A noventa años de su asesinato, su legado más vigente que nunca
“Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ya no estáis en este mundo, pero seguís entre nosotros; viviremos y lucharemos animados por vuestras ideas, bajo el influjo de vuestra grandeza moral y juramos que si llega nuestra hora moriremos de pie frente al enemigo, como vosotros habéis muerto…”
(León Trotsky 19 de enero de 1919)
El 15 de enero de 1919 murieron asesinados Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. La primera era, sin duda, la principal teórica de la socialdemocracia alemana de principios de siglo XX y el segundo era uno de los más carismáticos y consecuentes activistas de la lucha antimilitarista durante de primera guerra mundial. Ambos eran baluartes de la lucha por el socialismo internacional.
Fueron asesinados por el inmenso terror que provocaba en los dirigentes de socialdemócratas oficialistas la posibilidad de que la revolución, que había estallado en noviembre de 1918 en Alemania, desembocara en otro triunfo del proletariado como lo fue la revolución rusa de 1917.
El Partido Socialdemócrata Alemán (PSD), se había construido sobre la fusión de las organizaciones marxistas y lasalleanas (reformistas) en 1875. La base de esta fusión fue la necesidad de unidad del movimiento obrero, no obstante, una serie de concesiones de los dirigentes marxistas de aquel entonces, Wilhem Liebknecht y August Bebel, permitieron que muchas de las ideas y prejuicios lasalleanos subsistieran en el seno del partido, esto pese a las advertencias de Marx y Engels. A la muerte de los dos fundadores del socialismo científico, la política de concesiones continuaba, no obstante, las leyes antisocialistas que condenaban al PSD a la ilegalidad impedían que las tendencias reformistas afloraran.
Ante la caída de Bismarck, en 1890, el partido entró en la legalidad iniciándose una convivencia en la cual decenas de miles de funcionarios sindicales, de las cooperativas, de los medios de comunicación y en general todos aquellos que tenían que relacionarse de una u otra forma con el estado, se volvió cada vez más fuerte.
La prosperidad que, casi de forma continua, se extendió entre 1890 y 1910 generó en la dirección de la socialdemocracia la sensación de que la revolución no sólo no era necesaria, sino que, incluso no era deseable.
Por supuesto, los obreros alemanes habían hecho crecer al PSD y a los sindicatos sobre la creencia de que estos eran instrumentos para la transformación de la sociedad, esto lo sabía la cúpula del partido, por lo que, mientras no hubiera necesidad, la mayoría de los dirigentes socialdemócratas no vacilaban en repetir su esperanza por el futuro socialista y por el fin del capitalismo.
No es casual que los auténticos defensores del marxismo revolucionario en el PSD no provinieran de las altas esferas: Karl Liebknecht había nacido el 13 de agosto de 1871 en Berlín. Toda su niñez y juventud no conoció más que ilegalidad, persecuciones y pobreza. Su padre, el viejo Wilhem Liebknecht fue, hasta su muerte en 1904, un alto dirigente del partido sin que ello le significara la más mínima ventaja respecto a su carrera política. Por sus propios medios, es electo como diputado al parlamento de Prusia, luego de una campaña contra el militarismo que le valió una condena en la cárcel.
Para 1912 Liebknecht, el joven, es electo diputado al Parlamento del Reich. En el papel de diputado se encontraba cuando estalla la guerra de 1914. Rosa Luxemburgo lo describe como un febril activista que parece no cansarse nunca. Él no era un dirigente de primera fila, tan sólo era un revolucionario convencido de que el PSD era el partido de la revolución y que sus militantes debían actuar como tal. Cuando estalló la guerra, pese a estar en contra de votar los fondos económicos para la misma, participó en la primera votación a su favor. Después, cuando comprendió que ni Kautsky ni ningún alto dirigente más se lanzaría realmente a la lucha, se rebeló y emprendió la lucha contra la guerra imperialista. En la siguiente oportunidad (diciembre de 1914) ante la mirada de odio de sus propios compañeros votó en contra de los créditos de guerra. El ambiente no podía ser más confuso, de pronto el PSD pasó de ser enemigo a aliado del régimen. A partir de entonces, Liebknecht se convirtió en un símbolo de la lucha contra la guerra. Pese a que fue movilizado, no cesaron sus actividades revolucionarias lo que le significó la expulsión del partido en 1916 y su encarcelamiento ese mismo año.
