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Teoría/Documentos

En el mercado actual se desecha la mano de obra que excedente y esta se ve forzada a emigrar para tratar de sobrevivir. En el período actual el mismo mercado globalizado es el encargado de liberar esta mano de obra que frente a la ineptitud del sistema de poder garantizar un empleo digno se ven en la necesidad de abandonar a su familia, su tierra y a veces su propia vida; emigran a otro país en el cual pueda obtener un empleo aunque sea mal pagado pero que le permita garantizar el alimento de su familia; entonces podemos deducir que la migración como muchos de los problemas actuales es producto del capitalismo.

En un primer momento los migrantes se enfrentan a los gastos derivados de su migración, una vez que la persona esta en el país destino y comienza a trabajar debe empezar a pagar la deuda derivada de este proceso. Para el migrante recién llegado el estilo de vida debe ser modesto y todo el ahorro se va a pagar la deuda.

Las aspiraciones de los migrantes no son exageradas. Simplemente quieren acceder a un nivel de vida mejor: poder comprar un terreno, construir un cuarto, poner un negocio, etc. Desafortunadamente la mayoría de las veces esto no es posible pues se enfrentan a muchas dificultades tales como salarios mínimos, explotación, discriminación, etc. y con esto ven mermado el sueño de mejorar su nivel de vida.

El problema de la inmigración se ha agudizado en todo el mundo a lo largo de ya varias décadas, no obstante ese fenómeno se ha profundizado en los últimos años a raíz de una pobreza mas lacerante y extendida en los países atrasados, además a consecuencia de la reciente crisis económica. De acuerdo a un informe de la ONU, actualmente la población inmigrante asciende a los 191 millones de personas, dato por mucho superior a los 175 millones registrados cinco años atrás. Este fenómenos ha afectado seriamente a las mujeres a cuales, motivada por el desempleo y la falta de oportunidades, se ven obligadas a vivir fuera de su país de origen. Del total de la población mundial de inmigrantes se calcula que 90 millones son mujeres.

México es uno de los mejores ejemplos mundiales de ese fenómeno. Nuestro país, por las misas razones que motivan la inmigración en el resto de países pobres, ha pasado de los 260 mil connacionales inmigrantes viviendo en Estados Unidos en 1960 a los 12.7 millones de mexicanos que habitan actualmente en dicha nación, este último dato según los informes del Pew Hispanic Center. Y al igual que las mujeres pobres del resto del mundo, el fenómenos migratorio se ha expresado con importante intensidad entre las mexicanas: de a cuerdo a los datos del Censo de Población para el año 2000 la relación entre sexos para la población inmigrante ya era de 116 hombres por cada 100 mujeres. Diez años antes, en 1990, dicha relación era de 124 hombres por cada 100 mujeres. Un informe del año en curso presentado por la Segob destaca que el 45% de la población inmigrante mexicana la integran mujeres; nos obstante este dato, un estudio de la Cámara de Diputados del 2008 ya plateaba que dicho porcentaje se elevaba al 50.5%. 

La globalización tiene repercusiones evidentes en los planos sociales, económicos y de convivencia; como la generación de un mercado de personas desempleadas el cual esta sujeto a explotación, que se nutre de las personas más vulnerables, especialmente de mujeres cada vez más jóvenes procedentes de los países más pobres.

Si de por sí la vida de un migrante no es fácil y cuando se trata de una mujer migrante es aun más complicada, pues en una sociedad donde la mujer lucha cada día en su propio país por encontrar la igualdad a todos los niveles sociales tales como igualdad, derecho a la educación, participación política, liberación sexual, derecho al empleo estable y bien pagado, etc.  

Estas mujeres sin papeles alojadas en un país que no es el suyo se ven en primer instancia obligadas a romper muchas veces los vínculos que les unía con sus familias, dejando a sus hijos en su país para viajar miles de kilómetros a un mundo desconocido ya que en su país solo les quedaba la pobreza, el desempleo y muchas veces el maltrato y abandono. Desafortunadamente muchas veces son victimas de desempleo, explotación, abuso sexual, y otras tantas la misma calle.

En su condición femenina la mayoría de las veces se les da solo acceso a trabajos sin horarios, sin reglas, sin condiciones mínimas de salubridad, además de tener que padecer acoso laboral y sexual. Tales trabajos pueden ser el servicio doméstico, cuidado de personas adultas y en el peor de los casos la prostitución.

Hay datos que confirman que del 100% de las mujeres migrantes el 80% de estas trabajan en empleos no cualificados tales como trabajo doméstico, cuidan niños ajenos, lavan trastos en restaurantes, etc.; el 16.6 % se desempeñan en trabajos que requieren una formación técnica de grado medio como cuidar a adultos mayores y solo el restante en trabajos que pueden ser a nivel profesional.

En la actualidad las mujeres son protagonistas de movimientos migratorios muy importantes. De esta manera en tan solo pocos años las mujeres se han convertido en agentes directos de procesos de migración que año con año va en aumento, esto es resultado de la pobreza que sacude sus países, la falta de oportunidades y la desigualdad laboral. Desafortunadamente el hecho de emigrar no aleja a las mujeres de esta situaciones pues ellas son más vulnerables a ser contratadas por sueldos inferiores que los hombres y son explotadas en mayor medida. Muchas de las veces las mujeres son vistas  solo como mercancías que son usadas como mano de obra barata y otras tantas en “productos” de uso sexual.

Entre los trabajos en los que se desempeñan la mujer migrantes podemos clasificarlos en tres rubros principales:

  1. El servicio doméstico; este empleo no reconoce ningún derecho para las mujeres migrantes pues puedes ser echadas a la calle sin ninguna consideración laboral, lo único de lo cual “gozan” en el mejor de los casos  es de afiliación social pero por otra parte mantienen una jornada laboral sin límite.
  2. El cuidado de personas enfermas y/o niños; actividad en la cual tampoco se goza de regulaciones laborales y muchas de las ocasiones se ven obligadas a trabajar horarios exhaustivos y hasta nocturnos; por si fuera poco en variadas ocasiones en condiciones que ponen en riesgo su propia salud.
  3. Este último es uno de los rubros más lamentables, el de la prostitución, muchas de las mujeres migrantes que la ejercen llegaron de la mano de mafias, que las someten y extorsionan, con amenazas directas sobre sus  familiares y/o deudas impagables, la mayoría de las veces no logran superar esta terrible situación.

Hablando un poco de datos respecto al porcentaje de mujeres migrantes; cifras oficiales del Banco Mundial reconocen que el 49.6 % de los migrantes actuales son mujeres, es decir, casi la mitad del total de migrantes de todo el mundo.

 “Las mujeres envían mucho dinero a sus familias, y la evidencia recogida en zonas rurales de México demuestra que su migración tiene efectos económicos positivos para los hogares que dejan atrás”.

La línea arriba mencionada se refiere a palabras de economistas burgueses que hacen alusión al aumento desmesurado de migración femenina en busca de mejorar sus condiciones de vida y ser el sustento de su familia. Para estas personas el hecho que las mujeres emigren representa según ellos efectos económicos positivos para sus hogares.

A estas personas no les importan las condiciones bajo las cuales se encuentre laborando y las dificultades que han sufrido para lograr emigran a otros países, en lugar de preocuparse por garantizar una estabilidad economía en sus países de nacimiento festejan según ellos la mejora económica de sus familias.

Es claro que bajo el capitalismo y este mundo globalizado donde no se garantiza una vida diga y un empleo digno, muchas personas se ven en la necesidad de buscar en países de “primer mundo y/o desarrollados” una esperanza a sus problemas económico. Desafortunadamente el calvario de esta gente empieza desde el momento que deciden abandonar a sus familias, la travesía para llegar a otros país, el abuso del que son objeto en el trayecto a su destino, hambre, desesperación, abandono, en el “mejor de los casos” ya que  otras veces los migrantes mueren en el intento por internarse en otro país que no es el suyo; por si fuera poco al llegar a otro país se enfrentan a la triste realidad: desempleo, explotación, abuso, persecución y violación a sus derechos sociales y laborales.

El capitalismo no nos ofrece solución alguna a los miles de problemas que ha generado por el contario cada día demuestra su incapacidad para garantizarnos las mínimas condiciones de sobrevivencia. El único camino que tenemos los trabajadores para soluciones estos problemas es la lucha unificada por una sociedad socialista.

En su afán por tratar de despojar de todo ropaje revolucionario a la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora, la burguesía ha implementando una serie de medidas para vaciar de todo contenido de clase a la jornada del 8 de marzo. Para la clase dominante la opresión y la explotación de la mujer trabajadora es una condición de primer orden para apuntalar su dominio económico y político sobre las clases desposeídas. Siendo esto así, por consecuencia, la burguesía, sus agencias y sus medios informativos se encargan de presentar al 8 de marzo como una jornada por los derechos de la mujer desde un punto de vista totalmente abstracto y desvinculado de la reproducción del sistema capitalista, esta última fuente de los difíciles problemas que padecen las trabajadoras, las campesinas, las indígenas, las desempleadas, las madres y hermanas postradas por el trabajo en casa, la sindicalistas, la jóvenes universitarias y todas aquellas mujeres que forman parte del batallón de desheredados de este mundo.

En su afán por tratar de despojar de todo ropaje revolucionario a la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora, la burguesía ha implementando una serie de medidas para vaciar de todo contenido de clase a la jornada del 8 de marzo. Para la clase dominante la opresión y la explotación de la mujer trabajadora es una condición de primer orden para apuntalar su dominio económico y político sobre las clases desposeídas. Siendo esto así, por consecuencia, la burguesía, sus agencias y sus medios informativos se encargan de presentar al 8 de marzo como una jornada por los derechos de la mujer desde un punto de vista totalmente abstracto y desvinculado de la reproducción del sistema capitalista, esta última fuente de los difíciles problemas que padecen las trabajadoras, las campesinas, las indígenas, las desempleadas, las madres y hermanas postradas por el trabajo en casa, la sindicalistas, la jóvenes universitarias y todas aquellas mujeres que forman parte del batallón de desheredados de este mundo.

Bajo el punto de vistas de la burguesía, generalmente compartido por algunos sectores de la pequeñaburguesía educada, al momento de hablar de los derechos de la mujer da lo mismo referirse a Marta Sahagún y Elba Ester gordillo por un lado y por otro a Blanca Estela, obrera de Olympia de México que junto sus compañeros sostiene una huelga fabril que ya se extendió por 14 meses, y Doña Trini, entregada en cuerpo alma a la lucha en la lucha de los compañeros de Atenco y por la libertad de su esposo, Ignacio del Valle, preso político de Felipe Calderón.

Para la burguesía, al momento de hablar de los derechos de la mujer, tanto Marta como Elba, así como Blanca y Doña Trini, son lo mismo. ¡Falso! Todas ellas son tan diferentes que están en trincheras opuestas pues representan intereses de clase totalmente antagónicos: Marta y Elba por su lado defendiendo los privilegios de los explotadores y Blanca y Doña Trini luchando por los intereses de los explotados. Precisamente es este segundo bando, el de las mujeres explotadas y sus luchas, el que le dio vida a la conmemoración del 8 de marzo. Siendo esto así, y partiendo de reconocer el carácter de clase del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Militante pone al alcance de sus lectores una serie de artículos que abordan desde la óptica del marxismo diferentes aspectos sobre la problemática cotidiana de la mujer trabajadora en México. Nuestra intención es contribuir aportando una serie de ideas que puedan ser de utilidad para la lucha que millones de mujeres dan día a día, para, ya sean en su centro de trabajo, en su barrio o comunidad, e incluso en su hogar, romper con las cadenas de la esclavitud capitalista. Compañera trabajadora únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha al lado del conjunto de la clase obrera por el socialismo y contra la barbarie capitalista.
 

 

El que conozca algo de  historia no ignora que las grandes conmociones sociales son imposibles sin el fermento femenino. El progreso social puede ser exactamente medido por la situación social del bello sexo...

Carta de Carlos Marx a Kugelmann, 12 de dic. 1868

El Estado de Chihuahua, México, cuenta con 67 municipios. Uno de ellos es Ciudad Juárez, ubicado en el desierto, con un territorio árido y un clima cálido extremoso. Tiene 3 millones 52 mil 907 habitantes (censo del año 2000). El 49.8 por ciento es población masculina y 50.2 por ciento femenina. Durante el siglo XIX la economía se basaba en la producción de trigo, vid, frijol, maíz, ciruela. En 1923 se inició la producción de algodón, que en 1964 decayó, y en 1966 llegaron las primeras maquilas.

