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Teoría/Documentos

El país magrebí considerado más estable por los medios burgueses, y con el nivel de vida más alto, vive en revolución. En estos momentos el dictador, Zine el Abidine ben Alí, ha tenido que huir y el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, ha tomado el control institucional. Desde el 19 de diciembre las manifestaciones ilegales, la rebelión, se extendieron de un extremo a otro del país. La rabia, la energía de lucha de las masas tunecinas, contenidas desde la revuelta del pan de 1984, vencieron al miedo. La participación es masiva en todos los sectores, estudiantes de bachillerato y universidad, trabajadores, capas medias. La criminal represión, causante de al menos 66 muertos, en vez de paralizar a la población, le ha soliviantado aún más. La huida de Ben Alí plantea a la revolución una nueva situación. ¿Conseguirá el régimen mantenerse tras haber sacrificado a su principal referente? ¿Cuáles son las tareas actuales del movimiento?

La inmolación del joven Mohamed Buazizi en Sidi Bouzid fue el detonante. Este licenciado en paro intentó buscarse la vida con un puesto callejero de frutas y verduras, pero su mercancía fue requisada por la policía y su desesperación le encaminó hacia el suicidio. Los jóvenes, que son la mayoría de la población y se sienten acorralados por el alto paro (según algunas fuentes, del 60% entre los licenciados) y el coste de la vida, se vieron inmediatamente reflejados en esta víctima de la crisis y de la soberbia de un régimen tiránico. En el entierro de Mohamed, 5.000 personas clamaron "hoy te lloramos, mañana haremos llorar a quienes te han empujado al suicidio". Durante estas semanas, desde Sidi Bouzid, Kasserine, Thala y Regueb, se fueron extendiendo las manifestaciones ilegales por todo el país. En varias localidades los manifestantes asaltaron locales oficiales, incluso comisarías. Hubo también al menos dos suicidios (un joven se electrocutó gritando consignas contra el régimen) y cinco suicidios frustrados, lo que refleja el grado de desesperación y determinación. Especial importancia tiene la participación de la población de la cuenca minera de Gafsa, protagonista de una dura lucha, que fue aislada y reprimida, hace tres años.

Las primeras reivindicaciones espontáneas, más centradas en el paro, dieron paso rápidamente a otras más políticas, críticas con Ben Alí, la corrupción, la represión y el régimen. Consignas como "el trabajo es un derecho, banda de ladrones", "abajo los verdugos del pueblo", "trabajo, libertad, justicia social" o "no a los saqueadores del dinero público". Pero la que se impuso por encima de cualquier otra es "Ben Alí, márchate".

La policía reprimió con saña. La noche del 9 de enero y la mañana del 10 provocó decenas de muertos en Kassedine. Las fuerzas represivas ocuparon violentamente la sede regional de la UGTT (Unión General de Trabajadores Tunecinos), sitio de referencia de los manifestantes. En Thala se enfrentaron con ellos estudiantes de bachillerato (un buen ejemplo de la pérdida del miedo a la represión), y los policías se vieron obligados a ocupar institutos. Ese mismo día, el 10, Ben Alí ordenó el cierre de todos los centros educativos. El régimen también infiltró a provocadores en las manifestaciones para excusar la intervención policial, dispuso de francotiradores para asesinar a manifestantes, y organizó saqueos para intentar presentarles como delincuentes.

La criminal represión no sirvió para parar el movimiento, al contrario. La brutal actuación policial en Kassedine y otras localidades entre el 8 y el 10 provocó una mayor movilización, y la incorporación de los barrios obreros de Túnez capital a la revuelta.

Una dictadura descompuesta

El régimen ha demostrado en este proceso síntomas claros de agotamiento. Incluso sectores importantes de capas medias, y profesionales liberales (abogados, actores y artistas) se están movilizando y están sufriendo en sus carnes la represión. Rápidamente, los dos partidos de la oposición legal y domesticada han intentado desmarcarse de la dictadura. Otro síntoma de la descomposición de la dictadura son los rumores de que el responsable del Ejército fue destituido por sus vacilaciones en reprimir la rebelión; evidentemente un sector de militares tiene miedo a los efectos de ésta sobre la tropa, y de hecho hasta ahora, aunque ha salido a las calles, los militares no se han implicado en la represión e incluso ha habido muchos casos de confraternización entre soldados y manifestantes.

La clave para el triunfo definitivo de la insurrección es la implicación de la clase obrera. En Túnez la población urbana es muy mayoritaria, del 65%. Un tercio de la población activa trabaja en la industria (petróleo, minería, textil), y un 43% en los servicios, frente al 22% que vive del sector primario. Correctamente, la población se ha manifestado enfrente y dentro de los locales de la UGTT, ejerciendo presión. La cúpula de este sindicato tradicional (única federación legalizada) ha estado totalmente comprometida con el régimen, sin embargo la presión de su base le ha obligado a convocar huelgas en diferentes localidades, y la dirección nacional condenó la represión del Gobierno e incluso anunció una huelga general, aunque sin fecha determinada.

Ben Alí gobernaba Túnez desde 1987. Su dictadura se ha caracterizado por la eliminación del monopolio estatal del comercio exterior y por una salvaje apertura del país a las multinacionales europeas y estadounidenses, privatización que también ha beneficiado ostentosamente a su familia. Ella es propietaria de la telefonía privatizada, de bancos, de grandes superficies, de concesiones automovilísticas... De hecho el saqueo de los bienes públicos por parte de la camarilla dominante, las empresas extranjeras y los burgueses (saqueo ampliamente conocido, pero ratificado en sus detalles por las filtraciones de Wikileaks), es un factor clave en la explosión popular.

Los intereses del imperialismo

El imperialismo tiene grandes intereses en el país. El acuerdo de asociación Túnez-UE, firmado en 1998, fue un punto de inflexión en el saqueo de las empresas públicas y la ruina de la pequeña producción. También existe un interés político, ya que Túnez es tierra de paso de muchos inmigrantes africanos que intentan acceder a Europa a través de Italia; la UE firmó un acuerdo en 2002 que permite el control y la represión de esta población desesperada, con una contundencia que es más difícil en territorio europeo. Además les interesa de Túnez el control del peligro islamista. Por último, existen intereses estratégicos: el imperialismo necesita en la zona regímenes estables que promuevan sus negocios, y esto sólo es posible con dictaduras. El problema que tiene es que, como demuestra este caso, cada vez es más difícil apuntalar regímenes odiados por las masas, que están perdiendo el miedo, y la rabia recorre todo el Magreb y, también, el principal país árabe: Egipto.

Teniendo en cuenta estos intereses, es difícil sorprenderse de la nula o tibia reacción de los gobiernos imperialistas ante los acontecimientos. El viernes 7 la ministra francesa de Exteriores, Michèle Alliot-Marie, recibía sin publicidad a su homólogo tunecino, Kamel Morjane. La UE no se pronunció hasta el día 10, en boca de la responsable de Exteriores, Catherine Ashton, que pidió la liberación de los detenidos y "diálogo" (es de imaginar que a las dos partes). Más vomitiva todavía es la declaración de Franco Frattini, el de Exteriores italiano; "condenamos cualquier tipo de violencia, pero respaldamos a los Gobiernos que han tenido la valentía y han pagado con la sangre de sus ciudadanos los ataques del terrorismo". El Gobierno de Zapatero ha mantenido durante semanas un silencio cómplice, para al final lamentar con su habitual jesuitismo los hechos violentos producidos. Llama la atención, como ya pasó ante su posicionamiento con la dictadura marroquí (frente a la masacre del pueblo saharahui), la doble vara de medir de los reformistas, cuando se trata de regímenes tiránicos favorables a los intereses capitalistas, o de revoluciones como la venezolana y la cubana.

Los 3 días negros del dictador

Palo y zanahoria combinados ha sido la táctica de Ben Alí. El palo de asesinar a decenas de manifestantes, la zanahoria de destituir a dos ministros y prometía crear 300.000 puestos de trabajo, inversiones, una comisión de control de la corrupción, etc. Promesas que no han engañado a nadie.

Ante el avance de la lucha, con su extensión a los arrabales obreros de la capital, el régimen, en un intento desesperado por parar la insurrección, aislando a los sectores más luchadores del resto, combinó concesiones significativas con un paso cualitativo en la represión. El 12 de enero Ben Alí, por una parte, sacrificaba a su ministro del Interior, y lo más importante: ordenaba la liberación de todos los detenidos. Por otra, decretaba el toque de queda nocturno en Túnez capital, sacando a las tropas a las calles.

Sin embargo, estas maniobras no han tenido éxito. Esa misma noche los enfrentamientos se recrudecieron en la misma ciudad. En la localidad minera de Gafsa duraron hasta bien entrada la madrugada; la policía asesinó a siete manifestantes. La revuelta continuó en Kasserine, Beja (donde fue asaltada una sede del partido gubernamental), etc.

El día siguiente tuvo que reaparecer Ben Alí, en su penúltimo intento de aplacar la revolución. En un falso tono de autocrítica, y utilizando por primera vez el dialecto tunecino y no el árabe estándar (para que le entendieran fácilmente las masas y para dar una frustrada imagen de cercanía), el tirano se ofreció a no optar a la reelección presidencial en 2014, a permitir la libertad de prensa e internet, a abordar una reforma política en profundidad, y otras promesas de carácter económico y social. A la vez, informaba de haber dado orden de no disolver con bala las manifestaciones. Pero mantenía el toque de queda.