Rosa Luxemburgo era en muchos sentidos una representante de los sectores oprimidos en el imperio alemán. Era de origen polaco, nació en Zamosc el 5 de marzo de 1871, en el seno de una familia judía y para completar el cuadro, era mujer. Muy joven inició junto con su inseparable compañero, Leo Jogiches, el trabajo de organización del movimiento obrero revolucionario polaco. En 1893 formaron el Partido Socialdemócrata del reino de Polonia y Lituania.
Como los marxistas de este tiempo, luchó contra las tendencias economicistas y reformistas, tratando de consolidar un movimiento político de los trabajadores con un claro perfil internacionalista, cuestión que muchas veces le llevó al extremo de negar la cuestión nacional entrando en fuertes polémicas con Lenin y otros revolucionarios de la época.
Con todo, Rosa era, a principios del siglo XX, una de las principales teóricas de la segunda internacional. Comprendiendo la importancia estratégica de Alemania para la revolución internacional, se trasladó a dicho país adquiriendo la nacionalidad por medio de un matrimonio falso.
En Alemania fue la más férrea defensora del pasado revolucionario del PSD, incluso incomodando al “centro marxista” de Kautsky, Bebel y Liebknecht padre, los cuales siempre optaban por la política de compromisos que tanto les reprochara Marx.
A su combate contra el reformismo dentro del PSD le siguió el estudio sobre el estallido de la revolución rusa de 1905. En ese mismo año fue detenida por participar en la reorganización del partido polaco junto con Leo Jogiches.
Luego de una temporada en la cárcel se trasladó nuevamente a Alemania donde trabajó activamente en las escuelas de formación política del PSD. De esta época proviene su estudio sobre la acumulación del capital, que la lleva a suponer la posibilidad de una gran crisis mundial capitalista, cuando el proceso de industrialización eliminará las diferencias entre los países coloniales y los capitalistas avanzados.
Conforme arreciaba su crítica contra el reformismo y la pasividad del partido ante acontecimientos como la revolución rusa, dentro del PSD su situación era cada vez más difícil, su relación con el comité ejecutivo se enfriaba al grado que pasaba serias dificultades, incluso para ser delegada a los congresos del partido. Desde esta época, Rosa advertía que la dirección del partido sería incapaz de enfrentar los retos que representaba el estallido de la guerra. En ese aspecto, Lenin y Trotsky siempre reconocieron que ella fue la primera en reconocer el reformismo de la dirección del PSD, elemento estratégico para adoptar una táctica revolucionaria correcta. Lamentablemente, en lugar de oponer a este reformismo la construcción de una poderosa fracción organizada, Rosa confiaba que el movimiento de masas sabría superar ese problema por sí mismo.
Consideraba que a pesar de su dirección, los obreros lograrían, en función de sus propias experiencias, corregir el camino y avanzar a la victoria, casi espontáneamente. Como en todos los problemas a los que quiso dar una repuesta teórica, Rosa tenía fundamentalmente la razón, aunque lamentablemente sus puntos débiles se encontraban en la falta de consideración de muchos elementos de los procesos a los que no les daba la importancia necesaria para el equilibrio, que llevó a Lenin y Trotsky, al triunfo de la revolución Rusa. En este caso, su mayor virtud, la confianza en las masas, no le permitió dar la importancia necesaria a la organización revolucionaria. Rosa desestimaba los elementos de contrarrevolución, que no escatimarían esfuerzos para aplastar el movimiento.
Cuando estalló la primera guerra se encontraron Rosa, la teórica, y Karl, el activista, unidos junto con otras personalidades de la izquierda del PSD, en el grupo internacional, que después tomó la forma de la “Liga Espartaco”, en función de los análisis sobre la situación en Alemania, que Rosa escribió bajo el seudónimo de Junius.
Como hemos señalado, desde 1916 Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht permanecieron en la cárcel. Pese a ello, Rosa no cesó su trabajo teórico por medio de la Liga Espartaco, la cual actuaba como una fracción dentro del Partido Socialdemócrata Independiente y una edición a la izquierda del PSD.
