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Teoría/Documentos

 La prensa obrera sigue dando pasos adelante

“El periódico no sólo es un propagandista colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo. En este último sentido se le puede comparar con los andamios que se levantan alrededor de un edificio en construcción, que señalan su contorno, facilitan las relaciones entre los distintos constructores, les ayudan a distribuir el trabajo y observar los resultados generales alcanzados por el trabajo organizado” (Por dónde empezar). Estas era la visión que Lenin tenía sobre las tareas de un periódico obrero y sobre la cual pudo construir al partido revolucionario más importante de toda la historia.

Y esta es la misma manera en  que nosotros, los compañeros agrupados en la Tendencia Marxista Militante construimos y fortalecemos a nuestra organización. La publicación de nuestro periódico “Militante, voz marxista de los trabajadores y la juventud” es una tarea fundamental para la  organización en su conjunto. Nuestra política es la de publicar mes a mes desarrollado vínculos con el movimiento vivo y creando organización por todos los rincones del país. Ahora queremos informar a nuestros lectores de algunos de los triunfos que hemos tenido durante el año 2008 en nuestra prensa.

En el 2008 publicamos diez número de “Militante” y dos ejemplares extras. Es decir que cumplimos nuestro objetivo de impresión y debido a las exigencias del movimiento tuvimos que  imprimir dos números más.

De manera regular hemos enviado periódicos a lugares como Baja California Norte, Hidalgo, Oaxaca, Sonora, Cancún, Torreón, Michoacán, Puebla, Chiapas, etc.
Hemos logrado que todas nuestras publicaciones estén listas para distribuir entre nuestros lectores en los primeros tres días del mes respectivo.

Incrementamos en un peso el precio del periódico, debido a los constantes incrementos en los precios de insumos como papel tinta y demás. La respuesta que hemos recibido ha sido excelente, hay lectores que nos pagan cada ejemplar del periódico en 50 pesos. Gracias a ello hemos podido dar una lucha para lograr nuestra propia infraestructura de impresión (computadoras offset, etc) y con ello poder presentar un mejor periódico a todo el movimiento obrero y juvenil.

Celebramos nuestro 18 aniversario con una publicación especial en la que la portada salió en color. Ese número se vendió en tan sólo unos cuantos días y parte de ellos los enviamos a nuestro congreso internacional, donde fue muy bien recibido por compañeros de países como Paquistán, Estados Unidos, Brasil, Italia, Francia, España, Alemania, Salvador, Venezuela, etc.

Nuestro periódico ha estado presente en una infinidad de movilizaciones convocadas por sindicatos y organizaciones sociales pudiendo contactar con trabajadores del SME, de la CNTE en varios estados, mineros, etc. 

En el terreno de la juventud, “Militante” también ha estado presente, analizando y presentando nuestras ideas, al mismo tiempo que generando organización. En la UNAM, la UAM, el IPN, las preparatorias del DF, la BUAP, la UABJO, etc se han colado las ideas de la lucha revolucionaria.

Estos son sólo algunos triunfos del año pasado. Todos ellos son el producto de todo el apoyo que hemos recibido de parte del movimiento obrero y juvenil.  “Militante” ha jugado un papel importante en las luchas actuales, pero como ya lo explicamos, nuestra organización no sólo publica un periódico sino que a través de él construimos una organización que se plantea como tarea principal la destrucción de este sistema de miseria y explotación. Militante toma partido en los acontecimientos actuales, no nos quedamos al margen, y creemos que ningún trabajador debe quedarse al margen. En este ambiente de crisis y ataques, los trabajadores, unamos nuestros puños y levantemos una misma lucha contra nuestros opresores capitalistas. Basta de miseria y hambre, Únete a Militante y lucha por el socialismo.

Intégrate a nuestros grupos de base o a nuestros círculos de discusión infórmate en:
Cel: 04455-32993657
Mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El pasado mes de Febrero se llevó acabo la asamblea general de la Tendencia Marxista Militante en el local de la Sección 9 Democrática del SNTE-CNTE. Ahí nos dimos cita compañeros de distintos frentes de intervención y de diferentes estados del país para discutir las perspectivas generales del movimiento obrero y juvenil en México, además de las consecuencias de la crisis económica para la clase trabajadora. Compañeros trabajadores, sindicalistas, discutimos durante horas, para prepararnos frente a los acontecimientos que nos depara este 2009.

Se habló de las elecciones de este año y la postura que debemos mantener los marxistas frente a las mismas, de un futuro prometedor en la lucha sindical y estudiantil, además de discutir nuestros planes de intervención, de lucha para la construcción de la organización revolucionaria en nuestro país.

Se realizó además una proyección de los 40 años del Comité de Lucha de la ESIME, donde los compañeros de Militante hemos jugado un papel fundamental para la construcción y desarrollo de esta organización que ahora nos reivindicamos como Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico – Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública, impulsado por su puesto por la Tendencia Marxista Militante para ofrecer a la juventud una alternativa de lucha.

Compañeros, la crisis económica se está recargando muy fuerte sobre las espaldas de la clase trabajadora, la crisis sin duda se profundizará a lo largo de este año, es por eso que los marxistas debemos de prepararnos para las futuras batallas de forma consciente y decidida. Es por eso que esta asamblea general fue un paso adelante en ese sentido, nuestros principales frentes de y trabajo (estudiantil, sindical y en el movimiento e torno a la PRD) se ha desarrollado, nuestros compañeros se han ganado un reconocimiento bastante fuerte con diferentes sectores de la clase trabajadora y la juventud.

Impulsaremos diversas campañas a lo largo del año en el terreno sindical y la juventud, mismas que sin duda estarán plasmadas mes tras mes en nuestro periódico Militante y atreves de nuestra web,  militante.org , y a las cuales hacemos una invitación para que se sumen.
La Tendencia Marxista Militante, forma parte de la Corriente Marxista Internacional, la cual se ha desarrollado muy fuerte en los países de Latinoamérica en el último periodo.

Nuestra asamblea fue un paso más en la construcción de una alternativa revolucionaria para la lucha de la clase trabajadora. Ahora que el sistema capitalista está en una de sus más profundas crisis económicas los trabajadores y jóvenes del nuestro país y el mundo debemos dar una lucha decidida en contra de los recortes a nuestros derechos  pero por la construcción de una sociedad diferente al capitalismo: una sociedad socialista.

La depresión económica mundial y los planes de la administración Obama

El mundo capitalista se encuentra trastornado. La crisis económica iniciada en el verano de 2007 en EEUU se ha convertido en una recesión mundial de consecuencias imprevisibles. A primera vista, las semejanzas con la mayor depresión de la historia del capitalismo, el crack de 1929, son evidentes por mucho que los estrategas de la burguesía se hayan resistido a aceptarlas durante meses. Y estas semejanzas dibujan un cuadro sombrío para la clase dominante.

Una nueva estrategia

La crisis se ha caracterizado por su rapidez y simultaneidad a la hora de contagiar a todas las economías del mundo, desde las más avanzadas hasta las más dependientes, y se extiende a una velocidad de vértigo por todos los vasos comunicantes de la actividad económica (industria, agricultura, sector servicios, sistema financiero, intercambio comercial...).

La conmoción ha puesto patas arriba lo que se consideraba axiomas inviolables de la economía de libre mercado, especialmente tras el derrumbe del estalinismo hace ahora dos décadas. Los gobiernos capitalistas, empezando por el de Obama, están buscando desesperadamente una solución, una orientación estratégica que impida una rebelión social de dimensiones mundiales y una catástrofe aún mayor. Este es el motivo por el que viejas ideas en defensa de la regulación de los mercados, de la intervención del Estado en la economía, de un nuevo esquema redistributivo han vuelto a la palestra con fuerza. Muchos economistas burgueses se desgañitan a favor de planes económicos keynesianos y un nuevo New Deal para sacar a la economía del hoyo. Se trata, en teoría, de aplicar reformas basadas en el déficit público y la inversión estatal con el objetivo de aumentar la demanda mundial, recuperar las tasas de inversión, la producción industrial y frenar la sangría del de-sempleo.

Para ilustrar la gravedad de la situación, el consenso a favor de la nacionalización de la banca, después del fracaso de la intervención multimillonaria para salvar el sistema financiero y de la nacionalización de bancos en países como Gran Bretaña y EEUU, se está haciendo cada día más patente. No es casualidad que el semanario norteamericano Newsweek titulara a toda plana en su portada de hace unas semanas "Ahora somos todos socialistas". Pero en realidad, todas estas medidas tienen muy poco de socialistas. Como señaló el desdichado ex presidente estadounidense George W. Bush, ahora es necesario abandonar los principios de la economía de mercado para salvar el capitalismo.

En un momento en que la prensa capitalista manosea para sus propios fines propagandísticos las medidas económicas y políticas adoptadas por Franklin D. Roosevelt con el llamado New Deal es necesario explicar qué supuso en realidad este plan, a quién benefició y si realmente evitó la crisis mundial. Las lecciones de aquella época, y el fracaso del keynesianismo a la hora de resolver los problemas de la clase obrera, arrojan luz para entender también las perspectivas para la crisis actual del capitalismo.

El crack de 1929

Para comprender las condiciones objetivas que llevaron a la burguesía estadounidense a adoptar la nueva estrategia del New Deal es imprescindible partir del crack de 1929. Pero a su vez el desplome bursátil de aquel año, y la subsiguiente recesión económica mundial, sólo se pueden explicar a partir del auge económico precedente.

Los EEUU emergieron de la Primera Guerra Mundial como la potencia económica decisiva, colocando a Gran Bretaña en una posición subalterna. Partiendo de la excepcional acumulación de capitales propiciada por la guerra, EEUU concentraba las mayores reservas de oro del mundo, el dólar era la única moneda convertible en oro y el superávit acreedor de EEUU alcanzaba los 3.000 millones de dólares. La industria norteamericana registró un gigantesco avance gracias a la aparición de nuevos mercados para sus manufacturas (Europa y Latinoamérica). Paralelamente, la aplicación de nuevos inventos y tecnología militar a la producción civil favoreció el desarrollo de nuevas ramas de la producción que transformarían la vida cotidiana (plástico, aeronáutica, telecomunicaciones,...). Este proceso dinámico se intensificó gracias a una nueva organización de la explotación fabril (fordismo y taylorismo), que a su vez impulsó un fuerte aumento de la productividad del trabajo.

En un periodo de seis años, entre 1923 y 1929, la producción de automóviles creció un 33% y el consumo de energía eléctrica se incrementó en más de un 100%. En 1925 las tasas de inversión productiva en EEUU rozaban el 20% del Producto Nacional Bruto.

No obstante, los primeros síntomas claros de desaceleración de la actividad productiva se manifestaron a finales de 1926 derivados del estancamiento europeo y de la saturación en los mercados mundiales de cereales y productos agrícolas. A partir de ahí se produjo un fenómeno típico de los periodos de ascenso: la sobreabundancia de capitales existentes, ya que no todos podían ser colocados de manera rentable en la economía productiva, empezó a pujar con fuerza el mercado bursátil y la especulación inmobiliaria en busca de mayores beneficios. Entre 1926 y 1929 se agudizó la brecha entre la actividad económica real y la bolsa de valores, enmascarando la crisis de sobreproducción latente. Cuando el estallido se produjo nada lo pudo detener.

Como en la actualidad, el desmoronamiento de las cotizaciones fue brusco y sorprendente, pero reflejaba un hecho incontrovertible: los activos de las empresas y su volumen de producción eran mucho menores que lo que indicaban los índices de cotización. La crisis de sobreproducción se agudizó por la existencia de miles de millones de capital ficticio que actuaron como una losa sobre el mercado y los efectos fueron devastadores. El crack de los valores bursátiles se trasladó inmediatamente al sector bancario que se vio incapaz de recuperar los créditos multimillonarios que habían concedido para financiar la compra de títulos y empresas que ya no valían nada. Entre 1929 y 1932, más de 7.000 entidades financieras entraron en bancarrota.

El colapso del crédito reflejó a su vez la caída abrupta de la actividad productiva estadounidense. Tomando un índice de producción industrial de 100 en 1928, en 1930 se situaba en el 83 y en 1932 en el 54. El parón de la producción provocó una oleada de cierre de empresas. Las tasas de inversión privada colapsaron: si en 1929 todavía se mantenían al 15,4%, en 1931 se redujeron al 7,2% y en 1932 al 1,5%. Paralelamente el desempleo creció a niveles desconocidos: de 1,5 millones de parados en 1929 se pasó a 4,5 millones en 1930, 7,9 millones en 1931, 11,9 millones en 1932 y 13 millones en 1933. En el campo se produjo un auténtico éxodo hacia las ciudades y regiones prósperas de más de 600.000 campesinos al año, retratado magistralmente por John Steinbeck en su obra Las uvas de la ira.

