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Teoría/Documentos

En el marco de los “40 años del Movimiento Estudiantil de 1968”, del 22 al 26 de septiembre se desarrollo exitosamente la “Segunda Semana del Marxismo” programada por estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), integrantes del Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y de la Tendencia Marxista Militante.

Fundación Federico Engels-México
Quienes con la caída del estalinismo y el desmoronamiento de la Unión Soviética siguen afirmando que el marxismo y el socialismo demostraron su inviabilidad, que las clases habían desaparecido y que el capitalismo había superado sus crisis; hoy, la realidad está demostrando que el capitalismo se tambalea en todo el mundo y la lucha de clases se expresa claramente.
Esta lucha se manifiesta también en el ámbito de las ideas. Los jóvenes y trabajadores quieren rearmarse ideológicamente para derrocar este sistema capitalista decadente, buscan los textos clásicos del marxismo y nosotros ponemos a su disposición los diversos materiales editados y reimpresos por nuestra editorial, la Fundación Federico Engels-México.
En la Segunda Semana del Marxismo, por ejemplo, los Cuadernos de Formación Marxista, clásicos como el “Manifiesto del Partido Comunista”, “La Ideología Alemana”, lasobras de León Trotsky sobre la “Revolución Española”, la “Revolución Permanente”, “Acerca de los Sindicatos”; videos de la “Revolución Cubana”, del “Sindicato de Estudiantes”, así comoel libro de “México en la Orbita de la Revolución Latinoamericana” y nuestro periódicoMILITANTE, fueron algunos de los materiales más solicitados por los estudiantes y trabajadores universitarios.

1968: el año de la revolución...

Durante la Segunda Semana del Marxismo también expusimos un periódico mural sobre el movimiento estudiantil de 1968, con imágenes no sólo de la lucha juvenil en México, sino también del Mayo Francés, cuando los estudiantes fueron los primeros en salir a la calle y atrajeron a los trabajadores a la lucha (lo mismo sucedió en Italia y Checoslovaquia).

“Las claves de la masacre”

Concluimos las actividades de la Semana (viernes 26), en el auditorio de la Facultad de Físico-matemáticas,con la proyección de la película “Tlatelolco: las claves de la masacre”, sobre el movimiento estudiantil de 1968. Los asistentes fueron alrededor de 35 personas, entre estudiantes y trabajadores universitarios.
Al final de la proyección, explicamos que somos alumnos de varias facultades de la UAP, organizados en el CEDEP con estudiantes de otras universidades del país como la UNAM, la UAM y el IPN, entre otras; que luchamos por una educación pública, gratuita, democrática, de calidad y por un puesto de trabajo digno al terminar nuestros estudios, así como por seguir construyendo una organización estudiantil nacional, permanente y con carácter de clase, que vincula la lucha de los jóvenes con la de los trabajadores por la transformación radical de la sociedad.

Rumbo al “Encuentro Nacional de la Juventud”

Asimismo, invitamos a los asistentes a participar en las siguientes actividades que tenemos programadas en Puebla rumbo al Encuentro Juvenil:

Martes 30 de septiembre:
Proyección: “Tlatelolco: las claves de la masacre”
Auditorio La Monja, Facultad de Arquitectura; 13:00 hrs.

Miércoles 1 de octubre:
Foro: “40 años del Movimiento Estudiantil, 1968-2008”
Sala de usos múltiples, Facultad de Economía; 12:00 hrs.

Jueves 2 de octubre:
11:00 hrs.: Marcha de Ciudad Universitaria (CU) al Zócalo de Puebla
Salida del Acceso B de CU (Avenida San Claudio y 18 sur).
13:00 hrs.: Mitin en el Zócalo de Puebla.
18:00 hrs.: Proyección: “Tlatelolco: las claves de la masacre”
La Casa del Obrero (15 Ote., # 8, col. El Carmen).

Sábado 4 de octubre:
“Encuentro Nacional de la Juventud”
Auditorio Alianza de Tranviarios, Ciudad de México.
10:00hrs.

Unidos y organizados... ¡Venceremos!
¡Afíliate al CEDEP en Puebla y lucha con nosotros!
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29 de septiembre de 2008

Estamos en una etapa de movilizaciones y manifestaciones de la clase obrera, poniendo de nuevo sobre la mesa la tarea histórica del proletariado: la toma del poder y la instauración de una sistema socialista, los apologistas de la burguesía, sus intelectuales, juegan un papel pernicioso hacia el movimiento, sin embargo sería incorrecto hacer creer que sólo ellos lo están jugando, también dentro de las filas de las organizaciones de izquierda pueden surgir grupos que lejos de apoyarlo pueden hacerlos caer en rotundos fracasos. Estos “amigos y compañeros del proletariado” han corroborado históricamente su carácter real de clases, traicionando al movimiento en los momentos decisivos, algunos cobijándose bajo “las ideas del marxismo”, realizando en la práctica una caricatura grotesca del pensamiento de Marx, otros, utilizando “nuevos postulados” y revisiones de las ideas de Marx intentando “suavizar al capitalismo” dejan de lado la tarea revolucionaria de luchar por el socialismo, sin embargo nos remitiremos a una tendencia que esta ganando adeptos entre sus filas, pero que no posee una perspectiva clara acerca de la lucha, el anarquismo.

El Estado

El Estado es un aparato de represión de una clase sobre otra, así, bajo el capitalismo la burguesía utiliza la maquinaria del Estado para reprimir al proletariado, utilizando la máscara de la democracia y de la libertad, no dudan en apagar cualquier intento de los trabajadores por liberarse, utilizando ya sea sus leyes (que realmente están diseñadas para proteger la propiedad privada) o utilizando sus instrumentos de represión, la policía y el ejército (aunque no dudamos que estos puedan dividirse en líneas de clases motivados por la combatividad de los obreros). Así mismo reconocemos que el Estado no ha existido siempre, sino que es producto de las contradicciones irreconciliables de las clases, es decir que el Estado nace cuando la sociedad se divide en clases, en este sentido, se han derivado diversas teorías acerca del papel y futuro de éste, es aquí donde nosotros compartimos una visión básica de los anarquistas: tanto los anarquistas como los marxistas luchamos por la abolición del Estado, esto sólo será posible con una revolución exitosa del proletariado, ¿pero qué es lo que sucederá después?, ¿es ésta la tarea última del proletariado? Nuestros queridos anarquistas, sólo logran diferenciar el carácter opresor del Estado, negándose a cualquier tipo de poder porque esto implica represión y violencia, pero volvamos a la pregunta inicial ¿Qué sucederá después?, la burguesía no dudará en ningún momento en reagruparse para intentar aplastar a  los obreros y recuperar el control del Estado, este período de transición es de suma importancia, ya que aquí es donde se sentarán las bases de la futura sociedad: el socialismo. Entonces dirán nuestros amigos anarquistas: “Los comunistas también ejercerán la violencia en la instauración de ‘su Estado’”. A lo que nosotros responderemos: primero, afirmamos el carácter opresor de la dictadura del proletariado (¡y qué Estado no lo es!), sin embargo ésta no será hacia los trabajadores y la mayoría de los oprimidos, sino que será opresor en el sentido que no permitirá que aquellos que “añoren” regresar a “los viejos tiempos de democracia y libertad”, es decir al capitalismo, lo consigan. ¡Esos sí que los habrá! Segundo: que nosotros buscaremos inmediatamente la extinción del Estado obrero desde el mismo día en que se crea, ¿cómo? hay que explicarlo por partes, ya que tampoco queremos dar argumentos a los reformistas que plantean el cambio pacifico, gradual y lento del capitalismo al socialismo, cosa que es una burda mentira, una revolución es la participación activa de las masas en la política, de por sí esto es un abandono del viejo conservadurismo de la mente humana. Es aquí donde las masas romperán con los lazos del viejo sistema, modificando su existencia, el ejemplo más claro de esto es la Comuna de París, los obreros transformaron radicalmente el Estado a un semi-Estado, como lo llamaba Engels, sin embargo no lo desecharon completamente sino que lo utilizaron en un primer momento para llevar a cabo las primeras tareas de la revolución, elecciones realmente representativas, expropiación de los medios de producción, separación  de la Iglesia del Estado e incorporación de las masas a la administración de la sociedad, en este sentido diremos que se abolió el viejo aparato burgués, transformándolo en un semi-Estado que tiende a desaparecer ya que éste sí involucra al conjunto de las masas en el destino de sus vidas, sólo de esta manera se podrán eliminar las bases materiales sobre las cuales estaba cimentado el Estado capitalista.