Desde la cárcel, Rosa saludó el estallido de la revolución de octubre en Rusia, aunque sosteniendo su visión crítica sobre los peligros que esta enfrentaba no dudó que, con este paso, la necesidad de un estallido revolucionario en Alemania era más urgente que nunca; y una obligación, para los revolucionarios alemanes.
La ocasión llegó el 4 de noviembre de 1918 cuando 40 mil marinos se insubordinaron al ejército en Kiel. Unos días después Rosa y Karl estaban nuevamente libres. En un principio, los sucesos parecían dar la razón a Rosa, las masas estaban actuando casi sin dirección y construyendo un régimen de consejos de obreros y soldados, semejante al ruso, aún a pesar que el gobierno del Reich era presidido por los socialdemócratas liderados por Friedrich Ebert.
Todo Alemania era un hervidero revolucionario, el ejército se estaba desmoronando y la vieja maquinaria de gobierno estaba deshecha, tan sólo hacía falta organizar un nuevo régimen. Por el momento no había en torno a quién la reacción se reorganizara.
No obstante, la dirección del PSD estaba aterrorizada frente a la revolución social, la cual consideraba innecesaria ante la instalación de un régimen parlamentario.
Por todo ello, Ebert desde su posición de canciller del Reich, estableció alianzas con los sectores más reaccionarios de lo que quedaba del ejército y de la burocracia del estado para sofocar la revolución.
Por su parte la revolución avanzaba en función del ímpetu creador de las masas, pero se daban paradojas. Como el hecho de que mientras a principios de noviembre los obreros habían formado sus propios soviets, elegían como sus representantes a dirigentes socialdemócratas. De hecho el congreso de soviets de Alemania eligió a Friedrich Ebert como su presidente de consejo de comisarios del pueblo. La razón es muy simple: ellos creían que el PSD era el partido revolucionario que generaciones anteriores habían construido y no existía otra alternativa, incluso los independientes no eran en el fondo muy distintos del PSD oficial, el Partido Comunista aún no existía.
No era extraño este proceso, también en Rusia los primeros consejos fueron encabezados por reformistas. La diferencia fue que en Rusia había un partido bolchevique fuertemente organizado y curtido con dos décadas de actividad, a quienes los obreros conocían, aunque en un principio dudaran de su programa. Los hechos y el trabajo paciente y enérgico de los bolcheviques les permitió lograr la mayoría en los soviets y tomar el poder.
En Alemania, ese partido bolchevique no existía y el trabajo de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht era construir dicha organización antes de que los acontecimientos se precipitaran. Rápidamente formaron un periódico: Die Rote Fahne (La Bandera Roja). Trataron de coordinar los esfuerzos para constituir el Partido Comunista Alemán, cuestión que lograron a finales de diciembre de 1918.
No obstante la maquinaria contrarrevolucionaria se encontraba en marcha, la dirección del PSD encargó a Gustav Noske la organización de un cuerpo de voluntarios, o grupos paramilitares (Freikorps) en los cuales confiar, ya que en repetidas ocasiones los soldados se habían negado a ahogar en sangre a la revolución. Los Freikorps tenían un odio mortal contra todo lo que fuera organización obrera y por supuesto contra sus dirigentes, esto incluía al conjunto de los socialdemócratas. El tiempo se encargó de demostrar cómo al mismo tiempo que ejecutaban las órdenes de Ebert y Noske para ahogar en sangre a la revolución, adquirían confianza en sí mismos para tratar de acabar con el conjunto del movimiento obrero y tomar el poder ellos mismos. Los socialdemócratas de derecha pueden presumir de haber ayudado a dar los primeros pasos a lo que después se constituiría como el partido Nazi.
Para enero, la tensión entre el gobierno y los obreros más concientes se agudiza: de una forma similar a las jornadas de julio rusas, los trabajadores responden a una provocación montada en su contra con movilizaciones armadas, no obstante no había aún las condiciones para que las masas derrocaran al régimen de Ebert, de hecho la gran mayoría de los trabajadores creían que este último estaba con la revolución, de este modo, la provocación tenía como objetivo obligar a los trabajadores más radicalizados a lanzarse a la lucha para derrotarlos, y de este modo sofocar a la vanguardia que se organizaba y fortalecía.