Con la llegada de las maquilas la explotación de la clase trabajadora, en especial las mujeres, alcanzó su punto máximo de barbarie. Los gobiernos burgueses prometieron mejora en la calidad de vida de los trabajadores y, como siempre, sólo fueron engaño y desilusión para la clase trabajadora.

La ciudad está divida fundamentalmente en dos grupos sociales: “los profesionales altamente capacitados, cosmopolita llamados clase transnacional [...] son ellos quienes detentan el poder y la riqueza. El segundo grupo lo compone el gran contingente de personas excluidas de este, que logran vivir de una continua economía de subsistencia”[1] Si esto lo traducimos a términos científicos, esos dos grupos sociales corresponden a la burguesía explotadora y la clase trabajadora explotada.

La clase trabajadora de Ciudad Juárez, al igual que la del resto del país y del mundo, padece una explotación brutal. La gente vive en la más absoluta miseria, sin los mínimos servicios urbanos como alumbrado, agua potable, drenaje, pavimentación; la construcción de viviendas es con pedazos de metal, cartón y cascarones de camiones. Y ahora la crisis ha tenido como consecuencia “10 mil negocios cerrados y desaparecido 170 mil empleos y una gran cantidad de familias se han visto obligadas al exilio por el clima de violencia e inseguridad. De los 250 mil empleos generados en un principio por las maquiladoras, sólo se sostienen entre 90 y 100 mil puestos de trabajo, de los cuales, el 20% están en paro, el resto de trabajadores activos acuden uno o dos días y perciben un salario de $59.00 pesos por jornada”[2]. Todo esto en medio del tráfico y lavado de dinero, los cárteles de la droga, la indiferencia, corrupción e ineptitud de parte de las autoridades tanto municipales como en los demás niveles.

Este es el contexto económico-material en el que han tenido lugar desde 1993 innumerables casos de mujeres secuestradas, torturadas, violadas, mutiladas y finalmente asesinadas, dejando sus cuerpos abandonados en el desierto; generalmente son mujeres jóvenes, cuyas edades fluctúan entre los 10 y 35 años, con nivel de instrucción básico y habitantes de colonias urbanas pobres. Son obreras que van o regresan de su trabajo sin relación con algún delito; también víctimas de violencia intrafamiliar. De acuerdo con las cifras que se conocen hasta el momento, en l993, fueron 554 mujeres asesinadas; entre 2007 y 2008 desaparecieron 794 mujeres en Cd. Juárez. En total, cinco mil 649 homicidios de 1993 a 2009. En 2009 hubo más de dos mil 300 feminicidios en el país y la zona de Centroamérica. Es decir que no sólo en México existen casos de muertes violentas de mujeres, también en Guatemala (720), El Salvador (579), Honduras (405) y Nicaragua (79).

Según las leyes burguesas las mujeres tenemos derecho a un trabajo digno y remunerado en la misma circunstancia que los hombres, a la salud, a no ser discriminadas por ser mujeres, por estar casadas o embarazadas, a tener una educación de calidad, etc. Sin embargo, estos derechos conquistados por la clase trabajadora, sólo se han quedado en papel, son letra muerta para la burguesía que ha gobernado en nuestro país desde hace aproximadamente 100 años. Bajo el capitalismo la mujer sufre discriminación en todos los ámbitos, esta discriminación se recrudece más en tanto la burguesía requiere seguir incrementando sus beneficios y reproducirse como clase. Las mujeres son utilizadas como mano de obra barata, como reserva laboral; en los lugares de trabajo acosadas sexualmente para poder obtener un mejor empleo o salario, agobiada por la doble jornada de trabajo y víctimas de vicios. Bajo este sistema explotador, ser mujer significa vivir con miedo y en la ignorancia, ser sometida por las hipócritas normas sociales y religiosas.

Hay muchos movimientos (feministas) que tratan de reivindicar el papel de la mujer en la sociedad, de esclarecer los crímenes contra las mujeres, organizaciones que luchan por la igualdad de las mujeres. Sin embargo, todo queda a medias, pues, mientras el sistema capitalista siga rigiendo; mientras los medios de producción (industrias, bancos, tierra) sigan en unas cuantas manos; mientras los gobiernos sean puestos por la burguesía para cuidar sus intereses, la clase trabajadora (mujeres y hombres que sólo cuentan con su fuerza de trabajo y que venden al capitalista a cambio de un salario que les permita adquirir sus medios de vida básicos) no logrará liberarse y seguirá viviendo en esta sociedad que sólo ofrece horror y violencia sin fin. La violencia y discriminación contra las mujeres no es una cuestión de género, es cuestión de opresión y explotación de una clase social por otra, en este caso, la opresión y explotación es doble (por ser mujer y además trabajadora).

La mujer trabajadora siempre ha estado presentes en las luchas sociales al lado de los hombres y ahora más que nunca, en plena bancarrota del capitalismo, es necesario que nos organicemos junto a ellos; debemos   estar presentes en las organizaciones obreras, en las organizaciones sindicales; debemos nutrirnos de las ideas de Marx, Engels, Lenin, Trosky y Rosa Luxemburgo, para dar la batalla contra el capitalismo, que apoyado en los gobiernos reformistas no ofrece alternativa para que las mujeres tengan una vida digna.

Los capitalistas se organizan para explotar a la clase obrera; han globalizado, el hambre, la miseria, el desempleo, los vicios; destruyen el medio ambiente, se apropian de la riqueza que producimos hombres y mujeres. El capitalismo es violento y asesina a hombres y mujeres; al margen de toda la barbarie que deriva de la bancarrota de dicho sistema social no puede ser explicado un fenómeno tan aberrante como el de esta genuina masacre que se ha desatado contra la mujer trabajadora desde ya hace varios años en Ciudad Juárez. Dicha masacre, por consecuencia, solo puede ser frenada de manera definitiva combatiendo la barbarie capitalista eliminando la propiedad privada de banqueros y empresarios. Por lo tanto, corresponde a la clase trabajadora organizarnos para globalizar las ideas de la liberación basadas en el socialismo científico. Sólo los trabajadores, hombres y mujeres explotados, estamos destinados históricamente a derrocar a la burguesía y todas sus lacras. Sólo si extendemos a nivel mundial el socialismo podremos disfrutar de una vida digna y humana en una sociedad superior. Debemos llenarnos de valor y espíritu de sacrificio para organizarnos y luchar contra este sistema degradante. Compañera trabajadora: ¡Únete a la Tendencia Marxista Militante y luchemos juntas por la transformación socialista de la sociedad!



[1]          . Rodriguez Álvarez, Olga Lucía. La ciudad que hace la maquila, el caso de Ciudad Juárez, México.

[2]          . Blancas Madrigal, Daniel. “Maquiladoras agudizaron disfunción familiar y hoy huyen de Ciudad Juárez”. La crónica de hoy. 24 de febrero 2010.

 

La defensa de los derechos de la mujer trabajadora tiene un largo historial. En la época moderna, con la proclamación de los derechos del hombre y del ciudadano en la revolución francesa de 1789 se pretendía dotar de toda una seria de derechos a la humanidad, incluidas las mujeres. Desafortunadamente esto no fue así, apenas los hombres disfrutaban de pequeñas migajas de estos derechos y a las mujeres nunca les toco ni una brisa de estos derechos.

Las revoluciones democráticas burguesas en Europa significaron sin duda un avance en el desarrollo de las fuerzas productivas pero también representaron más explotación hacia los hombres y mujeres pobres. Engels nos relata en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra como eran las condiciones de vida de las trabajadoras, madres y esposas: El trabajo fabril deja su huella en el físico femenino. Las deformidades creadas por ocho horas largas de trabajo son bastante más serias entre las mujeres. Las largas horas de trabajo a menudo originan deformidades en la pelvis, en parte debido al desarrollo anormal de los huesos de la cadera, y en parte también por deformaciones en la parte inferior de la columna vertebral. (Pág. 188)

Y más adelante nuestro autor continúa: Esas trabajadoras tienen un parto más difícil que otras mujeres, y esto está confirmado por varias comadronas y obstetricias, también tienen más predisposición al aborto. Además, sufren el debilitamiento general que es común a todos los trabajadores, y cuando están embarazadas continúan trabajando en la fábrica hasta el momento del parto, de otra forma, perderían sus salarios y temen que se las sustituya si dejan de trabajar demasiado pronto. Con frecuenta ocurre que las mujeres están trabajando una noche y a la mañana siguiente, dan a luz en la fábrica entre la maquinaria... Si no se obliga a estas mujeres a regresar al trabajo en dos semanas, están agradecidas y se sienten afortunadas. Muchas regresan a la fábrica después de ocho e incluso después de tres o cuatro días... Naturalmente, el temor a ser despedidas, el miedo al hambre las lleva a la fábrica a pesar de su debilidad y desafiando al dolor. (Pág. 189)

Estas condiciones de miseria y explotación sentaron las bases para los primeros brotes de protestas y levantamientos por los derechos de la mujer y el hombre. Uno de los primeros personajes en reivindicar estos derechos fue Flora Tristan (1803-1844) que influida por el pensamiento de la Ilustración y mas en concreto por el pensamiento de los socialistas utópicos escribe “La Unión Obrera” donde reclama la justicia hacia el hombre y la mujer y explica que ambos son esclavos del mismo yugo:   A vosotros, obreros que sois las víctimas de la desigualdad de hecho y de la injusticia, a vosotros os toca establecer al fin sobre la tierra el reino de la justicia y de la igualdad absoluta entre la mujer y el hombre. Dad un gran ejemplo al mundo (...) y mientras reclamáis la justicia para vosotros, demostrad que sois justos, equitativos; proclamad, vosotros, los hombres fuertes, los hombres de brazos desnudos, que reconocéis a la mujer como a vuestra igual, y que, a este título, le reconocéis un derecho igual a los beneficios de la unión universal de los obreros y obreras.

También en el siglo XIX Engels y Marx destinan obras cumbres al problema de la mujer y la familia, (El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado; La sagrada familia; La situación de la clase obrera en Inglaterra; etc.) ellos analizan los problemas de la mujer no desde un punto aparte del desarrollo de la sociedad y/o la lucha de clases sino como un resultado de esta. Ellos insisten en que la emancipación de la mujer será plena y no una fantasía cuando los oprimidos en su conjunto se emancipen y sean quienes dirijan y controlen democráticamente la sociedad, una sociedad socialista.

Con el desarrollo del capitalismo viene el desarrollo y robustecimiento de la clase obrera, por ello para principios del siglo XX las mujeres que representaban ya un sector muy importante de la producción se movilizan por la igualdad de sus derechos, entre ellos el derecho al voto. En la primera década del siglo es donde se protagonizan movilizaciones que dan origen al día Internacional de la Mujer, unos argumentan que se reivindica tal fecha por los acontecimientos de 1908 en la ciudad de Nueva York cuando obreras textileras se van a huelga por sus condiciones de trabajo en la  fabrica Cotton y el patrón como respuesta las encierra en la fabrica y prende fuego dando como resultado 129 obreras muertas.

Otra, interpretación es la vinculada con los movimientos socialistas norteamericanos, donde las mujeres del partido socialista Norteamericano en 1908 comienzan ha realizar actividades por el derecho al sufragio, la lucha contra la esclavitud y el sometimiento sexual, acciones denominadas como Woman’s Day. Al año siguiente en 1909 las trabajadoras del textil nuevamente se movilizan por las mismas demandas, mejores condiciones de trabajo, bajo el lema “pan y rosas”. La huelga duro trece semanas participando cerca de treinta mil obreras, este movimiento posteriormente reivindico el derecho al voto y la prohibición del trabajo infantil.

Otro antecedente bastante relevante a considerar es la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas realizado en Copenhague, Dinamarca, el 27 de agosto de 1910. Dicha conferencia contó con la asistencia de más de 100 delegadas de 17 países representando sindicatos, partidos socialistas y organizaciones de trabajadoras. En tal reunión Clara Zetkin perteneciente al partido socialista Alemán propone el 8 de marzo como un día donde todas las mujeres del mundo realicen acciones por la defensa de los derechos democráticos de la mujeres.  

De las primeras celebraciones del Día Internacional de la Mujer se produjeron en marzo de 1911, y fue seguida en Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia. En los primeros años, el Día Internacional de la Mujer se festejaba en fechas diferentes según los países pero siempre se llevaban acabo en los últimos días de febrero o/y inicios de marzo, por las manifestaciones cotidianas que las mujeres trabajadoras hacían en esas fechas.