La disciplina revolucionaria, autonomía y organización

¿Es posible llevar a cabo una revolución victoriosa sin una sólida organización? la respuesta a esto es evidente, basta con revisar los anales de la historia para darnos cuenta de todos los intentos fracasados de la clase obrera por emanciparse, no cabe duda tampoco que esto no se ha debido a la combatividad de los trabajadores, sino a la falta de claridad política u oportunismo de sus dirigentes, para los marxistas la cuestión de la dirección es de vital importancia, Trotsky lo resume en su famosa frase: “la actual crisis del movimiento proletario es la crisis de su dirección proletaria”, claro está que para la toma de decisiones se debe aplicar el principio del centralismo democrático, sin embargo esto no significa que todos los que sean afectados por la toma de decisiones estén de acuerdo, siempre habrá una parte que no lo esté, es normal y no nos asombra, los marxistas inclusive somos minoría en determinados momentos, nosotros defenderemos el derecho a exponer todos los puntos de vista existentes siempre que esto abone al debate y fortalezca el nivel político de nuestros cuadros, sin embargo, este razonamiento es de carácter político, es aquí donde también divergimos con los anarquistas, ya Engels en su escrito De la autoridad criticaba el punto de vista de los bakuninistas (Seguidores de Bakunin, uno de los padres del anarquismo Ruso), al luchar por el derecho de autonomía del individuo, transcribiremos un ejemplo en el cual compara a la futura sociedad con una fábrica de hilados, en él deja de entrever la inevitabilidad de la imposición de ideas en una primera etapa de la edificación de una futura sociedad, dejamos aquí el texto: “Tomemos, a modo de ejemplo, una fábrica de hilados de algodón. El algodón, antes de convertirse en hilo, tiene que pasar, por lo menos, por seis operaciones sucesivas; operaciones que se ejecutan, en su mayor parte, en diferentes naves. Además, para mantener las máquinas en movimiento, se necesita un ingeniero que vigile la máquina de vapor, mecánicos para las reparaciones diarias y, además, muchos peones destinados a transportar los productos de un lugar a otro, etc. Todos estos obreros, hombres, mujeres y niños están obligados a empezar y terminar su trabajo a la hora señalada por la autoridad del vapor, que se burla de la autonomía individual. Lo primero que hace falta es, pues, que los obreros se pongan de acuerdo sobre las horas de trabajo; a estas horas, una vez fijadas, quedan sometidos todos sin ninguna excepción. Después, en cada lugar y a cada instante surgen cuestiones de detalle sobre el modo de producción, sobre la distribución de los materiales, etc., cuestiones que tienen que ser resueltas al instante, so pena de que se detenga inmediatamente toda la producción. Bien se resuelvan por la decisión de un delegado puesto al frente de cada rama de producción o bien por el voto de la mayoría, si ello fuese posible, la voluntad de alguien tendrá siempre que subordinarse; es decir, que las cuestiones serán resueltas autoritariamente.” Vemos aquí como la autoridad no se pierde sino que se “transforma”, ya no en beneficio del gran capital, sino de las masas que buscan administrar la sociedad, esto también se puede traducir en los argumentos que muchos anarquistas, como ocurrió en el Mayo francés de 1968, donde se negaron a dar directrices a los obreros bajo el argumento de que les impondrían sus ideas, que no eran los indicados para hacerlo. Engels hacía una caracterización de esto: Así pues, una de dos: o los antiautoritarios no saben lo que dicen, y en este caso no hacen más que sembrar la confusión; o lo saben, y en este caso traicionan el movimiento del proletariado. En uno y otro caso, sirven a la reacción”.

Economía planificada

Bajo el capitalismo, la ley de la oferta y la demanda es imperante, la producción no se orienta a satisfacer necesidades de la población, sino a generar el mayor nivel de plusvalía, es decir el derroche de una valiosa fuerza productiva. Bajo el comunismo integral será todo lo contrario, no podemos decir simplemente que el comunismo se basará en la expropiación de los medios de producción, sino que también debe garantizar un mejor nivel de vida para los trabajadores. Esto es posible en una sociedad con economía planificada y con la gestión de los obreros en cada fábrica, ya que estará supeditada bajo la estadística y desarrollando colosalmente la industria, logrará colocar a los trabajadores necesarios en cada rama de la producción que se necesite desarrollar. Para esto es necesario explicar que los medios de producción serán de carácter colectivo, los anarquistas demostrando su condición pequeñoburguesa  le dan un giro de 180 grados a esta situación, para ellos en una sociedad justa e igualitaria, la propiedad de los medios de producción se debe reducir directamente a los trabajadores que laboran en determinada fábrica, así por ejemplo los trabajadores de la fábrica “Y” serán los dueños de dicha fábrica, cuando los trabajadores de la fábrica “X” lo serán de ésta, ¡Bien, tenemos un ejemplo del carácter individualista de estos grupos, peleando otra vez por al autonomía!, esto será un enorme retroceso al desarrollo de las fuerzas productivas, de ser así, ¿cómo se podría desarrollar industrias tan complejas como las telecomunicaciones de carácter global, si no es con un plan centralizado?

¿Estamos ante un nuevo anarquismo?

“Ni capitalismo, ni socialismo”, “Socialismo y Capitalismo: ambos son autoritarios”, “Muerte al Estado”, estas son consignas de grupos anarquistas luego de una marcha en El Salvador, sus filas están alimentadas por elementos lumpen y pequeñoburgueses. Los marxistas defendemos el derecho a la libre opinión pero también defenderemos nuestras ideas, El Salvador no está exento de las contradicciones de clases del capitalismo y no dudamos que se abrirá un proceso de convulsión entre los trabajadores, “tomarán el cielo por asalto” e intentarán transformar radicalmente sus condiciones de vida, sin embargo para esto es necesario una organización sólida que rescate los métodos del auténtico bolchevismo, un partido de hierro altamente disciplinado que condujo a los obreros rusos a la revolución de 1917, los grupos anarquistas en ese entonces quedaron a la zaga de los acontecimientos como en muchos otros casos, e inclusive traicionando al movimiento no han dudado en formar parte de la reacción.

La tarea de los jóvenes y trabajadores salvadoreños es forjar esa organización, bajo la bandera del marxismo revolucionario, para esto tenemos al FMLN, nuestros sindicatos y organizaciones marxistas como el BPJ, sólo consolidando esto será posible nuestra emancipación.

San Salvador, 18 de septiembre de 2008
Ponemos a disposición de nuestros lectores un breve pero hermoso videoclip elaborado por el documentalista e intelectual mexicano, Fernando Buen Abad Domínguez, activo colaborador de la Fundación Federico Engels y de la Corriente Marxista Internacional. Este video pone imágenes y voz a un texto elaborado por Fernando Buen Abad que tiene por título: "¿Para qué editar los clásicos del marxismo?" que fue escrito como homenaje a la actividad de la Fundación Federico Engels, que extiende su labor revolucionaria por la mayoría de los países castellanohablantes: España, México, Argentina, Venezuela, Perú, Bolivia, Cuba, El Salvador, ...

Aprovechamos también para reproducir íntegro del texto de Fernando Buen Abad en el cual está basado este videoclip:

 

Libros de la Fundación Federico Engels
Más de 40 títulos de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo...
Fernando Buen Abad Domínguez

"...Marx no creía nunca que incluso sus mejores obras eran lo bastante buenas para los obreros, y consideraba un crimen ofrecer a los obreros algo que no fuese lo mejor de lo mejor!..." F. Engels.

¿Para qué editar los Clásicos del marxismo?

No hay manera de comprender el presente, de manera científica y estimulante, si se prescinde de Marx y su obra. Nunca será excesivo destacar la vigencia de Carlos Marx y Federico Engels. Nunca será inútil insistir en su estudio, en el conocimiento de su pensamiento y acción para "transformar al mundo". Vigencia en movimiento, dialéctica de la imaginación científica contra los dogmatismos y las ideas estancadas, contra las verdades absolutas y las cárceles del pensamiento. Leer a Marx y a sus seguidores en sus términos y con sus aportes, para la acción revolucionaria en la dialéctica de una época que exige desarrollo, profundidad y mejoría permanente. Estudiar a Marx y sus influencias, su método y su praxis, como herramienta de lucha invaluable en el devenir revolucionario de los pueblos.

"Desde hace casi 20 años la Fundación Federico Engels viene realizando un serio esfuerzo de edición de los clásicos del marxismo. Después del colapso de la URSS y de la ofensiva ideológica desatada contra las ideas del socialismo científico, los fondos de las grandes editoriales se vaciaron de textos marxistas y otras editoriales de izquierda o bien colapsaron o reorientaron sus publicaciones hacia otros campos."

Marx que "dio por vez primera una base científica al socialismo y por tanto a todo el movimiento obrero de nuestros días" produjo una obra que es indispensable para comprender la historia de la humanidad y sus condiciones actuales. "Pues bien, Marx demostró que toda la historia de la humanidad, hasta hoy, es una historia de luchas de clases, que todas las luchas políticas, tan variadas y complejas, sólo giran en torno al Poder social y político de unas u otras clases sociales; por parte de las clases viejas, para conservar el poder y por parte de las ascendentes clases nuevas, para conquistarlo"

Publicar las ideas de Marx, y sus interpretaciones o aplicaciones, implica esforzarse en calidad y en cantidad para dar cuenta puntual al presente en búsqueda de un eco mayor cada día. Por eso es de importancia suprema mantener viva la producción editorial y hacerla llegar a las manos de todos los trabajadores del mundo que son, originariamente, los destinatarios principales de la obra de Marx. Para eso la Fundación Federico Engels, impulsa la distribución, divulgación y estudio de la obra de Marx en países como México, Venezuela, Argentina o Perú, entre otros, y en espacios de afluencia masiva como la Feria del Libro de La Habana, desde los años 2005 y 2006; la Feria del Libro de Caracas; la Feria del Libro de Madrid; Sevilla; Málaga; Guadalajara; San Jordi; la semana negra de Asturias; Puertollano; el día del libro de Vitoria.... y en muchos más eventos públicos de la izquierda. La Fundación Federico Engels se hace presente con el tesoro teórico del marxismo.

Es necesario cultivar una actitud rigurosa hacia el conocimiento del método de Marx sus extensiones y sus debates. Prepararse suficientemente para impulsarse con la teoría marxista en el campo de las ideas y en la práctica cotidiana. Conocer los conceptos y los métodos de los Clásicos del Marxismo para ser capaces de diagnosticar e intervenir en la resolución colectiva de los problemas que impiden el desarrollo permanente de la humanidad. La obra de Marx ha pasado, no de manera estática, la prueba del tiempo y hoy en día, todo mundo puede leerla en las publicaciones de la Fundación Federico Engels. Incluso.