Durante una semana, la primera de enero, la situación pareció incierta. Las masas, por cientos de miles se movilizaban pero no había ninguna estructura que les diera cohesión ni dirección, así que para el 9 de enero la vanguardia del movimiento se estaba quedando aislada: los trabajadores que participaron organizadamente no eran suficientes como para hacer frente a los destacamentos de Freikops que se habían concentrado en Berlín bajo un plan preestablecido. Karl y Rosa sabían que estaban siendo conducidos a una trampa pero el partido, imbuido por el ambiente de agitación, no pudo establecer una política de conducción y simplemente se dejó llevar por la situación. A diferencia de la retirada organizada de los bolcheviques en julio de 1917. El 12 de enero de 1919, una vez que quedó claro que la oleada de movilizaciones de masas había pasado, comenzó la cacería. El objetivo eran algunos miles de obreros y comunistas pero había particularmente la consigna de cazar y matar a Karl y Rosa.
El día 15 de enero fueron detenidos, torturados y asesinados, con el beneplácito de Ebert y Noske, los cuales, según las confesiones de los asesinos materiales, fueron comunicados sobre la detención y consultados sobre el destino de los detenidos.
Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo eran concientes de su posible fin. Muchos años antes, en 1906, Liebknecht había retomado una frase de Bebel que convirtió en su credo, cuyo espíritu lo impulsó a ir hasta donde estaba, claro que su seguridad personal era lo de menos:
"Hay situaciones en la vida de los partidos como en la de los pueblos en donde les es necesario alentar el combate enérgicamente, incluso a riesgo de una derrota"
Y posteriormente el mismo sentenció:
"Kaiser, generales, capitalistas y vosotros -Scheidemann que estranguláis a Bélgica, que devastáis el norte de Francia y queréis dominar el mundo entero- yo os desprecio, os odio, os declaro la guerra, una guerra que estoy dispuesto llevar hasta el final"
Rosa, con su confianza inquebrantable en el potencial revolucionario de las masas declaraba antes de morir:
"El liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución. Las masas estuvieron a la altura; ellas han convertido esta derrota en una de las derrotas históricas que serán el orgullo y la fuerza del socialismo internacional. Y esto es por lo que la victoria futura surgirá de esta derrota”
“¡El orden reina en Berlín! ¡Estúpidos secuaces! Vuestro 'orden' está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará vibrante y anunciará con su fanfarria, para terror vuestro: ¡Yo fui, yo soy, y yo seré! Socialismo o barbarie"
Ahora, que se cumplen noventa años del atroz asesinato, sería muy bueno recordar a nuestros mártires estudiando seriamente sus aportaciones teóricas, muchas de las cuales son más vigentes hoy que cuando se escribieron. Al mismo tiempo es necesario convertir esa confianza revolucionaria en acción militante. Rosa y Karl siguen vivos en la lucha por el socialismo. Ahora que la sociedad capitalista lleva nuevamente al mundo a una espiral de crisis, miseria y guerra, los socialistas podemos decir que somos los únicos que rechazamos las visiones apocalípticas, tenemos confianza en el futuro aunque la burguesía nos deje solo ruinas. Sobre las enseñanzas de gigantes como Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht la victoria final llegará.
Enero de 2009.Las ideas marxistas, más vigentes que nunca
La columna del periodista Julio Hernández es una de las más leídas por los lectores habituales de La Jornada. Ésta se ha caracterizado por mantener una línea constante de crítica ante los gobiernos de Fox y, ahora, del espurio Calderón; por eso no es casualidad que sea una de las preferidas de este periódico. El pasado martes 16 de diciembre, Julio Hernández entre todos los correos que le son enviados diariamente, reprodujo uno en el cual se cita un párrafo de Razón y Revolución de Alan Woods y Ted Grant, misma que refleja de manera clara el absurdo al que nos enfrentamos y nos enfrentaremos en el próximo periodo: un alud de despidos masivos, ocasionado por la ineptitud y avaricia de los patrones. Despidos que sólo podrán ser frenados por nosotros mismos, los trabajadores.