Proteccionismo y crisis de sobreproducción

En una economía mundializada, la crisis no se detuvo en las fronteras de los EEUU y se trasladó a Europa, donde el sistema financiero no pudo evitar quedar suspendido en el aire tras la repatriación de los capitales estadounidenses. Pero lo que tuvo mayores consecuencias a la hora de ampliar y profundizar el movimiento recesivo, fue la adopción generalizada de medidas proteccionistas y devaluaciones competitivas entre las diferentes potencias para proteger sus mercados. En EEUU los aranceles se incrementaron sensiblemente; en Francia, las tasas que gravaban las importaciones pasaron del 17,8% en 1929 al 29,4% en 1935. En Gran Bretaña también aumentó la dosis de proteccionismo: los aranceles subieron del 19,8% en 1932 al 23,3% en 1935. Todas estas medidas indujeron a una contracción del comercio mundial que sufrió una reducción muy severa. Tan sólo en EEUU, el valor de sus importaciones pasó de 4.400 millones de dólares en 1929 a 1.339 millones en 1932. En definitiva, la producción se desplomó en todos los países y el desempleo se convirtió en un fenómeno de masas.

El crack de 1929, como otras crisis anteriores y la que vivimos hoy, reivindican plenamente las palabras de Marx y Engels en El Manifiesto Comunista: "La historia de la industria y del comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dominación (...) Durante cada crisis comercial, se destruye sistemáticamente, no sólo una parte considerable de productos elaborados, sino incluso de las mismas fuerzas productivas ya creadas. Durante las crisis, una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la superproducción (...) Y todo eso, ¿por qué? Porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados medios de vida, demasiada industria, demasiado comercio (...) Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno. ¿Cómo vence esta crisis la burguesía? De una parte, por la destrucción obligada de una masa de fuerzas productivas; de otra, por la conquista de nuevos mercados y la explotación más intensa de los antiguos. ¿De qué modo lo hace, pues? Preparando crisis más extensas y más violentas y disminuyendo los medios de prevenirlas".[1]

Los efectos políticos de la depresión económica fueron tremendos. El orden capitalista se vio amenazado en todo el mundo. En Europa se produjo una completa ruptura del equilibrio político y la sociedad fue sacudida por un nuevo ascenso revolucionario que se prolongó durante varios años. Las huelgas generales, las manifestaciones de masas y la crisis de la democracia burguesa y sus instituciones dominaron el panorama. Se abrió una fase en la lucha de clases europea sólo comparable con el periodo revolucionario de 1917-1923. La burguesía en Alemania y en Italia se volvió hacia el fascismo como la solución de la crisis política y social derivada del colapso económico.

El movimiento obrero estadounidense

A diferencia del boom estadounidense de las últimas dos décadas, el periodo de crecimiento de los años veinte se tradujo en un aumento de los niveles de bienestar para una masa importante de trabajadores, especialmente de los sectores cualificados empleados en la industria. Los salarios experimentaron un alza considerable: entre 1914 y 1926 el ingreso anual promedio se elevó de 682 a 1.473 dólares; descontando el efecto de la inflación, el salario obrero creció un 38% en términos reales entre 1915 y 1929. El auge significó también el ocaso del sindicalismo combativo, representado por las organizaciones del IWW, y el fortalecimiento del sindicalismo colaboracionista de la AFL [2]. La conflictividad obrera se redujo considerablemente.

Partiendo de estas condiciones, el impacto del crack de 1929 entre los trabajadores fue dramático. La depresión pilló por sorpresa al grueso de los obreros norteamericanos y el látigo del desempleo paralizó temporalmente su voluntad de respuesta. En 1930 la tasa de desempleo superó el 15%, pero durante el invierno de 1932-1933 el paro alcanzó al 25% de la fuerza de trabajo. Los salarios cayeron un 40%. El impacto de la crisis entre los pequeños agricultores fue tremendo: en este sector los ingresos promedio descendieron a la mitad.

Salvar el capitalismo: el ‘New Deal'

Desde que Roosevelt ocupara la presidencia a finales de 1932, los líderes del Partido Demócrata buscaron una nueva estrategia para salir de la depresión económica sin afectar las bases fundamentales del sistema capitalista, exactamente como hoy intentan Obama y sus asesores. El recurso a la intervención del Estado en la economía, la reforma de la legislación para canalizar el descontento laboral, la defensa del pacto social con los líderes sindicales y políticos de la izquierda norteamericana (socialdemócratas y estalinistas) se convirtieron en el eje de la acción del gobierno Roosevelt. Una política semejante, intentada en Europa a través de los gobiernos de Frente Popular y que acabó en un tremendo fracaso, sólo podía ser aplicada con relativo éxito en un país con reservas económicas importantes. León Trotsky lo señaló en un texto escrito en 1938: "Actualmente hay dos sistemas que rivalizan en el mundo para salvar al capital históricamente condenado a muerte: son el Fascismo y el New Deal. El fascismo basa su programa en la disolución de las organizaciones obreras, en la destrucción de las reformas sociales y en el aniquilamiento completo de los derechos democráticos, con el objetivo de prevenir el renacimiento de la lucha de clases del proletariado (...) La política del New Deal, que trata de salvar a la democracia imperialista por medio de regalos a la aristocracia obrera y campesina sólo es accesible en su gran amplitud a las naciones verdaderamente ricas, y en tal sentido es una política norteamericana por excelencia".[3]

En 1933, la economía norteamericana se encontraba al borde de la catástrofe: la mitad de los estados habían decretado el cierre de todos los bancos; el Producto Nacional Bruto (PNB) se redujo en un 30% y la producción industrial se desplomó un 50% con relación a 1929. La inversión privada, motor de la actividad económica bajo el capitalismo, simplemente se paró. En un contexto de hundimiento de la producción, interrupción del crédito, desempleo masivo, cierres de empresas, deflación generalizada y caída de la tasa de beneficios, las bases del capitalismo norteamericano estaban realmente amenazadas.

Las primeras medidas del New Deal fueron orientadas al sector financiero a través de medidas de rescate, inyectando miles de millones de dólares de dinero público que impidieran su quiebra total. Incluso se llevaron a cabo nacionalizaciones de entidades financieras. Como en la actualidad, este trasvase de recursos públicos se convirtió, en la práctica, en una aceleración de la concentración del capital financiero y un nuevo paso en el fortalecimiento de los monopolios. Lenin explicó en su libro sobre el imperialismo cómo funciona este mecanismo: "Los magnates bancarios parecen temer que el monopolio del Estado se deslice hasta ellos cuando menos lo esperen. Pero, naturalmente, dicho temor no rebasa los límites de la competencia entre dos jefes de negociado de una misma oficina, porque, de un lado, son al fin y al cabo esos mismos magnates del capital bancario los que disponen de hecho de los miles de millones concentrados en las cajas de ahorro; y de otro lado, el monopolio del Estado en la sociedad capitalista no es más que un medio de elevar y asegurar los ingresos de los millonarios que están a punto de quebrar en una u otra rama de la industria".[4]

La Administración Roosevelt también adoptó medidas de ayuda a la industria, a través de la NRA (Ley de Recuperación Industrial), que aceleraron la concentración empresarial y eliminaron las restricciones a los monopolios concediéndoles importantes préstamos y subsidios. Para acabar con la deflación de los precios agrarios se aprobó, entre otras, la Ley de Ajuste Agrícola (Agricultural Adjustment Administration, AAA) de 1933 que facilitó subsidios para limitar la superficie de cultivo y la cría de animales. En última instancia, estas decisiones beneficiaron a los grandes y medianos propietarios agrícolas aumentando la concentración de la propiedad de la tierra: se despidió a miles de jornaleros y pequeños arrendatarios que abandonaron en masa sus tierras.

A pesar de todo, estas medidas no evitaron que creciera el descontento social, especialmente entre los parados que se contaban por millones. En un primer momento, la administración Roosevelt recurrió a medidas de caridad públicas con la puesta en marcha de la Ley Federal de Auxilio de Emergencia, que distribuyó hacia los municipios y Estados una cantidad en torno a los 500 millones de dólares, cifra ridícula si se la compara con el desembolso realizado a favor de las empresas y los bancos. También se puso en marcha un plan de obras públicas para dar empleo a los parados a través de la PWA (Administración de Obras Públicas) que manejó un presupuesto de 3.000 millones de dólares. Para lograr el apoyo de la burocracia de la AFL a todas estas medidas, se incorporó a la NRA la famosa cláusula 7 a) que reconocía el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos y negociar en forma colectiva con la intermediación del Estado.

El New Deal puso en marcha los recursos estatales para reactivar la economía privada y recuperar las ganancias de los grandes capitales. Al igual que hoy, la mayoría de las grandes empresas estadounidenses se mostraban satisfechas con esta intervención estatal, de hecho, los grandes monopolios fueron los que escribieron las reglas. En definitiva, la intervención estatal mostraba con toda crudeza lo lejos que había llegado la anarquía del libre mercado y la incapacidad del orden burgués para organizar la economía de manera progresiva, pero en ningún caso se trataba de un rasgo de socialismo. Federico Engels abordó la cuestión de la siguiente manera en su celebre Anti Dühring: "Si las crisis descubren la incapacidad de la burguesía para seguir administrando las modernas fuerzas productivas, la transformación de las grandes organizaciones de la producción y cambio en sociedades anónimas y en propiedad del Estado muestra que la burguesía no es ya imprescindible para la realización de aquella tarea. Todas las funciones de los capitalistas son ya desempeñadas por los empleados a sueldo. El capitalista no tiene ya más actividad social que percibir beneficios, cortar cupones y jugar a la bolsa, en la cual los diversos capitalistas se arrebatan los unos a los otros sus capitales (...) Pero ni la transformación en sociedades anónimas ni la transformación en propiedad del Estado suprimen la propiedad del capital sobre las fuerzas productivas. En el caso de las sociedades anónimas, la cosa es obvia. Y el Estado moderno, por su parte, no es más que la organización que se da la sociedad burguesa para sostener las condiciones generales externas del modo de producción capitalista contra ataques de los trabajadores o de los capitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista total ideal. Cuanta más fuerzas productivas asume en propio, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen siendo asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien, se exacerba...".[5] 

La ofensiva obrera

Durante toda esta etapa de crisis, Roosevelt entró en conflicto, a determinada escala, con individuos y grupos de capitalistas. Pero esos choques respondían, precisamente, a que el éxito de su política en defensa de los intereses generales del capitalismo, los grandes monopolios y el imperialismo norteamericano dependía de neutralizar el descontento de la clase obrera. Para lograrlo no dudó en fabricarse una imagen de "amigo de los trabajadores" y enemigo de los monopolios, dando rienda suelta a la demagogia más descarada mientras subordinaba a la burocracia sindical a los intereses generales del capital. Todas sus medidas y giros calculados fueron una respuesta a la ofensiva obrera que se desató desde 1932 hasta 1937 y que culminó en grandes luchas contra los desahucios, marchas masivas de parados y una oleada de huelgas masivas, ocupaciones de fábricas y escisión del movimiento sindical.[6]

Animados por las medidas del New Deal y los tímidos indicios de la reactivación económica, cientos de miles de obreros, entre 1932 y 1934, se organizaron sindicalmente en todos los sectores: en la industria textil, el automóvil, el acero, el caucho, etcétera. Ese movimiento masivo provocó un choque entre los intereses de la burocracia sindical de la AFL, que organizaba fundamentalmente a trabajadores cualificados, y miles de obreros no cualificados que luchaban por la formación de comités de fábrica integrados por toda la clase obrera. Finalmente, la cascada de luchas obreras, ocupaciones de fábricas y de-sobediencia sindical cristalizó en la escisión de la AFL en octubre de 1935: una fracción de la burocracia sindical, encabezada por John Lewis, dirigente del sindicato de mineros, organizó el CIO (Comité por la Organización Industrial) que agrupó a un número de sindicatos muy destacado.