La tarea editorial de la Fundación Federico Engels comprende, además, el compromiso de divulgar las ideas, métodos y tradiciones del marxismo no de manera a-crítica, sino impulsar su aplicación científica correcta porque "Un error en la teoría tarde o temprano se manifestará en la práctica en un desastre" Por eso la Fundación Federico Engels insiste en la importancia de acercarse a los Clásicos del Marxismo que mantienen toda su fuerza y validez de una forma comprensible y exigente. Esa tarea editorial trata de estimular un conocimiento, el marxismo más amplio desde la economía hasta la historia, desde la filosofía hasta la ciencia... hacer accesibles los Clásicos, directamente, para encontrar un camino científico en el mundo actual y poder explicar cada nuevo cambio, cada solución posible y atreverse a vislumbrar caminos. Pocas cosas son más urgentes a estas horas. Este trabajo editorial quiere hacer "visible" una herramienta de fuerza para la clase trabajadora, herramienta vital cuya autoridad moral y política está más fuerte que nunca. "La doctrina de Marx es un resumen de la experiencia iluminado por una profunda concepción filosófica del mundo y por un rico conocimiento de la historia". Lenin
Este trabajo editorial de la Fundación Federico Engels es, además, un llamamiento para colaborar tanto en la lectura como en la divulgación y la producción. Hacen falta lectores, promotores y compradores. Multiplicados por miles alrededor del mundo. Hacen falta activistas del pensar en pleno hacer expansivo y contagioso, de un trabajo multiplicador que es, nada menos, una urgencia inexcusable de nuestro tiempo.

"Las fuerzas activas de la sociedad obran mientras no las conocemos ni contamos con ellas, exactamente lo mismo que las fuerzas de la naturaleza: de un modo ciego, violento destructor, pero una vez conocidas, tan pronto "se sepa" comprender su actividad, su tendencia y sus efectos, depende de nosotros supeditarlas cada vez más de lleno a nuestra voluntad y alcanzar por medio de ellas nuestros propios fines" F.Engels

Se trata de profundizar mil modos de difusión para las ideas de Marx y los Clásicos. Mil modos de inter-actuar para enfrentar el carácter demoníaco de la ignorancia y la superchería, toda orfandad de teorías científicas y toda carencia de las energías indispensables para comprender el mundo y transformarlo. Este trabajo editorial de la Fundación Federico Engels es una lucha que enfrenta las condiciones reinantes del capitalismo, lucha que emerge atada a las ideas de Marx en la búsqueda de un desarrollo relevante para el intelecto y la acción revolucionaria de los pueblos.

Se trata de un trabajo alado con páginas, prolifero y apasionado, que abraza con ambas manos, la certeza definitiva de que la realidad puede y debe ser transformada si la estudiamos rigurosamente, si nos compenetramos en ella con la ayuda científica del pensamiento de Marx, no como dogma, no como saber absoluto... sólo como lo que, entre muchas cosas es: el pensamiento más avanzado, hasta hoy, para encender la marcha y asegurar el triunfo de una humanidad decidida a liberarse de toda alienación, esclavitud y penuria. He ahí los libros. Dichos y hechos. 23 de septiembre de 2008

 

Solidaridad de los marxistas mexicanos con la familia de la revolucionaria cubana

Hemos recibido la lamentable noticia de la muerte de la compañera Celia Hart Santamaría y su hermano Abel, en un accidente automovilístico. Los marxistas mexicanos conocimos a Celia en el año 2005, es inevitable para nosotros recordar esos momentos. Celia con su carácter apasionado y polémico; con su capacidad de atraer a sus oyentes, de encender pasiones, además de sus virtudes como analista, supo exponer con claridad su punto de vista en torno a la trascendencia del pensamiento de León Trotsky para la revolución latinoamericana, incluida la cubana.

En aquella ocasión realizamos varios actos públicos con ella; Celia quedó fascinada principalmente con los organizados en la ciudad de Puebla donde, en la universidad, atrajo a 200 jóvenes que entusiastamente la escucharon y mostraban su solidaridad con la Revolución Cubana; por la tarde tuvo una reunión con más de 100 trabajadores y jóvenes en el local sindical del SUNTUAP.

Celia fue una fiel defensora de la revolución Cubana y una internacionalista. Después de aquella visita a México, Celia quiso regresar a rendir un breve homenaje a ese extraordinario revolucionario, el Che Guevara, el 8 de octubre de 2005. Quiso que esta reunión se realizara además en el Centro Cultural José Martí, ubicado en el centro de la ciudad de Puebla donde abarrotó nuevamente la sala en la que se presentó. Hablaba no sólo del Che, también lo hacía de Lenin, de Martí, de Rosa Luxemburgo, de Trotsky y de Mella.

Celia tenía mucho aprecio hacia México, reflejaba la unidad revolucionaria de nuestros pueblos oprimidos por el imperialismo estadounidense. En alguna ocasión escribió: "Como cubana revolucionaria junto hoy las manos recordando la bandera del águila vencedora y agradezco a ese pueblo por contener al mejor amigo de José Martí, al cual le confió sus documentos invaluables. México dio espacio para la brillante carrera política de nuestro Julio Antonio Mella, que se integró a ese país con fervor total y donde escribió sus más hermosos trabajos. Fue en México donde este baluarte del comunismo internacional dijo 'Muero por la revolución'. México recibió a Fidel cuando tenía que preparar la guerra necesaria, la última de ellas. Un mexicano bondadoso le vendió el yate Granma, creo que no cobra todavía su dinero a no ser los millones de besos de mis compatriotas. El yate Granma sólo podía salir de México. Y además en México he amado como no creo que lo vuelva a hacer".

Cuando uno lee a Celia y recuerda su vitalidad, resulta difícil asimilar que ya no está con nosotros. Hoy desde primeras horas del día y con gran sorpresa nos hemos enterado de esta trágica noticia. Hemos hablado por teléfono con Esteban Volkov, nieto de Trotsky, con quien Celia estableció una gran amistad y con quien compartió la tribuna de debate en magnificas conferencias publicas dictadas por ambos tanto en México como en Venezuela. La voz de Estaban reflejaba el dolor y la consternación por la lamentable pérdida de un revolucionario trotskista.

Los marxistas mexicanos agrupados en la Tendencia Marxista Militante queremos enviar nuestras condolencias y solidaridad a los hijos de Celia, a Armando Hart, a Graciela y el resto de su familia por las sensibles perdidas de Celia y Abel.

Tendencia Marxista Militante
08 de septiembre del 2008

En la primera parte del artículo señalábamos que a raíz del auge de la lucha de clases en América Latina, los vaticinios de décadas de reacción han quedado sepultados, que muchos intelectuales como Heinz Dietrich y Martha Harnecker, han pretendido analizar el proceso, con un  profundo pesimismo producto de identificar de forma absolutamente errónea al socialismo con los regimenes estalinistas que colapsaron en las últimas décadas del siglo pasado, lo que los ha llevado a perder la perspectiva de una auténtica revolución para sostener una especie de reformismo “radical” que pretenden vender como el “socialismo del siglo XXI”. En esta parte del artículo continuaremos con el tema realizando algunos breves comentarios de uno de los más recientes libros de Martha Harnecker.

Venezuela, una revolución sui generis

Martha Harnecker por su parte no tiene las soluciones acabadas de Dietrich y podríamos decir que en sus estudios hay una auténtica voluntad de hacer avanzar el proceso. Ella siempre ha planteado la necesidad de la formación de un partido revolucionario que conduzca el proceso, así como la formación de órganos de poder desde abajo, no obstante, es extremadamente temerosa de llamar a las cosas por su nombre y en ese afán vuelve tan difuso el contenido de su propuesta de programa de la revolución y su carácter que al final lo único que siembra es pesimismo y confusión.

Uno de sus recientes libros: “Venezuela una revolución sui géneris” (Plaza y Valdés, 2006), rehúye totalmente a señalar el socialismo como objetivo estratégico del proceso venezolano, se rehúsa a llamar por su nombre al Partidos Socialista Unificado de Venezuela. Y aún más, rechaza llamar antiimperialista a la revolución venezolana con el argumento de que la era de las revoluciones antiimperialistas ha pasado. En su texto sobre la estrategia de la Izquierda en América Latina señala algunos argumentos para sustentar que no se pueden dar revoluciones antiimperialistas:

“…No era lo mismo actuar en un mundo (...) donde el campo socialista servía de retaguardia de los procesos revolucionarios”

“… En un mundo donde la revolución de la información permite instalar industria en países con mayores ventajas y emigrar a un país más prometedor”

“…Dada la correlación de fuerzas a nivel mundial se cerró temporalmente la consolidación de un proceso revolucionario antiimperialista en la región” (Harnerker, Martha, Venezuela una revolución sui géneris” Plaza y Valdés, México 2006 Pág. 162-163).

Para empezar tendríamos que definir qué se entiende por antiimperialista, para nuestra autora esto significa “enfrentamiento total, militar y económico con el imperialismo”. A nuestro entender habría que ser más específicos, ese enfrentamiento con el imperialismo sólo es posible bajo la forma de la lucha por un régimen social alternativo, sólo en esa medida se puede hablar del tipo de revolución que implica enfrentarse totalmente con el imperialismo, como el único proyecto serio de esas características ha sido el socialismo. En realidad Martha Harnecker niega la posibilidad de la revolución socialista en esta coyuntura.

Harnecker afirma como principales razones para hacer “imposible” una revolución antiimperialista triunfante la falta del bloque soviético y el carácter internacional y cada vez más vertiginoso del movimiento de capitales en el mundo. Afortunadamente Harnecker no fue consejera de Lenin dado que seguramente le habría explicado que la revolución de octubre era imposible dado que la Comuna de Paris había sido derrotada. Si la tesis de Harnecker fuese válida sería imposible toda revolución futura, cuando en realidad lo que sucede es que el desconcierto se cierne sobre la clase capitalista y la propia experiencia venezolana demuestra que incluso un golpe de estado dirigido por el imperialismo no tiene necesariamente que triunfar.

De hecho la principal argumentación en contra de lo señalado en su libro se encuentra en su segundo argumento “contundente”, es decir, en el carácter cada vez más internacional e interdependiente de la economía capitalista, la globalización entendida como el carácter cada vez más integrado de la economía mundial y la interdependencia de cada economía nacional hace que los efectos de la revolución latinoamericana se expresen en todo el mundo. Los movimientos también adquieren una escala global. Es real que no hay espacio para una revolución antiimperialista desde el punto de vista de los estrictos marcos nacionales, de hecho fue precisamente Marx quien planteó el socialismo como un proyecto de sociedad internacional, que descontaba la posibilidad de un socialismo aislado. Lenin explicó decenas de veces la imposibilidad del socialismo en un país aislado y fue sólo la necesidad de Stalin para justificar su régimen despótico lo que lo llevó a consagrar la teoría del “socialismo en un sólo país”.