Pero sin duda un acontecimiento que marcó para siempre la historia de la humanidad fue la Revolución Rusa de 1917, tras la muerte de millones de soldados rusos a causa de la primera guerra mundial y la condiciones de vida realmente miserables de los trabajadores rusos bajo el régimen zarista, que para ese entonces no era mas que el capitalismo con su rostro mas auténtico en el marco de un país extremadamente atrasado, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de "pan y paz", se comenta tales acontecimientos en Petrogrado, se convirtió en la chispa que hizo estallar la Revolución de Febrero y el derrocamiento de la odiada autocracia zarista.


Aunque en tiempos recientes las instituciones y educación burguesas han querido negarle el carácter de clase al 8 de marzo, el ejemplo mas claro de ello es el reconocimiento oficial de esa fecha por parte de la Unesco en 1977 con el objetivo de vaciar de contenido dicha conmemoración, los trabajadores debemos reivindicarla como una jornada militante por la emancipación de la mujer trabajadora no como algo separado de la lucha del conjunto de la clase obrera contra la esclavitud capitalista, sino como parte integrante y pilar indispensable de esta.

Claramente los orígenes de la lucha y conmemoración de los derechos de la mujer inician y van íntimamente ligados con y por la defensa de los derechos de los todos los explotados; las mujeres y la juventud son de los sectores mas oprimidos bajo el sistema capitalista pero no por eso nuestra lucha debe de ir separa de la lucha de los demás oprimidos. No compartimos el pensamiento feminista donde se argumenta que la opresión de la mujer es originada por su género, en esta sociedad quien nos oprime es la burguesía y sus gobiernos los cuales inclusive entre sus filas tienen mujeres las cuales, movidas por los intereses de clase que representan, dictan toda clase de ataques contra el conjunto de la clase trabajadora, sean hombres o mujeres. Un ejemplo mas concreto es la exprimer ministro de Inglaterra Margaret Thatcher, que durante sus trece años de gestión al frente del gobierno británico, no hizo nada por los derechos de la mujer sino todo lo contrario. Un ejemplo mas reciente es el de la actual Secretaria de Estado Hillary Clinton, quien sin ninguna contemplación aplica la política que el imperialismo yanqui necesita para asegurar su dominio como máxima potencia capitalista sin importarle las funestas implicaciones que ello tenga sobre los mujeres y hombres de prácticamente todo el orbe.

Para la realidad mexicana, una serie de ejemplos que habla de ello muy gráficamente son los casos de la exprimera dama Marta Sahagún, esposa del expresidente Fox o el de la actual primera dama Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, la cual está involucrada en el tráfico de influencia e irregularidades que derivaron la tragedia de la guardería en Hermosillo, Sonora, del año pasado la cual dejo mas de 40 niños muertos victimas de un incendio. Y ni que decir de Mariana Gómez del Campo, diputada panista por el DF y prima de la actual primera dama, responsable de impulsar a fondo la campaña de contra el derecho al aborto y de fomentar un ambiente de odio y linchamiento contra la mujeres que han abortado. Muchas de estas últimas mujeres, victimas de esta campaña, ahora están en prisión en diferentes puntos del país culpadas por ejercer este que uno de sus derechos más básicos.

Las mujeres trabajadoras siempre hemos jugado un papel relevante en la lucha por una sociedad mejor, luchando codo a codo con nuestros compañeros de clase, lo vemos ahora mismo con la lucha del SME donde miles de trabajadoras se han suma a la lucha sin hacer una distinción de por ser mujeres; los demostramos en el pasado y lo demostraremos en el futuro, que nuestra lucha es la misma que la de todos los explotados y será con ellos y no de forma separada que lograremos nuestra emancipación la cual no se puede lograr sin luchar contra la explotación capitalista y la opresión de toda índole que nos impone la burguesía.

¡¡¡Viva la lucha de la clase trabajadora!!!

¡¡¡La lucha por la emancipación de la mujer… es la lucha por el socialismo!!!

 

Dentro del capitalismo la mujer trabajadora siempre ha sido presa de una doble explotación: laboral, en primer lugar por las relaciones de producción entre el asalariado y el patrón, en las que el primero vende su fuerza de trabajo obteniendo una remuneración por debajo de la riqueza producida, y en segundo lugar la domestica por la labor no remunerada en el hogar. La vida de la mujer trabajadora en el capitalismo se limita a procurar su existencia para luego seguir laborando, y también en asegurar la producción y reproducción de la mano de obra del hombre, a veces de la familia completa.

La mujer trabajadora adopta entonces un carácter sumamente rentable para el capitalismo por lo que la condena y perpetua su estado de explotación y opresión. La emancipación de la mujer es inherente a la del hombre y la sociedad completa.

Rumbo a la vida laboral el primer reto con el que se encuentra la mujer es encontrar trabajo. Muchas mujeres están en desventaja debido a falta de estudio ya sea por pobreza, por cánones culturales o ambas; por ejemplo, en algunas regiones aun no es socialmente aceptado que las mujeres asistan a la escuela. Sin embargo, la mayor parte que no sale de casa a trabajar si lo hace en su casa pero este trabajo no es considerado como actividad económica. Algunos analistas creen que la suma del tiempo en que la mujer está fuera de labor por maternidad, también juega un papel para estar en desventaja frente a la experiencia y disponibilidad con la que cuenta un hombre, también es el caso de la movilidad, pues por lo general las mujeres tienen más ataduras que le impiden viajar o estar un largo periodo fuera del hogar.

Al final de cuentas las desventajas de la mujer en el ámbito laboral se reducen al rol que les impone la sociedad y que muchas veces no están en condición de elegir. Además de esta carga extra, la mujer, al igual que los hombres, se enfrenta a la competencia que el capitalismo impone como forma de selección, al ser incapaz de ofrecer trabajo para todos. A nivel mundial el número de desempleados en 2008 era de 193 millones, 112 millones eran hombres, y 81 millones eran mujeres; en 10 años de 1998 a 2008 el empleo  de la mujer adulta con respecto a la población total aumento solo 1.2 puntos porcentuales, llegando al 40.4 por ciento de los 3,000 millones de empleados en todo el mundo. La mujer trabajadora sin lugar a dudas juega hoy un papel fundamental en la economía mundial. La mayor parte de las trabajadoras se localizan en la agricultura, seguida por los servicios y solo 18.3 por ciento en la industria, en comparación con el 26.6 por ciento de los hombres. 

A finales del 2008 y debido a la crisis económica el desempleo aumento 4.9 por ciento,  el porcentaje de desempleo masculino llegó a 6.6 por ciento, en las economías desarrolladas y la Unión Europea, y a 6.8 en el caso de las mujeres. Esto significa según la misma OIT, de donde hemos obtenido este dato, que en 2008 se produjo una disminución de la brecha de género en la tasa de desempleo, pero sólo debido a que la situación de los hombres en el mercado de trabajo empeoró más que la de las mujeres.” Sin embargo, en México, en el tercer trimestre de 2009, las mujeres registraron un 6.13 por ciento de desempleo frente a los 5.7 puntos del sector masculino. En el global según datos proporcionados por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, son 170 mil 840 desempleados a nivel nacional, de los cuales 57.9 por ciento son hombres y 42.1 por ciento son mujeres. La cifra de mujeres parcialmente ocupadas asciende hasta los 16.15 puntos porcentuales, dato que casi dobla al de los hombres.

Pero una vez que una mujer es contratada se enfrenta a una discriminación salarial, las mujeres ganan en promedio un 15 por ciento menos que los hombres por cada hora trabajada (Report on equality between women and men - 2007, Comisión Europea, Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, febrero de 2007). Según la OIT, en zonas urbanas de Brasil, Chile, El Salvador y México, el salario por hora de las mujeres se situaba en torno al 80 por ciento del de los hombres, en 2008, sin embargo el informe del Foro Económico Mundial afirma que en México la brecha salarial llega al 53 por ciento de menor precepción económica de la mujer con respecto al hombre. En Nuevo León, es de 30 por ciento según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2008 del INEGI. Pero esta brecha llega hasta un 39 por ciento en Rusia y en Ucrania a un 28 por ciento.  Esta situación no tiene otra justificación más que asegurar mayor rentabilidad al capitalismo.

Durante la Segunda Guerra Mundial se mandaron a mujeres y niños a laborar con una paga menor a la de un hombre, cuestión que se justificaba mediante el argumento de que dicha “fuerza de trabajo empleada era de menor rendimiento físico” que la de un hombre maduro, sin embargo, actualmente muchos trabajos se han modificado por el avance tecnológico e industrial, requiriendo menor esfuerzo físico. Con la ayuda tecnológica las mujeres producen igual que un hombre pero gana menos. Esto puede ser tentador para los contratos y en algunos casos se aplica, pero otro aspecto por lo que se quiere justificar la diferencia salarial es por los gastos que implican las prestaciones referentes a la maternidad, según algunas leyes y convenios como el convenio sobre protección a maternidad creado en octubre de 1919 y sin grandes modificaciones desde entonces, o la ley para la mujer trabajadora, que no se respeta, ni se vigila su cumplimiento. También existe un Convenio sobre igualdad de remuneración que data de 1951, que partía de que a igual trabajo se debía pagar igual salario, sin embargo, esto tampoco se aplica, el mismo caso para el Convenio contra la discriminación en materia de ocupación y empleo de 1958 e incluso la Ley Federal del Trabajo de 1931.

Y es cierto, las prestaciones de maternidad son una inversión especial que los patrones no están dispuestos a dar, como muchas otras que implican a hombres y mujeres.

Por otro lado, al capitalismo le es útil la mujer en casa, es un salario que no pagan y sin embargo  le ayuda a “restablecer” la fuerza de trabajo masculina, mediante las tareas del hogar, así el hombre no tiene que llegar a hacerse de comer, a lavar la ropa, a planchar, etc. Así solo llegará a comer y descansar para recuperar su fuerza para la siguiente jornada es benéfico para el patrón.

De modo que la mujer lucha contra la corriente de las costumbres creadas a partir de esta relación material sin olvidar todas las adiciones ideológicas, culturales, religiosas, etc. que lo respaldan.

En el balance global el capitalismo siempre gana, no tiene necesidad de que la mujer labore. Demagógicamente se pueden decir muchos discursos e incluso se pueden elaborar algunas leyes, en los hechos la mujer no ha visto una mejora en su situación laboral. La mujer trabaja por necesidad, muchos hogares no pueden mantenerse con tan solo un miembro trabajando y requieren salir dos o hasta más. O la situación se complica cuando la mujer es la cabeza de la familia y tiene que hacerse cargo de su manutención sola, por ejemplo en Nuevo León 1 de cada 5 hogares en dicha entidad son comandados por una mujer sola, según la proyección del Censo de Población y Vivienda de 2010. Este número sufrirá un ascenso considerable, debido a dos factores en especial: el aumento en la incidencia de divorcios y la crisis económica.

 

Es una necesidad como clase social que la mujer salga a laborar para la supervivencia, esta misma necesidad creada por el capitalismo la lleva a involucrarse con la vida laboral, y la relación con la producción le da fuerza para luchar como parte de la clase.

Debemos luchar en primer lugar por igualdad de condiciones en la contratación, igual salario a igual trabajo, también debemos exigir las prestaciones de maternidad y condiciones laborales adecuadas y seguras, todas estas demandas van de la mano con la de nuestros compañeros que también nos afectan. Las mujeres trabajadoras históricamente han jugado un papel muy importante en la lucha de clases, fundamentalmente por su doble o hasta triple jornada laboral, sin duda alguna la entrada cada vez mayor de mujeres al mundo laboral y la lucha por estas demandas junto con una mayor igualdad en la participación de las tareas del hogar, es el primer paso para la lucha por su emancipación del sistema capitalista, hombro a hombro con sus compañeros de clase.

 

La transformación de una época histórica se puede definir siempre en función del avance de la mujer hacia la libertad, porque ahí, en  las relaciones de la mujer con el hombre, del débil con el fuerte, aparece de modo más evidente  la victoria de la naturaleza humana sobre la brutalidad. El grado de emancipación de la mujer es la medida natural del grado de la emancipación universal. 

La Sagrada Familia

(Marx y Engels)

Para entender la situación de la mujer campesina es necesario hablar del papel que desempeña esta en el interior de la unidad familiar, y como asume un papel central como productora y como reproductora, además de la manera en que el campesinado pobre se articula a la logia de reproducción de capitalismo. Así podremos observar las características que muestran la vida de la mujer campesina, además de la forma en que la percibe el sistema capitalista en donde encontramos uno de los mecanismos de explotación sobre esta. Todo ello de que además ahora, en el marco de la actual crisis económica más que nunca nos encontramos con la realidad de la decadencia del capitalismo que obstaculiza la posibilidad de una vida digna. Siendo ello así retomemos ahora pues la lucha  y el gran ejemplo que dejaron las mujeres bolcheviques, cuando trabajadoras y campesinas se unieron a la revolución de 1917 en Rusia dejando claro que la humanidad puede superar la explotación y el dominio de capitalista, las cuales se recrudecen en el caso de la mujer trabajadora y campesina, por medio de la transformación socialista de la sociedad.