Una vez más, la maniobra salió mal. Al certificar con ese discurso la debilidad del régimen, miles de personas se echaron a las calles para celebrarla, haciendo caso omiso de nuevo del impotente toque de queda. El día 14 un clamor recorrió Túnez ciudad: "Ben Alí asesino". La crónica de El País es interesante: "Eran las 9 de la mañana cuando ha comenzado una nueva marcha en el centro de Túnez. Primero se han reunido unas miles de personas frente a la sede del prestigioso sindicato UGTT y luego ha ido creciendo con la incorporación de más manifestantes, hasta reunirse decenas de miles de personas (...). Allí [frente al Ministerio de Interior] se han enfrentado a un cordón policial y lo han sobrepasado. Los manifestantes no se fían del presidente y de lo que dijo ayer, lo llaman ‘asesino' -en francés para que todo el mundo lo entienda- y piden libertad y que los Trabelsi, la familia de la primera dama, sean juzgados. ‘No a Ben Alí', corean los manifestantes, añadiendo que ‘la revuelta continúa'. Dicen, sin parar de cantar el himno nacional, que ‘o nos matan o se van, pero aquí no se negocia".

La manifestación finalmente fue disuelta, aunque grupos de jóvenes mantuvieron enfrentamientos con la policía durante horas. Después de esta multitudinaria marcha, Ben Alí anunció, en su último cartucho, la destitución de todo su Gobierno y la convocatoria de elecciones legislativas. Ben Alí era ya una carga evidente para el propio régimen que lo encubrió, y a las pocas horas se produjo su huída y la asunción del poder formal por parte de uno de sus cargos políticos. Este es la primera victoria del movimiento de masas.

¿Hacia dónde va Túnez?

Han pasado pocas horas desde la huida de Ben Alí. Su sustituto habla de respetar la Constitución del régimen y ha apelado al "sentimiento patriótico". A la vez, se ha declarado el estado de emergencia (es decir, se amplía el toque de queda) y se ha revocado la supuesta prohibición de reprimir con fuego real.

La situación está muy abierta. ¿Puede el régimen, tras desprenderse de la rémora de Ben Alí, intentar ahogar en sangre la revolución, con el Ejército? Puede. Pero los interrogantes sobre cómo acabaría ese intento son demasiado importantes para la reacción. Lo más probable es que intenten remozar la imagen del régimen, ganar tiempo, tranquilizar y engañar a las masas con promesas y juegos parlamentarios, sin que esto descarte una intervención militar más adelante. En cualquier caso, la clase dominante tunecina necesita retomar el poder real, que hoy está puesto en cuestión.

Sin embargo, no está claro que consigan llevar a cabo sus planes. En estos momentos todo lo que huela al régimen es sospechoso para las masas. Mantener en sus cargos a la misma casta política corrupta, organizar unas elecciones tuteladas, y garantizar la misma política de saqueo y privatización para contentar a burgueses propios y foráneos, chocará con un movimiento que se siente fuerte, y que está decidido.

Los sectores más avanzados, al menos, saben que el movimiento haría mal en confiarse. Dos peligros ciernen sobre la revolución, la intervención de los militares y el desvío de la energía de las masas hacia el pantanoso terreno del parlamentarismo burgués.

La mera sustitución de Ben Alí no implica ninguna garantía de conquista de absolutamente ninguna reivindicación social o democrática, el movimiento debe continuar, y en este sentido la convocatoria de una huelga general indefinida es clave. La revolución, más que nunca, implica organización y programa.

Crear comités, dotarse de un programa socialista

El movimiento no puede delegar en nadie ajeno su representación. Es imprescindible la creación de comités en cada barrio, fábrica, localidad, elegidos en asamblea, y su coordinación a nivel nacional. Sus delegados deben ser revocables en todo momento, y organizar la huelga general es su tarea más inmediata. Esta iniciativa no es contradictoria con la presión hacia la UGTT para que convoque ya la huelga general indefinida, y con exigir la elección democrática de sus cargos y la depuración de los elementos comprometidos con la dictadura. Hay que animar a retomar, localidad por localidad, fábrica por fábrica, cada sección de la UGTT, y que ésta sea una herramienta útil para la clase obrera. También los sindicatos independientes, y las organizaciones obreras ilegales, tienen su papel en las asambleas y comités.

No podemos confiar en los cargos del Ejército. Por un lado es imprescindible perseverar en la confraternización con los soldados (fenómeno que ya se está dando), así como reivindicar plenos derechos democráticos para la tropa, y animarles también a organizar comités. Por otro lado, hay que garantizar, a través de las asambleas, que las manifestaciones no sean reventadas por la policía, los locales ocupados, etc.; las asambleas deben organizar milicias para vigilar las manifestaciones, los barrios obreros, etc.

También es imprescindible concretar en un programa las reivindicaciones que son necesarias. Las reivindicaciones democráticas (depuración profunda del aparato de Estado; enjuiciamiento de todos los responsables policiales, políticos y económicos; expropiación de sus bienes, libertades democráticas plenas sin cortapisas burocráticas) deben vincularse a las exigencias sociales y económicas populares (salarios dignos, plan de creación de empleo por parte del Estado, bajada radical del precio de los productos básicos, reforma agraria, etc.), y a la única alternativa que puede garantizar esto: la expropiación de la camarilla dirigente y de los burgueses, que se han lucrado con la dictadura, y de las multinacionales instaladas en el país. Recuperando los recursos del país, se podría planificar la economía al servicio de la mayoría. Para ello es imprescindible el control obrero y popular, a través de los comités que deben organizar la lucha y que deben ser la base de un auténtico Estado democrático, socialista.

Una revolución socialista es la única posibilidad de mejorar el nivel de vida de las masas. Cualquier maniobra burguesa para ganar tiempo no sólo no supondrá ninguna mejora para ellas, sino que puede preceder a una revancha de la clase dominante tunecina, y del imperialismo, que elegirán el mejor momento para ensangrentar de nuevo Túnez, y dar un criminal escarmiento al pueblo.

Un Túnez socialista

Un régimen de democracia obrera, que tome inmediatamente medidas socialistas, tendrá la enemistad radical de los imperialistas. Pero también tendrá un efecto electrizante en las masas del Magreb y de todo el mundo árabe. Marcará un camino a las masas desesperadas, hartas del yugo del imperialismo y del integrismo islámico.

Durante lustros los burgueses han intentado asustar a los trabajadores occidentales con el peligro de los movimientos islamistas. Han escondido convenientemente que éstos no son ni más ni menos reaccionarios que los propios imperialistas, como podemos ver en Afganistán o Irak. Y, sobre todo, han sobrevalorado convenientemente sus fuerzas. A la vez han escondido cómo también en las naciones árabes e islámicas, ricas en tradiciones revolucionarias, existen oprimidos y opresores; también existen trabajadores, jóvenes y campesinos, que buscan una sociedad justa, no en el Paraíso, sino en la Tierra, y que luchan por ella, contra los regímenes proimperialistas y haciendo frente a la reacción islamista (que allí juegan un papel similar al de las bandas fascistas de Europa en los años 30).

Independientemente de lo que pase, la revuelta tunecina es un hito que ya ha tenido efecto en el levantamiento de sectores de la juventud argelina, y que llama poderosamente a la acción a la clase obrera y a los demás oprimidos, en especial de Argelia, de Marruecos y de Egipto. Un Túnez socialista que enarbole la bandera de una Federación Socialista del Magreb y de la extensión mundial de la revolución sería un formidable imán.

El pasado 11 de diciembre, la Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Revolucionaria, llevó acabo su tradicional Escuela de Formación Política Nacional, teniendo como sede la Casa del Movimiento de Azcapotzalco y como antecedente (en esta misma tarea) el también exitoso Curso de Formación Política en la Ciudad de Puebla (http://militante.org/node/1609)

En esta ocasión el tema de estudio se basó en la reciente publicación de la Fundación Federico Engels “Los Cuatro Primeros Congresos de la Internacional Comunista”, mismo que abordamos en los dos ejes temáticos siguientes: el primero, bajo el título de “Táctica Revolucionaria” y, el segundo, sobre “La construcción del partido y de la Internacional comunista”, contando con la asistencia de camaradas no sólo del DF, sino también del Estado de México y de Puebla.

Táctica revolucionaria

En la introducción de la sesión matutina, hecha por el camarada Luis Enrique Barrios, se hizo énfasis en la necesidad de comprender el contexto en el que se construyó la Internacional Comunista entre los años 1919 y 1921, así como de sus Congresos que no son otra cosa más que un cúmulo de experiencias sobre como construir la organización revolucionaria que sea capaz de guiar al proletariado hacia la toma del poder, además de exhortar al estudio de los textos clásicos y de las grandes lecciones que dejaron la I (fundada por Marx y Engels en 1860) y II Internacionales (fundada en 1890).

En el debate diversos camaradas particularizaron sus intervenciones en tópicos como La importancia del internacionalismo proletario, La cuestión nacional, La revolución colonial, El frente único, La guerra y las tareas del proletariado, La cuestión agraria, El papel de la mujer trabajadora, Democracia Burguesa vs Democracia Obrera, El papel de los soviets y los comités en la toma del poder. Estos sólo son algunos ejemplos del bagaje que ofrece esta magnífica obra del arte de construir el partido revolucionario, tan necesario en este momento en el que la chispa se ha encendido, pues hoy nos damos cuenta de la peor crisis económica del capitalismo en los últimos 70 años y en la que ha reflejado de manera más cruel la sobrexplotación a la que es sometida la mayoría de la población mundial.

La construcción del partido y la Internacional comunista.