El nuevo panorama abierto con el giro a la izquierda en el movimiento obrero tuvo hondas repercusiones políticas. La posibilidad de que los trabajadores culminasen con éxito el camino iniciado y se dotaran de una organización política independiente,[7] obligó a Roosevelt a realizar un nuevo giro para afianzar una nueva alianza con los sindicatos y los sectores proclives al acuerdo: el Partido Socialista y el Partido Comunista. Para calmar el descontento, el gobierno Roosevelt aprobó una nueva batería de medidas reformistas: desde una reforma fiscal significativa, pasando por la creación del sistema público de pensiones y nuevas ayudas públicas a los ayuntamientos y los Estados. También realizó concesiones a los nuevos comités de fábrica y a los líderes del CIO a través de la llamada acta Wagner, que legislaba a favor de la negociación colectiva por parte de los comités de fábrica. En esta coyuntura se crearon las condiciones para un cambio significativo del panorama político estadounidense. El Partido Demócrata consolidó la alianza entre un sector del capital norteamericano y los sindicatos, un modelo que se ha extendido hasta la actualidad, logrando mantener la confianza de una parte considerable de las masas en el Estado burgués y el sistema capitalista.

En las elecciones de 1936, Roosevelt cosechó un amplio apoyo entre los trabajadores norteamericanos gracias a la ayuda de la burocracia sindical, fundamentalmente del CIO, y de la izquierda, especialmente de los estalinistas que habían jugado un papel importante en la formación de los nuevos sindicatos. Trotsky señaló en aquel momento que "en los EEUU, el frente popular asumió la forma de rooseveltismo, es decir, el voto de los radicales, comunistas y socialistas por Roosevelt".

¿Resolvió el New Deal la crisis capitalista?

El conjunto de medidas adoptadas por el New Deal no pudo resolver la crisis ni las contradicciones profundas del capitalismo norteamericano y mundial. En 1937, tras dos años de modesta recuperación de los indicadores económicos, la recesión se hizo de nuevo visible. El paro seguía en tasas alarmantes (más de diez millones), y los niveles de inversión productiva no se habían recuperado. De hecho, la producción industrial en 1937 era un 9% inferior a la de 1929. Lo que sí consiguió la administración Roosevelt fue abortar el ascenso revolucionario de los trabajadores norteamericanos, neutralizar la expresión política independiente de su descontento, y lograr una adhesión al sistema capitalista que parecía imposible años antes. Para lograrlo contó con el auxilio de los reformistas, los estalinistas y la burocracia sindical. Estas fueron las precondiciones para garantizar el apoyo del movimiento obrero a los planes del gobierno a favor del rearme y de los preparativos de guerra, insuflando un nuevo sentimiento chovinista y patriota en la sociedad. Y fue el factor de la guerra, y su impulso económico tanto en los años que duró el conflicto como en la reconstrucción económica mundial al finalizar la contienda, lo que realmente permitió salir de la depresión iniciada en 1929 y fortalecer el dominio del imperialismo norteamericano sobre el mundo.

El fracaso del keynesianismo

A los teóricos del pacto social y la colaboración de clases, es decir a la socialdemocracia, la perspectiva de la crisis y sus consecuencias en la lucha de clases les provoca auténtico pánico. Por eso les gustaría volver a los buenos viejos tiempos, a los años de crecimiento económico de la posguerra en Europa occidental y EEUU, la época dorada del estado del bienestar, del keynesianismo y del reformismo.

La nota más destacada de aquel periodo en cuestión, que se prolongó hasta la década de 1970, fueron las grandes inversiones en la industria, el giro hacia la mecanización y la automatización, y el avance espectacular de la productividad del trabajo. Se asistió a un crecimiento tremendo de medios de producción y bienes de consumo. A su vez, esta espiral ascendente se vio fortalecida por el crecimiento del comercio mundial, que favoreció rápidos retornos del capital productivo acelerando el ciclo industrial, y una acumulación de capital formidable. Las tasas de ganancia que obtuvieron los capitalistas de los países avanzados en la década de los cincuenta y sesenta han sido las más altas en un siglo.

La intervención estatal fue un factor que contribuyó al auge de la posguerra, pero no fue el decisivo. En países de Europa occidental como Francia o Gran Bretaña, el Estado se hizo con el control de sectores productivos que el capital privado consideraba poco rentables. La modernización de estas industrias (ferrocarriles, minería, siderurgia, eléctricas, etc.) exigía grandes desembolsos de capital fijo, cuya amortización era mucho más lenta que en otras ramas productivas. Estos sectores estatalizados de la economía proporcionaban ma

terias primas y servicios baratos a los capitalistas privados, que de esta manera se beneficiaban de los subsidios y las inversiones estatales. Pero esta intervención estatal no alteraba las leyes básicas ni las contradicciones en que se mueve el capitalismo. El factor clave del auge de posguerra fue el aumento de la inversión de capital privado que ya hemos señalado anteriormente. Era la dinámica del mercado, y no la intervención del Estado, lo que determinaba el movimiento ascendente de la economía.

Tal como los marxistas de la época no dejaron de señalar, esta fase extraordinaria de acumulación finalmente chocó con los límites de la producción y las contradicciones insalvables del sistema. En última instancia toda una serie de factores se combinaron para precipitar la recesión, es decir, la reaparición de la crisis de sobreproducción con sus efectos conocidos: cierres masivos de empresas, ataques a los salarios, desempleo de masas..., abriendo un nuevo periodo de ascenso revolucionario en la década de los setenta.[8]

La depresión económica actual

El contexto general en que se mueve la nueva administración Obama y el resto de los gobiernos capitalistas es espeluznante. Cada dato que se conoce diariamente es peor que el anterior y basta un repaso a los más esenciales para entender la extrema gravedad, profundidad y extensión de la crisis. La contracción de la economía norteamericana (PIB) en el último trimestre de 2008 ha sido del ¡6,2%!; sus exportaciones e importaciones cayeron respectivamente un 19,7% y un 15,7%, el mayor descenso desde 1971; a su vez el consumo se ha desplomado registrando la peor caída en 28 años; la inversión en bienes de equipo, indicador fundamental de la inversión productiva, se redujo en ese mismo periodo un 27,8%, el peor dato en medio siglo.

Por otra parte, la tasa de paro en los EEUU se sitúa ya en el 7,2% y podría acercarse al 10% en los próximos meses. Oficialmente 11 millones de estadounidenses están en el paro, un 48 por ciento más que hace un año. En 2008 el número de norteamericanos que se ha apuntado a las listas del desempleo es de 4,78 millones, la cifra más elevada desde que comenzaron las estadísticas en 1967. La crisis afecta a todos los sectores de la producción, donde el cierre de plantas y la destrucción de empleo se desarrolla a un ritmo endiablado. Pero este fenómeno de paro masivo no es privativo sólo de la economía estadounidense: afecta a todos los países en todos los continentes.[9]

La situación es igual de mala, o peor, en Europa. La actividad económica del conjunto de la UE se redujo el 1,5% durante el cuarto trimestre de 2008. La crisis golpea especialmente a Alemania, que vivió una caída de la actividad durante el último trimestre del pasado año del 2,1%, la más intensa desde la reunificación alemana de hace dos décadas. Las economías de Francia y Reino Unido cayeron también significativamente, el 1,2% y el 1,5%, respectivamente, mientras que Italia descendió el 1,8% y España, el 1%. Por su parte, la caída del PIB en Japón, la tercera economía mundial, fue del 11,7% durante el cuarto trimestre del pasado año en tasa anualizada, según datos de la oficina del gobierno. El índice de la producción industrial del país nipón se redujo un 9,6% en 2008 respecto al año anterior. En el caso de China, si en 2007 su economía había crecido un 13%, en 2008 el impacto de la crisis internacional redujo el crecimiento a un 6,7%.

Los gobiernos capitalistas están paralizados ante el tamaño de la crisis. Sus rescates multimillonarios del sistema financiero han fracasado miserablemente, y eso que han desembolsado más de dos billones de euros de dinero público entre inyecciones de liquidez y compras de activos bancarios en el último año (entre EEUU, Europa y Japón). La persistencia en el cortocircuito del crédito, cuya sequía es una consecuencia del desplome de la economía real, demuestra que todas estas aportaciones de capital se han incorporado a los balances de los bancos o han sido distribuidos directamente como beneficios entre los accionistas. Esta es la razón por la que se ha abierto de forma descarnada el debate sobre la nacionalización de la banca, y de por qué todos los defensores acérrimos de la libertad de empresa se inclinan ahora por la intervención estatal.

Todas estas intervenciones, incluida la nacionalización, tienen una lógica aplastante: auxiliar a la banca privada a través de las finanzas públicas, del dinero que saldrá del bolsillo de los trabajadores, del recorte de los subsidios de desempleo, de los gastos en educación y sanidad pública, sin que ello suponga que el capital de estos bancos se vaya a destinar a resolver las necesidades acuciantes de la población. Los marxistas no apoyamos este tipo de "nacionalizaciones" capitalistas. Nuestro programa frente a la crisis se basa en la expropiación de la banca y de los monopolios, sin indemnización salvo en casos de necesidad comprobada, y controladas por los trabajadores y sus organizaciones. Sólo de esta manera, poniendo este capital privado a disposición de la mayoría de la sociedad, capital que no es más que la plusvalía expropiada a los trabajadores en el proceso de la producción, se podría acometer la planificación de la economía de una manera racional, aumentando exponencialmente el bienestar del conjunto de la humanidad y acabando con la lacra del desempleo y la orgía de destrucción de fuerzas productivas a la que estamos asistiendo. Obviamente este sería un paso colosal en la transformación socialista de la sociedad, poniendo punto y final a esta pesadilla que se llama capitalismo. Pero esta opción, lógicamente, no es la que contemplan los gobiernos capitalistas del planeta, sean del signo que sean.

Las medidas de Obama y las perspectivas para la crisis

Los paralelismos entre el New Deal y los planes anunciados por Obama para tratar de sacar a la economía estadounidense de su actual atolladero son evidentes. Las medidas para rescatar el sistema bancario, pasando por los "planes" de déficit público, hasta el "aumento" de los impuestos para los ricos, demuestran que el guión de la historia ha sido bien estudiado. Incluso hasta en los detalles hay similitudes, como prueba la demagogia empleada por Obama en sus discursos contra los "excesos" de los especuladores y los salarios "escandalosos" de los altos ejecutivos, o sus declaraciones y las del vicepresidente, Joe Biden, a favor de "sindicatos fuertes". En todas las medidas de la nueva administración norteamericana hay un aroma calculado a New Deal, buscando fabricar una nueva legitimidad del sistema y transformar el descontento de millones de trabajadores norteamericanos en un apoyo al capitalismo "de rostro humano".

El nuevo plan económico de Barack Obama, anunciado a bombo y platillo como la solución para evitar una catástrofe, supondrá la utilización de 789.000 millones de dólares (615.000 millones de euros) con los que pretende crear tres millones y medio de puestos de trabajo en dos años. En el camino hasta lograr la luz verde del senado, Obama ha tenido que recortar muchas de sus previsiones iniciales debido a las presiones de los republicanos: ha reducido 40.000 millones de dólares destinados a los Estados para el fomento de la educación y otros 6.000 millones más para la rehabilitación de escuelas públicas, entre otros. El plan, tal como ha sido aprobado, supondrá que el Estado dejará de percibir unos 219.000 millones de euros en deducciones fiscales con el fin de "animar" el consumo de las clases medias. El resto del paquete, 395.000 millones de euros, son nuevas inversiones en infraestructuras, pagos a la seguridad social de los Estados que están al borde de la quiebra, educación y ayudas al desempleo. A este plan se suma el anuncio de un presupuesto para este año, que disparará el déficit presupuestario hasta 1,7 billones de dólares (12,3% del PIB).

Ahora bien, ¿será suficiente este plan para sacar a la economía norteamericana del atolladero? El primer paquete de estímulo aplicado por la administración Bush, cerca de 700.000 millones de dólares, fracasó estrepitosamente. Esta nueva cantidad de dinero puede evaporarse también, sobre todo teniendo en cuenta que es una nadería en comparación con la gravedad de la crisis del sector financiero y el desplome de la producción. La Oficina Presupuestaria del Congreso ha previsto que a lo largo de los próximos tres años se producirá un desfase de 2,9 billones de dólares entre lo que la economía puede producir y lo que de hecho producirá. Y 800.000 millones de dólares, aunque parezca mucho dinero, no sirve ni mucho menos para salvar ese abismo. Como hemos señalado anteriormente, la intervención estatal no es suficiente para reactivar la economía capitalista que depende de la inversión productiva y de la venta de mercancías para obtener beneficios, paralizados en estos momentos por la lógica de la sobreproducción.

