general del control y administración obrera, la limitación de los salarios de los funcionarios al nivel de un trabajo cualificado y la revocación inmediata de cualquier funcionario, ministro, gobernador o alcalde que no ponga en práctica la voluntad del pueblo. Diez años después del inicio de la revolución, el viejo aparato del estado heredado de la Cuarta República sigue existiendo. ¡Ese es el problema! Toda la historia demuestra que es imposible llevar a cabo una revolución sin liquidar el viejo aparato del estado, que permanecerá como una fuente constante de corrupción, burocracia y opresión. Pero los reformistas no escucharán esto. Dicen que las masas son incapaces de gobernar. Pero quiénes son las personas mejor preparadas para administrar la sociedad bajo el socialismo: ¿los burócratas y arribistas o los propios trabajadores? En Inveval, que desde hace unos años está ocupada y es administrada por los trabajadores, hay control obrero y todos, desde las limpiadoras al director, reciben el mismo salario. No hace mucho Chávez dijo que éste era el modelo a seguir, y así es. No queremos repetir la experiencia de la caricatura totalitaria burocrática de "socialismo" que colapsó en la URSS. Lo que hace falta es regresar al programa democrático planteado por Lenin y Trotsky, el programa de la democracia obrera. Cómo perder las elecciones a revolución sufrió un revés en el referéndum constitucional. Pero de ninguna manera significa una derrota decisiva. Muchos factores pueden intervenir para transformar la situación incluso en los próximos meses. En 2008 habrá elecciones en todo el país a gobernadores y alcaldes. Está claro que la oposición contrarrevolucionaria, animada por el resultado del referéndum, movilizará todas sus fuerzas para recuperar posiciones en estas elecciones. La pregunta es: ¿pueden los bolivarianos movilizar a las masas para derrotar a la oposición? Chávez insiste en que deben garantizar no perder nada de terreno frente a la contrarrevolución: "Debemos estar preparados, porque a finales de año habrá elecciones" dijo Chávez. "La contrarrevolución no descansará un segundo intentando recuperar espacio. Imaginad por un segundo si eso ocurriera" avisó. El presidente urgió a la consolidación del nuevo Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Anunció que el congreso fundacional del nuevo partido se celebraría el 12 de enero y que el anterior vicepresidente, Jorge Rodríguez, estará ahora a la cabeza del Comité Promotor Nacional del PSUV. Jorge Rodríguez es visto como el ala de izquierdas. "Pido a todos que pongan la energía y la voluntad porque el nuevo partido que necesitamos se consolide pronto". El congreso se espera que dure que dure un mes y decidirá el programa político, estructura y estatutos del nuevo partido. La fundación del PSUV fue un paso muy importante, pero sólo puede triunfar si defiende con firmeza el socialismo. Chávez mencionó los cinco "motores" de la revolución, su plan para mover el país hacia el llamado socialismo del siglo XXI, e insistió en que su gobierno continuaría avanzando con el plan, pero lamentó que no se puedan hacer muchos cambios debido al fracaso de la reforma constitucional. "No podemos avanzar en ellas porque dependían de la reforma constitucional". ¿Pero por qué la revolución permitiría a la oposición dictar lo que puede y no puede hacer cuando ha ganado el referéndum por un margen estrecho? ¿Por qué debería ser la cola la que mueva al perro? Esa una manera segura de desencantar a las masas que ya están desilusionadas con el ritmo lento del cambio. Eso creará un ambiente de apatía y más abstenciones en las elecciones. Eso es lo que quiere la oposición. Chávez ha defendido una alianza de "fuerzas patrióticas" en la próxima cita electoral a gobernadores y alcaldes que se celebrará en octubre de este año, en la que participará el PSUV, el Polo Patriótico (PPT) y el Partido Comunista de Venezuela. El PSUV es un partido de masas con millones de militantes y seguidores que quieren luchar por el socialismo. ¿Por qué necesita aliarse con el PPT que es un partido muy pequeño con una política oportunista? Se podría decir que uno más uno es igual a dos, pero dos hombres en un barco remando en direcciones contrarias es igual a parálisis. Los marxistas venezolanos apoyarán al PSUV y lucharán en el congreso por un programa y política socialistas. Nos oponemos a las alianzas con partidos y organizaciones que no luchan enérgicamente por el socialismo. Nos oponemos a alianzas y bloques con la burguesía. Avisamos que esa política defendida por los reformistas de conciliación con las fuerzas de la reacción no llevará a la reconciliación nacional y la paz. Todo lo contrario, la política de colaboración de clase desmotivará y desencantará a los activistas del Movimiento Bolivariano, que son las tropas de choque de la revolución. Animará a las fuerzas contrarrevolucionarias, que con cada paso atrás exigirá diez más. Esa es la manera segura de perder las elecciones. Y cómo ganarlas El presidente también dijo: "debemos encontrar alianzas para fortalecer el nuevo bloque histórico, como solía denominarlo Gramsci. Sólo hace un año que ganamos las elecciones con un 63 por ciento de los votos, más de 7 millones de votantes. Tenemos una base muy fuerte". Sí, hace un año más de siete millones votaron a Chávez y realmente es una base muy fuerte. Pero la pregunta es la siguiente: ¿por qué casi tres millones de personas no votaron en el referéndum constitucional? Dieterich dice: porque Chávez ha ido demasiado lejos, demasiado rápido y por tanto debe desacelerar el ritmo. Pero este argumento es falso de cabo a rabo. La oposición no ganó el referéndum constitucional: lo perdieron los bolivarianos. Después de esfuerzos sobrehumanos, la oposición sólo consiguió aumentar los votos en aproximadamente 200.000, mientras que el voto chavista cayó en unos tres millones. Eso no demuestra que se haya producido