En el siguiente número de Militante publicaremos la tercera y última parte.

Rubén Rivera
Agosto 2008

En el pasado mes de julio, el periódico “Militante, voz marxista de los trabajadores y la juventud”, órgano de prensa de la Corriente Marxista Militante, cumplió 18 años de publicarse mes a mes. Este hecho es para nosotros, y creemos que para todo el movimiento obrero, muy importante porque Militante ha sido un periódico que en sus páginas ha planteado una alternativa revolucionaria a cada capítulo en la lucha de clases, pero además en torno a “Militante” hemos construido una organización que ha luchado, que ha intervenido, poniendo su granito de arena contra el Fraude electoral del 2006, contra el desafuero de AMLO en el 2005, contra los topes salariales, en las huelgas de Cananea, en la lucha estudiantil, etc, etc. Antes de estas luchas fuimos incluso fundadores del mismo PRD y desde entonces hemos planteado que el partido debe ser un instrumento de lucha combativa, retomando las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.

Nuestro aniversario consiste, entre otras cosas, en explicar las tareas de un periódico obrero. En todas nuestras células realizamos una discusión política, rescatando las lecciones de la prensa bolchevique y de la prensa combativa en México. Así pudimos profundizar en torno al papel de la prensa obrera como organizador, agitador, propagandista y un laboratorio de ideas. Es decir, como una prensa cuya tarea no es únicamente la de informar, sino la de tomar partido en los acontecimientos construyendo una potente organización y formando lo que llamamos “cuadros” políticos, enlazando a cada vez más compañeros obreros y jóvenes combativos.

La Otra parte de la discusión interna la abordamos también desde un punto de vista organizativo. El movimiento actual exige una prensa obrera profesional, en todos sus aspectos, calidad de impresión, distribución ágil, contabilidad, etc. Todo ello lo abordamos, planteándonos nuevas formas de trabajo en algunos aspectos y perfeccionando otros con el objetivo de que “Militante” se encuentre a la altura de las circunstancias y pueda llegar a otros sectores de trabajadores que están en lucha por sus derechos y contra el Gobierno Calderonista.

Por otra parte, también nos interesa mucho explicar que “Militante” es más que un periódico, que como ya lo dijimos, somos una organización que además de debatir, toma partido y participa como miembro en distintas luchas, siempre de lado de los explotados.

Paralelamente a todo ello, realizamos la impresión de un número de aniversario, este en colores y con un precio de 10 pesos. Este periódico lo logramos vender en la CND del 29 de junio, ahí vendimos más de 400 ejemplares, lo cual demuestra que el movimiento está sediento de ideas y que Militante está presentando una alternativa que empalma cada vez más con el ambiente de los trabajadores. Pero este número, lo logramos colocar en otros estados como Puebla, Michoacán, Baja California, etc. Y a través de nuestros compañeros delegados asistentes al Congreso de la Corriente Marxista Internacional, realizado en este mes de agosto, lo pudimos vender entre compañeros de países como Francia, España, Italia, Brasil, Venezuela, Estados Unidos, etc. Este número de aniversario se agotó por completo, gracias al apoyo de todos nuestros lectores y compañeros.

Esta campaña de aniversario ha sido un éxito para las fuerzas del marxismo, hemos logrado contactar con más trabajadores y jóvenes quienes han decidido integrarse a nuestra organización. Esto es realmente importante en el marco de ataques cada vez mayores contra los trabajadores impulsados por los empresarios y banqueros, y ejecutados por el espurio de Calderón.

Finalmente hacemos una invitación a todos nuestros lectores, a que se integren a las filas de “Militante”, la situación actual exige cada vez más y más organización. Sólo un partido de hierro, basado en los métodos e ideas marxistas es capaz de lograr el triunfo de la clase obrera.

¡Únete a Militante!
¡Socialismo o Barbarie!


Agosto 2008

Exitosa concentración en el Parque del Oeste

Chávez recibe a EM, SE y MFV

Para los marxistas era fundamental aprovechar el viaje de Chávez para demostrar la solidaridad de la clase obrera y la juventud del Estado español con la Revolución venezolana. Por ello a primera hora de la mañana organizamos un acto con representantes del Sindicato de Estudiantes, la Corriente Marxista El Militante y la Campaña Internacional "Manos fuera de Venezuela" frente a la estatua ecuestre de Simón Bolívar en el Parque del Oeste de Madrid. A este acto-homenaje acudieron alrededor de cien personas contando con delegados sindicales de CCOO y STES.

 

ImageEstuvieron también presentes miembros de la Coordinadora de trabajadores inmigrantes, de Alianza País, movimiento de Rafael Correa en Ecuador, de la Plataforma bolivariana y de la Coordinadora de solidaridad con Cuba que dieron un saludo a los asistentes.

El evento estuvo muy animado, con consignas que reflejaban la enorme combatividad de los asistentes inspirados por el ejemplo revolucionario de Venezuela: "Manos fuera de Cuba y Venezuela", "Alerta, alerta, alerta que camina: la lucha socialista por América Latina", "Nativa o extranjera la misma clase obrera", haciendo referencia al rechazo a la directiva de la vergüenza recientemente aprobada, "Uh, ah, Chávez no se va" y especialmente "Ista, ista, ista, Venezuela socialista". Tres pancartas presidieron el acto: "Manos fuera de Venezuela", "Por una Federación Socialista de América Latina" y "Que nunca te callen Comandante" en referencia a las palabras del rey.

ImageA lo largo de la mañana distintos medios de comunicación, fundamentalmente venezolanos, acudieron al acto y pudimos conversar con ellos. Entre ellos estaban Venezuela de Televisión y Telesur.

Para cerrar el acto de solidaridad, Juanjo López, secretario general del Sindicato de Estudiantes y Miriam Municio, portavoz de Manos fuera de Venezuela, se dirigieron a los asistentes para explicar los objetivos de la concentración y la enorme importancia de la solidaridad internacional. Juanjo López destacó el terror que la revolución despierta en los imperialistas. Tienen pánico a que ésta se extienda por todo el mundo como ya está ocurriendo. Por tanto tratan de tergiversar lo que en Venezuela realmente ocurre: el inicio de un cambio profundo en la sociedad y la lucha por el socialismo.

ImageMiriam Municio, por su parte, partió de la actual crisis económica que sacude a las potencias capitalistas para demostrar la imposibilidad de que exista un capitalismo de rostro humano. Así lo demuestra la directiva aprobada recientemente que amplía la jornada laboral de los trabajadores europeos a 65 horas semanales. La única alternativa es, por tanto, el socialismo. Por eso defendemos que la revolución venezolana tiene que seguir avanzando, expropiando las palancas económicas que continúan en manos de los capitalistas y liquidando el Estado burgués que trata de boicotear el proceso.

Este acto es una demostración de que la solidaridad tiene que ser una solidaridad de clase e internacionalista. Un triunfo de la Revolución en Venezuela será una palanca determinante para transformar el mundo.

ImageSimultáneamente representantes de Manos Fuera de Venezuela y del Sindicato de Estudiantes en Mallorca organizaron un recibimiento al Presidente Chávez con una pancarta donde se leía: 'Bienvenido compañero Chávez, solidaridad con la revolución en América Latina'.

Rueda de prensa en La Moncloa

Posteriormente, dos compañeros del comité de redacción del periódico de la Corriente Marxista Internacional en el Estado español, El Militante, pudieron participar en la rueda de prensa que dieron cerca de las 15.00 horas el Presidente Chávez junto a Zapatero en el Palacio de la Moncloa.

ImageLos compañeros pretendían preguntar sobre las nacionalizaciones que su gobierno está emprendiendo en beneficio de la clase obrera y el pueblo venezolano. Los capitalistas critican, espantados, estas nacionalizaciones, como la de Sidor, sin embargo, no tienen ninguna duda en rescatar a los bancos afectados por la crisis financiera internacional empleando el dinero de todos. Queríamos conocer la opinión de Chávez sobre esta flagrante hipocresía, lamentablemente no tuvimos la oportunidad de efectuar la pregunta.

ImageEl Presidente Chávez dejó claro que en Venezuela se está produciendo una Revolución. Señaló que este proceso se da en toda América Latina y que quién no lo ve es porque no lo quiere ver y quién no lo siente así, es porque no lo quiere sentir. Chávez señaló que nos encontramos inmersos en una enorme crisis a todos los niveles: crisis alimentaria, energética, financiera, incluso moral. Resaltó que se trataba, en definitiva, de la crisis de toda una época. Compartimos con el presidente Chávez este análisis. Es más, creemos que se trata de la crisis global del sistema capitalista, un sistema caduco.

Encuentro de Chávez con la delegación de revolucionarios

En la Base militar de Torrejón, desde donde el Presidente regresaba a Venezuela, Chávez se encontró con una delegación de representantes del Sindicato de Estudiantes, Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista El Militante.

ImageEl recibimiento fue muy caluroso. Invitamos al presidente Chávez a volver a Madrid para organizar un evento de solidaridad de los jóvenes y trabajadores con la Revolución Venezolana la próxima primavera, de características similares al organizado por Manos Fuera de Venezuela en Viena el pasado mayo de 2006.

Chávez se interesó por el Sindicato de Estudiantes y nos informó que por la mañana había visto a una delegación de Manos Fuera de Venezuela en Mallorca. Preguntó por Alan Woods, fundador de MFV y dirigente de la Corriente Marxista Internacional. Nos dijo que había seguido la gira de Alan por Venezuela presentando su último libro "Reformismo o Revolución. Marxismo y socialismo del siglo XXI. Respuesta a Heinz Dieterich". Trasladamos los saludos personales del compañero Alan Woods.

