Durante los últimos 15 años hemos sido testigos de un ascenso de gobiernos de izquierda en América Latina, lo cual no es más que la expresión de rechazo por parte de los sectores más oprimidos a un modelo económico neoliberal que nos ha llevado a una situación de verdadera pobreza, desempleo, violencia y la exacerbación de todos los males inherentes al capitalismo.
Millones de trabajadores, jóvenes, campesinos, indígenas y mujeres hemos culminado años de lucha contra la derecha, con una primera batalla triunfal en las urnas. Pero aún debemos defender esta victoria frente a la derecha y los empresarios que están contra el pueblo.
No es venganza, es justicia
El voto hacia AMLO, que ha derivado en la aplastante derrota del PRIAN este 1 de julio, fue motivado no sólo por la búsqueda de un cambio de rumbo en lo económico por parte de millones de familias trabajadoras, sino también por sus anhelos de justicia ante la impunidad con que han actuado el PRI y el PAN en décadas de abiertos crímenes de Estado.
Los decretos de Peña Nieto que modifican el uso de cerca del 55% del agua del país son un gran golpe en una guerra por los recursos naturales que los industriales y la derecha lleva contra los pueblos originarios y contra los trabajadores de las ciudades.
A continuación reproducimos una carta del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, la cual suscribimos...
Usted sabe quiénes somos. No ignora nuestra historia. Usted y los vastos sectores del pueblo que lo apoyan, así como los académicos, intelectuales y personalidades que lo rodean, saben perfectamente que hemos enfrentado tres sexenios de horror y tragedias, desde el 22 de octubre de 2001, cuando Vicente Fox decretó el despojo de nuestras tierras para la construcción del Aeropuerto Internacional.
Desde el inicio de las campañas electorales, se han suscitado hechos que han dado de que hablar: desde actos de campaña, la eficiencia de los programas de gobierno propuestos y hasta el posible gran fraude que puede ocurrir en el conteo de votos el próximo 1 de julio.
El PRI llega al 2018 acarreando olas de desprestigio; el gobierno de Peña Nieto se encuentra tan débil y dividido que podría haber caído hace mucho.
Una alternativa de izquierdas para los trabajadores y la juventud
2018 es un año de gran trascendencia para México. Las elecciones del 1 de julio abren la posibilidad de que, por primera vez en la historia, gobierne un partido considerado por las masas como una alternativa de izquierdas. Tras años de enorme sufrimiento, millones de trabajadores y jóvenes se vuelven a ilusionar con la posibilidad de un gran cambio.
En vísperas electorales, muchas preguntas han surgido en torno a los candidatos presidenciales. Ahora, con las encuestas indicando a López Obrador como puntero y a Ricardo Anaya como su único posible adversario, cabe preguntarse:
¿Quién es Ricardo Anaya? ¿Qué y a quién representa su candidatura?
A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, la situación se ha ido polarizando cada vez más. Por un lado, los partidos de derecha PRI y PAN, ante la amplia posibilidad de una derrota electoral, han afilado sus cuchillos contra el candidato de Morena, a partir de lo que se ha conocido como la guerra sucia. La campaña del PRIAN está siendo enfocada en ataques directos, hacia López Obrador, intentando generar miedo entre la población.
El pasado 17 de marzo recordamos el paro de casi tres meses que realizaron más de 50,000 jornaleros agrícolas, en el Valle de San Quintín en Baja California en 2015, con este paro evidenciaron las condiciones de esclavitud moderna en las que se encontraban y que lamentablemente no han mejorado.