La mayoría de familias campesinas viven en condiciones de miseria, los hombres se ven en una disyuntiva ya que para laborar la tierra se requieren de instrumentos o maquinarias  que por lo regular no se cuentan y se ven en la necesidad de alquilarlo o de plano sustituir la tecnología por larga y agobiantes jornadas de trabajo; los insumos como las semillas son compradas o los adquieren bajo préstamo usurario. Aquí tenemos que el proceso de producción arranca con la inversión de capital en mercancías, donde la cosecha se utiliza para el autoconsumo de la familia y, de sobrar algo, una parte de la producción entra al mercado para pagar las deudas. En la mayor parte de los casos los campesinos pobres cuando pueden vender parte de su producción son presas de la especulación y el coyotaje, obteniendo precios muy bajos por sus mercancías los cuales se quedan muy por debajo de los costos de producción.

Podemos ver que la implementación de los mecanismos capitalistas en la economía campesina es proporcional: la parte de la cosecha que se utilizo para pagar la deuda o el pequeño excedente que se tenía es la liberación de trabajo para su explotación en beneficio de los capitalistas usureros e intermediarios.

La otra opción para el hombre es emigrar a las grandes ciudades y obtener un trabajo donde su salario será una parte para la subsistencia de la familia, aquí es donde entra el papel de la mujer que es ahora la que se hace cargo de las tierras y las cosechas, sin que ello implique que las labores del día a día del trabajo domestico se dejen de lado.

La minoría de las familias campesinas, por lo general de terratenientes y agroindustriales, son la que cuentan con todos los recursos y cuentan con una actividad  económica con características similares a las capitalistas con acumulación ilimitada, cultivos comerciales, fuerza de trabajo asalariada, extracción de plusvalía y mecanización de los proceso por ende el papel de la mujer aquí desaparece en el trabajo agrícola y se dedica a las tareas domesticas. Pero esto no quita la explotación de las mujeres campesinas que aquí son contratadas como jornaleras y peones.

En las faenas del campo la participación de las mujeres es ardua y constante, en las fases de producción es claro que forman parte durante todo el proceso en proporción similar a las del hombre. Asimismo la mujer campesina carga con todas las labores domesticas que en el capitalismo son sinónimo de lo que tiene poco valor, porque uno de sus fines del capitalismo es la actividad económica de la producción de mercancías para la obtención de beneficios; las vinculaciones con las formas capitalistas generan un numero de necesidades que solo se satisfacen con dinero, en donde las mujeres campesinas se ven sumamente presionadas por que la cosecha es predominantemente para el consumo de la familia, no se cubre generalmente la inversión en capital y en tiempo, de la unidad familiar de producción, es decir no se cubre el costo de producción,  la fuerza de trabajo de la mujer recibe muy poco excedente para cubrir las necesidades de la familia como calzado, vestimenta, educación etc.

Los hijos de la mujer campesina cuando son infantes ayudan en las faenas del campo junto con la madre y caminan por lo regular distancias muy largas para llegar a la escuela rural de su comunidad; en la medida que los hijos van creciendo dejan la comunidad y salen a trabajar en los pueblos grandes, en empresas agrícolas, las ciudades e industrias, etc. Algunos emigran temporalmente y muchos ya no regresan, porque la vida en una familia campesina es muy dura y prácticamente carente de oportunidades.

La lucha de la mujer campesina por sus derechos más básicos está totalmente vinculada con la lucha de las mujeres obreras, porque ambas con todas sus peculiaridades de un modo u otro son explotadas por este sistema capitalista, además de realizan trabajos domésticos los cuales no son reconocidos. Es también aquí donde se evidencia que al capitalismo le interesa mantener a la mujer sometida a la división sexual del trabajo acompañada de discriminación y desvalorización como ser humano, pues muchas de las mujeres campesinas no cuentan con estudios, son analfabetas y se les educa de generación en generación  para que sean apegadas y sumisas frente a la opresión.

 Esto nos lleva a decir que también la problemática de las mujeres campesinas está estrechamente relacionadas con factores económicos, es decir con el capitalismo del cual es un resultado. Retomando la lucha histórica de las mujeres proletarias y su vinculación con sus hermanas campesinas dentro de la lucha de clases y contra la propiedad privada, verdadero origen de la opresión de la mujer trabajadora y campesina, es necesario destacar el caso de la revolución rusa de 1917 en la cual las mujeres que formaban parte de las clase desposeídas y explotadas, marcharon al lado de los obreros y campesinos para unirse a los batallones revolucionarios teniendo como objetivo no una agitación feminista sino una agitación mas sublime: la lucha por el socialismo.

Ahora bien retomamos una nota donde contrasta la realidad que se vive en el campo: “La Confederación Nacional Campesina (CNC) aspira que al cierre de abril próximo la llamada “alianza clasista” –la cual se movilizó con cien mil personas en la Ciudad de México el 29 de enero— establezca junto con el gobierno federal y otros actores un “acuerdo nacional” para enfrentar la crisis económica y social que vive el país, principalmente por la carestía, el desempleo y los bajos salarios, así como por la pobreza creciente concentrada en el medio rural.” .”(La jornada del campo ,13/02/2010). No cabe duda que la única clase capaz de encabezar un movimiento democrático que reivindique las principales demandas de los desposeídos y llevarlo hasta sus últimas consecuencias es el proletariado, aliado con los sectores más oprimidos del campo.

De acuerdo a datos del INEGI del 2009, poco más de cinco millones de hogares se encuentran en zonas rurales y la mitad de sus 24 millones de habitantes son mujeres, lo que quiere decir que alrededor de 12 millones de ellas se enfrentan a pobreza, desnutrición, falta de educación.

Ya a finales de los años 90 se reportaba que de las mujeres ocupadas en el sector agropecuario, 84% eran trabajadoras sin tierra; de éstas, 87% trabaja sin remuneración. Definitivamente hoy, a un poco mas de década y media del TLC y sus terribles estragos sobre el campo mexicano, esa dura realidad se ha recrudecido para las campesinas pobres. 

Existe esta pobreza creciente en el campo debido a que los campesinos y las mujeres campesinas  han visto, por medio del TLC, la globalización en su máximo esplendor  puesto que compiten con agroindustrias con productos alterados genéticamente y formas de producción  a grandes escalas en donde cantidad, costo y logística importan más que la calidad de los productos. Con esto desaparecen oportunidades de empleo para regiones enteras, engrosando cada vez más las filas de marginalización y migración dejando como consecuencia que las condiciones de vida de la mujer campesina no varíen mucho y sigan su condición de pobreza.

Cuando se tiene un papel notable de empobrecimiento del campo puede existir una radicalización entre las campesinas que son las que más soportan estas duras consecuencias, de aquí la gran importancia de vincularlas con el movimiento obrero y sus hermanas proletarias unificando sus demandas para educar a las mujeres en la lucha por sus derechos,  generando así  una conciencia, y una participación más directa en la lucha política, buscando la emancipación de la mujer y articulando sus demandas por una sociedad mejor, es decir por el socialismo y no por capricho sino porque dentro de una economía planificada bajo el control democrático de los trabajadores y campesinos, así  veremos una igualdad y una sociedad más justa vinculando siempre la lucha por el socialismo a nivel internacional para que no sea sofocada por el mar del capitalismo, siempre buscando la unidad con los pueblos que levanten la bandera del socialismo.

Sigamos pues el ejemplo de las mujeres bolcheviques y del proletariado ruso de 1917. Las compañeras trabajadoras que han venido de la Rusia soviética han conquistado nuestra confianza y muchas de nosotras hemos comenzado a responder a sus llamados, a seguir su ejemplo…

¡Socialismo o Barbarie!

 

La revolución latinoamericana  busca las ideas de Trotsky

Un año más la Fundación Federico Engels ha participado en la Feria Internacional del libro de La Habana, Cuba celebrada entre el 11 y el 21 de febrero. La Feria es un acontecimiento político-cultural de primer orden en Cuba. Decenas de miles de personas pasean por los muros del complejo histórico del Morro-La Cabaña -antigua fortaleza colonial española, antiguo símbolo de la opresión imperialista- para conocer lo último de la literatura cubana e internacional. Pero no sólo es un espacio de cultura, novela y poesía, sino también un punto de encuentro de revolucionarios de los cinco continentes. En ese sentido, el stand de la Fundación Federico Engels se ha convertido en una referencia para todo el que busca los textos clásicos del marxismo así como los análisis actuales de los procesos revolucionarios en marcha y los acontecimientos que se están dando en todo el mundo.

Este año también fue así y por nuestro stand pasaron revolucionarios venezolanos, bolivianos, chilenos, colombianos, brasileños, centroamericanos, chinos, timorenses, italianos, alemanes... y, por supuesto, cubanos. Un ejemplo de esta repercusión fue la entrevista que la radio cubana hizo a un representante de la Fundación así como las imágenes que se emitieron por la televisión del stand y los libros que allí vendíamos.

Entre el público de nuestro stand había un enorme interés por debatir los temas más candentes de la lucha de clases en el mundo. Por un lado las causas y efectos de la crisis económica mundial del capitalismo; cómo está afectando a la clase obrera norteamericana y europea y al desarrollo de la conciencia revolucionaria. En ese sentido, la novedad de la Fundación Federico Engels: Pirómanos apagando un fuego, de Juan Ignacio Ramos iba al centro de la cuestión.. Y, por supuesto, los grandes retos que tiene por delante la revolución continental en América Latina. Los acontecimientos más recientes como la instalación de las bases norteamericanas en Colombia, el golpe de estado en Honduras o la derrota electoral de la izquierda en Chile y los límites del reformismo fueron discutidos con profundidad. Causó una gran sensación la nueva revista Marxismo Hoy, monográfica de la Revolución Sandinista, de William Sanabria.

Muchos de los debates que se están dando ahora entre los revolucionarios latinoamericanos se concentran en la experiencia nicaragüense: ¿Es posible conciliar los objetivos socialistas de la revolución con una economía mixta que mantiene sectores fundamentales de la economía en manos burguesas? ¿Existe, por tanto una burguesía progresista dispuesta a invertir y desarrollar las fuerzas productivas en América Latina? Los casos nicaragüenses, como en el Chile de Allende y muchos otros procesos revolucionarios demuestran que mientras la revolución no se culmina expropiando a los burgueses y al imperialismo, ésta puede ser derrotada.

Detrás de estos debates se encuentra la búsqueda de las ideas de la Revolución Permanente de Trotsky por parte de sectores cada vez más amplios de la juventud, la intelectualidad y la clase obrera revolucionaria. Los tres aspectos fundamentales del pensamiento de León Trotsky condensan los grandes retos de la Revolución en América Latina. Por un lado la inevitable vinculación de cualquier lucha por garantizar las condiciones de vida de las masas a la lucha por el socialismo (como hizo el presidente Chávez en Venezuela cuando comprendió que no existía un capitalismo de rostro humano); por otro lado la necesaria extensión de la revolución por encima de las fronteras nacionales, precisamente por el carácter mundial del capitalismo, hacia una Federación Socialista; y el papel crucial de la clase obrera en estos procesos, a través del control obrero, su papel dirigente en la revolución y la necesidad de un Estado obrero. No es casualidad que los principales textos de Trotsky editados por la Fundación se hayan agotado en esta edición de la Feria: Todos los ejemplares de La Revolución Traicionada -donde Trotsky analiza las causas de la degeneración burocrática de la URSS estalinista-, la Revolución Permanente o la Historia de la Revolución Rusa se vendieron  cuando aun restaban varios días para que concluyera la Feria.

Esta búsqueda de las ideas de Trotsky está presente en toda la sociedad cubana. Por ejemplo, el celebre novelista cubano Leonardo Padura ha escrito El hombre que amaba los perros, novela sobre Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, durante su presencia en Cuba, donde se denuncia las maniobras del estalinismo para asesinar al revolucionario ruso.

Aprovechando la presencia en la Feria, representantes de la Fundación pudieron participar en diversos actos políticos que se desarrollan en el Morro-La Cabaña. Por ejemplo en el debate sobre el racismo, donde participaba como ponente el destacado intelectual cubano Fernando Martínez Heredia, o en la presentación del libro póstumo de la revolucionaria Celia Hart, Les debo verles libre, que recoge la correspondencia entre Celia y los Cinco Héroes de Miami y donde se hacen varias menciones al trabajo desarrollado por la Fundación Federico Engels. Celia Hart siempre apoyó con gran entusiasmo el trabajo de la FFE en la Feria de La Habana y particularmente la labor de divulgación de los textos de León Trotsky .