Además los peligros de esta estrategia son evidentes. Recurrir al déficit masivo puede colocar en riesgo de suspensión de pagos al conjunto de la economía capitalista norteamericana que, no olvidemos, arrastra ya un déficit fiscal y comercial histórico financiado gracias a los miles de millones de dólares que China y otros países asiáticos emplean en comprar bonos del tesoro y demás títulos de deuda pública.[10] La diferencia fundamental con la época de posguerra, en pleno ascenso de las fuerzas productivas, es que la crisis también afecta a China y a Japón de una manera contundente. Obama corre el riesgo de quedarse bloqueado a la hora de obtener fondos para financiar este déficit espectacular que va a dispararse en los próximos meses. Si el gobierno norteamericano intenta cubrirlo poniendo en circulación una gran masa monetaria, como ya están haciendo, provocarán una devaluación aún mayor del dólar. Este hecho tendrá sus efectos. Por un lado, retraerá a los inversores extranjeros en deuda pública, que no querrán comprar más bonos del tesoro devaluados. En segundo lugar azuzará las medidas proteccionistas y las devaluaciones competitivas de otros países, un fenómeno que ya se está extendiendo por todo el planeta y que trae a colación los peores fantasmas del crack de 1929.[11]

La volatilidad de la situación es extrema. El lunes 2 de marzo, cuatro días después de que el presidente Obama presentara sus nuevos presupuestos, las bolsas mundiales registraron una nueva jornada de pánico, tras el anuncio del gobierno estadounidense de una nueva inyección de otros 30.000 millones de dólares a la aseguradora AIG. Por primera vez desde el crack de 1997 el índice Dow Jones cayó por debajo de los 7.000 puntos.

La dinámica de depresión económica es difícil de determinar en sus detalles. Pero una cosa es clara: igual que ocurrió con el crack de 1929, sus consecuencias políticas serán profundas. La confianza en el capitalismo será cuestionada por millones de trabajadores y jóvenes que, a pesar del fuerte impacto que están sufriendo en estos momentos, se verán obligados a pasar a la acción con una fuerza desconocida en las últimas décadas. Las grandes movilizaciones de Italia, Francia y Grecia son sólo un anticipo de lo que está por venir. Las organizaciones obreras, tanto políticas como sindicales, serán sacudidas de arriba abajo y las oportunidades para transformar la sociedad en líneas socialistas se multiplicarán en decenas de países. En estas circunstancias, el programa del genuino marxismo se abrirá paso con fuerza, ganando un apoyo consciente entre millones de oprimidos de todo el mundo.

NOTAS

1. Carlos Marx - Federico Engels, El Manifiesto Comunista, Fundación Federico Engels, p. 44.

2. IWW Trabajadores Industriales del Mundo  (IWW o los Wobblies), sindicato revolucionario estadounidense, inspirado en la doctrina del sindicalismo revolucionario y el anarcosindicalismo. AFL (American Federation of Labor), una de las primeras federaciones sindicales de EEUU. Fue fundada en Ohio en 1886 por   que la dirigió hasta su muerte en 1924,  basándose en un programa conservador y colaboracionista con las patronales y los diferentes gobiernos capitalistas de EEUU.
Si en 1919 se produjeron en torno a 3.600 huelgas que afectaron a más de 4 millones de trabajadores (casi el 21% de la fuera laboral norteamericana), diez años después las huelgas solo sumaron 900 y los trabajadores implicados fueron alrededor de 300.000, es decir, un 1,2% de la fuerza de trabajo.

3. León Trotsky, ¿Qué es el marxismo?, Fundación Federico Engels, Madrid 2003, p. 28.

4. V. I. Lenin, El imperialismo fase superior del capitalismo, Fundación Federico Engels, Madrid 2007, p. 375. Federico Engels, Anti Dühring, Editorial Grijalbo, OME, Barcelona 1977, p 289-90. El propio Engels contestó a aquellos "socialistas", como los socialdemócratas actuales, que veían en la intervención del Estado en la economía un signo de socialismo: "Recientemente, desde que Bismarck se dedicó también a estatizar, se ha producido un cierto falso socialismo -que ya en algunos casos ha degenerado en servicio al estado existente- para el cual toda estatalización, incluso la bismarckiana, es sin más socialista. La verdad es que si la estatalización del tabaco fuera socialista, Napoleón y Metternich deberían contarse entre los fundadores del socialismo..." (Ídem)

6. En 1933 y 1934 fueron a la huelga más de un millón de trabajadores de diferentes industrias, en defensa de los salarios, mejoras en los convenios colectivos y por el reconocimiento de las comisiones sindicales, de las cuales destacaron, por su combatividad y radicalización, la huelga de los Camioneros en Minneapolis, los estibadores de San Francisco y los del sector automotriz en la ciudad de Toledo. La primera de estas huelgas fue liderada por los trotskistas de la Liga Comunista, que organizaron un soviet en la ciudad de Minneapolis en el que participaron trabajadores de todos los sectores, encabezados por los camioneros y su sindicato local, y una auténtica milicia obrera que se enfrentó a miles de policías y esquiroles movilizados para acabar con la huelga. La segunda lucha fue dirigida por el PC. Los estibadores iniciaron la huelga para abolir el sistema de shape-up (una especie de mercados de esclavos donde por la mañana temprano se elegían grupos de trabajadores para el día), se enfrentaron a la represión armada de la policía en los muelles y la lucha se trasladó a toda la clase obrera de San Francisco que protagonizó una gran huelga general. Las tres huelgas mencionadas acabaron en grandes victorias.
En otoño de 1934 tuvo lugar la mayor de todas las huelgas, con 325.000 trabajadores textiles que abandonaron las fábricas y se organizaron en piquetes enfrentándose durante semanas a la represión policial y militar en numerosas ciudades. También fueron muy importantes las huelgas de brazos caídos, en realidad una manera de ocupar las fábricas e impedir la producción, como la de los trabajadores del caucho en Akron (Ohio) y la de la fábrica Fisher Body (General Motors) en Flint (Michigan) que se prolongó desde diciembre de 1936 hasta febrero de 1937. Para ver más en detalle el desarrollo de este periodo se puede consultar: Howard Zinn, La otra historia de los EEUU, Hiru, Hondarribia 1999; Farell Dobbs, Rebelión Teamster, Pathfinder, Canadá 2004.

7. En la Convención del Sindicato del Automóvil y en la de la AFL de 1935 (donde Lewis rompió para fundar el CIO), un sector de trabajadores propuso la formación de un Partido de Trabajadores nacional. Todos estos intentos expresaban un avance formidable en la conciencia política de amplios sectores de la clase obrera. En agosto de 1937 encuestas realizadas por Gallup mostraban que el 21% de los consultados apoyaban la formación de tal partido.

8. Por un lado el fuerte incremento de capital constante en proporción al capital variable hizo inevitable el aumento de la composición orgánica del capital. A pesar de todas las fuerzas contrarrestantes, la tasa de ganancia experimentó un descenso paulatino a partir del final de la década de los sesenta. Por otra parte, el aumento del precio de las materias primas industriales, especialmente del petróleo, fue un factor importante a la hora de encarecer los costes de producción. Éste hecho se enlazó a otros muchos. Uno de los más significativos fue el ascenso de la lucha de clases en el mundo colonial y también en los países capitalistas avanzados. Desde EEUU hasta Francia, donde la gran huelga revolucionaria de mayo de 1968 estuvo cerca de liquidar el capitalismo, o Italia, durante el otoño caliente de 1969. La larga lista de factores que influyeron no termina ahí. Los enormes déficits públicos, alimentados durante veinte años y que conformaban la espina dorsal de la doctrina keynesiana, actuaron como un lastre y dispararon la inflación. La sobreacumulación y las dificultades de colocación de los capitales calentó la burbuja especulativa. Un análisis brillante de todo este periodo se puede consultar en el primer volumen de las obras de Ted Grant, especialmente en la sección titulada: El auge económico de la posguerra. Orígenes, efectos y declive. Fundación Federico Engels, Madrid 2007.  

9. La Organización Internacional del Trabajo pronosticó que 2009 puede acabar con 50 millones de desempleados más en todo el mundo, considerando un total de 230 millones de parados para este año.

10. La teoría de Keynes y sus seguidores a favor de estimular la demanda puede funcionar temporalmente, si las reservas públicas están saneadas y son abundantes o durante una época de auge de la economía, aunque sea a costa de un endeudamiento agónico del Estado. Tal como ocurrió en los años del New Deal, los resultados que se pueden obtener con estos métodos en una fase de depresión económica son muy modestos. Pero en la actualidad se parte de unas condiciones muy diferentes: EEUU tiene en estos momentos una deuda global superior al 50% del PIB. El déficit público es de 1,3 billones de dólares, cerca de un billón de euros, el  mayor desde la Segunda Guerra Mundial, equivalente al 8,3% del producto interior bruto (PIB). En palabras del historiador estadounidense Paul Kennedy: "Estoy aterrado porque muy probablemente tendremos muy poco dinero para pagar los bonos del Tesoro que van a ser emitidos, en decenas de miles de millones cada mes, en los próximos años (...) Hoy, nuestra dependencia de los inversores extranjeros se aproximará más y más al estado de endeudamiento internacional que nosotros los historiadores asociamos con los reinados de Felipe II de España y Luis XIV de Francia" (El poder de EEUU está decayendo).

11. Los ejemplos de un nuevo proteccionismo proliferan por todas partes. Hace dos meses, Rusia decidió elevar del 5% al 30% el gravamen para los coches importados. También ha introducido aranceles a la carne de ave y de cerdo. India ha anunciado que durante los próximos seis meses prohibirá la importación de juguetes de China (la mitad de los que importa). El Gobierno chino antes elevó las deducciones de los impuestos a la exportación de sus juguetes en un 14% para ayudar a sus fabricantes nacionales. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha aclarado que las ayudas a las empresas de automóviles son para "ayudar a frenar la huida de empleo de Francia". Estados Unidos ha salido a apoyar a los gigantes del motor de Detroit, pero sólo para que salven sus plantas en el país. Para que el PIB de los países avanzados crezca al 3%, el comercio internacional debe hacerlo al 8% pero ahora la economía mundial apenas crece. Según la OMC, el comercio mundial caerá en 2009 por primera vez en 27 años, en torno a un 2%. 

Fuente: El Militante

Trabajadores de distintos sindicatos, militantes del PRD, jóvenes de varias universidades y delegados de diversos países lograron un lleno total en la presentación del libro “Reformismo o Revolución” escrito por el dirigente de la Corriente Marxista Internacional Alan Woods.

Entre los asistentes tuvimos a compañeros del SUTIEMS (Sindicato de Trabajadores de IEMS), del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, del SITUAM (Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana).

La presencia de una delegación de trabajadores de la empresa Olympia causó un gran impacto, pues ellos han instalado las banderas de Huelga en su empresa debido a los ataques que han recibido de la patronal. Además asistieron militantes de base del PRD, jóvenes estudiantes de Universidades como la UNAM, el IPN, la UAM y la BUAP.

La presentación generó tal expectativa que incluso asistieron compañeros de distintas regiones de la República Mexicana, entre ellos Puebla, Estado de México, Saltillo, Chihuahua, Hidalgo, San Luis Potosí, y el Distrito Federal. Debido a que esta presentación se enmarca en un conjunto de eventos que realiza la Corriente Marxista Internacional en defensa de la ideas del Marxismo, contamos con la presencia de compañeros de países como Venezuela, Argentina, Brasil, EEUU, Canadá, España, Italia, Austria y Ecuador. En el local se respiraba un aire de hermandad, internacionalismo y lucha de clases.

El primero en tomar la palabra fue el compañero Esteban Volkov, -nieto del gran revolucionario León Trotsky- quien reconoció la amplia labor que Alan Woods ha realizado a favor de la defensa del Marxismo. Esteban es un compañero que a cada oportunidad que se le presenta, apoya a la Corriente Marxista Internacional (CMI). Después, el compañero Jordi Martorell, Secretario General del la Campaña Manos Fuera de Venezuela (MFV) se dirigió a los asistentes para explicar las tareas que en defensa de la Revolución Bolivariana se han realizado por distintos países a raíz de esta iniciativa.