La cita que se menciona en el artículo* es la siguiente:
El trabajo es la principal actividad de nuestra vida. Nos preparamos para él desde pequeños. Nuestra escolarización está vinculada a él. Pasamos toda nuestra vida activa implicados en él. Sobre el trabajo reposa toda la sociedad. Sin él no habría comida, ni ropas, ni un techo, ni escuelas, ni cultura, ni arte ni ciencia. Realmente el trabajo es vida. Negar a alguien el derecho al trabajo no es sólo negarle el derecho a un mínimo nivel de vida; es privarle de la dignidad humana, separarle de la sociedad civilizada, hacerle su vida inútil y sin sentido.
El texto es enviado por un trabajador de Arcerol-Mittal en Lázaro Cárdenas donde ahora mismo se está librando una batalla en contra del despido injustificado de miles de trabajadores de esta emblemática mina.
Carestía y desempleo es lo que nos ofrecen los patrones. Organicémonos en Comités contra la Carestía y el Desempleo. Contáctanos aquí o a través de nuestro Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Diciembre de 2008.
Las recientes elecciones regionales demostraron que la inmensa mayoríade la población está con la revolución y quiere avanzar hacia elsocialismo, esto quedó demostrado con larecuperación de un millón de votos conrespecto al referéndum constitucional. Pero también reflejaron lo que venimosdiciendo desde hace un año: a una parte importante de la población (dosmillones de votos), que votó por el socialismo en las elecciones presidencialesdel año 2006, ya no se le moverá con discursos sino con hechos. La abstenciónde un sector importante del chavismo,fruto de su descontento hacia la burocracia, es una señal de alarma que reflejael peligro de la extensión de la apatía e incredulidad hacia la revoluciónentre un segmento de las masas. Paracombatir este peligro es necesario tomar medidas decisivas contra elcapitalismo, resolver los problemas acuciantes del pueblo, como única forma deatraer esos votos que se quedaron en casa o que prefirieron irse al parque.
La oposición esta combinando todas las formas delucha para aplastar al movimiento revolucionario de las masas. Antes de laselecciones ya explicamos que si la oposición ganaba gobernaciones y alcaldíassería para usarlas como base para unaofensiva reaccionaria contra la revolución. En tan solo pocos días hemos vistola confirmación de esta perspectiva y el ataque contrarrevolucionario de bandasfascistas con apoyo de las policías contra las misiones, casas del poderpopular, médicos cubanos, consejos comunales, CDI (uno de ellos quemado) ytodas las demás conquistas revolucionarias en aquellos lugares donde ha ganadola oligarquía.
Un nuevo período en la revolución ha comenzadomarcado por la agudización de la lucha entre revolución y contrarrevolución, yal mismo tiempo por una mayor polarización a izquierda y derecha dentro de lasfilas del movimiento bolivariano, entre reformismo y revolución. La profundacrisis del capitalismo mundial, que afectará enormemente a Venezuela,agudizará todas estas contradicciones.
Los desafíos a los que se enfrenta la Revolución Bolivarianason grandes. Hoy más que nunca es necesario que los obreros, la juventudrevolucionaria, campesinos y dirigentes populares (las fuerzas vivas de lasociedad) que luchamos a muerte por el triunfo de la revolución bolivariana nosdotemos de un programa marxista, que nos permita pelear efectivamente contra laburocracia y hacer del Partido Socialista Unido de Venezuela y de su secciónjuvenil auténticas herramientas para acabar con el capitalismo de una vez portodas, y comenzar la edificación de una sociedad socialista.
Igualmente ha comenzado el debate sobre lareelección presidencial. Los marxistas participaremos en primera línea junto alas masas en el debate y la campaña por la reelección del Comandante Chávez,con las ideas del marxismo revolucionario y combatiendo a las ideas de losreformistas como, por ejemplo, la economía mixta y la negativa a nacionalizar los medios deproducción. Comprendemos lo que las masas también comprenden: ¡la importanciade que la burguesía no retorne a lasilla presidencial!