Por último, los compañeros de la Fundación Federico Engels, los venezolanos José Antonio Hernández, del PSUV, Mathyerlina Aranguren, de la Juventud del PSUV y Juanjo López, exsecretario general del Sindicato de Estudiantes del Estado español, actuaron como ponentes en un debate organizado por la Federación de Estudiantes Universitarios en la residencia estudiantil de MicroX. Mientras que Juanjo intervino sobre la crisis mundial del capitalismo y las lecciones de la Revolución rusa, Mathyerlina y José Antonio pudieron desarrollar la situación actual en Venezuela con las elecciones a la Asamblea Nacional en el calendario.

Queremos por último agradecer a la dirección de la Feria Internacional del libro de La Habana por seguir contando un año más con nosotros. También queremos felicitar a todos los trabajadores y técnicos que hicieron posible la celebración de la Feria y que la Fundación pudiera contar con un magnifico stand.

 

Del 11 al 21 de febrero, en el complejo histórico Morro-La Cabaña, Stand D-27-B

De los días 11 al 21 de febrero la Fundación Federico Engels estará presente, por sexta vez, en la Feria Internacional del Libro de La Habana (FILH). La FILH es el evento cultural más masivo e importante de Cuba, y una de las ferias más importantes de América Latina y el mundo.

Nuestra presencia en este evento constituye un apoyo explícito a las conquistas de la revolución cubana frente a la densa campaña de mentiras y tergiversaciones con la que ha sido hostigada por el imperialismo y los capitalistas en general a lo largo de más de cuatro décadas. Los avances sociales más importantes de la revolución cubana han sido posibles gracias a la nacionalización de todos los medios de producción y a la supresión del capitalismo en la isla. Cuba ha sido siempre un símbolo de resistencia anti imperialista y anti capitalista para millones de personas en todo el mundo, por eso el futuro de la revolución y su defensa es un aspecto crucial para todos los trabajadores y jóvenes conscientes de todos los continentes.

Desde nuestro punto de vista, las ideas del socialismo son más necesarias que nunca. La gran tarea que ha asumido la Fundación Federico Engels es la de contribuir con todas las medios a su alcance al rearmarme ideológico de las nuevas generaciones de trabajadores y jóvenes que se proponen luchar contra el sistema capitalista. Como decía Lenin, no hay práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria, y viceversa.

La validez de las ideas del marxismo se demuestra en que son las únicas capaces de explicar las causas profundas de la gigantesca crisis en la que está inmersa la economía capitalista mundial. El gran problema con el que se enfrentan todos los analistas de la burguesía, incluso los más serios, es que tratan de encontrar una "solución" a los problemas del capitalismo dentro del mismo capitalismo. Este tipo de análisis están viciados desde sus cimientos, porque no hay una salida de este tipo, es imposible un "capitalismo de rostro humano", o un capitalismo con el sector financiero "controlado". El problema de fondo del capitalismo es la contradicción entre el carácter social de las fuerzas productivas y el dominio privado que sobre ellas ejercen los grandes bancos y monopolios. Esta contradicción se expresa en caos, sobreproducción y crisis. Las consecuencias sociales de la crisis son terribles: desempleo masivo, salarios cada vez más bajos, hambre. Estas son las auténticas "soluciones" de los capitalistas para seguir preservando sus beneficios. Mientras la mayoría de los gobiernos de todo el mundo preparan recortes de gastos en sanidad, educación, y otros derechos sociales conquistados anteriormente, no han tenido inconveniente alguno en dedicar cantidades ingentes de dinero público para salvar a los banqueros de la crisis de la que ellos son los primeros responsables. Esto está provocando una creciente desconfianza de la mayoría de la población en el sistema de "libre mercado", incluso en países desarrollados de Europa y en EEUU.

En América Latina es donde el giro hacia la izquierda de las masas se ha expresado de forma más contundente. La revolución venezolona es el más claro ejemplo. Los trabajadores y jóvenes venezolanos, desde hace más de once años, se están enfrentando valientemente a las maniobras del imperialismo, de los ricos del propio país y también de una burocracia corrupta que, hablando en nombre del socialismo, no hace otra cosa que defender sus propios privilegios, asfixiar la iniciativa popular y sabotear los intentos de control obrero de las fábricas. El presidente Hugo Chávez ha denunciado repetidamente la actuación de la burocracia. El debate sobre la revolución venezolona es crucial para los revolucionarios de todo el mundo, y muy en particular, para los revolucionarios cubanos. La única alternativa para la crisis capitalista es el socialismo y por lo tanto la lucha por la revolución mundial. El triunfo de la revolución socialista y la democracia obrera en Venezuela daría un enorme impulso a la revolución cubana, fortaleciéndola frente a todos las fuerzas que desean una involución capitalista en la Isla.

Temas como los arriba tratados y muchos otros son abordados en las publicaciones de la Fundación Federico Engels. Las principales novedades que  la FFEofrece  este año en la Feria Internacional de Libro de La Habana (FILH) son el libro Pirómanos apagando fuego, en el que se hace un análisis a fondo de la crisis capitalista actual. Otra novedad es la La batalla de Inveval, la lucha por el control obrero en Venezuela, centrada en los debates candentes de la revolución bolivariana. Siguiendo la ya amplísima lista de publicaciones de clásicos del marxismo, la FFEha editado textos de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht agrupados en el libro La revolución alemana de 1918. Otra publicación destacada es el nuevo número de la revista Marxismo Hoy centrada monográficamente en el 30º Aniversario de la Revolución Sandinista, una experiencia que encierra lecciones fundamentales para la revolución en América Latina actualmente.

Animamos a todos a visitarnos, a charlar y a adquirir los textos de la FFE en el Stand D-27-B del Complejo Histórico Morro-La Cabaña.

 

El partido revolucionario

"Nuestro movimiento -el movimiento trotskista- tiene una historia rica que se remonta a muchas décadas atrás. Comprender nuestra historia es importante para apreciar de qué manera se desarrolla un movimiento revolucionario. Entender el pasado arroja luz sobre cómo una tendencia marxista crece y se prepara para los titánicos acontecimientos del futuro. Nuestra historia se puede trazar directamente desde el gran trabajo realizado por la Oposición de Izquierdas de León Trotsky en los años veinte, pero también se extiende, incluso, a los heroicos días de la Tercera Internacional con Lenin y Trotsky a la cabeza".

Así comienza el primer capítulo de Historia del trotskismo británico (1930-1949), el segundo volumen de las Obras de Ted Grant que la Fundación Federico Engels pone a disposición de los militantes marxistas y los activistas del movimiento obrero de habla castellana.

En el primer volumen tratamos de presentar una panorámica amplia del pensamiento político de Ted, publicando una selección relevante de sus escritos sobre acontecimientos y aspectos teóricos de gran importancia: la Segunda Guerra Mundial, la revolución europea y la estabilización del capitalismo, la consolidación del estalinismo, el triunfo de la revolución china, la revolución colonial y el desarrollo del bonapartismo proletario, la lucha contra el revisionismo, así como los procesos en la economía mundial, entre otros. Ahora, en este segundo libro, se aborda un aspecto fundamental de la teoría y la práctica del marxismo: la construcción del partido revolucionario.

La trascendencia del presente trabajo no sólo deriva de su carácter excepcional como documento histórico del movimiento comunista en Gran Bretaña. Su mayor valor reside en las lecciones que estas páginas arrojan para la tarea de forjar la dirección revolucionaria. Ted Grant analiza en detalle la lucha de la Oposición de Izquierdas en defensa del programa del marxismo y los métodos democráticos del bolchevismo, extirpados de las filas de la Tercera Internacional y del Partido Comunista de la Unión Soviética después de años de consolidación estalinista. Este proceso, apuntalado por el fracaso de las diferentes ofensivas revolucionarias en Europa durante las décadas de los veinte y de los treinta del siglo pasado (Alemania, Hungría, Italia, Bulgaria, España, Francia...), culminó con el exterminio de toda una generación de militantes comunistas a manos del aparato policial de la burocracia, y finalmente con la disolución de la Internacional Comunista en 1943. En este libro encontraremos una consistente y rigurosa crítica de la política y los métodos empleados por el estalinismo, y de su influencia fundamental en la derrota de la revolución socialista en Europa.

Historia del trotskismo británico representa una sólida exposición teórica sobre la estrategia, las tácticas y los métodos para construir la organización revolucionaria en las condiciones más adversas. Sin hacer la más mínima concesión al sentimentalismo, Ted Grant aborda con honestidad todas las dificultades a las que se enfrentó el movimiento trotskista internacional y particularmente el británico. En el libro se desgranan los intensos debates que recorrieron las filas de la Oposición de Izquierdas en aquellos años y que conformaron el armazón teórico con el que respondieron a las calumnias y la persecución del estalinismo, además de las orientaciones tácticas para intervenir el movimiento obrero defendiendo un programa socialista. También encontraremos en sus páginas las controversias y diferencias políticas surgidas en el periodo de formación de la Cuarta Internacional.

La historia que relata Ted Grant, especialmente la actividad de la Workers International League (WIL) y del Revolutionary Comunist Party (RCP), ofrece amplias enseñanzas teóricas. Habrá no pocos lectores que pueden sorprenderse de las denuncias que Ted y sus camaradas realizaron de la política y los errores cometidos por muchos dirigentes de lo que sería la Cuarta Internacional sin Trotsky. Incapaces de orientarse correctamente en los turbulentos años de la guerra y la posguerra, adoptando continuos bandazos respecto a la caracterización de la época, recurriendo a un método oportunista en el trabajo en las organizaciones de masas o al sectarismo sin principios cuando aquél no daba los frutos esperados, muchos de estos "dirigentes" cometieron también el lamentable error de utilizar todo tipo de maniobras burocráticas fraudulentas para imponer su política. De esta manera sellaban su alejamiento de los métodos proletarios del marxismo, y allanaban las condiciones para la crisis política que esta organización sufrió a lo largo de décadas.

Respondiendo a la moral típica de los pequeñoburgueses metidos a revolucionarios, siempre dispuestos a destacar y brillar en los momentos de ascenso de la lucha y prestos a abandonar las filas del proletariado revolucionario en los periodos de derrotas y reflujo, la confianza de Ted en la causa de la revolución socialista y en la capacidad de la clase obrera de sobreponerse a las dificultades le blindaba contra cualquier adversidad. Nunca temió emprender de nuevo el camino, nunca temió levantarse una y otra vez, las que fueran necesarias, para recomenzar la tarea de construir y organizar el movimiento. Estas páginas están recorridas por el mismo espíritu irreductible que inspiró toda la obra revolucionaria de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, y que quedaron brillantemente expresadas por éste último en un artículo escrito en 1934, del que nos gustaría citar las siguientes líneas:

"Pero, ‘¿qué garantía hay de que la nueva Internacional no naufrague como las demás?'. ¡Pregunta miserable y filistea! En la lucha revolucionaria no se dan garantías por adelantado, no es posible hacerlo. La clase obrera trepa por los peldaños que ella misma cava en el granito. Algunas veces retrocede unos cuantos pasos, otras el enemigo dinamita los peldaños que ya han sido cavados, otras se desmoronan porque el material es de mala calidad. Después de cada caída hay que levantarse, después de cada retroceso hay que avanzar, cada escalón destruido debe ser reemplazado por otros dos nuevos..." .

La intransigencia en la defensa de los principios del marxismo, una consideración realista de los procesos en la lucha de clases, así como la utilización de métodos democráticos en la construcción de la organización, guiaron la política de Ted Grant y sus camaradas. Pero además, como el lector podrá apreciar, Ted Grant siempre adoptó una actitud paciente y positiva para educar a los cuadros y formar a la dirección partidaria, unido a una gran flexibilidad táctica para intervenir y ganar apoyos en la vanguardia obrera y el movimiento de las masas. La explicación marxista del proceso de toma de conciencia de la clase obrera y el papel de las organizaciones tradicionales del proletariado en la lucha de clases, son sin duda aportaciones esenciales de Ted Grant al arsenal del marxismo revolucionario que quedan expuestas brillantemente en este texto.