Alan Woods, es un compañero muy conocido dentro del movimiento obrero y juvenil en México, ya en otras oportunidades ha dado conferencias sobre algunos de sus otros libros como “Razón y revolución”, “Bolchevismo, el camino a la revolución” y sobre las perspectivas del movimiento obrero internacional. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de escucharle en torno a su último libro “reformismo o revolución”. En México, si bien Heinz Dieterich, a quien Alan responde en su libro, no representa más que a un sector de intelectuales que pretenden confundir a la clase trabajadora con ideas y lenguaje rebuscado, lo fundamental es que en el libro estudia a profundidad el proceso de la revolución bolivariana y de la revolución en general, desmintiendo uno por uno los argumentos más usados por los reformistas.

La revolución es un proceso vivo, para el cual no se ha escrito ni se podría escribir una receta que hay que seguir paso a paso para finalmente tener un buen platillo, una revolución es mucho más compleja que eso. En este momento de crisis económica muchas teorías han salido por la borda, el keynesianismo, el capitalismo con rostro humano, y muchas falacias más se han topado con la realidad: Dentro del capitalismo no hay salida a la injusticia, a la pobreza y a la explotación. Y ahora algunos intelectuales en el afán de verse audaces, o como si se tratara de una moda pretenden crear nuevas teorías para el socialismo, como es la teoría del “socialismo del siglo XXI” defendida por Heinz Dieterich. En la presentación del libro, Alan Woods explicó claramente el papel de estas personas que creen haber hallado el hilo negro, pero que sin embargo, han desempolvado y lustrado una vieja idea presentándola como nueva, estas personas creen que pueden andar por el mundo usando un lenguaje rebuscado y predicando la “verdad absoluta” sin saber siquiera ellos mismos que es a lo que se refieren. Pero el movimiento obrero ha identificado al llamado “socialismo del siglo XXI”, como un conjunto de ideas carente de todo contenido y que más bien significan una “teoría” a favor de los empresarios y banqueros que quieren seguir manteniendo sus intereses de clase.

Alan Woods explicó que sin la participación activa de las masas ninguna revolución es posible, sin embargo, también señaló la importancia del factor subjetivo, es decir, de la dirección revolucionaria que armada con las ideas del marxismo debe ir a la vanguardia de la revolución para llevarla por el camino del socialismo. Una revolución sin estos dos elementos no podrá se victoriosa.

En este momento el referente revolucionario para todo el mundo y en especial para América es la revolución bolivariana, en ella tenemos a un pueblo que lleva 10 años defendiendo a la revolución y sus avances. Al frente del proceso se encuentra Hugo Chávez un hombre honesto y valiente, pero que desgraciadamente está rodeado de burócratas que no desean otra cosa que frenar el proceso revolucionario. El impacto del trabajo de esos burócratas lo podemos en las oportunidades que le han dado a la burguesía para que esta lance una constante ofensiva que en el caso de la fábrica Mitsubishi provocó la muerte de tres compañeros obreros que se pusieron al frente de la lucha en esa empresa.

Alan insistió en la importancia de los trabajadores en la revolución, ya que sin su amable permiso dijo “no se prende un foco, ni se mueve una rueda”, de ahí que esta sea la clase destinada a llevar adelante la revolución en Venezuela y en todo el mundo, como prueba mencionó el caso de empresas como SIDOR, Inveval, etc. Fábricas venezolanas que hoy día están bajo control obrero y que son fundamentales para el futuro de la revolución.

La charla fue magnífica, los más de 150 asistentes han recibido al marxismo con los brazos abiertos, prueba de ello es que en cuestión de dos horas que duró la charla hemos vendido más de 5 mil pesos en materiales de la Fundación Federico Engels.

Agradecemos al “Grupo Tacuba” por habernos prestado el local para la presentación, así como al grupo de compañeros que se encargaron de la logística cuidando cada detalle para tener un excelente evento, tal como fue.

Al finalizar el evento, un ambiente de ánimo y lucha se desbordó, muchos compañeros se acercaron a Alan para que les firmara su libro, para sacarse fotos con el, pero sobre todo, varios de ellos plantearon firmemente su total disposición para construir la organización en su centro de trabajo. Este acto ha sido un exitoso preámbulo para la Escuela Marxista Panamericana que empieza este 27 de febrero, y que sin duda será un punto de inflexión para la extensión de las ideas marxistas en América y para el desarrollo de las fuerzas de la revolución proletaria.

En el momento de escribir este artículo el índice de la bolsa de Nueva York alcanza su nivel más bajo en seis años, las grandes instituciones financieras e inversores en acciones de empresa caen presas del abatimiento debido a la situación de la economía mundial.

Y estos inversores tienen muy buenas razones para estar deprimidos. La economía mundial, según las estimaciones de las principales instituciones internacionales, este año se contraerá por primera vez desde los años cuarenta. Con mundial quieren decir todas partes, no sólo las economías capitalistas desarrolladas.

Pero dejando a un lado a los inversores, la clase obrera mundial es la que realmente sufrirá. Globalmente, la ONU calcula que el desempleo este año alcanzará los 220 millones de personas. De una fuerza laboral aproximada de 3.000 millones, es significa sólo el 7 por ciento. Pero esta cifra no tiene en cuenta a millones de parados ocultos que ni siquiera pueden comenzar a buscar un empleo. En cuanto al porcentaje de los que trabajan en fábricas explotadoras en el plantea supera el 20 por ciento.

La tasa de crecimiento oficial real del PIB en China ha caído a sólo un 5 por ciento anual, de un 11 por ciento conseguido el año pasado (la realidad probablemente sea peor si se tiene en cuenta el consumo eléctrico de las empresas, fábricas y familias).

Ocurre lo mismo en el resto de Asia. Japón ha anunciado que el último trimestre de 2008 su economía sufrió la mayor contracción en 27 años. Singapur y otras economías del sudeste asiático también están hundidas porque sus exportaciones a Europa y EEUU han chirriado hasta detenerse.

Los más afectados son los antiguos países "comunistas" de Europa del Este. Después de emprender el camino del capitalismo tras el colapso de la Unión Soviética, las elites dominantes de estos países ahora deben explicar a su población por qué sus economías ¡se contraerán un 10 por ciento en un año!

Pero aún es más desastroso, muchos de estos países (Hungría, Polonia, República Checa, Rumania, Bulgaria y los minúsculos estados bálticos) han promovido un gran boom inmobiliario similar al de EEUU, Gran Bretaña y otras zonas de Europa Occidental. La gente, pensando que disfrutaban de los beneficios del progreso capitalista, se endeudaron, pero no en sus monedas nacionales respectivas, sino en monedas extranjeras más baratas como el franco suizo, el euro e incluso el yen japonés.

Ahora eso ha salido mal. El valor de sus monedas nacionales se ha hundido más de un 30 por ciento en cuestión de meses, el coste de pagar sus hipotecas mensuales en euros, etc., se ha disparado. Muchas personas están perdiendo sus empleos y viviendas al mismo tiempo.

Por supuesto, el foco de esta recesión económica, la más profunda desde los años treinta, fue la economía capitalista más grande ("el país más grande del mundo"), EEUU. Esta enorme economía, cuyo valor de su producción anual es de 14 billones de dólares, está retrocediendo a un ritmo del 5 por ciento anual.  El desempleo se ha disparado, millones de propietarios se enfrentan a la amenaza del desahucio, se reducen los salarios y el valor de los fondos de pensiones de millones de trabajadores se ha reducido un 40 por ciento.

Con los rescates desesperados a bancos e instituciones financieras que desencadenaron esta crisis, la administración Obama ha puesto billones de dólares en fondos estatales y ha aumentado la deuda del sector público al 100 por cien de la producción anual. El coste para el contribuyente es dos veces el coste de la guerra de Vietnam y se acerca a la mitad de lo que costó la Segunda Guerra Mundial. Por este camino, la clase obrera no sólo tendrá que pagar por este caos capitalista a través de pérdidas de empleo, recortes salariales y desahucios, sino también con un aumento abrupto de los impuestos para ayudar a los banqueros.

Lo mismo ocurre, sólo que peor, en Gran Bretaña. La crisis inmobiliaria (con los precios de las viviendas acumulando una caída del 40 por ciento) convierte en un chiste la vieja consigna de Thatcher de: "democracia de propietarios". La caída de la bolsa en la City londinenses ha sido tan grande como la norteamericana, también burlándose de manera cruel de la época de privatización de los mercados de los años noventa. Los vendedores de bienes públicos dijeron que podríamos conseguir beneficios comprando todos esas acciones, incluso comprar más acciones si aceptábamos que las sociedades de créditos hipotecarios se convirtiesen en bancos; los bancos se convertirían en agentes inmobiliarios y los detallistas se transformarían en prestamistas hipotecarios.

Ahora el valor de la mayor sociedad de crédito hipotecario de Gran Bretaña, Halifax, es cero, absorbida en la semi-nacionalización del sistema bancario. British Telecom, antes empresa de telefonía pública, privatizada en los años ochenta y renovada en los noventa, ahora está en crisis.

La economía británica se ha contraído más de un 4 por ciento en un año y tendrá el peor resultado económico en 2009 de las siete principales economías capitalistas, así que el "boom y pinchazo" de la economía británico pillará totalmente al Nuevo Laborismo (en particular al de Gordon Brown). El Nuevo Laborismo ha sido aún más ingenuo sobre la crisis del crédito y la ha negado más que la oposición conservadora.

De la noche a la mañana, el portador del "libre mercado", el que ofrecía la mínima regulación a la City londinense, que estaba a favor de reducir los impuestos a las grandes empresa y un seguidor destacado de la privatización, Gordon Brown se ha convertido en un ferviente partidario de la política keynesiana de gasto en el sector público y pedir dinero prestado, de la regulación del sistema bancario y quiere "controlar" las elevadas primas de los altos ejecutivos de la City, incluso aplica la nacionalización virtual de los bancos en quiebra.

¡Qué hipocresía y qué estupidez! Gordon Brown solía decir que el capitalismo británico, con la política derechista adoptada de EEUU, podría expandirse "endógenamente" sin recesiones ni "ciclos". Ese fue el argumento de su principal asesor económico, Ed Balls, ahora en el gobierno. ¡Balls nos dice ahora que sufrimos la peor recesión en cien años!

¿Qué pasa con los banqueros que desencadenaron esta situación debido a su codicia? Los jefes de los bancos británicos fueron recientemente al parlamento a explicar cómo había sucedido todo. Comenzaron diciendo que estaban muy, muy arrepentidos... Pero no había forma de saber que esto iba a suceder. Fue como un tsunami arrastrando consigo de la noche a la mañana todos sus inteligentes planes e inversiones. Dijeron a los políticos que había una posibilidad entre un millón de poder haberlo previsto, pero nadie pensaba que existieran cisnes negros en el mundo hasta que el capitán Cook llegó en 1780 a Australia.

La misma excusa fue utilizada por Gordon Brown en la cumbre de ministros de economía del G7 antes de tener una audiencia con el Papa (¡espero que ambos rezasen intensamente!): la crisis fue como un huracán que provino de ninguna parte.

Según el jefe de "Estabilidad Financiera" del Banco de Inglaterra, los banqueros no vieron venir la crisis del crédito porque sus "modelos de riesgo" sólo se remontaban a diez años y no tuvieron en cuenta que el capitalismo antes había tenido recesión. En realidad, los modelos de riesgo de los bancos decían que la posibilidad de que sucediera lo que hemos visto era de una en 13.500 millones de años. Como reconocen actualmente los científicos, el universo tiene aproximadamente esa edad, eso significa que lo ocurrido en la economía británica y mundial en los últimos dieciocho meses, según los banqueros, ¡¡era imposible!! Para eso sirven los modelos de riesgo y el capitalismo estable.

Por supuesto, todas estas explicaciones en realidad son excusas patéticas. Hubo unas pocas voces incluso entre los estrategas capitalistas, aparte de los marxistas, que previeron la calamidad que se iba a producir debido a la masiva expansión del capital "ficticio" en forma de crédito barato, aumento de los precios inmobiliarios, aumento sin final a la vista de los precios bursátiles que no correspondían con la equivalente expansión de los valores de la producción real. Pero estas voces fueron abrumadas por el éxtasis de los banqueros con sus grandes primas y de los inversores ricos con su creciente riqueza en propiedad y acciones.

Ahora, ya sean los banqueros, los inversores, los reguladores o los políticos pro-capitalistas, todos chillan espantados, mientras al mismo tiempo, dicen que no tenía nada que ver con ellos y que no se podía prever ni evitar.