La única forma de garantizar el triunfo de laenmienda sobre la reelección presidencial es que, al mismo tiempo que se debatey se hace campaña, se tomen medidas para acabar con el capitalismo. ¿Cuál es elmejor medio de garantizar la reelección, recuperar los votos y luchar contra elfascismo? Expropiar las principalespalancas de la economía que se encuentran en manos de los capitalistas que lasusan para organizar el fascismo, hablamos de la gran industria, de los bancos yde los latifundios.
Los marxistas luchamos por expropiar y arrancarde las manos de los capitalistas la gran industria (y todas aquellas que esténinfrautilizadas o en saboteo) y los monopolios, inseparablemente unidos a laimplantación del control obrero de la producción ¡Qué lo trabajadores abran loslibros de cuentas de las empresas! La única forma de impedir que las nacionalizacionescaigan en las manos de burócratas es por medio del control obrero de laproducción, es decir, Comités de Fábrica y Consejos de Trabajadores. De estamanera se podrían poner las empresas al 100% de su capacidad, sobre la base deun plan democrático de producción, decidido por los propios trabajadores y elpueblo organizado sobre la base de las necesidades de la mayoría. Así sepodrían decidir democráticamente las prioridades, los precios (ya no losfijarían ni capitalistas ni burócratas sino los trabajadores y el pueblo), segarantizaría el abastecimiento de artículos necesarios a toda la población, sepodría elaborar un plan masivo de construcción de viviendas y de modernizaciónde la infraestructura de todo el país, la creación masiva de empleo, mejoras delas condiciones laborales, etc.
También combatimos por la expropiación de losbancos bajo control de los trabajadores, organizados en consejos detrabajadores y en coordinación con consejos de usuarios. Sobre la base delcontrol de los trabajadores y el pueblo del sistema financiero se puede crearuna misión social para dar créditos baratos y con facilidades de pago a lospequeños comerciantes (constantemente golpeados por el gran capital yarruinados), acabar con la especulación de los bancos y garantizar que eldinero de los trabajadores y de toda la población esté seguro. Ésta seríatambién la mejor forma de ganarse a la clase media a las banderas de larevolución. Por ejemplo, la contrarrevolución les dirá a los comerciantes quela revolución y el comunismo le quitarán sus propiedades, el comerciante le dirá que ahora tienemejores créditos y mejores condiciones, que todos sus problemas están siendoresueltos. Así se gana a la clase media, demostrándole que la clase obrera escapaz de resolver sus problemas.
Para terminar con el saboteo de los burgueses yterratenientes es necesario expropiar el aparato agro productivo y loslatifundios bajo el control de los trabajadores del campo y campesinos, paraasí abaratar los precios de los alimentos y abastecer a la población. Creando,también, comités de abastecimientopopular donde participen delegados de los consejos comunales y de los consejosde campesinos, que supervisen la distribución y venta de estos productos paraacabar con el saboteo de la contrarrevolución a través del acaparamiento, laespeculación, los intermediarios, etc.
La crisis económica internacional delcapitalismo tendrá repercusiones en Venezuela. La caída del precio de lasmaterias primas arrastra también los precios del petróleo. En ese sentidotendrá un efecto en los presupuestos nacionales, será cada vez más difícilcubrir con la renta petrolera la histórica falta de insumos para el mercadointerno venezolano debido a la huelga de inversiones de la burguesía. El únicomodo que se puede levantar la producción nacional, permitir un desarrolloendógeno, es sobre la base de que la clase obrera se haga con el control detodas las empresas del país y, conforme a un plan nacional democrático, cubralas demandas de productos que necesita Venezuela.
La tarea fundamental de la clase trabajadoravenezolana es adueñarse del aparato productivo del país, extender la toma yocupación de fábricas, y demandar al gobierno nacional su nacionalización bajocontrol obrero para desarrollar una economía planificada. Esta es la tareafundamental que debería estar realizando ahora la UNT (Unión Nacional de Trabajadores). Partiendode las reivindicaciones particulares de cada empresa y sector, que en estecontexto entran en contradicción con la propiedad capitalista de las empresas, la UNT debe lanzar una campañanacional de ocupación de fábricas como medida efectiva para impulsar elsocialismo en Venezuela.