No obstante, la fortaleza política de Ted surge precisamente de su capacidad para asimilar en profundidad la teoría marxista y las enseñanzas de Lenin y Trotsky, concentrada en la experiencia del partido bolchevique. Como él mismo nunca se cansaba de señalar, cuando surge un nuevo problema teórico derivado de las condiciones cambiantes de la lucha de clases, es necesario volver a las fuentes originales, a los escritos fundamentales del marxismo. Pero entendámonos, Ted no pretendía utilizar un molde o repetir mecánicamente frases tomadas de discursos o escritos, que al fin y al cabo sólo tienen una utilidad muy limitada y, en las más de las ocasiones, no sirven más que para ocultar una manifiesta impotencia a la hora de explicar lo que esta sucediendo. Así es imposible trazar las perspectivas de lo que será probable en la lucha de clases. No, Ted Grant siempre trato de armar ideológicamente a los militantes marxistas utilizando el método dialéctico de los grandes maestros del socialismo científico, apoyando sus análisis y formulaciones en las tendencias subyacentes de la lucha de clases, en la dinámica general que apuntan los procesos en la economía y en la política, que es lo único que nos permitirá entender también las variaciones coyunturales y adoptar las tácticas más adecuadas para construir las fuerzas revolucionarias. Con este método dialéctico es perfectamente posible cometer errores de perspectivas, aunque las posibilidades de rectificación son más rápidas pues las previsiones políticas no son una ciencia exacta y están condicionadas por una multiplicidad de factores políticos, ideológicos y económicos, que siempre hay que seguir y analizar en su desarrollo contradictorio. Pero sin este método, es realmente imposible una orientación política correcta, el fracaso está asegurado.

La publicación por parte de la Fundación Federico Engels de este segundo volumen de las Obras de Ted Grant pretende servir a la causa más importante de todas: la construcción de la organización y la dirección revolucionaria que nos permita coronar con éxito la transformación socialista de la sociedad. Sólo así podremos resolver la principal contradicción que hoy padece la humanidad y que tan certeramente señaló Trotsky en 1938:

 "El rasgo fundamental de la situación política mundial en su conjunto es la crisis histórica de la dirección proletaria. Las condiciones económicas para la revolución proletaria han alcanzado ya el más alto grado de madurez posible bajo el régimen capitalista. Las fuerzas productivas de la humanidad han dejado de crecer. Las nuevas invenciones y las mejoras técnicas no consiguen elevar el nivel de riqueza material. En las condiciones actuales de crisis social del sistema capitalista en su conjunto, cada nueva crisis coyuntural impone a las masas mayores sacrificios y sufrimientos. El paro, a su vez, aumenta la crisis de recursos financieros del Estado y socava los inestables sistemas monetarios (...) Las habladurías que tratan de demostrar que las condiciones históricas para el socialismo no han "madurado" aún, son producto de la ignorancia o la mala fe. Las condiciones históricas para la revolución proletaria no sólo han "madurado", han empezado a pudrirse. En el próximo periodo histórico, de no realizar la revolución socialista, toda la civilización humana se verá amenazada por la catástrofe. Es la hora del proletariado, es decir, ante todo de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria".

Haz ya tu pedido: http://www.fundacionfedericoengels.org

En julio de este año “Militante, Voz marxista de los trabajadores y la juventud” cumple su vigésimo aniversario. Han sido años de lucha permanente, de llevar las ideas de los grandes teóricos del marxismo a la clase trabajadora, de construir contra viento y marea. Veinte gratificantes años en los cuales los marxistas hemos ofrecido desde las páginas de nuestro periódico una alternativa revolucionaria para cada uno de los acontecimientos claves de la lucha obrera.

Como bien nos escribía un trabajador recientemente, “este periódico MILITANTE es una voz que organiza, educa y une la lucha de los trabajadores de todos los países.” Los trabajadores y jóvenes que formamos parte de la Tendencia Marxista Militante y que difundimos Militante dedicamos este espacio a todos aquellos trabajadores y jóvenes que día a día nos han permitido avanzar y llegar a este XX aniversario y a todos aquellos que nos han apoyado, comprando y difundiendo nuestra prensa a pesar de todas las adversidades.

La prensa obrera, construye

La prensa, explicaba Lenin, cumple tareas de propaganda y agitación pero además es un es un organizador colectivo. En torno a este periódico y durante veinte años, hemos construido la Tendencia Marxista Militante (TMM), nuestra organización no es una organización a parte del movimiento obrero, no tenemos interés que nos separen del pueblo trabajador y tampoco proclamamos principios especiales a los cuales el movimiento deba amoldarse. Somos un grupo de compañeros que luchamos resueltamente por difundir las ideas del socialismo científico y por poner nuestro hombro en cada una de las luchas que levante en contra de este régimen capitalista, ya sea en el terreno estudiantil, sindical o campesino.

Un poco de historia

Los primeros años de nuestro trabajo fueron muy duros, contábamos con una infraestructura muy básica conformada por apenas una máquina de escribir, reglas y tijeras. En aquel entonces la caída de los países estalinistas había generado una gran confusión entre activistas y dirigentes sindicales, para muchos de ellos, las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky eran anticuadas o simplemente ilusiones vanas. Estas confusiones se fortalecieron además, por el boom económico que sufrían los países capitalistas avanzados y por la inmensa campaña propagandística que la burguesía lanzo contra el marxismo. Así es como un pequeño grupo de jóvenes se pone en contacto con  el Sindicato de Estudiantes de España de la Tendencia Marxista Militante de España. Las ideas de Ted Grant fueron la base para desarrollar nuestra organización.

Nuestro periódico y nuestra organización fue fundadora del PRD, y junto con sus bases hemos dado una lucha por convertirlo en una autentica organización de a favor de las amplias masas obreras. En el movimiento magisterial también hemos estados presentes dando nuestro punto de vista y agitando por consignas centrales que desarrollen el movimiento. Cuando la Huelga estudiantil de la UNAM estallo en el año de 1999, nosotros lanzamos un alternativa organizativa para la juventud, el CEDEP.

 Uno de los años más importantes para nuestra prensa y nuestra organización, fue el año de 2006. Las movilizaciones de millones de trabajadores exigían de nuestra prensa ponerse a la altura de las circunstancias. Más de 24 mil ejemplares de Militante fueron distribuidos entre cientos de miles de trabajadores. El periódico pasó de ser mensual a ser quincenal, desde nuestras páginas trabajábamos por unificar al movimiento y por darle un análisis fresco que solucionara las cientos de preguntas que existían.

 20 años de historia, 20 años en defensa del Marxismo

En julio de 1990 el periódico obrero Militante | Voz Marxista de los Trabajadores y la Juventud vio la luz pública. La rústica forma en la que se elaboraba, no eran un obstáculo para detenernos en nuestra labor de propaganda agitación y organización. Hoy en medio de la crisis económica más profunda del capitalismo desde la década de los treinta, la clase trabajadora sala a la lucha, busca en sus viejas tradiciones para enfrentar el momento actual, crea nuevas formas y sale en contra de sus explotadores, prácticamente todo el mundo ha vivido escenas de lucha de clases sorprendentes e inimaginables hace no mucho tiempo. Esto demuestra firmemente que Marx tenia total razón y que estos años de trabajo duro no han sido en vano, sino más bien totalmente benéficos.  

A XX años de la publicación del primer número de Militante dedicamos a todos nuestros lectores esta célebre estrofa del himno de los explotados: “Del pasado hay que hacer añicos. ¡Legión esclava en pie a vencer! El mundo va a cambiar de base. Los nada de hoy todo han de ser.”

 

A 30 años de la revolución sandinista. Un análisis marxista

El 19 de julio de 1979 los jóvenes, trabajadores y campesinos de Nicaragua derrocaban la odiada dictadura de la familia Somoza, que había mantenido sojuzgado al país durante 43 años. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), un grupo guerrillero que cuatro años antes apenas contaba con 500 combatientes, llegaba al poder impulsado por el movimiento insurreccional de las masas. Nicaragua, un pequeño país de solamente tres millones de habitantes, se convertía en ejemplo y punto de referencia para millones de oprimidos en todo el mundo.

La historia de cómo el pueblo nicaragüense logró derribar al régimen somocista y resistir durante casi once años el sabotaje económico y la sangrienta intervención militar organizadas por el imperialismo y la burguesía representa una de las epopeyas más conmovedoras en la larga lucha de los oprimidos del mundo por su liberación. La capacidad de lucha y sacrificio mostrados por las masas en Nicaragua sigue siendo hoy una inspiración para cualquier revolucionario, y hace que, treinta años después de aquella gesta, resulte inevitable hacerse unas cuantas preguntas.

¿Por qué pese a esa enorme voluntad y conciencia la revolución pudo ser derrotada? ¿Cómo se explica que el FSLN -que llegó al poder impulsado por un movimiento masivo de la población y ganó las elecciones de 1984 con el 67% de apoyo popular- pudiese ser derrotado en las elecciones presidenciales del 25 de febrero de 1990 por catorce puntos de diferencia y haya tardado casi veinte años en regresar al gobierno?

Para los reformistas la explicación es sencilla y, por supuesto, no tiene nada que ver con muchas de las políticas aplicadas entonces (economía mixta, búsqueda de alianzas con la llamada burguesía patriótica, aislamiento de la revolución en un sólo país,...) sino con la "falta de conciencia" e "inmadurez" de las masas o la "ausencia de condiciones" para llevar adelante la revolución. Pero esas masas que en 1990 votaron mayoritariamente por la oposición o se abstuvieron, eran las mismas que habían soportado anteriormente todo tipo de penalidades y sufrimientos, movilizándose contra el régimen somocista; las misma que llevaron al FSLN al poder y lucharon contra viento y marea por defender su revolución frente a las constantes acometidas del imperialismo y la contrarrevolución.

Hoy, mientras celebramos que se cumplen treinta años de la impresionante victoria de la revolución sandinista (y cuando en tan sólo unos meses deberemos recordar otro aniversario mucho menos feliz: los veinte años de la derrota electoral del 25 de febrero de 1990) resulta imprescindible hacer un análisis marxista, científico, tanto de los aciertos como de los errores cometidos. Sólo de este modo podremos sacar lecciones para revoluciones actualmente en marcha como las de Venezuela, Ecuador, Bolivia u Honduras. Así como para la propia Nicaragua, ahora que el FSLN vuelve a gobernar.

SUMARIO

Presentación

    I.    La burguesía progresista que nunca existió

    II.    El ‘general de hombres libres'

    III.    El régimen somocista

    IV.    Hacia la revolución

    V.    Viento de libertad

    VI.    ‘¡Vencer o morir!'

    VII.    Los sandinistas en el poder

    VIII.    La trampa de la economía mixta

    IX.    El movimiento sindical en Nicaragua y la lucha por el control obrero

    X.    ¿Estado obrero o Estado burgués?

    XI.    El movimiento campesino y la reforma agraria

    XII.    De la revolución a la contrarrevolución

    XIII.    Lecciones de Nicaragua 

 

El pasado 21 de enero se cumplieron 86 años de la muerte del gran revolucionario Vladimir Ilich Uliánov, mejor conocido como Lenin. El fin del presente artículo es hacer un modesto esbozo biográfico de Lenin, haciendo especial énfasis en algunos acontecimientos de su vida que marcaron el rumbo de la historia del mundo.

La vida de Lenin está llena de enseñanzas y experiencias en el movimiento revolucionario y es, sin duda, uno de los personajes más relevantes del siglo XX y de toda la historia moderna. Por esto, no bastaría este modesto artículo para exponer la vida de este gran personaje. Pero intentaré dar una noción de esta exponiendo momentos clave en su vida que permitan ver la increíble relevancia de este gran revolucionario.

Vladimir Ilich nació el 22 de abril de 1870 en la ciudad rusa de Simbirsk a la orilla del rio Volga, siendo el tercero de 6 hermanos. Su madre María Alexándrovna era maestra  y su padre Ilya Uliánov quien escaló posiciones en el rubro educativo, llegando a ser inspector de primarias de Simbirsk, lograron proveer a la familia de una vida acomodada y sin preocupaciones en el barrio más rico llevando la vida de una familia aristocrática normal. Pero esto no duró mucho.

En 1886 el padre enferma y muere de una hemorragia cerebral, dejando a la familia en una situación precaria. Debido a que Alejandro y Ana, los dos hermanos mayores de Vladimir, estudiaban en San Petersburgo, Vladimir, de dieciséis años, es el único apoyo para su madre.

Durante su periodo en la universidad, Alejandro contacta con grupos políticos cercanos a las ideas del Naródnaya Volya. Este era un grupo político escindido del famoso movimiento Narodniki[i]. Reivindicaban la necesidad de actos individuales que sustituyeran los actos de masas, esto significa terrorismo individual. Durante los últimos 20 años del siglo XIX muchos jóvenes revolucionarios fueron exiliados o ejecutados por participar en actos terroristas. Lamentablemente, Alejandro y Ana están en esta lista.