Por la tarde, sobre el segundo eje temático, la introducción estuvo a cargo del camarada Rodrigo Cruz, quien puso especial atención en explicar que se requiere de una organización política capaz de agrupar a los elementos más conscientes del movimiento obrero y por tanto de revolucionarios profesionales que se dediquen a la construcción del partido, con esto nos referimos a la prensa, las finanzas y sus células básicas.

De la misma forma se habló de lo necesario que es construir una Internacional proletaria revolucionaria, basada en los auténticos principios del marxismo y democracia obrera, con perspectivas correctas que sirvan como guía para dirigir la lucha de la clase trabajadora hacia la victoria definitiva, hacia la revolución socialista y su extensión a nivel mundial.

Durante la discusión varios compañeros militantes expusieron, con alto nivel, alguno de los siguientes temas El papel del partido antes, durante y después de la revolución, Táctica de trabajo al interior de los sindicatos y demás asociaciones o agrupaciones obreras. El tipo de militante y la composición social del partido, Centralismo democrático, Tesis sobre estructura, métodos y acción de de los partidos comunistas y La formación de los cuadros (la cuestión educativa), entre otros enriquecedores temas.

Dimos cuenta que sin conquistar la teoría, y con esto nos referimos al método dialéctico, la táctica y la estrategia revolucionarias, no podemos siquiera imaginar conquistar a las masas pues no contaríamos con las armas para explicarles hacia dónde y cómo dirigir tal fuerza revolucionaria hacia la toma del poder. Al final, entonamos La Internacional.

¡Únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha con nosotros por la transformación socialista de la sociedad!

El pasado mes de noviembre se cumplieron 100 años del inició de la revolución mexicana y 95 del “Proyecto de la Ley General del Trabajo” emitido en Cuernavaca, Morelos, el 7 de noviembre de 1915 por parte del Consejo Ejecutivo de la Convención Nacional Revolucionaria, que aunque ya debilitada, expresa una cierta radicalidad de la misma bajo la influencia zapatista.

Dicho “Proyecto” se encuentra entre los manifiestos, solicitudes, planes, decretos, leyes y otros documentos elaborados por el movimiento zapatista entre 1911 y 1920 para ir respondiendo a los problemas, necesidades y objetivos (inmediatos, locales y nacionales) que iban surgiendo durante la lucha armada, pero que son poco conocidos. Pues, generalmente se considera el “Plan de Ayala”, si no como el único, sí como el más importante documento zapatista, reduciendo la lucha de tal movimiento a la simple reivindicación agraria.

Sin embargo, si se busca y analiza otros documentos1[1], podremos conocer un poco más de los objetivos políticos, económicos y sociales de la lucha zapatista. Así, por ejemplo, revisando los Proyectos de Ley, se puede ver cuáles eran las necesidades más urgentes de los zapatistas y que no fue sólo la cuestión agraria lo que les preocupaba resolver, sino también los problemas de educación, salud pública y seguridad social, así como de infraestructura y laboral.

Es al aspecto laboral al que nos referiremos a continuación. No por simple curiosidad o erudición historiográfica, como algo que ya pasó o terminó con el asesinato de Emiliano Zapata en abril de 1919, sino con la intención de recuperar la memoria histórica (que intenta borrar la burguesía) de la clase trabajadora en su lucha contra la miseria y explotación que siguen existiendo a 100 años de la revolución.

Desarrollo del capitalismo

El trabajo asalariado, característica fundamental del capitalismo, existe en México desde la segunda mitad del siglo XVI en la industria minera, pero es hasta mediados del siglo XIX (después de la guerra de independencia), cuando el capitalismo empieza a dominar con mayor fuerza en la industria textil, la minería y los ferrocarriles, aunque se va extendiendo a la industria del papel, el vidrio, el cemento, la cervecera y a principios del siglo XX la industria siderúrgica y eléctrica.

Durante el gobierno de Juárez (1858-1863), con las Leyes de Reforma que favorecían el avance del capitalismo y el mercado interior, no se resolvió realmente el problema agrario y mucho menos el laboral, pues según la doctrina liberal, el Estado no debía intervenir en las relaciones obrero patronales. Las pocas medidas legislativas que existían en el tema laboral, eran muy limitadas y en la mayoría de los casos no se respetaban. 

Para fines del siglo XIX y principios del XX, la economía mexicana se caracteriza por un desarrollo desigual y combinado, en la que coexistían unidades producción capitalista (fábricas textiles, minas, haciendas) con unidades de producción precapitalistas y no capitalistas (talleres artesanales, haciendas “tradicionales”, rancherías y comunidades campesinas) que complementaban a las primeras, en un contexto de expansión mundial del capitalismo que estaba transitando de la libre competencia a la fase monopólica imperialista.

Inicios de la lucha obrera

De forma paralela a su desarrollo, el capitalismo iba fortaleciendo al proletariado, clase que por su papel en la producción económica, está destinada a derribar este sistema explotador. Así, pues, al lado de aproximadamente 12 millones de campesinos, jornaleros o peones, se iba desarrollando el incipiente proletariado mexicano, aunque apenas superior a los tres millones de obreros sobreexplotados.

El proceso de lucha de esta incipiente clase obrera para defender sus derechos frente al capital empieza a través de asociaciones mutualistas y cooperativas a mediados del siglo XIX, mismas que conllevan a la fundación del Gran Círculo de Obreros de México, el 16 de septiembre de 1872, uno de los gérmenes del sindicalismo en nuestro país.

A pesar de estar prohibidas, durante la década de los setenta del siglo XIX, estallaron diversas huelgas (de sombrereros, barreteros y textileros, entre otros) contra el desempleo, por la suspensión del trabajo nocturno, la reducción de la jornada laboral y por aumento salarial. Y es que las jornadas diarias de trabajo eran de 14 a 15 horas con salarios miserables que apenas alcanzaban para comer; tiendas de raya mediante las cuales los patrones extendían sus ganancias; trato inhumano de capataces y jefes; explotación de mano de obra infantil; ausencia de seguridad social y medidas de protección al trabajo, así como represión a toda forma de organización colectiva.

Era tal hartazgo de los trabajadores ante tal situación de explotación bajo el porfiriato (1876-1911) que llegan a contabilizarse oficialmente 250 huelgas. Las más emblemáticas de aquellas son las de los mineros de Cananea, Sonora (1906); la de los obreros textiles de Río Blanco, Veracruz (1907); y la de los ferrocarrileros (1908), encabezadas por la tendencia anarquista de los hermanos Flores Magon y su Partido Liberal Mexicano, que, aunque fueron ferozmente reprimidas por el régimen de Porfirio Díaz, anticipaban la caída del dictador.

Estalla la lucha armada

Dos años después de haber sido derrotada la última de aquellas luchas obreras, en noviembre de 1910, inicia el movimiento armado campesino que terminará con el derrocamiento del dictador (Díaz sale del país en mayo de 1911) que es sucedido por Francisco I. Madero. Como se sabe, los intereses de clase de este último fueron un factor determinante para que no cumpliera con las demandas de los sectores campesino y obrero en los que se apoyó para luchar contra el régimen porfirista.

Viendo traicionados los intereses de las masas campesinas, Villa y Zapata continúan luchando, ahora contra Madero, luego contra Victoriano Huerta y finalmente contra Venustiano Carranza.  En el caso de los obreros, diversos sectores (sastres, albañiles, impresores, carpinteros, cocheros, panaderos y artesanos de la capital) empezaron a organizarse en sindicatos para defender sus derechos frente a los empresarios, en su mayoría extranjeros. A mediados de 1911 estallan diversas huelgas en todo el país, el movimiento obrero empieza a recuperarse y funda en septiembre de 1912 la Casa del Obrero Mundial (anarquista de palabra y colaboracionista en los hechos) que interviene en más de 70 huelgas desarrolladas durante su primer año de existencia.

En octubre de 1914 la Convención Nacional Revolucionaria formada en Aguascalientes y dominada finalmente por los jefes militares zapatistas, se pronuncia a favor del Plan de Ayala, desconoce a Carranza como presidente y en diciembre del mismo año Villa y Zapata ocupan la capital del país. Pero la ausencia del partido revolucionario, la falta de un programa y política claros, opuestos al de la burguesía carrancista y reformista de Obregón, para romper con el capitalismo, llevó a perder las posiciones políticas ganadas y a la permanencia de Carranza en el poder.

Los obreros, aunque simpatizaban con la lucha campesina, carecían de una dirección revolucionaria a nivel nacional. La política de los dirigentes sindicales se inclinó a vincularse con el gobierno burgués de Carranza, que en enero de 1915 logra el apoyo de la Casa del Obrero Mundial (a través de los famosos “batallones rojos”) para combatir a las fuerzas revolucionarias de Villa y Zapata con la promesa de que su gobierno dictaría leyes a favor de los obreros. Al año siguiente, cuando Carranza no sólo no cumplió ninguna de sus promesas, sino que reprimió al movimiento campesino y las luchas obreras, los grupos obreros opuestos a la alianza pactada en secreto por los dirigentes sindicales de la COM, con el Sindicato Mexicano de Electricistas al frente, protagonizan la huelga general de julio-agosto de 1916.

La Comuna de Morelos

A fines de enero de 1915, mientras Obregón (aliado de Carranza) combatía al ejército de Villa para recuperar el control el centro y norte del país, se desarrolló uno de los episodios de mayor significación histórica, pero poco conocido, de la revolución mexicana [2]. Y es el proceso de la puesta en práctica del “Plan de Ayala” por parte de los campesinos de Morelos que liquidaron los latifundios (mediante el reparto de la tierra) y las unidades de producción capitalista en la región (expropiando y nacionalizando sin pago los ingenios azucareros); acciones que la Convención Nacional Revolucionaria intentó generalizar a nivel nacional a través de leyes y decretos, pero era cuando las fuerzas zapatistas revolucionarias se habían replegado y por ello, no pudieron trascender las fronteras locales de Morelos.