Al mismo tiempo se debe impulsar la organizaciónsindical en todo el país. Se deben poner los cimientos del estado obrero quetiene que sustituir al aparato del estado burgués, a través del desarrollo deconsejos de trabajadores en todas las industrias del país, tanto públicas comoprivadas. Así se puede establecer el control obrero de la producción. Estosconsejos deberían coordinar entre sí sobre la base de voceros elegibles yrevocables en cada momento.
La contrarrevolución está intentando ganar a unaparte de la oficialidad y de los generales en el ejército. Hay que lucharcontra los embriones fascistas en la FuerzaArmada con la creación de Comités de Soldados con derecho aelegir a sus mandos. Esto es un medio efectivo contra las conspiracionesfascistas y golpistas. Se debería reconocer el legítimo derecho de los soldadosa unirse al Partido Socialista Unido de Venezuela: sino los politiza laizquierda lo hará la derecha. La inmensa mayoría de la base del ejército sonhijos de trabajadores y campesinos que no tienen intereses en común con laburguesía.
La oposición está creando, financiando y organizandoa las bandas fascistas como ya ha hecho en Bolivia. Ya se ha puesto en marcha.El asesinato fascista de los dirigentes obreros en Aragua es una seriaadvertencia a todo el movimiento obrero. Debemos crear comités revolucionariosde autodefensa. Esto se puede hacer a través de la creación de batallones de lareserva en cada fábrica y centro de trabajo, vinculados a los sindicatosrevolucionarios, comités de fábricas, consejos de trabajadores y a los soldadosrevolucionarios. Crear comités revolucionarios de autodefensa en cada batallóndel PSUV, fábrica, aldea, pueblo, universidad, barrio, etc.
Con una economía nacionalizada y planificada porel conjunto de los trabajadores y el pueblo, se podría resolver el problema dela vivienda y la modernización del país, terminando con el desempleo, salariosy condiciones laborales dignas, con precios baratos de los alimentos y elcontrol sobre el sistema financiero y el crédito. Este programa es el único quepuede entusiasmar a la inmensa mayoría de la población a luchar por larevolución, incluyendo a la clase media, y ganar de nuevo a ese importantesector que se ha abstenido y que está descontento. Sólo es posible volverlos aganar mostrando sobre los hechos los discursos. Acabar con el déficit de vivienda,con la inseguridad, con el problema de la basura, de la inflación, de laespeculación, etc. solo es factible bajo una economía sin capitalistas ycontrolada por el conjunto de la clase obrera y el pueblo.
Hacemos un llamado a todos los obreros, jóvenes revolucionarios, campesinos y sectores populares a dotarnos deestas herramientas y de este programa, el programa del marxismo para combatiral oportunismo, al reformismo y al arribismo en las filas del movimiento bolivariano y del PSUV. Tomando todas estas medidas no sólo se recuperarían los votos perdidos en el referéndum constitucional sino que, incluso, sí podríamosluchar por los diez millones de votos. Este es el único programa que puede hacer realidad los más profundos deseos del pueblo, así como sentar las bases de un Estado Obrero Socialista. Una Venezuela socialista podría, a su vez,hacer un llamamiento a los trabajadores y pueblos del mundo a que siguieran elejemplo victorioso de la Revolución Bolivariana.
Jueves 4 de diciembre a las 6:30 p.m. entre el kiosco y la cafetería.
Dentro de las actividades de la semana del marxismo en la UAM Iztapalapa, se realizará la proyección nocturna de “la Revolución Congelada”. Este film fue prohibido en el periodo de Luis Echeverría por sus fuertes críticas al régimen priista y en especial al régimen del presidente, habla de las historias de los modernos esclavos en las haciendas, la CTM gansteril, la represión del 2 de octubre, la falta de libertades, en pocas palabras, de la institucionalización de la revolución. Se hace la invitación a los interesados.
Miércoles 3 de diciembre a las 2 de la tarde en el Auditorio 1 del edificio C. La próxima será la semana del marxismo en la UAM Iztapalapa, en la que realizaremos diversas actividades enfocadas a este tema. Una de ellas será la presentación del libro Reformismo y Revolución. El Marxismo y el socialismo del siglo XXI, la edición más reciente de la Fundación Federico Engels. Este libro es una respuesta al profesor Hans Dieterich; partiendo de la aplicación del Materialismo Dialéctico, Alan Woods muestra una exposición de la actualidad del marxismo en todos los terrenos del pensamiento. Invitamos a estudiantes y trabajadores a que asistan.