Y toda la suciedad y debilidad ahora aparece tras un largo letargo. El capitalismo está lleno de robo, estafa y fraude. Pero a menudo está oculto cuando todo parece ir bien y todo el mundo hace dinero. Pero ahora sucede lo contrario, algunos de los estafadores se han quedado al descubierto, como las heces salen a la superficie del agua estancada.

Bernard Madoff es un eminente financiero de Nueva York. Tenía fondos de inversión a los que podías ser invitado a invertir, si eras rico. Había sido el presidente del comité regulador de la bolsa de Nueva York. Apoyaba con sus fondos a muchos políticos y centros artísticos. Es la personificación del capitalismo, un ladrón. Cada año era proporcionar a sus clientes regulares un 10 por ciento más de lo que habían invertido, independientemente de las fluctuaciones del mercado. ¿Cómo era posible este brillante resultado. Ahora sabemos que era un fraude.

Madoff utilizaba cada cantidad nueva de dinero invertido para pagar a los inversores que querían su dinero. Por supuesto, muchos no lo pedían y recibían sus extractos anuales en los que se veían sus ganancias (eran totalmente falsos). Utilizar el dinero nuevo para pagar el antiguo se llama esquema Ponzi, en honor al primero que puso en práctica este tipo de fraude. Cuando comenzó la crisis del crédito eran más los inversores que necesitaban recuperar su dinero y, de repente, Madoff no tenía suficiente nuevo dinero invertido para poder devolver el anterior. Finalmente confesó y las pérdidas estaban valoradas en 50.000 millones de dólares, ¡la mayor estafa de la historia mundial!

Muchos presuntos "expertos financieros" habían invertido dinero de sus clientes en Madoff porque como expertos sabían que él era bueno.  La "superfinanciera" británica, Nicola Horlick, había dicho a sus inversores que Madoff representaba exactamente el tipo de pericia que le gustaba a ella proporcionar y justificaba por qué él y ella deberían recibir millones en primas. Su consejo ha provocado a sus clientes unas pérdidas valoradas en 70 millones de dólares. ¡Esta es otra razón para no creer nunca lo que te dicen los expertos capitalistas!

Un fraude normalmente lleva a otro. El colapso Madoff ha significado que otros financieros arriesgados que habían invertido con él ahora están también al descubierto. "Sir" Allen Stanford es un multimillonario tejano que tiene una serie de bancos en América y es el mayor empresario en partes del Caribe, conde se ha convertido en uno de los principales patrocinadores del Cricket, el deporte del imperio británico. Los organizadores de cricket en Gran Bretaña y las Indias Occidentales le han adulado por su dinero, mientras que los pobres habitantes de Antigua dependen de él para sus empleos y ahorros. Ahora Stanford ha sido citado por el US Securities and Exchange Commission por un fraude similar al tipo Ponzi valorado en 8.000 millones de dólares. Los inversores y ahorradores del Caribe también han perdido todo su dinero.

Según el capitalismo se hunde más en la recesión, no sólo se destruye todo el capital "ficticio". El capitalismo sólo puede tocar fondo si también destruye el valor del capital real. Para restaurar la rentabilidad de la industria capitalista, deben despedir trabajadores y reducir salarios a lo mínimo, lo que Marx denominó "capital variable", y deben cerrar fábricas y empresas, dejarlas en bancarrota para reducir el coste de lo llamado por Marx "capital constante".

Una vez han reducido de manera significativa los costes de producción, la rentabilidad dejará de caer. Después de todo, seguirán existiendo empresas, aún habrá trabajadores y personas con vivienda, pero menos que antes. Después la economía capitalista mundial comentará un proceso lento y penoso de recuperación.

¿Cuándo llegará? La mayoría de las recesiones capitalistas duraron unos 18 meses o así. Esta comenzó en la primera mitad de 2008. Así que probablemente no tocará fondo antes de finales de este año. Pero esta crisis es peor que cualquier otra recesión capitalista desde los años treinta, incluso podría ser peor que esa. Podría durar más allá de 2010.

Eso sucedería sobre todo si cada economía capitalista nacional comienza a aplicar medidas proteccionistas. La "globalización" fue la melodía de los años noventa, donde los estados capitalistas nacionales se combinaron para reducir las barreras arancelarias y permitir el "libre" movimiento de las finanzas. Ahora la tendencia es a la protección de los intereses nacionales. Barack Obama habla de una campaña de "compra norteamericano" y Gordon Brown de "empleos británicos para trabajadores británicos", en un intento débil de conseguir votos. Lo que Brown realmente está ofreciendo es "subsidio de paro británico para los trabajadores británicos".

Ni el libre comercio ni el proteccionismo salvarán los niveles de vida bajo el capitalismo. Pero esa es otra historia a la que regresaremos en otra ocasión.

Miércoles 18 de Febrero, 12:00 hrs., en auditorio de la Facultad de Físico-Matemáticas.

Invitan:
Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y Tendencia Marxista Militante.

Detrás de las atrevidas políticas del presidente venezolano Hugo Chávez hay un movimiento revolucionario de masas que dice NO al capitalismo y que está intentando cambiar el rumbo de la historia latinoamericana. "No Volverán" es un viaje al corazón mismo de la revolución, al interior de los barrios y las fábricas, para entender y descubrir qué empuja a estos millones de venezolanos de a pie a transformar la sociedad.

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Del 16 al 20 de Febrero, de 9:00 a 15:00 hrs., en la explanada de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas.

Exposición de literatura marxista editada por la Fundación Federico Engels-México (clásicos de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Luxemburgo, Ted Grant y Alan Woods), periódicos, videos, playeras, etc.

 

 

Del 12 al 22 de febrero, en la fortaleza de La Cabaña, Stand D-27-b

Acude a la presentación del libro:

"REFORMISMO O REVOLUCIÓN. Marxismo y Socialismo del siglo XXI. Respuesta a Heinz Dieterich escrito y presentado por Alan Woods"

Lunes 16 de febrero*  5:30 p.m. | Sala Carlos J. Finlay

El 20 de abril de este año se estará cumpliendo 10 años del inició de la huelga estudiantil más larga que ha habido en la historia de nuestro país.

Los estudiantes universitarios, con su lucha, se hicieron presentes en el escenario político nacional al término del siglo pasado, inaugurando así una nueva etapa de la lucha de clases en nuestro país.

El inicio

El 20 de abril da inició la huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México en contra de la modificación del Reglamento General de Cobros (RGC) cuya iniciativa sentaba la pauta para la privatización de la Universidad.

A inicios de 1999, el 11 de febrero de 1999 fue presentado la propuesta de modificar el Reglamento General de Cobros por parte del entonces rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente; el cual fue aprobado el 15 de Marzo en el pleno del Consejo Universitario dicha modificación incluía elevar los cobros de las colegiaturas en la UNAM a:

20 días de salario mínimo anuales para el bachillerato (1,360 pesos actuales)
30 días de salario mínimo anuales para licenciatura (2,040 pesos actuales)

Lo cual representaba en elevar en más de un millón por ciento los cobros en la universidad.

La respuesta por parte de los estudiantes no se hizo esperar, rápidamente en las escuelas la agitación y la discusión sobre las modificaciones del RGP empezó a intensificarse, la coordinación general de los estudiantes universitarios para hacerle frente a este ataque rápidamente se concretó en lo que se conoció como la Asamblea Estudiantil Universitaria, que coordinó las primeras protestas contra las cuotas. El 11 de Marzo se realiza el primer paro contra las reformas pretendidas, tras aprobarse las modificaciones en el reglamento el 27 de Marzo se llama nuevamente a un paro de labores al cual se sumaron 27 escuelas de la UNAM, el 15 de abril en una consulta convocada por la AEU cerca de 100,000 estudiantes se manifestaron en contra de las modificaciones y es convocada a la huelga para el 20 de abril la cual estalla a las cero horas de ese día, naciendo el Consejo General de Huelga.

El desarrollo

El Consejo General de Huelga y la Huelga no fue obra de un grupo político o de los activistas estudiantiles dentro de la universidad, la fuerza y la fortaleza del CGH y la huelga de la UNAM radicaba fundamentalmente en la participación política de un sector bastante importante de los estudiantes en cada una de las escuelas, en las brigadas a las calles, en las marchas, mítines y acciones realizadas por el movimiento.

Miles de jóvenes universitarios despertaron y se lanzaron a la participación política, poniendo entre dicho todas las teorías en boga en torno a la juventud sobre su supuesta apatía política y desinterés por los aconteceres nacionales.

Cada quien tomó partido a favor o en contra de la huelga universitaria, el PRI, el PAN, las cámaras empresariales, el gobierno federal en contra; y dentro de los estudiantes de otras universidades y las organizaciones de la clase trabajadora despertó simpatías el movimiento universitario.

Los intentos constantes de romper la huelga por parte de las autoridades universitarias no faltaron, mediante porros, provocadores, el implemento de las “clases extramuros” fracasaron un y otra vez.

El final

Tras la política consiente de desgaste por parte del gobierno y las autoridades y ante una alternativa clara por parte de los grupos estudiantiles organizados a lo interno del CGH la huelga fue desgastándose, como es normal tras el paso de algunos meses la participación en las asambleas era menor, las pugnas entre “los ultras” y los “moderados” a lo interno de las escuelas alejaba a los jóvenes de la participación, realmente ningún grupo estudiantil ofreció una dirección clara hacia donde avanzar, a excepción de los estudiantes organizados en torno al periódico Militante pero en aquel entonces éramos una minoría a lo interno de la Universidad.

A finales de 1999 el rector renuncia, el nuevo rector Juan Ramón de la Fuente es puesto al frente de la universidad con la consigna de levantar la huelga a como diera lugar, a inicios del año 2000 es presentada una propuesta para levantar la huelga y se convoca a un plebiscito apoyado por la consulta Mitofsky con el fin de justificar el levantamiento de la huelga.

El 1 de febrero un grupo de porros irrumpe en las instalaciones de la Preparatoria 3 y desaloja la guardia del CGH, rápidamente los estudiantes se organizan y logran recuperar las instalaciones, la irrupción en P3 no era una casualidad ahí los compañeros de Militante que conformaron el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública en el transcurso del movimiento universitario lograron reactivar la participación estudiantil tras los intentos del nuevo rector de romper la huelga; en la noche del 1 de Febrero la Policía Federal Preventiva, cerca de 100 estudiantes son detenidos.

En la madrugada del 6 de Febrero la PFP ingresa en las instalaciones de Ciudad Universitaria, detiene a más de 1000 estudiantes, poniéndole fin a más de 9 meses de huelga universitaria.

Nuestro legado

La huelga de 1999-2000 rompió el mito de la llamada “Generación X”, que decía que los jóvenes ya no se interesaban por la participación política, los estudiantes universitarios salieron a las calles en defensa de la educación pública, no se puede culpar a miles de estudiantes de no querer luchar, una y otra vez estuvieron presentes en diversos acontecimientos durante la huelga universitaria. Lamentablemente los grupos a lo interno del CGH no ofrecían una alternativa clara de cómo avanzar en la lucha estudiantil, el CEDEP nace a partir de la huelga de la universidad, éramos un puñado al inició nuestra organización salió fortalecida, hace 2 años decidimos unificarnos al Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico, para avanzar en la construcción de una organización nacional de estudiantes, combativa, democrática y para vincular la lucha estudiantil con la del pueblo trabajador; ese es nuestro legado, te invitamos a que te sumes.

Enero de 2009.

En el 2008, la prensa obrera nunca bajó la guardia

“El periódico no sólo es un propagandista colectivo y un agitador colectivo, sino también un organizador colectivo. En este último sentido se le puede comparar con los andamios que se levantan alrededor de un edificio en construcción, que señalan su contorno, facilitan las relaciones entre los distintos constructores, les ayudan a distribuir el trabajo y observar los resultados generales alcanzados por el trabajo organizado” (Por dónde empezar). Estas era la visión que Lenin tenía sobre las tareas de un periódico obrero y sobre la cual pudo construir al partido revolucionario más importante de toda la historia.

Y esta es la misma manera en  que nosotros, los compañeros agrupados en la corriente marxista militante construimos y fortalecemos a nuestra organización. La publicación de nuestro periódico “Militante, voz marxista de los trabajadores y la juventud” es una tarea fundamental para la  organización en su conjunto. Nuestra política es la de publicar mes a mes, desarrollar vínculos y organización por todos los rincones del país. Ahora queremos informar a nuestros lectores de algunos de los triunfos que hemos tenido durante el año 2008 en nuestra prensa.