Entre los Proyectos de Ley para solucionar problemas inmediatos y locales de los campesinos estaba, por ejemplo, el de “Organización y funcionamiento de las Juntas de Reformas Revolucionarias” (25 de octubre de 1915) para la distribución de la tierra; la “Ley General sobre Libertades Municipales (15 de septiembre de 1916) y la “Ley sobre ingresos del estado y municipales” (18 de septiembre de 1916) y administrativa para el estado de Morelos (17 de marzo de 1917), entre otras. En cuanto a las leyes para aplicarse a nivel nacional se dictaron varias relativas al problema de la educación (27 de noviembre de 1915), la justicia (1° de diciembre de 1915), la imprenta (8 de enero de 1916) y los impuestos (17 de diciembre de 1915), así como la “Ley sobre la supresión del Ejército Permanente (3 de noviembre de 1915) que reprimía a los pueblos.

Con la misma visión nacional, también se dictaron leyes en materia de trabajo de obreros, funcionarios y empleados, tales como, la “Ley sobre formación del Ministerio del Trabajo y de justicia” (25 de octubre de 1915), la “Ley sobre accidentes del Trabajo” (27 de octubre de 1915), la “Ley General sobre Funcionarios Públicos” (2 de noviembre de 1915) y el “Proyecto de la Ley General del Trabajo” (7 de noviembre de 1915), para incluir a los diversos sectores de la clase trabajadora en la lucha de los zapatistas. Entre las reivindicaciones económicas de los trabajadores, este Proyecto de Ley consideraba demandas de las anteriores luchas obreras, tales como que:

-    La jornada máxima de trabajo debería ser de ocho horas,

-    Debería ser obligatorio el descanso dominical,

-    Pago de horas extras,

-    El salario mínimo por ningún motivo sería menor a la cantidad que bastare para la subsistencia del trabajador y su familia,

-    Prohibido el trabajo nocturno o subterráneo para las mujeres y toda clase de trabajo para éstas durante la gestión y para los niños menores de 14 años, debiendo estos últimos recibir instrucción,

-    Condiciones de salubridad e higiene para precaver a los trabajadores de enfermedades, del agotamiento prematuro y de los riesgos inherentes al trabajo que preste.

Como se observa, la clase obrera, aunque numéricamente pequeña, empezaba a tener un peso político muy importante. Esto se expresó en la inclusión de sus demandas tanto en las disposiciones zapatistas como en el programa de la burguesía que se vio obligada a legislar sobre ellas en la Constitución de 1917 (artículo 123) y luego en la Ley Federal del Trabajo el 28 de agosto de 1931.

¡No a la contrarreforma laboral!

No obstante, a pesar de haberse legislado sobre los derechos laborales de los trabajadores para contener sus luchas, apoyarse en ellos y consolidar su estado, la burguesía ha tratado permanentemente de eliminar, reducir al mínimo o simplemente no respetar cada una de esas conquistas que le fueron arrebatadas por la clase trabajadora. Si se consideran, por ejemplo, algunos de los postulados básicos que incluye el artículo 123 constitucional, la realidad actual es muy diferente a lo plasmado en el papel.

-          “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos...”

Pero, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo de septiembre de 2008 al mismo mes de 2010, el desempleo se ha incrementado en un 68%, pasando oficialmente de un millón 909 mil 728 a casi 2.7 millones de personas desocupadas (más de la mitad jóvenes) que buscan infructuosamente trabajo (La Jornada, 26/11/10). Y el propio Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), reconoce que la precarización de las condiciones laborales en el país se ve reflejada en el hecho de que la tercera parte de la población ocupada labora en la informalidad y casi la mitad de los trabajadores remunerados a escala nacional no cuentan con prestaciones de ley (La Jornada, 16/11/10), son precarios y temporales.

-          “La duración de la jornada máxima será de ocho horas”

Sin embargo, en relación a las horas de trabajo y considerando el salario mínimo con que cuentan al rededor de la mitad de los trabajadores en nuestro país, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM indica que, si en diciembre de 2006 los trabajadores tenían que laborar 13 horas 17 minutos, para el mes de agosto pasado tenían que trabajar 23 horas para poder adquirir íntegramente la CAR. Así que para acceder únicamente a la canasta alimenticia recomendable (CAR) con un salario mínimo el trabajador y su familia tienen necesariamente que sumar jornadas laborales diarias de más horas para sobrevivir.

-          “Los salarios mínimos deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos…”

 

Pero en lo que va del sexenio de Calderón, de acuerdo con el INEGI, nueve de cada diez personas que se han sumado al mercado laboral perciben menos de dos salarios mínimos (La Jornada, 06/12/10). Y de acuerdo con estadísticas del CAM, de diciembre de 2006 al mes de agosto pasado, el precio de la CAR se había incrementado más de 104% (al pasar de 80.83 a 165.15 pesos), mientras en el mismo periodo, el salario mínimo apenas aumento un 17% (pasando de 48.67 a 57.46 pesos), durante el autodenominado gobierno del “para vivir mejor”.

Con esto, según el CAM, la caída en el poder adquisitivo de los trabajadores durante el gobierno de Calderón es ya superior a la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari, y similar a la experimentada durante la llamada década perdida de los años 80 del siglo pasado. Sólo en el rubro de los alimentos, la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario en el mes de agosto era ya de 42%, sin tomar en cuenta otras necesidades como gas, renta, aseo personal y del hogar, lo que significarían una pérdida del 47% en el poder adquisitivo de los trabajadores.

La situación es más grave todavía para el caso de las personas que se ubican en el sector rural, pues según señala la Confederación Nacional Campesina (CNC), el encarecimiento de la canasta básica ha sido de 115% y la pérdida del poder adquisitivo de las familias rurales de 44% durante el gobierno espurio de Calderón (La Jornada, 13/12/10).

-          “El patrón estará obligado a observar, de acuerdo con la naturaleza de su negociación, los preceptos legales sobre higiene y seguridad en las instalaciones de su establecimiento, y a adoptar las medidas adecuadas para prevenir accidentes… así como a organizar de tal manera éste, que resulte la mayor garantía para la salud y la vida de los trabajadores…”

 

Sin embargo, las condiciones de seguridad e higiene no son respetadas en la mayor parte de los centros de trabajo; basta recordar la tragedia de Pasta de Conchos en 2006 y la guardería ABC en 2009. O el homicidio industrial cometido contra las trabajadoras de Coppel, en Sinaloa, el pasado 10 de noviembre, que muestra las verdaderas condiciones de inseguridad y explotación que sufren miles de trabajadores y trabajadoras en los grandes centros comerciales y de servicios.

-          “…los obreros tendrán derecho… para coaligarse en defensa de sus respectivos intereses formando sindicatos, asociaciones profesionales, etcétera”.

 

La libertad de asociación, también es ficticia. Casos como el feroz ataque del gobierno contra el sindicato minero y el de los electricistas, son prueba de los intentos permanentes de la burguesía por acabar con las organizaciones tradicionales de los trabajadores. Hoy justamente, en la propuesta panista de contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo se plantea imponer mayores requisitos para el registro de sindicatos y emplazamiento a huelga.

La única alternativa es la revolución socialista

Como vemos, la burguesía mexicana (supeditada completamente al capital extranjero) no sólo no ha resuelto ninguna de las demandas sociales que dieron origen a la revolución mexicana, sino que en materia laboral y con su administrador Calderón en el gobierno pretende eliminar por completo todos los elementos progresistas que contiene la Ley Federal del Trabajo. Porque, si bien es cierto que dicha ley, desde sus orígenes contiene una serie de restricciones a los derechos de los trabajadores (por ejemplo, el que Estado se adjudica el derecho de reconocer la existencia o no de un sindicato y en ese sentido declarar legal o ilegal una huelga, entre otras) y deben luchar por modificarlas a su favor, de llevarse a cabo la contrarreforma significaría un retroceso social de prácticamente 100 años.

Mientras sigamos viviendo bajo el capitalismo, el derecho a un trabajo digno, educación, salud, vivienda, recreación, etcétera, serán inaccesibles para los trabajadores que, sin embargo, son quienes producen la riqueza en la sociedad. De esto van siendo conscientes los trabajadores en nuestro país y a nivel internacional. Pues estos mismos ataques a sus conquistas laborales están recibiendo los trabajadores de los países desarrollados de Europa, mediante los planes de ajuste y austeridad de sus gobiernos nacionales a los cuales han respondido con multitudinarias movilizaciones y huelgas generales.

La revolución mexicana no ha terminado y la lucha por los derechos laborales continua. Sólo la clase obrera, apoyada por los campesinos pobres y demás sectores sociales oprimidos y explotados, puede acabar con la actual crisis orgánica del capitalismo y resolver definitivamente las demandas democráticas de la revolución iniciada hace 100 años. Para ello debe dotarse de una dirección auténticamente revolucionaria, armada con el programa de lucha por la revolución socialista a nivel nacional e internacional que expropie a los expropiadores. ¡Únete a la Tendencia Marxista Militante y luchemos juntos para frenar a la derecha representada por el PAN y el PRI, contra el sistema capitalista y por la revolución socialista a nivel internacional!