un giro hacia el "centro" sino lo contrario, que existe una gran y creciente polarización entre las clases. También demuestra que hay elementos de cansancio y desilusión en las masas que son la base del movimiento bolivariano. La derrota del referéndum constitucional fue una advertencia de que las masas se comienzan a cansar de una situación en la que se habla interminablemente sobre socialismo y revolución pero que no ha producido un cambio fundamental el sus condiciones de vida. Las masas ha sido muy pacientes, pero su paciencia se agota. La idea de que siempre seguirán a los dirigentes, esa idea falsa y peligrosa del fatalismo revolucionario, ha demostrado ser totalmente falsa. ¡Todo lo contrario! Es el ritmo lento de la revolución lo que está provocando desilusión entre una capa creciente de las masas. Para ellas, el problemas no es que haya ido demasiado lejos y rápido, sino que ha ido demasiado lenta y no lo suficiente lejos. Si esta desilusión continúa, llevará a la apatía y la desesperación. Preparará la contraofensiva de las fuerzas de la reacción que puede minar la revolución y preparar una derrota seria. Ha llegado el momento de cambiar las palabras por la acción, de tomar medidas decisivas para desarmar a la contrarrevolución y expropiar a la oligarquía. ¡El único camino, el socialismo! ¿Es inevitable la derrota? No, por supuesto que no. La revolución puede triunfar, pero sólo con la condición de que el ala estalinista-reformista Dieterich sea desenmascarada y derrotada políticamente. Hay que purgar el movimiento de burócratas, arribistas y elementos burgueses, defender con firmeza un programa socialista. Sólo triunfará con esa condición, de cualquier otra manera no. Cuando Simón Bolívar levantó por primera vez la bandera de la rebelión contra el poderoso Imperio español, para muchos parecía algo totalmente imposible. Sin duda si Heinz Dieterich hubiera vivido en aquella época habría despreciado al Libertador, como hace con los marxistas. Bolívar, comenzó con un pequeño puñado de seguidores, pero finalmente triunfó, igual que Chávez, cuya causa al principio parecía inútil, pero triunfó porque movilizó a las masas por la lucha contra la oligarquía. La batalla no se ha terminado y la victoria no está garantizada. Nunca es así. Pero una cosa está clara, la única manera de triunfar es despertar a las masas a la lucha revolucionaria. O la mayor de las victorias o la más terrible de las derrotas: estas son las únicas dos alternativas que hay ante la revolución bolivariana. Aquellos que prometen un camino fácil, el camino del compromiso de clase, en realidad juegan un papel reaccionario, creando falsas esperanzas e ilusiones, desarmando a las masas frente a las fuerzas contrarrevolucionarias que no tienen tales ilusiones y se preparan para derrocar a Chávez tan pronto como lo permitan las condiciones. La única manera de evitar este proceso es liquidando el poder económico de la oligarquía, expropiando a los terratenientes, banqueros y capitalistas, introduciendo un plan socialista de producción. Dieterich y los reformistas dicen que actuar de esta manera sería provocar a los imperialistas y reaccionarios. Eso es absurdo. Los imperialistas y reaccionarios han demostrado con sus acciones que no necesitan ninguna provocación para actuar. Están continuamente actuando para destruir la revolución. La idea de que cesarán sus actos contrarrevolucionarios si "demostramos moderación" y conciliar con los reaccionarios es una locura y muy peligrosa. Todo lo contrario, este comportamiento sólo servirá para envalentonarles y animarles. Por supuesto, aislada, la revolución venezolana en última instancia no puede triunfar. Pero no estaría aislada mucho tiempo. Una Venezuela revolucionaria debería hacer un llamamiento a los trabajadores y campesinos del resto de América Latina para que sigan su dirección. Dadas las condiciones que existen en todo el continente, este llamamiento no caería en oídos sordos. El ejemplo de un estado obrero democrático en Venezuela tendría un impacto mayor que la Rusia de 1917. Dada la enorme fuerza de la clase obrera y el callejón sin salida del capitalismo en todas partes, los regímenes burgueses de América Latina caerían rápidamente, creando las bases para la Federación Socialista de América Latina y, finalmente, el socialismo mundial. Sobre la base de un plan común de producción y la nacionalización de los bancos y monopolios bajo el control y gestión democrática de los trabajadores, sería posible realmente unir las fuerzas productivas de todo el continente, movilizando de este modo una fuerza productiva colosal. El desempleo y la pobreza serían cosas del pasado. La jornada laboral se podría reducir inmediatamente a 30 horas semanales sin reducción salarial. Como una reforma para demostrar la superioridad de los métodos socialistas, tendría consecuencias inmensas en todo el mundo. Pero lo que es incluso más importante, como explicaba Lenin, es que daría el tiempo necesario a toda la clase obrera para dirigir la industria y el Estado. Después un plan socialista de producción, controlado de arriba abajo por la clase obrera, llevaría aun aumento inmenso de la producción, a pesar de la reducción de horas. La ciencia y la técnica, liberadas de las cadenas del beneficio privado las desarrollaría a un nivel jamás visto. La democracia ya no tendría su actual carácter restrictivo sino que se expresaría en la administración democrática de la sociedad por parte de toda la población. Sentaría las bases para un enorme florecimiento del arte, la ciencia y la cultura, acercaría toda la rica herencia cultural de los pueblos de todo el continente. Eso es lo que Engels denominó el salto de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad. Ese es el genuino socialismo del siglo XXI: la única alternativa para la revolución venezolana. Londres, 11 de enero de 2008

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