En el 2008 publicamos diez número de “Militante” y dos ejemplares extras. Es decir que cumplimos nuestro objetivo de impresión y debido a las exigencias del movimiento tuvimos que  imprimir dos números más.

De manera regular hemos enviado periódicos a lugares como Baja California Norte, Hidalgo, Oaxaca, Sonora, Cancún, Torreón, Michoacán, Puebla, Chiapas, etc.
Hemos logrado que todas nuestras publicaciones estén listas para distribuir entre nuestros lectores en los primeros tres días del mes respectivo

Incrementamos en un peso el precio del periódico debido a los constantes incrementos en los precios de insumos como papel tinta y demás. La respuesta que hemos recibido ha sido excelente, incluso hay lectores que nos pagan cada ejemplar del periódico en 50 pesos. Gracias a ello hemos podido dar una lucha para lograr nuestra propia infraestructura de impresión (computadoras offset, etc) y con ello poder presentar un mejor periódico a todo el movimiento obrero y juvenil.

Celebramos nuestro 18 aniversario con una publicación especial en la que la portada salió en color. Ese número se vendió en tan sólo unos cuantos días y parte de ellos los enviamos a nuestro congreso internacional, donde fue muy bien recibido por compañeros de países como Paquistán, Estados Unidos, Brasil, Italia, Francia, España, Alemania, Salvador, Venezuela, etc.

Nuestro periódico ha estado presente en una infinidad de movilizaciones convocadas por sindicatos y organizaciones sociales pudiendo contactar con trabajadores del SME, de la CNTE en varios estados, mineros, etc.  

En el terreno de la juventud, “Militante” también ha estado presente, analizando y presentando nuestras ideas, al mismo tiempo que generando organización. En la UNAM, la UAM, el IPN, las preparatorias del DF, la BUAP, la UABJO, etc se han colado las ideas de la lucha revolucionaria.

Estos son solo algunos triunfos del año pasado. Todos ellos son el producto de todo el apoyo que hemos recibido de parte del movimiento obrero y juvenil.  “Militante” ha jugado un papel importante en las luchas actuales, pero como ya lo explicamos, nuestra organización no sólo publica un periódico sino que a través de él construimos una organización que se plantea como tarea principal la destrucción de este sistema de miseria y explotación. Militante toma partido en los acontecimientos actuales, no nos quedamos al margen, y creemos que ningún trabajador debe quedarse al margen. En este ambiente de crisis y ataques, los trabajadores, unamos nuestros puños y levantemos una misma lucha contra nuestros opresores capitalistas. Basta de miseria y hambre, Únete a Militante y lucha por el socialismo.

Intégrate a nuestros grupos de base o a nuestros círculos de discusión infórmate en:
Cel: 04455-32993657
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"... He aquí lo que somos hoy, eternos jóvenes rebeldes luchando en medio del fuego y del humo de la vida, luchando con las ideas en lo más alto del pensamiento humano para la liberación de la humanidad".
Julio Antonio Mella

Este joven nació en la Ciudad de la Habana, el 25 de marzo de 1903. En 1921 ingresó en las facultades Filosofía y Letras y de Derecho de la Universidad de la Habana. Desde los primeros momentos comprendió la necesidad de rescatar las raíces de esa tradición histórica, fundamentalmente el ideario democrático, revolucionario, antiimperialista y nacional liberador, de José Martí. Posteriormente se produciría, al influjo de la Revolución de Octubre, su encuentro con los ideales y la teoría de Marx, Engels y Lenin necesarios para ejercer el liderazgo y conducir a las masas a la acción revolucionaria.

Hacia finales de 1923, Mella había alcanzado madurez política. Aquel primer aprendizaje del pensamiento martiano y de lo mejor de las tradiciones patrióticas, que había influido en su formación antiimperialista, lo preparó para la comprensión y asunción de la ideología del proletariado.
Mella fundó en diciembre de 1922 la Federación Estudiantil Universitaria, protagonista antes y ahora de la historia de Cuba, y en octubre de 1923 preparó el primer Congreso Nacional de Estudiantes.

Planteó en ese encuentro como primer deber del estudiante “divulgar sus conocimientos entre la sociedad (...) para fomentar una nueva, libre de parásitos y tiranos, donde nadie viva sino en virtud del propio esfuerzo”.

Ese principio llevó a Mella a crear más tarde, en las aulas de la Facultad de Derecho, la Universidad Popular José Martí, institución paralela a la universidad formal, la que tuvo el papel de propagar la cultura libre, "no la hipócrita y oficial" y ser un espacio en el cual se vincularan alumnos, trabajadores e intelectuales animados por el afán de enseñar y aprender.

A partir de ese momento las puertas del máximo centro docente de Cuba se abrieron en horario nocturno para sectores imposibilitados de acudir a la Universidad por requisitos meramente económicos, como es el caso de los obreros, los humildes, quienes se veían imposibilitados de recibir enseñanza superior por la faena diaria.

El vínculo con los trabajadores convirtió a Mella en líder de la clase obrera, y las masas siguieron sus pensamientos pues defendían la causa de los oprimidos y enfrentaban al tirano Machado, gobernante sometido a los intereses del imperio norteamericano.

En 1925 creó junto a otros revolucionarios “La Liga Antiimperialista de la América” convirtiéndose en guía de los estudiantes para reformar la enseñanza superior en la Isla, por lo cual el consejo de disciplina de la Universidad ordenó su expulsión temporal del centro. Mella envió a las autoridades su enérgica protesta. Estas represalias no lograron acallar su voz, por lo que se ganó el odio del dictador, quien lo mandó detener el 27 de noviembre de ese mismo año y poner tras las rejas bajo la falsa acusación de cometer actos terroristas; su verdadero delito: haber encabezado una huelga estudiantil en la Habana.

Y allí, desde la prisión, continuó su oposición con una huelga de hambre como expresión de rebeldía y desacato al gobierno, acto que elevó sus dotes de líder indiscutible motivando a sus seguidores a impulsar una huelga general por su liberación, en los días posteriores la presión nacional e internacional se hace sentir, y el dictador Machado cede por lo que es liberado el 23 de diciembre de 1925. En enero de 1926 es expulsado del país por lo que parte en exilio hacia México.
En 1928 se matricula en la facultad de Derecho en la Universidad Nacional de México, y funda la Asociación de Estudiantes Proletarios. Colabora con el diario ¨El Machete¨ y otras publicaciones. Rápidamente se convirtió en una figura prominente entre los comunistas mexicanos.

Fue miembro del Comité Central del Partido Comunista de México, luchó por la reforma agraria, por la nacionalización del petróleo y en las huelgas de los mineros. Durante su militancia dentro del PCM mantuvo una actitud crítica hacia el proceso de degeneración burocrática que sufrían todos los partidos comunistas del mundo.
El 10 de enero de 1929, a la edad de 25 años, Julio Antonio Mella cayó herido mortalmente en la esquina de Abraham González con Morelos en la Ciudad de México, víctima de la persecución de los agentes del dictador Machado, falleciendo al día siguiente.

Mella expresó en sus hechos - ideas y acciones- que el socialismo es la continuidad histórica del desarrollo del movimiento nacional liberador cubano en la época contemporánea. Fiel a los preceptos martianos entregó la vida por la defensa de sus ideales y por el de la República justa y democrática a la que aspiraba, movido por el concepto de que todo tiempo futuro debe ser mejor.

Mella entendió cual era el camino a seguir en las nuevas condiciones. Por ello no se limitó solamente al recinto universitario, sino que comenzó a involucrarse en las luchas de la clase obrera.

Su ideal de extender la educación universitaria a sectores más amplios de la población le llevó a crear la Universidad Popular José Martí, expresión del alto compromiso del estudiantado universitario de su época de contribuir a elevar el nivel cultural de los obreros, demostrando el necesario vínculo que debía existir entre los movimientos obrero y estudiantil.

Por todo ello, el ideario de este luchador revolucionario mantiene vigencia y continúa ofreciendo alternativas para la interpretación de la realidad cubana y de toda América Latina

En memoria de un gran revolucionario:
¡Trabajadores y estudiantes, unidos y adelante!
¡Unidos y organizados, Venceremos!

Enero de 2009.

El 1 de enero de este año se cumplen 50 años del triunfo  de la revolución cubana cuya vitalidad y asombrosa energía, a pesar de todas las dificultades y contradicciones provocadas por su aislamiento, proviene del hecho de que en 1962 -3 años después de que la guerrilla tomara el poder- liquidara al capitalismo en la isla, nacionalizando la economía e instaurando una economía planificada; desde entonces Cuba y la figura del Che han sido enormes fuentes de inspiración para millones de explotados en el mundo entero que buscan una alternativa al capitalismo. El día de hoy Cuba se encuentra en la encrucijada de retornar gradualmente a la vía capitalista –minando las bases objetivas de sus inmensos logros- o avanzar hacia la democracia obrera y la extensión de la revolución en la línea que propugnaron los mártires de la clase obrera: Julio Antonio y el mismo Che Guevara. En otras palabras la revolución ante la alternativa de la contrarrevolución o la consolidación y profundización de sus logros por la vía del internacionalismo proletario y la democracia obrera.

Son tantas las lecciones de la revolución cubana que es imposible abarcarlas en un espacio tan pequeño. La revolución Cubana es en sí misma una muestra sorprendente de la “revolución permanente” teorizada por león Trotsky:  a pesar de que los dirigentes del movimiento 26 de Julio no se plantearon una revolución socialista (aunque el Che, como él mismo confiesa, ya intuía que la revolución debía romper con el capitalismo) el látigo de la contrarevolución y la necesidad de la revolución por sobrevivir obligaron a sus dirigentes a romper con el capitalismo como única vía para preservar y profundizar la revolución; ahora la misma lógica de la revolución permanente exige que el proceso revolucionario  en América Latina (Venezuela, Bolivia, Ecuador) se oriente hacia el socialismo. La economía planificada es, en última instancia, el secreto de las indudables conquistas del pueblo cubano: educación, salud, vivienda a niveles que sólo en algunos países desarrollados podemos encontrar; con la liquidación del capitalismo Cuba se pudo remontar sobre condiciones extremadamente injusta: dejó de ser el prostíbulo de EUA, donde el analfabetismo ascendía a más del 40%;  el colosal triunfo de una economía planificada es, también, el secreto de las enormes reservas morales y políticas de la revolución cubana que ha resistido varias décadas de bloqueo criminal, la invasión de 1960 (Bahía de Cochinos), múltiples intentos de magnicidio y el colapso del estalinismo con quien Cuba mantenía el 80% de sus relaciones comerciales.

No obstante la enfermedad de Fidel Castro y su relevo por Raúl ha desencadenado un debate acicateado por las enormes dificultades económicas. La revolución cubana se encuentra en la misma situación que una fortaleza sitiada, bloqueada por el enemigo, sin los recursos necesarios sortear por sí misma el aumento al precio de los alimentos, obligada a comerciar e importar productos con los bandidos capitalistas, mermada por el mercado negro, la corrupción y la doble circulación monetaria (los pesos para lo más indispensable y pesos convertibles a dólar para artículos que muy pocos pueden comprar), factores que alimentan gradualmente la apatía, la indiferencia y las ilusiones en la economía de mercado; este estado de ánimo es un veneno para la revolución. Las dificultades han obligado al gobierno cubano a buscar las maneras de aumentar la productividad para obtener los recursos necesarios para paliar las enormes carencias (y por supuesto consolidar los privilegios de la burocracia). Entre las medidas anunciadas por Raúl destacan “el fin de la igualdad salarial, la ampliación de la edad de jubilación y el reparto de tierras en usufructo no sólo a campesinos individuales y a cooperativas, también a grandes empresas”, además se encuentra el fin de la prohibición en la compra de artículos como computadoras y otros electrodomésticos. Dichas medidas tienden a favorecer los criterios de rentabilidad y beneficio privados, favorecen la diferenciación social y la consolidación de privilegios (muy pocos pueden comprar computadoras), sobre todo favorecen el fortalecimiento de los sectores burgueses que se alimentan en el mercado negro, en el sector de servicios, con la posesión de dólares, en el sector turístico y que se fusionan con los intereses de un sector importante de la burocracia; por supuesto dichas medidas están aún en sus inicios, pero su orientación parece tener un sentido definido.