Notas:

1. Los documentos a que se hace referencia se pueden consultar en: Espejel, Laura y otros. Emiliano Zapata. Antología.

2. Ver el libro “La revolución interrumpida” de Adolfo Guilly y el de John Womack titulado “Zapata y la revolución mexicana”.

Una vez más este pasado 20 de Noviembre el Hemiciclo a Juárez se vio rodeado de gente que con muchos ánimos y entusiasmo se aglutinó a la convocatoria lanzada por AMLO con motivo de la conmemoración del centenario de la Revolución.

Aunque hubo una gran confusión con respecto a la hora y lugar de la convocatoria la gente estuvo al pendiente de este llamado. El Hemiciclo a Juárez se vio rodeado por aproximadamente cinco mil personas que nuevamente demostraron la fidelidad a la lucha  que encabeza AMLO y, sobre todo, la firmeza con la que están decididos a frenar los ataques del gobierno Calderonista y que ven en este movimiento la herramienta para lograr tal objetivo.

Si bien es cierto que la realización de este evento era para conmemorar de forma “diferente” el centenario de la revolución, muchos presentes esperábamos que Obrador se diera unos minutos para poder dar un balance y táctica sobre el proceso que se está desarrollando en el Estado de México con respecto a la elección de candidato que representara a la izquierda y a su movimiento a la gubernatura de dicha entidad. Lamentablemente esto no ocurrió así y su discurso se baso específicamente en hablar del proceso revolucionario de 1910 y de las tareas que llevaron a cabo los hermanos Flores Magón.

Sabemos que lo que está ocurriendo dentro del PRD con respecto a la elección del candidato para gobernador  y con respecto a las alianzas es algo que le inmiscuye a toda la base del partido y a la gente que se organiza en torno al Gobierno Legítimo. No podemos minorizar este hecho ya que le estaríamos dejando las puertas abiertas a los chuchos para que decidan cómo se debe manejar el partido. Y como hemos visto lo están manejando por la vía rápida de la traición y el entreguismo a la derecha.

Como ya es costumbre, MILITANTE estuvo presente en este acto, luchando y dotando de ideas a los trabajadores, amas de casa y jóvenes que se presentaron al llamado de AMLO. Esta ocasión asistimos con la venta habitual de nuestra prensa y materiales de la Fundación Federico Engels. Los compañeros que nos dimos a la tarea de vender nuestro periódico llamábamos a luchar por las alianzas pero no con los partidos de la burguesía (PAN y PRI), sino con la clase trabajadora, con los sindicatos y con todos aquellos sectores oprimidos mexiquenses. Llamábamos por la expulsión de los chuchos del partido y que éste se convierta en el verdadero partido revolucionario que aglutine y luche por las demandas de toda la clase trabajadora del país. Por un candidato verdaderamente de izquierda con el cual la gente se vea representada y que por supuesto tenga todas las posibilidades de ganar la gubernatura del Estado de México. Por supuesto la gente que escuchaba estas consignas las recibía muy bien y terminaban por adquirir nuestro periódico.

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, decía Carlos Marx en el Manifiesto del partido comunista. La revolución mexicana de 1910 demuestra precisamente esa idea. Por todo nuestro país se extendieron los grupos revolucionarios de campesinos pobres exigiendo su derecho a vivir una vida digna y plena, libre de vejaciones, explotación y hambre. La Revolución Mexicana de hace 100 años se convirtió en uno de los capítulos más estremecedores en la lucha de clases de nuestro país y a pesar de toda las tergiversaciones de la que ha sido presa, hoy día sigue siendo uno de los mas grandes miedos de la burguesía y una gran fuente de lecciones para los trabajadores y campesinos pobres.  

Desarrollo desigual y combinado

Las Leyes de Reforma dan como resultado una poderosa concentración latifundista de la propiedad agraria. La iglesia ve afectado sus intereses materiales pero la peor parte se la llevan los pueblos indios, quienes además sufren la represión, el encarcelamiento y la persecución. Bajo esta lógica crecieron grandes terratenientes como Luis Terrazas quien decía “Yo no soy de Chihuahua, Chihuahua es mío”; frase literalmente cierta pues él era dueño de casi todo el estado.

En el año 1875, la red ferroviaria contaba con 578 kilómetros (km)  de vías, pero para 1910 alcanzó los 20 mil km, acelerando así la extracción de riquezas naturales, fortaleciendo el comercio y asegurando el rápido traslado del ejército a los lugares donde se desarrollaran levantamientos campesinos. Pero el incipiente capitalismo mexicano nace atado de pies y manos; para 1910 el 77% del capital invertido pertenece a extranjeros, de éste el 44% viene de EEUU, el 24% de Gran Bretaña y el 13% de Francia. Hacia principios del periodo revolucionario, México contaba con una población de aproximadamente 15 millones 160 mil habitantes, de ellos 12 millones conformaban la inmensa capa de campesinos, jornaleros o peones (incluyendo a sus familias). En contraparte sólo existían registrados 834 hacendados (sin incluir sus familias).

Las grandes luchas obreras

En aquellos años los obreros en nuestro país era una clase numéricamente muy reducida (al igual que la Rusia zarista) y dispersa. Pese a ello, su rol en la en la lucha de clases quedo firmemente establecido. El régimen de Porfirio Díaz fue particularmente represivo, el derecho a huelga y la organización estaban prohibidos en 1905, pero con todo y ello se contabilizó (oficialmente) 250 huelgas durante la administración de porfirista. Los fuertes tambores de guerra los hicieron sonar los obreros con las huelgas en Cananea y el Rio blanco en los años 1906 y 1907 respectivamente. Ante el miedo provocado por estas luchas, el gobierno recurrió al asesinato de dirigentes y bases obreras, en el caso de Cananea la represión dejó un saldo de 23 muertos y 22 heridos y en Río Blanco se estima que cuando menos 400 cayeron abatidos por las balas del ejército porfirista.

La desgracia histórica de estas luchas fue que para ese momento el proletariado estaba prácticamente desarmado, sin grandes organizaciones de masas y por otro lado, el partido revolucionario no existía. Los hermanos Flores Magón estuvieron detrás de estas luchas, pero su programa no presentaba una ruptura con el capitalismo sino sólo un conjunto de reivindicaciones económicas y políticas: salario, educación, salud, etc. En el terreno táctico los hermanos Flores Magón tampoco lograron llevar la lucha a una iniciativa unificada con una dirección central. El magonismo fue fundamental en los preparativos de la revolución mexicana, ellos fueron hombres de acción, decididos a dar lo mejor de sí mismos por la liberación de la clase trabajadora y el campesinado, pero fueron “hijos de su época” y las ideas y táctica del marxismo les fueron ajenas, con ello sólo les quedó el camino de aprender por su propia experiencia que desgraciadamente los llevo hacia el anarquismo por verlo como la parte más radical del pensamiento proletario.

Adiós al dictador

Las amplias masas vivían atadas a una pesada cadena de deudas que nunca lograban pagar a las tiendas de raya, a salarios de miseria, a trabajos forzados casi comparables al esclavismo. Las modernas formas de propiedad se combinaban con las más atrasadas formas de explotación. Sumado a ello, la clase gobernante no tenía ningún rubor en mostrar los grandes lujos de que gozaba. Este fue el marco bajo el cual Porfirio Díaz se reelige en junio de 1910, al mismo tiempo que encarcela a su máximo oponente Francisco I. Madero. El régimen de Díaz era odiado profundamente, por ello, a la liberación de Madero y el lanzamiento del Plan de San Luis, las masas se volcán dando su apoyo a un hombre que prometía “democracia” y la “restitución de las tierras” a los campesinos. A pesar de su discurso Madero nunca deseó una revolución como la que luego se desató; él como parte burguesía sólo buscaba una cambio “democrático” acuñado en aquella frase de “sufragio efectivo, no reelección”.  

Después de Noviembre de 1910 el estallido revolucionario se fue extendiendo por todo el país, cada vez más y más hombres se sumaban a “la bola”. Las derrotas del Ejército Federal reflejaban la debilidad de un régimen porfirista podrido, mientras que los grupos armados revolucionarios mostraban la fiereza de quien lucha por su propia vida y por una sociedad sin explotación. Villa y Zapata fueron, a pesar de sus errores programáticos, dos grandes hombres que personificaron la inteligencia, el valor, la entrega de todo un pueblo en armas y las aspiraciones de los sectores más oprimidos hacia un cambio de fondo en la sociedad.

Madero en el poder

La burguesía y los terratenientes sufrían el miedo de perderlo todo ante el virus de la revolución, por ello toman una medida tratando de frenar y desarticular al movimiento: en mayo de 1911 Porfirio Díaz renuncia y parte a Francia, al mismo tiempo que se llama a elecciones. El “gran” dictador cayó después de 30 años de ocupar la silla presidencial; escapó con la cola entre las patas a refugiarse lejos de los campesinos armados. Este primer gran acontecimiento demuestra el gran poder de las masas y la incapacidad de los gobiernos de derecha para sofocar la llama de la revolución. Sin embargo, los objetivos de la revolución aun no se cumplían.

El acuerdo entre Díaz y Madero, denominados acuerdos de Ciudad Juárez, implicaban a cambio un llamado al desarme de los campesinos y mientras que sobre la retribución de las tierras no se mencionaba ni una letra. Pero la caída de Díaz fue un triunfo de las masas que les infundió aun más fuerza y ánimo, por ello no hicieron caso a Madero y sin esperar ninguna bendición tomaron tierras y las distribuyeron.

Cuando Madero sube a la presidencia ya estaba clara su traición, por ello Zapata lo desconoce como jefe de la revolución y responde con el Plan de Ayala, dándole un programa político a la revolución Mexicana.