Después de un atentado contra la vida de Alejandro II, el zar ruso, Alejandro y Ana, los dos hermanos de Lenin, fueron detenidos. En Marzo de 1887 Alejandro fue colgado y Ana fue desterrada de San Petersburgo por cinco años. Esto produjo un gran impacto en Vladimir y su madre. En dos años, la situación de la familia Uliánov había dado un giro muy desafortunado. Esto marcaría fuertemente el futuro de Lenin.

Ese mismo año, Vladimir entró a la Facultad de Derecho de la Universidad de Kazán. Este cambio de residencia fue decisivo para la vida de Vladimir y la historia del mundo. En la universidad, Lenin tiene contacto con El Capital[ii], obra magna de Carlos Marx, y con los círculos marxistas clandestinos. Lamentablemente, durante una reunión clandestina, los revolucionarios son atrapados, detenidos y Vladimir es expulsado de la Universidad. Esto produce un gran impacto en la madre de Lenin que no quiere perder a otro hijo a manos de la represión estatal. Ella logra que Lenin sea desterrado a vivir con su hermana.

Este tiempo le permite a Lenin sumergirse de lleno en el estudio de la teoría marxista, para aprender de los errores y triunfos del pasado para trazar perspectivas claras a futuro. En 1891, Vladimir se recibe como Abogado a través de exámenes externos debido a su expulsión. Su madre, buscando protegerlo, lo convence de mudarse a Samas a trabajar en el campo, pero Lenin está determinado a seguir en la lucha revolucionaria. Después de un corto tiempo, se muda a San Petersburgo para contactar con los círculos marxistas de la capital.

En 1894, con el fin de proteger su identidad, Vladimir adquiere su característico pseudónimo de Lenin. En este mismo año conoce a la revolucionaria Nadiezha Krúpskaya quien, se convertiría en la compañera de toda su vida. Durante este periodo, Lenin empezó a ganar importancia en los círculos marxistas de Rusia.

En 1895, Lenin tuvo contacto con el Grupo Emancipación del Trabajo. Este era un pequeño grupo de marxistas rusos veteranos que, en su juventud, se habían escindido de la fracción obrera de los Narodnikis. Este grupo era liderado por Plejanov quien era prácticamente el padre del marxismo en Rusia y la mayor autoridad teórica entre los círculos socialdemócratas rusos. En su primer contacto, decidieron lanzar dos periódicos, uno internacional (Rabodnik o “el trabajador”), y uno para el interior (Rabóchei Dielo o “la causa obrera”). Lenin regresó muy entusiasmado con la tarea que se le había planteado.  Pero cuando recién había vuelto a Rusia, mientras imprimían el primer número del periódico, la policía llegó y detuvo a Lenin junto a varios socialdemócratas más.  A consecuencia de esto, Lenin estuvo exiliado en Siberia con Krúpskaya hasta 1900.

En 1898, durante el exilo de Lenin, se llevó a cavo una reunión clandestina que marcaría el resto de la historia. Con la asistencia de nueve personas, se llevó a cavo el congreso de unificación de los grupos socialdemócratas rusos para constituir el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR). Este fue el único congreso que pudo realizar el partido en Rusia durante el zarismo. Por seguridad, tuvieron que quemarse las actas del congreso. El partido era pequeño, débil y constituido por grupos con tendencias nacionalistas (como el Bund[iii]) y otras tendencias ajenas al marxismo, pero fue el inicio de un partido que removería los cimientos de la sociedad capitalista.

Después de cumplir si sentencia, Lenin se mudó a Pskov, una pequeña ciudad a las afueras de San Petersburgo. Desde su llegada, se entregó a retomar la tarea de construir un periódico marxista en Rusia, pero ahora contaba con el respaldo del POSDR.

Durante estos años, en Rusia y el mundo, se habían gestado tendencias que se desviaban del marxismo como el economicismo[iv] o el revisionismo[v], incluso muchas de estas tendencias estaban dentro del POSDR. Por esto, la tarea de los auténticos marxistas estaba en combatir al enemigo externo (el capitalismo) tanto como al enemigo interno (las tendencias).

Gracias a la experiencia del Rabóchei Dielo, Lenin entendió que no era posible imprimir el periódico en Rusia debido a la represión. Por esto, decide mudarse él y su operación a Zúrich, Alemania para imprimir el periódico desde ahí y enviarlo a Rusia. Este es el nacimiento de Iskra (la chispa).

Para sacar adelante el periódico, Lenin buscaba apoyarse en Plejanov y el Grupo Emancipación del Trabajo, pero este grupo le dio una terrible sorpresa. La lucha contra las tendencias tenía muy debilitada a la organización. Esto se vio reflejado en la fuerte guerra que el grupo realizó contra las tendencias no marxistas del movimiento obrero en Rusia a través del periódico. A pesar de eso, el periódico tuvo un gran éxito en Rusia. Durante todo el periodo intercongresal (entre el I y II congreso del POSDR) Iskra creció como una tendencia fuerte dentro del POSDER, esto tendría un peso particular en el II congreso.

En Julio de 1903 se llevó a cavo el segundo congreso del POSDR en Bruselas. Desde antes del congreso (durante el invierno 1902-1903) se había desarrollado una fuerte lucha de tendencias dentro del partido. Por esto, se esperaba un congreso muy convulsivo, pero resulto ser más de lo que se esperaba. En las primeras sesiones del congreso, se dio la esperada salida de los “Bundistas” y los economicistas. Ya se esperaba que estas tendencias fueran sacadas del partido. Parecía que la tendencia Iskra controlaba totalmente el parido, pero no fue tan sencillo.

En la 22º sesión del congreso se dio un enfrentamiento entre dos tendencias dentro de Iskra. Martov y Lenin se involucraron en un debate sobre una cuestión que en el momento parecía irrelevante. Debatían sobre quién era militante del partido y quién no. Martov aseguraba que era suficiente pagar cuota y vender periódico; por otro lado, Lenin insistía en que era necesario vender periódico, pagar cuota y asistir a las células del partido regularmente. Esta discusión organizativa, aunque pareciera insignificante, implicaba dos partidos diferentes. Martov mantenía la tendencia a pequeños círculos, mientras que Lenin apuntaba a la construcción de un partido de cuadros políticos[vi] capaz de convertirse en un partido que llevara a las masas rusas al poder.

Esta controversia se sumó a otra sobre la reducción del comité de redacción a solamente tres miembros[vii]. Al final del congreso, la mayoría del partido votó con Lenin. De esta formar se irían perfilando gradualmente dos tendencias opuestas que en el futuro y de manera ya mas configuradas, serian conocidas como Bolchevique (la mayoría) integrada por Lenin y su compañeros, y a la de Martov, la Menchevique (la minoría). Al principio, esta división parecía injustificada, pero con el tiempo se demostraría que estas dos tendencias tenían puntos de vista radicalmente diferentes.

Durante los próximos años las tensiones dentro del partido, y especialmente en Iskra aumentaron. Los miembros del comité de redacción, incluyendo a Plejanov, empezaron a girar hacia el lo que después sería conocido como Menchevismo. En general,  el POSDR empezó a ser controlado por los futuros mencheviques, la minoría se volvió mayoría. Esto dejó a Lenin y a sus partidarios al margen.

Por otro lado, en el lapso entre el segundo y tercer congreso las diferencias políticas entre los futuros bolcheviques y mencheviques se empezaron a manifestar. Los seguidores de Lenin mantenían una política marxista dura, mientras que Martov y sus camaradas se dejaron influir por tendencias ajenas al marxismo, cada vez tendiendo más al oportunismo.

En este contexto, Lenin empieza a trabajar en el periódico Vpered (adelante) en 1904. Todos esperaban el congreso de 1905, pero en ese año pasó mucho más. En 1905 estallo una gran insurrección obrera que culminó en una huelga general, con la formación de los Soviet[viii]y, finalmente, con la constitución. Por primera ves, como nunca antes, el proletariado imprimía su huella en los acontecimientos por medio de la heroica y trascedente revolución de 1905.

Este movimiento fue una auténtica escuela de formación para los marxistas. La experiencia de 1905 jugó un papel capital en la conquista del poder en 1917. Esto se vio reflejado en el avance del partido. Durante los siguientes congresos, la fracción de los futuros menchevique fue evidenciando su oportunismo[ix] y, por esto marginada. Por otro lado, le fracción  de Lenin se fortaleció, el partido creció numéricamente y logró las reintegración del Bund.

En 1910, se dio el congreso de la II Internacional[x]. Esto fue un impacto para Lenin, pues sintió que se desarrollaba una fuerte tendencia ajena al marxismo en toda la internacional.  Este mismo año, Lenin vio a su madre por última vez en Estocolmo, pues ella murió poco tiempo después.

Lenin pasa un largo periodo en el exilio por la represión que se desarrollo en Europa. Pasó años difíciles para mantener a su familia.

Después, entre 1912 y 1914, Lenin trabajó en el legendario periódico Pravda. Este trabajo permitió difundir las ideas del marxismo entre los trabajadores rusos. Lograron consolidar una base solida de influencia entre los trabajadores más avanzados. Lamentablemente, la I guerra mundial interrumpió el trabajo del periódico, mandó a Lenin al extranjero y, especialmente, planteó una fuerte prueba para las ideas del marxismo  a nivel internacional.

Durante este periodo, se vivió una brutal controversia dentro de la II internacional. Kautsky y una gran parte de la internacional, particularmente la sección alemana, estaba apoyando la guerra mundial desde sus respectivos países. Esto evidentemente planteaba un abandono de los principios básicos del marxismo. La guerra no era otra cosa que la lucha entre capitalistas por el mercado, los marxistas no debían apoyar la guerra. Por esto, durante los primeros años de la guerra, Lenin trabajó con los sectores de la II internacional que no apoyaban la guerra. Este trabajo terminaría siendo una de las más grandes aportaciones de la vida de Lenin.

Mientras Lenin se hallaba en Europa, en el interior de Rusia se profundizaban las tensiones. Rusia fue el país de la Triple Entente que pagó más fuertemente el costo en vidas de la guerra. Compartiendo frontera con Alemania, Rusia vivió el horror de la guerra de trincheras de primera mano. A principios de 1917, la huelga de las textileras en Petrogrado, antes San Presburgo[xi],  llevó a una huelga insurreccional y a la dimisión del Zar Nicolás II. Esto llevó a un periodo de gobierno provisional que termino cayendo en manos de Kerensky y los Social- Revolucionarios[xii]. La caída del Zar marcó el inició de el proceso revolucionario mas trascendente hasta el momento en la historia moderna y del movimiento obrero de todo el mundo.

En aquel momento, el partido Bolchevique era dirigido por Kamenev y Stalin quienes decidieron apoyar al gobierno provisional. Pero, en abril, Lenin entró clandestinamente a Rusia a través de Alemania. Y a su regreso planteó un fuerte cambio al partido que empezó a aglutinar a un sector que sentía que el gobierno provisional no estaba respondiendo a las necesidades de la clase obrera. Por esto, Lenin lanzó una fuerte campaña de apoyo crítico sobre el gobierno provisional, llamándolo a romper con la burguesía y a llevar la revolución adelante. Esto planteó fuertes críticas por parte de las bases al gobierno.

Pero el gobierno de Kerensky respondió en Julio con represión. Encarceló a Trotsky y Lenin tuvo que irse a la clandestinidad.  Pero, en estos mismos días, Kornilov, un general pro zarista se levantó en contra de Kerensky el cual sabía que lo único que podía hacer era dejar que los bolcheviques organizaran la resistencia contra Kornilov, pero evidentemente no se quedarían ahí. La derrota del intento de golpe de estado impulsado por Kornilov en setiembre del 1917, se transformó en un nuevo punto de inflexión que fue correctamente aprovechado por Lenin para facilitarle el camino a los bolcheviques para ganar el apoyo de las masas hacia su programa y para la conquista del poder.

Finalmente, en la madrugada del 24 de octubre de 1917, en la víspera del congreso de los soviets, los bolcheviques se apoderaron de los medios de comunicación, los ferrocarriles y, finalmente, la sede del estado. Así se dio la toma del poder dando vida al primer del estado obrero ruso: el sueño de la vida de Lenin.