Es posible que Raúl este inspirado en el modelo chino, pero el modelo chino es un modelo capitalista y el capitalismo ha traído (además de un crecimiento económico heredado de la economía planificada y  que no durará demasiado frente a la crisis mundial) miseria, explotación y destrucción de la conquistas de la revolución china. Lo mismo podemos decir de la experiencia rusa que ha marcado el retorno de la mafia rusa, la prostitución, la degradación social y el chovinismo racista. Aún cuando la situación en cuba se torna crítica debido al aislamiento estamos convencidos que la solución no es arrojarse de cabeza al precipicio. El Che murió tratando de extender la revolución a otras latitudes, al igual que Julio Antonio Mella (y pos supuesto Marx, Engels, Lenin y Trotsky) era un internacionalista. Las condiciones para extender la revolución son hoy mucho más favorables que cuando el Che ofrendó su vida en Bolivia, presenciamos procesos revolucionarios en todo el continente en cuya cabeza esta Venezuela. Estas revoluciones y la clase obrera que las protagoniza  son la única esperanza para la gloriosa revolución cubana porque con los esfuerzos conjuntos y los recursos de la rica América Latina en una federación socialista se podrían solucionar los problemas a los que se enfrenta la revolución cubana conquistando cumbres inimaginables. Es imposible que por la vía del fortalecimiento de la iniciativa privada se logre otra cosa que una futura contrarevolución burguesa (son posibles concesiones tácticas pero no a costa de socavar el sector socialista de la economía); los únicos que pueden administrar con éxito la economía y el estado cubano son los trabajadores cubanos, la democracia obrera es la otra condición para preservar la revolución.

Hoy, a 50 años de el triunfo de la revolución cubana el mejor homenaje es realizarla en otros países y subrayar la necesidad de la democracia obrera en la gestión de la economía  y el estado, es necesario pues que la revolución se rencuentre con el internacionalismo de Marx; Lenin, Trotsky y, por supuesto con el del admirable mártir que dio su vida por la revolución mundial: el Che Guevara.

Enero de 2009.

México D.F. a 30 de enero de 2009

Exigimos el esclarecimiento de los asesinatos en Mitsubishi

El asesinato de Pedro Suarez Poito y José Gabnriel Marcano Hurtado a manos de la policia del estado de Anzotegui, Venezuela, es un ataque contra la clase trabajadora a nivel internacional. Los compañeros habian estado jugando un papel de primera línea en la ocupación de las instalaciones de la Mitsubhisi en la República Bolivariana ello como parte de la defensa del empleo y los derechos de cientos de trabajadores que simplemente iban a ser lanzados a la calle.

La lucha de Mitsubishi confirma que en medio de la crisis internacional del capitalismo existe una salida: La lucha organizada, frontal y decidida de parte de nuestra clase. Estas luchas no se realizarán en solitario, al contrario en cada país los trabajadores extendemos la solidaridad y unidad de clase, cubriendo y fortaleciendo cada una de ellas. Por ello, exigimos firmemente al gobernador de Anzotegui, Tarek William Saab, la investigacion a fondo de estos asesinatos tan deplorables. La Tendencia Marxista Militante (México), desde este momento inicia una campaña nacional a favor del esclarecimiento de estos acontecimientos y el castigo a los responsables.

Asímismo, declaramos que el cobarde asesinato de Pedro y José, no son sino un motivo más para levantar el puño y remarcar:

Viva la lucha obrera.
Viva la revolucion bolivariana.
Fábrica cerrada, Fábrica tomada.

Calle Tacuba No. 53, Centro Histórico. (Muy cerca del metro Allende), 6:00 p.m.

Del Prólogo a Reformismo o Revolución:

La lucha de clases no se detiene en las puertas de los cuarteles, de las iglesias... ni de las burocracias.

Un libro como herramienta de lucha

fotobuenabad.pngTenemos mucho para aprender con esta obra. He aquí un trabajo científico necesario para el combate de las ideas que, apoyado en un método riguroso, ensaya su puntería crítica, claridad teórica, ánimo transformador y advertencias sistemáticas, contra todo reformismo. Trabajos como éste no son fáciles de conseguir. Se requiere experiencia rica en la lucha política y se requiere disciplina conceptual. He aquí, también en este libro, una contribución magnifica al arte de debatir, desde luego, pero mucho más que eso... he aquí un trabajo profundo que desmonta, denuncia y corrige toda falacia ideada por el capitalismo para sepultar al marxismo bajo las lápidas saliváceas de algunos intelectuales burgueses barnizados con "prestigios". Aquí la crítica es motor de la conciencia... y el debate también.

El fantasma del socialismo recorre América

Hace 18 años que se fundó en México la primera sección de la Corriente Marxista Internacional (CMI) en el continente americano, la Tendencia Marxista Militante, en un periodo de ataques contra las ideas del marxismo y tergiversaciones, un puñado de compañeros comprometidos y dispuestos a luchar contra la corriente comenzaron la ardua labor de contrarrestar este ambiente, pese a los ataques que el Estado y la burocracia han dado contra nosotros, hoy 18 años más tarde seguimos en pie de lucha más fortalecidos que nunca. Y con secciones en casi todo el continente.

El crecimiento y desarrollo de nuestra CMI no es casual, se debe a que día tras día, tenemos una alternativa a los acontecimientos más relevantes, alternativas que se han visto confirmadas como las únicas posibles por la vía de la experiencia. Además tenemos la editorial marxista más grande de todo el mundo, que contempla más de 20 idiomas, en nuestra editorial obrera, la Fundación Federico Engels, hemos reeditado los clásicos del marxismo en castellano, produciendo más publicaciones de estos títulos que cualquier otra editorial contemporánea.

Con la presencia ya confirmada de camaradas de México, Venezuela, Brasil, Cuba, Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay, El Salvador, Honduras, Estados Unidos y Canadá, esta Conferencia Panamericana será una oportunidad para hablar de los procesos que se viven en todo el continente, del ambiente revolucionario de Venezuela, Bolivia, México, Argentina, etc. Y del ambiente que comienza a vivirse en EEUU y Canadá frente a la crisis. Pero nosotros no somos intelectuales de café, somos militantes, de manera que de ahí también se derivarán las tareas para los marxistas en el siguiente periodo.

La revolución está tocando la puerta de muchos países del continente y la ola revolucionaria se extiende rápidamente, ahora mismo México se encuentra en el inicio de una revolución, los ataques de la burguesía no han pasado sin una respuesta contundente del movimiento obrero y juvenil, pronto tendremos Oaxaca reproduciéndose por todo el país a una escala cada vez mayor, ahora mismo Michoacán, Morelos y Guerrero podrían tomar ese rumbo, es decir, el rumbo de la movilización y organización como clase obrera contra los enemigos en el gobierno, con una fuerza colosal que arrastre tras de sí a más sectores. Por ello es apremiante la tarea de la construcción de una dirección, de un auténtico partido revolucionario de la clase obrera que sea capaz de cohesionar y llevar a la victoria todos estos movimientos que surgen aislados, unificarlos bajo la bandera del socialismo y vencer a la burguesía y su sistema de miseria y opresión.

Antes de iniciar la escuela, haremos una presentación pública del más reciente libro de Alan Woods, "Reformismo o Revolución. Marxismo y socialismo del siglo XXI. Respuesta a Heinz Dieterich", el jueves 26 de febrero. El día 27 dará inicio la Escuela y culminará el lunes 2 de marzo. 

Los eventos grandes e históricos siempre son el resultado de la situación de la lucha de clases, te invitamos a que estés atento a los materiales que publicaremos rumbo a dicha discusión y de las conclusiones que de ella se deriven. Y nuestra invitación más atenta es para que te unas a Militante y construyas con nosotros una alternativa socialista.

¡Otro mundo es posible con el Socialismo! Tendencia Marxista Militante (México) - Corriente Marxista Internacional

Agenda de la Primera Escuela Marxista Panamericana de la CMI y próximas conferencias

Primera Escuela Marxista Panamericana

Fecha Hora Tema y ponente Evento Lugar
Jueves 26 de febrero  11 a.m.  Miembros de la CMI (Brasíl, EUA,Canadá,Venezuela,México) Conferencia. La crisis capitalista y la lucha de la juventud Cubículo del CLEP-CEDEP. Esime Zacatenco del IPN. Edificio 1, Tercer piso, Salón 1303. Metro Lindavista.
6 p.m. Alan Woods (Autor) Presentación del libro Reformismo o Revolución "Marxismo y Socialismo del siglo XXI, respuesta a Heinz Dieterich" Tacuba No. 53, Colonía Centro, junto al Metro Allende. 
Viernes 27 de febrero Mañana La crisis del capitalismo Escuela Marxista Panamericana Contáctanos
Tarde La revolución Venezolana Escuela Marxista Panamericana Contáctanos.
Sábado 28 de febrero Mañana Brasil, situación actual y perspectivas Escuela Marxista Panamericana Contáctanos.
Tarde Cuba, historia de la revolución y perspectivas  Escuela Marxista Panamericana Contáctanos.
 Domingo 1 de marzo Mañana Comisiones; Centroamérica, México-EUA-Canadá, Bolivia. Escuela Marxista Panamericana Contáctanos.
Tarde Construcción de la CMI en América Escuela Marxista Panamericana Contáctanos.
Lunes 2 de marzo  11 a.m. Con Alan Woods y Esteban Volkov (nieto de León Trotsky) Mitín Interncional "El programa de Transición y el Manifiesto Internacional de la CMI ante la crisis" Casa Museo León Trotsky. Av. Río Churubusco No. 410, Col. El Carmen Coyoacán. Metro Coyoacán.
5 p.m.  Miembros de la Corriente Marxista Internacional (Argentina,Brasil,Canadá,EUA,Venezuela,México) Presentación de la revista continental  "América Socialista"  Escuela Técnica del SME. Lisboa No. 46 casi esquina Lucerna, Col. Juarez. Metro Cuauhtémoc.

Ciclo de conferencias América Socialista

Fecha Hora Ponente Charla Lugar
Martes 3 de marzo 1 p.m. Venezuela 10 Años de Revolución en Venezuela UAM-Azcapotzalco. Auditorio B009. Metro El Rosario.
1 a 4 p.m.  Venezuela 10 Años de Revolución en Venezuela Fac. de Ciencias Políticas en CU. Auditorio Flores Magon.
Miércoles 4 de marzo 12 p.m.

Venezuela, Argentina y Brasil

América Latina en Revolución: Ocupación de Fábricas y Control Obrero Fac. de Derecho de la BUAP, Auditorio del edificio de Posgrado
5 p.m.

Venezuela, Argentina y Brasil

América Latina en Revolución: Ocupación de Fábricas y Control Obrero Sindicato de Telefonistas. Blvd. 5 de Mayo No 1007
Jueves 5 de marzo 12 p.m. Venezuela La Revolución Venezolana y la toma de fábricas UAM-Iztapalapa. Auditorio Sandoval Vallarta. Metro UAM.
1 a 4 p.m.

EUA y España

La crisis económica en EUA y Europa Fac. de Economía en CU. Auditorio Narciso Bassols.
11 a.m.

España e Italia

La Unión Europea y la crisis económica FES Aragón de la UNAM. Av. Rancho Seco s/n, Col. Bosques de Aragón, Nezahualcóyotl, Edo Méx. Metro Nezahualcóyotl.
5 p.m.

Venezuela, Argentina y Brasil

Toma de fábricas y control obrero Escuela Técnica del SME. lisboa No 46 casi esquina Lucerna, Col Juarez. Metro Cuahutémoc.
7 p.m. Venezuela ¿Hacia donde va la revolución en Venezuela? Círculo de Estudios (Brigada 21). Club de Periodistas. Filomeno Mata No 8, Centro Histórico. Metro Bellas artes y Allende
Viernes 6 de marzo 12 p.m. EUA ¿Obama podrá resolver la crisis?  UAM-Iztapalapa. Auditorio Sandoval Vallarta. Metro UAM.
4 p.m. Venezuela y Argentina El movimiento sindical en América Latina Sección 9 de la CNTE, Belisario Domínguez No. 32, Col. Centro. Metro Allende y Bellas Artes.
Sábado 7 de marzo 10 a.m.

Venezuela, Argentina y EUA

La crisis capitalista y la lucha de los trabajadores Sección 9 de la CNTE, Belisario Domínguez No. 32, Col. Centro. Metro Allende y Bellas Artes.

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