El programa campesino

Los hermanos Flores Magón son los autores de aquel lema que luego Zapata retoma y que resume las aspiraciones de las masas empobrecidas: “Tierra y libertad”. Una enorme limitación de la revolución mexicana fue que su base era fundamentalmente campesina (jornaleros, peones, trabajadores agrarios, pequeños propietarios). Los obreros golpeados por la represión de 1906 y sin organización revolucionaria que reflejara sus intereses y los sumara a la lucha, se mantuvieron prácticamente al margen de los acontecimientos después de 1910. Esta contradicción dio como resultado un programa fundamentalmente agrario, factor que permitió que los grandes señores del dinero, terratenientes y el imperialismo estadounidense se quedaran con  las palancas fundamentales de la economía: banca, industria, comercio, etc.

Con ello y a pesar del heroísmo de las masas revolucionarias, a consecuencia de la falta de un partido que unificara al proletariado con el campesinado pobre bajo un programa que planteara la disolución de la propiedad privada capitalista, el poder político central lo obtendrían tarde que temprano sus enemigos. La restitución de las tierras a sus dueños originales debía ser uno de los pasos necesarios y obligados de la revolución, pero al mismo tiempo debía lanzar toda una política de expropiaciones hacia los grandes empresarios y banqueros. Con esto se podría haber integrado a los obreros que aun siendo una minoría significarían el factor más poderoso. Este fue el caso de la Revolución Rusa, donde la clase obrera, a pesar de ser minoritaria en relación al campesinado, gracias al partido de bolchevique pudo tomar el poder y eliminar la propiedad privada capitalista.

Revolución permanente

La teoría de la revolución permanente de Trotsky explica que la burguesía de los países coloniales o excoloniales están íntimamente ligados al capital extranjero y a los terratenientes, es decir son incapaces de lograr incluso los objetivos de una revolución democrático burguesa. Por ello, dicha tarea queda en manos del proletariado, aliado al campesinado pobre, que inmediatamente debe seguir con las tareas de la revolución socialista y extender la lucha fundamentalmente hacia los países avanzados.  El proletariado estadounidense era clave para el triunfo en México. 

Villa, Zapata y antes los hermanos Flores Magón fueron grandes hombres que estuvieron a lado de los explotados, sus debilidades programáticas y tácticas tienen una explicación histórica y no personal. A diferencia de los dirigentes Bolcheviques, los dirigentes mexicanos no tuvieron la oportunidad de ponerse en contacto con los grandes debates teóricos, ni pudieron estar cerca de las lecciones que dejaron las luchas obreras de Europa. El pobre desarrollo industrial de México los puso teórica, material y geográficamente lejos de la teoría revolucionaria. 

Pero la historia no hace concesiones a nadie y como resultado Venustiano Carranza fue el que logra coronar los intereses de la burguesía liberal en la “Constitución de 1917”, con ella se logra desmovilizar, después de años de grandes batallas al campesinado, abriendo un periodo de un régimen bonapartista muy inestable.

La revolución Mexicana está viva

En éstas fechas muchos historiadores han hecho todo un trabajo concienzudo para confundir y para borrar la huella de la revolución mexicana. Muchos de estos intelectuales plantean incluso que no existió revolución sino sólo una serie de levantamientos inconexos. Otros se encargan de caricaturizar a Villa y a Zapata; la gran mayoría ni siquiera hablan de Cananea y Rio Blanco. Los festejos que ha organizado el gobierno panista por el Bicentenario son realmente ridículos. Todo ello tiene como origen el miedo a que el pueblo obrero y campesino pobre mexicano se ponga en contacto directo con su historia de lucha contra la explotación. Calderón tiene miedo de esa historia pero por más basura que le pongan encima, no la pueden ocultar.

La crisis internacional del capitalismo ha provocado una oleada de luchas obreras por todo el mundo, incluso en los países desarrollados. En estas condiciones, las tradiciones de lucha resurgirán, la historia renacerá, los jóvenes y obreros levantaremos el puño y juntos lucharemos por un mundo socialista y así de una vez por todas terminar con este sistema de horror sin fin.

Con mucho entusiasmo y gratitud queremos anunciar a nuestros lectores que  nuestra rifa anual (que organiza la Tendencia Marxista Militante) fue todo  un éxito. También compartimos con todos los amigos y simpatizantes de Militante que el compañero Samuel Santibáñez, quien ganó la rifa con el número 006, ha decidido donar el premio a nuestra organización con el objetivo de continuar fortaleciendo nuestros medios y recursos consagrados a la difusión en el seno del movimiento obrero de la ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, así como las contribuciones de nuestro cámara Ted Grant.

Luego de  que nos comunicamos con el compañero, el cual radica en la ciudad de Guadalajara, para informarle que él fue el ganado de la rifa, inmediatamente, como si de un reflejo se tratara, nos comunicó que su decisión era donar el premio a Militante. Por nuestra parte insistimos en que era para nosotros un honor entregarle el premio consistente en una computadora netbook  o el dinero en efectivo correspondiente al valor de la misma, que en este caso era de $6,000, cómo las bases de la rifa lo indicaban. No obstante el compañero mantuvo  su decisión.

Queremos enfatizar la gran muestra de sacrificio que este hecho representa, aunque el compañero que resultó ganador  y el resto de compañeros que participaron en la campaña lo hicieron de manera desinteresada y por un móvil fundamentalmente político, somos consientes de que la situación económica actual es cada vez más limitada y complicada para toda la clase trabajadora, por lo que en estas condiciones, desprenderse de  una cantidad de dinero significativa resulta un verdadero sacrificio revolucionario.

Por si fuera poco, el mismo día en que teníamos previsto que el compañero Samuel  hiciera pública su donación en una ceremonia de premiación, recibimos sus  disculpas por no poder asistir y nos enteramos que estaba pasando por una situación de salud delicada: esta noticia nos impresiono mucho, dejando en nosotros un profundo ejemplo de voluntad  y entrega, características imprescindibles de un militante revolucionario cómo lo es el camarada Samuel Santibáñez. A él nuestro aprecio y nuestros mejores deseos para que su salud pronto se restablezca.

Consideramos oportuno compartir esta experiencia con nuestros lectores en tanto representa un ejemplo consiente de cómo la clase trabajadora lucha todos los días, se sobrepone a la adversidad y saca fuerzas de la necesidad de subvertir el orden establecido. Las miserias bajo el capitalismo nunca son  tan grandes como la voluntad de un revolucionario, este es el caso del camarada Samuel Santibáñez, quien para nosotros es una inspiración y un ejemplo a seguir.

¡Únete a Militante y lucha por el socialismo!

Como parte de las actividades del XX Aniversario de la Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Revolucionaria, y por el 70 aniversario del asesinato de León Trotsky, el pasado 21 de octubre, en el Club de Periodistas de la Ciudad de México, se llevó a cabo la presentación del libro “Mi Vida”, obra autobiográfica del revolucionario ruso León Trotsky, recientemente publicada por la Fundación Federico Engels y la Casa Museo León Trotsky.

El acto se realizó en el marco de las reuniones que cada semana realiza el Círculo de Estudios de “El Fisgón”, donde ante una audiencia de 50 personas aproximadamente, un miembro del comité de redacción del periódico obrero Militante, hizo la presentación de la obra.

Después de la introducción presentada por el ponente, donde se destacó el papel que jugó Trotsky en la revolución de Octubre de 1917, en el partido bolchevique y en la defensa de las auténticas ideas socialistas, en contra del burocratismo en tiempos de Stalin, se abrió un espacio para que los asistentes pudieran hacer algún comentario o realizar una pregunta. Las participaciones no se dejaron esperar. Dentro de ellas se comentaron algunas diferencias entre la revolución rusa de 1917 y la revolución mexicana de 1910, destacando que la revolución rusa ha sido la única que ha logrado la toma del poder por parte del proletariado dirigido por el partido bolchevique, cuyos dirigentes principales fueron Lenin y Trotsky. El ambiente fue de una muy buena recepción e interés por parte de los presentes demostrando que estamos viviendo un nuevo periodo en donde las ideas del socialismo regresan al debate entre los trabajadores.

Trotsky jugó un papel titánico en la revolución rusa de 1905 como presidente del Sóviet de San Petesburgo y en 1917 como presidente del Comité Militar Revolucionario que organizó la insurrección de Octubre. Esto, junto a la creación del Ejército Rojo, bastaría para colocarle en un lugar de honor en la historia.

Junto con Lenin fue el máximo líder de la revolución socialista de Octubre y fundador de la Internacional Comunista. También se encargó de redactar buena parte de los manifiestos y tesis de los cuatro primeros congresos de la Tercera Internacional.

Pero su tarea más dura y políticamente más importante vendría después, en la lucha contra la degeneración estalinista de la revolución a la que él y Lenin habían contribuido de forma decisiva. Su análisis de la revolución obrera traicionada por la burocracia soviética es una aportación teórica clarividente cuyo valor sigue siendo hoy en día imprescindible para comprender el fracaso del mal llamado “socialismo real”, al tiempo que una herramienta poderosa para el rearme político de la izquierda revolucionaria.

En estos tiempos, donde presenciamos la crisis económica mundial más importante, el capitalismo nos muestra una vez más que dentro de él no hay solución a las demandas de la clase trabajadora y es por eso que las ideas del socialismo son cada vez más aceptadas y discutidas en el seno de las organizaciones de los trabajadores. El difundir las experiencias de la revolución rusa se vuelve cada vez más necesario, así como las lecciones en la construcción de un partido como el bolchevique, con un auténtico programa socialista que pueda ser la dirección de los oprimidos y lograr la transformación de la sociedad.