ImageTambién hicimos entrega al Presidente de algunos materiales políticos, entre ellos el último libro publicado por la Fundación Federico Engels "Historia de la Revolución Rusa" del gran marxista León Trotsky. Chávez valoró con gran interés este obsequio. Nos despedimos al grito de "¡Patria, socialismo o muerte: venceremos!"

ImagePoco antes de que el Presidente tomara el avión presidencial rumbo a Venezuela, nos fotografiamos con Chávez, con el puño en alto, dando vivas a la revolución y al socialismo. El Presidente nos animó a continuar la lucha e insistió en la necesidad de transformar este sistema.

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Fuente: El Militante

El Marxismo y el socialismo del siglo XXI Un libro esencial para comprender la vigencia del marxismo

La Fundación Federico Engels ha editado un nuevo libro de Alan Woods: “Reformismo y revolución. El Marxismo y socialismo del siglo XXI”. Este nuevo texto ha sido elaborado a lo largo de los últimos seis meses con el objeto de contestar las ideas de los nuevos teóricos del revisionismo. En concreto, el profesor Heinz Dieterich, inspirador del ala reformista del movimiento bolivariano y que ha intentado teorizar en los últimos años sobre la necesidad de superar el marxismo y "adaptarlo" a las "nuevas circunstancias" de la revolución latinoamericana. Ideas como un nuevo bloque regional capitalista para competir con EEUU, o la formulación teórica del socialismo del siglo XXI abandonando la idea de la socialización de los medios de producción, el control obrero y la democracia obrera, defendidas por Dietrich, han encontrado un cierto eco entre la izquierda venezolana y en otros países de América Latina. ¿Pero realmente es algo nuevo y original? ¿O estamos ante una versión modernizada de las viejas ideas del reformismo? No, no hay nada nuevo en el "socialismo del siglo XXI", sólo podemos encontrar las viejas ideas acientíficas y utópicas que ya hace mucho tiempo fueron respondidas por Marx, Engels, Lenin y Trotsky. El camarada Alan Woods realiza un análisis en profundidad de todas estas posiciones y las somete a la crítica implacable del marxismo. Partiendo de la aplicación práctica del materialismo dialéctico a los acontecimientos actuales, elabora una alternativa marxista a los problemas tácticos y estratégicos de la revolución venezolana y mundial. Pero el libro va mucho más allá. En sus páginas encontraremos una exposición razonada y profunda de la actualidad del marxismo en todos los terrenos del pensamiento: Filosofía y ciencia; materialismo histórico: Economía; teoría del Estado... Un gran esfuerzo, similar al que realizó Engels en otra obra cumbre del marxismo: el Anti-Dühring. Este nuevo trabajo de Alan Woods será presentado durante una campaña de actos públicos, iniciada en Madrid el pasado día 2 de junio, y que se desarrollará en Venezuela a lo largo de un mes. Además del fuerte impacto que este libro tendrá en Venezuela, estamos seguros de que su difusión en el conjunto de América Latina será muy fuerte. Ya está asegurada la distribución del libro en México, El Salvador, Guatemala, Honduras, Bolivia, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, países en dónde habrá actos de presentación. El libro se ha editado simultáneamente en castellano e ingles, con lo que en Europa, Asia y África también será distribuido y leído. Estamos completamente seguros de que este texto, como otros en el pasado (Razón y Revolución, Rusia de la revolución a la contrarrevolución, o El Bolchevismo), será fundamental en la batalla ideológica en defensa del marxismo, frente a todas las distorsiones y manipulaciones que del pensamiento socialista se realizan desde diferentes frentes.

Este miércoles 3 de julio de 2008 los estudiantes del INFRAMEN asistieron a la huelga de clases convocada por el FERS-20; la actividad inició a las 8:00 a.m. Los estudiantes empezaron a salir de los salones y sumarse a la tribuna que estuvo en la cancha al interior del instituto. Pero al final de la actividad sólo contamos con treinta compañeros porque este día el ministerio de educación decidió enviar una comisión evaluadora de disciplina lo cual obligó a los coordinadores a amenazar a los compañeros de sancionarles con expulsión o alteración de notas si no regresaban a sus clases, de esta manera el número de compañeros se fue reduciendo.

El objetivo de esta huelga era desligarnos de actividades que realicen grupos ultra izquierdistas, los cuales están convocando a acción este próximo viernes 5 de julio. Esta actividad estará dirigida específicamente por lumpenproletarios que poseen cierta relación con el movimiento al que pertenecía Mario Belloso.

La intensidad de la actividad de este viernes puede tener repercusiones en el INFRAMEN en concreto con el movimiento estudiantil de secundaria que puede llegar a reprimir al movimiento y a los estudiantes incluso no organizados no dudamos que la derecha vinculará de esto al BPJ ya que ha impulsado movilizaciones anteriores y que está a plena campaña de desgaste hacia nuestra organización.

Los estudiantes reconocen al FERS-20 como la organización tradicional que convoca a los a movilizaciones por los problemas generados por el sistema capitalista y que afectan a la clase obrera y se identifican con nuestros métodos auténticamente revolucionarios y con nuestra consigna de la huelga general.

Algunos estudiantes estaban vinculando automáticamente a nuestra organización con esta marcha. Después de las aclaraciones y la explicación política que nuestro movimiento expuso la mayoría de estudiantes optaron por no participar, a excepción de pequeños grupos de choque que existen al interior del instituto y que poseen cierta vinculación con los grupos del lumpen externos al centro educativo.

Otro objetivo concreto fue explicar la coyuntura actual: el bombardeo constante de los medios de comunicación hacia el FMLN y nuestra organización, el BPJ vinculándolos con la quema de buses del pasado 16 de junio y quieren mostrar vínculos inexistentes con las FARC de Colombia y de esta manera justificar la represión contra las organizaciones sociales como los ataques a la BRES en la Universidad de El Salvador, la represión policial y asesinato al compañero Ángel Martines perteneciente al movimiento de secundaria de Santa Ana BERS-24.

Ante esta coyuntura el FERS-20 se manifiesta en contra de este tipo de atropellos a los movimientos sociales y la dignidad humana. Por lo que plantea en su tribuna la necesidad de la creación de los comités de lucha en cada opción de Bachillerato y planificar una marcha con la aplicación de nuestros métodos para pronunciarnos en contra del alto costo de la vida y hacer un llamamiento al FMLN y los sindicatos para impulsar la huelga general de 24 horas