Del 1 al 5 de diciembre, de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. Entre el Kiosko y la Cafetería.
Por tercera ocasión en este año hacemos la invitación a la semana del marxismo en la UAM-I. El propósito de realizarla una vez más, es el de difundir las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, que hoy, en medio de la peor crisis financiera que hemos vivido son más vigentes que nunca y demuestran que la única forma de hacer un mundo mejor, es bajo el socialismo. Invitamos a los trabajadores y a la comunidad a que se acerquen, adquieran el material que ofrecemos y trabajen junto con nosotros por un mundo mejor.
En la Explanada Alta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Ciudad Universitaria.
En el contexto de la Feria del Libro Marxista, invitamos a nuestros lectores a asistir a la proyección de La Revolución Congelada, un documental de 1973 del cineasta Raymundo Glayzer que se desarrolla dentro del contexto histórico de la Revolución Mexicana.
El mes de Octubre ha resultado muy agitado políticamente. Por todos lados vemos movilizaciones, huelgas, concentraciones, etc. La crisis del capitalismo está fortaleciendo todas las contradicciones de la sociedad.
La derecha encabezada por Calderón trata por todos los medios de seguir adelante con su programa de derechas. Sin embargo es claro que los trabajadores están dispuestos a dar la lucha firme contra ello.
La Tendencia Marxista Militante, ha participado en todas estas movilizaciones. Ahí hemos planteado que para que el movimiento triunfe necesita dos cosas urgentemente: la creación de un freten único, es decir la unidad de todas las luchas en un plan común de acción y dentro de ello, la Huelga general.
Nuestras ideas han tenido una gran recepción. Nuestro periódico se ha vendido como “pan caliente”. Por ello mismo además de nuestro número normal del mes de Octubre, hemos tenido que publicar un número especial para este mismo mes.
Con esta última publicación, participamos en el mitin convocado por AMLO este 26 de Octubre. Ahí logramos vender 600 ejemplares. Con ello se demuestra una vez más que las masas explotadas están buscando ideas para enfrentar la lucha actual.
Agradecemos el apoyo de todos los compañeros, muchos de ellos compraron su ejemplar a precio de apoyo, acción necesaria para cada vez más lograr una mejor publicación.
Ahora publicamos integro nuestro número especial. Si alguno de nuestros lectores desea tener una charla personal para discutir alguno de los temas que publicamos, basta con que nos envíen un mail y podemos hacer una charla al respecto.
Si por otro lado tienes alguna observación o comentario, agradeceríamos mucho que nos lo envíes a nuestro mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Sin más, agradecemos a todos los compañeros su apoyo.
¡Viva la lucha de los trabajadores!
¡No a la privatización de PEMEX!
¡Abajo el gobierno de Calderón!
Índice de Militante Extra Octubre 2008
Editorial:
Nacional:
Sindical:
Internacional:
Octubre 2008
Lo más lamentable de las opiniones de Harnecker es que no son nuevas, ya en el pasado han demostrado su ineficacia para llevar al triunfo a la revolución: Guatemala, Chile, Bolivia (en décadas anteriores) o para intentar frenarlo cuando este triunfa. No han pasado siquiera veinte años de la derrota de Frentes Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, donde el empecinamiento de la dirección del FSLN por sumar a una burguesía permitió que esta misma le diera una puñalada por la espalda al proceso. Paradójicamente Harnecker pone a la dirección del FSLN como argumento para justificar una política de supeditación que, está demostrado, llevaría a la derrota de la revolución dado que invitar a sumarse al proceso a los enemigos declarados del mismo.
Afortunadamente hay cada vez más trabajadores y activistas que se dan cuenta que no basta con las viejas formulas del estalinismo sino que hay que avanzar sin miedos y basados en una absoluta confianza en la iniciativa creadora de las masas por la vía de la revolución socialista, basándose en la herramienta teórica del autentico marxismo.