¡Únete a la Tendencia Marxista Militante y lucha por el socialismo!

En la explanada de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, del 18 al 20 de octubre pasado, tuvo lugar la Miniferia del Libro Marxista organizada por la Fundación Federico Engels (FFE), la editorial marxista más importante en castellano-, Militante, el periódico obrero de la sección mexicana de la Corriente Marxista Revolucionaria- y el Comité en Defensa de la Educación Pública (CEDEP).

Durante esos tres días de miniferia, se expusieron diversos títulos marxistas incluyendo libros clásicos, folletos, periódicos, playeras y material audiovisual. Todo con el objetivo de poner a disposición de los estudiantes y trabajadores la teoría científica que explica: la historia y funcionamiento del capitalismo, el porqué de las crisis, cómo son las organizaciones obreras, por qué las huelgas, qué es el socialismo, qué fue la revolución rusa. Es decir, los jóvenes y trabajadores marxistas, agrupados en Militante y el CEDEP, llevamos nuevamente a la Universidad lo que da respuesta a todas las interrogantes que se plantean los trabajadores ante la crisis mundial capitalista y el retroceso social que ésta representa para la humanidad.

Los acontecimientos más frescos, como las huelgas masivas en Europa y los procesos revolucionarios en América Latina, así como las luchas sociales en otras regiones del planeta son la muestra de que la clase trabajadora está cansada de soportar los despidos, recortes salariales, impuestos y alzas estratosféricos, recortes al presupuesto a educación, salud, vivienda, etc., y busca alternativas reales a su situación dejando de lado los discursos absurdos de la burguesía y las falsas promesas de los dirigentes que aún insisten en llamar a la calma y soportar más explotación, y deciden sumarse a la lucha por mejores condiciones y el cese a la explotación.

En este contexto de lucha social presentamos también, por segunda ocasión, el miércoles 20 al mediodía el libro “Mi vida” de León Trotsky, ejemplar recientemente publicado por la FFE cuyo contenido nos remite a la lucha que sostuvo el revolucionario ruso contra la degeneración burocrática (estalinista) que se dio en su país luego de la revolución de octubre de 1917 y que, cómo él mismo señala, fue la más importante tarea que pudo haber emprendido en su madurez política.

Es así que este año cerramos nuestra actividad en la Universidad, con el acercamiento de decenas de estudiantes y trabajadores que se llevaron diversos títulos clásicos del marxismo, tales como: “El Manifiesto del Partido Comunista”, “Salario, Precio y Ganancia”, “El Anti-Düring”, “Del socialismo utópico al socialismo científico”; Cuadernos de Formación como “¿Qué es el socialismo?” y “La revolución alemana”, entre otros; el periódico obrero Militante y boletos de la rifa de la minilaptop para seguir apoyando la lucha por la difusión de las ideas del marxismo y la lucha por la transformación socialista de la sociedad.

Desde el 12 de noviembre hasta el 21 de noviembre la Fundación Federico Engels estará presente en Filven, (Feria Internacional del libro de Venezuela) que tendrá lugar en Parque del Este. La fundación estará en el stand número 47 donde durante los días de la feria como en anteriores ediciones,  pondrá a disposición del público los clásicos del marxismo junto a nuevos títulos de lucha obrera y teoría marxista.

Nota de ABN.

Esta semana se llevará a cabo la VI Feria Internacional del Libro de Venezuela 2010, teniendo como tema central del Bicentenario: La Patria Grande escribe su historia, del 12 al 21 de noviembre de 2010, en el parque recreacional Generalísimo Francisco de Miranda, en la Avenida Francisco de Miranda, estación Metro Miranda (antigua Parque del Este).

La inauguración será este viernes 12 de noviembre a las 11 am. Horario al público: Lunes a domingo 10:00 am a 8:00 pm.

La presidenta del Centro Nacional del Libro (Cenal), Christian Valles, expresó este martes que la Feria Internacional del Libro de Venezuela es una “oportunidad para mostrar la producción de nuestras editoriales y profundizar la batalla de las ideas”.

Estas declaraciones fueron emitidas en una rueda de prensa efectuada en las inmediaciones del Archivo General de la Nación, con motivo de la VI edición de Filven.

Valles manifestó que “Filven no es sólo una feria comercial, es un evento cultural pues en ella confluyen la danza, la música, el teatro las artes plásticas, la diversidad cultural y las muestras de distintas editoriales”.

Además resaltó que la actividad permite “mostrar las capacidades que tiene el pueblo venezolano”, agregando que la idea “es continuar impulsando los mecanismos para que seamos los autores colectivos de nuestra propia historia”.

Manifestó que la realización de esta feria es producto del esfuerzo de entes públicos y privados y que la misma es el “evento central de la cultura venezolana”.

“Vamos a contar con 2.600 metros lineales de stands, ubicados en el Parque Miranda, además de 132 espacios feriales”, explicó Valles, agregando que se contará con la participación de expositores de 13 países tales como Cuba, Ecuador, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Argentina y Chile, entre otros.

Igualmente manifestó que participarán 50 personas en calidad de invitados internacionales provenientes de Colombia, Chile, Honduras, Dominica, Nicaragua y Bolivia, entre otras naciones

¡¡Felicidades al ganador con el número 006!! 

Con la colaboración de cientos de simpatizantes concluyo la  rifa que anualmente organiza la Tendencia Marxista Militante. Este domingo 7 de noviembre se llevó a cabo el sorteo que dio cómo ganador al boleto con el número  006, según las tres últimas cifras del premio mayor del sorteo Zodiaco de la Lotería Nacional (Ver link al final del artículo).

Después de tres meses de una intensa labor por parte de miembros y simpatizantes de Militante concluimos exitosamente nuestra campaña, alcanzando nuestros objetivos económicos y políticos. Como lo hemos hecho año con año, durante ya  dos décadas de trabajo ininterrumpido en México, nos basamos una vez más en el sector más consiente, activo y organizado de la clase obrera para financiar nuestra  actividad revolucionaria, es un orgullo decir que nuestra publicación y todas las tareas que realizamos son obra de cada uno de nuestros militantes, pero también decimos con orgullo que Militante también  es obra del movimiento obrero, centenares de trabajadores, sindicalistas, militantes de base PRD  y del gobierno legítimo, estudiantes y un largo  etcétera, han estado ahí siempre presentes para apoyar las actividades de nuestra organización. A todos ellos enviamos un sincero agradecimiento, sin su inestimable apoyo difícilmente habríamos logrado los objetivos de nuestra campaña y con ello la construcción de una alternativa marxista en el ceno de las organizaciones de masas de la clase trabajadora.

El apoyo que recibimos no solo fue desinteresado, no faltaron los compañeros que pagaban el boleto sin siquiera querer recibir un número de la rifa, demostrando así el carácter político de su apoyo. Además tenemos que resaltar que en las difíciles condiciones económicas en las que nos encontramos, adquirir desde un boleto, hasta algunas decenas –como fueron algunos casos- sin duda representó un gran esfuerzo que al mismo tiempo nos motiva y nos inspira a seguir adelante en la lucha por el socialismo.

Amerita hacer una mención especial a  los veinticuatro compañeros simpatizantes, contactos y amigos de Militante que desde el primer momento asumieron cómo propia la campaña y colaboraron en la venta de los boletos, a ellos debemos una parte muy importante de nuestros resultados y les estamos profundamente agradecidos. Queremos compartir que originalmente nos habíamos planteado un objetivo mucho más modesto de simpatizantes vendiendo boletos, pero éstos nos han dado una agradable sorpresa, rebasando considerablemente nuestras expectativas.

Otro aspecto gratificante fue el número de puertas que se nos abrieron en torno al gobierno legítimo para presentar nuestra campaña, entre las más destacadas están el  Circulo de estudios del “Fisgón”, Buzón ciudadano, Casas  del Movimiento Benito Juárez, de la Reforma, de Puebla. También logramos  un gran apoyo en el terreno sindical, donde recibimos el apoyo de trabajadores de la UNAM (STUNAM), de la UAM (SITUAM), de la BUAP (SUNTUAP),  telefonistas de Puebla (STRM), electricistas (SME), de la fábrica en huelga Olympia, trabajadores del sector automotriz en Puebla, jubilados de la CNTE, ex trabajadores de la siderúrgica Arcelor Mittal en Michoacán,  sindicalistas del sector salud, entre otros. El apoyo de la juventud también se hiso notar, a la par que organizamos la difusión de literatura marxista en colaboración con la Fundación Federico Engels en diferentes universidades, aprovechamos para presentar la campaña entre estudiantes y profesores, que también respondieron entusiastamente a nuestra invitación.

Con esta campaña logramos llegar a demás del Distrito Federal y Puebla, al Estado de México, Michoacán, Hidalgo, Quintana Roo y Chiapas, llegando al máximo número de estados de la república que en esta campaña hayan participado.

El éxito de ésta campaña ha sido posible gracias al movimiento obrero y al trabajo continuo de Militante, que no solo tiene el mérito de su  permanencia  en el tiempo, sino además de mantenerse como la única alternativa consecuente en defensa del marxismo. Haber alcanzado nuestros objetivos políticos y económicos nos llena de confianza y entusiasmo, ratificamos una vez más nuestro vínculo con el movimiento obrero y además tenemos el gusto de invitar a todos nuestros simpatizantes y colaboradores en la campaña, ha participar en la premiación del número ganador éste próximo sábado 13 de noviembre, para ello te invitamos a ponerte en contacto con nosotros al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o con tu vendedor habitual del periódico.