Escrito por Rob Sewell Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo", estas son las palabras escritas por Marx y Engels en el primer párrafo de El Manifiesto Comunista. "Contra este fantasma se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes". Proféticamente, el día de la publicación en Londres de El Manifiesto Comunista, Europa resplandecía con la revolución. El rey Luis Felipe de Francia abdicó inmediatamente. Guizot, el primer ministro francés, fue destituido y el príncipe Metternich de Austria caía semanas después. Marx y Engels esperaban que la revolución sería algo así como el "esperado preludio de la revolución proletaria". Rápidamente, dieron la bienvenida a la revolución que estalló primero en Francia el 24 de febrero de 1848. "El año 1848 está resultando bien", escribía Engels. "Con esta gloriosa revolución, el proletariado francés se ha situado de nuevo a la cabeza del movimiento europeo. ¡Honor a los trabajadores de París! "Nuestra época, la época de la democracia, se está resquebrajando. Las llamas de las Tullerías y del Palacio Real son el amanecer del proletariado. En todas partes el dominio de la burguesía se viene abajo o se rompe en pedazos". (Revolución en París. Federico Engels) Después de un período prolongado de reacción tras la derrota de la revolución de 1830, las masas revolucionarias de París, con armas y banderas rojas en la mano, tomaron las calles, construyeron barricadas, echaron a la monarquía y obligaron al gobierno provisional a declarar la república. El trabajador Guibert irrumpió en la Cámara blandiendo una pistola, interrumpió abruptamente el debate con las siguientes palabras: "No más debates, nosotros somos los amos". Fueron los trabajadores y la clase media baja los que impulsaron la revolución. La burguesía, que finalmente ganó con la revolución, no esperaba ni quería este resultado. "Queríamos saltar peldaño a peldaño", dijo alguien, "pero nos obligaron a saltar todo un tramo de escaleras". Sobre todo, la burguesía temía a la clase obrera, que planteaba sus propias reivindicaciones de clase independientes: derecho al trabajo, salario mínimo, reducción de la jornada laboral, pensiones para los incapacitados, creación de empresas, educación universal obligatoria, sufragio universal, impuestos progresivos y otras reivindicaciones de la clase obrera. La clase obrera no confiaba en los diputados burgueses que sólo querían un acomodo junto a la monarquía. Como resultado de esta situación, en los muros de París se podían ver carteles revolucionarios apelando a las masas: "¡Mantengan sus armas!" La nueva administración republicana burguesa tuvo que incluir a dos socialistas en el gobierno, uno de ellos fue Luois Blanc, un abogado muy popular entre los trabajadores. Su papel, sin embargo, fue el de conciliador de clases, luchando por mantener al movimiento revolucionario dentro de los límites legales aceptables. Bajo la presión de las masas radicalizadas se introdujeron algunas reformas, incluida la creación de talleres estatales, en realidad, una ayuda escasa para los desempleados. Las elecciones a la asamblea constituyente se celebraron a finales de abril y los partidos burgueses consiguieron muchos votos, en gran parte, debido al apoyo del campesinado conservador que formaba el 84 por ciento del electorado. El nuevo gobierno no consiguió solucionar el sufrimiento de las masas e intentó socavar la revolución atacando a los dirigentes obreros, particularmente a Blanqui y Cabet, por ser "comunistas". La confianza en el gobierno burgués se desvaneció. Cada vez era más obvio que la creciente frustración preparaba un nuevo enfrentamiento. El anuncio del gobierno de cerrar los talleres estatales de París fue la gota que colmó el vaso. "La revolución de febrero planteó el problema de la propiedad y el trabajo", afirmaba el revolucionario Paul-Louis Deflotte. "Este problema debe ser resuelto". Sin embargo, el gobierno tenía sus propios planes para enseñar a los trabajadores una lección, los envió a la escuela del general Cavaignac, después que hubiera masacrado a la población de Argel. Era un fiel servidor de la contrarrevolución. El 21 de junio se aprobó un decreto mediante el cual se abolían los talleres nacionales. Ese día, los trabajadores de París de nuevo se levantaron y construyeron barricadas por toda la capital. Ondeaban banderas con las inscripciones: "¡Pan o muerte!" y "¡Trabajo o muerte!" Era una insurrección de trabajadores despojada de la atmósfera carnavalesca de la revolución de febrero. "La insurrección va en aumento, convirtiéndose en la revolución más grande ocurrida jamás ", escribía Marx, "convirtiéndose en una revolución del proletariado contra la burguesía". La lucha fue feroz. La contrarrevolución burguesa no daba tregua. Disparaban a los trabajadores como si fueran bestias salvajes. "La burguesía, plenamente consciente de lo que estaba haciendo, llevó a cabo una guerra de exterminio contra ellos". Después Marx cita a un capitán de la guardia republicana que describe los acontecimientos del 23 y 24 junio. "El cañón respondió y hasta las nueve, las ventanas y los muros quedaron destrozados por las ráfagas de artillería. El fuego era terrible. La sangre brotaba a borbotones mientras al mismo tiempo se producía una estruendosa tormenta. Hasta donde llegaba la vista, los adoquines estaban rojos por la sangre... El número de muertos es enorme y el de heridos aún mucho mayor". (Ibíd.,) Los trabajadores, por otro lado, lucharon cuatro días enteros con un coraje sin igual. "El coraje con el que han luchado los trabajadores es verdaderamente maravilloso", escribía Marx. Durante tres días enteros, de 30.000 a 40.000 trabajadores fueron capaces de resistir frente a 80.000 soldados y 100.000 hombres de la guardia nacional, contra las metrallas, los obuses, los cohetes incendiarios y las gloriosas experiencias bélicas de los generales que no dudaron en utilizar los métodos empleados en Argelia. Han sido aplastados y, en gran parte, masacrados. Su muerte no será recordada con el honor que fue conferido a los muertos de julio y febrero. La historia, sin embargo, les asignará un lugar totalmente diferente, los mártires de la primera batalla decisiva del proletariado". (Ibíd.,) Después de casi una semana de batallas y combates callejeros, todo el poder del Estado fue utilizado para ahogar en sangre al movimiento. Se pusieron en el orden del día los disparos y la tortura. Unos 15.000 trabajadores murieron asesinados o resultaron heridos, durante y después de la insurrección. La clase dominante se vengó del movimiento independiente de los trabajadores franceses. La reivindicación de los trabajadores "contenía una amenaza al orden existente en la sociedad, los trabajadores que lo plantearon aún estaban armados; por lo tanto, el desarme de los trabajadores fue la primera orden de la burguesía, que estaba al timón del Estado". (Engels). Las revoluciones de 1848 en esencia fueron democrático burguesas en cuanto a las tareas que intentaban resolver. Su aspecto fundamental fue la destrucción de las viejas estructuras feudales y la creación del Estado nacional independiente. Mientras que Marx y Engels esperaban que esta revolución burguesa sería el preludio inmediato de la revolución proletaria, dada la debilidad de la Liga de los Comunistas no tuvieron otra alternativa que formar en Alemania el ala proletaria del movimiento democrático. Su objetivo era destruir el absolutismo y unir los minúsculos y atrasados estados y principados alemanes en una república democrática unitaria. Esto sólo podría conseguirse por medios revolucionarios. El diario Neue Rheinische Zeitung, editado por Marx, era el órgano de la revolución democrática pero, como escribía Engels, de una "democracia que en todas partes insistía en cada punto su carácter específico proletario". El diario, que tuvo un amplio apoyo, se convirtió en el verdadero punto de encuentro del proletariado militante, el centro dirigente de la Liga de los Comunistas. No sólo Marx y Engels lucharon por la independencia nacional de las nacionalidades oprimidas, sino que además defendieron una postura verdaderamente internacionalista. Había otras naciones oprimidas por los reaccionarios estados alemanes, como los polacos en Prusia, los italianos, los checos y otros en Austria, además del zarismo ruso. En este momento el zarismo era la fuerza más contrarrevolucionaria de Europa, de la misma manera que hoy lo es el imperialismo norteamericano. Marx y Engels criticaron enérgicamente la cobardía de los dirigentes burgueses incapaces de apoyar las luchas de las naciones oprimidas como eran los polacos, checos, húngaros e italianos contra el despotismo prusiano y austriaco. La dirección de la revolución recaerá sobre la clase obrera. "... no los burgueses alemanes cobardes sino los trabajadores alemanes, ellos se levantarán y pondrán fin a toda la suciedad, a la confusión oficial del imperio alemán, y con una revolución radical restaurarán el honor de Alemania", explicaba Engels. "Alemania se liberará en la medida que libere a las naciones vecinas". La revolución estalló en Alemania el 18 de marzo con luchas en cada ciudad y barricadas en Berlín y Viena. La población ganó una serie de derechos democráticos pero el control pasó a manos de la gran burguesía, que rápidamente traicionó la lucha. A partir de estas experiencias, Marx y Engels sacaron la idea de la revolución permanente. La burguesía tenía más miedo a la clase obrera que al despotismo feudal. Cada vez jugaba un papel más contrarrevolucionario. Eran incapaces de conseguir una verdadera unificación nacional, como demostró la historia. Marx y Engels depositaron su confianza en la clase obrera. Ellos creían que una revolución democrático-burguesa triunfante, bajo la dirección de los trabajadores, se convertiría en el prólogo de la revolución proletaria y la transformación de Europa. "Antes de que la reacción pueda ser destruida en Italia y Alemania, debe ser derrotada en Francia", explicaba Engels. "Una república social democrática primero debe ser proclamada en Francia y el proletariado francés debe primero subyugar a su burguesía antes de que sea concebible una victoria duradera de la burguesía en Italia, Alemania, Polonia, Hungría y otros países". (Ibíd.,) Marx estaba de acuerdo: "Los húngaros no serán libres, como tampoco los polacos, ni los italianos, en la medida que el trabajo siga siendo esclavo". La derrota de las revoluciones de 1848 eliminó cualquier amenaza de revolución proletaria. Las fuerzas del capitalismo aún estaban madurando. Se tardó otros 23 años antes de que la gloriosa Comuna de París (el primer Estado obrero de la historia) pusiera de nuevo la revolución proletaria en el orden del día del continente europeo.

El mejor homenaje es la lucha por el socialismo

Al camarada Juan Manuel
Marxista poblano de toda la vida

Estas fechas marcan el cincuentenario del inicio de la emblemática lucha ferrocarrilera de 1958-1959. Para la historia del movimiento obrero mexicano, esta lucha es tan trascendente como las huelgas de 1906 en Cananea, la de 1907 de Río Blanco y la huelga general de 1916, entre otros capítulos de la lucha de clases. Esta lucha de hace medio siglo, es inspiradora y particularmente aleccionadora para la clase obrera. De ahí que todas sus contribuciones deban ser retomadas para las batallas entre las clases en la actualidad.

El proyecto industrializador y el Milagro Mexicano

Tras los acontecimientos de la revolución de 1910-17 el capitalismo mexicano entró en un periodo de reconfiguración en el que va a dejar impreso su huella la gesta revolucionaria, marcando nuevos derroteros en búsqueda del desarrollo económico del país.

Se trató de un proceso en el que se enfrentaron diferentes intereses, tanto en las ciudades como en el campo. Ello se tradujo en una inestabilidad social y política que tendría importantes secuelas en los primeros gobiernos emanados de la Revolución, provocando sistemáticas confrontaciones en el seno de lo que, con el tiempo, sería calificado como la Familia Revolucionaria.

La exigencia de estabilidad política y la necesidad de darle un rumbo claro y definido a los Gobiernos de la Revolución, condiciones de especial relevancia para el desarrollo capitalista, demandaban un gobierno fuerte y capaz de “congeniar” los diferentes intereses en pugna para ponerlos a orbitar, de manera voluntaria o no, en torno a un proyecto económico y social a la postre conocido como Nacionalismo Revolucionario.
Sería el presidente Cárdenas (1934-1940) quien asumiría este papel, el cual encontraría una magnífico aliada en la II Guerra Mundial, al derivar ésta en prácticamente la destrucción de la base productiva de casi toda Europa y en la orientación de buena parte de la industria y la producción de materias primas de los Estados Unidos para solventar su participación en dicho conflicto bélico.

Así las exportaciones mexicanas van a encontrar una importante demanda, trasformándose en una palanca para el desarrollo económico y creando una base más sólida para el proyecto industrializador.

No sin reveses, este modelo sería la guía de desarrollo del capitalismo mexicano hasta finales los años 70 y principios de los 80, cuando entraría en una crisis definitiva. Pero antes de esto último, este modelo rindió significativos frutos para el capitalismo mexicano, a tal grado que durante la década de los años 40 hasta la de los 70, este periodo también sería conocido como el Milagro Mexicano, dado el significativo desarrollo que logró el Producto Interno Bruto (PIB) durante todo ese tiempo, con un promedio anual de un 6%.

En dicho éxito el papel del Estado va a ser determinante, dada la cuantiosa inversión pública, que durante ese mismo periodo creció año tras año, hasta acumular un 40%. Esta política posibilitó, entre otras cosas, el crecimiento de la industria pública, que pasó de 57 empresas en 1940, a las 1155 que se registraron en 1982.

La necesidad de exponer las líneas generales del desarrollo capitalista de aquel periodo tiene que ver con el hecho de explicar el contexto material que va a ser determinante en la lucha de clases de aquellos años y, por consecuencia, la manera en que va intervenir el Estado, así como sus políticas hacia el movimiento obrero. En tanto tal, se trata del mismo contexto general en el que se explican los antecedentes y la lucha de los ferrocarrileros durante 1958 y 1959.