Días después, en el segúndo congreso del Soviet, se establece oficialmente el gobierno socialista. En sus primeros días, el nuevo gobierno obrero dio solución a todas las reformas a las que se había comprometido. Pero la revolución estaba lejos de terminar. En 1918, Rusia firma la paz con Alemania y sale de la Primera Guerra Mundial. Pero el Estado obrero en Rusia implicaba una amenaza para el capitalismo a nivel internacional. Por un lado, los estados burgueses del mundo se entregaron a una guerra sin cuartel contra el joven gobierno ruso. En un transcurso de pocos años, alrededor de 20 ejércitos extranjeros atacaron Rusia. Para responder a esto, Lenin encomendó a Trotsky la formación del Ejército Rojo, un batallón de obreros y campesinos organizados para defender la revolución. El ejército Rojo logró derrotar las amenazas externas, pero no lo hizo solo: en todo el mundo, las noticias del triunfo de la revolución obrera en Rusia provocaron gran ánimo entre los obreros. En muchos lugares como Inglaterra o España se llevaron a cabo huelgas en apoyo a la revolución y contra la intervención internacional en Rusia. Esto tendría gran importancia en la vida de Lenin.

Mientras el Ejército Rojo resistía la invasión, el Estado ruso llevó a cabo la repartición de tierra y varias reformas como el aborto legal, el voto a la mujer, educación laica y gratuita y una fuerte campaña de alfabetización. En este mismo año, se definió que el Partido Bolchevique cambiara su nombre a Partido Comunista.

En este mismo año, Lenin fue víctima de un atentado por parte de los Social-Revolucionarios, sufriendo un disparo en el pulmón y dos en el hombro. Tardó un tiempo en recuperarse, pero buscaba volver al trabajo lo antes posible.

En 1919, aprovechando el gran animo que había entre los trabajadores del mundo por la revolución de octubre, Lenin dio una lucha que terminó en la fundación de la III Internacional o Internacional Comunista[xiii]. Un  intento de aglutinar a las fuerzas del marxismo a nivel internacional. Lenin consideraba  esto una de sus mayores aportaciones a la lucha revolucionaria, pues para él era imposible que la revolución rusa triunfara al margen de la revolución socialista a nivel internacional. El socialismo no puede triunfar sino es en todo el mundo.

Durante todo este periodo, la salud de Lenin fue decayendo. En 1922 sufrió un infarto, que le dificultó su trabajo en el gobierno. Un segundo y tercer infarto entre 1922 y 1923 lo forzaron a retirarse a la provincia de Gorki. Finalmente, el 21 de enero murió a los 53 años.

Su muerte fue sin duda un fuerte golpe político para los bolcheviques, para la clase obrera rusa y para los proletarios de todo el mundo. Durante un largo periodo antes de su muerte, una camarilla burocrática dirigida por Stalin se fue apoderando del partido. Después de su muerte, Stalin se apoderó del gobierno. Un ejemplo dramático de esto fue que, mientras Trotsky luchaba junto al Ejército Rojo a las afueras de Rusia, se le notificó de la muerte de Lenin y se le dijo que no había tiempo para que el llegara al funeral de su camarada debido a la fecha. Pero después se demostró que la fecha había sido falsificada para evitar la presencia de Trotsky en el funeral de Lenin.

El funeral de Lenin fue un acto de masas. Después de su muerte, la capa burocrática estalinista se encargó de volver a Lenin un ídolo para decapitar sus ideas políticas, que no tenían nada que ver con lo que luego fue el degenerado estado burocrático de la URSS encabezado por Stalin. Con el objetivo de intensificar el culto a la personalidad y dejar carente de contenido al bolchevismo, Stalin y su camarilla le cambió el nombre a la ciudad de Petrogrado por Leningrado en 1924.

Hoy, a 86 años de la muerte del camarada Lenin es momento de estudiar las enseñanzas que nos dejó plasmadas en si vida y documentos. A casi 20 años de la desintegración de la URSS, los ideales del camarada Lenin siguen vivas. Hoy más que nunca es evidente la total bancarrota del capitalismo a nivel internacional. Hoy más que nunca es evidente la necesidad de la revolución socialista en todo el mundo.

¡Todo el Poder a los Soviet!

¡Pan, Paz y Tierra![xiv]

¡Proletarios de todos los países: Uníos!



[i] Un movimiento político ruso de la segunda mitad del siglo XIX que reivindicaba que el campesinado era la única clase capaz de llevar a cabo una revolución. Durante un largo periodo, su política fue ir a los pueblos campesinos para hacer agitación. Pero al ver el fracaso de esta táctica, se dio un giro táctico hacia el terrorismo individual.

[ii] La burocracia zarista entendía el peligro que el marxismo representaba en un país tan azotado por el hambre y la miseria como Rusia. Por esto, las obras de Marx eran censuradas y, en muchos casos ni siquiera existían en ruso. Pero, debido al carácter “abstracto” y complicado de El Capital, los burócratas pensaron que no era una obra peligrosa y la permitieron. Esto fue un error, los círculos marxistas rusos compraban muchas copias del libro, las deshojaban y repartían los fragmentos entre los obreros y estudiantes que los seguían.  Para difundir así las ideas de Marx.

[iii] El Bund es una organización de trabajadores judíos Rusia. Aunque reivindicaban ideas socialdemócratas, defendían la independencia de su organización dentro del partido para trabajar con la nacionalidad judía oprimida.

[iv] Una tendencia que planteaba que los obreros solamente saldrían a la lucha por consignas económicas y que eran incapaces de tomar consignas políticas.

[v] Una tendencia que planteaba que era necesario “revisar” los textos marxistas. Pensando que realmente no existía la lucha de clases como Marx la entendía.

[vi] Militantes políticamente preparados y capaces de construir y dirigir el partido.

[vii] Esto de vinculó con el hecho práctico de que realmente no era posible reunir todo el comité de redacción que era originalmente de 6 miembros. Por otro lado, el número impar permitía llevar a cavo decisiones a través del voto más fácilmente.

[viii] Comitees coordinadores del movimiento. En este tenían representación todos los sectores en lucha como obreros, campesinos, soldados. Por otro lado, también había representación de las organizaciones que participaban en el movimiento. En un sentido, la organización de los Soviet fue el embrión del estado obrero.

[ix] Un ejemplo de esto fue la convocatoria al quinto congreso. Los mencheviques convocaron a un congreso amplio para incluir anarquistas, economicistas y otras tendencias ajenas al marxismo, Como respuesta, el resto del partido hiso el congreso sin ellos.

[x] Organización internacional de partidos socialdemócratas dirigida por Karl Kautsky. En este momento aun se reivindicaba marxista y era un referente para los socialdemócratas del mundo.

[xi] Aquí cabe aclarar que, entre 1914 y 1924, San Petersburgo fue llamado Petrogrado.

[xii] Un grupo de tendencia populista que reivindicaba consignas tales como la reforma agraria. Después de 1918 degeneran al terrorismo y terminan vinculados al atentado contra Lenin.

[xiii] Un ejemplo de esto es que la CNT española, a pesar de ser anarquista, fue presionada por sus bases para unirse a la III Internacional.

[xiv] ¡Todo el poder a los Soviet! Y ¡Pan, Paz y Tierra! Son consignas emblemáticas usadas por Lenin durante 1917.

 

La Fundación Federico Engels es hoy por hoy la editorial marxista más importante en todo el mundo, pero además ha sido clave inestimable para formar secciones de la Corriente Marxista Internacional  en distintos países, y poder llevar las ideas del genuino marxismo a los escenarios más convulsivos en el terreno de la lucha de clases en el último periodo.

Para los marxistas es fundamental poder rescatar las ideas de los clásicos del marxismo ante toda la basura que ha puesto encima la burguesía y el estalinismo, y más aun nos parece fundamental llevar estas ideas a la práctica construyendo una alternativa socialista el movimiento obrero en cada rincón del mundo, la literatura marxista en todas sus presentaciones ha servido a través de diversas generaciones a sacar conclusiones y dar pasos adelante para la construcción de un futuro mejor, una y otra vez se ha demostrado la fuerza y el potencial de esta poderosa herramienta de lucha. Para comprender al marxismo no sólo basta repetir las mismas ideas generales una y otra vez, ante todo es necesario estudiarlo y contrastarlo día a día con la realidad, no perdiendo jamás el vínculo con el movimiento obrero.

Invitamos a todos los lectores del movimiento obrero mexicano a retomar el marxismo, esta síntesis de la experiencia de muchos años del movimiento obrero. Ponte en contacto con tu vendedor habitual de nuestro periódico “Militante” o a través de:

www.militante.org, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 044 55 40 81 09 97

“Sin teoría revolucionaria, no hay práctica revolucionaria”

 

Recientemente, el 13 de noviembre pasado, en uno de las secciones en línea de la revista Proceso, Prisma Internacional, se publicaron una serie de entrevistas con algunos dirigentes de organizaciones consideradas trotskistas de México, todas ellas como parte de un artículo titulado El trotskismo y la revolución pendiente.

Aprovechando la estancia en México de Alan Woods, dirigente de la Corriente Marxista Internacional, se le entrevisto también.

Realmente el sentido del reportaje es dar un vistazo a la visión que las organizaciones que se consideran trotskistas tienen respecto a la actual situación del país y al mismo tiempo valorar que criterios consideran los más adecuados para su posible convergencia.

Nosotros como parte de la Corriente Marxista Internacional, sostenemos por supuesto los puntos de vista expuestos por el camarada Alan Woods, además de ello tendríamos que hacer algunas consideraciones respecto del reportaje en su conjunto.

Una primera apreciación es que todo proceso de fusión o debate entre los distintos grupos que se consideran herederos de las ideas de Trotsky que esté al margen de los proceso de lucha de los trabajadores carece de sustentos firmes, una fusión o una ruptura sin vínculos con las masas pesa lo mismo que un viento suave para una montaña.

En el seno de las organizaciones de masas, en donde los distintos programas se ponen a prueba, es donde  podemos construir auténticos procesos de convergencia, no sólo entre los distintos grupos que se consideran trotskistas, sino también entre aquellos de otras tendencias de izquierda revolucionaria e incluso entre aquellos trabajadores que emergen a la lucha por primera vez.

Cuando Ted Grant señala: “fuera del movimiento obrero no hay dada” simplemente quiere decir que en la lucha real de los trabajadores  se podrá construir el partido de los trabajadores y esa es una tarea que no se puede suponer realizada simplemente proclamándose “el partido revolucionario” mucho menos uniendo dos o tres grupos en uno cuando la tarea es ganar a las masas a la lucha por la revolución socialista.

Un detalle a explicar es el hecho de que una entrevista corta no sólo impide exponer con toda la extensión necesaria nuestras ideas, y además, incluso, puede provocar confusiones e interpretaciones incorrectas. Es por ello que para profundizar en nuestras ideas y conocer mas en detalle lo que Militante en México, así como la Corriente Marxista Internacional, opinan y proponen sobre los diferentes procesos de la lucha de clases en nuestro país y en el mundo, invitamos a los trabajadores y a los jóvenes a visitar y leer directamente nuestros materiales políticos en esta página web y en In Defence of Marxism: www.marxist.com

Por ejemplo, respecto a la caracterización del PRD y su dirección le sugerimos a nuestros lectores el documento titulado La Tendencia Marxista Militante: Quiénes somos y qué defendemos (http://militante.org/quienes-somos-que-defendemos)

Finalmente una aclaración mas, el reportaje hace repite en que Militante surge de grupos de la UNAM, cuestión que  no es exacta ya que nuestros primeros cuadros también provenían del IPN y otros centros de estudio como la ENAH.

Invitamos a nuestros lectores a  revisar el reportaje señalado en el siguiente enlace:

El trotskismo y la revolución pendiente
(http://www.proceso.com.mx/suplementos_articulo.php?articulo=73949)

Al mismo tiempo que se lanza este miserable ataque contra el SME y contra Ly FC, al mismo tiempo por todo el mundo se suceden luchas muy importantes que a decir verdad todas se relacionan. En el fondo todas ellas significan una búsqueda de alternativas contra el capitalismo. Todos hemos probado lo que significa este régimen de miseria y hambre y eso es lo que ha levantado las luchas que vemos día a día.

La Tendencia Marxista Militante tiene en su página web: militante.org todo un conjunto de artículos y materiales donde los marxistas damos nuestro punto de vista sobre estos acontecimientos.   Te invitamos a que ingreses a esta web y al mismo tiempo a que nos ayudes a construirla, mándanos informes de lo que ocurre en tu centro de trabajo, mándanos opiniones sobre lo que se debería de hacer para fortalecer la lucha, mándanos fotos o todo el material que tu creas que ayuda a defender nuestros puestos de trabajo.

De esta manera, nutriéndonos de las luchas en otros países y en otros momentos, difundiendo lo que ahora ocurre en el SME, es como podremos nutrirnos de la experiencia necesaria para lograr este importante triunfo.

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