¡Gracias a tu apoyo seguimos adelante construyendo una alternativa marxista y revolucionaria para la clase obrera y la juventud!

¡Asiste a la ceremonia de premiación!

 

Nota: Puedes checar el número ganador en el siguiente link de la Lotería Nacional: http://www.lotenal.gob.mx/loteria/list_prem/zodiaco1046.pdf

“tener siempre presente que el socialismo, desde que se ha hecho ciencia, exige que se le trate como tal, es decir, que se le estudie. La conciencia así lograda y cada vez más lúcida debe ser difundida entre las masas obreras con celo cada vez mayor, y se debe cimentar cada vez más fuertemente la organización del partido...”

(F. Engels. La guerra campesina en Alemania).

 

Vivimos un periódico donde el relativo equilibrio económico, político y social se ha roto. Con la actual crisis económica del capitalismo a nivel mundial las contradicciones entre las clases se han agudizado tremendamente. Y es que la única salida que encuentra la burguesía para salir de la crisis que ella misma ha provocado, por su sistema anárquico de producción, es seguir cargando los costos a la espalda de los trabajadores, eliminando todas y cada una de las conquistas sociales logradas en el pasado mediante la lucha.

Esos ataques que, en los últimos 30 años se han venido dando a los niveles de vida de la clase trabajadora en nuestro país y el resto de América Latina, ahora los están recibiendo nuestros hermanos de clase en los países desarrollados. Pero ante los recortes al gasto social (salud, educación, cultura, etc.) y eliminación de derechos laborales, los trabajadores no se han quedado inmóviles, sino que han salido a movilizarse y desarrollado jornadas huelguísticas en Grecia, Italia, Portugal, Alemania, España y Francia para echar atrás los planes de austeridad impulsados por sus gobiernos.

No obstante, a pesar de esas muestras inspiradoras de lucha por parte de los trabajadores europeos y de América Latina (luchando, incluso, contra golpes de estado en Honduras y Ecuador), no han podido terminar en un triunfo definitivo que les permita derrocar al capitalismo y tomar el poder en sus manos. Esto no ha sido por la falta de disposición a luchar de la clase trabajadora, que ha querido ir hasta el final diciendo “¡qué la crisis la paguen los capitalistas!”, sino por la falta de una dirección auténticamente revolucionaria, armada con las ideas genuinas del marxismo y el programa de lucha por el socialismo.

De ahí la necesidad urgente de construir esa dirección revolucionaria de la clase trabajadora, capaz de orientar las luchas de los trabajadores hacia la revolución socialista. En esta tarea, de construir el partido revolucionario, la formación de cuadros marxistas juega un papel fundamental, pues “sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario” (Lenin, ¿Qué hacer?). Por ello, el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP), la Fundación Federico Engels y la Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) a nivel internacional, invita a todos los jóvenes y trabajadores que deseen adentrarse al método de análisis del marxismo científico, al:

 

CURSO DE FORMACIÓN MARXISTA

Tema:

Materialismo Dialéctico

Lugar:

La Casa del Obrero, ubicada en 15 Ote., No. 8, col. El Carmen, Puebla (entre 16 de Septiembre y 2 Sur)

Fecha:

Sábado 13 de Noviembre de 2010

Hora:

De 10:00 a 14:00hrs.

 

La entrada es libre, sólo te pedimos que puedas hacer extensiva la invitación a tus contactos y confirmar tu asistencia a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y/o al 044 22 23 71 11 61

Volumen I. Las raíces históricas

La Fundación Federico Engels (www.fundacionfedericoengels.org) acaba de publicar el primer volumen del libro Revolución Socialista y Guerra Civil (1931-1939), de Juan Ignacio Ramos. En la presentación del mismo, el autor escribe: "Sólo recurriendo a una amplia perspectiva es posible comprender las causas materiales y políticas de aquellos acontecimientos. Si utilizamos este método, no es difícil observar la persistencia de un claro hilo conductor, una línea de continuidad histórica entre los tres años de lucha armada contra el fascismo y revolución social, y las grandes conmociones políticas, las huelgas y los movimientos insurreccionales del último tercio del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX. En estas sacudidas -la revolución Gloriosa de 1868 y la Primera República de 1873; la Semana Trágica de Barcelona de 1909; la huelga general revolucionaria de agosto de 1917 y la ofensiva jornalera y obrera del trienio bolchevique (1918-1920); y en la proclamación de la segunda República-, es posible observar cómo emergen los protagonistas de una historia silenciada. Miles de hombres y mujeres, trabajadores anónimos del campo y la ciudad, que creyeron con pasión en una vida mejor y que se levantaron, una y otra vez, contra la opresión y la injusticia."

¡Adquiérelo! Contacta a tu vendedor habitual de Militante o escríbenos a: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

La Fundación Federico Engels, el periódico Militante y el “círculo de estudios del Fisgón” invitan a la presentación del libro “Mi Vida”, autobiografía del revolucionario de origen ruso León Trotsky, que junto con Lenin organizara y dirigiera al partido bolchevique a la toma del poder en Rusia  en octubre de 1917, iniciando con ello una era de revoluciones a nivel mundial.

Mi Vida, una de las más recientes publicaciones de la Fundación Federico Engels (FFE) será presentado en el espacio habitual de discusión conocido por los activistas del Gobierno Legítimo cómo “circulo de estudios del Fisgón” éste próximo jueves 21 de octubre a las 7pm en el Club de Periodistas; Filomeno Mata No 8, colonia Centro, a unas cuadras del metro Bellas Artes y Allende.

La presentación ha sido pensada con el fin de introducir a los asistentes a uno de los temas de mayor trascendencia en la actualidad; La importancia del partido revolucionario  y la construcción del socialismo. Partiendo y analizando la experiencia de los revolucionarios rusos de principios del siglo XX, derivaremos las conclusiones prácticas que a la actual generación de activistas y militantes de la izquierda nos corresponden en el actual contexto de crisis y revoluciones sociales.

Durante la presentación, el libro estará presente para su compra además de que la FFE contará con otros de sus títulos, todos ellos textos clásicos del marxismo, cumpliendo así su labor fundamental, dotar de herramientas teóricas  al movimiento obrero.

León Trotsky es sin duda uno de los más grandes revolucionarios del siglo XX. Participó en la primera revolución rusa en 1905, dirigiendo el primer Soviet de Diputados Obreros de San Petersburgo y desarrollando la teoría de la revolución permanente, una de las contribuciones más brillantes del pensamiento marxista.

Trotsky junto con Lenin dirigieron la revolución Rusa de 1917, proceso en el que por primera vez las masas obreras tomaron su destino en sus propias manos y emprendieron la tarea de transformar la sociedad y construir el socialismo. Tras la muerte de Lenin, la revolución proletaria es traicionada por una camarilla burocrática encabezada por Stalin.

León Trotsky, fiel a sus principios marxistas, dio una batalla a muerte, literalmente, por la defensa de la revolución socialista y el internacionalismo proletario. Formó la Oposición de Izquierda con la intención de aglutinar a las fuerzas del autentico marxismo, continuó dando la batalla ideológica en contra del estalinismo y en defensa del programa marxista. Nunca claudicó y murió con una fe inquebrantable en el futuro socialista.

Por todo eso y a 70 años de su cobarde asesinato (el 20 de agosto de 1940) en México, el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y la Tendencia Marxista Militante (sección mexicana de la Corriente Marxista Revolucionaria), invitan a la:

 

(2a) Presentación del Libro: MI VIDA de León Trotsky

Miércoles 20 de Octubre, 12:00hrs

Auditorio Fac. de Físico-Matemáticas

 

La entrada es libre, sólo te pedimos, puedas hacer extensiva la invitación a todos tus contactos.


"Sin teoría revolucionaria, no hay práctica revolucionaria" (Federico Engels).

 

Contacto:

www.fundacionfedericoengels.org

www.cedep.org/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
www.militante.org/ Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
 

La lucha por conseguir mejores condiciones de vida a la que nos enfrentamos cotidianamente millones de personas, debe estar sólidamente fundamentada. El marxismo es más que una teoría científica, es una guía para la acción revolucionaria por la transformación socialista de la sociedad. A pesar de lo que se dice de éste, sigue siendo una teoría totalmente vigente que debe aplicarse a la sociedad actual, reivindicando al socialismo como la única alternativa real a la catástrofe que significan las crisis constantes bajo el capitalismo.

Esta lucha por reivindicar las ideas del marxismo y mantenerlas vivas hacia la clase trabajadora y la juventud, la hemos mantenido durante años gracias a la Fundación Federico Engels, la editorial marxista más importante en castellano, que ahora pone a tu alcance, las más recientes publicaciones: “Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista”, “Historia del Trotskismo Británico” (de Ted Grant) y “Mi Vida” (libro autobiográfico del gran revolucionario ruso León Trosky), mismas que son una valiosa herramienta teórica para dar la batalla por el socialismo.

Para adquirir estos y muchos textos clásicos más de marxismo, la Fundación Federico Engels, el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP), la Tendencia Marxista Militante y el Círculo de Estudio de Trabajadores y la Juventud te invitan a la:

 

Miniferia del Libro Marxista en la BUAP

Del 18 al 20 de Octubre de 9:30 a 15:00 hrs.

Explanada de la Facultad de Físico-Matemáticas (en CU)

 

La entrada es libre, sólo te pedimos, puedas hacer extensiva la invitación a todos tus contactos.


"Sin teoría revolucionaria, no hay práctica revolucionaria" (Federico Engels).

 

Contacto:

www.fundacionfedericoengels.org

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