El Charrazo de 1948

Los acontecimientos en el seno del sindicato ferrocarrilero de finales de los años 50 son, además, la cúspide de una lucha que inició una década antes. En ella estos trabajadores no cejaron hasta expulsar de su gremio a los dirigentes leales a los patrones y al Estado.

El año 1936, con el surgimiento de la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM) - en ese entonces bajo la dirección de Lombardo Toledano-, marca un hito para el movimiento obrero y para la política corporativa de los gobiernos emanados de la revolución. Con la CTM, el régimen y su partido - el PNR (transformado en 1939 en PRM y después PRI en 1946) -, encontrarían una de las herramientas más sofisticadas de control obrero y de alianza con sus políticas.

A pesar de la estabilidad que le ofreció al régimen esta alianza durante décadas, ésta siempre fue más o menos inestable, dependiendo de la coyuntura ya que, a pesar de todo, siempre estuvo sujeta a los vaivenes de la lucha de clases. Por consiguiente, a pesar del poder de la CTM, el régimen jamás logró una cohesión absoluta en torno suyo por parte del movimiento obrero. Un ejemplo fue el gobierno de Miguel Alemán (1946-1952) el cual se declara anticomunista, le abre de par en par las puertas a la inversión extranjera - especialmente a la yanqui-, y lanza una feroz persecución contra la izquierda sindical.

Alemán representa la culminación de un proceso iniciado en 1940 con el gobierno de Ávila Camacho, en el que la izquierda cardenista, de manera gradual pero firme, es marginada del poder político, abriéndole paso al ala de derechas de la Familia Revolucionaria. Ésta tendría como objetivo frenar lo que a sus ojos se presentaban como excesos cometidos por Cárdenas y sus seguidores en el gobierno, relacionados con la política agraria, la laboral, la social, así como las nacionalizaciones.

Un ejemplo de la determinación de Alemán para poner en orden a los obreros  disidentes fue, a apenas dos semanas de haberse instalado en el poder, el empleo del ejército para obligar a los petroleros a levantar un paro laboral. Con esta forma de arrancar su gobierno, Alemán mandaba un mensaje a la burguesía y al imperialismo de hasta donde estaba dispuesto a llegar con tal de proteger las inversiones.

No obstante, la contradicciones de la economía capitalista no se presentan como las más favorables para asegurar apaciguar las tensiones y reclamos obreros, pues en 1948-49 el peso se va a deslizar hasta pasar de los 4.80 a los 8.60 pesos por dólar. Esto tuvo efectos sobre la inflación al grado de que los salarios son empujados hacia su nivel más bajo desde 1939: el salario mínimo agrícola se deprecia el 46% y el de las ciudades pierde un 39%.  

Ante el acoso de Alemán contra el sindicalismo combativo, la CTM se mantiene impasible avalando en los hechos esta política, pero provocando el malestar entre algunos sindicatos que, encabezados por el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM), rompen en 1947 con el sindicalismo oficial. Entre ellos también estaban los telefonistas, los trabajadores de la aviación, del cemento, tranviarios, de las aguas gaseosas, los de los productos de maíz, etcétera. Todos esos gremios formarían la Central Única de Trabajadores (CUT), a la cual poco después se unirían los mineros y petroleros.

Un año después, a mediados de 1948, la CUT  ya se presenta como un peligro que de dejarlo madurar, pondría en riesgo la hegemonía de la CTM. Para esas fechas la nueva central obrera lanza una intensa campaña de movilizaciones contra la devaluación y la carestía de la vida, teniendo este llamado una importante acogida entre la clase obrera y cimbrando los cimientos del sindicalismo leal al régimen.  Acto seguido, durante esas mismas fechas, la CUT convoca a su Congreso Constitutivo para octubre de ese año.

Para Miguel Alemán, esta insurgencia obrera encabezada por el sindicato ferrocarrilero, se presenta como un obstáculo para la estabilidad social necesaria para continuar atrayendo las inversiones externas. Ante esta situación, el Gobierno monta una provocación contra el sindicato apoyado desde adentro por Juan Díaz de León, mejor conocido por el Charro, del cual se dice que acostumbraba a conducir las maquinas de ferrocarril ataviado como charro. El Charro, quien además era integrante del Comité Ejecutivo, en agosto de 1948 acusa penalmente por desfalco contra el sindicato a su dirigente nacional Luis Gómez Z. y a Valentín Campa, quien además militaba en el Partido Comunista.

En respuesta, el 13 de octubre el sindicato reacciona acusando al Charro de colaborar con el gobierno para dividir al gremio y lo suspende de sus funciones. Ante esto, la reacción del Estado va a ser fulminante: un día después de la sanción contra Díaz de León, este último, auxiliado por el ejército y la policía, toma por asalto las oficinas generales del sindicato ferrocarrilero para, acto seguido, ser impuesto en la dirección nacional de este gremio. Por su parte Gómez Z. y Campa son encarcelados.

El 14 de octubre de 1948 pasaría a la historia por ser el día en que  se desarrolla una de las intervenciones más cínicas y descaradas del Estado en la vida sindical, al mismo tiempo acuñándose de esta manera una terminología que va a marcar desde entonces a la fecha al sindicalismo oficial: los charros y el charrismo sindical.

Recuperación del movimiento

Además de control político sobre uno de los sindicatos mas aguerridos, el Charrazo también va a derivar en una sistemática destrucción de derechos ganados y signados en el contrato laboral de los ferrocarrileros.

La tensión acumulada por esta situación va a empezar a brotar a la superficie cuando David Vargas - sustituto de Díaz de León desde 1951- y la patronal acuerdan hacer significativas modificaciones al contrato de trabajo. Ante esto, los ferrocarrileros convocaron una asamblea general en la Ciudad de México, que se desarrolló del 6 al 10 de junio de 1954. En ella definen un pliego petitorio y reciben como respuesta la toma del local sindical por parte de la policía.

Tras ese acto represivo, de manera astuta los ferrocarrileros pasaron en septiembre de ese mismo año a la táctica del tortuguismo, basándose en el entonces aún vigente Reglamento de Transporte y Seguridad promulgado en 1925. En él se establecía una serie de normas que ya resultaban obsoletas y que su empleo inevitablemente harían más lentas las diferentes tareas de operación de los ferrocarriles. Con dicha acción, las estaciones de ferrocarriles de todo México fueron presa del caos, provocando congestionamientos que, en los hechos, representaron prácticamente la parálisis del servicio.

En este caso, nuevamente el movimiento fue reprimido, los dirigentes encarcelados y fueron despedidos 59 ferrocarrileros. Sin embargo, los ferrocarrileros logran arrebatar un aumento salarial del 7% y un contrato laboral para los auxiliares de locomotoras.  

Era el turno del gobierno de Ruiz Cortines (1952-1958) que, producto de las devaluaciones (la de 1954 va a provocar que la paridad del peso brinque de 8.60 a 12.50 por dólar), se ve en la necesidad de impulsar una política basada en el control de la inflación: el Desarrollo Estabilizador. Ésta implicaba, entre otras medidas, que se tenía como principales fundamentos ofrecer precios bajos de los servicios y bienes de las empresas paraestatales - incluidos los ferrocarriles -, la reducción de los salarios reales y la contratación de deuda pública externa. De este modo, mantener y empujar la industrialización va a encontrar un nuevo estímulo en las penurias de la clase trabajadora, a la par del subsidio hacia la burguesía por parte de un Estado cada vez más endeudado.

Las reacciones a esta política no se dejaron esperar: la Inversión Extrajera Directa (IED) hacia el sector manufacturero pasó del 20% que poseía a principios de los años 50, al 60% logrado en 1960. Además de ello, las condiciones permitieron un mayor ritmo en la concentración de riquezas a tal grado que, para 1958, el 10% de las familias más ricas ya concentraban el 35.7% de los ingresos totales, al lado del 40% de los hogares más pobres, que concentraban sólo el 11%. Las cosas no mejoraban y, ni el Estado ni la burguesía, permitirían que se moviera algo entre los trabajadores, que afectara los logros.

Las conquistas arrancadas durante el movimiento del tortuguismo dieron confianza a los ferrocarrileros para lanzarse con más determinación en pos de sus demandas. Así, en este proceso de recuperación del movimiento, noviembre de 1957 va a marcar un cambio importante en la lucha ferrocarrilera: la sección 15 del sindicato, en contra de la voluntad de los dirigentes charros, realiza una asamblea en la que acuerdan luchar por más salario. Esta acción es seguida por los ferrocarrileros de la sección 27 de la ciudad de Torreón, en la que incluso se define el monto de los 350 pesos como aumento salarial mensual. Tras ello, recogiendo esta demanda, se unen los ferrocarrileros de las diferentes secciones del estado de Veracruz.

Democracia sindical: las heroicas jornadas de agosto de 1958

El empeño de los trabajadores por lograr una mejora salarial derivó en la convocatoria del 2 de mayo de 1958, a una asamblea en la que es creada la Gran Comisión Pro-Aumento General del Salario. En dicha asamblea participan los charros con Samuel Ortega al frente, quien dirigió al sindicato de 1957 a 1958, con la intención de impedir la organización de los ferrocarrileros al margen de su control. Sin embargo, tras su fracaso, los charros desconocen a la Gran Comisión y tratan de enarbolar la lucha por la mejora salarial reclamando sólo 200 pesos, cantidad menor a la que aspiraban los trabajadores.

A pesar de que la demanda salarial interpuesta por los charros es menor a la definida por los ferrocarrileros, la empresa la considera desproporcionada y demanda un plazo de 70 días para resolver.

La respuesta no se va a dejar esperar, los ferrocarrileros de todo el sureste mexicano rechazan el plazo y exigen los 350 pesos de aumento y de paso, destituyen a todos los dirigentes charros de los comités ejecutivos locales, marcando de esta manera el inicio de la lucha para rescatar a su sindicato y democratizarlo.

Tras ellos, el 26 de junio, inician una serie de paros escalonados consistentes en suspensiones diarias del servicio de ferrocarril, iniciando con dos horas para así, al día siguiente sumarle otras dos horas, y así cada día hasta paralizar dicha actividad totalmente. Para estas fechas ya se han unido al movimiento los ferrocarrileros de Monterrey, del Valle de México, de Guanajuato y de Buena Vista, en el DF. Además el movimiento ya ha ganado el apoyo del SME, del Movimiento Revolucionario del Magisterio y las secciones 34 y 35 del sindicato petrolero.

Un resultado ya logrado por el arranque de los paros laborales, es la detención de dirigentes charros en diferentes secciones sindicales: la 10 de Guanajuato, la 2 de Aguascalientes, la 21 de Puebla, la 22 de Oaxaca, la 25 de Tierra Blanca, la 27 de Torreón, la 11 de Irapuato y la 19 de Monterrey, entre otras. A estas alturas, ya estaba totalmente claro que el movimiento apuntaba en dirección hacia la democracia sindical: para el 1 de julio ya habían sido destituidos 22 de 29 dirigentes seccionales afines a la dirección charra nacional. La cabeza de Samuel Ortega estaba a punto de rodar.

Así pues, la lucha ferrocarrilera ya se presenta como peligro para la estabilidad del régimen, pues ya no sólo se trataba de un gremio dando lecciones sobre el camino a tomar en contra del sindicalismo oficial, sino que además su movimiento estaba trasformándose en un polo aglutinador de otros sindicatos y trabajadores que no aceptaban la política de Ruiz Cortines, ni la de la CTM. A ojos de la burguesía, esta lucha en acenso habría que frenarla a toda costa.

Bajo esa consigna, Ruiz Cortines interviene directamente en el conflicto, ofreciendo un aumento salarial de 215 pesos para 58 mil 578 ferrocarrileros y 100 pesos para otros 8 mil 647 restantes. Esta oferta es aceptada por los ferrocarrileros, quienes dejan los paros. Sin embargo, la maniobra para desactivar el movimiento no para ahí: el Gobierno pacta con Samuel Ortega su relevo en el sindicato para ser sustituido por otro Charro, Salvador Quesada, quien se pretendía fuera legitimado en una Convención organizada por los charros.  La intención era hacer cambios para que todo siguiera igual.

La maniobra es correctamente interpretada por los ferrocarrileros, quienes convocan por su cuenta a una Convención insurgentes en la que son destituidos todos los charros, nombrando un nuevo Comité Ejecutivo Nacional con Demetrio Vallejo al frente.  Tras este desafío, lo que seguiría es una intensa lucha por el reconocimiento de la nueva dirección sindical.

Agosto de 1958 va a ser un mes decisivo, tras diferentes intentos frustrados para que la nueva dirigencia fuera reconocida legalmente, los ferrocarrileros lanzan una nueva ofensiva más decidida. El día 31 de julio inician nuevamente los paros laborales escalonados, desatando una serie de acontecimiento en cadena y de manera vertiginosa: el 2 de agosto a las 18:00 horas la justicia penal dicta una orden de “cateo” contra las instalaciones del sindicato ferrocarrilero haciendo caso a la demanda por “despojo” interpuesta por el Charro Salvador Quesada. Todo ello en sincronía con la estrategia del Estado, consistente en reprimir el movimiento, encarcelar a los líderes y convocar a elecciones sindicales 40 días después. Tras la orden judicial, 20 minutos después el ejército y la policía, de manera sincronizada, toman las instalaciones de todos los locales sindicales ferrocarrileros en todo el país. Ante ello, a las 19:45 horas, los trabajadores responden convocando a un paro nacional del ferrocarril que estallaría el 3 de agosto.

Nuevamente el ejército interviene. Demetrio Vallejo es detenido, pero no se logra impedir que ese día no se mueva un sólo ferrocarril a lo largo de todo México. Esta situación se mantiene exactamente de la misma manera hasta el 5 de agosto, cuando el gobierno se ve obligado a aceptar condiciones como las de liberar a los ferrocarrileros presos, no despedir a nadie, la devolución de los locales sindicales y elecciones sindicales antes de 15 días. El paro se mantuvo hasta el 6 de agosto, hasta no ver las demandas satisfechas.

Así, con el éxito en sus manos y llenos de confianza, los ferrocarrileros fueron a las elecciones sindicales, siendo declarada vencedora, el 23 de agosto, la planilla de Demetrio Vallejo con 59 mil 759 votos a favor, contra sólo 9 (si, usted leyó bien, nueve) votos logrados por los charros encabezados por José Maria Lara.

1959: la revancha del Estado

En diciembre de 1958, se instala la presidencia de un nuevo gobierno del PRI, encabezada por López Mateos. El nuevo presidente sería el encargado de preparar una nueva ofensiva, tratando de que esta nueva oportunidad fuera definitiva.

Ya como dirigente oficialmente reconocido, Vallejo va a ser presa de una histérica campaña de empresarios y políticos priístas acusándolo de ser un agente del comunismo internacional y ser un traidor a la patria porque pretendía derrocar al Gobierno. Acusaciones muy a tono con el Macarthismo que por esos años le fue muy útil al imperialismo yanqui para lanzar una intensa cacería de brujas en sus propias entrañas.

La táctica del Estado consistió en dividir al sindicato y aislarlo respecto a su apoyo externo. De este modo, basándose en el exdirigente Luis Gómez Z. y en otros como David Vargas y Manuel Moreno, se desarrolla una campaña de calumnias contra Vallejo y sus allegados acusándolos de comunistas, ladrones, asesinos, violadores, etcétera. Las provocaciones montadas al interior del sindicato empiezan a surtir efecto, rompiendo la sección 15 con el Comité Ejecutivo y separándose de éste uno de sus miembros: Guillermo Hass.

A lo externo, el gobierno lanza una abierta cacería contra la izquierda sindical, eliminado corrientes democráticas en gremios como el SME, el magisterio, telefonistas, petroleros, etcétera. El objetivo fue el de minar cualquier clase de apoyo que podrían obtener los ferrocarrileros frente al ataque que ya estaba preparando el régimen. En el caso de las filas del sindicalismo oficial encabezado por la CTM, la táctica consistió en otorgar algunas concesiones limitadas para impedir que el descontento de los trabajadores bajo el dominio de los charros pudiera ser capitalizado por los ferrocarrileros.

Armado el rompecabezas, el siguiente paso consistió en rechazar cualquier clase de demanda de los ferrocarrileros. Con esa intención, la justicia laboral declaró como inexistente la huelga del 25 de febrero de 1959, optando esta vez los ferrocarrileros por no pasar a una lucha frontal contra el Estado.  Sin embargo, las cosas fueron diferentes frente a la nueva declaratoria de inexistente de la huelga estallada el 25 de marzo. En esta ocasión la acción sindical se mantiene firme, viéndose esto como una oportunidad del Estado para lanzar al ejército nuevamente contra los trabajadores. Así, tres días después de haber iniciado la huelga, Demetrio Vallejo es detenido. Lo mismo ocurre con otros 10 mil ferrocarrileros, 9 mil de ellos son despedidos y los locales sindicales son tomados por la policía y el ejército.

No obstante, la huelga continúa y se mantiene con muchas complicaciones hasta el 12 de abril. Para entonces las fuerzas de los ferrocarrileros se encontraban diezmadas y aisladas. El plan del régimen había dado resultado y por fin logra imponer una nueva dirección charra, con Alfredo A. Fabela (1959-1962) al frente.

Derrotado el movimiento, la represión se extendió hasta mayo de 1960 cuando es detenido el dirigente ferrocarrilero del Partido Comunista, Valentín Campa, quien junto con Vallejo se mantendría en prisión hasta 1969. Su liberación fue una consecuencia más de la heroica lucha estudiantil de 1968. Junto con ellos, también otros 800 ferrocarrileros fueron sentenciados a varios años de prisión.

La derrota del movimiento ferrocarrilero fue considerada una cuestión de Estado. Ello lo ratificada la confesión hecha por Lauro Ortega, quien fuera presidente del PRI, el mismo 25 de febrero de 1959 al expresidente Cárdenas: de acuerdo al primero, un alto funcionario del gobierno le dijo que "si los ferrocarrileros no realizan la huelga que vienen anunciando, la provocaremos nosotros para lograr el cambio en la directiva del sindicato".

El movimiento ferrocarrilero era un peligro por su oposición a la política antiobrera del régimen y un factor también de especial relevancia porque, de haber seguido madurando y desarrollándose, en relativamente poco tiempo se habría trasformado en un punto de referencia que aglutinara a lo mejor del sindicalismo mexicano para disputar con mucha fuerza a la CTM y demás centrales oficialistas, la hegemonía sobre el movimiento obrero, transformando en cosa del pasado al charrismo sindical junto con la alianza histórica del “movimiento obrero organizado” con los gobiernos de la revolución. Un panorama de esta naturaleza habría puesto en serios aprietos al capitalismo mexicano, máxime cuando en Cuba, por esas mismas fechas, los trabajadores, campesinos y el Movimiento 26 de julio recientemente habían derrotado a una de las dictaduras más sangrientas de toda la historia de América Latina e iniciado el camino hacia su liberación y la eliminación de toda clase de injusticias.

Por mucho, la lucha de los ferrocarrileros de 1958-1959 trascendía el ámbito de un conflicto simplemente gremial. La burguesía y el Régimen comprendieron esto y actuaron de manera consecuente de acuerdo a sus intereses, aplastando el movimiento.

La lucha de los ferrocarrileros, que también costó la vida de varios trabajadores, no sólo fue heroica, sino que además fue toda una escuela de estrategia obrera y revolucionaria. Ellos demostraron con creces que cuando la clase obrera se decide es capaz de derrotar al charrismo sindical y poner de cabeza al Régimen. A 50 años de esta titánica lucha, el único reconocimiento que los trabajadores les podemos hacer a los ferrocarrileros y que se ajuste al nivel de batalla que dieron, es aniquilar el capitalismo para sustituirlo por una sociedad que revindique su sacrificio: el socialismo.

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